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1. AYUDA POSITIVA. Mike y Diane Constantine. Usado con permiso. Conozcan a Vincent, el niño misterioso de diez años. Nadie lo entiende. Sus amigos creen ...
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AYUDA POSITIVA Mike y Diane Constantine Usado con permiso Conozcan a Vincent, el niño misterioso de diez años. Nadie lo entiende. Sus amigos creen que Vincent es retrasado. Aún se lo dicen. Él desconcierta a sus maestros. Algunos dicen que no coopera; otros dicen que tiene falta de atención; uno dice que es perezoso. Todos ellos creen que Vincent es un problema. Aunque aman a su hijo, los padres de Vincent temen que los maestros tengan razón. Se sienten derrotados. Le han ofrecido recompensas si solo coopera, aún regañarlo y disciplinarlo. Pero aún así, Vincent lucha y se rebela contra el trabajo de la escuela. El comportamiento de su hijo los avergüenza. “¿Por qué no puede ser como su hermana?” se preguntan ellos. “Ella era tan fácil de educar, y tan buena en sus estudios.” La vida en casa es ajetreada, especialmente a la hora de hacer la tarea. Con frecuencia Vincent olvida las tareas. A veces se sienta, mirando al espacio, aparentemente ignorando sus estudios. Tareas que tomarían treinta minutos, le ocupan horas. Frecuentemente Vincent tira su lápiz al suelo, cierra con violencia su libro y grita, “¡Solo soy tonto!” ¿Tiene Vincent un retardo mental o es de lento aprendizaje? Para nada. Él es un buen pensador y llega a muy profundas conclusiones. ¿Es rebelde? Usualmente no, pero parece serlo cuando su trabajo en la escuela parece atarlo con nudos. ¿Es espiritual su problema? Parece que no, porque Vincent tiene un profundo amor por Dios y una sincera compasión por los demás. ¿Cómo puede un muchacho tener tantas buenas cualidades y aún así ser tan terco y falto de cooperación tratándose del trabajo escolar? El misterio explicado Ese es el misterio de Vincent. Ésta es su explicación. Vincent tiene dificultades de aprendizaje: problemas especiales que le hacen difícil aprender en un salón de clases tradicional. Sus problemas no son lo suficientemente serios para detectarse fácilmente, y eso empeora las cosas. La dificultad de Vincent no es intelectual, sino la manera en que él procesa la información. Con la ayuda apropiada, Vincent se convertirá en un joven sobresaliente. Sin embargo, si alguien no lo ayuda, si es ignorado o mal entendido, el verdadero potencial de Vincent quedará desperdiciado. Un niño como Vincent necesita que alguien lo ayude a conquistar su debilidad. Ayudar al débil significa llevar parte de su carga, cuando ésta se vuelva demasiado pesada. El problema puede estar en cualquier área: física, mental o emocional. Cualquiera que sea la causa, este niño necesita nuestra ayuda. Él no necesita nuestra condenación, porque eso haría su carga más pesada. Ignorarlo o tratarlo como un inadaptado le hará más daño. Él necesita nuestra ayuda. Algunas debilidades, con el tiempo se corregirán por sí mismas, pero otras siempre requerirán de alguien que lo ayude. ¿Serás ese ayudante para tu hijo? Hay padres que no quieren ver las debilidades de sus hijos, porque si las ven, entonces deberán encontrar la manera de ayudarlo. Tal vez no sepan cómo ayudarlo, o dónde conseguir la ayuda. Pueden aún pensar que la debilidad de su hijo significa que ellos no son buenos padres. Y algunos padres en realidad ven una debilidad como algo vergonzoso.

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Cuando lo derecho está equivocado Tengo un amigo chino quien me animó a compartir su historia. Él espera que otros como él no sufran como él lo hizo, o maltraten a sus hijos como sus padres lo maltrataron. Jaime nació siendo zurdo. El ser zurdo no es una debilidad, aunque presenta ciertos retos en un mundo de diestros. Sin embargo, el padre de mi amigo vio lo zurdo de su hijo como una desgracia. Cuando veía al muchacho utilizar su mano izquierda, lo golpeaba con una vara. (Eso les ha sucedido a más niños de los que crees, especialmente en algunos lugares de Asia.) Funcionó. Bajo el trato del castigo, mi amigo comenzó a usar su mano derecha. También comenzó a tartamudear y a batallar con su trabajo escolar. Al forzarlo a utilizar su mano derecha, el padre de mi amigo estaba creando serios problemas mentales y emocionales, aunque para entonces él no lo sabía. Durante la primaria y secundaria, los problemas continuaron. Entonces, un día, el joven descubrió un libro en la biblioteca sobre gente zurda. Al leer el libro, descubrió que al forzarlo a usar su mano derecha, su padre había causado su tartamudez y problemas del pensamiento. Como un volcán, él estalló en ira hacia su padre. Tirando el libro frente a él le gritó, “¡Esto es lo que me has hecho!” A través de trabajo duro y persistencia, mi amigo superó el daño y se ha convertido en un exitoso hombre de negocios y en líder de su comunidad. Aún ha perdonado a su padre por su falta de comprensión y por el inmerecido castigo que él recibió. Ahora él usa su mano izquierda sin pena. En su caso, lo izquierdo era lo correcto y lo derecho estaba definitivamente equivocado. Qué innecesaria ira y daño les causamos a nuestros hijos, cuando tratamos una diferencia como algo vergonzoso y utilizamos los medios equivocados para tratar de cambiarlo. Ayudando a nuestros hijos a conquistar sus debilidades Aprender lo que puede ser cambiado y lo que no. Si siempre tratamos de cambiar lo incambiable (como el padre de mi amigo zurdo), frustraremos y amargaremos a nuestros hijos. Sin embargo, es igualmente dañino dejar que nuestros hijos vivan con una debilidad que pueden superar con la clase correcta de ayuda. Reconociendo tus actitudes erróneas Una tentación común para los padres es la impaciencia. Un padre impaciente, produce hijos inquietos. Queremos un cambio instantáneo, pero con frecuencia toma largos períodos de tiempo el ayudar a un hijo a convertirse en un conquistador. ¿Recuerdas el verso de 1 Tesalonicenses, capítulo cinco? Pablo concluye su consejo a los líderes de la iglesia con este recordatorio: “. . . que seáis pacientes para con todos.” El cambio lleva tiempo. Algunas comidas son instantáneas. Los niños no lo son. Hace años, escribí esta frase en el frente de mi Biblia: “Sé paciente con otros; otros han sido pacientes contigo.” Recuerda con cuánta paciencia cuida Dios de nosotros, animando nuestro progreso, sin demandar nuestras imperfecciones. Vincent, el joven muchacho del principio de esta sección, es actualmente un hombre, altamente respetado, y exitoso. Él ha triunfado, en gran parte porque su madre y su padre ejercitaron la paciencia y la persistencia. A veces querían rendirse, pero no lo hicieron, ni tampoco lo hizo Vincent.

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El ánimo afirma, conquista debilidades Ve el potencial de tu hija, no solo sus problemas. Busca sus dones naturales y talento, y alienta esas habilidades especiales. Anímalo a hacer su mejor esfuerzo, aún si no puede ser el mejor. Busca la mejor ayuda disponible Los padres de Vincent encontraron la ayuda justa que necesitaban de un consejero escolar, quien comprendió el comportamiento de su hijo y supo los pasos que se debían tomar. Encontrar al ayudador que necesitan puede ser difícil para ustedes, pero no se rindan ni dejen de tratar. Manténganse en oración Recuerden agradecerle a Dios por los problemas de su hijo o hija, sus debilidades y por todo. Su hijo o hija sigue siendo un regalo de Dios para ustedes, y para el mundo que necesita gente así como él o ella, quien ha aprendido a conquistar sus dificultades y debilidades. ¡No se rindan! Su hijo o hija algún día puede ayudar a miles. Al pensar en tu niñez, ¿tienes algunos recuerdos de tu madre y tu padre ayudándote a conquistar una debilidad o una dificultad? ¿Te ayudaron a aceptarte a ti mismo? ¿O te hicieron sentir avergonzado de tus debilidades y diferencias? La manera en que te trataron puede estar afectando la manera en que tratas a tus propios hijos. No tiene por qué ser así. Tú puedes reconocer los patrones equivocados y confesárselos a Dios. Él te ayudará a encontrar la ayuda que necesitas. Él te cambiará, y te utilizará para cambiar el destino de tu hijo.

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