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el niño interior se apodera de todos PT
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O Carnavalito (Carnavalzinho, em livre tradução) também chama aos adultos a reviver sua criança interior e de uma certa forma o faz.
s el 2 de enero. La celebración de Año Nuevo ha quedado atrás y las personas están listas para disfrutar el Carnaval de Negros y Blancos. En cada sitio de la ciudad se ven personas que venden sombreros, gafas y ponchos, y las personas salen a la calle con sus bancos en la mano en busca de un buen puesto para ver el desfile. El mundo empieza a ponerse al revés. Se abren los desfiles del carnaval con infantil alegría. 1500 niños recorren la Senda del Carnaval, a pesar del sol y el cansancio, con la misma alegría que
The Carnavalito,
El Carnavalito,
han visto en los adultos que recorren la Senda el 3, 4 y 6 de enero de otros años. Desde el otro lado de las vallas que separan al público, hay niños que ven con curiosidad y emoción a aquellos que van a desfilar. Se nota en sus rostros el deseo de estar adentro para poder danzar, caminar con zancos, estar maquillados y vestidos con disfraces de colores, y para poder tocar los instrumentos que portan los músicos, ellos también niños: el bombo, los platillos, el redoblante, la campana, la zampoña.
El Carnavalito, como parte del gran evento de los pastusos, recrea a pequeña escala los otros desfiles del Carnaval, ya que muestra colectivos coreográficos, murguitas, disfraces individuales, una reina, carrocitas originales, como también carrocitas que reproducen carrozas ganadoras de otros años. Cuando un niño grita: “¡Que viva Pasto!”, lo hace con una voz aguda y no tan potente, pero que de todos modos hace que el público aplauda y responda: “Que viva”.
Foto - Photo: Diego Benavides
Los sueños de los niños se proyectan y se viven, pues el futuro está marcado por el presente. La familia, la gastronomía, la tierra y la tradición son los pilares en los que los niños artesanos se basan para vivir el carnaval en carne propia. El Carnaval es herencia de sus padres, un legado, un sueño viajero que crece en las entrañas. La locura de la fiesta y los personajes fantásticos salen a relucir en este pequeño Carnaval, pues los niños sienten en su piel las formas pintorescas y míticas que inundan esta festividad pastusa. El Carnavalito también es un llamado a los adultos a recuperar el niño que alguna vez fueron y, de cierta forma, lo logra. En todos resurge el júbilo y la libertad que significa jugar con talco, cosmético, serpentina y confeti, como también alguna vez fue jugar a la lleva y jugar con un yoyo, un trompo, una coca o un balón de fútbol. El Carnavalito es la confluencia de los tiempos y la semilla que el artesano ha sembrado con sabiduría en las nacientes generaciones carnavaleras. Foto - Photo: Carlos Benavides
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Our Inner Child Takes a Hold of Us Fotos - Photos: Corpocarnaval / Miguel Garzón
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t’s January 2nd. New Year’s Eve’s celebration is in the past, and people are ready for the ‘Carnaval de Negros y Blancos’. You can see people selling hats, glasses and ponchos on every corner downtown, and people filling the streets with their benches from one side to another, searching for a good spot to watch the parade. The world seems to start to go upside down. The Carnival’s parades start with childish joy. 1500 children sweep the ‘Senda del Carnaval’, and despite the heat and fatigue, they tour the streets with the same joy adults show on the 3rd, 4th and 6th of January. From the other side of the fences that separate the parade
from the public, there are kids who gaze with eyes of curiosity and wonder as they see other children marching in the parade. You can see in their faces how they wish they could dance, walk on stilts, be painted and dressed in colorful costumes, and to be able to play the instruments other children are using: the bombo, platillos, snare drums, bells and zampoña. Besides being a par of the Carnivals, the “Carnavalito” is a smaller scale representation of the whole carnival, where you can find diverse choreographic parades, murguitas, individual costumes, a queen of the parade and miniature floats that mimic winning floats from
other years. When a boy screams “¡Que viva Pasto”, he does it in a not so potent high-pitched voice, but still gets everyone in the public to applaud and respond “¡Que viva!”. Children’s fantasies are portrayed and lived out, for the future is marked by the present. Family, gastronomy, land and tradition are the pillars on which artisan children will base themselves for living the carnival in the flesh. The Carnival is a heritage from their parents, a legacy, a travelling dream that grows within. The frenzy of the festivities and the fantasy characters already seem to shine in the Carnival, for children feel on their skin
the picturesque and mythical shapes that overwhelm Pasto’s holiday. The ‘Carnavalito’ is also an invitation to grownups to give life to the kids they once were, and in a way, it’s successful in doing so. Joy and freedom are reborn in everyone as they once again play with talc, cosmetics (paints) and confetti, and playing at “la lleva”, with a yoyo, a spinning top or a football. The ‘Carnavalito’ is a convergence of times and it’s the seed the artisan has wisely planted to ensure the following carnival generations.