Prof. Dr. D. Gratiniano Nieto Gallo

La última batalla, la de la muerte, se pierde siempre; pero este final igualatorio obliga a comprender que lo importante, en el inevitable encuentro con la Parca, es cómo se acude a la cita y no cómo concluye. No es de tesitura fácil, sobre todo si se barrunta el final irreversible; en ella pueden apreciarse grados diferentes de temple, de Juste espiritual, y D. Gratiniano Nieto dio en esto la más alta medida. Sin duda, y entre otras cosas, porque al encuentro no llegaba inerme, desasistido, sino pertrechado con las armas relucientes de muchos logros, y recorjortado con el bálsamo de profundos afectos, que su familia y sus amigos tuvieron siempre a punto. Al recuerdo de su personalidad están dedicados estos dos volúmenes de los Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid. Es el homenaje modesto que le dedica un grupo de universitarios —amigos, discípulos, colaboradores de D. Gratiniatw—, conversando, en el silente papel impreso, sobre los temas que en vida le ocuparon, le apasionaron. Es el reconocimiento —iksafbrtunadamente postumo— a una actividad que comenzó su andadura universitaria en los años difíciles de la guerra española, cuando realizaba sus estudios de licenciatura en la Universidad de Valladolid, entre 1936 y 1940. Pronto catalizaron sus intereses las cuestiones relativas a la Historia del Arte y a la Arqueología, con una amplitud de horizontes en la que se advierte la huella de sus maestros y mentores: D. Cayetano de Mergelina —que habría de ser también su suegro, al desposarse con su hija María—, D. Manuel Gómez Moreno, y D. José Camón Aznar, entre otros. Con una Tesis dirigida por el úUimo de los citados, se doctoró en la Universidad de Madrid en 1955. Recién licenciado, inició Gratiniano Nieto una intensa labor en dos campos principales, el de la Universidad, como Profesor Ayudante y luego Profesor Adjunto de las Cátedras de Historia del Arte y de Arqueología de la Universidad de Valladolid; y el de los Museos, como miembro del Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Museos, con plaza en el Museo Arqueológico de Valladolid. XI

En ambas actividades, y en otras que con eUas se simultanearon (entre ellas la dirección del Colegio Mayor Santa Cruz) dio pruebas el joven Nieto de una de sus mejores cualidades: su capacidad de organización y de gestión. Cuéntese entre los resultados el impulso dado al prestigioso B o l e t í n del

Seminario de Arte y Arqueología de Valladolid, del que fue Secretario, bajo la dirección de su fundador, el Profesor Mergelina. En 1952 se trasladó al Museo Arqueológico Nacional de Madrid, como Conservador, al tiempo que era nombrado Profesor Adjunto en la Cátedra de Historia del Arte Medieval de la Universidad Central, y Director del Colegio Mayor Nebrija. Pero su dedicación a la Universidad se haría prioritaria a partir de 1959, con la obtención de la Cátedra de Arqueología, Epigrafía y Numismática de la Universidad de Murcia. Dejó aquí una profurula huella de su paso, aunque no permaneció mucho tiempo en la capital del Segura. En 1961 retornó a Madrid como Director General de Bellas Artes, cargo que desempeñó hasta 1968 y le dio ocasión de desarrollar con las máximas posibilidades su capacidad organizativa, y de cubrir, sin duda, una de las etapas más fruetiferas de su vida. Por su larga y fecunda gestión en la Dirección General recibió el Profesor Nieto los plácemes de numerosas personalidades y, entre las instituciones, de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando. Sería muy largo hacer recuento de los pasos dados entonces, pero destaquemos, al menos, el vigoroso impulso dado a la creación y a la dotación de los museos, la salvaguardia de numerosos monumentos y yacimientos arqueológicos, la construcción de gran número de centros dedicados a la ensefianza de las artes y los oficios artísticos (escuelas, conservatorios, etc.), o la habilitación, en la misma línea, del Teatro Real como Sala de Conciertos, Conservatorio y Escuela Superior de Arte Dramático; por último, en aras de la brevedad, la creación de servicios y centros entre los que sobresale el Instituto Central de Conservación y Restauración de Arte y Objetos Arqueológicos, de notoria trascendencia en la protección y valoración de nuestro patrimonio artístico y arqueológico, y en la formación de personal dedicado a esta labor, encauzada a través de una Escuela de Artes Aplicadas dependiente del Instituto. El mismo Gratiniano Nieto ejercería durante algún tiempo (1968-1971) la dirección de los dos centros asociados. El último capítulo de su biografía académica está presidido por su vinculación a la Universidad Autónoma de Madrid. Aquí se incorporó como Catedrático contratado en 1971, y ocupó definitivamente, por concurso, la plaza de Catedrático de Arqueología, Epigrafía y Numismática, desde 1973 hasta su jubilación en 1984. Pronto sería recabado para el desempeño de puestos de gestión y dirección, primero como Vicerrector, luego como Rector de la Universidad desde 1972 a 1977. No ha de extrañar que desde su alto puesto de gobierno impulsara con fuerza la joven Universidad Autónoma en un período crucial de su formación. Nuevos Institutos, Facultades, Departamentos se crearon bajo su mandato, y entre ellos el más directamente vinculado a su tarea personal, el Departamento de Historia del Arte y de Arqueología, escindido luego en dos, de Historia del Arte y de Prehistoria y Arqueología. Bajo su dirección, el Departamento de Prehistoria y Arqueología emprendió su andadura con dotaciones y medios poco comunes en el conjunto de la Universidad española. La revista que ahora le rinde justo homenaje nació entonces, con bs esfuerzos que son de suponer, como vehículo de expresión de su actividad y medio de enriquecimiento de la biblioteca, gracias a los intercambios con centenares de publicaciones españolas y extranjeras. El impulso a la atención de nuevos campos de la Arqueología tiene cumplido ejemplo en la prestada a la Arqueología Medieval, y a iniciativa de Gra-

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tiniano Nieto se creó la Asociación Española de Arqueologta Medieval, de la quefue su primer Presidente. Aún tuvo tiempo D. Gratiniano de investigar en el campo y en el gabinete, y publicar multitud de trabajos. Figuran entre sus excavaciones las realizadas en el Oppidum de Iruña y en la célebre necrópolis ibérica del Cabecico del Tesoro, en Verdolay (Murcia). Pero baste comprobar, como expresión de su tarea científica, la lista seleccionada de sus publicaciones en las páginas siguientes. También en ellas, el elenco de distinciones que gratificaron su quehacer. Fue la última, su nombramiento como miembro de número de la Red Academia de Bellas Artes de San Femando, justa recompensa que recibió D. Gratiniano con particular satisfacción. El discurso de ingreso, sobre «Arqueología y modernidad», que leyó en solemne sesión del día 2 de junio de 1985, le dio ocasión de exponer su visión de la Arqueología, y, durante su redacción, olvidar la difícil compañía del mal que ya atajaba su camino. Deja, pues, D. Gratiniano, memoria de una vida afrontada como quehacer, de un abrumador balartce, memoria que guardan con especial viveza quienes estuvieron cerca de él, quienes recibieron su empuje científico y humano. Tenga ahora el descanso y el recuerdo que su obra merece. M A N U E L BENDALA GALÁN Director del Departamento

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