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Antiguo Oriente y de modo particular en Egipto y Mesopotamia, de donde pasó a Canaán”.1. En esta misma línea José Vílchez Líndez señala el testimonio que ...
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CAPÍTULO II Por Junior Brenes Usado con permiso LITERATURA SAPIENCIAL DEL ANTIGUO MEDIO ORIENTE Introducción El género literario sapiencial es prácticamente irreconocido entre los creyentes que no cuentan con una instrucción teológica formal. Esto hace que se mal entienda el mensaje de este apartado bíblico. Es necesario conocer la procedencia, propósito y temática de este género literario para poder apreciar su funcionalidad en la vida cotidiana del creyente al relacionarse con la sociedad circundante y especialmente con su Dios. La carta de Santiago rescata los elementos de interacción mencionados anteriormente, los cuales son un eco de la literatura sapiencial del Antiguo Medio Oriente. De ahí que se hace necesario analizar el origen y propósito de la literatura sapiencial en aquellas regiones, dedicando también un aparado para la literatura sapiencial extra bíblica y otro para la literatura sapiencial antiguo testamentaria. En el capítulo III del presente trabajo se asociarán aquellos elementos mencionados en este capítulo con el mensaje de Santiago para la sociedad cristiana actual. De esa forma se perfilarán los aportes para la conducta del creyente en medio de la postmodernidad. Origen y propósito de la literatura sapiencial Como un marco contextual que sirva en el estudio de la literatura sapiencial bíblica se exponen aquí los resultados de la investigación sobre el origen cultural de este género tan usado entre los habitantes del Antiguo Medio Oriente. Igualmente, se apuntan los propósitos para los cuales se dio uso a este recurso popular y literario. Origen de la literatura sapiencial Al acercarse al estudio de la literatura sapiencial se pone de manifiesto, de inmediato, que ésta no es exclusiva del judaísmo. Anabel Fernández Ortiz indica que la misma “floreció en todo el Antiguo Oriente y de modo particular en Egipto y Mesopotamia, de donde pasó a Canaán”.1 En esta misma línea José Vílchez Líndez señala el testimonio que reflejan “escritos de literatura sapiencial, de Egipto y de Mesopotamia principalmente, del tercer y segundo milenios antes de Cristo”,2 los cuales son pruebas fehacientes de que este género literario se cultivó en el exterior de la región de Canaán y mucho antes de que la nación israelita naciera. Vílchez interpreta el ambiente socioeconómico como base para la influencia de la literatura sapiencial. El hecho de que Israel fuera un pueblo pequeño le hacía depender siempre, o por lo menos verse influenciado, de los pueblos vecinos en el campo socioeconómico.3 Es innegable que el intercambio cultural fue una plataforma sobre la cual se transportó esta literatura, sea técnicamente o bien popularmente. Ernest Trenchard señala que 1 Reyes 4:30-34 es una evidencia de que la sabiduría israelita fue antecedida por la egipcia.4 Y más adelante señala que “los orientales” de los que se habla en el pasaje es una clara referencia a la sabiduría de Mesopotamia.5 Aparte del origen cultural, Fernández aporta otro origen. Más allá de la forma literaria que floreciera en el Antiguo Medio Oriente, su origen se aloja en la “naturaleza observadora del ser 1

Anabel Fernández Ortiz, “La literatura sapiencial bíblica y los proverbios morales de Sem Tob”, Aletheia 1/9 (1996): 35. 2 José Vílchez Líndez, Sabiduría y sabios en Israel (1995): 18. 3 Ibid., 17. 4 Ernest Trenchard, Introducción a los libros de sabiduría y una exposición del libro de Job (1972): 32. 5 Ibid., 33.

5 humano que concreta el resultado de esa experiencia en sentencias y dichos de aldeanos”,6 los cuales son fáciles de recordar y se transmiten de generación en generación. De tal forma que el uso de los dichos de sabiduría se origina en el pueblo mismo.7 El pueblo judío, entre otros, hizo uso de esos dichos porque era la forma en la que se transmitían patrones de conducta entre las personas y las generaciones. Este ambiente propicio para transmitir valores se caracterizaba por una profunda reflexión filosófica, la cual se plasmaba en el proverbio. 8 Al lado del origen más geográfico y cultural que se apunta en los párrafos anteriores, se pueden señalar fuentes de sabiduría. Se trata de aquellas situaciones o momentos de la vida que sirven como inspiración para producir la sabiduría que refleja el proverbio. Trenchard considera la naturaleza caída del hombre como una fuente de sabiduría.9 Las malas acciones del ser humano proveen una fuente para generar los dichos que instruyen al pueblo, los cuales sirven como advertencias a los que reciben la instrucción. Puede compararse Pr. 15:2; 16:27-28; 19:28. Vílchez enumera ocho fuentes más: la experiencia del diario vivir en sociedad, 10 el hogar familiar,11 la escuela,12 la experiencia como aquella que se alcanza hacia el final de la vida (la madurez), el intercambio o comunicación entre los pueblos, la tradición, la reflexión (especialmente de los sabios) y finalmente, el diálogo y debate.13 Todos estos círculos relacionales se constituyeron en fuentes de donde provenía la sabiduría del Antiguo Medio Oriente. Al llegar a este punto del presente trabajo, dos cosas parecen ciertas. En primer lugar, la literatura sapiencial no nació en la cuna judía. Esta denominada literatura sapiencial tuvo sus orígenes primero en las culturas egipcia y la mesopotámica.14 Y en segundo lugar, esta literatura no es exclusiva de los judíos. Los pueblos de alrededor también la usaban. Era común, además, expresar instrucción por medio de dichos populares, lo que conocemos como proverbios. Fue usada la literatura sapiencial primero entre los círculos elitistas,15 pero por sobre ello, el término mashal “se aplicaba a los dichos populares breves, incisivos, cáusticos”. 16 Y después de que el mashal adquiriera la forma de una sentencia más estilizada y culta, continuó siendo una forma de expresar instrucción a nivel popular. Esto último es otra verdad de la que vale la pena estar consciente. Propósitos de la literatura sapiencial El propósito de la literatura sapiencial en el Antiguo Medio Oriente apunta a la conducta dentro de la sociedad. El orden y la socialización son el marco de acción y de influencia de este género literario.17 Sin embargo, aunque la literatura sapiencial no era exclusiva de los judíos, la sabiduría hebrea se diferencia de aquella perteneciente a los pueblos vecinos en que la motivación principal

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Fernández, “Literatura sapiencial”: 35. Roland E. Murphy, Comentario bíblico San Jerónimo, 2 (1972): 395-396. 8 Fernández, “Literatura sapiencial”: 35. 9 Trenchard, Libros de sabiduría: 32 10 En la vida se enfrentan un sin número de situaciones que proveen un terreno abonado para el nacimiento de la sabiduría. 11 Es el primer lugar donde se recibe adiestramiento para la vida. 12 Vílchez Líndez, Sabiduría y sabios: 38. El autor comenta que en el tercer milenio antes de Cristo ya se habían instituido escuelas en Egipto y Mesopotamia. Siria y Fenicia contaron con escuelas. Las escuelas eran elitistas, pero servían como fuente de instrucción. Ibid. 13 Puede observarse una exposición detallada en José Vílchez Líndez, Sabiduría y sabios en Israel (1995): 36-43. 14 De esta opinión es Roland E. Murphy, Comentario bíblico San Jerónimo, 2 (1972): 393. 15 Vílchez, Sabiduría y sabios: 38. 16 Ibid., 37. 17 Víctor Morla, “La fascinación de la sabiduría”, Selecciones de teología 35/140 (1996): 307. 7

6 de ésta, la hebrea, tiene su asidero en el temor de Dios.18 El judío está interesado en la conducta del ser humano, no solo en relación con la sociedad, sino primeramente en relación con su Dios. La sabiduría, ya sea como género literario o como práctica común del pueblo, se ocupa de “los aspectos prácticos de la piedad aún en cuestiones pue (sic) pudieran parecer triviales, pero que constituyen la trama constante de nuestra vida diaria”.19 Pero esa instrucción sobre la vida práctica, en lo que compete a la literatura judía, está fundamentada en la ley moral revelada por Dios, la cual debe “encarnarse en nuestra vida afectando a la totalidad de nuestra conducta, tanto en lo grande como en lo aparentemente insignificante”. 20 Literatura sapiencial extra bíblica Una vez establecido el origen y propósito de la literatura sapiencial como tal, se puede aportar ciertos rasgos de la misma en el ámbito extra bíblico. Se podrá ver que el propósito instructivo de la literatura sapiencial judía se hereda de aquella literatura de los pueblos vecinos. El aporte del Comentario Bíblico San Jerónimo dirigido por Raymond E. Brown, Joseph A. Fitzmyer y Roland E. Murphy será sumamente significativo. La literatura sapiencial que desarrolló Egipto sirvió como un mecanismo de instrucción o enseñanza. Era la instrucción de un rey que se “dirige a su príncipe heredero, un magnate o visir a su hijo, un escriba a su sucesor; a todo alumno o discípulo se le llamaba indiscriminadamente ‘hijo’”. 21 Aquella instrucción se relacionaba con la conducta.22 “El concepto central de la literatura sapiencial egipcia es maat, la ‘verdad’ o el orden divino establecido y conservado por Dios”.23 Esto también tiene su eco entre los judíos. La aplicación del discípulo a la “verdad” egipcia era necesaria para agradar a sus dioses24 y de ahí que tuviera que vivir una vida de justicia. Otro de los temas de esta literatura, por lo tanto, es la justicia, una vida recta. Para esto, el hombre tenía que ser dueño de sí mismo, algo que se ejemplifica en el hombre “justo y callado”.25 Sin embargo, ser dueño de sí mismo no implicaba silencio en cualquier circunstancia, sino también hablar inteligentemente en el momento apropiado. 26 La literatura sapiencial egipcia repudia el orgullo, invita a una conducta prudente cuando se está a la mesa con un huésped importante, exige absoluta confianza del joven mensajero, demanda probar a los amigos y aconseja huir de la mujer extraña. También hay consejos para el que gobierna, denuncia de las injusticias de la vida y demuestra un interés por un uso sabio de la naturaleza.27 Finalmente se incorporan dos temas más. El incomprensible sufrimiento del justo, al que no se le da respuesta absoluta y ante el cual, la literatura egipcia plantea la posibilidad del suicidio. Y la “protesta del campesino elocuente, que expone el tema de la razón del pobre para insistir en sus derechos”. 28 De la literatura sapiencial mesopotámica, Murphy apunta lo siguiente: Las Instrucciones de Suruppak “contienen los consejos de un rey a su hijo”. Y sobre otra producción llamada los Consejos de sabiduría dicen que “son una colección de exhortaciones morales dedicadas por un 18

Fernández, “Literatura sapiencial”: 35. José M. Martínez, Prólogo a Introducción a los libros de sabiduría y una exposición del libro de Job (1972): 8. 20 Ibid. 21 Vílchez, Sabiduría y sabios: 19. 22 Murphy, Comentario bíblico, 2: 396. 23 Ibid. 24 Ibid. 25 Ibid. 26 Ibid., 396-397. 27 Ibid., 397-398. 28 Ibid., 398-399. 19

7 visir a su hijo”, e incluyen temas como “la huida de las malas compañías, lenguaje descuidado e impropio, benevolencia para con el necesitado, armonía con el vecino, orientaciones matrimoniales, honradez para con el rey”.29 Así también, como en la literatura sapiencial egipcia, el tema del sufrimiento del justo, que es el tema de Job en el Antiguo Testamento (AT), se encuentra representado en la literatura mesopotámica. Sobresale en particular el poema Ludlul bel nemeqi en el que un noble describe la larga lista de calamidades que le acaecieron, de los cuales es liberado al final por Marduk. Dicho poema tiene muchas semejanzas con el libro canónico de Job. 30 Por último, y en relación con el mismo poema, Brown y sus compañeros mencionan la gran brecha que existe entre la literatura hebrea y la egipcia o mesopotámica, la cual, dicen: Reside en la fe fundamental de Qohelet, quien se sentía comprometido con ciertos datos tradicionales sobre Yahvé, aun cuando no entendiera su relación con los duros hechos que observaba; y la idea del suicidio le era absolutamente extraña, como lo era en general a los hombres del A.T. Además, Qohelet reconocía cierto valor a los goces de la vida y no estaba dispuesto a negarlos…31 Puede verse que existen puntos en común entre la literatura egipcia y la mesopotámica. Como se verá en la siguiente sección, estos paralelos se extienden a la literatura sapiencial judía, aunque deben reconocerse algunas diferencias.

Literatura sapiencial antiguo testamentaria El término “literatura sapiencial” ha sido tomado de los estudios sobre el AT y se ha aplicado a distintas obras extra bíblicas.32 No obstante, por ser principalmente de origen egipcio, quizá sea el sebajid (la enseñanza de los monarcas y ministros egipcios) el punto de partida.33 De tal forma que una definición de este género tendría que tener en cuenta la instrucción de un maestro a su discípulo, planteada por aquella literatura extra bíblica. El término “sabiduría” viene del hebreo  que “puede indicar capacidades de naturaleza técnica o habilidades especiales en el diseño de algún objeto”.34 Pero por sobre todo “jokmah es el conocimiento y la capacidad (habilidad) de tomar las decisiones correctas en el momento oportuno”.35 Por medio de este género literario “Dios ha condescendido en hacerse nuestro enseñador en los asuntos prácticos pertinentes a todas las relaciones de la vida”.36 Más que una definición concreta, una descripción de la literatura sapiencial es lo que se puede apuntar. La literatura sapiencial judía es aquella que instruye para el buen vivir. Ese buen vivir está relacionado con los mandatos prescritos por Dios.37 De tal forma que la literatura sapiencial judía tiene un aspecto religioso, el temor de Dios. 38 Un detalle sumamente importante en la literatura sapiencial de los judíos es que a Dios se le

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Ibid., 399-400. Para ampliar este dato puede verse Roland E. Murphy, Comentario bíblico San Jerónimo, 2 (1972): 401402. 31 Murphy, Comentario bíblico, 2: 403-404. 32 Ibid., 392. 33 Ibid. 34 W. E. Vine, “Sabiduría”, Diccionario expositivo de palabras del Antiguo Testamento (Nashville: Caribe, 1999), Biblioteca electrónica Caribe, CD, 2000. 35 Ibid. 36 Roberto Jamieson, A. R. Fausset y David Brown, Comentario exegético y explicativo de la Biblia. trad. Jaime C. Quarles et al, 1 (SF): 496. 37 Fernández, “Literatura sapiencial”: 35. 38 Murphy, Comentario bíblico, 2:404. 30

8 reconoce como “el solo Sabio y como Fuente de toda sabiduría”.39 Al respecto pueden observarse los siguientes versos: Job 12:13; Pr. 1:7; 8:12-31. Esto es de gran trascendencia para el tema en cuestión. Es imposible divorciar la sabiduría de Dios. Ambos conceptos, sabiduría y el Creador de todas las cosas, están entrelazados. Sin una relación apropiada con Dios no se puede acceder a la verdadera sabiduría. Esta es una tesis que afirmará Santiago posteriormente. En su introducción al libro de los Proverbios, Roberto Jamieson, A. R. Fausset y David Brown, mencionan otros “incentivos lícitos subordinados” al temor de Dios, tales como “el honor, el interés, el amor, el temor y el afecto natural”.40 Y luego añaden que se “amonesta respecto al mal obrar,…la injusticia, el libertinaje, el ocio, la pereza, la indolencia, la embriaguez, y la disolución”. 41 Brown, Fitzmyer y Murphy, en su obra dedican un apartado bastante amplio para señalar que la literatura sapiencial judía guía hacia una conducta moral apropiada, lo que a su vez generará una retribución benéfica por el buen accionar del individuo. De igual modo, el mal proceder retribuirá en dolencia y sufrimiento.42 Un extracto de su exposición reza como sigue: Para los sabios, el éxito y la prosperidad del joven prudente coinciden con las bendiciones prometidas por los predicadores deuteronomistas. …aquí se promete vida: la misma vida buena ofrecida a quien observa la Torah. …el sabio exhorta a su auditorio a someterse a ese orden real en la medida en la que él lo ha descubierto. En otras palabras, el acento no recae en la seguridad personal: ¿qué debo hacer para ser feliz o librarme de la muerte? Por el contrario, el sabio exhorta a sus discípulos a conformar su conducta de acuerdo con una determinada comprensión del orden que él encuentra en la realidad. La recompensa prometida a quienes adquieren la sabiduría se expresa en el concepto de vida: “Un camino de vida es quien acepta la reprensión” (Prov. 12,28).43 Esta cita pone de relieve tres cosas: Primera, que la sabiduría instruye sobre la ética. Segunda, que esa ética está relacionada con el temor de Dios porque se trata de apegarse a su ley. Tercera, que se promete una retribución según sea la conducta del individuo. Víctor Morla señala que la sabiduría bíblica es una sabiduría de la naturaleza, una sabiduría social y una sabiduría teológica.44 De la naturaleza porque se ocupa de reflexionar sobre el orden cósmico. Señala que solo en Job 38-39 se encuentran algunos ejemplos de esta sabiduría, y que ésta es una herencia de la cultura sapiencial egipcia. Social porque trata de la conducta en el relacionarse con otros, presentada fundamentalmente por la literatura de Proverbios. Y teológica porque trata de la justicia divina en relación con la conducta del individuo que se apega o no a las normas dadas por Dios.45 Para apuntar un último, pero muy importante distintivo de la literatura sapiencial, tómese en cuenta que en Job se puede ver una lucha por las incongruencias de la vida. El sabio observa que el justo recibe males y el injusto recibe beneficios, y se pregunta “¿dónde queda la adecuación acción-resultado?”. 46 En este libro se presenta a Dios como el único que puede poseer la sabiduría porque él es el único “lo bastante sabio para responder a las exigencias del orden personal y social, aunque el ser humano sea incapaz de descubrirlo”.47 El libro de Eclesiastés también se

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Trenchard, Libros de sabiduría: 18. Jamieson et al, Comentario exegético: 496. 41 Ibid. 42 Murphy, Comentario bíblico, 2: 405-407. 43 Ibid., 406. 44 Morla, “La fascinación de la sabiduría”: 309. 45 Ibid., 307-309. 46 Ibid., 310. 47 Ibid., 310-311. 40

9 acerca bastante a este paradigma sapiencial.48 Entrando ahora a ver las características literarias, se puede ver que un rasgo propio de este género literario es el uso del paralelismo conceptual.49 Fernández menciona una cita de Proverbios en la que se puede ver este recurso. Proverbios 16:6 dice: “Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Dios los hombres se apartan del mal”. En este proverbio, “‘Misericordia y verdad’ complementa el concepto del temor de Dios y ‘corregir el pecado’ es un sinónimo de apartarse del mal”. 50 Dentro de la categoría de los paralelismos conceptuales, Fernández apunta el análogo o sinónimo, el antitético, y el cumulativo como subcategorías. El ejemplo mencionado en el párrafo anterior corresponde al sinónimo. Siempre en la línea de las características del género literario en estudio, Carlos Toledo Espino realiza un excelente trabajo al mencionar doce recursos literarios que se pueden observar en el libro de los Proverbios: El proverbio, el discurso sapiencial, el símil, el evento histórico, el enigma, la alegoría, el himno, el poema didáctico, la solución diferida, el paralelismo, unidades paralelas gramaticales y unidades paralelas semánticas.51 Hasta aquí, la declaración sucinta de las características más relevantes de la literatura sapiencial judía, puesta al tras luz de aquella perteneciente a Egipto y Mesopotamia, deja ver muchos paralelos. Es un objetivo común generar instrucción para el buen obrar. Se instruye acerca del comportamiento recto del individuo. La ética y la moral están inmersas ampliamente en este género literario. Es común también el temor a Dios, con la diferencia de que el temor a Dios en la literatura judía es monoteísta y el de los pueblos vecinos politeísta. En ambas culturas, la propiamente judía y la extranjera, se reflexiona sobre las incongruencias de la vida, se habla de relación del individuo con la naturaleza, y los recursos literarios son comunes a la literatura bíblica y extra bíblica. Especialmente en el libro de Proverbios se puede ver casi una copia al carbón de los temas señalados por Brown, Fitzmyer y Murphy.52 Para ello pueden observarse los siguientes pasajes en Proverbios: 5:3-5; 11:2; 13:17; 12:10; 14:31; 18:24; 21:4; 23:1-3; 29:14; 31:4-5. Conclusión La literatura consultada es unánime en declarar que la literatura sapiencial del Antiguo Medio Oriente no es originaria del pueblo judío. Esta nación adoptó un recurso literario y popular del entorno de entonces. A través de este género literario y popular el pueblo judío expresó instrucción para el buen vivir de las personas en relación con la sociedad, la naturaleza y la divinidad. Hay afinidad de propósito y de temas en la literatura del entorno y la judía. Todas las esferas de la vida, la familiar, la política, la piadosa, y otras, son objeto de atención y de reflexión por parte del sabio. Pero la literatura judía posee un elemento exclusivo. El temor de Dios expresado en las culturas egipcia y mesopotámica, eminentemente politeísta, es dirigido en la cultura judía hacia una sola divinidad, Jehová. 48

Puede verse el artículo de Frederic Raurell, “Dimensión ético-pedagógica de la provocación en el Qohélet”, Selecciones de teología 35/140 (1996): 315-326. El proyecto mayéutico de Eclesiastés, entre otras cosas, busca quitar el dogma de que a cada acción “X” existe una respuesta “Y”. Busca poner al hombre en un realismo alejado del pesimismo y del optimismo, lo que le ayuda a enfrentar los males de la vida con paciencia y vigilancia crítica. Pero por otro lado, le coloca en la realidad de no poder entender los misterios de la relación cósmica y espiritual del ser humano con el creador. En su búsqueda de esa comprensión inalcanzable, el Qohelet se convierte en un teólogo comprometido con las realidades a su alrededor. 49 Fernández, “Literatura sapiencial”: 37. 50 Ibid. 51 Carlos Toledo Espino, Los Proverbios bíblicos (1997): 79-82. 52 Murphy, Comentario bíblico, 2: 397-398.

10 Las mismas características y recursos estilísticos se usan en común. Si bien estos no son retomados absolutamente en la carta de Santiago, la carta del apóstol presentará gran afinidad con este tipo de literatura, en cuanto a su propósito y los temas tratados. El siguiente capítulo se encargará de poner en relieve esta realidad. De esta forma se extraerán aquellos puntos aplicables de la enseñanza de la carta al cristiano en la postmodernidad.

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