Ciencia/Salud

Domingo 4 de mayo de 2008

LA NACION/Página 23

Estudio de la UBA

Dibujos que revelan una visión errónea Los dibujos analizados por los investigadores de la UBA muestran a los científicos, en la gran mayoría de los casos varones, trabajando en la soledad de sus laboratorios y siempre alejados del mundo terrenal

El científico, según la mirada de los niños Al igual que los adultos, tienen una visión distorsionada de la ciencia, que puede inhibir la vocación por la investigación nostica las imágenes de “ciencia” y de “científico” que circulan en el ámbito Para LA NACION educativo, y que propone estrategias y materiales para mejorarlas: “La mayor Es un varón de mediana edad, blan- parte de los estudiantes, profesores, fuco, de clase media a media alta, calvo o turos profesores, científicos y público despeinado, con anteojos gruesos, bata en general tienen estas visiones deforblanca y rasgos de despistado o de un madas”, explica Adúriz-Bravo. sujeto de mal carácter o de alguien que La literatura internacional habla de vive alejado del mundo terrenal. No se “visiones deformadas” para referirse trata de un personaje de caricatura o a las imágenes de sentido común que de película de ciencia ficción: es el es- sobre el quehacer científico y sobre tereotipo de investigador científico que quienes lo llevan adelante mantiene aparece en los dibujos que realizan in- la inmensa mayoría de la población: dividuos de todas las edades y géneros “Estas visiones deformadas obturan la cuando se les pide “que representen a posibilidad de una alfabetización cienuna persona que se tífica genuina, alejanocupa de la ciencia en do a muchas personas de las ciencias naturaun día de trabajo”. La mayor parte “Generalmente el inles y mitificando estas vestigador está solo, exdisciplinas”, señala el de los estudiancepto que pidas que diinvestigador. tes, los profesobujen un fondo. En ese Según Adúriz-Bracaso, aparece un labovo, la visión deformares, científicos y ratorio con muchos tuda del científico es bos y con líquidos que algo muy estudiado público en geneexplotan”, cuenta el en todo el mundo, ral tienen estas doctor Agustín Adúy el grupo que él riz-Bravo, del Centro dirige en el Cefiec visiones deforde Formación e Inutiliza este fenómevestigación en Ensemadas del trabajo no para analizar las ñanza de las Ciencias visiones deformadas científico (Cefiec), de la Facultad acerca de la ciencia: de Ciencias Exactas y “El hecho de que los Naturales de la Univercientíficos, que conosidad de Buenos Aires (UBA), “y cuando cen muy bien su ámbito de trabajo, aparece otro personaje, suele ser una también hagan este tipo de dibujos mujer, dibujada mucho más pequeña soporta nuestra tesis de que la visión que el varón, al cual mira con admira- deformada del científico es un epifenómeno de la imagen de la ciencia. ción”, agrega. La experiencia del dibujo, a la cual Ellos muestran, aun sin quererlo, que le sigue una entrevista personal siste- la ciencia es una empresa individuamatizada, es efectuada en escuelas y en lista, masculina, elitista, separada del lugares de popularización de la ciencia, contexto de producción y socialmente en el marco de la denominada natura- neutra”, afirma, “y la presentan coleza de la ciencia, una rama pujante mo un tema para adultos, o sea, que de la investigación didáctica que diag- no sería una cuestión por la que los

Desmitificar desde edades tempranas

Por Gabriel Stekolschik

Pastillas Se expande la ausencia de oxígeno en los océanos ■ WASHINGTON (AFP).– Las regiones de los océanos tropicales con reducida cantidad de oxígeno se están expandiendo y restringen el hábitat de peces y otras formas de vida marina, según indicó una investigación de un equipo científico internacional publicada en la revista Science. Los investigadores descubrieron que los niveles de oxígeno entre 300 y 700 metros de profundidad declinaron significativamente en las últimas

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cinco décadas. “Los impactos ecológicos de esta situación podrían tener sustanciales consecuencias biológicas y económicas”, señaló un resumen del estudio. El equipo de oceanógrafos indicó que sigue sin quedar en claro si la reducción de los niveles de oxígeno podría relacionarse al cambio climático. “Sigue siendo un tema por resolver si estos cambios observados en el oxígeno pueden ser atribuidos sólo al calentamiento global”, indicó el coautor del estudio Lothar Stramma, del Instituto de Ciencias Marinas de Leibniz en Kiel, Alemania.

ARCHIVO/AFP

En la vida real. Lejos de la mirada estereotipada que hallaron Agustín Adúriz-Bravo y sus colegas del Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias de la UBA, el trabajo del científico es un trabajo de equipo, que no es exclusivo de los varones. niños o los jóvenes deban preocuparse”, ironiza. Después de explicar que esa imagen de ciencia “genera una relación de amor-odio que hace que todo el mundo sostenga que la actividad científica es algo relevante, pero que casi nadie quiera ejercerla o tener contacto con ella”, Adúriz sostiene que esto tiene dos consecuencias mayores. Por un lado, que el público se aleja de la ciencia: “Así se pierde el disfrute por el conocimiento y la posibilidad de tomar deci-

siones informadas en temas de debate público, en lugar de ser convencidos por propagandas de televisión”, indica, “y esto lleva a una sociedad «científicocratica», con una elite mandona que se sostiene en la ciencia y en la tecnología, pero que excluye al resto de la gente”, añade. La otra consecuencia de esta imagen distorsionada de la ciencia es la inhibición en los jóvenes de la vocación científica: “Es un fenómeno triple, en el que intervienen los maestros, que

les transmiten a los chicos que eso no es para todos; los padres, que en general piensan que es una profesión poco valorada socialmente, mal remunerada, no muy feliz para las mujeres, y los propios jóvenes, que internalizan esos mandatos y terminan pensando yo no soy para esto, es muy complicado, a mí no me da”, ilustra. Centro de Divulgación Científica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA

Biografías breves en lenguaje llano, en las que aparecen hombres y mujeres de ciencia de diferentes edades, fragmentos de películas y de comerciales de televisión, registros fotográficos y pictóricos de investigadores de todas las épocas o artículos de divulgación científica de los diarios son algunos de los instrumentos que utiliza el grupo de Agustín AdúrizBravo, en el Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias (Cefiec), para mostrar que los científicos tienen motivaciones genuinamente humanas con su trabajo, que van desde la búsqueda de éxito, aprobación, lucro o prestigio hasta la voluntad de develar misterios o ayudar al prójimo. “Tratamos de mostrar al científico no como bueno o malo, sino como humano, o sea, una mezcla de bueno y malo, y de lograr una aparición clara de la mujer, y de las minorías étnicas, sexuales, confesionales.” Tras señalar que en el campo de la didáctica hoy se debate acerca de la conveniencia de desmitificar el lugar de la ciencia y del científico en edades tempranas –“algunos dicen que primero hay que tener al ídolo para después derribarlo”–, Adúriz manifiesta: “Nosotros comenzamos con los chicos desde los nueve o diez años con una crítica bastante demoledora de la ciencia, y los resultados son muy positivos”.