La historia primitiva (Gn 1-11) Los patriarcas y matriarcas (Gn 12-50)
es una palabra griega, que significa “origen”. El primer libro de la Biblia lleva ese nombre, porque trata de los orígenes del universo, del hombre y del Pueblo de Dios.
Los relatos bíblicos nacieron en Israel como una revelación fruto de una reflexión inspirada por el Espíritu Santo al Pueblo de Dios,
Estos relatos bíblicos no tratan de dar una respuesta científica sobre cómo ocurrió la creación.
Mientras la ciencia responde a la pregunta cómo suceden las cosas…
la Biblia, por el contrario, da respuestas al por qué y para qué de las cosas, en vistas al proyecto de Dios aquí en la tierra y la salvación en la eternidad
La historia primitiva Los orígenes remotos del Pueblo de Israel
La primera es denominada habitualmente porque presenta un amplio panorama de la historia humana, desde la creación del mundo hasta Abraham (caps. 1-11).
La segunda narra los orígenes más remotos del pueblo de Israel: es la historia de Abraham, Isaac y Jacob, los Patriarcas hebreos. Al final de esta segunda parte, adquiere particular relieve la figura de José, uno de los hijos de Jacob, ya que gracias a él su padre y sus hermanos pudieron establecerse en Egipto. La historia de los Patriarcas se cierra con el anuncio del retorno de los israelitas a la Tierra prometida, cuyo cumplimiento comienza a relatarse en el libro del Éxodo.
La elección divina no era un privilegio reservado para siempre a una sola persona o a una sola nación. Si Dios manifestó su predilección por Abraham y por la descendencia nacida de él,
CONTENIDO TEMÁTICO DEL GÉNESIS a) La historia de los orígenes: capítulos 1-11 Cap. 1-3: relato de la creación, la caída del hombre, la intervención de Dios y la sentencia, la promesa de la redención. Cap. 4 y 5: Caín y Abel. El progreso del mal y de la humanidad. Cap. 6-10: El diluvio universal. Consecuencias del pecado. Alianza de Dios. Cap. 11: La torre de Babel. Consecuencias del pecado. Llamada de atención de Dios.
Por eso, al leer estos textos, es imprescindible distinguir entre la verdad revelada por Dios, que mantiene su valor y actualidad permanentes, y su expresión literaria concreta, que refleja el fondo cultural común a todos los pueblos del Antiguo Oriente.
Con las expresiones literarias y los símbolos propios de la época en que fueron escritos, esos textos bíblicos nos invitan a reconocer a Dios como el único Creador y Señor de todas las cosas. Este reconocimiento nos hace ver el mundo, no como el resultado de una ciega fatalidad, sino como el ámbito creado por Dios para realizar en él su Alianza de amor con los hombres.
La consumación de esa Alianza serán el "cielo nuevo" y la "tierra nueva" (Is 65, 17; Apoc 21,1) inaugurados por la Resurrección de Cristo, que es el principio de una nueva creación.
DE LA LECTURA LITERAL A LA LECTURA SIMBÓLICA Los primeros capítulos del Génesis son muy particulares; por eso, hace falta tener unos criterios para su lectura. Es como encontrar el ritmo y tono de una canción para cantarla de manera entonada. De lo contrario, sería como una cumbia cantado como una chacarera:
¡perdería su ritmo y espíritu!
1.Lectura-interpretación al pie de la letra ¡Esto es literalismo que mata el espíritu! Algunas personas, cuando leen los primeros capítulos del Génesis, interpretan al pie de la letra lo que dice el texto, como si todo lo escrito fuera histórico: la creación del mundo en siete días, el hombre hecho de barro, el árbol del conocimiento del bien y del mal, etc. y caen en una trampa, porque enseguida les surgen preguntas sin respuesta:
¿de dónde nació la humanidad, si Adán y Eva tuvieron sólo a Caín y Abel? ¿acaso Caín tuvo relaciones con su propia madre, para continuar con la humanidad?
Incluso encontramos contradicciones en la misma Biblia; por ejemplo, Gn 1,26-27 dice que el ser humano es el último ser creado por Dios en el sexto día, pero en la página siguiente, en Gn 2, 7, se dice que el hombre es el primer ser creado.
¿Se contradice la Biblia? Más de uno, al verse enredado en esta falsa lectura, abandona la Biblia como si fuera un libro de cuentos anticuados.
2.Lectura como si fuera un tratado científico Otra lectura falsa del Génesis es querer sacar de allí datos científicos oponiendo la verdad de la Biblia a lo que la ciencia moderna afirma. Por ejemplo, la Biblia dice que el ser humano surge por creación inmediata, en el sexto día.
En cambio, la ciencia afirma que el ser humano es fruto de la evolución de millones de años. ¿A quién hay que creer? ¿Quién tiene la razón, la Biblia o la ciencia? Cristianos no preparados, por defender su fe, toman partido por la Biblia y niegan la ciencia.
Pero si quieren saber para qué estamos en el mundo, estos textos le pueden iluminar.
Oponer ciencia con lo que nos trasmite la Biblia es un error, porque la Biblia no nos proporciona datos científicos. Es un libro de fe, que a través de poesía, símbolos y relatos quiere afirmar que todo viene de Dios. Si ustedes quieren saber cuál es el origen científico-técnico del mundo, de la vida y del ser humano tienen que escuchar a los científicos.
3.Lectura como símbolo, poesía, relato Gn 1-11 no es estrictamente histórico. No podemos sacar de sus páginas: lugares, fechas o datos científicos concretos, porque sus autores no buscaban ofrecer ese tipo de información. Es como si a un profesor de literatura le pidiéramos que dé clases de matemáticas. Si es responsable, él no puede dar una materia que no conoce; él puede ser un experto en literatura y sobre eso tiene que hablar.
Igual cosa sucede con la Biblia. En estos capítulos la Biblia trabaja con símbolos, imágenes y poesía. Por ejemplo, usa imágenes como los siete días, el barro, la costilla, el árbol, la serpiente… pero no podemos quedarnos en la imagen, sino tenemos que entrar más allá y descubrir el significado de aquello.
Es necesario no quedarse en la cáscara (la imagen) sino entrar en su semilla (el significado).
Pero ¿qué es el símbolo? Es una imagen visible, algo concreto que me provoca sentimientos y relaciones con realidades no visibles en ese momento; pero, la imagen-símbolo los recuerda. Cuando decimos que la humanidad es de barro, estamos manejando un símbolo que nos provoca una relación emocional con lo que somos en profundidad: fecundos, moldeables pero al mismo tiempo frágiles como el barro.
CONTENIDO TEMÁTICO DEL GÉNESIS b) La prehistoria de Israel: La historia de los patriarcas: capítulos 12-50 Cap. 12-25: Vida de Abraham. Cap. 26-27: Vida de Isaac. Cap. 28-36: Vida de Jacob. Cap. 37-50: Vida de José
El mundo patriarcal es expuesto en una narración continua, está encuadrado en una secuencia genealógica, y sobre todo es concebido como una pieza esencial de una historia funcional (dentro del esquema de promesa y cumplimiento) para la fundación ideológica de Israel.
Pero esa narración continua, esa interpretación orgánica de historias tradicionales,
¿en qué promesa se basa?
Sigue habitando (gür) en esta tierra, donde yo te diga; peregrina por ella, que yo estaré contigo, y te bendeciré, pues a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, cumpliendo el juramento (sebü'ah) que hice a Abraham, tu padre, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y le daré todas estas tierras, y se gloriarán en tu descendencia todos los pueblos de la tierra, por haberme obedecido Abraham y haber guardado mi mandato, mis preceptos, mis ordenaciones y mis leyes. (Gn 26,3-5)
Abraham es en origen el héroe de una tribu de Banu-Raham atestiguada en la Palestina central en el siglo XIII, desaparecida luego en cuanto tribu, pero que permaneció en las genealogías tribales. Su radio de acción corresponde a itinerarios de la trashumancia pastoral: pastos invernales en el Néguev (entre Hebrón y Beersheva) y estivales en las mesetas centrales (Siquem y Betel), con escapadas en caso de hambruna a Egipto o a la llanura filistea (Guerar).
Similar es la ambientación de Isaac, oscilando entre los pastos del Neguev y refugio en Guerar y eventualmente en Egipto.
Jacob tiene su campamento-base meridional en Beersheva, en el norte sus puntos de referencia son Betel y Siquem, pero también Sucot y Fanuel al otro lado del Jordán. Los lugares están marcados por símbolos llenos de significado del culto pastoral: el encinar de Mambré con la tumba patriarcal anexa en Hebrón (Gn 12,18; 18,1; 23,19), el encinar de Moreh con un altar anexo en Siquem (Gn 12,6), el encinar con tumba patriarcal anexa en Betel, una tumba con estela en Belén, y además un árbol del pacto en Beersheva, uno o más altares y una estela conmemorativa en Betel: lugares todos ellos de culto extraurbano.