Despiden a Benedetti con sus versos

19 may. 2009 - el sepelio fue fijado para hoy, en el. Panteón Nacional del Cementerio ... y metida bajo el cinturón. Como hombre, como ciudadano del mundo,.
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CULTURA

I

Martes 19 de mayo de 2009

LA MUERTE DEL GRAN POETA Y ULTIMO ADIOS EN MONTEVIDEO

Héctor Jorge Schiaffino y María Pía Fassio de Schiaffino participan por este único medio el casamiento de su hija LUZ SCHIAFFINO, con el señor THOMAS FEY, celebrado el 18-5-2009, en Utah, EE.UU

AFP

Hoy cumple 90 años el Dr. RODOLFO PASTOR MARTINEZ ACHAVAL, sus hijos, familia y amigos le hacen llegar al querido ROLO sus más cálidas felicitaciones

Gente de distintas edades y sectores sociales le rindió homenaje en la capilla ardiente, instalada en el Palacio Legislativo de la capital uruguaya

Despiden a Benedetti con sus versos Mucha gente se acercó al Palacio Legislativo con los propios poemas del escritor; pesar de Tabaré Vázquez

MARIA ADELA (DELI) CARBONE de PANELO GOWLAND. - A un año de su partida, su familia invita a la misa, que se celebrará hoy, a las 19.30, en la Pquia. Ntra. Sra. de Loreto, Cnel. Díaz y Juncal

MATIAS G. SANCHEZ SORONDO. - En el segundo aniversario de su fallecimiento, sus hijos invitan a la misa que se celebrará en su memoria, hoy, a las 13, en Santa Catalina de Siena, San Martín y Viamonte

MARTÍN DINO y ERIKA MORA anuncian el nacimiento de SALVADOR, el 14-5-2009, en la Clínica y Maternidad Suizo Argentina

BENITO TEJA SALVATIERRA y ADELA REIG VIDAL. - Queridos padres, que están junto a Dios y la Virgen, hoy hubieran cumplido 76 años de feliz matrimonio y constante ejemplo de vida. Los extrañamos y recordamos siempre con inmenso cariño. Su hija Adela y Mario; sus nietos Ignacio, Adelita y Julio, Mario (h.), Pato y sus bisnietos Marcelo, Javier, Joaquín y Jaime

Cap. de navío RENE GABRIEL JOSE BUTELER, 19-52006. A tres años de tu partida, tu familia te extraña y te recuerda con inmenso cariño y ruega oraciones en tu memoria

NELSON FERNANDEZ CORRESPONSAL EN URUGUAY MONTEVIDEO.– Una mujer quería leerle a su hija, mientras esperaban para despedir al poeta, uno de los recordados versos de Mario Benedetti. “Unas veces me siento / como pobre colina / y otras como montaña / de cumbres repetidas / Unas veces me siento / como un acantilado / y en otras como un cielo / azul pero lejano …”, leía la madre, con voz cortada, ante la mirada indiferente de su niña. Miles de uruguayos lo vieron ayer por última vez, con el jopo armado y la mueca de sonrisa tierna, en el majestuoso Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, que estuvo abierto al público hasta la noche. El ataúd tenía flores alrededor y varias lapiceras al frente, que algunos dejaron como homenaje al escritor. Los libros de condolencias se convirtieron en ensayo de improvisados escritores que no se conformaron con estampar su firma y dejar un breve saludo. “Mario nos plantea, desde algún lugar, que sigamos difundiendo su obra, como quien reparte semillas, sobre todo entre los jóvenes, para que esos jóvenes hagan almácigos”, dijo anoche a LA NACION el cantautor Daniel Viglietti, que formó dúo con Benedetti para combinar poemas y canciones sobre un escenario y también en discos. Las coronas fueron llegando sin pausa. Sindicatos obreros, instituciones culturales, grupos políticos de izquierda, oficinas de gobierno, gobiernos de países extranjeros. “Compañero, lo siento en el alma”, fue el mensaje impreso sobre la coro-

EFE

Daniel Viglietti y el presidente Tabaré Vázquez, en el velatorio na enviada por Ana María Picchio, actriz que protagonizó la película sobre la máxima novela de Benedetti: La tregua. Benedetti murió el domingo a los 88 años. La capilla ardiente se instaló en la sede del Congreso y el sepelio fue fijado para hoy, en el Panteón Nacional del Cementerio Central. Novelista, poeta, periodista, taquígrafo, funcionario público del Ministerio de Economía, dirigente político, pieza clave en la “generación del 45” de intelectuales que marcaron un antes y un después en la cultura de los orientales, Benedetti conjugaba la admiración por su escritura y el cariño ganado por una forma de ser sencilla, querible. Así lo recordaban ayer los que habían tenido el privilegio de conocerlo

de cerca. Tan de cerca como el cantautor Daniel Viglietti, que llegó a protagonizar un especial dúo, que nació por coincidencia. El presidente uruguayo Tabaré Vázquez se acercó a rendir homenaje y dijo: “Los hombres como Mario nunca mueren; él estará vivo siempre”. Los precandidatos de la coalición de izquierda Frente Amplio, a la que adhirió Benedetti en 1971, también dieron su mensaje. El senador tupamaro José Mujica dijo que fue “el poeta que pintó la decadencia” de la sociedad uruguaya y que paradójicamente fue “el escritor más uruguayo [y] también el más universal”. El ex ministro de Economía, Danilo Astori, recordó un homenaje que le rindió como ex funcionario de esa dependencia estatal: “Seguramente

fue allí donde concibió recordados poemas”. En una sala contigua al salón en que se realizaba el multitudinario velatorio, Viglietti contó a LA NACION aquella experiencia. “Mario se tuvo que ir [por la dictadura]; recorrió exilios varios, pero siempre estuvo activo, con sus poemas, y luego nos reencontramos y trabajamos a dos voces”, recordó el popular cantante, con la voz quebrada por el dolor y el cansancio. “Fue Soledad Barret, una paraguaya que nos permitió hacer aquello, porque Soledad se fue a luchar a Brasil contra la dictadura y cayó asesinada en enero de 1973. Con Mario nos encontramos en Cuba, tiempo después; nos pusimos a conversar en ese encuentro de exiliados, y los dos, muy dolidos, recordamos a Soledad. «Yo tengo un poema y te lo voy a leer», me dijo, y lo leyó. Y yo le dije: «Yo tengo una canción para Soledad», y se la canté. Nos íbamos de Cuba a México para un acto de solidaridad con los detenidos y se nos ocurrió que podíamos vincularlo”. Así nació “A dos voces”, el espectáculo que llevó al escritor a un escenario: otra faceta de Benedetti. “Era muy aficionado y muy sensible a la música y a su poesía, y ahí nació una criatura nueva”, reveló el compañero de aquellas horas. Ahora, dijo, habrá que recordarlo “con la sonrisa tierna que no perdió hasta el último momento, pese a los momentos duros que vivió”. Miles de personas, figuras de la cultura y la política seguían desfilando por el Palacio hasta el cierre del velatorio. Mario Delgado Aparaín resumió la despedida, cuando con mucho dolor y, luego de elogiar su obra, dijo: “Se fue un tipazo”.

OPINION

Un poeta a la altura de lo que escribía RODOLFO BRACELI PARA LA NACION Mario Benedetti nos anticipó que somos mucho más que dos, que al fuego le debemos decir gracias y que el Sur también existe. Algunos opinan que es un gran poeta menor. Arrancó la poesía del libro y la emparentó con la música: consiguió la prodigiosa multiplicación de los otros panes. Un poema alado por la música llegará siempre más lejos que todo misil preventivo. Certero, llegará a cada corazón y sin daños colaterales. A Benedetti lo conocí a través de varias entrevistas. Conservo su imagen de cordial farmacéutico, con su corbata siempre descentrada y metida bajo el cinturón. Como hombre, como ciudadano del mundo, siempre estuvo a la altura de lo que enarboló escribiendo. ¿De cuántos se puede decir esto? Así anda, así trastabilla el mundo. La última vez que lo encontré, café de San Telmo mediante, le propuse hablar sobre la muerte. Apretó el ceño, se mordió el bigote perfectamente recortado, carraspeó. Temí que la pregunta quedara sumida en un silencio sin retorno. Poco considerado, lo apuré con otra entre jocosa y desmesurada: “Mario, ¿al menos podría decir de dónde venimos y adónde vamos?”. Suspiró, sonrío apenas y siguió: “Demasiado sencilla la pregunta, ¿no? ¡Yo qué sé! Lo más fácil sería responder que venimos de la nada y vamos hacia la nada. Pero tampoco estoy seguro”. “¿Hay algo que usted tenga por seguro?”, le dije. “Sí: que no quiero ser olvidadizo y, menos, olvidador; que no debemos encogernos de hombros ante los 40.000 niños que sucumben diariamente en el purgatorio del hambre.” Vaya a saber uno por qué, siempre llueve cuando se viene la última despedida. Benedetti se puso el perramus sobre los hombros, subimos a un taxi y, sin que mediara pregunta, empezó a modelar su respuesta pendiente: “Lo importante es la voluntad de abrir caminos. Para uno y para los demás. Es no conformarse con los que abrieron otros, con las autopistas y avenidas ya abiertas. El abrecaminos abre un pequeño sendero, todavía rodeado de malezas. Es una manera de luchar contra la vejez, contra los años que se vienen. Se trata de tener respuestas vitales, aunque todos sabemos que tenemos el fin obligatorio. La muerte es inevitable, pero es injusta. Y no merecemos morir”. Las noticias nos dicen que Mario Benedetti ha muerto. El, con su porfiado luminoso enojo, sin trampear, ha desfondado la ley de las leyes. Hoy, la enojada es la muerte. Miles, millones de personas, están pronunciando los transparentes poemas de Mario, señal de que ella esta vez perdió la pulseada. La muerte no siempre se sale con la suya. Benedetti, en realidad, ahora respira de otra manera. No descansa en paz: descansa en solidaridad.

Cálido recuerdo de Serrat “Era, como diría Machado, un hombre en el mejor sentido de la palabra, un hombre bueno.” Así recordó a su amigo Mario Benedetti el cantautor español Joan Manuel Serrat, quien puso música a poemas suyos en 1985 en el disco El Sur también existe. “Benedetti no nos dejará nunca; siempre estarán sus poesías”, dijo Serrat.