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HERMANOS MARISTAS LICEO SALVADOREÑO – LICEOPROM14.TK PRIMER AÑO DE BACHILLERATO GENERAL 2013

GUIA DE LENGUAJE Y LITERATURA Fundamentos de la cultura griega antigua Teoría Introductoria. Clasicismo: Con este nombre se conoce al arte de la antigüedad en Grecia y posteriormente en Roma e impropiamente a todas aquellas corrientes y movimientos artísticos que se inspiran o tratan de imitar los cánones o normas del arte griego antiguo. Grecia es el punto de partida de las civilizaciones occidentales; su historia inicia alrededor del año 3000 a.C. con la llegada de los primeros habitantes a la región de la Hélade, desde donde poco a poco la región entera se fue poblando hasta convertirse en una de las más notables de la antigüedad. Cuna del clasicismo, Grecia legó al mundo occidental, ciencias, artes y modelos de organización política que aún persisten hasta nuestros días.

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Hélade, la tierra de los helenos, como se designaba a la Antigua Grecia, abarcaba una vasta zona geográfica que comprendía desde el Mediterráneo occidental, hasta los confines del Oriente Medio, incluidas las islas griegas. Esta civilización, que tuvo como origen las culturas minoica y micénica, conformó el conjunto de episodios políticos, económicos, sociales y culturales que se manifestaron en la cuenca mediterránea en el transcurso de los dos últimos milenios antes de nuestra era.

El Aporte de la Civilización Griega a la Civilización Cristiano-Occidental El Espacio Griego

Como todos los pueblos de la Antigüedad, el griego no pudo sustraerse a la influencia del medio físico en que vivió. Grecia, llamada Hélade por los propios griegos, se encuentra en la extremidad sur de la península balcánica. Ubicada al sureste del continente europeo y bañada por el mar Mediterráneo, se comunica fácilmente con el Oriente.

Grecia se interna en el mar con una gran cantidad de costas despedazadas en que se perfilan numerosos golfos, como el de Corinto; islas, como la de Eubea y la de Delos, y penínsulas como el Ática y el Peloponeso. Al este se encuentra el mar Egeo, poblado de islas que constituían un puente hacia las regiones costeras del reino de Lidia, en Asia Menor, de manera que la comunicación con esas regiones parece haber sido fácil. Entre ellas se encuentran los archipiélagos de las Cicladas, de las Esperadas e islas como Samotracia, Lesbos, Quíos. Samos, Delos, Naxos, Milos, Cos y Rodas. Cerrando el mar Egeo por el sur, se encuentra la isla de Creta. Las costas

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occidentales de la península balcánica están bañadas por el mar Jónico. El medio geográfico y su influencia en la vida de los griegos

El territorio escarpado, seco y con escasas llanuras aptas para la agricultura, dio origen a una de las peculiaridades del pueblo heleno: la división en pequeñas comunidades. Estas comunidades, como consecuencia de las dificultades de comunicación motivadas por el accidentado relieve del suelo, se mantenían independientes, formando pequeños estados. Debido precisamente a los problemas que planteaba trasladarse de una región a otra, los griegos prestaban especial atención a las reglas de la hospitalidad, según las cuales nadie se negaba a dar alojamiento al viajero y a tratarlo con la mayor cortesía.

El clima y las características del territorio influyeron decisivamente en la vida de los griegos, su casa, su forma de vestir, su alimentación, estaban determinadas por las condiciones especiales del país que habitaban. Los inviernos, salvo en las regiones montañosas del interior, eran suaves: los veranos, muy calurosos, con temperaturas de hasta cuarenta grados. A lo largo del período estival, los ríos se secaban y la falta de lluvia resecaba las tierras hasta hacer imposible la práctica de la agricultura. Por esta razón, los griegos carecían de las reservas necesarias de cereales y debían traer alimentos de otras zonas, tales como Italia o Ucrania. No obstante, supieron explotar los cultivos que se adaptaban bien a su clima y suelo como la vid y el olivo. En las zonas montañosas, el principal recurso era la ganadería, abundando, sobre todo, los rebaños de ovejas y cabras.

La vivienda de los griegos, también en función del clima, se caracterizó por sus patios interiores o atrios con tejados sustentados por columnas. Alrededor del patio se situaban las habitaciones.

La forma de vestir de los griegos indicaba una identificación perfecta del individuo con el medio en que vivía. Se utilizaban vestidos ligeros con blusas y túnicas tejidas en lana o lino. Estas ropas, sueltas y cómodas, se adaptaban al clima.

Las regiones costeras, con numerosos entrantes en el mar resultaban propicias para la navegación. A pesar de la escasez de sus recursos naturales. Grecia contaba con un emplazamiento privilegiado. Próxima a Creta y en una posición intermedia entre los pueblos de Asia y del occidente europeo, la península griega fue un lugar favorable para el desarrollo de la civilización. Un espacio con vocación expansiva. El área griega propiamente dicha constituye un espacio pequeño, si se la compara con los grandes espacios aciertos de los imperios orientales. El fraccionamiento en multitud de islas y de pequeños valles rodeados de montañas impidió la formación de unidades políticas extensas. Sin embargo, los griegos consolidaron un espacio

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cultural de notables dimensiones cuya influencia puede detectarse desde el golfo Pérsico hasta la península ibérica: es un espacio discontinuo, de núcleos aislados (colonias).

La importancia del mar en la vida helena se manifiesta, tanto para el desarrollo de la economía mediante un activo comercio, como para explicarnos el poder político alcanzado por sus pequeños estados. Atenas y las ciudades del Peloponeso poseían escuadras importantes en las que se basaba a menudo su hegemonía. El mar fue la vía de expansión por excelencia —y casi única— de la cultura griega: el camino emprendido por sus navegantes para buscar en el exterior los recursos naturales que no producía su tierra. Esta realidad condiciona toda la vida de la Grecia clásica, desde el pensamiento, que adquiere mayor flexibilidad al entrar en contacto con otros modelos culturales, hasta la economía, que se basa fundamentalmente en el intercambio de productos adquiridos fuera de los límites del Egeo.

Un espacio diverso con sentido de unidad. Los múltiples valles e islas de que se compone Grecia, condicionaron el desarrollo como unidades independientes de las ciudades-estado, muchas veces enfrentadas entre sí. Esparta, Tebas, Atenas, Argos, Naxos y otras ciudades, formaron unidades políticas bien diferenciadas. Las luchas entre una y otra ciudad fueron frecuentes y alcanzaron su expresión máxima en las guerras del Peloponeso.

Cada ciudad tenía leyes, estilos artísticos y modelos culturales que la diferenciaban de las demás. Sin embargo, existía un irreversible proceso de unificación cultural que se tradujo en una conciencia colectiva de pertenecer a la Hélade como unidad superior al estrecho marco de cada ciudad-estado. TOMADO DE http://raulhenriquez.blogspot.com/2006/04/el-aporte-de-la-civilizacion-griega-la.html

Realimentación. Sintetizar cada párrafo de la lectura anterior extrayendo la idea principal y ubicarla en un mapa conceptual.

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