DESIGUALDAD NECESIDADES BÁSICAS
NECESIDADES BÁSICAS
La gentrificación 'geek' amenaza Oakland Por Marcos Martínez
El antiguo edificio de Sears en Oakland, próxima sede de Uber. Foto / MARCOS MARTÍNEZ
REPORTAJE 27 de Octubre, 2015 / 08:13am
Para muchos, la apertura de una nueva sede de la empresa tecnológica Uber en Oakland, California, significa buenas noticias y 3,000 puestos de empleo más. Pero, a cientos de familias latinas, podría forzarlas a abandonar sus viviendas. Miembros de la comunidad hispana alertan que la llegada de Uber podría disparar los precios en las rentas y generar un desplazamiento masivo de residentes. La empresa tecnológica, dedicada a conectar conductores con viajeros, compró recientemente un histórico edificio de siete pisos en el centro de Oakland. A unas cinco millas del edificio que acogerá las oficinas de Uber, vive Sylvia López, una trabajadora doméstica mexicana de 50 años residente en Oakland desde hace más de dos décadas. López teme que, con la llegada de Uber, se reproduzca lo ocurrido en Silicon Valley y en San Francisco, donde cientos de vecinos abandonaron sus viviendas por el aumento en los costos.
Hay habitantes latinos que se han visto desplazados de algunos sectores de San Francisco. Según un reporte de 2014 elaborado por la organización social Causa Justa, en el emblemático distrito Mission de San Francisco, entre 1990 y 2011, hubo una disminución de 1,400 hogares hispanos, mientras que las familias blancas aumentaron en 2,900 (PDF). “San Francisco es ampliamente considerada la ciudad más gentrificada del país y Oakland no está muy por detrás”, explicaba en el informe el geógrafo Richard Walker, profesor de la Universidad de Berkeley. La gentrificación –la transformación urbana ocasionada por la llegada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo y que provoca el desplazamiento de familias de bajos ingresos de sus comunidades originales– amenaza a las minorías de Oakland. López cree que les va a afectar mucho la llegada de Uber: "Todas estamos temerosas porque están construyendo nuevos departamentos enfrente de nuestras casas y las rentas son muy altas". Casi el doble de caras.
Sylvia Lopez paga cada día más por vivir en departamentos más pequeños. Foto / MARCOS MARTÍNEZ
Esta mexicana ya había padecido los efectos de la crisis de vivienda surgida tras el boom tecnológico en la región. En 20 años, Sylvia López se ha visto obligada a cambiar de casa en tres
ocasiones. En la primera en la que vivió, en un barrio al este de Oakland, con tres recámaras y espacio para tres vehículos, la renta costaba 800 dólares. Dice que ahora, por una propiedad de características similares, tendría que pagar hasta 2,000 dólares. Ella sólo cobra unos 1,200 al mes. Actualmente, por una renta mensual de 800 dólares, López vive con sus dos hijas en un pequeño departamento de dos recámaras. Teme que el costo se duplique en unos años o que, en el peor de los casos, el dueño la desaloje. "Yo soy de la comunidad en Oakland, así es que no queremos que vengan a sacarnos de lo que es nuestra comunidad", se queja. Para esta mexicana, Oakland es más que una ciudad donde trabajar. Es una activista de la zona, lucha en favor de las trabajadoras domésticas a través de la entidad Mujeres Unidas y Activas. Las rentas mensuales de vivienda en sectores con mayor gentrificación –detalla el informe de Causa Justa– se volvieron más caras que las de zonas que históricamente han sido de mayor poder adquisitivo, como Oakland Hills y Rockridge, donde la renta de una casa de dos recámaras puede ser de 3,000 dólares. "Esto significa que las áreas urbanas que antes estaban al alcance de las familias trabajadores ahora solo están al alcance de los segmentos más ricos de nuestra sociedad", subrayan los autores del informe.
"Empresas de tecnología como Pandora o Ask.com ya optaron por instalar sus oficinas centrales en Oakland, expandiendo el epicentro mundial de la tecnología en el que se ha convertido la zona"
Uber dio a conocer la adquisición el 23 de septiembre. El edificio en Oakland tiene 28 mil metros cuadrados y la firma tecnológica pagó por él 123.5 millones de dólares a la empresa Lane Partners. Es un edificio céntrico, antiguo e imponente, que fue utilizado por la tienda departamental Sears entre 1994 y 2013. El anuncio fue bien recibido por las autoridades de Oakland: la expansión de Uber generará un mayor desarrollo económico, justificaron. No obstante, la alcaldesa Libby Schaaf pidió a Uber en una carta pública que, en su relocalización, contratara "fuerza de trabajo local" y que sus trabajadores "comieran y compraran" en Oakland. La empresa tecnológica, que lleva operando en el mercado cinco años, explicó que remodelará el edificio para utilizarlo como oficinas, que ocuparán a 3,000 nuevos empleados. Uber se convertirá así en la compañía más grande de Oakland. Elogiada por unos y criticada por otros, Uber ha revolucionado la industria del transporte a través de su innovador sistema, que consiste en conectar a choferes con sus clientes a través de una aplicación móvil. La empresa está en entredicho tanto por sus políticas de comunicación como por las demandas a las que ha de enfrentarse en Europa y Latinoamérica por su competencia al sector del taxi. La apertura de esta nueva sede, ubicada en el corazón de Oakland, sobre la avenida Broadway y la calle 20, está programada para 2017. La sede complementará las oficinas de Uber del otro lado de la bahía, en San Francisco, donde laboran 4,000 empleados. Previo a Uber, algunas empresas de tecnología ya optaron por instalar sus oficinas centrales en Oakland, expandiendo el epicentro mundial de la tecnología en el que se ha convertido la zona. Lo hicieron Pandora, compañía de música en línea, con alrededor de 1,000 empleados, y el buscador electrónico Ask.com, con 211 empleados.
Mapa de la gentrificación de Oakland. Foto / GOVERNING MAGAZINE / MAPBOX / OPENSTREETMAP
Los hispanos no son la única minoría afectada por el encarecimiento de la vida en la región. Cifras de Causa Justa señalan que, entre 1990 y 2011, la población afroamericana disminuyó un 40 por ciento en todos los sectores de Oakland, mientras que en San Francisco se redujo a la mitad. Además, mientras los costos de la renta de viviendas aumentan, el ingreso promedio anual de las familias latinas en California permanece como uno de los más bajos. Según un estudio de 2014 de la oficina de investigación del Senado estatal, los hogares latinos ingresan 47,180 dólares anuales de media, lejos de los 60,883 dólares del global del estado (PDF). "Nuestro barrio era un barrio latino, en el este de Oakland, y ahora ya estamos viendo mucha gente blanca", comenta Edgar Hernández, un mexicano de 45 años. Vive en Oakland con su esposa y tres hijas desde hace diez años. Trabaja como ensamblador en una compañía de electricidad. "Cuando la gente se va del barrio, los dueños duplican la renta, las rentas están carísimas", lamenta. "Mucha gente se está yendo de Oakland".
Aunque el rentero de su vivienda sólo ha aplicado los aumentos previstos en las leyes de vivienda, él –como otros en la comunidad— teme posibles desalojos. “En determinado momento muchos renteros pueden pensar en sacar a los que pagan poco para meter a los que pueden pagar más”.
0 Comentarios
1
Desigualdad
⤤ Compartir
Recomendar 1
Iniciar sesión
ordenar por el mejor
Comienza la discusión...
Sé el primero en comentar.
¿QUE ES ESTO?
TAMBIÉN EN DESIGUALDAD
México: La inmigración a través de la fotografía
Guatemala 1 comentario • hace un mes
1 comentario • hace un mes
Gerard — Jajaja. ..si nunca han ayudado
alos niños o pobres...no se de que hablan...si la corrupcion siempre ha …
keniamariana —
Trump..Trump....Trump...
Dos mil cubanos encallados contra las piedras de la política internacional
Los hombres que ganaban más que las mujeres. Episodio 2
1 comentario • hace 9 días
1 comentario • hace 13 días
✉
Yati Kübler — Hello good morning All my
Yobania — Yo quisiera estudiar pero
friends ! good morning AMERICA ! Hello Politik ' I don't Like Criminil Ok ! Sorry …
tengo 35 años y me da terror la Universidad o el miedo a fracasar
Suscribirse
d
Agrega Disqus a tu sitio
Privacidad
Publicidad
English version Why Latinos Fear Uber’s Expansion Into Oakland By Marcos Martínez The city of Oakland hailed Uber’s announcement of its expansion into Oakland, California as an opportunity for the city to grow economically, but Hispanic families are afraid that they could be forced out of their homes. The San Francisco-based ride-hailing company in September said it was buying the iconic seven-story downtown Sears building for $123.5 million and planned to move in by 2017. Located just blocks away from city hall, at Broadway and 20th Avenue, the building had been boarded up and abandoned since Sears sold it to Lane Partners for $25 million in 2014. On the day of the announcement, Oakland Mayor Libby Schaaf called the city’s downtown area the “hottest new center for urban innovation.” "Uber is an innovative game-changing company and its move to Oakland is game-changing for us," he said in a press conference. But just five miles away, Sylvia López, a 50-year-old Mexican domestic worker and 20 year Oakland resident, worried that she and her two daughters could lose their home if Uber’s expansion drove up housing prices. She had seen what happened in San Francisco, where hundreds of Latinos were displaced as the tech industry boomed. “I’m part of Oakland’s community, so we don’t want to be taken away from what we consider to be our home”, said López, who has advocated for domestic workers in Oakland through an immigrant women’s advocacy group called Mujeres Unidas y Activas. According to a 2014 report published by Causa Justa, a non-profit advocacy organization that works with low-income Hispanics and African Americans, Latinos households in San Francisco’s Mission district declined by 1,400 from 1990 to 2011, while white households increased by 2,900. The group predicted that the same pattern could repeat itself in Oakland. “San Francisco is widely considered the most gentrified city in the country, and Oakland is not far behind,” Richard Walker, professor emeritus of geography at UC Berkeley, wrote in the report. In López’s world, housing prices are already pushing her financial means. In the past two decades, she has had to move out of her apartment twice. She used to
pay $800 a month for a three-bedroom apartment with a parking space in the Fruitvale area of Oakland, but she moved out when her landlord threatened to raise her rent. She now lives with her two daughters in an $800 a month apartment without parking, and she is worried that rising rent in her neighborhood will push her out again. “We are all worried because we see new apartment buildings right in front of our houses and the rent prices for the new ones are very high”, she said. The concerns around Uber’s move into Oakland is just the latest squabble to hit the company. During its five years of existence, Uber has been in the spotlight regularly. In the past few months, the technology company has faced class action lawsuits filed by its drivers, who demand to be considered as full-time employees and not independent contractors. Uber did not respond to interview requests. Uber, which has upended the taxi industry with its ride-hailing service, has been growing rapidly. In just the last six months, it has doubled its workforce to 4,000, forcing it to expand its office space beyond San Francisco. The company said that it expects 3,000 employees to work in the former Sears building when it opens. That will make Uber the largest tech company in Oakland, surpassing others such as music-streaming service Pandora, which has 1,414 employees, and search engine Ask.com, which has around 500 employees, according to Bloomberg and CrunchBase, respectively. Many of them will live in the East Bay. While housing prices are on the rise in Oakland, Latinos’ median household incomes in California remains one of the lowest. According to a California Senate Office of Research report, Latinos median household income was $47,180 compared to $60,8883 overall. Edgar Hernández, a Mexican 45 year old electrician and Oakland resident, says his neighborhood in east Oakland has also been gentrified in the last few years. “Our neighborhood was mainly a Latino neighborhood, now we see a lot of white people,” says Hernández, who has lived in Oakland for over a decade with his wife and two daughters. So far, his landlord has only raised the rent minimally, but Hernández constantly worries about getting evicted. “When people leave their houses here in the neighborhood, landlords double the rent prices. Rent is really costly”, says Hernández. “In any given time, landlords
could choose to evict renters who pay less and rent to those who can afford to pay more.”