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Si la institución militar jugó un papel dominante en la politica nacional entre 1930 y 1984, en Tierra del Fuego su papel fue hegemónico. La Armada Nacional ...
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Capítulo 11

De la antropología de Tierra del Fuego

a la antropología fueguina

La historia reciente

Si la institución militar jugó un papel dominante en la politica nacional entre 1930 y 1984, en Tierra del Fuego su papel fue hegemónico. La Armada Nacional monopolizó la politica regional durante muchos años. Su responsabilidad se hizo directa a mediados de la década de 1940, cuando se creó la Gobernación Maritima de Tierra del Fuego y se estableció una base Naval en Ushuaia, en las instalaciones que dejaban vacantes el Presidio y

la Cárcel de

Reincidentes (Ushuaia 1984, Zanola y Vidal 1989). La Gobernación Maritima no sobrevivió a

la revolución militar que derrocó al

Presidente Perón, pero el papel politico de la Armada no se redujo. Entre 1956 y 1984 salvo dos interregnos de gobernadores civiles que suman menos de cinco años, el Territorio Nacional de Tierra del Fuego fue gobernado exclusivamente por marinos (Imaz 1972:147). La relación Presidio-Base Naval no oculta sólo una ironia. si bien el reemplazo institucional tuvo importantes consecuencias en cuanto a mantuvo

la militarización de la geopolitica regional, una

continuidad

estructural

respecto

al

también

proyecto

de

colonización penal iniciado en 1904 (Garcia Basalo 1988). Desde la fundación de Ushuaia en 1884, un acto posesorio naval decidido por el gobierno nacional, el desarrollo del extremo austral del pais tuvo como objetivo la consolidación de la frontera y la ocupación del territorio (Viñas 1982). El éxito de los proyectos destinados a concretarlo ha sido siempre medido en términos del número de ciudadanos argentinos que se lograba radicar. Fuesen sus actores presidiarios,

militares

o

burócratas,

el

modelo

de

desarrollo

sufrió pocas modificaciones. el Estado nacional mantuvo la función 25

clave y la población fueguina siempre dependió del suministro de alguna forma de subsidio estatal. En consecuencia, el advenimiento de la administración naval no hizo sino completar en el plano polltico el status económico de colonia interna vigente desde fines del siglo pasado (Imaz 1972:183, cf. González Casanova 1970)\. Entre las consecuencias de ese modelo de desarrollo a mediados de

la

década

de

estancamiento

económico

producción

términos

1987: 8) -;

en

es

1970,

preciso

mencionar

-caracterizado absolutos

entre

por 1963

la y

un calda 1973

profundo de

la

(Roitter

la consolidación de la institución naval como primer

inversor, empleador y proveedor de servicios (Imaz 1972:146) y la ausencia de una burguesla regional, dado que las élites dirigentes, tanto en el sector público como en el privado, no pasaban de tener funciones gerenciales (Imaz 1972:183). El sociólogo José Luis de Imaz (ibld.) estuvo en Tierra del Fuego entre 1970 y 1971, realizando el trabajo de campo de una investigación sobre la estructura social regional. Es importante recordar

los

términos

en

que

describe

la

ausencia

de

una

construcción simbólica de la identidad regional que acompañaba al cuadro trazado, para contrastarlos con el panorama posterior: En Tierra del Fuego no se ha desarrollado una mentalidad de , pioneros' ni de fundadores o conquistadores. Y en Ushuaia los criterios se revierten hasta adaptar una forma 'a la australiana'. A veces parecería que, para algunos, has'ta argüir una 'tradición podría ser ominoso. Este 'complejo' de los viejos pobladores, // viene del penal, del mal nombre que Ushuaia tuvo en el país, de haberse desempeñado como guardiac~rceles, de reales y presuntas torturas, de los veinte presidiarios que en 1948 se quedaron a vivir en la ciudad Así la conciencia colectiva de los viejos pobladores vino a resultar alienada ex post-facto. (ibid.:154-55, énfasis agregado)2

Cambios hacia la situación actual Desde mediados de este siglo el modelo de dependencia funcional de Tierra del Fuego se sostuvo mediante reglmenes 26

fiscales o aduaneros de excepc10n. En 1956 el archipiélago pas6 a ser

la

única

zona

franca

del

pals.

Finalmente,

en

1972

se

estab1eci6 un sistema de promoci6n econ6mica basado en un régimen aduanero especial, excenciones impositivas y reembolsos a insumos industria1es 3 • El impacto de esa 1egis1aci6n promociona1 sobre la economla fueguina se demoró hasta 1977-78 (Roitter 1987:11), cuando la conversi6n a color del sistema televisivo nacional posibi1it6 la reestructuraci6n

de

la

industria

de

electrodomésticos

y

la

insta1aci6n de ensamb1adoras en Tierra del Fuego. La radicación de nuevas unidades fabriles tuvo su pico entre 1981 y 1983 (ibld.:12). El auge econ6mico resultante,

en contraste con la recesi6n que

vivla el resto del pals, originó una fuerte corriente inmigratoria que dio origen al perfil socioeconómico actual de Tierra del Fuego. Algunos datos permiten apreciar la magnitud de los cambios operados. En la década transcurrida entre 1973 y 1984, el número de empleados de la industria (básicamente electrónica y de electrodomésticos), de la construcci6n y de la a1imentaci6n aument6 en un 900% (ibld.).

La concentraci6n prácticamente total de ese

crecimiento en las dos ciudades fueguinas les otorgó un perfil de boom towns.

La población de Ushuaia pasó de 7.171 habitantes en

1976 a 29.452 en 1991 (DPDE 1976, INDEC 1991). Entre esos inmigrantes, llegamos a Tierra del Fuego algunos antrop610gos, entre ellos yo mismo. A diferencia de los célebres colegas que nos precedieron, campo más o menos breve.

no arribábamos para un trabajo de

Eramos

inmigrantes y

llegábamos para

radicarnos en Ushuaia. Aún los que no 10 hicieron establecieron relaciones muy fluidas

con el medio

local,

impulsados por las

necesidades 10glsticas y po1lticas de sus proyectos arqueo16gicos a largo plazo. A diferencia de otros casos (e.g. stone 1989), los antrop610gos

fueguinos

-por

interés,

vocaci6n

o

posibi1idad­

desarrollamos un gran interés por 10 que la gente de Tierra del Fuego pensaba del pasado y de la arqueo10gla.

27

Biografía de un antropólogo emigrante

Cada generación se siente llamada a reformar al mundo. La mía sabe que no lo reformarA, pero que nuestra tarea es aún mayor •.. Somos herederos de una historia corrupta, en la que se mezclan revoluciones fallidas, tecnologías fuera de control, dioses muertos, ideologías gastadas, en la que los mediocres tienen poder suficiente para destruir todo, aunque no puedan convencer a nadie, en la que la inteligencia se inclina para servir alodio y la opresión. A. CamuB, Discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura 1953

Me radique en Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, en 1984. Era el momento del post-retorno democrático. La hora de reconstruir identidades individuales y colectivas, dejando atrás un perverso pals

de

jardln de

indemne del

Lnr ant.es",

La

ant.r-opo Loq La

no

habla

"Proceso de Reconstrucción Nacional".

salido

Las ciencias

sociales hablan sufrido una dura persecución. Muchos investigadores y docentes hablan sido cesanteados,

apresados o asesinados,

se

hablan exilado o hablan abandonado la práctica. Esa ofensiva habla erosionado el espacio académico de expulsando de los escasos lugares administrativ0 5 •

la arrt.r-opo l.oqf a y la habla que ocupaba en el aparato

En consecuencia, cuando la antropo10gla del Primer Mundo se comenzaba a cuestionar la complicidad de sus narrativas con la construcción y/o legitimación de la hegemonla de Occidente,

los

antropólogos argentinos nos hallábamos abocados a reconstruir un discurso

profesional

nuevamente

la

de

disciplina.

autoridad Primero

que

permitiera

deblamos

jerarquizar

construir

nuestra

posición de poder. Más tarde llegarla el momento del cuestiona­ miento. La fundación del Instituto Nacional de Antropo10gla y Folklore,

la

reapertura

de

los

departamentos

universitarios

cerrados durante la dictadura, la realización de reuniones nacionales de antropólogos y los proyectos de reglamentación y matriculación profesional que impulsaba el Colegio de Graduados en Antropo10gla eran algunas de las manifestaciones de ese proceso. 28

sin

embargo,

a

muchos

la transición

regusto amargo de seguir siendo niños.

nos

habla

dejado el

La ausencia de un acción

social de desagravio bloqueaba la reintegración, dejando inconcluso nuestro drama social.

No hablamos derrocado a

habla hecho Margaret Tatcher,

la dictadura.

Lo

con una guerra que nos sumió mAs

profundamente en nuestras contradicciones. Tampoco hablamos ganado la democracia. Los compromisos éticos tras los cuales nos hablamos movilizado se hablan ido diluyendo y la única forma de crecer que parecla ofrecer la joven democracia era el olvido. Para los dlscolos,

los insatisfechos o

alternativa era buscar nuevos espacios.

los ambiciosos,

la

Yo elegl la emigración.

Tierra del Fuego ofrecla una excelente oportunidad para construir lo

que

pretenciosamente

llamAbamos

"marginalidad

lúcidamente

concebida,,6. Una suerte de relativismo cultural, versión invertida

-y empobrecida- del cosmopolitanismo crltico de Rabinow (1986), que amparaba la construcción de distintas analoglas. La mla tenla que ver con las distancias y acercamientos entre el etnocidio fueguino

y el que acababa de producir el aparato de represión estatal. El terrorismo de estado y los desaparecidos eran cosa del norte 7 • En Ushuaia era posible imaginar una crltica social de la violencia que no se basara en exhumar las osamentas de compañeros de nuestra misma generación, sino de indios 8 • Otros desaparecidos que podlan ser manipulados con la distancia cultural e histórica que permite la alteridad. La sociedad fueguina, por su fuerte perfil migratorio, ofrecla un

nicho

institucional

relativamente

vacante

para

los

nuevos

especialistas en el conocimiento del pasado (Hodder 1984). Como observó

Imaz,

historiografla

la memoria regional

oral

estaba

sumamente

deva Luada".

habla alcanzado algún desarrollo,

La

pero

estaba fuertemente sesgada por un marcado énfasis apologético y por el compromiso con la sustentación de las respectivas tesis en los conflictos limltrofes internacionales (Cámera como pers.).

29

Los arqueólogos enfrentamos a esa historiografla casi amateur, con la seguridad que nacla de nuestro optimismo respecto a los resultados que podlan alcanzar una e rqueo Loqf a exp1icitamente cientlfica 1o • Sobre esa base, el conocimiento del pasado indlgena fue reivindicado como un campo independiente, sobre el cual ejercer la autoridad exclusiva. En esos mismos años, las investigaciones que

hablan

alimentado

los

estereotipos

etnográficos

fueguinos

estaban desapareciendo, junto con los últimos indios auténticos. Si bien Tierra del Fuego segula figurando en el mapa etnográfico en esos términos, el trabajo de Chapman (1986, 1989), prácticamente una etnografla mnemésica,

fue el último aporte original a

esa

tradición etnográfica regional. El proyecto arqueológico con que llegué por primera vez a Tierra del Fuego, en 1980, señalaba esa coyuntura. En parte bajo su influencia, también los etnógrafos se volcaron a la investigación arqueológica (e.g. Chapman 1989, Chapman y Hester 1973).

Ese proceso de arqueo10gización de los

indios fueguinos, que aún no habla producido un estamento académico institucionalizado

de

investigadores

regionales,

junto

al

distanciamiento crltico de los arqueólogos de los años 80s respecto al uso indiscriminado de la proyección etnográfica (Binford 1968, 1978, 1987, Ye11en 1977) 11, hacla posible apropiarse y manipular las imágenes etnográficas heredadas con un amplio margen de libertad intelectual. No obstante, esa libertad debla ser ejercida en un contexto po1ltico regional muy especial. El resurgimiento del interés por Tierra del Fuego en investigadores argentinos después de muchos años que marcaba el Proyecto Arqueológico Canal Beag1e (Orquera et al 1977) no era independiente de ese contexto. En este, como en otros casos,

los antropólogos

"seguimos a

la bandera"

(Fardon

1990:25). El diferendo de 1lmites con Chile por las islas del Canal Beag1e -que llevo a los dos palses al borde de la guerra en 1978­ género en el estado un interés sin precedentes por toda acción que proveyera

una

expresión

de

soberanla.

Esa

relación

entre

investigación y geopo1ltica nacional quedo de manifiesto en la 30

decisión del gobierno militar de construir un gigantesco centro de investigaciones en Ushuaia, el Centro Austral de Investigaciones Cientlficas.

Apenas

iniciada

la administración democrática,

se

instaló en él un programa de antropologla. Sólo tomando en cuenta esa

relación

es

comprensible

que

un

proyecto

de

arqueologla

prehistórica fuese declarado de interés nacional. En ese contexto, definido por la intersección de un conflicto geopolltico internacional, una tradición etnográfica que se quedaba sin objeto de estudio y una profesión que pugnaba por reconquistar reconocimiento y autoridad en un pals que recuperaba el sistema democrático, tuvo lugar mi investigación de tesis de licenciatura (Vidal1985ms): [el proyecto] cuyos primeros resultados están aquí volcados, es algo más que el usufructo de una de las escasas oportunidades de trabajar en antropología. Es la búsqueda de una alternativa nueva de incorporaci6n del antrop6logo a las realidades regionales de nuestro país. El camino de un ex-alumno que muchas veces importunó a sus profesores con sus cuestionamientos y que hoy intenta demostrarse con hechos que es posible generar nuevas formas de trabajo en las cuales el aporte que se realiza y las satisfacciones que ello produce son amplias ••• este intento debe considerarse en conjunto con las inquietudes de muchos j6venes antrop6logos de nuestro país.

Como tantas introducciones, discursivo

para construir y

la de mi tesis fue el espacio

legitimar mi

versión

de

la

nueva

antropologla regional fueguina. Llenando los espacios vaclos con cierta ironla, el mensaje era claro. Lejos de los grandes centros pollticos y académicos nacionales,

lugares como Tierra del Fuego

ofreclan a jóvenes antropólogos de nuestro país la oportunidad de explorar nuevas formas de trabajo que nos permitieran alcanzar las

satisfacciones más amplias que redituaba la adquisición de un nuevo status de jerarqula profesional. Los

trabajos

de

campo

arqueológicos

de

esa

investigación

tuvieron lugar en bahla Valentln, una bahla ubicada en el extremo oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego que ha permanecido prácticamente desierta desde la desaparición de los indios. 31

La

poética de nuestra arqueologia, enfatizaba la figura del vacio, consagrando

nuestra

formación

profesional

como

la

estrategia

simbólica para leerlos y apropiarnos de ellos: Bahía Valentín

Where the maps are blank in the middle

and the mountains white with snow.

Where flames were the fur that people wore¡

looking through their ashes

only the stone 'A' of the arrowhead

left of all their alphabet.

Richard Kahn, 22/01/85 12

Esa apropiación simbólica tenia una connotación politica muy especifica

que,

calificada

de

parafraseando "nostalgia

a

Rosaldo

(1989),

nacionalista".

La

podría figura

ser del

arqueólogo-pionero era el eje de una retórica destinada a consagrar nuestra capacidad para llenar esos espacios en blanco, creando una síntesis discursiva entre antropología y nacionalismo. Una doble apropiación de la historia intelectual y en la política nacional que legitimara nuestra autoridad profesional. La inserción de mi trabajo de tesis en un programa interdisciplinario y en un marco teórico ecologista explotaba explícitamente esa construcción: [Los] resultados [de esta investigaci6n] apuntan ... no s6lo .•. al conocimiento de una regi6n hasta hace poco totalmente desconocida sino más aún, a aportar soluciones validas para la incorporaci6n de un importante sector del Territorio Nacional de la Tierra del Fuego hoy totalmente marginado en el cual la historia y la antropología aporten la perspectiva sociocultural que permita superar el fracaso de los sucesivos intentos de colonizaci6n de península l1itre.

Resguardado del conflicto ético por la desaparición de la escena de moderno

indios y misioneros,

pionero.

Dotado

de

era posible imaginarse como un

los

instrumentos

científicos

para

decodificar el pasado y el paisaje, pondríamos ese conocimiento en juego para continuar -y coronarsuperando los fracasos anteriores.

32

la

colonización

fueguina,

Notas 1. El ex-Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, provincia desde mayo de 1991, ha sido escenario de los más importantes conflictos internacionales de la Argentina en la segunda mitad de este siglo. En 1978, las distintas interpretaciones del Tratado de lImites con Chile llevaron a los dos paIses al borde de la guerra. Cuatro años más tarde, como resultado de la recuperaci6n armada de las Islas Malvinas, tomadas por Gran Bretaña por ese mismo medio en 1833, la regi6n se vi6

sacudida por la guerra. Finalmente, pese a que el Tratado Antártico suspende toda reclamación territorial en ese continente, el conflicto entre las aspiraciones argentinas, británicas y chilenas sobre el continente blanco crean un transfondo de tensi6n permanente en la regi6n. 2. Entre las causas de ese mal nombre que Imaz piadosamente omite, se cuenta el hecho que Ushuaia fungió como lugar de confinamiento polltico desde la década de 1930 (GarcIa Basalo 1988, cf. Rojas 1947). Esa función se acentu6 desde finales de la segunda presidencia de Juan Per6n. 3. Se trata de los Decretos Leyes Nacionales Nos. 7101/56 Y 19640/72, respectivamente. Para una evaluación detallada de los resultados de esta legislaci6n, véase Bondel (1985, 1988) Y Roitter (1987).

4. AsI calificó a la Argentina de la dictadura MarIa Elena Walsh, en un artIculo periodlstico tan recordado por su lucidez como por el coraje que tuvo en publicarlo. La suya fue una de las primeras voces que se alzó para sacudir a los argentinos de su silencio cómplice. 5. Respecto al impacto de la represión y censura de la dictadura sobre la producción cientIfica argentina en general, véase CONICET (1984, 1985, 1986), Quesada y Gitlin (1988) y, obviamente, Nunca Más, el informe de la Conadep (1984). Respecto a la antropologla en particular, véase González (1985:507 y 514) Y Madrazzo (1985). 6. Esta expresi6n, de la que abusábamos en aquel momento, la tomamos de Arturo Sala, co-director del Proyecto Arqueológico Canal Beagle.

7. En el habla coloquial fueguina el norte refiere genéricamente a todas las tierras más allá del Estrecho de Magallanes. 8. En las listas de la CONADEP sólo aparecen dos j6venes estudiantes de la Universidad Nacional de la Plata, emparentados con familias residentes en Tierra del Fuego. Respecto a la exhumaci6n arqueológica de vIctimas del terrorismo de Estado de los años 1976-83, véase Cohen Salama (1991). 33

Como muestran los censos, Tierra del Fuego era -y aún es- una sociedad con poco ancianos. La mayor la de los pobladores nacionales -por lo general empleados públicos- regresan al norte al alcanzar la edad de retiro. La autoridad de las familias pioneras, en especial la de los descendientes de los primeros misioneros anglicanos (e.g. L. Bridges 1978, Prosser de Goodall 1978) habla entrado en crisis como consecuencia de la posici6n contraria a la tesis argentina que asumieron en el conflicto limltrofe con Chile y, en especial, en el conflicto de Malvinas. 10.

Watson et al

(1978). El optimismo de los nuevos arque6logos

respecto a sus métodos ha sido comentada por Gándara (1981:10-1) y Gumerman y Phillips (1978:184). 11.

Vide infra, Cap. IV.

12. Richard Kahn, periodista y poeta norteamericano, integr6 la tercera campaña arqueo16gica a bahIa Valentln.

34