LA BELLEZA INTEMPORAL DE ELEONORA

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No se suele preguntar la edad a una señora, ni siquiera cuando sus líneas se remontan al inicio del siglo pasado. Aún menos cuando mide casi 50 metros y pesa unas 200 toneladas. Pero cuando brilla en reconocidas regatas y se exhibe en los mares más bellos del mundo, atrayendo enormes focos de atención, es comprensible que deseemos saber más de esta beldad, de esta perfecta réplica, de esta proeza arquitectónica naval. Todo un clásico puesto al día, en el que prestaciones y estética se conjugan en presente.

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Desvelar su historia es como abrir el baúl de los recuerdos. La goleta Eleonora es la exacta réplica del Schooner Westward, diseñado por Nathanael Greene Herreshoff, arquitecto naval más conocido como el “mago de Bristol” por sus brillantes logros en la America’s Cup y que dejó su huella en la historia de la náutica, creando barcos de líneas majestuosas y competitivas. Diseñó nada menos que seis vencedores de la America’s Cup, entre 1893 y 1920, imprimiendo a todas sus creaciones una combinación de elegancia y rapidez que, como podemos ver, es capaz de sobrevivir al paso de los años.

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Eleonora’s timeless beauty Never ask a lady her age, not even if she boasts lines dating back to the start of the last century. And especially if she is 50 metres long and weighs 200 tons. But if she shines in renowned regattas and is exhibited in the world’s most beautiful seas, attracting everyone’s attention, it is more than understandable that people want to discover all there is to know about this beauty, of this perfect replica, this feat of naval engineering. An updated classic, boasting modern aesthetics and performance.

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Revealing her story is like opening a memory box. The schooner Eleonora is the exact replica of the schooner Westward, which was designed by naval architect Nathanael Greene Herreshoff. Better known as the “Wizard of Bristol” for his amazing achievements in the America’s Cup, he made his mark in the history of boating designing racing yachts of majestic lines. Between 1893 and 1920, he designed six America’s Cup winning vessels, stamping all his creations with a combination of elegance and performance that has been capable of surviving the passing of time. Alexander Cochran, who was known by the press as the “world’s richest bachelor”, fell in love with the design of the majestic Westward and commissioned his future vessel to the very Nathanael. In March 1910, the brand-new Westward touched for the first time the water in Rhode Island, USA. “She is a wonder!” exclaimed famous captain Charlie Barr the first time he saw her. He was going to skipper the Wesward for many years on. Since the beginning, they successfully raced in several European regattas against world-renowned sailing yachts such as Britannia or Lulworth. In her first season the schooner Westward compiled an astounding record with 11 victories out of the 11 regattas raced, achieving the category of excellence in terms of naval design and team work. This exceptional page in marine history ended 40 years later in the waters off the English Channel where, in accordance to his will, her last owner - T.B. Davis - had the Westward sunk. This took place in July 1947.

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Alexander Cochran, a quien la prensa conocía como el “soltero más rico del mundo”, se enamoró del diseño del majestuoso Westward y, acto seguido, decidió encargar su futura embarcación al mismo Nathanael. El flamante Westward tocó agua, por primera vez, en marzo de 1910, en Rhode Island E.E.U.U. “She’s a wonder - es una maravilla!”, exclamó al verla por primera vez el famoso capitán Charlie Barr, encargado de patronear el Westward, y ese idilio entre ambos perduró muchos años. Desde el inicio de su estrecha relación, Barr se enfrentó con éxito a veleros de renombre mundial, como el Britannia o el Lulworth, en diversas regatas europeas. Nada menos que 11 victorias de las 11 regatas competidas, en su primera temporada, le confieren a la goleta Westward la categoría de excelencia, en cuanto a diseño náutico y trabajo en equipo. Esta excepcional página de la historia náutica se acabó unos 40 años después en aguas de la Mancha, donde su último propietario –T.B Davis– decidió, por voluntad

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testamentaria, hundir el Westward, para no dejarlo abandonado a su suerte. Esto sucedía en julio de 1947.

El juramento Más recientemente, Ed Kalstein, joven holandés de 18 años, paseaba por los puertos en búsqueda de un embarque cuando admiró a un bello velero de nombre Eleonora y se prometió a sí mismo que un día también él tendría su Eleonora. Décadas después, y gracias a la fortuna lograda por su trayectoria en la industria náutica, decidió hacer construir una réplica del Westward, encargando tan ardua labor al astillero holandés Van der Graaf. El bautizo de Eleonora, en marzo del año 2000, marcó el renacer de la ilustre goleta, mito de la historia náutica. Eleonora retomó el legado deportivo y mítico del Westward, con su presencia en todos los mares del mundo, en todos aquellos lugares en los que se reúnen las más famosas unidades de la vela

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Clásica. Les Voiles de Saint Tropez, la Regata Puig en Barcelona, la SuperYacht Club en Palma, la Classic en Newport son algunas de las competiciones en las que se ve brillar a Eleonora. El gran número de regatas incluidas en el programa del Eleonora, demuestra la voluntad activa de su propietario para que el público viva, en primera persona, la emoción de un tiempo lejano.

Cartel publicitario Más allá del romanticismo demostrado, la actividad deportiva de la goleta sirve de cartel publicitario. Hay que imaginar a Eleonora como una pequeña empresa en la que se trabaja las 24 horas del día ya que, hasta de noche amarrada en puerto, requiere una atención constante. Siete personas, a tiempo completo, se encargan de su funcionamiento y mantenimiento, como no puede ser de otro modo en un velero de esta clase. A título de ejemplo, limpiar la cubierta puede llevar hasta 2 horas a 5 personas de la tripulación,

The oath More recently, as Ed Kalstein, an 18-year-old Dutchman, was walking around looking for a boat to embark on, he saw the beautiful sailing yacht called Eleonora. He promised himself that he would one day own his own Eleonora. After decades and thanks to the fortune achieved through his successful career in the boating industry, he decided to build a replica of the Westward, commissioning such a hard task to Dutch boatyard Van der Graaf. In March 2000, the christening of Eleonora marked the rebirth of the illustrious schooner, a myth in the history of sailing. Picking up the sporting and mythic legacy of the Westward, Elenora can be seen sailing the world’s seas, participating in the most important gatherings with the most famous classic sailing yachts. Les Voiles de Saint Tropez, the Regata Puig in Barcelona, the SuperYacht Club in Palma, the Classic in Newport, are some of the competitions the Eleonora can be seen at. The large number of regattas she takes part in are a clear demonstration of her owner’s will to allow people to relive in first person the thrill of days gone by.

Advertising billboard Besides the romantic appeal, regattas are the perfect advertising billboard. One must consider Eleonara as a

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small company that requires around the clock attention, even when moored in port. Seven full-time employees are in charge of operating her and carrying out maintenance tasks, as could not be otherwise on a sailing yacht of this type. For example, it can take 5 crew members up to 2 hours to clean the deck, as the job is proportionate to the visual impact provided by her 49.50-metre length. When chartering, the number of employees on board increases even further to meet the needs of the most demanding customers who can pay up to 200,000 euros to enjoy a dream week sailing clear blue waters on board the Eleonora. Her impressive exteriors conceal refined interiors worthy of the best yachts. Up to eight guests can enjoy the different areas on board, all boasting the most luxurious décor. The master cabin features a bathtub, a luxury that can be seen on very few sailing yachts. The crew quarters are located forward to meet guests’ needs and guarantee maximum privacy. The energy consumption is proportionate to her performance: even under sail she consumes the equivalent of two washing machines. The powerful electric winches and the accurate navigation instruments installed on board are mainly responsible for this energy use. When not sailing, the stove, dishwasher, microwave, ice-maker, washing machine, fridge and

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siendo un trabajo proporcional al impacto visual que provocan sus 49,50 metros de eslora. En versión chárter, el personal a bordo se incrementa aún más, para satisfacer todos los deseos de la clientela más exigente, que puede llegar a pagar hasta 200.000 euros la semana para disfrutar de siete días llenos de ensueño navegando por mares de aguas cristalinas. El esplendor exterior de Eleonora oculta un refinamiento interior digno de los mejores yates. Hasta ocho invitados pueden disfrutar de diversas salas en un ambiente de lo más lujoso. El camarote del propietario cuenta con bañera, un lujo al alcance de pocos veleros. El espacio reservado para los miembros de la tripulación se sitúa en la zona de proa, para poder satisfacer las exigencias de los huéspedes, alterando mínimamente la privacidad de los mismos, siempre con la mayor discreción posible. El consumo energético es proporcional a sus prestaciones: incluso navegando

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a vela dicho consumo es el equivalente al de dos lavadoras en marcha. Los potentes winches eléctricos y los precisos instrumentos de navegación instalados a bordo, son los principales responsables de este gasto energético. Más tarde, cocina, lavaplatos, microondas, máquina de hielo, lavadora, nevera y horno toman el relevo. Todo está pensado para que los huéspedes disfruten de la mejor estancia posible, tanto en su interior como en su exterior: tumbonas para relajarse en cubierta, dinghy equipado de un motor de 70 caballos, material de windsurf y submarinismo, equipos de pesca... Los placeres del chárter ofrecidos en su mejor versión. Probablemente, donde más asombra la famosa réplica del Westward es en su versión regatera. Jordi Arbusa, encargado de la táctica en la penúltima regata Puig de Barcelona y fundador de Dr. Sails, nos da algunas claves para entender cómo

oven are the energy users. Everything has been designed to provide guests with the best stay on board, inside as well as outside: sun loungers to relax on deck, tender equipped with a 70 HP engine, windsurf, diving and fishing equipment...The pleasures of high-end chartering. The most astonishing feature of Westward’s famous replica is undoubtedly her racing performance. Jordi Arbusta, tactician in the penultimate Barcelona Puig regatta and founder of Dr. Sails, gives us some tips on how such a vessel works in racing mode. “There are up to 30 people on board to make the most of her huge potential. She is one of the largest yachts to take part in classic regattas and the work required to operate her is proportional to her size: it can take up to four hours and a half to prepare her to sail, two hours of general preparation and two hours and a half to hoist her sails” simply amazing. In terms of her performance it all depends on the weather, the ideal wind force for Eleonora to show all her potential is between 10 and 25 knots.

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Es uno de los barcos de mayor eslora que participan en las regatas clásicas y su funcionamiento es proporcional a su medida funciona semejante embarcación en su versión más deportiva. “Hasta 30 personas embarcan a bordo para explotar su enorme potencial. Es uno de los barcos de mayor eslora que participan en las regatas clásicas y su funcionamiento es proporcional a su medida: de amarrado en el puerto a estar navegando, se puede tardar unas cuatro horas y media para tenerlo todo a punto, unas 2 horas de preparación general y dos horas y media más para izar las velas”, lo que resulta realmente asombroso. En cuanto a su rendimiento, sus prestaciones dependen de las condiciones meteorológicas, situándose entre los 10 y los 25 nudos la fuerza del viento ideal para que Eleonora muestre todo su potencial. “Eleonora puede alcanzar los 25 nudos de velocidad al través abierto, gracias a los 1.100 metros cuadrados de sus velas , réplicas , a su vez, de las originales del Westward. En cambio, cuando el viento no alcanza los 10 nudos se mueve con serias dificultades. Otro dato de

importancia, a la hora de maniobrar en regata, es su ángulo de virada: 120º para que arranque con inercia, cuando el de un barco normal oscila entre los 70 y los 90 grados.” A pesar de su peso y de éste último dato, Eleonora es un barco muy competitivo y maniobrable con grandes cualidades regatistas, entre otras cosas por sus muchas aportaciones tecnológicas. De Porto Fino al Caribe, de Saint Tropez a las Pitiusas, Eleonora sigue su rumbo como réplica histórica, entre múltiples trofeos y con un glamur ostensible, admirada siempre por los curiosos y seduciendo a aquellos afortunados que pueden navegar en ella. Eleonora dispensa sus favores a cuenta gotas. Es toda una señora con perfume de antaño y, a su vez, indiscutiblemente moderna. Realmente, “She’s a wonder...”

Texto: Nicolás Massines

“Courtesy of a sail area of 1,100 m2, Eleonora can reach a speed of 25 knots broad reaching. However, when the wind force is lower than 10 knots moving her is a hard task. Let’s not forget that all the sails are also a replica of the ones found on the Westward. Another important data when it comes to handling her during a regatta is her tacking angle: for her to have inertia a 120º angle is necessary where the angle for a normal boat would be between 70 and 90 degrees”. Despite her weight and this last figure, Eleonora is very competitive and easy to handle. She boasts amazing racing qualities, among other things, due to her numerous technological innovations. From Porto Fino to the Caribbean, from Saint Tropez to the Balearic Islands, the historic replica Eleonora glamorously sails from trophy to trophy, always admired by the onlookers and seducing anyone lucky enough to sail onboard. Eleonora is a true lady, reminiscent of the past but undoubtedly modern. A real wonder

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