Iñaki Gabilondo

La televisión no ha- blaba de política, y ahora lo hace hasta en prime time. .... en la historia de este país? Las organizaciones con ciento treinta años de vida, si ...
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IÑAKI GABILONDO “Vivimos entre bostezos una primavera explosiva que algún día contaremos con emoción” Daniel Ramírez García-Mina La novena planta en la que se encuentra el despacho de Iñaki Gabilondo es la metáfora perfecta de la perspectiva con la que analiza el presente: más de cincuenta años de periodismo. No solo se asoma por la ventana del edificio que abraza la Gran Vía madrileña. También lo hace a diario en El País y en el ‘Hoy por hoy’ de la Cadena SER, la que sigue siendo su casa. Se ha quitado la americana gris oscura con la que ha aparecido en su videoblog de esta mañana, buscando comodidad, como si hubiera adivinado

que esta entrevista fuera a ser un paseo maratoniano, con paradas en Génova, Ferraz, Lavapiés, Andalucía y Cataluña. Sonríe cuando habla de primavera política. Está seguro de que los temas que se abordan en esta conversación se contarán con un entusiasmo absoluto dentro de cien años. Responde rápido, de forma concisa. No tiene tiempo que perder. Todo lo contrario, le encantaría ganar tiempo, tiempo para seguir contando las noticias para siempre.

Entre tanto ruido, palabras, noticias y titulares, ¿cuáles cree que son los graves problemas de los españoles? El mayor problema es el derivado de una transformación que ha puesto todo patas arriba, incluyendo los mecanismos de supervivencia social. Existe una novedad particular: podría darse el caso de que la economía creciera sin generar empleo. Además, hay gente que trabaja y está por debajo del umbral de la pobreza. Se ha inventado una nueva clase social, el precariado. Nos ha pillado una ola, un cambio de ciclo que ha puesto en solfa los cimientos de la estabilidad social. El mundo que hemos conocido está cayendo, aunque todavía no ha muerto. Por otro lado, el mundo nuevo está empezando a nacer, pero no ha terminado de constituirse. Ante esta situación, ¿qué papel ha jugado la prensa? ¿Ha estado despierta? La prensa, en general, ha estado dormida, pero como el resto de sectores. Todos los elementos que sostuvieron España tras la dictadura han caído casi simultáneamente. La corona, los partidos políticos, la Constitución, el Estado de las autonomías, los sindicatos, los medios de comunicación… El mayor pecado del periodismo ha sido olvidarse de su objetivo. El periodista es un señor que se queda de guardia cuando los demás se han ido

para contarles cuando vuelvan qué ha pasado. Es un liberado de la sociedad, da igual el carácter público o privado de su empresa, tiene el compromiso de vigilar al poder. En cambio, algunos se han creído representantes del poder para vigilar a la sociedad. Una de las palabras más utilizadas por los medios de comunicación no está siquiera recogida por la RAE: ‘populismo’. ¿Qué entiende por populismo? El populismo es la búsqueda del atajo, de la trampa, el juego de manos para tenerte mirando a la luna mientras te quitan la cartera. En definitiva, se trata de un mecanismo de propaganda, de banalización y de hipnotización. Lo que tiene mucha gracia es observar con qué naturalidad acusan de populismo precisamente quienes más lo practican. Todos, en cierto modo, hacen ejercicio de este juego de salón. Podemos es ahora mismo el paradigma de populismo, pero le señala el Partido Popular, que ganó las elecciones con un programa que cambió al día siguiente de llegar. ¿Vivimos una situación alarmante en cuanto a populismo? ¿Es mayor el peligro que hace diez o veinte años? En general, el populismo remite poco a poco. Los que lo practican lo hacen con mayor intensidad, pero están perdiendo

penetración. La gente es cada vez más escéptica. El populismo no es algo que me preocupe mucho. Forma parte de las ciencias de la propaganda. La gente lo huele. Ha existido siempre. La palabra ‘populismo’ es simplemente una tendencia, un término utilizado en el combate político. Si Podemos es el paradigma del populismo, ¿es porque su programa de las europeas fue un engaño demasiado explícito? Podemos ha hecho un viaje muy particular, y ahí está su principal complicación. Aparecieron como un partido muy radical. De pronto, al olfatear el éxito y verse con posibilidades, tuvieron que templar



El término ‘populismo’ es simplemente una tendencia, una palabra utilizada en el combate político, pero ha existido siempre”



Podemos trata de no detallar sus propuestas, pero el paso del tiempo les obliga a hacerlo”

su discurso. Sabían que si no cambiaban, nunca podrían ganar. Tienen que conseguir abarcar desde los más radicales hasta la nueva gente que pretenden conquistar. Eso es muy complicado. Además, su organización en forma de círculos hace compleja la toma de decisiones. Más allá del diagnóstico que hicieron, ¿cree que serán capaces de convertirse en buenos arquitectos, de construir el bienestar que prometen? Hicieron una crítica extraordinaria, pero ahora que se están concretando han perdido frescura. Además, las municipales van a ser duras para ellos porque no tienen infraestructura en todos los sitios. Podemos es un fenómeno más ur-

bano que rural. No sé si tendrán éxito o desaparecerán, pero España tendrá que agradecerles algo mientras vivan: nos han despertado de la siesta, de un letargo muy peligroso. Hace no mucho mantuvo una entrevista con Pablo Iglesias. ¿Con qué sensaciones se fue? No nos conocíamos. Pablo Iglesias no es ningún idiota. Sabe perfectamente lo que hace y cómo lo hace. ¿Le reprochó algo? Suelen hablar mucho del final de la dictadura y, por eso, le dije: “Tenéis una idea poco precisa de lo que eso significó. La comentáis como una parte más de los procesos políticos que vivimos, y no tiene nada que ver”. ¿Y en cuanto a las elecciones? Él me dijo: “Hubiéramos necesitado tres años. El éxito nos ha atropellado”. Les faltan tres años y les sobran nueve meses. Cada día que pasa es un riesgo de desgaste mayor. Tienen que poner más en claro su programa. Tratan de no dar mucho detalle, pero el paso del tiempo les va a obligar a hacerlo. Muchas veces usted habla de “primavera política”. ¿Qué quiere decir exactamente?

Vivimos entre bostezos algo que en el futuro contaremos con emoción. Dentro de cincuenta años, esto será catalogado como un tiempo apasionante. La sociedad estaba muerta. La televisión no hablaba de política, y ahora lo hace hasta en prime time. El presente es un tiempo explosivo, una primavera fuerte. ¿Existe el riesgo de que nos marchitemos? Todo tiempo interesante tiene sus riesgos. La vida en un convento de clausura siempre es parecida, pero la de la gente en libertad conlleva emociones, sorpresas y riesgos. La certeza se ha venido abajo y lo ordenado está desordenado. Esto no me aterroriza, me encanta. Hace cinco años decíamos que la gente joven estaba en Babia. ¿Era mejor eso que lo que ocurre ahora? Viví hasta los treinta y tres en un orden clarísimo y después, con la transición, se armó un barullo magnífico; bendito barullo. Hablemos del PP. ¿Ganarán las elecciones? A día de hoy, son los que más posibilidades tienen. ¿Y en cuanto a sus problemas? El PP sufre un problema que ha tenido y tendrá siempre. En España no existe ningún partido de extrema derecha con una

representación electoral importante. Por tanto, tienen que abarcar desde ahí hasta el centro. Es un recorrido complicado porque deben hacer unas cosas para convencer a un vector y otras para conquistar al otro. Antes era distinto, más a la derecha estaba Alianza Popular, y UCD ocupaba el centro. Un recorrido tan largo te condena, en muchas ocasiones, a la incoherencia. Tienen problemas para precisarse en asuntos delicados.



A día de hoy, el Partido Popular es quien más posibilidades tiene de ganar las elecciones”

¿Hasta qué punto les ha desgastado la crisis económica? Han hecho una interpretación del pasado equivocada. Atribuyeron la crisis a Zapatero. Aunque hubiera gobernado el Dios uno y trino, hubiese habido crisis. Otra cosa es que Zapatero la agravara con una mala gestión. La gente creyó que cuando él se fuera la crisis desaparecería. El desenfoque del PP ha sido claro y el castigo, justo. Sabían perfectamente que no era un tema exclusivo de Zapatero. Han tenido que asumir la crisis ante una sociedad que había llegado a creer que la harían desaparecer poco tiempo después de llegar. Vayamos con el PSOE. Comentó hace poco que los socialistas iban a tener que bucear a pulmón para conseguir votos. ¿Se ahogarán? No sé si se van a ahogar. Atraviesan una situación muy complicada. El PSOE está igual de viejo que el PP, pero carece del estímulo que proporciona el poder. Lo tienen muy difícil. ¿Ciudadanos tendrá un hueco importante en las elecciones generales? Se han colocado en el lugar que brillantemente descubrió Suárez. Si se hubieran llamado ‘Unión de Ciudadanos Democráticos’, tendríamos de nuevo a la UCD. Ocupan una posición que resta votos al



No sé si el PSOE se ahogará, pero va a tener que bucear para encontrar votos”

PP. Es un sitio que acoge a los que les asustan los extremos, a los que no quieren riesgos, a los que prefieren no saber nada de caballerías. Tienen una prueba de fuego en las catalanas. Pueden ser un auténtico cohete para ellos: un catalán defendiendo la unidad de España mientras el resto del país presencia el espectáculo. Al margen de cómo les salga, va a suponer un salto de altura. Si yo fuera Rajoy, adelantaba las generales al 27 de septiembre. Si no, corre el riesgo de que le atropellen.



Ciudadanos se ha colocado en el lugar que brillantemente descubrió Suárez”

¿Ciudadanos es cambio o recambio? Son personas de una nueva generación, pero con el discurso del centro tradicional. Su novedad les da la ventaja de poseer un currículum sin manchas. El refresco se lo proporciona su propia presencia, no su discurso. Tienen un campo de voto muy bueno. Está emocionante, Iñaki. ¡Está emocionantísimo! Los cuatro primeros pueden quedar el primero y el

cuarto. Quizá no ahora exactamente. Habrá mayores diferencias, pero la ley D’Hondt premiará y castigará en exceso. El PSOE podría pasar de soñar con gobernar a convertirse en un desastre absoluto. El otro día hizo la siguiente reflexión en su videoblog: “A pesar de que el PSOE tiene muchas páginas negras para coleccionar, algunas muy negras, no es una página negra en la historia de España”. ¿Dónde está el límite entre tener páginas negras y

convertirse en una gran página negra en la historia de este país?

y otras saltando a un primer plano. ¿Está de acuerdo?

Las organizaciones con ciento treinta años de vida, si han sobrevivido, es porque tienen algo más que pecados a sus espaldas. El PSOE tiene páginas negras, pero ha contribuido enormemente a la modernización de este país. Sin embargo, tanto en el Gobierno como en la oposición, detecto una falta de voluntad de acabar con la corrupción. Si hay voluntad, se encuentran las herramientas. La decisión de acabar con la corrupción no se ha tomado.

Sí. Cataluña tiene una conciencia de singularidad específica. Siempre la tendrá. La razón del último afloramiento independentista es compleja. Existen varios factores. Se cree que hay una bolsa de independentistas de raíz, y otra de independentistas sobrevenidos. Cataluña no se va a independizar, ese no es el problema.

¿Habla de responsabilidad política? Sí. Los políticos se quitan de encima la responsabilidad. ¡Las rondas no se pueden quedar sin pagar! Por ejemplo, pondría la mano en el fuego por Chaves y Griñán. Creo que no han cometido pecados penales, pero he discutido mucho con ellos. Siempre les he dicho que tenían que haberse quitado de en medio por responsabilidad. Lo que depura una sociedad es que haya gente valiente que asuma sus responsabilidades. En España nadie ha hecho este gesto. Tan solo se lo escuché a Suárez, que dijo: “He fracasado y me voy a mi casa”. Terminemos hablando de nacionalismo. Chaves Nogales decía que el sentimiento independentista iba a existir siempre, unas veces soterrado,

Me llama la atención que no se entienda que el actual modelo de relación de Cataluña con España está obsoleto. Debe modificarse el Estatuto. Por último, cuando mira al País Vasco, ¿qué piensa? La independencia de Euskadi se lograría sin dificultad con la suma de mayorías nacionalistas. Sin embargo, estos grupos son tan diferentes y contradictorios que nunca irán de la mano hacia la secesión. Nunca es nunca. El PNV quiere vaciar a Bildu, y viceversa. Los peneuvistas quieren ser independientes, pero con el actual modelo de sociedad. Bildu desea algo distinto. Urkullu está mucho más cerca del PSOE que de sus adversarios nacionalistas. Son modelos tan radicalmente enfrentados que se neutralizan unos a otros. La violencia ha dejado heridas de tal calibre que no habrá futuro hasta que se cicatricen.