Universidad Nacional de Río Negro Sede Andina Escuela de Humanidades y Estudios Sociales Diplomatura en Humanidades y Estudios Sociales 2do cuatrimestre 2010
HISTORIA LATINOAMERICANA Y ARGENTINA Unidad 3 La formación y consolidación de los Estados nacionales (1850-1930) Guía teórica
Contenidos de la unidad •
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Formación y consolidación de los Estados-nación. Los regímenes oligárquicos y las constituciones. Formación territorial y distribución de la tierra. Consolidación del capitalismo neocolonial. Élites urbanas y sectores terratenientes; sectores medios y populares. Republicanismo y ampliación de la ciudadanía. Vía revolucionaria (revolución mexicana) y reformas electorales. El modelo económico agroexportador. El mercado de trabajo y las corrientes migratorias. Transformaciones de la sociedad y el Estado después de la Primera Guerra Mundial. Desarrollo y transformación de los sectores medios y populares. Antecedentes de industrialización y sectores obreros. La economía de entreguerras. Del intervencionismo europeo a la tutela norteamericana.
Objetivos de la unidad
Comprender el proceso de incorporación neocolonial de América Latina al sistema capitalista internacional y su crisis. Analizar y comparar formaciones estatales diferenciadas en ese contexto. Relacionar dichas formaciones locales de estatalidad con los procesos de extensión de hegemonía metropolitana en diferentes regiones de América Latina. Identificar procesos de consolidación y modificación de bloques de poder, modelos de representación política y estilos locales de hegemonía. Analizar construcciones ideológicas y procesos de formación social.
Desarrollo conceptual A lo largo del periodo 1850-1930 se producen significativos cambios en la coyuntura internacional que repercuten en los procesos de conformación estatal y social latinoamericanos. A lo largo de esta unidad y mediante el siguiente recorte cronológico enfocaremos en los complejos procesos que hacen a la incorporación de Latinoamérica en la división internacional del trabajo.
El surgimiento del orden neocolonial, 1850-1880 Hacia mediados del siglo XIX las economías metropolitanas devinieron en mercados para los productos americanos al mismo tiempo que dispondrían de mayor cantidad de capitales a ser invertidos en ultramar. América Latina se transforma en productora de materias primas para los centros de la nueva economía industrial y de artículos de consumo y alimenticios para sus propias áreas metropolitanas. Al mismo
2 tiempo representará un mercado para la producción industrial europea y de bienes de capital (metalurgia y combustibles). Las políticas librecambistas constituyen uno de los instrumentos ideológicos de penetración económica neo-colonial, a través de su vinculación con la idea de “progreso” y la posibilidad de desarrollo de los sectores urbanos. La extensión de las políticas de endeudamiento de los nuevos estados americanos tanto asegura la relación de dependencia a largo plazo de los nacientes estados como impacta en el equilibrio entre los diferentes sectores sociales. En efecto, la repercusión en las estructuras de poder a lo largo del continente se expresará en diferentes procesos de conformación de bloques de poder que consolidarán modelos autoritarios, oligárquicos y republicanos. En el caso mexicano esto se nota en el tránsito de la reforma liberal de Juárez al progresismo autoritario del Porfiriato; en el caso argentino en la conformación de la república oligárquica entre las guerras civiles, del Paraguay y contra los indígenas, y la generación del 80; en el caso brasileño en la disolución del orden imperial y la formación de la república bajo el ideario liberal y positivista. Las transformaciones de la producción económica de América Latina implican la ampliación del comercio y de la hegemonía británica. Paralelamente se produce una progresiva penetración norteamericana en Centroamérica y el Caribe. La extensión territorial y consolidación de los estado-nación-territorios conlleva en diferentes regiones a nuevos sometimientos e incorporaciones de poblaciones originarias y sus territorios, que no modifican sino que consolidan los patrones de acceso y tenencia de la tierra. Así también se producen diferentes conflictos por áreas y recursos entre diferentes estados (guerras del Pacífico, Paraguay, invasión europea a México).
La consolidación de la hegemonía oligárquica, 1880-1914 En el contexto mundial de extensión imperialista del capitalismo, este periodo en particular se caracteriza por el crecimiento de una estructura productiva latinoamericana bajo la gestión directa de las oligarquías y el dominio de Gran Bretaña sobre los circuitos de comercialización. La integración al mercado mundial debe comprenderse junto con el desarrollo de bloques de poder locales que aseguran el dominio local a través de la construcción de hegemonía. En este periodo se trasladan a las periferias las contradicciones generadas en las economías de los países centrales: crecimiento demográfico, caída de la tasa de ganancia y tendencia al subconsumo. Las inversiones de capital en regiones periféricas y los procesos migratorios permiten a las economías centrales contrarrestar estas tensiones. Las exportaciones de capital hacia economías marginales buscan tasas de ganancia más elevada por el bajo costo de la mano de obra. Bajo el slogan de “orden y progreso” suele englobarse a los diferentes regímenes liberales y positivistas, centrales en el proceso de consolidación estatal latinoamericano. Sus elementos principales son la integración productiva en la nueva división internacional del trabajo, a través de vías primarioexportadoras, las condiciones y transformaciones sociales necesarias para la adecuación del modelo productivo, y la consolidación de sectores de poder locales en bloques de poder. En el caso argentino el modelo agroexportador estuvo vinculado con las inversiones de capital extranjero no en la producción directa sino en la infraestructura necesaria para asegurar los sistemas de comercialización, la modalidad latifundista de acceso a la tierra y los movimientos migratorios desde los países centrales. En el caso de los países cuya producción central fue la extractiva y minera el flujo de capitales provino principalmente de los Estados Unidos. Las oligarquías establecen su hegemonía a través del control del los excedentes y del establecimiento de bloques de poder que alinean a diferentes sectores locales en la consolidación de estructuras administrativas de gobierno. La reestructuración de las sociedades latinoamericanas implicó políticas de
3 eugenesia, inmigración, disciplinamiento social, formas de explotación económica y extraeconómica y restricción de los derechos políticos. El modelo económico primario-exportador determinará las características del mercado de trabajo y las características de las corrientes migratorias. El crecimiento del mercado interno (vinculado con el aumento de los sectores medios, con las actividades terciarias y de servicios y la burocracia estatal, y con la estructuración territorial de los países) favoreció el proceso de industrialización de bienes de consumo y de manufacturas. La necesidad de sustituir por artículos nacionales los importados estuvo vinculada no tanto con el auge exportador sino con la depreciación de las monedas americanas y el aumento de aranceles aduaneros para mejorar la recaudación por parte de los estados (elementos que elevaban considerablemente el precio de los artículos importados). A lo largo de este periodo crece la tensión entre este desarrollo de sectores medios y la clase obrera, y la exclusión política de los mismos del régimen de hegemonía oligárquica, derivará en diferentes levantamientos y movilizaciones tanto en ámbitos rurales como urbanos (la revolución mexicana es probablemente el caso más notable e impactante).
Crisis del proyecto oligárquico, 1914-1930 El período comprendido entre el inicio de la Guerra Mundial de 1914 y la crisis financiera de 1929 representa el inicio de la crisis para los proyectos oligárquicos. Las transformaciones de la economía y la política junto con el desarrollo de los sectores medios y populares ponen en cuestión viejas formas de hegemonía. Se trata de una crisis que afecta el modelo del latifundio, los viejos mecanismos clientelares y el estado oligárquico. Es el momento de la revolución mexicana y del ascenso del radicalismo en Argentina, casos de ampliación de la ciudadanía política, uno a través de la vía revolucionaria y otro a través de reformas electorales. Los problemas para construir una propuesta hegemónica por parte de los nuevos sectores sociales, no obstante, genera un debate sobre si estos movimientos representan un avance general de los sectores populares o un modo de completar el proyecto oligárquico. Como resultados generales para la Latinoamérica de este período encontramos tanto movimientos políticos en los que predominan las clases medias (batllismo en Uruguay, yrigoyenismo en Argentina, tenentismo en Brasil) como nuevos proyectos oligárquicos que respondiendo a las presiones reformadoras adquieren nuevas características represivas y reaccionarias. Durante este periodo se consolidan los antecedentes de algunos procesos de industrialización que conllevan a la consolidación de sectores obreros. No obstante estos proyectos no terminan por definir un nuevo modelo sino una ampliación de inversiones destinadas a cubrir la demanda de un mercado interno reducido. Se trata de un proceso de diversificación de la base económica de las oligarquías, que mantienen, no obstante, modalidades represivas de control sobre la mano de obra. La economía de entreguerras se caracterizará por el progresivo reemplazo del intervencionismo europeo por parte de la tutela estadounidense. Las primeras penetraciones del capital norteamericano se produjeron en los países mineros y en aquellos de producción agrícola de clima tropical, por complementar mejor la producción norteamericana. Especialmente desde 1916, EEUU como cliente, contribuirá a la reactivación de las exportaciones latinoamericanas. Al finalizar la guerra en 1918 los Estados Unidos aparecen como el principal cliente y proveedor de América Latina. La crisis económica mundial de 1929 impacta en mayor medida donde el sector productivo se hallaba bajo el control del capital norteamericano. La crisis representa el fin de un modelo de crecimiento basado en la expansión continua de las exportaciones. Bibliografía obligatoria
4 HALPERIN DONGHI, T. Historia contemporánea de América Latina. Buenos Aires y Madrid, Alianza, 1992 en adelante (edición ampliada). Capítulo 4, Surgimiento del orden neocolonial (1850-1880). ROFMAN, A.B. y L.A. ROMERO. Sistema socioeconómico y estructura regional en la Argentina. Buenos Aires, Amorrortu, 1998. Fragmento: La producción de bienes primarios (1852-1930), pp. 109-153. IANNI, O. La formación del Estado Populista en América Latina. México, ERA, 1980. Parte Tercera, Capítulo VIII, El Estado oligárquico, pp. 69-83. CARMAGNANI, M. Estado y Sociedad en América Latina 1850-1930. Barcelona, Crítica, 1984. Capítulo III, Tierra y libertad. La crisis del proyecto oligárquico, pp. 176-253.