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PROYECTO QUADRIGA El velero de carga más grande del mundo

A lo largo de las dos últimas décadas hemos visto aparecer intentos de renovación del transporte marítimo con el fin de reducir las emisiones atmosféricas y marítimas. Sailing Cargo se ubica en los grandes proyectos navales modernos para resolver una problemática que parece sencilla: contaminar menos sin perder de vista las exigencias comerciales y financieras de un transporte mundializado ultra competitivo.

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egún el americano Edward Humes, autor de Door to Door (2016), el 90% de lo que usamos en nuestro día a día, ha viajado alrededor del mundo quemando uno de los carburantes más nocivos. Humes apunta y dispara: “160 barcos crean la misma cantidad de humo y de partículas que todos los coches del mundo. La flota mundial de buques de carga es de 6.000 unidades”. Escalofriante cifra, y más teniendo en cuenta la composición química del carburante utilizado por los grandes buques mercantiles. La organización europea Transport & Environnment agrupa los trabajos de una cincuente-

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na de ONGs y pone el blanco de sus ataques en el combustible marino. Éste es 2.700 veces más contaminante que el diesel de las carreteras y no está sujeto a imposición alguna. Se quema un fuel oil o gas oil pesado que emite altas concentraciones de sustancias nocivas incluyendo metales pesados, hidrocarburos y azufre, así como materias particularmente cancerígenas. De momento uno de los métodos más significativos identificado para reducir las emisiones se basa en aumentar los filtros con combustibles bajos en azufre como se aplica en las carreteras y poner fecha a su aplicación. La Organización Marítima Internacional (OMI)

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ha limitado de ahora en adelante, el contenido de azufre del combustible marino a 3,5% con el objetivo para 2020 de rebajarlo al 0,5%.

Transporte eco-friendly Mientras tanto, las iniciativas privadas anticipan las medidas gubernamentales para una proyección comercial. Es el caso de Sailing Cargo, que pretende devolver a la navegación mercantil sus letras de nobleza gracias a la restauración de la fuerza eólica en las grandes unidades. Con este fin se trata de dotar el buque Quadriga con nada menos que 5.000 m2 de velamen tipo Windjammer repartidos en 4 mástiles. La visión de Uwe Khöler, el quincuagenario alemán al mando del proyecto, es sencilla: la navegación eólica perdió su posición de liderazgo milenario debido a las exigencias de entrega de las mercancías. Los avatares marítimos del viento y del estado del mar no se adaptaban a los contratos mercantiles. Pero pensó: ¿de verdad no se pueden controlar? De allí surgió la idea de construir el mayor buque de carga “eco-friendly” de todos los tiempos propulsado por el viento. Símbolos de aventura y de libertad, las grandes unidades navales han tenido siempre una posición privilegiada en nuestro imaginario. En la realidad el Sailing Cargo cumpliría todas las fantasías. Primero por grande: 170 metros de largo con mástiles de 47 m, lo que le haría situarse en el velero más grande jamás construido. Segundo, por sostenible: gracias a la ayuda de un motor hibrido diesel-eléctrico y de sus velas. Se planifica reducir hasta en un 82% la contaminación, lo que si se compara a un carguero actual reducirá la emisión de CO2 en unas 30.000 toneladas anuales. Y tercero, por vanguardista por las tecnologías y materiales aplicados provenientes de las prestigiosas regatas Admiral’s Cup y Volvo Ocean Race. Por primera vez, componentes tecnológicos para reducir el peso y aumentar la velocidad se usarán para la navegación comercial a vela. Se calcula una velocidad de crucero de 12 nudos en su lanzamiento con el objetivo de alcanzar los 16 nudos en los años siguientes. Del diseño al estudio en túnel de viento se unen los ingenieros de la Dutch Naval Architect Dykastra, con el departamento técnico Peter Döle en Alemania y BSHIC, uno de los mayores constructores de buques del mundo en China. El deseo común reside en facilitar un buque de carga de gran capacidad mercantil (hasta 1.630 coches) con una entrega puntual y de reducida contaminación. Se apoyan en materiales de alta gama, los últimos avances previsionales meteorológicos y la sustitución de las energías fósiles con motores híbridos y baterías adicionales. Una vez los inversores reunidos, se necesitarán unos 22 meses para su construcción. De allí el momento clave del bautizo y del primer viaje transatlántico para ver cómo reacciona en condiciones reales el barco y el equipaje,

que reunirá unas 17 personas. El rumbo del viaje de prueba marcará el Oeste con una salida desde Emden en Alemania y llegada en el puerto de Veracruz en Méjico. Los ingenieros calculan unos 18 días de navegación. Quadriga realizará un guiño histórico a sus ilustres antepasados con una propuesta turística adicional: 10 exclusivas cabinas estarán disponibles para los amantes de las navegaciones transatlánticas. Presentado este verano en la Expo 2017 de Astana en Kazakstán, que centraliza los proyectos energéticos del futuro, Quadriga ha levantado mucho interés especialmente por parte de suecos, noruegos y americanos. Esperemos que el nombre elegido de Quadriga –carro tirado por 4 caballos durante el imperio romano– servirá de enlace entre las exigencias mercantiles y la necesidad de adaptar nuestro consumo a la urgencia medio ambiental. Nicolas Massines www.sailing-cargo.de

El buque de carga Quadriga, el velero más grande jamás construido, incluirá una propuesta turística adicional de 10 exclusivas cabinas disponibles para los amantes de las navegaciones transatlánticas. SKIPPER 33