Familia y desarrollo en América Latina y el Caribe - unesdoc - Unesco

partidos políticos y asociaciones gremiales), ha debilitado la capacidad de gestión y ... A la vez se plantean viejas oposiciones tales como socialismo/democracia o ...... Peter Laslett en Gran Bretaña; Philippe Aries y Jean Jacques. Flandrin en ...
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Familia y desarrollo en América Latina y el Caribe

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INDICE

Introducción

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América Latina: literatura sobre familia en los años setenta y ochenta/ A n a Jusid

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L a familia y la crisis económica en el Uruguay/ María M . C a m o u ; Patricia Chiesa

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Familia y crisis económica en México/ María del Pilar Muriedas

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Ecuador: la familia del sector popular urbano/ Lucía Carrion L

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Familia y crisis económica en el Perú/ Diana Avila Paulette

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Familia y crisis en El Salvador de hoy/ América Rodríguez

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La familia cubana/Niurka Pérez Rojas; Elena Díaz González

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La familia del Caribe: respuestas a la transformación económica y social/ Sonia M . Cuales

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Anexos

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Introducción

El renovado interés por la familia como objeto de pensamiento de las ciencias sociales y como sujeto de las políticas de desarrollo de los países de la región no es casual. Ocurre en el marco de una crisis que atraviesa todas las instancias de las sociedades latinoamericanas y caribeña. Los artículos que integran este volumen ilustran desde distintas ópticas analíticas y a partir de situaciones nacionales y particulares la interacción -conflictiva y dinámica- entre familia y sociedad. Es evidente que, ante el embate de la crisis las familias, en particular las de menores ingresos, han recurrido a una serie de mecanismos para cubrir sus necesidades básicas. Este fenómeno, si bien no es nuevo, hoy se vuelve visible básicamente por la incapacidad de que los modelos de desarrollo económico material y las distintas políticas públicas de asistencia social garanticen algún grado de equidad social. Esa incapacidad se manifiesta en el crecimiento desordenado y desmesurado de la población urbana, en el desempleo y subempleo, en la reducción de los salarios reales, la disminución de las inversiones para el desarrollo y para gastos destinados a satisfacer las necesidades de la población ( educación, salud, vivienda, infraestructura de servicios, etc.), el endeudamiento externo, el recrudecimiento de la violencia social e institucional. Todo ello agudiza la pobreza e incrementa la inseguridad de la mayoría de la población de la región y acrecienta las desigualdades socioeconómicas. También se expresa en la pérdida de legitimidad del sistema político. H o y por hoy, existe una desarticulación entre la sociedad civil y la política. H a n emergido u n a serie de movimientos sociales representados por agentes diversos (mujeres, pobladores, ecologistas, defensores de los derechos h u m a n o s , etnias, etc.) que buscan legitimar sus reivindicaciones particulares o simplemente solventar sus necesidades inmediatas. E n algunos casos se trata de nuevos actores sociales, en otros de grupos que hasta hace poco permanecían invisibles, pues su identidad social estaba mediada por los partidos políticos a quienes se confiaba la representación y canalización de las demandas colectivas. Pero, los partidos como instituciónpuente, también han sido sometidos a cuestionamiento, bien sea porque los proyectos partidarios no lograron sintetizar las múltiples demandas sociales, bien sea por la presencia de Introducción I

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prácticas clientelares o por la separación entre la dirigencia y las bases, o bien por una despolitización de la sociedad civil. A la opción partidaria como mecanismo de organización se oponen los movimientos sociales, cada uno reclamando su autonomía e identidad propia. La disminución de recursos que, como producto de la crisis económica, vienen sufriendo los Estados de la región, les ha obligado a modificar la naturaleza del apoyo estatal a los sectores populares. Hoy, cada vez m á s , los gobiernos abandonan las políticas de carácter asistencia! sin que existan alternativas claras en cuanto a la participación de los beneficiarios. Esta reorientación, junto con la crisis de los canales clásicos de mediación entre el Estado y la sociedad civil (los partidos políticos y asociaciones gremiales), ha debilitado la capacidad de gestión y de conducción social desde el Estado. Por ello la búsqueda afanosa de nuevos canales, de nuevas mediaciones o de interlocutores directos que permitan aglutinar las múltiples demandas y transformarlas en políticas de desarrollo, las cuales no siempre coinciden con las necesidades de la población m á s afectada por la crisis. El hecho de que la sociedad civil esté creando sus propios instrumentos de representación social y de negociación frente al Estado y de que éste busque incrementar la participación de las comunidades en la decisión, organización y ejecución de políticas, sugiere que algunas de esas nuevas funciones deberán ser asumidas por grupos sociales específicos. Por lo tanto, el reto es identificar cuáles grupos condensan o aglutinan las múltiples demandas sociales. M á s allá de los actores directos -movimientos sociales, partidos políticos, Estado- los cambios ocurridos en la sociedad civil y en la política constituyen hechos trascendentales para las ciencias sociales. Hay una urgencia de responder a un cúmulo de preguntas de una sociedad que interpela agudamente, de una sociedad fragmentada que busca restituir un nuevo orden. ¿Es posible articular los distintos movimientos sociales bajo un proyecto socioeconómico y político único? ¿Quién o quiénes esbozarían ese proyecto: los propios actores, agentes externos, el Estado...? ¿Cómo conformar un sujeto colectivo a partir de los múltiples movimientos sociales particulares? ¿Qué elementos de las políticas estatales generan consenso dentro de los grupos-objetivo y ayudan a impulsar un desarrollo? Algunos autores sostienen que la diversidad de respuestas y propuestas de acción que se están planteando desde los sectores populares a problemas de distinto orden obliga a revisar el estado del pensamiento social, sus paradigmas y correspondientes utopías. Se vive una "carencia de marcos de interpretación en tanto ni la acumulación, ni el desarrollo, ni el mercado, ni las necesidades humanas son aceptadas consensualmente como principios de legitimidad de las reivindicaciones particulares y, en especial, de las populares. (. . .) E n el pensamiento social contemporáneo se vienen planteando una serie de giros que abarcan, entre otras cosas, las contraposiciones siguientes: Estado/sociedad civil, partidos políticos/movi-

Inlroducción I

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mientos sociales, totalidad social/vida cotidiana, saber científico/saber c o m ú n , teoría/empiria. A la vez se plantean viejas oposiciones tales como socialismo/democracia o planificación/mercado", que reflejan la crisis por la que atraviesa el pensamiento social y anuncian nuevas síntesis.1 Este proceso de redefinición, de cambio, de búsqueda ha involucrado a disciplinas como la sociología, la antropología, la economía, la demografía y ha provocado rupturas técnicas, metodológicas y teóricas con los enfoques tradicionales. D e los múltiples problemas y temas, hoy en debate, nos interesa recuperar aquéllos que conciernen a la familia. ¿Cuándo, cómo y por qué las ciencias sociales latinoamericanas comenzaron a ocuparse atentamente de la familia? Algunos autores coinciden en que el punto de partida se localiza en los primeros años de la década de 1970, cuando el énfasis de la investigación se centró en las migraciones, los sectores populares, la mujer y la población, desde una perspectiva que tomaba a la reproducción biológica y social como eje analítico. Pero la reproducción ya no en tanto individuos aislados, como se la trataba en décadas anteriores, sino en tanto grupo, en cuyo caso la familia pasó a ocupar un lugar privilegiado. Aparecieron, así, conceptos como el de estrategias de sobrevivencia que alude a los mecanismos que utiliza la unidad familiar para asegurar su mantenimiento económico y su reproducción. Pero este vuelco analítico, este interés por mirar a la familia desde adentro levantó nuevos problemas teóricos y empíricos aún no resueltos, de los cuales interesa destacar los siguientes:

1. José Luis Coraggio. Utopía y alternativa ante la deuda externa. Ecuador Debate (Quito), N o . 15, Utopía y sociedad, abril 1988, p. 43-99.

1. Ubicar a la organización familiar entre las instituciones sociales de tal forma que sea portadora de u n status propio. E n este sentido parecería insuñciente asignarle el papel de filtro o instancia mediadora entre la sociedad y el individuo, o tratarla como parte de los estudios "micro". U n o de los problem a s de concepciones de este tipo es que legitiman la división entre m u n d o público y m u n d o privado, con lo cual se obscurecen ricas facetas de la realidad. 2. Buscar una definición que imprima u n sentido único a u n término amplio y ambiguo como es el de "Familia". 3. Encontrar un espacio adecuado para la observación empírica y para la recolección de información. Actualmente se superponen conceptos tales como unidad doméstica, unidad familiar, unidad residencial, hogar censal, etc. que han sido construidos por las distintas disciplinas de acuerdo con sus objetivos particulares. 4. Redefinir el concepto "trabajo" recuperando la naturaleza de trabajo doméstico y su importancia en el mantenimiento y reproducción de la fuerza de trabajo y de estructuras de poder que perpetúan las desigualdades de género: hombremujer. 5. Valorizar la importancia de la cultura, del m u n d o subjetivo, de la ideología, de la cotidianidad en la producción y reproducción de la vida. E n este punto, como en el anterior, han Introducción

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tenido singular relevancia los aportes del feminismo y de la sociología de la cotidianidad. Dentro de este contexto, la U N E S C O ha estado discutiendo propuestas alternativas de desarrollo para la región que incorporen la dimensión cultural, en la cual la familia sigue siendo uno de los principales depositarios y agentes. E n la medida en que ese rol sea reconocido dentro de las políticas públicas, la familia podría participar activamente como un agente multiplicador de u n desarrollo pensado en función de sus características y necesidades. Las actividades llevadas a cabo por la U N E S C O en el campo de la familia persiguen avanzar en el conocimiento de la interacción entre ésta, el individuo y la comunidad. Le interesa, por lo tanto, estudiar las funciones socioculturales, educativas y éticas que cumple la familia, en tanto institución social, en los procesos de desarrollo de la región. Para ello considera importante promover el estudio multidisciplinario de esos roles y funciones y, en particular, analizar cómo los cambios económicos, demográficos, culturales, científicos y tecnológicos afectan y transforman a la institución familiar. D e esta manera será posible responder a problemas vigentes tales como el rol de, la familia en los procesos educativos, en la transformación de las estructuras y hábitos sociales, en la respuesta étnicocultural a los grandes e imponderables avances científicos y tecnológicos, en la conservación, producción y transmisión de las identidades culturales y en la formación crítica de los usuarios de los medios de comunicación. C o m o parte de esas actividades, la U N E S C O organizó una "Reunión de expertos sobre el rol de la familia en los procesos de desarrollo" que se llevó a cabo en Caracas, Venezuela, entre el 28 de septiembre y el 2 de octubre de 1987. E n el evento participaron 19 expertos que procedían de 14 países de América Latina y el Caribe. E n este volumen se reúnen los siete estudios nacionales y una visión restrospectiva de la literatura sobre familia producida en la región en las dos últimas décadas, que se discutieron en la reunión, así como las resoluciones y propuestas que formularon los expertos. El trabajo de A n a Jusid, que abre este volumen, muestra cuan variadas y polémicas son las formas de entender y describir a la familia en los trabajos académicos y gubernamentales producidos en América Latina desde los años 70. L a autora señala que la búsqueda temática, teórica y metodológica dentro de las ciencias sociales ha seguido u n amplio recorrido "desde la economía neoclásica y el funcionalismo hacia la economía clásica y el marxismo nutriéndose con el feminismo, el psicoanálisis y la teoría de la dependencia". E s a búsqueda ha desentrañado situaciones que permanecían ocultas, ha cuestionado verdades que parecían inamovibles, ha sacado a la familia del lugar íntimo y privado, le ha devuelto su rol activo de productora de vida, de imágenes, de significados, de ideologías. Los aportes provienen de distintas disciplinas -economía, demografía, sociología, antropología, psicología-, se encuentran y desencuentran, anuncian una síntesis o, al menos, la necesidad de alcanzarla. Introducción I

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Los estudios de caso sobre la situación de las familias en Cuba, Ecuador, El Salvador, México, Perú, Uruguay y en los países del Caribe, anglo y franco parlante, muestran la heterogeneidad característica de la región e ilustran los distintos modelos familiares que han predominado en el contexto latinoamericano. Ello permite no sólo recuperar los rasgos comunes que articulan esa diversidad sino también registrar cómo la crisis económica, junto con situaciones nacionales particulares, está provocando cambios acelerados en la organización, roles y funciones de la familia. Aunque en esencia la familia continúa siendo el núcleo básico de la producción y reproducción biológica y social, el guardián de la memoria histórica de u n grupo, es también una institución dinámica. El contexto sociocultural y económico en el cual está inserta así como factores étnicos y de clase intervienen y se mezclan en su configuración y evolución histórica. N o es lo m i s m o hablar de la familia asentada en las urbes, de la familia de sectores populares que de la de los estratos medios y altos. Los estudios nacionales muestran que los modelos de familia que han predominado en cada país o región responden a la forma como se ha ido desarrollando la historia y la cultura de cada pueblo. Países como Uruguay, cuya población desciende de migrantes europeos, darán lugar a un modelo de familia nuclear permeada por la ideología de la clase media, distinto al de aquellos países donde los factores étnicos profundizan las diferencias sociales. Tal es el caso de Perú, México, El Salvador y Ecuador, que presentan un alto porcentaje de mestizaje y de población indígena. E n los sectores campesinos y urbanopopulares de estos países predomina, m á s bien, el modelo de familia extensa. Este tipo de familias han preservado redes de solidaridad e intercambio propias de las comunidades indígenas, basadas en lazos de consanguinidad y comunales que rebasan el núcleo familiar conformado por la pareja y sus hijos. L a historia del Caribe, en cambio, es la historia de una pasiva resistencia a la esclavitud que se manifiesta con mayor fuerza a través de la cultura, cuya transmisión ocurre en el seno de la familia. L a composición étnica y las relaciones que se establecen en las distintas razas que conforman esa población imprimen una complejidad singular a la familia caribeña. El modelo c o m ú n es matrifocal, extenso, en donde la presencia del hombre oscila entre la convivencia permanente en el hogar y la presencia pasajera. Pero lejos de ser una receptora pasiva de los cambios exógenos, las familias, sobre todo las de menores recursos, responden de múltiples formas a los retos y demandas sociales. E n toda la región han aparecido o se han fortalecido estrategias familiares tendientes a cubrir las necesidades básicas del núcleo, tales como el sobretrabajo, la migración interna e internacional, el infraconsumo, la ampliación de las actividades de producción y comercio informales, a veces ilegales, a cargo de empresas familiares, la recuperación y fortalecimiento de antiguos mecanismos de intercambio de bienes y servicios no m o n e tarios, la mayor participación de mujeres y niños en el trabajo. Introducción

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Estos mecanismos que adopta la unidad familiar para enfrentar las restricciones económicas impuestas por la crisis, la somete a u n continuo y acelerado proceso de adaptación/ resistencia que la transforma internamente, proceso que no está exento de conflictos, ya que el proyecto del núcleo puede o no coincidir con los intereses individuales de cada miembro. D e los estudios nacionales se desprende que actualmente las familias viven u n m o m e n t o de transición en toda la región, una recomposición que anuncia la aparición de estructuras y funciones renovadas. Mientras en México las autoras señalan que el agotamiento del patrón de desarrollo adoptado desde la segunda guerra mundial transformó rápidamente la estructura familiar, en Uruguay la ruptura abrupta de la institucionalidad democrática en los años 70 disolvió las sólidas estructuras familiares que habían venido consolidándose desde principios de siglo. L a autora del artículo sobre El Salvador señala que la guerra que vive el país desde 1981 ha provocado una desestructuración familiar que se expresa tanto en la eliminación física de sus miembros cuanto en la destrucción de antiguos valores y el surgimiento de nuevos. E n el estudio sobre la familia peruana, la autora destaca que Perú es u n país sometido a sucesivas crisis económicas desde los años 50 que lo han sumido en una situación social y política conílictiva. Añade que es u n país donde reina la informalidad en la vivienda, la industria, el transporte, el comercio, donde actúa u n m o vimiento armado desde 1980, con la izquierda como la segunda fuerza política, con desempleo, represión, y una notable concentración de la población nacional en los centros urbanos sobre todo en Lima, la capital. Esta desarticulación social evidentemente afecta a la estructura familiar, especialmente en los sectores populares urbanos. E n el caso de Ecuador, el reciente y acelerado proceso de modernización y urbanización sustentado en la bonanza petrolera de los años 70 introdujo nuevos valores y pautas de consumo en una estructura familiar urbana bastante tradicional. Este proceso de auge fue roto abruptamente con la crisis que se inició en 1983. La velocidad con la cual han ocurrido dos procesos opuestos -auge/crisis- vuelve complejo sopesar los indudables efectos que ello ha acarreado sobre la estructura familiar. El caso de Cuba es la excepción dentro del panorama regional, ya que los efectos de la crisis están mediados por u n sistema que garantiza a la familia el suministro de sus necesidades básicas. E n ese país tienen prioridad problemas que atañen a la distribución interna de roles y funciones, entre otros el comportamiento sexual de los jóvenes, la sobrecarga de las responsabilidades domésticas en la mujer, la disminución de las tasas de natalidad. Este amplio espectro de situaciones hace evidente la dificultad de definir, caracterizar y actuar sobre la familia. L a realidad de la región está señalando cuan insuficiente resulta enmarcar a la familia dentro del modelo nuclear tradicionalmente utilizado por las ciencias sociales y por las legislaciones, cuan inadecuado es concebir la familia como u n núcleo armónico y pasivo circunscrito a la reproducción de la fuerza de trabajo y de los valores predominantes en la sociedad. Introducción

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Si bien la institución familiar puede constituir desde el punto de vista analítico "un campo desde el cual se divisan y dentro del cual se proyectan todas las instituciones de la comunidad en sus fallas y aciertos", elegirla como sujeto de acción de las políticas estatales no está exento de peligros. Convocar la participación unitaria de miembros, cada uno de los cuales puede ser portador de intereses particulares, significa aglutinar dentro de u n núcleo heterogéneo demandas y proyectos distintos y a veces contradictorios, para cuya expresión esos sujetos pueden elegir otros canales sociales. Los artículos de este volumen representan u n primer desafio en la búsqueda de alternativas m a n c o m u n a d a s m á s libres y h u m a n a s para las familias de la región.

Introducción I

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América Latina: literatura sobre amilia en los años setenta y ochenta

E n la última década, la literatura sobre la familia en América Latina cubre u n vasto espacio temático y disciplinario; figuran temas como la reproducción de la fuerza de trabajo, el mercado de trabajo, la crisis y las estrategias de supervivencia, la ideología de la clase obrera, anticoncepción, fecundidad, pareja, entre otros. Los trabajos han sido producidos por distintos tipos de instituciones: académicas, gubernamentales, comunitarias, de planificación y terapia familiar, Iglesia, etc. Gran parte de la literatura critica la parcelación del conocimiento; la débil relación interdisciplinaria; la escasa publicación y difusión; la ausencia de nuevos especialistas en eventos generales; el exiguo contacto entre los investigadores, las instituciones, los trabajos y avances fuera de la región; y la débil o nula conexión entre los organismos gubernamentales y las instituciones académicas. Sólo en Brasil aparecen una o dos publicaciones periódicas,1 que reseñan casi todo el material editado en el país sobre los diversos tópicos vinculados a la problemática social y algo de lo editado en el exterior. Pero allí es también escasa la relación entre las áreas académicas y el espacio gubernamental. Esta relación tiene mayor fluidez en México, quizá porque la estabilidad del sistema democrático posibilita imaginar proyectos a largo plazo. El material que relaciona a la familia con el desarrollo endógeno muestra la multidimensionalidad y multideterminación de la primera. La problemática del desarrollo vincula la economía con la política y la ideología y, al hacerlo, la familia aparece en el centro de un amplio espectro temático que liga distintas categorías analíticas, diversos enfoques teóricos y metodológicos y distintos temas. Los índices bibliográficos solicitados a los sistemas de información de N A C I O N E S U N I D A S , C E L A D E , C E P A L , I L P E S , bajo la especificación de "familia y desarrollo" incluyen trabajos de índole demográfica y económica que relevan problemáticas como la de la mujer en la sociedad actual y en la vida de ciertas comunidades. América Latina I

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Ana Jusid

1. Publicaciones de BIB, DADOS, 1NPER.

E n los estudios de la primera parte de la década analizada se insiste en la necesidad de investigar y/o actuar sobre los sectores m á s alejados de los benefícios del desarrollo; en pocos casos se estudia o discuten temas relacionados con familias de capas medias o altas.

U n a visión sobre la literatura producida en las décadas de 1970 y 1980 Población, mujer y estrategias de supervivencia E n la literatura tratada aparecen dos puntos de inflexión: los estudios sobre población y los estudios de la mujer. Los enfoques sobre población van cambiando a lo largo de la década; se va pasando del estudio de individuos aislados al estudio de conjuntos o grupos de individuos. Fernando Cortés, en u n trabajo reciente,2 sostiene que los estudios demográficos de los años sesenta se apoyaron en marcos teóricos que hacían énfasis en lo psicosocial e individual. Pero -agrega- hubo un cambio en el objeto de estudio: de la relación entre características individuales y oportunidades, a la relación entre desarrollo y migraciones. C o n el cambio paradigmático, la unidad de análisis pasó a ser la corriente o flujo migratorio, cuyo estudio se lo inscribe dentro del desarrollo socioeconómico -redefinido por la teoría de la dependencia-, y se privilegian los desplazamientos territoriales especialmente laborales. Este cambio paradigmático -según Cortés- aparece como contrapunto de los conceptos de población desarrollados por Malthus y Marx. E s , a la vez, u n o de los elementos que permite entender la mnt.mvprain de ln« afina 7 0 ^ lo que va de los 80, entre malthusianos o neomalthusianos vs. marxistas. Asimismo, los estudios sobre mercado de trabajo y migraciones incorporan a su análisis la dimensión familiar.

S. Fernando Cortés. El mercado de trabajo urbano y la »ociodemografta mexicana en la primera mitad de la década de loe ochenta: alguna» conaideracione» metodológicas. Mexico, FLACSO.sf. (Ml meo). 3. Joto Duarte y otros. Alguno» problema» teárico-metodológico» do» ettudo» de população na América Latina. Sao Paulo, Universidade Estadual de Campinas, 1978. (Texto Nepo 3; Núcleo de Estudos de PopulaçSo)

También se h a cuestionado el estatuto teórico de población en el seno de las Ciencias Sociales, lo que ha obligado a una búsqueda teórica y metodológica. Duarte, Muntoli, Coleta y López Patarra* sostienen que en el análisis demográfico tradicional, el concepto población se reconstruye a partir de la natalidad, la mortalidad y la migración. Para explicar la fecundidad ligada a la urbanización y a las tasas de natalidad, esos enfoques articulan la teoría de la modernización al neomalthusianismo (que privilegia el ángulo del consumidor). Así el énfasis recae en los factores psicosociales, en las motivaciones del comportamiento reproductivo y en las migraciones. Por el contrario, el enfoque histórico estructural incorpora la dinámica poblacional a la reproducción de la sociedad, considerando el conflicto de clases y la idea de mediaciones. Sostienen, los autores citados, que la crítica a los estudios de fecundidad involucró a los estudios de población. El objeto de estudio, hasta América Latina

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entonces circunscrito a la fecundidad, se amplió y aparecieron al menos cuatro concepciones. 1. El comportamiento reproductivo de los individuos que afecta, positiva o negativamente, a la fecundidad (por ej. sexualidad, procreación, etc.). 2. La reproducción de la población en general considerada como u n proceso dinámico. La interrelación entre natalidad, mortalidad y migraciones, vista a través de grupos de individuos distribuidos por edad y espacialmente, que reflejan las transformaciones de la sociedad. 3. La reproducción de la fuerza de trabajo que subordina el problema de la población a la dinámica del capitalismo en nuestras sociedades. Dentro de esta posición propone estudiar la reproducción de la población para suplir al capital; natalidad, mortalidad y migraciones se redefinen bajo esta perspectiva. La segunda focaliza la reproducción de la fuerza de trabajo en cuanto reproducción de los individuos que la integran; trata, por lo tanto, la calificación de la m a n o de obra y los costos que ello implica para la familia. 4. Reproducción de la sociedad o de las clases sociales de la cual forma parte la reposición de los individuos. El conjunto social garantiza la reproducción de las condiciones individuales de existencia y determina la posición de los in-' dividuos en el sistema de clases sociales. Susana Torrado4 trata sobre una perspectiva analítica que rescata el vínculo entre lo macrosocial y lo microsocial a través de u n enfoque que gira en torno al concepto estrategias familiares de vida (EFV) o estrategias de supervivencia familiar (ESF). Este concepto se refiere a ciertos comportamientos económicos y extraeconómicos que permiten a los miembros de una U F asegurar la reproducción biológica y social de sus miembros. El enfoque ligado a las estrategias familiares ha sido usado en América Latina por varios autores." Así, por ejemplo, María Coleta, en su libro A produção d a vida, investiga los procesos a través de los cuales una parcela de la clase trabajadora repone cotidianamente su existencia. Desde este punto de vista, la familia constituye una unidad doméstica a partir de la cual se organizan las estrategias de supervivencia. Coleta señala que su posición se inspira en la concepción de Meyer Fostes acerca de la familia." E n los estudios sobre la mujer es donde se ha destacado el trabajo doméstico y el rol de la mujer en la reproducción de la fuerza de trabajo en las sociedades capitalistas latinoamericanas. A d e m á s de éstos y los enfoques sobre población, los dos ejes alrededor de los cuales se ha movido el pensamiento de la época sobre la familia, se está produciendo un encuentro entre aquellas perspectivas que analizaban a los seres humanos desde lo individual con aquéllas que sólo lo observaban desde lo general. Haciafinalesde la década de 1970 se manifiesta una tendencia a relacionar el m u n d o subjetivo, de las imágenes y representaciones, con el m u n d o objetivo. Por u n lado, la sociodemografía comienza a sostener la necesidad de investigar sobre unidades familiares o grupos de América Latina

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4. Susana Torrado. La familia como unidad de análisis en censo» y encuestas de hogares. Metodología actual y prospectiva en América Latina. Buenos Airea, Centro de Estudios Urbanos y Regionales, 1983; Susana Torrado. El enfoque de las estrategias familiares de vida en América Latina. Orientaciones teórico metodológicas. Buenos Aires. C E U R , 1985 (Cuadernos n*2). 5. La revista Demografía y Economía dedica el vol. 5, n"2 de 1981 a esa temática. S. Marta Coleta. A produção da vida. A mulher nas estrategias de sobrevivencia da familia trabalhadora na agricultura. Tesis de Doctorado en Sociología. Sao Paulo, Facultad de Filosofia, Letras y Ciencias H u m a n a s de la Universidad de Sao Paulo, 1981.440 p

individuos. Por otro lado hay una insistencia en estudiar temas no solamente económicos u objetivos, como los llama María Quartim de Moraes, 7 sino también los subjetivo«. Se desarrollan investigaciones sobre las representaciones, el imaginario, los afectos. Sin abandonar la perspectiva social, se recurre a categorías provenientes del psicoanálisis y de lafilosofia.Esta óptica es notoria en las obras de Tania Salem, Gilberto Velho y en autoras feministas como Beatriz Schmukler.' Las investigaciones sobre el tema de la familia han ganado carta de ciudadanía al aparecer como u n campo de confluencia entre distintas disciplinas, enfoques teóricos, perspectivas analíticas y preguntas sobre un universo considerado aún parte de la esfera privada, separado de lo público, del todo social. Cada una de las maneras de ver a la familia ha contribuido al esclarecimiento de la multidimensionalidad y multideterminación del objeto, cuya comprensión aún está distante. Cristina Fukuí y Lía Bruschini» sostienen que u n a síntesis sobre el tema de la familia sólo será posible cuando esta unidad de análisis deje de ser u n recurso explicativo o una categoría adicional de análisis.

7. Mari« Quartim de Monte«. Familia e feminismo. Cadernos de Pesquisa, (Fundación Cario« Chagas), n*37, mayo 1981. 8. Beatrix Schmudder. Familia y dominación patriarcal en el capitalismo. E n DtbaUi »obre la mujer en América Latinay el Caribe. Los estudios gubernamentales snt; Tania Salem. O velho c o novo. Um estudo de papeis e conflictos E n los estudios gubernamentales el énfasis está dirigido familiares. Petrópolis, Editora Vohacia las zonas o sectores considerados problemáticos. Los sea, 1980; Idem. Familia em camadas medias: uma revisão da gobiernos y agentes estatales encargados de diseñar las políliteratura reciente. Boletim do M u ticas parten de una visión de lo que debiera ser la sociedad. seu Nacional (Rio de Janeiro), n* 26, U n dato importante en la historiografía de los trabajos 1986; Idem. Filhos do milagre. Ciencia Hoje, vol. 5, n* 26, Julio-agosto, sobre familia generados por los gobiernos es el Encuentro 1986; Ana Maria da Silva Dias. Familia e trabalho na cafeicultura. Ca- Mundial de Población celebrado en Bucarest en 1974, después del cual fueron creadas muchas instituciones relacionadas con dernos da Pesquisa (Fundación Carlos Chagas), n*37, mayo 1981; Gilla temática de la familia y de la población: consejos nacionales berto Velho. Parentesco, individuade población, instituciones privadas de estudio de la población lismo e acusações. E n Gilberto Velho y planificación familiar, ote. Estas instituciones, teniendo en y Sérvulo A . Figueira (coord.). Famii lia, psicologia e sociedade. Rio de cuenta las características particulares de sus países, buscaron Janeiro, Editora Campus Ltda., aplicar las resoluciones generales del Encuentro." Si bien esta 1981. temática ha estado relacionada fundamentalmente con intere9. Cristina Fukui; lia Bruschinl. E m crise a familia? Temas em ses gubernamentales, la movilización creada a su alrededor ha debate. Cadernos da Pesquisa (Funimpulsado la investigación y a los propios investigadores. dación Carlos Chagas), n*S7, mayo Elsa López y Guadalupe Salas" escriben que luego de la 1981. Conferencia de Bucarest (1974) se Uevó a cabo en México (1975) 10. C O N A P O . Catálogo de Publicaciones. México, septiembre una reunión regional. Allí se reconoció la libertad de decisión de de 1986; Idem. Manual de Familia. las personas en cuanto a la formación de la familia, aunque se México, Julio de 1986; C O N A P O . La aceptó el derecho del Estado afijaruna edad mínima para el poltticadepoblaciónenlosplanesdt desarrollo. México, 1976-1983; Luis matrimonio. Se reconoció también el derecho de los cónyuges a Sobrevilla. Politica de población y contraer matrimonio con libre y pleno consentimiento, y el de programas de planificación familiar todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemenen el Perú. Cuaderno n* 6, C O N A P O , te el número y espadamiento de sus hijos y a disponer de la agosto 1984. 11. Elsa Lópex; Guadalupe información, educación y medios necesarios para ello. Ello Salas. Consideraciones sobre la implica, que los Estados, deben respetar y asegurar, indepenpolitica de población y la familia. dientemente de sus objetivos demográficos generales, el dereTrabajo presentado en el Seminario sobre Grupos Domésticos, Familia y cho de las personas a decidir de manera libre, informada y Sociedad en el Colegio de México, responsable, el número y espaciamiento de sus hijos. Julio de 1982. América Latina

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Los países que promuevan una elevación de los niveles de fecundidad no deben limitar los servicios de planificación familiar, en tanto aquéllos que deseen u n descenso n o deben recurrir a medidas que atenten contra los derechos humanos. Sin embargo, las autoras plantean tres preguntas relativas a la viabilidad de estos acuerdos11. ¿Son viables los procedimientos ético-jurídicos en el marco de la realidad latinoamericana? ¿Existen en América Latina políticas globales de desarrollo a las que puedan integrarse las políticas de población? Si las respuestas son afirmativas, ¿en qué medida las políticas de desarrollo permiten diseñar, en su interior, una política de población y a través de qué metodología? Las autoras opinan que, en ocasiones, las declaraciones pecan por su nivel de abstracción de la realidad, ya que no es de esperar que u n a alta proporción de la población d e los países 8ubdesarroIIado8 tome decisiones "libres" cuando o son analfabetos o su asistencia escolar h a sido escasa.

Familia: avatares de su definición

¿De qué se habla cuando se habla de la familia? E n la diversidad de disciplinas, enfoques teóricos y objetivos planteados en la producción escrita sobre el tema en la última década se puede observar cuan variadas son las definiciones y modos de entender o de describir a la familia: grupo doméstico, unidad doméstica, unidad de residencia, unidad de consumo, espacio privado de la reproducción, personas ligadas por el parentesco, unidad biopsicosocial, etc. Aquí presentamos algunas muestras de esa heterogeneidad.

L a familia c o m o unidad económica Para E . R . Weiss-Altaner" la familia es u n conjunto reducido de personas en el cual la reciprocidad caracteriza a la gran mayoría de los flujos de bienes y servicios que corren de un miembro a otro y en donde ocurre la creación de nuevas personas y la reproducción de la mayor parte de las energías gastadas cotidianamente. Sostiene que la familia fue quedand o reducida a la reproducción d e la fuerza d e trabajo,14 a la creación de nuevas personas y a la reproducción de las energías gastadas en trabajar. Afirma que el interés de la familia como unidad de análisis en la investigación se justifica por la producción todavía aislada de la fuerza de trabajo. L a división sexual del trabajo en el interior de las familias -escribe- debe ser vista como un problema del uso que la gente hace de su tiempo. Plantea, a su vez, que los distintos usos del tiempo familiar pueden ser agrupados según trabajo remunerado, no remuneAmérica Latina

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12. Gerardo Gonzales; M a r garita Errásuríz. Políticas de población en América Latina: La conferencia mundial y las reuniones regionales de población. E n Estructura política y políticas de población. Santiago, C L A C S O - P I S P A L , 1977. 13. EJt. Weiss-Altaner. Economía clásica, familia y actividad femenina. Demografia y Economía (El Colegio de México) vol J O , n* 1, 1977. 14. Varios autores estudian la reproducción de la fuerza de trabajo en el seno de la familia: Teresita de Barbierí; Orlandina de Oliveira. Reproducción de la fuerza de trabajo en América Latina en épocas de crisis: algunas hipótesis. México, Instituto de Investigaciones Sociales de la U N A M , Centro de Estudios Sociológicos, sf; Orlandina de Oliveira. Familia, mujer y organización doméstica. Trabajo e identidad femenina. Trabajo presentado en el Seminario Programas de Estudio sobre la Mujer en América Latina y el Caribe, sf, si; Teresita de Barbieri. Mujeres y vida cotidiana. México, septiembre 1984; ídem. Dos experiencias de creación de empleo para mujeres campesinas en México. E n Secretaría de Trabajo y Previsión Social. La mujer y el trabajo en México. México, Cuadernos Laborales, 1986. (Antología). María de las Mercedes Blanco Sánchez. Condiciones de trabajo doméstico y asalariado en dos grupos de mujeres pertenecientes a sectores medios de la ciudad de México. Tesis de maestría. México, F L A C S O , 1986.

rado, tiempo libre, reposo. Señala que la imposibilidad de sustituir a la mujer en la reproducciónfisiológica,la baja productividad h u m a n a durante siglos y la reproducción aislada y privada de la fuerza de trabajo, motivaron prácticas sociales que reducen la movilidad de la mujer y la encauzan primordialmente a la reproducción de la fuerza de trabajo. Algunos estudios sobre trabajo doméstico y estrategias de supervivencia, entre ellos al trabajo de García, M u ñ o z y Oliveira,1* muestran cómo los hogares de sectores populares enfrentan las condiciones de vida difíciles mediante la participación familiar en la actividad económica. Para esta posición, el hogar, entendido como una unidad doméstica, es una instancia quefiltrala demanda y regula la oferta de fuerza de trabajo en el mercado.

Limitaciones del concepto grupo doméstico aplicado a la familia Eunice Durham, 1 * criticando esta posición, sostiene que la familia no puede ser estudiada sólo como unidad económica, reduciendo su función únicamente a la reproducción (o reposición) de la fuerza de trabajo. Agrega que esta falencia aparece incluso en los análisis de inspiración marxista, donde la familia tampoco constituye u n elemento esencial de la reflexión pues aparece como institución superada. Para Marielle Martínez" la categoría grupo doméstico es una unidad analítica que expresa de manera sintética tanto las relaciones sociales fundamentales, que delimitan el lugar de las clases en el proceso de producción capitalista, como las relaciones que movilizan afectiva y cordialmente sus potencialidades. Barbosa de Almeida1" cuestiona el uso ambiguo del término familia en las investigaciones sobre producción agrí15. Brígida Garda, Humberto cola familiar, que utilizan como eje analítico la unidad domésMufioz y Orlandina de Oliveira. Hotica. Propone, por lo tanto, aplicar el término grupo doméstico gares y trabajadores en la ciudad de a la unidad de residencia y consumo sin que ello necesariaMéxico. México, Colegio de Mexico, UNAM, 1982. mente implique lazos de parentesco. Y reserva el término fami16. Eunice Durham. A familia lia a u n determinado conjunto de parientes cuya estructura operaria: consciência e ideologia. interna debe definirse previamente (familia nuclear, familia D A D O S (Revista de Ciencias SoB extensa, etc.). L A idea subyacente es que la familia es una dales, Río de Janeiro) vol. 123, n 2, 1980. unidad de producción de nuevas personas. 17. Marielle Martínez. CoMario Margulis y Rodolfo Tuirán1* diferencian el conmunidad y familia en la dinámica cepto de unidad doméstica del de familia. T o r hogar o unidad social campesina. Nueva Antropología (Revista de Ciencias Sociales) doméstica entendemos a u n grupo (en la mayoría de los casos n» 13-14, sf. familiares) que comparte una vivienda y articula una economía 18. Mauro William Barbota de común. Normalmente hay u n núcleo (de reproducción bioAlmeida. Redescobrindo a familia lógica) central, aunque puede haber m á s de uno -completo o rural. Brasil, Universidad Estadual de Campinas ( Ú N I C A M P ) , junio incompleto- según el tipo de familia de que se trate (nuclear o 1986. extensa, y en su caso las características de la extensión). H e m o s 19. Mario Margulis y Rodolfo Tuirán. Desarrollo y población en la encontrado también unidades compuestas por corresidentesfrontera norte, el caso de Reynosá. parientes y no. parientes caracterizadas por carecer de u n México, Colegio de México, Centro de núcleo de reproducción biológica". Esta definición de unidad Estudios Demográficos y de Desa| doméstica difiere de la noción de familia, según los autores, ya rrollo Urbano, 1986. América Latina

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que han partido de u n momento espacial: la vivienda. Para ellos la familia excede a la unidad doméstica pues suele incluir a miembros cercanos -hijos, padres, hermanos- que habitan en otros hogares. Ello lleva a tomar en cuenta un aspecto vinculado con la reproducción: la solidaridad familiar manifestada en prestaciones económicas o en otras formas de ayuda entre miembros de una m i s m a familia que habitan en viviendas diferentes y, en general, a los vínculos solidarios que trascienden los marcos espaciales de la unidad doméstica. Elizabeth Jelin20 utiliza también la idea de unidad doméstica, pero aclarando que la familia tiene u n sustrato biológico ligado a la sexualidad y a la procreación. Por lo tanto, constituye la institución social que regula, canaliza y confiere significados sociales y culturales a estas dos necesidades. Sostiene que la familia está incluida en una red m á s amplia de relaciones, obligaciones y derechos de parentesco. S u importancia va m á s allá de normar la sexualidad y lafiliación.T a m bién constituye u n grupo social que coopera económi-camente en las tareas cotidianas ligadas al mantenimiento de la unidad doméstica, combinando las capacidades de sus miembros y los recursos para desarrollar la producción y consumo. L a familia -dice- constituye la base del reclutamiento de las unidades domésticas. Así los límites entre u n a y otra son m u y per-' meables. L a familia c o m o categoría histórica El historiador Luis Leñero Otero11 sostiene que, habitualmente, c u a n d o se n o m b r a a lafamiliase habla de u n grupo o agrupamiento de personas vinculadas por lazos de parentesco consanguíneo y de relación conyugal, lo cual resulta relativo ya que podría existir u n vínculo sin el otro; puede haber además relaciones de afinidad consideradas familiares sin ser consanguíneas. Por otra parte -agrega- la relación conyugal puede ser trasladada a la relación entre adultos de igual o diferente sexo que interactúan con un sentido equivalente a la relación conyugal. Pero, además, hay otras manifestaciones: la residencia común, que va desde la residencia en una m i s m a comunidad hasta la residencia bajo un mismo techo; la unidad de vida doméstica básica, la unidad de consumo (alimento, vestido, confort), la unidad simbólica y religiosa ligada a la sacralization del ancestro, o la unidad de dependencia, crianza y educación básica. Leñero Otero critica a la teoría funcionalista para la cual la familia cumple una serie de tareas socialmente necesarias para evitar el desorden y la insatisfacción básica de las necesidades fundamentales: la regulación de las relaciones sexuales; la reproducción h u m a n a ; la crianza y educación de los hijos; el cuidado de los ancianos y la salud de los miembros; el ritual del culto religioso; el control moral; la de representación cívico-política; la seguridad social y la de ser medio de producción, de apropiación y de consumo. Lo que Leñero critica es la ausencia de u n a visión histórica, ya que esas funciones cambian a lo largo de la historia, culturas y clases sociales. América Latina

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50. Elizabeth Jelin. Familia y unidad dométtiea: mundo público y vida privada. Bueno« Airee, Estudio« C E D E S , 1984. 51. Lui« Leflero Otero. El fenómeno familiar en México. México DF., Instituto Mexicano de Estudios Sociale«, 1983.

M a r k Poster, historiador norteamericano" cuya influencia es notoria en alguno de los materiales consultados, delinea los elementos adecuados para la construcción de u n a teoría de la familia, con el propósito de tornarla intelegible, para lo cual define categorías que permitan estudiarla empíricamente. U n a argumentación básica de su obra es la idea de que la historia de la familia es discontinua e incluye no una sino varias estructuras familiares distintas y complejas que no pueden ser correlacionadas, de manera reduccionista, a u n a sola variable, sea ella la modernización, el patriarcado, el capitalismo o cualquier otra.

L a familia c o m o mediación d e los fenómenos demográficos E n los estudios de población, la familia aparece como dimensión privilegiada de las investigaciones sobre fecundidad y como nexo mediador en la determinación de los fenómenos. Ese nexo es, a veces, entendido como un conjunto de relaciones de afinidad y consanguinidad plasmado en una unidad observable -la familia en cuanto estructura y organización- y, otras, como un conjunto de valores, actitudes, normas, etc. E n ambos casos la familia es entendida en términos de factores que median las determinaciones sociales sobre el comportamiento individual, tanto a nivel macro, como micro. E n situaciones donde el objeto de estudio se define como "fecundidad", "comportamiento reproductivo", "reproducción de la fuerza de trabajo" (en una de sus versiones) o "reproducción de las clases sociales", la familia aparece muchas veces de ese modo.** La familia no es, en estos casos, u n objeto de estudio en sí mismo, sino que aparece como u n m o m e n t o o una etapa 23. Marie FMter. Teoría crítinecesaria para que se reconstruyan los nexos de sentido entre ca da familia. Río de Janeiro, Zahar, 1979. los fenómenos. "Es diferente considerar a la familia en su 23. Joio Duarte et al. Alguno» dimensión de objeto, que hacerlo desde la óptica propia de las problema» teórico*..., op. cit.; Edith funciones que cumple como mediación con respecto al comporA . Pantelldes. Familia y fecundidad: balance y perspectiva en el caso lati- tamiento reproductivo" escribe H u g o Zemelman, y agrega que noamericano. Ponencia presentada las mediaciones interesan como una exigencia de análisis, pero en el Congreso Latinoamericano de no como realidades susceptibles de transformarse en objetos de Población y Desarrollo, México D F . , estudio en sí mismas. 14 noviembre de 1983. 24. Hugo Zemelman citado en Fernando Cortés, El mercado de trabajo, op. cit. 26. L a polémica mundo publico-mundo privado ha sido enriquecida con aportes provenientes de la filosofía y de la ciencia política: Henry Lefevre. La vida cotidiana en el mundo moderno, si, Alianza Editorial, 1972; Agnes Heller. Sociologia de la vida cotidiana. Barcelona, Peninsula, 1977; Jean Elshtain. Antigone's daughters. Democracy vol. 2 n* 2,1982. E n gran medida el influjo de estos autores ha incorporado la polémica a una esfera m á s amplia de discusión y análisis. 26. EM. Weiss-AHaner, Economía dásiea..., op. cit.

M u n d o público versus m u n d o privado E n los estudios de muchos autores, la familia aparece como una institución separada de la sociedad. Mientras la familia formaría parte del m u n d o privado, la sociedad y la cultura corresponderían al m u n d o público." Weiss-Altaner sostiene que hubo u n cambio en la orientación de los estudios sobre familia a raíz del cual "la gran síntesis neoclásica sufrió u n ataque demoledor" por la vuelta hacia el pensamiento clásico. Pasar al esquema clásico, opina, significa adoptar una interpretación de la sociedad y del individuo que elimina los saltos mortales desde el nivel "micro" al nivel "macro". La acción individual ocurre dentro de la sociedad y es parte integrante de ella*. Amirica Latina

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Virginia Gutiérrez*7 sostiene que la institución de la familia constituye u n campo desde el cual se divisan y dentro del cual se proyectan todas las instituciones de la comunidad en sus fallas y en sus aciertos. Focaliza, m á s que ninguna, las incidencias del devenir social conformando u n punto clave en su cambio. Los diversos modos de entender, de escribir, definir y pensar la familia, manifiestan que aún está lejos una síntesis. Julio Bello sostiene que la importancia de la familia va m á s allá de las diferencias ideológicas o políticas**. Reconoce, sin e m bargo, que la familia no es un concepto unívoco pues se expresa de diferentes maneras en diferentes culturas. Afirma que la realidad familiar dista de ser uniforme y está influida por diversos factores sociales, políticos, económicos, religiosos y culturales. L a familia como mediación, como nexo, como unidad doméstica, la familia como el locus de la reproducción social e individual de la fuerza de trabajo; la familia como categoría histórica; la familia como la célula básica de la sociedad, son algunas de las formas de definirla e interpretarla. E n el VIII Encuentro Anual de A N P O C S , se plantearon tres puntos alrededor de los cuales se propone iniciar una discusión sobre el tema. ¿Qué les falta a las Ciencias Sociales para definir la familia?; la dificultad de pasar de lo vivido a lo pensado; y la historicidad de esa dificultad. E s posible que estas ideas surgidas en 1984 aún sigan en pie.

Los estudios sobre familia en las ciencias sociales

Los estudios sobre familia en las ciencias sociales han alcanzado relevancia a partir de los años 70. Muchos autores coinciden en que la discusión en los países centrales; el desarrollo del movimiento feminista; y la crítica sobre estilos y procesos de desarrollo propiciaron este interés**.

Recuperación del enfoque clásico El vuelco de la economía demográfica hacia una visión clásica permitió, desde los enfoques Ricardiano y Marxista identificar a la mujer como elemento clave en la reproducción de m a n o de obra. Así, los temas de la mujer y de la familia cobran claridad a partir de dos preguntas que se derivan del enfoque clásico: ¿Cuál es el papel de la familia y de la división sexual del trabajo en la reproducción económica? ¿Qué revela la situación de la mujer sobre las reglas de distribución y la tecnología? América Latina

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27. Virginia Gutiérrez de Pineda. Familia y adtura en Colombia. Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, noviembre 1976. 28. Julio Bello. Interacción entre la familia y el proctto de desarrollo. Boletín del Instituto ínteramericano del Niño n* 222 ( Montevideo) O E A - I N N , 1984. 29. T . de Barbieri y O . de Oliveira, Reproducción de la..., op. cit.; E . Jelin, Familia y unidad doméstica. . ., op. cit.; M . Quartim, Familia y feminismo..., op. cit.; M . Coleta, A produção da vida..., op. cit.

Weiss-Altaner explica que los portadores de las relaciones neoclásicas son familias y empresas vinculadas entre sí por medio de mercados de insumos y productos. Las familias venden su tiempo a las empresas y éstas venden productos finales a las familias. Los consumidores buscan aumentar al m á x i m o la satisfacción personal o utilidad que derivan de su consumo y del uso de su tiempo. Las empresas tratan de obtener el m á x i m o de ganancias. E n la presencia de mercados perfectos la sociedad alcanza el equilibrio. El modelo neoclásico presupone que los individuos buscan el m á x i m o de utilidad subjetiva, el clásico plantea la pugna entre grupos sociales. E n vez de mirar a las personas como entes radicalmente solitarios y opuestos a la sociedad, la atención recae en la reproducción del sistema económico, los procesos productivos, las reglas de distribución y la desigualdad de poder. Los individuos no desaparecen en esta perspectiva; sólo dejan de ser átomos. WeissAltaner sostiene que con el salto de Malthus a Ricardo y M a r x , los guarismos del análisis demográfico cobraron u n sentido político, social e histórico, que la práctica actual de la d e m o grafía no puede ocultar.10

Valorización del trabajo doméstico y politización del m u n d o privado Jelin señala que el descubrimiento y politización del trabajo doméstico en la última década generó u n a reacción en el m u n d o académico contra la sociología funcionalista de la familia. Esta plantea que el proceso de modernización, en tanto involucra una creciente diferenciación institucional, produce una especialización funcional de la familia, cuyas únicas funciones sociales serían el apoyo emocional de k m adultos y la socialización temprana de los niños. E n esta perspectiva, la tarea doméstica parecía no existir ni requerir análisis ni explicaciones." Con el surgimiento de los movimientos feministas y la revalorización de la cuestión de la mujer en el ámbito académico, el trabajo doméstico se convirtió e n u n elemento central. Los análisis recurrieron a los textos de M a r x , donde expone la teoría del valor; la polémica giró en torno a la naturaleza de ese trabajo doméstico: ¿crea o no valor? ¿crea plusvalía? ¿se trata de un trabajo productivo o improductivo? ¿es u n trabajo gratuito o es en parte pagado a través del salario?, ¿quién se apropia del trabajo excedente que se genera: el capital, los varones, ambos, nadie?" 30. EM. Weiss-Altaner, EcoQuartim de Moraes" opina que el movimiento contestanomía dátka, familia..., op. cit. tario de 1968 generó una enorme g a m a ideológica, alimentada 31. E.Jelin, Familia y unidad doméstica..., op. cit. por ideas anarquistas, anticolonialistas y feministas. El ob32. Teresita de Barbieri. fajetivo era que amplias capas de oprimidos pasasen a tener u n milia y trabajo doméêtico. Ponencia espacio, su identidad, sus derechos. El antiautoritarismo, presentada en el Seminario sobre: Grupos doméstico*. Familia y Sociebandera del movimiento de m a y o de 1968, implicaba para la dad. El Colegio de México,julio 1982. mitad de la humanidad poner en cuestionamiento el poder 33. M . Qúartim, Familia y doméstico-familiar, en síntesis, politizar lo privado. feminismo..., op. cit. América Latina

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Según María Coleta, el interés por la familia ganó ímpetu afinesde la década del 60, pero, sobre todo, en la del 70. Sostiene que en esos años se hizo una revisión crítica de las perspectivas adoptadas en el tratamiento de las principales cuestiones que ocupaban a los cientistas sociales. Golpeada la perspectiva desarrollista, la crítica se encaminó hacia la formulación de alternativas que pudiesen dar cuenta de las formaciones periféricas. L a autora plantea que marginalidad, dependencia, producción capitalista de relaciones no capitalistas de producción fueron nociones que reivindicaron el estatuto teórico de temas como la pobreza urbana y el crecimiento demográfico, por su importancia en la reorientación de los estudios sobre familia. Estos estudios resurgen por el interés de verificar en qué medida las condiciones particulares de inserción de los sectores subalternos en la producción social podrían dar cuenta del aparente atraso en la integración económica, social e ideológica de vastos contingentes poblacionales, especialmente en el medio urbano. La noción de "estrategias de supervivencia" surge para explicar los múltiples modos que usa el trabajador para asegurar la manutención de su familia. Con ella se pone de manifiesto la importancia de los lazos familiares y de la familia en la obtención de medios de vida.*4 Eunice D u r h a m escribe que sólo desde hace poco, cuando se retomó las cuestiones referentes a la reproducción de las condiciones de producción, fue posible ubicar de un m o d o m á s adecuado las investigaciones de la familia. Así como en lo político e ideológico la defensa de la familia aparecía siempre, y todavía aparece, como bandera de los sectores m á s conservadores de la sociedad, en el terreno científico los estudios sobre la institución familiar estaban restringidos a la tradición positivista, a aquello que los marxistas acostumbran llamar l a ciencia burguesa"." D e esta manera, continúa la autora, la familia era objeto de u n doble ataque. D e un lado, los segmentos m á s intelectualizados de la sociedad denunciaban los aspectos represivos de la organización familiar, resaltando su papel de instrumento de dominación de los hombres sobre las mujeres y de los adultos sobre los jóvenes. La consideraban como un impedimento a la libertad individual y al pleno desarrollo de la persona. Por otro lado, su estudio se lo atribuían a investigadores contaminados por la ideología burguesa cuya intención era ocultar la lucha de clases. Esta visión de la familia, según D u r h a m , está relacionada con una óptica de la producción en sentido estricto, que dominó por m u c h o tiempo tanto la literatura de inspiración marxista como la llamada burguesa. Para entender la persistencia de esa concepción y valoración de la familia en las sociedades capitalistas -escribe D u r h a m - es necesario comprender su papel en la sociedad industrial, así como las transformaciones por las que pasó. El desarrollo de la sociedad capitalista destruyó a la familia en cuanto unidad de trabajo productivo, con la creación del trabajador libre, separado de los instrumentos de producción y de su familia. El mercado, a su vez, individualizó al consumidor al | América Latina

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34. M . Colet«. A produção da vida..., op. cit. 35. E . Durham, A familia operaría..., op. cit.

identificarlo como aquél que compra, individualmente las mercancías destinadas a la satisfacción de sus necesidades. Eunice D u r h a m explica que a medida que esta óptica de mercado permeó a la sociedad y a las explicaciones de la m i s m a , la familia se evanesció, una vez que no figuraba explícitamente, ni como productora ni como compradora de mercancías. Nuevo enfoque de la demografía E n el ámbito de la demografía, C E L A D E es la primera en establecer una relación entre fecundidad y familia. Antes, el foco de los estudios sobre fecundidad era el individuo, señala Alejandra Pantelides." Valdecir Lopes diseñó el primer registro de familia a partir de datos censales a principio de la década del 70; Burch, Lira y Lopes editaron u n libro dedicado a la familia, como unidad de análisis, en 1976. Pantelides señala que, curiosamente, los dos trabajos del libro dedicados a familia y fecundidad no son de autores latinoamericanos: Burch y Gendell; y Gendel y Burch. Pantelides apunta que fuera de América Latina varías corrientes de investigación convergieron para dar nacimiento al enorme interés actual de la relación entre familia y fecundidad. La tradición antropológica de estudios de parentesco, que continúa en el pensamiento funcionalista (Davis, 1950; Davis y Blake, 1956; Lorimer, 1854) son ejemplos tempranos de la discusión sobre familia nuclear vs. familia extendida y fecundidad. Otra corriente está encabezada por los historiadores Peter Laslett en Gran Bretaña; Philippe Aries y Jean Jacques Flandrin en Francia; Charles Tilly, T a m a r a Hareven y el Journal of Family History en E E . U U . Señala que también fue importante el desarrollo de la demografía histórica en Francia, cuya metodología, basada en la reconstrucción de familias, relacionó la fecundidad con la familia. E n las conclusiones del trabajo citado, Pantelides señala algunas insuficiencias de la investigación sobre familias en América Latina; también entrega sugerencias para avanzar y superar los problemas. Señala que la atención se ha centrado en la familia sin relacionarla con la fecundidad. Apunta que el método se ha basado únicamente en entrevistas no estructuradas (a veces integradas en estudios m á s amplios que utilizan otros métodos) y sugiere recurrir a metodologías que descubran regularidades: se conoce poco sobre investigaciones realizadas fuera de la región acerca del tema y no se ha explotado los aportes de otros científicos sociales de la región que podrían entregar ideas frescas y técnicas novedosas. Es necesario, por lo tanto, dice la autora, ampliar los contactos y estimular la discusión 36. E . Alejandra Pantelides. interdisciplinaria, publicar y divulgar dentro y fuera de la Familia y fecundidad: batanee y perspectiva en el caso latinoameri- región, la producción sobre el tema. E s imposible avanzar, cano. Ponencia presentada en el apunta, si el conocimiento sólo circula mimeografiado y fotoCongreso Latinoamericano de Pocopiado entre u n reducido círculo de iniciados. blación y Desarrollo, México, noviembre-1983. Brígida García17 dice, al igual que otros autores, que a 37. Brígida García. Población, principios de la década del 70 surgió u n marcado interés en la familia y desarrollo. Congreso Latifamilia dentro de los estudios de población. Sin embargo no ha noamericano de Población y Desaocurrido lo mismo en la subárea de la demografia. Sólo recienrrollo, México, noviembre-1983. América Latina

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temente se h a comenzado a incorporar, en la región, análisis demográficos de las familias u hogares. U n primer esfuerzo por entender la participación familiar en la actividad económica, con base en agregados de hogares, es la investigación de Humberto M u ñ o z y Orlandina de Oliveira.** El interés principal de este estudio, realizado en la ciudad de México en 1970, es analizar cómo la organización familiar afecta la participación de hombres y mujeres en la actividad económica. Los autores afirman que los hogares constituyen una instancia mediadora, con dinámica y efectos propios, que redefine las exigencias de m a n o de obra impuestas por la demanda de mercado de trabajo. Carlos Brambila Paz** en su trabajo sobre "Migración y formación familiar en México" analiza cómo la creciente urbanización afecta a los procesos de formación familiar (momento del matrimonio, número de hijos y espaciamiento entre hijos, etc.). U n a de las conclusiones a las que llega el autor es que las mujeres que emigran solteras desde el medio rural a las ciudades tienen m á s posibilidad que otros inmigrantes de posponer el matrimonio y restringir su fecundidad.

Los enfoques de género: nuevos roles de la mujer Teresita de Barbieri y Orlandina de Oliveira40 analizan, en un marco de profundización de las contradicciones y de las tendencias al estancamiento, las implicaciones de la crisis económica sobre los niveles de vida de los trabajadores. Sostienen que, en la recesión económica actual, las condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo han sufrido modificaciones. Las familias trabajadoras pasaron a desempeñar una función clave como colchón amortiguador del deterioro de las condiciones de vida. A la vez, señalan que los sistemas de seguridad social no han ampliado la cobertura y la calidad de los servicios. E n esta situación, las mujeres, en especial las esposas-amas de casa-madres, han ampliado su contribución a la satisfacción de las necesidades básicas de los hogares. Se supone que en esas condiciones la reproducción de la fuerza de trabajo se da mediante: 1 ) la intensificación de la participación de las mujeres en actividades de mercado; 2) el incremento en el volumen del trabajo doméstico y la incorporación de nuevas actividades; 3) el cambio en los lazos de solidaridad entre familiares y amigos.41 Beatriz Schmuckler4*, en el trabajo citado, propone recuperar la manera específica de participación de la mujer en la cultura. D e los ámbitos posibles, esta autora elige la familia por considerar que es el lugar universal de participación social de la mujer. Sostiene que en los sectores populares, la mujer ha encontrado modalidades informales de resistencia, dentro de la familia, al discurso público acerca de género, al discurso autoritario del compañero y a su propia moral de maternidad, que intentan subordinarla como persona. Esta resistencia de la mujer/madre obliga a negociar la división de roles entre los sexos y los significados de género que se elaboran en el discurso colectivo de la familia. A d e m á s , su práctica produce u n mensaje América Latina

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38. B. Gard«, H . MufiozyO.de Oliveira, Hogares y trabajador»».., op. cit. 39. Carlos Brambila Paz. Migración y formación familiar en México. México, El Colegio de M é xico, 1985. 40. T . de Barbieri y O . de Oliveira, Reproducción de la fuerza..., op. cit. 41 Silvina Ramos. La» relaciones de parentesco y ayuda mutua en lo» sectores populare» urbano», si. C E D E S , mayo-1984; Larissa Lanimitz. Cómo sobreviven los marginados. México, Siglo XXI, 1976. 42. Beatriz Schmuckler. La» estrategia» de negociación de la» madres en familia» populare». Trabajo preparado para el Seminario: Feminist theory, State policy and rural w o m e n in Latin America: and agenda for research, organizado por el Instituto Kellog y la Universidad de Notre D a m e , febrero-1985.

de femineidad anticonvencional, que cuestiona ante los hijos los valores morales y las creencias naturalistas acerca del género. El trabajo "Crisis y adaptación: hogares de Guadalajara"41 plantea que las unidades domésticas han podido sobrellevar la crisis, gracias, sobre todo, a la implementación de una estrategia colectiva de trabajo. Así ha aumentado el número de miembros, lo cual puede deberse, más que a nuevos nacimientos, a la incorporación de otras personas al hogar (maridos y esposas de los hijos). También observaron una tendencia en las unidades domésticas encabezadas por mujeres a incorporar otros miembros a fin de restituir elasticidad y aumentar los recursos. E n u n trabajo de C E P A L de 1984 se explica que las condiciones a las que hacen frente las mujeres, especialmente en los sectores m e n o s favorecidos de la sociedad, no las atañen en forma exclusiva sino que reflejan los problemas de toda la sociedad. "La importancia del tema -señalada tantas veces por mandatos y resoluciones internacionales y regionales- radica fundamentalmente en el papel esencial que cumple la mujer en las estrategias de supervivencia y socialización de sus familias, en su aporte a la producción y reproducción del sistema social con un volumen notable de trabajo remunerado y no remunerado; y en su participación en las luchas urbanas como grupo de presión o como parte de los movimientos sociales m á s amplios por reivindicaciones asociadas con las condiciones de vida de sus grupos". ** Estas reflexiones intentan insertar el tema de la mujer de los estratos bajos latinoamericanos en el contexto más amplio del desarrollo social de la región, tratando de vincular las transformaciones de las últimas décadas con la conformación del sector urbano popular y su papel en sociedades de constitución nacional tardía.

Crisis de u n modelo de desarrollo y efectos sobre la familia E n el trabajo citado de C E P A L y en otros se sostiene que, entre las variables de la transformación social de la región en los últimos decenios, una de las más sobresalientes es el incremento de la población con sus consecuencias sobre la dis43. Mercede» González de la ponibilidad de recursos, el desarrollo del sistema económico y la Rocha; Agustín Letapí E . Crist» y diversificación de actividades. E n el trabajo citado de Mario adaptación: hagan* dt Guada41 lajara. Ponencia presentada en la Margulis, este autor sostiene que las leyes de población funTercera Reunión Nacional sobre Incionan en forma bastante armoniosa en el interior de las sovestigación Demográfica, México, af. ciedades capitalistas avanzadas, donde el capitalismo abarca 44. C E P A L Una visión global todas las esferas de la producción. Con esto, continúa Margulis, de la mujer popular. E n Naciones no se pretende minimizar las contradicciones internas del Unida* y C E P A L . La mujer en el sector popular urbano. América capitalismo, en especial aquélla entre acumulación y desemLatina y el Caribe. C E P A L , 1984. p. pleo; sólo que, hasta el momento, las naciones avanzadas, de7-8. bido a su estrategia a nivel mundial, han conseguido exportar 45. Mario Margulis. Reproducción social de la vida y repro- sus contradicciones, y sus ejércitos de reserva internos se ducción del capital. Revista Nueva sitúan dentro de tamaños adecuados para la reproducción del Antropología (México) n* 13-14, capital. E n cambio, en aquellas formaciones sociales hegemonimayo-1980.

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zadas por el capitalismo, pero en las que grandes sectores de la población funcionan con una lógica productiva no capitalista, o sea, en u n n ú m e r o m u y grande de naciones llamadas "en desarrollo", el crecimiento y la distribución espacial de la población se contradicen con las necesidades de desarrollo capitalista. Las altas tasas de crecimiento demográfico y de migración hacia las ciudades constituyen u n factor conflictivo para la reproducción política y económica del sistema. Margulis sostiene que es la n o generalización del capitalismo lo que determina tales comportamientos demográficos. El hecho de que los hijos constituyan u n a garantía para la supervivencia, y que esta estrategia familiar influya en el plano social (desempleo, conflictos y presiones sobre el aparato político) pone de manifiesto algunas de las contradicciones a este nivel entre la reproducción del capital y la reproducción social de la vida. Frente a la crisis actual y profunda de la región, que pone en tela de juicio la totalidad del modelo, la C E P A L sostiene que la persistencia de situaciones de desigualdad, agravadas por la crisis, puede precipitarei comportamiento de algunos sectores sociales a grados extremos con u n contenido poten« dalmente explosivo. A pesar del panorama incierto, en el estudio de C E P A L se apunta que en la escena latinoamericana aparecen elementos como los códigos de comunicación, si bien no de intereses, que con el tiempo podrían constituirse en aliados para programas comunes junto a la incorporación de la juventud y el desarrollo de nuevas solidaridades. Para la C E P A L , la participación de los sectores populares urbanos es u n elemento fundamental en la orientación de los cambios sociales y en la creación de bases para nuevas formas de organización social que hagan posible la formulación y aplicación de estilos de desarrollo diferentes. Teresita de Barbieri y Orlandina de Oliveira dicen que cuando la situación de desempleo y contracción salarial se prolonga por meses y años, los recursos se van agotando. L a intensificación del trabajo tiene límitesfísicosy psíquicos; la diversificación de las actividades de los miembros de la familia encuentra obstáculos en el mercado de trabajo; las posibilidades de prestación de servicios domésticos remunerados escasean cuando los sectores medios reducen sus patrones de cons u m o ; la contracción de los gastos de consumo tiene límites biológicos y psicológicos. Cuando 15 personas comparten un cuarto sin luz, ropa, etc., pueden debilitarse hasta las pautas de solidaridad familiar y grupai de ayuda m u t u a , que los sectores populares urbanos utilizan en América Latina como parte de sus tradiciones culturales. Cuando dos o m á s familias se juntan para enfrentar vivienda, infraestructura doméstica, etc., pueden incrementarse los conflictos y tensiones intrafamiliares. Por último señalan que la pérdida de esperanzas de mejoría por parte de los sectores m á s pobres frente al visible proceso de ostentación de riqueza de los sectores m á s privilegiados, puede llevar al suicidio, filicidio, u n a agudización del conflicto y de la violencia anómicas, lo cual propicia manifestaciones espontáneas de protesta, vandalismo, robo, saqueo, alcoholismo, drogadicción, etc., que ya han proliferado en América Latina.4* Las América Latina

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46. T . de Barbieri; O . de Oliveira, Reproducción de la fuerza..., op. cit.

autoras señalan que estudios realizados en E E . U U . sobre los efectos de la gran depresión muestran que los varones, al perder su trabajo, se sienten supérfluos y frustrados, incapaces de responder al rol masculino de proveedores de la familia. Esta pérdida de status, junto a la intensificación del papel de la m u jer, generó tensiones adicionales en la relación entre géneros, reforzando los roles sexuales tradicionales e intensificando el antifeminismo. Según las autoras, en América Latina todavía no hay evidencias de que el aumento de la participación de la mujer en el trabajo doméstico y como soporte emocional de su familia, se refleje en una disminución de los valores machistas, en una valorización social del trabajo femenino y en un mayor respeto a la mujer.

Los estudios sobre familia rural

47.

Mario Torre« Adrián.

c^ãJ^^H^S^ 7 P I S P A L y El Colegio de México, 1986.

Las reacciones autodestructivas, que expresan u n a pérdida del sentido de la vida, sin duda -dicen de Barbieri y Oliveira- son el resultado del debilitamiento de la normatividad y de los lazos de solidaridad social. Sostienen, igual que en el trabajo de la C E P A L , que la participación de varones y m u jeres en organizaciones vecinales, de barrio o comunitarias, puede desempeñar u n papel clave e n el apoyo solidario, y que la concientización y organización de la población es u n camino necesario para canalizar la protesta individual o de grupo hacia la d e m a n d a de formas de participación d e m o crática de los sectores populares en la construcción de u n proyecto alternativo de sociedad m á s h u m a n a , justa e igualitaria. E n los estudios de la familia campesina, Mario J. Torres propone analizar la reproducción social a través de las interrelaciones entre la microestructura demográfica familiar, las formas de producción y los niveles de empleo e ingresos. A partir de la crítica de las tesis de Chayanov y de un examen de las que elaborara M a r x concluye que el estudio de las formas de reproducción social requiere considerar, por un lado, la forma de producción que realiza (agrícola, ganadera, artesanal como producción simple de mercancías) y por otro lado, las formas de producción d e su fuerza de trabajo. Estas últimas pueden combinar actividades dentro o fuera de las formas de producción (por ejemplo, la venta temporal de la fuerza de trabajo). Así, en Honduras, donde el autor desarrolla la investigación, las formas de reproducción de la fuerza de trabajo obedecen a la lógica de vender para comprar y de manera m u y reducida a la de comprar para vender (el pequeño o mediano agricultor que contrata fuerza de trabajo). Aunque utiliza el concepto de estrategias familiares de supervivencia, aclara que no todo comportamiento es una estrategia; parte de las actividades están m u y marcadas por el acomodo o la adaptación (pasiva o conflictiva) a las circunstancias inmediatas. Los comportamientos proyectivo y adaptativo -dice el autor- son los que están involucrados en las formas de reproducción de la fuerza de trab

^° ylos W* P° nen e n e J e c u c i o n l o s e ^ P 0 8 marginales». Floreai Forni y Roberto Benencia estudian u n a población caracterizada por altas tasas d e fecundidad para el América Latina I

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contexto argentino: la población rural de Santiago del Estero.48 Esta provincia ha sido una proveedora permanente de m a n o de obra para las regiones m á s desarrolladas del país. L a inquietud central de la investigación gira en torno al mantenimiento de altas tasas de fecundidad en u n contexto nacional m u y m o dernizado. Los autores consideran que la persistencia de los patrones de alta fecundidad no puede ser totalmente elucidada a partir de los argumentos sobre educación y "modernidad", ni tampoco por la necesidad de contar con grandes contingentes de m a n o de obra para alcanzar la subsistencia en agriculturas de baja eficiencia tecnológica. Sugieren recuperar la tradición de estudios económicos y antropológicos campesinos, inaugurada por Chayanov, quien remarcó, por u n lado, los aspectos cooperativos de ese sistema productivo, y, por el otro, presentó la conducta laboral como una adecuada combinación de trabajo y descanso en términos del tamaño de la fuerza de trabajo familiar. Luego de reseñar y discutir otras posiciones, los autores explican los altos y desiguales niveles de fecundidad en términos de modelos d e conducta reproductiva, donde la estructura y composición de los hogares, la migración, la inserción en el mercado laboral y los patrones de fecundidad se integran coherentemente. Otros autores, como Soledad González Montes, analizan el ciclo doméstico campesino y los cambios ocupacionales; " Murilo Kuschnik trata la reproducción entre productores campesinos, planteando preguntas relativas a la organización familiar; concluye que el campesinado m á s que u n número de variables económicas es u n m o d o de vida.10 Barbosa Almeida11 sostiene que los estudios realizados en el campo de la sociología y de la antropología económica en la última década colocaron a la familia rural en una posición destacada, inédita hasta el m o mento. Cuestiones tradicionalmente antropológicas como patrones de casamiento, herencia, familia y parentesco se revalorizaron por los debates sobre los destinos del agro brasileño. Mario Margulis" dice que, en México, las altas tasas de crecimiento demográfico y la elevada migración externa e interna se relacionan con la presencia de un vasto sector campesino que no está plenamente sujeto a la lógica del capitalismo, y cuya reproducción se opera, por lo menos en parte, en condiciones no capitalistas. La producción campesina, sostiene, opera con una productividad baja, a costa de la no valorización de parte de la fuerza de trabajo que emplea. Ello es "posible" pues utiliza la fuerza de trabajo familiar; no necesita pagar la fuerza de trabajo asalariada a los precios de mercado, ni valorizar su capital con la tasa media de ganancia. L a unidad campesina "puede" operar con una racionalidad diferente, y esto le ha permitido sobrevivir, a pesar de los escasos medios de producción de que dispone y de su dificultad para acumular. L a familia e n la ideologia E n una revisión de la literatura reciente sobre las capas medias, Tania Salem escribe que las perspectivas de las clases sociales y de la estratificación social no dan cuenta de las América Latina

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48. Floreai Forni; Roberto Benencia. Estrategia» rurale» de reproducción con alta fecundidad: familia troncal y trabajo y migración por relevos. La situación demográfica de una región nibdesarrollada en un pais moderno. Santiago del Estero, Argentina. Buenos Aires, C E I L - C O N I C E T , 1985. (Documento de trabajo n° 15). 49. Soledad González Montes. El ciclo doméstico campesino y los cambio» ocupacional«». Xalatlaco 19331974. Tercera Reunión Nacional sobre la Investigación Demográfica, México, 3-6 noviembre 1986. 50. Murilo Kuschnick, U A M , Azcapotzalco. Algunas consideraciones respecto al problema de la reproducción entre productos campesino». Trabajo presentado en la Tercera Reunión Nacional sobre Investigación Demográfica, México, 3-6 noviembre 1986. 51. M . Barbosa de Almeida, Redescobrindo a familia..., op. cit. 62. M.Marguli, Reproducción social de . . . . op. cit.

53. T . Salem, Familia em camadas..., op. cit.

discontinuidades observables en términos de ethos y de visión del m u n d o . N o niega que las diferencias económicas permiten establecer demarcaciones significativas entre los grupos, pero insiste en que deben estar asociadas a otras distinciones de carácter m á s simbólico. Cuando esas distinciones son tenidas en cuenta, las fronteras que demarcan los diferentes segmentos de las capas medias asumen contornos distintos de aquéllos establecidos basándose solamente en criterios socioeconómicos. Según la autora, buena parte de la literatura examinada se inscribe en el paradigma individualismo/jerarquía tanto para calificar la visión del m u n d o o la moralidad prevaleciente en el universo investigado, cuanto para caracterizar el m o d o a través del cual se verifica la construcción social de la persona o de las identidades; sean individuales o familiares, en el segmento elegido para la investigación. L a ideología individualista se la asocia a lo moderno (el individuo tiene preeminencia sobre el todo) y la ideología jerárquica a lo tradicional (la totalidad tiene preeminencia sobre las partes), con lo cual se concluye que hay dos "tipos ideales" de familias en las capas medias: las tradicionales y las modernas. Sin embargo, para la autora, el contraste entre las ideologías individualista y jerárquica no es único ni permanente ya que hay una tensión constante entre los elementos ideológicos de ambos paradigmas.1* Eunice D u r h a m , hablando de conciencia e ideología en la clase obrera, plantea que estudiar la reproducción de la fuerza de trabajo implica estudiar ese proceso dentro de los patrones de existencia históricamente determinados, tal como son concebidos por la población. Desde esa perspectiva m á s amplia, la familia puede ser definida como unidad social donde se realiza la reproducción del trabajador. Decir unidad de reproducción implica decir unidad de consumo, no el llam a d o consumo productivo sino el consumo propiamente dicho; esto a su vez implica una unidad d e rendimientos; en ese sentido es también una unidad de producción de valores de uso (cocinar, lavar, remendar, etc.). E n esta perspectiva la familia ya no es m á s una institución sin funciones ni en desaparición, sino que reaparece como unidad de reproducción, producción, rendimiento y consumo. Tratándose de una unidad de vida social articulada internamente por la referencia a fines y valores, la problemática pasa al terreno de lo "vivido-humano" y se aproxima al campo de la ideología. Traduciendo la manera por la cual las personas conciben su inserción en la vida social y orientan su práctica colectiva, la ideología consiste en la atribución e integración de significados -escribe D u r h a m - esto es, en u n intento constante de darle sentido a la vida de las personas transformándolas en sujeto. Dentro de esta concepción se plantea estudiar la familia e n la ideología. Pero como es al nivel de la experiencia inmediata, es a través del m o d o por el cual las personas viven su condición de clase que es posible encontrar los elementos para entender las representaciones y valores, es necesario agregar una perspectiva m á s : la de que la ideología se constituye también e n la familia. Así, para Eunice D u r h a m , la familia es el lugar de la construcción de los América Latina

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proyectos, de la memoria y de la historia vivida que no puede ser sustituida por la historia formal. E s también lugar de transformaciones.M Dentro de esa posición se encuentra también aquélla que sostiene que en la tradición sociológica, la familia aparece como el estudio de las condiciones de vida o como una institución social, óptica insuficiente ya que no incluye aspectos fundamentales como las imágenes, las representaciones, los modelos, el imaginario y el intercambio de los afectos, que marcan y caracterizan lo cotidiano de las diferentes clases sociales." La revisión bibliográfica presentada ilustra que el tema de la familia está en discusión. Los trabajos demuestran el abanico de posiciones e inquietudes tocadas por las ciencias sociales. Los autores adscriben la familia a una u otra esfera de lo social -económica, política, ideológica-. Urbanización, crisis, industrialización, sectores populares, campesinado, son los tem a s alrededor de los cuales comienzan a girar los estudios sobre familia en América Latina. A m o d o de síntesis se podría decir que el interés se dirige, fundamentalmente, a las familias de los proletarios y de los sectores populares urbanos, y a las familias campesinas, estudiando diversos aspectos: la fecundidad, las estrategias de negociación, las redes de solidaridad y ayuda m u t u a , la articulación de la economía campesina, el rol de la familia en las sociedades capitalistas latinoamericanas, la participación de la mujer, etc. La familia aún no se ha constituido en u n objeto de estudio en sí m i s m o quizá porque, como señalan Fukui y Bruschini, una visión m á s global será posible cuando las unidades familiares tengan relevancia como objeto de estudio y no sólo como un recurso explicativo o una categoría adicional de análisis." La literatura trabajada muestra la búsqueda de explicaciones m á s satisfactorias y profundas a fenómenos que afligen y cuestionan los modelos de desarrollo vigentes; es también el reflejo de interrogantes relacionadas con el funcionamiento de la sociedad y la creación de significados.

Los estudios gubernamentales sobre familia

La producción escrita sobre el tema de la familia proveniente de los gobiernos gira, principalmente, alrededor de dos cuestiones. L a primera es la aceptación de la familia como célula básica de la sociedad. El tipo de familia al que, fundamentalmente, se hace referencia, es la nuclear-conyugal, que aparece con claridad en los programas y en las políticas y estudios de población. Sin embargo, en u n buen número de América Latina

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64. E . D u r h a m , A familia operaria. .., op. cit. 55. Lia Fukui; Maria Elena Trigo; Miriam Moreira. R e s u m e n del V i n Encuentro Anual de A N P O C S / Familia y Sociedad, octubre 1984. 68. Lia Fukui; C . Bruschini, Em crise a ..., op. cit.

trabajos de reflexión crítica se reconoce la presencia de otros tipos de familia. L a segunda es el reconocimiento de que la urbanización, la industrialización, la migración, son centrales para comprender y actuar sobre áreas pertinentes a la familia. Los trabajos piensan, cuestionan o proponen acciones estatales en un contexto latinoamericano caracterizado por el desarrollo, si bien en algunos se crítica el estilo de desarrollo imperante.

L a familia, célula básica de la sociedad Julio Bello, Subsecretario del M e n o r y la Familia de la República Argentina, releva el papel protagónico de la familia en el desarrollo, m á s allá de las diferencias ideológicas entre los distintos sistemas políticos.17 Hace referencia a la Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo Social de las Naciones Unidas, donde se define a la familia como "la unidad básica de la sociedad y el medio natural para el desenvolvimiento y bienestar de todos sus miembros" y a La Salud del Niño en las Américas, de la Organización Panamericana de la Salud, la cual señala que el grupo familiar constituye la unidad biopsicosocial primaria donde se realizan los procesos básicos de crecimientofísicode los niños y adolescentes, la maduración emocional, el desarrollo psicológico, las relaciones intrafamiliares y la socialización inicial. E n el artículo 51 de la Constitución Política de Costa Rica se expresa que "la familia como elemento natural y fundamento de la sociedad tiene derecho a la protección especial del estado. Las madres, los hijos, los ancianos y los inválidos comparten igualmente ese derecho". M María Odette Colin define a la política de planificación familiar c o m o una estrategia imperialista que se aplica en los países del Tercer M u n d o , no sólo con fines malthusianos, sino para producir cambios específicos y evitar la tensión social y una lucha de clases m á s aguda." E n el Manual de la Familia del Consejo Nacional de 57. J. Bello, Interacción entre Población de México se afirma que actualmente la sociedad está familia..., op. cit. 68. Old« Acuna; Carlos F . transitando por una etapa de cambios profundos y que la faDenton. La familia en Casta Rica. milia también se está transformando. Esta afirmación acomSan José, Ministerio de Cultura, paña a otra: l a familia es la célula básica en toda sociedad; por Juventud y Deportes e Instituto de ello la sociedad tiene en la familia el medio m á s efectivo de Estudios Sociales en Población, 1979. estancamiento en formas de vida envejecidas o deterioradas o 59. Marie Odette Colin. El bien de renovación, de desarrollo, de cambio a la realización de programa de planificación familiar nuevos ideales"." en Coste Rica. San José, Instituto de Investigaciones Sociales de la UniBello explica que la variación en la institución familiar versidad de Costa Rica, 1976. (Avanpone en evidencia la vinculación existente entre familia y ces de investigación). sociedad y "desafia a encontrar líneas de relación en esta in50. C O N A P O , Manual de familia... op. cit.; C O N A P O . Manual de la fluencia m u t u a aunque históricamente asimétrica" resaltando familia campesino (4ta ed.). México, la capacidad adaptativa de la institución familiar. Sostiene 1984. Los temas se refieren a la vida también que esa transformación no se hace ni sin costos ni sin y educación dentro de la familia, la reproducción humana, el embarazo, dramatismo. Conocer el sentido, el ritmo y la modalidad de la la regulación de la fecundidad y de transformación, reflexiona Bello, es fundamental pues el "temlos htfos no deseados, problemas que po" evolutivo puede incrementar los costos sociales y persoocasiona el alcoholismo, las decisionales a grados incompatibles con el bien c o m ú n y la homeosnes de migrar, etc. América Latina

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tásis social. Este conocimiento permite el diseño de políticas y estrategias que moderen esos costos. Invita a profundizar y discutir sobre los elementos que fundamentan las distintas concepciones de la institución familiar y las distintas concepciones de la sociedad deseada.*1 También, Luis Leñero" critica la convención internacional utilizada para identificar la familia, la m i s m a que la asocia con el m o d o nuclear-conyugal (padres e hijos solteros viviendo bajo el m i s m o techo), al que supuestamente responde la unidad residencial "normal" de la mayoría de familias contemporáneas. Este modelo, según Leñero, utilizado por los arquitectos de la vivienda y de la ciudad, por la seguridad social y por la psicología clásica, no corresponde a la realidad de nuestras familias. Leñero opina que hay que invertir el proceso por el cual se ha presentado hasta ahora el ideal de progreso. Sostiene que el sentido de la planeación familiar y del m o d o de vida grupai debe basarse no en el modelo de la familia pequeñoburguesa (nuclear-conyugal-atomizada), ni en el m o d o de vida anónimo de la megalopolis capitalista, sino en el que proviene de la estructura histórica de resistencia y subsistencia familiar de nuestros pueblos. Para ello propone u n conjunto de pistas para una posible política de población en la que las familias sean consideradas como sujetos activos de la m i s m a . Según Leñero, en los programas de familia predomina una ideología familística, cuando se afirma que el grupo familiar es la célula de la sociedad. Este familismo idealista no siempre se traduce en acciones prácticas, bien sea porque se queda a u n nivel moralista y normativo o bien porque hablar hablar de la familia en general encubre la real desigualdad y las necesidades diversas de unas y otras unidades familiares, según su ubicación en la estructura social. También puede ser que no se apliquen los principios enunciados -escribe- porque la problemática de tantas familias es tan grande que todo acaba por quedarse -en el mejor de los casos- en buenas intenciones. Es frecuente que las actividades estén teñidas de u n paternalismo burocrático, que ve a las "familias pobres" como familias infantiles que sólo requieren protección y servicios.

L a familia c o m o objeto de acción E n casi todos los países de la región se reconoce u n conjunto de áreas a las cuales hay que brindar atención. Esas áreas se refieren, fundamentalmente, a la mujer, infancia, tercera edad, juventud y a cuestiones problemáticas (drogadicción, alcoholismo, etc.. .). E n el plan sectorial 1986-1989 del Ministerio de Previsión y Asistencia Social de Brasil se afirma que "colocar a la promoción social como área de acción reparadora y supletoria revela que el modelo de desarrollo nacional no está volcado para el bienestar social de la población brasileña. Los programas y acciones de desarrollo social que durante los últimos años fueron distorsionados e injustos, propiciaron un proceso de marginalización de grupos, comunidades, familias y personas". n América Latina

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61 Julio Bello, Interacción entre familia..., op. cit. 82. C O N A P O . Reunión nacional sobre fecundidad y familia. México, abril-1984. 63. Ministerio de Providencia e Assistência Social. / PND da Nova República. Plano Sectorial 19861989. Cap. III, Area de Assistência

Reconociendo la recesión económica por la que atraviesa el país, se insiste en atender principalmente a la familia. Los niños entre 0 y 6 años, que según los datos estadísticos s u m a n m á s de 11 millones, son los m á s afectados y vulnerables. Se señala que los programas sociales tienden a ver a la familia de manera fragmentaria, ofreciendo apoyos eventuales a sus hijos, aislándolos de la convivencia con los padres (para la familia situada en el límite crítico de la supervivencia). Y se plantea la necesidad de recuperar la concepción de familia como unidad de satisfacción de las necesidades básicas del ser. L a política de asistencia social del Brasil pretende ahora recuperar el sentido de participación como fundamental en el desarrollo de las actividades del gobierno. Así, se propone articularse con los grupos comunitarios; desarrollar formas regionalizadas de atención y preservación de la familia; respetar las formas culturales; y maximizar la eficiencia de los recursos materiales, humanos e institucionales. E n los estudios gubernamentales dedicados a la temática de población también es posible encontrar las mism a s ideas eje alrededor de las cuales gira la producción gubernamental dentro del planteado respeto a los derechos humanos y a la libertad de decisión. Así, en el Manual de la Familia publicado por el C O N A P O de México se sostiene que "se está tomando conciencia de la grave responsabilidad que representa el tener hijos y la correspondiente obligación de criarlos y educarlos convenientemente; se lucha ya por el ideal de lograr que la familia propicie el bienestar y el desarrollo personal de sus miembros". " E n el Plan de Desarrollo del Ecuador (1985-1988) se propone una política general de desarrollo poblacional en el contexto del mejoramiento de la calidad de vida, en particular de los sectores de menores ingresos y orientada a influir en las corrientes demográficas internas del país y en las concentraciones urbanas. Se mencionan algunas actividades puntuales para alcanzar esta meta: 1 ) desarrollar estudios sobre planificación familiar y métodos de regulación de la natalidad, m e diante una regulación natural de la familia; 2) realizar estudios sobre la mujer, familia y dinámica demográfica; 3) efectuar un inventario sociodemográfico; 4) capacitar al personal gubernamental en aspectos relativos a población y desarrollo, entre otros." E n Fecundidad, Anticoncepción y Planificación, el doctor Urbina Fuentes, Director General de Planificación F a miliar de la Secretaría de Planificación y Asistencia (México), explica que a cuarenta años de promulgada la primera ley de población (1936) sus objetivos de poblar el territorio ya se habían cumplido. E n la medida en que los índices de mortalidad M. CONAPO. Manual de la habían descendido notablemente, la nueva política demográfamilia..., op. cit. 68. ConaejoNackmal de Desafica, expresada en la ley general de 1974 busca, entre otras rrollo. Plan Nacional de Desarrollo. cosas, disminuir el nivel de la fecundidad, de tal manera que la Programa» y proyecto» para el de»arrollo de lœ recurmo* humano». Qui- tasa anual de crecimiento de la población se reduzca." to, CONADE, 1986. Luis Leñero*7 comenta que los programas "para" la M. C O N A P O , Reunión Naciofamilia, conducidos y realizados por u n personal burocrático nal..., op. dt. perteneciente a las grandes instituciones oficiales produce, in«7. Mem. América Latina

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versamente a lo buscado, u n a contracción de las familias apoyadas. L a s familias sienten q u e se les expropia su capacidad inherente para resolver sus propios problemas. Casi se podría decir que deben pedir permiso y ayuda para todo: para comprar y ocupar u n terreno y construir su casa; para disponer de luz, agua y drenaje; para educar a sus hijos a través de la escuela; para obtener trabajo; para divertirse, rezar, etc. Planear "para" la familia y n o "con" la familia es el problema del cual se derivan las resistencias y recelos de los afectados. El interés de las familias, en su diversidad de situaciones, queda relegado debido al supuesto pasivismo, a la incultura y al tradicionalismo conservador, considerado como lejano al progreso del país... Este autor propone una política demográfica "con" la participación de las familias que contemple las siguientes dimensiones: 1) una participación del ámbito comunitario; 2) movilizaciones sociales múltiples -la clase social, sectores de actividad, círculos sociales, grupos con intereses culturales, dentro del sistema institucional civil y público; 3) impulsión familiar en las políticas de población participativa, etc. Hasta la década de los sesenta, la política de población de los planes de desarrollo del Perú no explicita una preocupación del Estado por atender los aspectos demográficos, m á s allá de los aspectos censales. Durante los años setenta, sin embargo, se desencadena u n crecimiento acelerado de la población, intensas corrientes migratorias y una desproporcionada urbanización frente a u n estancamiento del agro, razones por las cuales las autoridades empiezan a tomar seriamente en consideración la variable demográfica. E n 1974, con ocasión de la Conferencia Mundial de Población, el gobierno peruano reconoció oficialmente la existencia de u n problema poblacional, como consecuencia de u n acelerado crecimiento." E n Costa Rica, el servicio de planificación familiar fue primero una iniciativa privada (1966). E n 1968 el gobierno asumió la responsabilidad del programa como u n medio para fortalecer a la familia y proteger la salud de la mujer, que está en el centro de gran parte de las políticas de población." U n a de las publicaciones del Centro de Estudios de Políticas de População e Desenvolvimento- O Segundo Brasil, sostiene que cualquier programa de cambio social, sea éste global o parcial, no puede prescindir de la incorporación de pensamientos, objetivos y actividades tanto de la mujer como del hombre. 70

Cambios en la condición de la mujer L a evolución de la posición de la mujer en la sociedad y en las normas jurídicas avanza lentamente en todo el m u n d o , pero avanza. E n el caso del Brasil, el Nuevo Código Civil trae innovaciones esenciales, como la de otorgarle a la mujer total igualdad junto al hombre en la esfera de la familia. Según Florisa Verucci, estudios e investigaciones de diversa procedencia han demostrado una correlación directa entre la evoAmérica Latina

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es. C O N A P O , La política de población..., op. cit. 69. O . Acuña y C. F. Denton, La familia en ..., op. cit. 70. Centro de Estudios de Politica de População e Desenvolvimento. Aspectoê da evolução da mulher no dereito e na sociedade. Consequência» sobre seu papel de reprodutora. Gazeta Demográfica (Rio de Janeiro), n* 3,1985.

71. Cynthia Sorti. A mulher no Brasil. Relatório para U N I F E M , mayo-1986.

lución de la mujer en el campo del trabajo y de la educación, y su tasa de fecundidad. E n este sentido, el modelo de familia que se proyecta para u n a sociedad m á s desarrollada es aquélla donde la mujer tenga una posición igualitaria, u n menor n ú m e ro de lujos y una mejor distribución de las tareas domésticas y económicamente productivas de la pareja. Verucci dice que las tasas de natalidad han decaído en Brasil en los últimos 10 años con un control demográfico coercitivo, aunque la planificación familiar sea una reivindicación de las mujeres brasileñas. Cynthia Sarti71 sostiene que los cambios en la condición femenina en los últimos años se relacionan con los cambios registrados en la familia. Así, el deterioro en la calidad de vida, cambios en la dinámica demográfica, disminución de la tasa de fecundidad, la acelerada urbanización y la creciente m o n e tización de la producción agrícola, la intensificación de las migraciones y consecuente atomización de las familias, el a u m e n to de la participación de las mujeres casadas en el trabajo asalariado fuera del hogar, y el mayor acceso a los medios de comunicación de masas son factores que contribuyen a elevar el costo económico y el cuidado y educación de los niños. Por ello se vuelve imperioso limitar los hijos, independientemente de la acción directa del Estado. La mayor disponibilidad de medios de control de la natalidad también favorece ese proceso. H a n cambiado las costumbres en los tipos de casamiento, se evidencia una mayor tendencia a la secularización y u n aumento de las separaciones legales y del n ú m e r o de mujeres jefe. Sobre el tema de las mujeres-jefe, C a r m e n Barroso explica que el 25% o 30% de todos los domicilios del m u n d o están dirigidos por mujeres y que esas familias constituyen u n a parte sustancial de las capas m á s pobres de todos los países. Barroso elige a la unidad doméstica para el estudio de esta categoría de mujeres ya que considera que la unidad doméstica es crucial en la reproducción de la fuerza de trabajo. Caracterizadas desde la imagen de la familia nuclear, éstas son familias incompletas. Estudiando a las mujeres-jefe se puede llegar a comprender el extraño fenómeno, presente en la mayoría de las mujeres de preferir una familia dirigida por u n hombre. Barroso señala que Blumberg y García (1977) presentan una teoría interesante para explicar la emergencia y persistencia de familias dirigidas por mujeres. Comprendiendo el fenómeno en términos de pequeñas diferencias de oportunidades de subsistencia para hombres y mujeres de u n a m i s m a clase, diferencias que ocurren m á s frecuentemente en los grupos económicos marginados. Esa conceptualización, a pesar de sus ambigüedades, parece representar u n paso adelante en relación con las tradicionales interpretaciones de patología social que condenaban a las familias dirigidas por mujeres. Barroso afirma que las familias dirigidas por mujeres son engendradas por condiciones de marginalidad económica, y constata q u e el fenómeno es predominantemente urbano. Este último hecho también ha sido constatado en otros países y tal vez pueda ser explicado por las relaciones de trabajo en el campo que, menos individualizadas, tornan aún m á s difícil la sobrevivencia de la familia que no tenga jefe hombre. América Latina

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Sobre infancia y juventud Dentro de los estudios gubernamentales sobre asistencia social, el caso de los menores es uno de los m á s trabajados en la región. Sin embargo, la política desarrollada h a sido criticada, o por lo menos cuestionada, en la última parte de la década. Clara Lucía de Oliveira Inem, asesora técnica de la presidencia de la Fundação Nacional do Bem-Estar do Menor ( F U N A B E M ) , escribe que "un menor carente y u n menor infractor son u n problema de la sociedad, que tiene que ser enfrentado dentro del contexto global del pago de la deuda social que acumularon las clases dominantes brasileñas". El problema, para Oliveira Inem,7* es parte de la injusta distribución de la renta nacional, de la expulsión de las poblaciones rurales provocadas por la ausencia de reforma agraria, de las precarias condiciones del sistema educacional, de la falta de empleo y de la recesión económica. La autora sostiene que durante las dos décadas de dictadura militar, el problema del menor carente o infractor era encarado como u n problema de seguridad nacional. Existía la idea de que el menor carente debía ser domado, aislado y encarcelado en u n a institución para ser resocializado según los m o ; délos de u n clase media idealizada. C o m o contrapunto propone: descentralizarlas acciones a través de pequeños proyectos en el medio comunitario; estimular la implantación de programas que atiendan las necesidades integrales de los adolescentes que cometieron u n a infracción penal, recurriendo al apoyo de las comunidades; crear mecanismos que viabilicen la participación de la comunidad en el proceso de evaluación de los servicios prestados o apoyados por la F U N A B E M ; apoyar acciones que involucren a las familias carentes en actividades generadoras de renta. L a Fundação Legião Brasileira de Asistencia (LBA) ha puesto en marcha un proyecto de formación de cooperativas familiares constituido por 800 personas y existen ya cooperativas en funcionamiento (fábricas de muebles, artesanías, fábricas de juguetes, etc.). El énfasis del L B A está puesto en los menores de 0 a 6 años a través de guarderías y plan alimentario. Bajo u n a concepción semejante, Antonio Carlos G o m e s da Costa, Secretario Municipal de Educación de Belo Horizonte, escribe que el modelo económico, político y social vigente en Brasil en las últimas décadas ignoró, de forma sistemática, que el mayor patrimonio de una nación es su pueblo y que el mayor patrimonio del pueblo son sus niños y jóvenes. Sostiene que la ampliación de la ciudadanía, en su dimensión civil, política y social, es la gran tarea y el gran desafío de la transición democrática. Pensar en la estructuración de un estado de derecho sin enfrentar esta tarea sería u n ejercicio de mala fe o de autoengaño, apunta.71 U n trabajo reciente de Licia Valladares,74 presentado en el X I Congreso Mundial de Sociología, abre una interesante polémica acerca de la literatura existente sobre la infancia. Sostiene que crea la imagen de que la infancia del Brasil contemporáneo, la de las zonas urbanas m á s empobrecidas, está virtualmente condenada a terminaren la marginalidad. La autora plantea que muchos niños y jóvenes que habitan en las América Latina

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72. Clara Lucía de Oliveira Inem. A situação da infanda no Estado do Río dt Janeiro. F U N A B E M , septiembre 1986. 73. Antonio Carlos Gomes da Costa. Cidadania ou barbarie. Secretaria Municipal de Beto Horizonte, sf. 74. Licia Valladares. Growing up in the favela. Trabajo presentado en el Congreso Mundial de Sociología realizado en Nueva Delhi, agosto-1986.

76. Inatituta Jaliscense de Asistencia Social. La asistencia torio! renovada. México, Instituto Mexicano de Estudio* Sociales, octubre-1984. (Ideario manual elaborado por Luis Leñero). 76. Simón Schwartxman. A Igrega e o tetado nevo: o estatuto da familia. Cadernos de Pesquisa (IUPERS) n*37,mayol981.

favelas no forman parte del conocido fenómeno. Explica que la mayoría de la bibliografía existente insiste, extensivamente, en la patología de la desviación, marcando la inconformidad y la transgresión, sin decir prácticamente nada sobre los patrones de socialización conducentes al m u n d o del orden. Observa que, en los casos por ella estudiados, encontró patrones de socialización y disciplina para el crecimiento de los hijos: los jóvenes estudian, trabajan y se recrean en la favela o en sus alrededores. Existe u n control maternal (horarios, amistades y tareas) y una solidaridad familiar para afrontar la economía del hogar y el cuidado de los menores cuando las madres están ocupadas fuera del hogar. E n relación con el rol que cumple la asistencia social, Luis Leñero Otero71 opina que para el esquema funcionalista la asistencia social juega u n rol que contribuye al equilibrio y buena marcha de la sociedad, cubriendo la desadecuación de situaciones que se le escapan al sistema. Criticando esta posición señala que si la asistencia social sólo es vista como un paliativo para que el sistema actual siga funcionando aparentemente bien, se estarán invirtiendo los términos h u m a n o s del problema, con vistas a asegurar al sistema antes que a los marginados. Luego presenta u n conjunto de supuestos básicos para una asistencia social renovada. Julio Bello, en el artículo antes citado, se plantea u n conjunto de preguntas acerca de los destinos de la institución familiar en el marco del desarrollo: - ¿Es indispensable para el logro de mejores condiciones de vida transitar por las etapas de crisis y cuestionamiento o hay posibilidades de hacerlo por caminos m e n o s riesgosos y dolorosos? - ¿Qué características de la institución familiar pueden rescatarse y preservarse como propias de su esencia y necesarias para el desarrollo personal y social, y cuáles son susceptibles de modificarse o desaparecer? - ¿Puede responderse lo anterior sin discutir valores y sin plantearse la sociedad futura deseada? - ¿La crisis de la institución familiar cuestiona los resabios de antiguas creencias o cuestiona el sentido del desarrollo tal cual lo conocemos? - ¿Qué poder tienen las familias c o m o sujeto y objeto del desarrollo para influir en el sentido y profundidad de los cambios que implica? Estas preguntas están presentes de una u otra manera, en gran parte de la literatura de la región. E s lícito plantear que su tratamiento importa para la formulación de políticas y la implementación de programas destinados a la familia, sobre todo si se la piensa como sujeto activo y participante.

El papel d e la Iglesia E n cuanto a la Iglesia Católica, el caso de Brasil es bastante interesante. Simón Schwartzman 7 " analiza el proyecto de decreto-ley "Estatuto de la Familia". A u n q u e el decreto no llegó América Latina

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a promulgarse, suscitó una polémica que polarizó a los sectores m á s conservadores de la década del 30, entre ellos a la Iglesia Católica, y que revela la importancia de la normatización de la familia para el Estado autoritario. El autor sostiene que la década del 30 fue u n período de intensa movilización de los grupos m á s militantes del catolicismo brasileño, que trataban de imprimir al país algunas características que consideraban indispensables para la consecución de sus ideales. El sistema educacional y la legislación referente a la institución familiar eran, posiblemente, sus áreas principales de preocupación. Se planteaba, por ejemplo, reducir la natalidad por ser el mayor flagelo que puede amenazar una nación y llevarla al suicidio social. Se sugería u n a reducción progresiva del trabajo femenino fuera del hogar (la mujer que trabaja afuera, funcionaría u obrera, o no es madre, o no es buena madre, o no es buena funcionaría). Se planteaba que el salario familiar permite la vuelta de la mujer a casa con una mentalidad renovada. Se afirmaba la necesidad de luchar contra el urbanismo, ya que los grandes centros son hostiles a la familia, etc. E n el trabajo "Mensagem ao povo de Deus" de la Arquidiósesis de Rio de Janeiro, presentado en el Primer Congreso de la Familia realizado en 1984, se apunta que: "El material rea> lectado, tanto en la reflexión de los grupos de base como durante los trabajos del Congreso es inmensamente rico y complejo. La Comisión Arquidiocesana de la Pastoral Familiar se compromete a estudiarlo con la ayuda de especialistas, para la elaboración ulterior de un documento m á s estructurado y complejo". E n el documento se analizan los problemas de la realidad actual que determinan alteraciones interpersonales o grupales: el anonimato de las grandes ciudades; las condiciones de subdesarrollo; la política antinatalista y su efecto sobre diversos sectores (educación, vivienda, salud, trabajo, medios de comunicación social, situación religiosa).

Conclusiones

Los trabajos sobre familia, provenientes del área académica y gubernamental, producidos en América Latina en la última década, han contribuido, sin duda, a un mayor conocimiento de la realidad. H a n desentrañado situaciones que permanecían ocultas, como el trabajo doméstico o los niños en la calle; han cuestionado verdades que parecían inamovibles, com o la presencia de mujeres jefes de hogar o la reproducción de la pobreza según la actividad del jefe del hogar; han problematizado concepciones sobre la sociedad poniendo al día discusiones que sacan a la familia del lugar íntimo y privado para otorgarle otra categoría, no sólo de reproductora, sino también de Amirica Latina I

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productora social de la vida, de imágenes, de significados, de ideología, etc.; h a n polemizado sobre el rol femenino, la opresión y el deseo de transformación de la familia en un espacio de creación y libertad; han interrogado sobre la eficacia o la justicia de los estilos de desarrollo imperantes. La producción es polémica y muestra una búsqueda, no sólo temática sino también teórica y metodológica. C o m o lo han señalado varios autores, se ha recorrido desde la economía neoclásica y el funcionalismo hacia la economía clásica y el m a r xismo, nutriéndose con el feminismo, el psicoanálisis y la teoría de la dependencia. Dice Quartim de Moraes que l a ciencia fortaleció elementos importantes para la comprensión de la cuestión de la familia. S u m a n d o los nuevos estudios en el área de la economía, antropología, psicoanálisis y sociología se perciben m á s las dimensiones del tema, pero no se consigue elaborar todas las dimensiones en u n a síntesis y, principalmente, descubro que existen dos discursos paralelos: aquél que habla de la familia desde el punto de vista de sus condiciones materiales, y otro que camina en la esfera de las representaciones, de lo simbólico. L a familia, en el primer discurso, permanece distante de quien habla, creando la ilusión de objetividad: es u n discurso masculino. El segundo habla de las emociones, del espacio afectivo, termina por ser u n espacio femenino. Y como en la vida real, estos discursos se cruzan pero tienen dificultades para fundirse"." D e la literatura emergen u n conjunto de sugerencias e impresiones:

77. M . Quartim, Familia y feminismo. . . , op. cit.

a. H a y pocos trabajos académicos sobre políticas públicas y sobre relación familia-estado. El aporte m á s importante, en ese sentido, es el de la demografía. b. Es insuficiente el conocimiento que existe en el sector público sobre las investigaciones realizadas en el área académica. Las producciones m á s citadas en la esfera gubernamental son las de los organismos de Naciones Unidas. c. H a y pocas posibilidades de recibir conocimiento formal sobre la temática en los centros de educación superior. Los cursos son parciales y sobre algunos aspectos; no hay enfoques multidisciplinarios que permitan un acercamiento a la realidad, un crecimiento del conocimiento y socialización del mismo, que pudiera redundar en acciones de investigación y lincamientos gubernamentales. d. Sería interesante crear en América Latina una comisión o grupo de trabajo que fundase u n centro de documentación, archivo y difusión sobre el tema, que generase investigaciones y publicaciones, que abriese la polémica y alimentase los contactos entre organismos: los académicos, los gubernamentales y otros. Q u e otorgase, en definitiva, la carta de ciudadanía que requieren los estudios sobre familia, el tema mismo, pero, sobre todo, la sociedad. América Latina

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accidentes de trabajo para mujeres y niños; la "ley madre" que establece la maternidad como causal jubilatorio, etc. El primer batllismo fue el propulsor de estas leyes proteccionistas, que se mantuvieron en las décadas siguientes salvo en el período de crisis m á s aguda.

L a expansión económica

11. Aldo Solan y Rolando Franco. La familia en el Uruguay. Montevideo, Alcali. 1977. p.16-17.

Entre 1930 y 1960 el país vivió una etapa de expansión económica, conocida como de "sustitución de importaciones", marcada por una acentuada tendencia industrializadora. E n esta fase se consolidó la estructura socioeconómica instaurada durante el batllismo, lo cual permitió el desarrollo de ese país de clases medias, fuertemente estatizado y con una institucionalización democrática establecida. Durante este período se mantuvo y consolidó la estructura familiar de tipo nuclear, aislado, multilineal y abierto. Se puede hablar de familia nuclear porque la estructura está determinada por una pareja casada o no y sus hijos, que ocupan una m i s m a vivenda. Tanto en el interior como en la capital, la vivienda constituye el habitat de una sola familia y por esto es aislada. Lo multilineal responde al hecho de que ninguna de las familias de los cónyuges predomina sobre la otra, aunque el apellido se transmite por vía paterna. Finalmente es abierta porque no existen formas legales que afecten la libertad de elección de los cónyuges." El peso de la clase media dentro de la población uruguaya ha sido relativamente importante (más del 50% de la población capitalina); sin embargo, la importancia de este sector h a sido aún mayor ya que su ideología y m o d o de vida han predominado sobre el resto de la sociedad, especialmente la capitalina. E n su trabajo, Aldo Solariu encuentra que una gran parte de los encuestados se considera de clase media, aun los que pertenecen a sectores populares, obreros o altos. L a legislación protectora de la familia, la educación y la salud contribuyó a eliminar asperezas entre los distintos estratos y la expansión económica permitió ejecutar u n a política redistributiva que acentuó esta tendencia. Ese modelo de familia de la clase media y sus valores, fueron aceptados por los sectores que se sentían parte de ella. A d e m á s de los rasgos antes señalados se caracteriza por el reducido número de miembros; el promedio por unidad es de 3,48 personas y la cantidad de hijos, 1,4, tasas inusuales si las comparamos con las del resto del continente. La importancia del casamiento religioso, en una sociedad con u n alto porcentaje de ateos, reflejaría también parte de los valores de la clase media, que lo considera como otorgador de prestigio. E n las mismas encuestas realizadas por Solari llama la atención el grado de aceptación entre los jóvenes de las pautas familiares establecidas. E n esta etapa se consolidó y tuvo su apogeo el modelo demográfico y familiar establecido a principios de siglo. Uruguay

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L a crisis económica (1970 -1984)

E n esta etapa encontramos al Uruguay sumido en una crisis profunda y desconocida. El deterioro, si bien no es reciente, se agudizó en la década de 1970. Durante los años sesenta la inflación y las críticas condiciones laborales y salariales afectaron sobre todo a las familias de m á s bajos recursos. Las familias de los estratos medios todavía lograron mantener parcialmente su posición social, mediante una resistencia principalmente sindical. E n los 70, sin embargo, con el debilitamiento de las organizaciones populares y la caída del salario (que luego analizamos), la mayoría de las familias entró en u n nivel de deterioro jamás antes visto. Las causas de la crisis arrancaron del estancamiento productivo que se inició a mediados de los 50 y se prolonga hasta ahora. Las medidas económicas adoptadas por los distintos gobiernos, lejos de resolver la crisis, la acrecientan. E n la década del 70 se intentó aplicar el modelo neoliberal en varias etapas y con diversos instrumentos de política económica, entre otros, la apertura comercial y financiera de la economía; el pleno funcionamiento de las leyes del mercado; y las restricciones a la intervención del Estado. El ajuste estructural, emprendido hasta la crisis de 1972, transformó el patrón de acumulación, apoyándose en el quiebre del modelo político vigente en el país desde principios de siglo. La dictadura militar que se instauró en 1973 tenía como objetivo económico superar el estancamiento productivo que duraba ya veinte años. Para ello reubicó a nuestro país en el contexto internacional, tratando de unirlo a corrientes comerciales y financieras externas. U n a de las bases fundamentales del modelo se sustentó en el supuesto de que era absolutamente necesario impulsar la concentración del ingreso, con la finalidad de aumentar el ahorro y la inversión. Asimismo, un descenso sistemático en los salarios reales permitiría reducir el costo de m a n o de obra, favorecer la colocación de los productos nacionales en el exterior y mejorar la rentabilidad empresarial, lo que incentivaría los niveles de inversión. El sectorfinancierogozó de la libertad del mercado cambiário, lo cual le otorgó u n amplio margen de maniobra para el manejo de capitales extranjeros. La crisis profunda en la que entra el Uruguay desde fines de 1981 confirma la escasa consistencia del modelo y su imposibilidad de mantener u n desarrollo autosostenido. Las condiciones económicas internacionales tuvieron su incidencia, pero los factores internos marcaron la intensidad y características de la crisis. El decrecimiento de la demanda interna, como consecuencia de la desocupación y el deterioro del salario real; la inestabilidad de la demanda externa; y el endeudamiento del sector productivo culminaron en la crisis que persiste hasta ahora. Uruguay I

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La inversión aumentó, no por un incremento del ahorro e inversión internas, sino debido a los capitales externos invertidos a corto plazo, que se retiraron cuando las condiciones fueron desfavorables. Las familias comenzaron a ahorrar en 1981, cuando el modelo entró en declive. Los grupos m á s ricos, cuyo ingreso sí se incrementó, lo desviaron a u n consumo suntuario y, m á s tarde, expatriaron sus capitales.

Actividad laboral E n el estudio de Juan Pablo Terra sobre infancia en el Uruguay, se analizan los cambios ocurridos en la población activa, que representa u n 44% del total en Montevideo u (lamentablemente no hay datos similares para el medio rural). Terra muestra cómo, en especial a partir de 1980, hubo un aumento de la población que se integró a la fuerza de trabajo. L a tasa pasó de 48,2% a 52,2%. Esta gran expansión de la población activa resulta principalmente del crecimiento de la actividad femenina. El grupo de mujeres activas, de 24 a 54 años, que en 1973 representó un 38,7%, en 1983 subió al 61,5% (Cuadro 1). Otro cambio que influyó sobre las relaciones intra y extrafamiliares fue el incremento de las horas laborales por trabajador ocupado, que se mantuvo a u n en momentos de desocupación alta, pero que cayó bruscamente durante la recesión de 1981. Otra característica de la situación ocupacional es el desempleo. Las tasas siempre altas de desocupación, incluso las de 1973 y 74 que superaron a las anteriores, no muestran el gran flujo emigratorio de esos años. Juan P . Terra piensa que la emigración impidió probablemente que esas tasas crecieran aún m á s . Convencionalmente se asocia el aumento del trabajo femenino a cambios demográficos, reducción de la fecundidad, modificaciones en las tasas de nupcialidad y en las edades en que se contrae matrimonio, o sea a pautas culturales que sostiene una mayor igualdad de derechos entre los sexos. S . Prates señala en el trabajo antes citado que la participación laboral femenina en ese período afectó esencialmente a mujeres de sectores obreros y populares, quienes no tienen acceso ni al servicio ni a la tecnología domésticos y que trabajan en las tareas peor remuneradas y de menor jerarquía. Por lo tanto, sería absurdo pensar que este cambio es voluntario; m á s bien constituye u n recurso último frente a la crisis. Ante los bajos ingresos y la desocupación, la mujer trata de compensar la pérdida del valor de los salarios. Si bien no contamos con investigaciones sobre las repercusiones de este fenómeno en la familia, desde ya podemos suponer que transformó las relaciones intrafamiliares. Porque esta alteración de la vida familiar no corresponde a modificaciones ideológicas, ni a una nueva concepción de los roles, sino que sitúa a la mujer, y también al hombre, frente a nuevos roles no elegidos. A esto se s u m a las horas trabajadas por individuo, que son restadas de las dedicadas a las relaciones intrafamiliares y sobre todo que aumentan el desgaste individual (el trabajador llega a laborar

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doce horas diarias para mantener su nivel salarial y no para alimentarlo). C o m o además se adelanta la edad en la que hombres y mujeres entran al mercado laboral (Cuadro 1), el núcleo familiar no logra sustentar a sus jóvenes, quienes deben abandonar sus estudios para contribuir a mantener el ingreso familiar. Esto acrecienta el grado de frustración del núcleo, pues no logra cumplir con una función pautada por las normas culturales y sociales vigentes hasta el momento.

Sistema educativo El sistema educativo, uno de los canales fundamentales entre la familia y la sociedad, transmisor de valores tanto ideológicos como morales, también sufrió u n grave deterioro en los últimos años. El Estado uruguayo ha tenido siempre u n rol protagónico en el desarrollo de la educación. E n los años de estabilidad económica, los servicios educativos públicos penetraron profundamente en el sistema (las tasas de analfabetismo eran m u y bajas con una asistencia casi total de la población menor de 14 años). La alta participación de la educación en el presupuesto nacional y en el producto bruto interno, cierta hasta 1967, dejó de serlo desde 1974. E n 1967 se le dedicó a la educación u n 26,3% del presupuesto nacional, lo que representó u n 2% del PBI; en 1982 se le dedicó u n 7,3% de ese presupuesto, lo que representó u n 2,3% del PBI. M E n 1967 la educación era apreciada como integradora, modernizadora y tecnocrática. Unos años antes de la instauración del régimen autoritario comenzó ya a verse al sistema educativo como contrahegemónico en lo ideológico y desestabilizador en lo político. E n el período de la presidencia de Pacheco Areco (1968-1971) y en el de Bordaberry (1971-1973) hubo u n vuelco hacia u n estilo de congelación política que continuó con el gobierno militar de 1973-1984. Fue en ese período cuando se instrumentó la penetración ideológica en el sistema educativo. L a calidad de la enseñanza se resintió y no pudo ni siquiera cubrir la baja demanda debida al crecimiento demográfico casi nulo y a la emigración masiva de jóvenes. El sector que m á s perdió posiciones en el presupuesto educativo entre los años 1955-1976 fue el primario; se consideró que la universalización de la primaria era objetivo cumplido y que no debía hacerse m á s énfasis. D e 1973 a 1980 la tasa de escolaridad indica que la cobertura mejoró a nivel preprimario, pero disminuyó del 90% al 86% en primaría; del 47% al 44% en educación media; y del 6,05% al 5,86% en la superior (en primaria y media se volvió a las tasas de 1960). También, aumentó la deserción intraniveles (del 34% al 40% en ocho años de cohortes teóricos en educación media, y del 16% al 20% en primaria media), y la deserción interniveles (del 9% al 33% en trece años entre primaria y media y del 39% al 52% entre media y superior en 11 años de cohortes teóricos). L a s u m a de las deserciones hace que de cada Uruguay

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14. R. Bayce. Incidencia de la crins económica en el sistema educativo uruguayo. Punto 21 (Montevideo, CIEP), no.30,1986.

100 matriculados en primer año de primaria durante el período autoritario, entren sólo 7 a primer año universitario en 1980 y 9 en 1983 (cohortes teóricos entre 1968-1980 y 1971-1983)." La agudización de la deserción escolar refleja u n a reacción de la familia por mantener su ingreso. Los niños o jóvenes que desertan de la enseñanza se incorporan, o por lo menos procuran hacerlo, a la actividad laboral alterándose los roles, ya que el niño o adolescente en lugar de estudiar debe trabajar; tampoco en este aspecto la familia puede cumplir el rol asignado o culturalmente aceptado. M u c h a s veces los hijos no alcanzan el nivel educativo de sus padres y esto es vivido por el núcleo familiar como u n retroceso. R . Bayce señala la notoria feminización de la matrícula como otro fenómeno educativo resultante de la crisis económica. Esto corresponde al aumento de la participación femenina en el mercado de trabajo. La mujer se quiere capacitar rápidamente para poder participar en el mantenimiento del ingreso del hogar. El aumento de la cobertura a nivel preprímario también está íntimamente vinculado al incremento de la participación de la mujer en el mercado de trabajo.

Sistema político y políticas sociales A partir del pronunciamiento militar de 1973, se instauró en el país un régimen autoritario que coartó todas las libertades individuales: libertad de asociación, de expresión, de sindicalización, etc. Implantado este modelo burocrático-autoritario se depuró la administración y enseñanza públicas en los organismos considerados contrahegemónicos para su ideología. Ello, sumado a la gran cantidad de prisioneros y perseguidos políticos, influyó de manera determinante en la vida social y familiar de los ciudadanos, imposibilitados como estaban de protestar individual o colectivamente. Cabe pensar que grandes sectores de u n país tradicionalmente democrático vivieron de una manera conflictiva la imposición autoritaria de un nuevo modelo de vida familiar y social. Quisiéramos m e n cionar el tema de aquéllos que, ante tal situación, decidieron emigrar o fueron perseguidos políticos; no podemos dejar de pensar las situaciones traumáticas que ello generó en el seno de esas familias. Las políticas sociales de ese gobierno en crisis económica no estuvieron dirigidas a cubrir las deficiencias de vida de la población m á s desfavorecida, pues esa población no constituía u n objetivo de su programa político.

16. R. Bayce. El sistema educativo uruguayo 1973-1983. Montevideo, C Œ P , 1985. (Tomo I).

El gasto público fue aplicado independientemente de cuan beneficioso, o no, era para la población o de su utilidad económica para el país. Se gastó teniendo en cuenta lo que había para gastar, pero nunca según legislaciones, normas o criterios que orientaran el gasto público hacia intereses de la población. E n los programas en los que hubo inversión no se tomó en cuenta la capacidad presupuestaria parafinanciary mantener dicho gasto. Se construyeron obras edilicias excelentes con buenas instalaciones, pero sin recursos que Uruguay

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posibilitaran el funcionamiento adecuado. E n consecuencia, decayó la eficienca, eficacia y calidad de los servicios sociales brindados a la población. E n 1980, cuando se hizo m á s visible el deterioro social, el gasto del Estado en política social fue m á s bajo, menor aún por el rápido deterioro del nivel de vida en sectores cada vez m á s amplios de la población. Esta falta de eficacia y eficiencia contribuyó, a la vez, a la caída del nivel de vida de la población, sobre todo cuando se trataba, ahora sí, de grupos de familias en condiciones de pobreza absoluta. El Estado pasó de políticas sociales dirigidas a la protección y apoyo de los núcleos familiares en el período de la expansión económica, a una política ineficaz de servicio social. E n el Uruguay de las "vacas gordas", como popularmente se conoce al período de expansión, la salud era un aspecto relativamente resuelto para las familias, a través de la atención mutual. E n el período de crisis muchas familias tuvieron que abandonar el sistema mutual quedando fuera de la cobertura de los servicios de salud. Asimismo, entre 1973 y 1980 las cesantías y jubilaciones sufrieron una pérdida real del 11%. E n s u m a , los gastos dedicados a servicios sociales fueron dirigidos, no a los sectores desprovistos de la sociedad, sino a reforzar la imagen política del régimen.

Medios de comunicación E n el área de los medios de comunicación hay una carencia de trabajos de investigación. Durante el período de autoritarismo, los medios de comunicación adquirieron m u c h a importancia como vehículos transmisores de valores ideológicos del modelo burocrático-autoritario. Las dificultades económicas, políticas y sociales que encontró el régimen para consolidar su modelo, las suplió a través de u n a intensa propaganda. El control prácticamente absoluto de los medios, censurando a cualquier opinión diferente, constituyó u n pilar esencial del régimen. Sin embargo, en este terreno también enfrentó dificultades, ya que los valores impartidos no eran compartidos por la mayoría de la población, incluso por aquellos sectores que en algún m o m e n t o apoyaron políticamente al régimen, ante el temor de que surgieran gobiernos alternativos, que la propia evolución política del país iba generando. El Uruguay, con una tradición democrática firmemente arraigada, con u n conocimiento pleno de sus derechos cívicos y con una gran cobertura educativa, se resistió a la incorporación de los nuevos valores. Esta resistencia al mensaje transmitido por los medios contribuyó al aislamiento de la familia, deteriorando así lafluidezentre ésta y la sociedad.

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Comportamientos de la familiafrentea la crisis

E n este trabajo hemos analizado el deterioro sufrido en los cuatro canales básicos de la comunicación e interrelación de la familia con la sociedad. H e m o s visto cómo la familia ve frustradas sus expectativas como agente social y económico. Analizaremos ahora las relaciones y reacciones intrafamiliares. La mayoría de los sectores buscó paliativos para sobrevivir a la crisis. Interesa, por lo tanto, conocer no solamente la cantidad y calidad de bienes y servicios que la familia dispone sino también los comportamientos y mecanismos que adoptan para adaptarse a la nueva situación. Estos comportamientos o respuestas a las transformaciones sociales tienen u n objetivo central: la reproducción biológica y material del grupo familiar,M aunque no siempre sean exitosos o logren una unificación de objetivos entre los miembros, E n el caso uruguayo las estrategias de supervivencia no fueron el resultado de un cambio evolutivo ni paulatino, sino de cambios obligados destinados a preservar la existencia m i s m a del grupo familiar. El alto nivel de desempleo, la caída abrupta del ingreso, las fricciones sociales ocasionadas por la situación política, el deterioro de la calidad de la educación, la restricción de las libertades, su expresión en los medios de comunicación y el desamparo en materia de servicios sociales, llevaron a la población, especialmente a los núcleos familiares m u y afectados, a comportamientos compensatorios. El primero y m á s significativo es el gran incremento del flujo migratorio, que ascendió permanentemente desde los años sesenta, profundizándose en los años 1973-1974, inmediatamente después de la implantación del modelo autoritario. Esta emigración del núcleo familiar o de parte de sus miembros hacia el exterior fue una reacción de abandono ante las dificultades: el núcleo o alguno de sus integrantes, generalmente los m á s jóvenes y capacitados, optaron por no aceptar las nuevas condiciones; consideraron que la sociedad no les brindaba las oportunidades para el desarrollo de la calidad de vida esperada. L a consecuencia m á s importante fue la desarticulación familiar que llevó a reacomodos en las responsabilidades de los d e m á s miembros. N o podemos dejar de mencionar el sector de jóvenes y adolescentes, quizás numéricamente poco significativo, pero de peso por sus implicaciones sociales, que en el período de mayor represión y de implantación del nuevo modelo autoritario, se vio forzado a emigrar por su actividad política. M. C . Boraotti. La organuaciénêodal de la reproducción de Los efectos desarticulantes para ellos y su grupo familiar no loê agente» »octale», lot unidade» han sido hasta ahora objeto de estudio. familiar*» y m « ettrategia». DemoOtra de las estrategias de supervivencia tocó al campo grafia y Economia (Mexico), voll 6, n°2,1961, p.l«. laboral y repercutió directamente en la vida familiar. L a Uruguay

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feminización de las tasas laborales y educativas nos hace pensar que la mujer debió abandonar el hogar, hasta entonces dirigido y atendido fundamentalmente por ella. L a falta de sustitutos para sus tareas, sobre todo en las capas populares, y lo abrupto de este cambio afectó la calidad de vida, especialmente de los niños. Otro recurso que encontraron las familias para m a n tener sus ingresos ha sido la sobrecarga laboral del hombre, que h a tenido una incidencia negativa dentro del núcleo. También la temprana entrada de los jóvenes al mercado de trabajo actúa como factor desestabilizante. Todos los miembros de la familia se ven forzados a asumir nuevas responsabilidades no elegidas y la ausencia de alguno de los miembros, o a complementar la imposibilidad del jefe de la familia de cumplir su función de soporte económico. Los sectores de m á s bajos ingresos h a n modificado el esquema tradicional de vivienda, el consumo y las redes de intercambio con otras unidades familiares. Muchos jóvenes se casan y continúan habitando en la vivienda paterna, o los matrimonios ya establecidos deben incorporar a miembros de la anterior generación, debido al descenso brutal de las jubilaciones. Otras familias han subalquilado piezas para aumentar el ingreso reduciendo el espacio habitacional de la familia. E n las capas populares se eliminó todos los gastos suntuarios y se disminuyó el nivel nutricional (por ejemplo, aumentó el cons u m o de féculas). Parecería ser que la mujer que trabaja ha adquirido u n mayor poder de decisión en la distribución del ingreso familiar. También h a aparecido u n nuevo fenómeno especialmente en los complejos habitacionales que agrupan a numerosas familias: el intercambio de ropa, alimentos, dinero, información, que adoptó una estructura propia como son las cooperativas de consumo, los comedores populares, etc. Cabría preguntarse si esta nueva pauta de comportamiento no contribuirá a modificar el carácter marcadamente aislado de la familia tradicional uruguaya.

Conclusiones

H e m o s observado a lo largo de nuestro trabajo el desajuste y deterioro evidente entre las expectativas y funciones tradicionales de la familia y sus canales básicos de comunicación con la sociedad. Consideramos que las estrategias de supervivencia descritas constituyen reacciones espontáneas para preservar la existencia del grupo; antes que un fortalecimiento de los vínculos de la familia con la sociedad, muestran u n resquebrajamiento de este vínculo. La comunicación entre familia y sociedad pierdefluidezy se resienten las relaciones Uruguay I

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intra y extra familiares. Los valores que la sociedad trasmite a través de sus canales no son compartidos y se genera una disociación dentro de la sociedad. N o s preguntamos hasta qué punto se mantiene en el Uruguay actual el modelo de familia nuclear de tipo clase media originado en la expansión económica, y hacia dónde conducen las transformaciones observadas en este período de crisis. Cabe preguntarse también cuáles serán las repercusiones de las estrategias de supervivencia de las familias y en qué medida la incorporación de la mujer al mercado de trabajo o la mayor solidaridad entre los núcleos familiares de sectores populares pueden trastocar el modelo clásico de familia. Para responder a estas preguntas es indispensable profundizar en el estudio de la familia, ya que sistematizando estos puntos podrían realizarse estudios comparativos con otros países latinoamericanos que viven realidades similares.

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