ArqueologíA de lAs sierrAs de TAndiliA

Los estudios de petrografía indicaron que las arcillas utilizadas para su manufactura no provenían de la región Pampeana, es decir que fueron transportadas ...
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Historias milenarias pampeanas ARQUEOLOGÍA DE LAS SIERRAS DE TANDILIA

Diana L. Mazzanti y Carlos A. Quintana editores

Historias milenarias pampeanas ArqueologíA de lAs sierrAs de TAndiliA

Diana L. Mazzanti y Carlos A. Quintana editores

Mazzanti, Diana Leonis Historias milenarias pampeanas: arqueología de las sierras de Tandilia / Diana Leonis Mazzanti [et.al.]. - 1a ed. - Mar del Plata, 2014. 100 p. : il. ; 22x14 cm. ISBN 978-987-33-4710-8 1. Historia Regional. II. Título CDD 982.13 Fecha de catalogación: 28/03/2014

IMAGEN DE LA TAPA

Pictografía del sitio arqueológico Antú. IMAGEN DE LA CONTRATAPA

Paisaje serrano. DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

M&A Diseño y Comunicación S.R.L.

Este libro se realizó en el contexto de proyectos de investigación y de comunicación pública de la ciencia aprobados y financiados por: la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación), el Programa Nacional de Voluntariado Universitario (2012) de la Dirección Nacional de Desarrollo Universitario y Voluntariado de la Secretaria de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación Argentina, y la Universidad Nacional de Mar del Plata. El contenido de este libro, texto y figuras originales es propiedad registrada de los autores. El mismo no puede ser reproducido por ningún medio sin el permiso expreso y por escrito de los editores.

índice

I.

Introduciéndonos en la arqueología de Tandilia oriental.............. 7 Verónica Puente y Gustavo F. Bonnat

II.

Un poco de historia. Las investigaciones arqueológicas en Tandilia .......................................................................................... 11 Diana L. Mazzanti

III.

Los pobladores que iniciaron la historia regional .......................... 19 Diana L. Mazzanti, Gustavo F. Bonnat y Carlos A. Quintana

IV.

Los cazadores-recolectores posteriores: una larga historia ............ 33 Diana L. Mazzanti, Carlos A. Quintana y José M. Porto López

V.

Una sociedad de hábiles creadores ................................................ 45 Diana L. Mazzanti, Carlos A. Quintana y Verónica Puente

VI.

Caciques y pastores........................................................................ 59 Diana L. Mazzanti y Carlos A. Quintana

VII. Representación del mundo indígena pampeano en ámbitos educativos ...................................................................................... 75 José A. Vera, José Luis Soria y Georgina W. Seal VIII. La preservación del patrimonio: arqueólogos y aicionados frente al pasado ........................................................................................ 87 Irene E. Brichetti IX. Para leer más ................................................................................. 95 Fuente de las ilustraciones ............................................................. 96

Los cazadores-recolectores posteriores: una larga historia

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cAciques y pAsTores D. L. Mazzanti y C. A. Quintana

El contexto histórico Con el transcurso de los milenios los estudios arqueológicos demuestran que los territorios sociales de los pueblos originarios llegaron a ser muy extensos (600 y 800 km). Esto debió brindarles ventajas al optimizar los vínculos sociales y los intercambios de bienes y recursos propios de cada ambiente. Estos pueblos de cazadores-recolectores anteriores al proceso colonial gestaron cambios en sus estructuras sociopolíticas y económicas que transformaron sus modos de vida (véase capítulo 5). Con el nuevo proceso de expansión capitalista sobre América se ampliicaron y aceleraron esas transformaciones sobre los pueblos originarios que fueron ingresados compulsivamente a las condiciones sociales de vasallaje, sometimiento y evangelización impuestos por la corona española. En algunos territorios este proceso de conquista ocurrió de modo indirecto tiempo después del inicio de la etapa colonial. La resistencia indígena a la dominación fue la característica de muchos pueblos de pampa-patagonia y de la Araucanía. El caso mapuche ejempliica esos procesos de resistencia étnica a la ofensiva colonial porque presentaron su oposición continua y irme de no ser dominados, ni permitir que sus territorios fueran invadidos. Este proceso abarcó un largo período de más de 300 años de luchas, encuentros interétnicos, mestizajes y transformaciones en ambas sociedades (americana y española). Nuevos protagonistas surgieron dentro de las propias sociedades indígenas, especialmente en aquellos grupos que habitaban en cercanías o en los extensos espacios de interacción (fronteras). Los ulmenes (caciques) defendieron la autonomía y más tarde fueron cooptados por los agentes coloniales. En tanto, los llamados corsarios (caciques guerreros) fueron los que más resistieron a esa dominación. Los conchabadores (comerciantes) gestaron redes de intercambio que unieron territorios muy lejanos y ne59

HISTORIAS MILENARIAS PAMPEANAS / Arqueología de las sierras de Tandilia

gociaron todo tipo de productos (europeos y americanos). Estas personas mayoritariamente eran de origen indígena, mestizos o criollos. El gobierno de la corona española fue penetrando ese mundo de resistencia indígena utilizando instituciones para negociar mediante los llamados “parlamentos de indios” de los cuales surgieron pactos y tratados, que generalmente no eran cumplidos por la colonia ni luego por el Estado. Las misiones religiosas jesuíticas también funcionaron como dispositivos de poder con el in de convertir el mundo de las creencias americanas hacia el cristianismo. Los cambios políticos e ideológicos ocurridos como reacción a la dominación y por los beneicios de la gran demanda de ganado desde los mercados criollos produjeron transformaciones internas en esos pueblos americanos. En algunas parcialidades de hábiles jinetes surgieron la riqueza y el prestigio social a causa de la venta de ganado y de la autoridad que iban sumando algunos caciques, motivando divisiones en grupos que compitieron por ese comercio. Emergieron las jerarquías sociales diferenciadas por sus roles políticos; por ejemplo, hubo caciques con autoridad étnica y militar para dirigir malones sobre las fronteras, mientras que otros fueron diestros en los tratos comerciales con el Estado. Estas transformaciones condujeron al surgimiento de nuevas identidades étnicas, como la mapuche, originada durante el siglo xviii. Esta sociedad fue altamente compleja en su organización sociopolítica y alcanzó a dominar territorios que abarcaron extensas áreas geográicas.

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Durante los últimos seiscientos años

ocurrieron cambios significativos en el modo de vida indígena de las sierras de Tandilia. Este lapso, además fue impactado fuertemente por fenómenos climáticos extremos y el arribo de la sociedad colonial y, luego, de las milicias nacionales.

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Caciques y pastores

La cordillera de los Andes no les representó un límite geográico ni político, sino que fueron ámbitos de circulación de muy diversos grupos que unían los territorios de la Araucanía con norpatagonia y las pampas orientales. Un dato central es que este proceso de interacción social ocurrió desde épocas anteriores a la invasión europea. Las características históricas señaladas permiten comprender cómo se constituyeron escenarios geográicamente tan variados en territorios sociales donde ocurrieron situaciones complejas de tipo multiétnicas, tanto en tolderías como en las fronteras coloniales y luego nacionales. Las personas de orígenes étnicos distintos como indígenas, criollos, españoles y religiosos interactuaban intensamente, al punto de gestar un nuevo sistema social de carácter interétnico y mestizo. En síntesis, el proceso de invasión colonial ocurrido en el Cono Sur provocó el surgimiento de líderes étnicos que representaban a sus linajes y a los intereses de sus comunidades. Su sociedad era muy compleja en cuanto a la toma de decisiones políticas, la organización social jerarquizada y territorial. Paralelamente, estos cambios también se relejaban en su organización ideológica-religiosa. Algunas de las situaciones históricas mencionadas se expresan en el registro arqueológico de Tandilia. Especíicamente en las sierras de Balcarce, Tandil y Azul se estudiaron varios sitios arqueológicos del período posconquista. Estos son muy diversos y ejempliican algunos aspectos de esa época tan compleja en las relaciones entre los indígenas y los europeos que originaron las grandes agrupaciones o confederaciones étnicas ecuestres del siglo xix.

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Corral en la sierra Alta de Vela,

cercano a Tandil. n

El ganado caballar predominó

en estas sierras como recurso económico durante el siglo XVIII.

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eL contacto hispano indígena bajo eL microscopio El registro arqueológico serrano contiene información muy interesante de la relación de la sociedad indígena con la colonial. Uno de los sitios estudiados en estas sierras presenta numerosa evidencia material producida por ambas sociedades. Los arqueólogos hallaron vasijas de manufactura indígena junto a otras de origen europeo, artefactos elaborados en piedra y objetos de metal o de vidrio veneciano. En ese asentamiento, de hace unos 250 años, también se estudió el consumo de animales silvestres y de animales domésticos como vacas y caballos. Todas esas evidencias se ven a simple vista, pero las actividades que demuestran el contacto entre ambas sociedades también se pueden buscar con la ayuda de un microscopio. El procesamiento de varios caballos a orillas de un arroyo dejó numerosos huesos que presentan algunas trazas microscópicas sobre su supericie. La persona que se ocupó de retirar la carne usó instrumentos ailados para realizar su labor, afortunadamente aplicó la suiciente fuerza de modo que, además de músculos, el corte afectó a los huesos. Esos cortes tienen la forma del ilo que los produjo, y esa forma funciona a modo de una “huella digital” que indica el material con que estaba construido el instrumento. El análisis bajo el microscopio de esos huesos de caballo reveló la presencia de dos tipos de cortes: unos son inos, largos y con la cara interior del corte de aspecto liso, y otros más gruesos, cortos y con la cara interior con estrías. Los del primer tipo corresponden a huellas efectuadas al rasgar el hueso con un artefacto metálico, mientras que los otros son efectuados por artefactos de piedra. Con estas huellas, casi invisibles, se puede demostrar una caracterísLos artefactos de piedra tienen filos tica de las sociedades indígenas poseficientes pero de forma irregular que ocasionan huellas complejas y con estrías conquista: la incorporación de obje(arriba). En cambio, los filos de elementos tos de la sociedad colonial y el mantemetálicos son más regulares y sus huellas nimiento de costumbres ancestrales. n

son más simples (abajo).

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Caciques y pastores

Las sierras. Un núcleo de economía pastoril Los sitios arqueológicos revelan esa historia compleja que abarcó varios siglos, las evidencias son los campamentos indígenas, los corrales, los cimientos de fortines, las pulperías y las primeras construcciones rurales. En Tandilia se estudian varios de estos sitios, uno de los cuales fue un gran asentamiento indígena que funcionó en la segunda mitad del siglo xviii. Los datos revelan un tipo de economía basada en la ganadería y en el comercio intra e interétnico y sus habitantes dejaron pruebas materiales que demuestran sus vínculos ancestrales con las poblaciones que habitaban el territorio andino (Neuquén y/o Araucanía). El hallazgo de un corral de piedra que formó parte de las necesidades domésticas de ese gran campamento indígena, junto a otras numerosas estructuras similares de la región, indica que en las sierras de Tandilia se llevaron a cabo tareas de cuidado y control de manadas de caballos. El ganado vacuno fue mucho menos numeroso y destinado al consumo doméstico de la toldería. Estos sitios son estudiados, en la actualidad, por varios grupos de arqueólogos, quienes

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Este pequeño corral, destinado a contener vacunos para uso doméstico,

fue construido en un cerrito aprovechando los bloques naturales.

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HISTORIAS MILENARIAS PAMPEANAS / Arqueología de las sierras de Tandilia

consideran que esas estructuras de piedra fueron antiguos corrales indígenas. Otras construcciones parecidas, en cambio, pudieron ser posteriores o tal vez reutilizadas para las actividades de las estancias durante los siglos xix y xx. Esas construcciones fueron realizadas mediante la superposición y/o encastrado sin argamasa de bloques de piedras (pircas) que obtenían en las pendientes de la sierra. Seleccionaban las rocas por tamaño y erigían los muros dando una forma cuadrangular o semicircular. La traza dependía del lugar elegido para su emplazamiento, ya que en ocasiones se aprovechaban grandes bloques a modo de paredes naturales para construir los muros y generar un espacio cerrado. Estos recintos, que en algunos casos son muy grandes, representan un tipo de arquitectura ciertamente monumental que testimonia el modelo económico destinado al cuidado y control de ganado caballar. Ese ganado luego era arreado con destino a su venta en los mercados de la Araucanía y también al consumo interno de esas poblaciones. Un buen ejemplo local remite a una gran construcción cuadrangular, de aproximadamente una hectárea de supericie, ediicada sobre la pendiente baja de un cerro cercano a la ciudad de Balcarce. Junto a este corral se hallaron dos aguadas semisubterráneas de forma casi circular que funcionaron como pequeños estanques al acumular el agua de lluvia y de dos surgentes naturales. Asociado a este corral y a los estanques fue construido un parapeto Las grandes estructuras construidas con piedras pequeño con bloques de piedra. apiladas tuvieron la función de contener ganado caballar. Corral de alrededor de una hectárea, en Los restos de los muros del corral cercanías de Balcarce. indican un tipo de ediicación cuyas paredes tuvieron una altura mayor de 1,6 metros. Otras construcciones de piedra de tamaños y formas diferentes fueron emplazadas sobre las pendientes y cimas de distintos cerros de Tandil y Azul, y otros también se disponen en sectores llanos entre las sierras. n

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Caciques y pastores

Las cimas de las sierras con forma de meseta son comunes en las localidades de Balcarce y Mar del Plata. Esta característica topográica fue utilizada en este modelo pecuario. Los lugares elevados y extensos con abundancia de pasturas naturales y fuentes de agua fueron usados como campos de engorde del ganado caballar. Los valles estrechos también tuvieron el mismo uso. Los jesuitas instalados en esta zona (laguna de Los Padres) dejaron comentarios escritos sobre las tareas de cerramiento que efectuaron los indígenas en las entradas de los valles de estas sierras con el in de contener a esos animales durante el pastoreo. Los restos arqueológicos que han perdurado de este sistema regional pecuario demuestra la importancia económica que tuvo esta actividad para las sociedades indígenas de este período. Los materiales arqueológicos hallados en el gran campamento indígena mencionado se distribuyen en cinco sectores, tres se encuentran en un pequeño cerrito muy bajo, el cuarto a la orilla de un arroyo que corre al pie del cerrito y el quinto en una lomada. Sus características indican la presencia de áreas funcionales diferentes: en una pendiente se encuentra un corral, hay dos reparos rocosos usados para actividades domésticas, la cima fue un sector ritual y en la ribera del arroyo hubo consumo de alimentos, posiblemente también sobre la loma adyacente. El tipo de evidencias materiales halladas en cada sector es similar y estas corresponden cronológicamente al segundo tramo del siglo xviii.

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Fragmentos de ollas culinarias transportadas

a estas sierras desde la cordillera. n

Reconstrucción de parte de una jarra que

contuvo líquido.

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HISTORIAS MILENARIAS PAMPEANAS / Arqueología de las sierras de Tandilia

La cerámica indígena posee características de manufactura propias de las alfareras del sector sur-andino, la fauna es autóctona y exótica, algunos artefactos líticos indican actividades de caza, como las puntas de proyectiles que se continuaron produciendo junto a otro sistema de arma arrojadiza llamada boleadoras, que resultó muy eiciente. Algunos otros instrumentos presentan factura soLas cuentas de vidrio fueron producidas en Europa para intercambiar con los pueblos de América. bre rocas del norte de Patagonia y Ventania. Estos indicios permiten interrelacionar esos sectores del cerrito y plantear que funcionaron al mismo tiempo. Los restos de vasijas culinarias corresponden a ollas y jarras. Las primeras poseen una decoración con acanaladuras en su cuello, propia del estilo mapuche. Los estudios de petrografía indicaron que las arcillas utilizadas para su manufactura no provenían de la región Pampeana, es decir que fueron transportadas desde zonas de la cordillera. En consecuencia, se conoce que trasladaron una cantidad importante de vasijas (un mínimo de 40 piezas) junto a otros materiales líticos y posiblemente metales desde zonas muy lejanas como la Patagonia, los valles andinos o transcordilleranos. Esta cerámica fue hallada en asociación con argollas de metal, fragmentos de un estribo y de una empuñadura de sable. Algunas de esas piezas pudieron constituir el apero de algún caballo. Las variadas cuentas de vidrio (collares) fueron elaboradas en Venecia (Italia) y se hallaron también Fragmentos cerámicos que corresponden a una botija española. Estos recipientes se usaban para asociadas a restos de botijas espatrasladar aceite o licores hacia América, su interior ñolas, de loza de origen inglés y de estaba cubierto de un aislante vitrificado de cobre. algunos trozos de botellas de vidrio Junto a las cuentas de vidrio fueron incorporados producidas en el siglo xviii. Estos en los asentamientos indígenas del siglo XVIII. n

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Caciques y pastores

artículos fueron introducidos en la vida indígena por intercambios o regalos recibidos de los agentes europeos en situaciones de visita a las tolderías. Algunas de las cuentas de vidrio fueron fabricadas en Europa entre 1760 y 1820, lo que otorga el rango cronológico mínimo de las transacciones comerciales e interacciones ocurridas. La presencia de bienes de origen europeo indica la importancia de los intercambios interétnicos que ocurrían paralelamente a las actividades ganaderas. La voluntad de utilizar el refugio rocoso, acampar a orillas del arroyo o construir recintos pircados en la pendiente serrana estuvo orientada a cubrir ciertas necesidades que hacen a las actividades propias de la vida doméstica y especíicas de la vida pastoril. Por ejemplo, la diagramación y la construcción del pequeño corral que estuvo destinado a contener unos pocos vacunos para el consumo doméstico. Este campamento probablemente fue habitado periódicamente por un grupo numeroso de personas o durante un tiempo prolongado de ocupación (en fuentes escritas se indica que acampaban hasta dos años en tareas de cuidado del ganado). Otros datos ingresan información sobre las prácticas rituales, como el hallazgo de muchos trozos de vasijas de cerámica y unos pocos artefactos líticos introducidos intencionalmente dentro de una estrecha grieta horizontal ubicada en la cima del cerrito. Este evento podría representar ofrendas distintivas durante las actividades rituales. Esta tradición cultural es practicada por algunas comunidades que se movilizan por los valles sur-andinos, cuyos integrantes depositan ofrendas (fragmentos de cerámicas u otros elementos) en ciertos puntos destacados de sus rutas (al pie de una roca, de un árbol, en un manantial, etcétera) durante sus largas travesías. En estas serranías hubo varios núcleos de comercio entre bienes de origen indígena y europeo hacia la segunda mitad del siglo xviii, destacándose la misión jesuítica de Nuestra Señora del Pilar en cercanía de la actual ciudad de Mar del Plata. Los documentos escritos señalan la concurrencia de agentes coloniales dedicados al comercio y de grupos étnicos que venían a Además del consumo de los intercambiar ponchos por otros productos euroanimales domesticados (caballo peos (aguardiente, telas, por ejemplo). También y vaca) las sociedades indígenas existió otro núcleo en las sierras Tandil, donde posconquista aprovecharon habría ocurrido un comercio intenso en la llaespecies silvestres como el ñandú, mada “Feria de Chapaleofú”. la vizcacha y la nutria. n

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HISTORIAS MILENARIAS PAMPEANAS / Arqueología de las sierras de Tandilia

Las condiciones naturales favorables (arroyos, lagunas, manantiales y valles con pasturas naturales) propiciaron el surgimiento de este importante núcleo de abastecimiento pastoril en las sierras de Tandilia, el cual debió ser la primera estación de engorde del circuito comercial de traslado de animales (caballos) a gran escala hacia la cordillera andina con destino a los mercados de Chile. Este conjunto de evidencias arqueológicas y documentales expresa la magnitud de la complejidad que tuvo el sistema pecuario indígena como consecuencia de los nuevos componentes que ingresaron en la región Pampeana. La disminución del ganado cimarrón a causa de su explotación y por los cambios climáticos hacia condiciones áridas fue una situación que se sumó al avance de poblaciones criollas que atravesaron la frontera Sur bonaerense para privar a los indígenas de los campos de captura y pastoreo. Estas situaciones condujeron a la resistencia indígena, ya que estuvieron cada vez más obligados a obtener el ganado en las estancias mediante los llamados malones. La competencia económica entre el modelo tradicional y el mercantil capitalista llevó a que, casi un siglo después, los Estados nacionales (Chile y Argentina) decidieran eliminar a estos pueblos originarios.

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Instrumentos líticos producidos

para distintas funciones. Arriba: para raspar y cortar. Abajo: sistema de armas de caza por medio de arco. n

El uso de boleadoras fue muy

extendido debido a que fue un arma muy útil para la caza.

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Caciques y pastores

La gran seca La Pequeña Edad de Hielo se caracterizó por las temperaturas bajas y las sequías largas que produjeron, en varias ocasiones, la mortandad masiva de animales. Por ejemplo, durante el siglo xviii los cronistas relatan que los conjuntos de cadáveres de ganado se confundían con colinas. Una de esas sequías extremas ocurrió entre 1827 y 1832 durante un período particularmente frío denominado Mínimo de Dalton. Poco tiempo después Darwin describió este evento en Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo: El período comprendido entre los años 1827 y 1832 se llama el «gran seco», o la gran sequía. Durante ese tiempo fue tan escasa la lluvia caída, que no creció ninguna planta, ni siquiera cardos; los arroyos se secaron, y todo el país tomó el aspecto de un polvoriento camino carretero. Así ocurrió especialmente en la parte septentrional de la provincia de Buenos Aires y meridional de Santa Fe. Pereció un gran número de aves, animales silvestres, ganado vacuno y caballar por falta de alimento y agua. Un hombre me dijo que los ciervos solían meterse en su corral a buscar la poza que se vio obligado a cavar para proveer de agua a su familia y que las perdices apenas tenían fuerza para huir volando cuando se las perseguía. El cálculo más bajo supone que se perdieron sólo en la provincia de Buenos Aires un millón de cabezas. Este período seco fue interrumpido por lluvias fuertes que ocasionaron inundaciones. En consecuencia el terreno, que estaba poco irme por la ausencia de vegetación, fue “barrido” por la fuerza del agua. Esta acción erosiva eliminó mucha información (sedimentos, objetos arqueológicos, esqueletos, etcétera), por lo que la Pequeña Edad de Hielo es un período difícil para estudiar. Sobre este fenómeno Darwin expresaba que: Después de la sequía de 1827 a 1832 siguió una época de lluvias copiosísimas, que causaron inundaciones. De donde podemos inferir casi con gran certeza que algunos millares de esqueletos quedaron sepultados por los arrastres de tierras del año inmediato. A pesar de las diicultades, cientíicos actuales hallaron e interpretaron una acumulación de esqueletos de la Gran Seca. Se trata de un conjunto de numerosos esqueletos de vacas, caballos y ovejas enterrados en una pequeña barranca lindera al río Salado. Los huesos se disponen en una zona que, en la época, era favorable para que el ganado se acerque a abrevar en el río durante los años de sequía. Lo interesante es que las características del depósito, como predijo Darwin, indican los efectos de una sequía seguida de una inundación.

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HISTORIAS MILENARIAS PAMPEANAS / Arqueología de las sierras de Tandilia

La dieta en tiempo de los caciques Luego del “veranito” de unos 400 años, el clima cambió de modo drástico a condiciones frías y secas. Este nuevo período comprendido entre el siglo xiv y mediados del siglo xix fue denominado Pequeña Edad de Hielo y quedó registrado en muy pocos lugares de la región Pampeana. El motivo de ser tan esquivo es que un ambiente con un clima de ese tipo se caracteriza por tener muchos eventos erosivos que alteran los depósitos sedimentarios, que son los que contienen la evidencia arqueológica. La Pequeña Edad de Hielo fue un fenómeno que tuvo una extensión mundial. En la región Pampeana ocasionó la disminución de los caudales de los arroyos (muchos desaparecieron), inluyó en la formación de médanos costeros y continentales, transformó el paisaje en una estepa fría y condicionó la distribución de los recursos de la subsistencia indígena. El ganado que poblaba las llanuras sufrió muertes masivas cuando buscaba agua en los arroyos, que en las etapas más frías y secas tenían sus cauces secos. La composición de la fauna de los últimos 250 años se puede reconstruir localmente integrando los registros estratigráicos de los sitios arqueológicos. Los cambios más signiicativos comprendieron la desaparición de nueve es-

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Al borde de este arroyo hace 250 años fueron consumidos dos caballos, unos 50 huevos de ñandú y varios

animales silvestres como parte de las actividades de un gran campamento doméstico.

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Caciques y pastores

pecies, de las cuales la mayoría estaba presente desde el poblamiento inicial. Estas especies son: un pequeño marsupial, dos ratones de campo, el roedor tuco-tuco, un cuis, la mara, un armadillo, el guanaco y el venado de las pampas. Por primera vez en milenios no hubo guanacos ni venados para cazar. Esas especies sufrieron eventos de retracción geográica que afectaron su distribución hacia el Sur (guanaco, mara), hacia el Norte (venado, ratones de campo), hacia la costa y el Oeste (tuco-tuco) y la extinción tardía de una especie de cuis y del marsupial (que ya había ocurrido unos cientos de años antes). La ausencia de estas especies generó un empobrecimiento de la diversidad de mamíferos en esta región, la cual impactó principalmente en la ausencia de los ungulados de mayor porte. Este déicit de ungulados fue superado con la introducción posterior de especies exóticas (caballos y vacas principalmente). El asentamiento indígena mencionado y conformado por varios sectores complementarios funcionó durante la Pequeña Edad de Hielo. En el corral se procesó un ternero para el consumo, pero el aprovechamiento de caballos fue más importante. A orillas del arroyo se disponen dos áreas con un estrato que contiene restos de caballos y evidencias materiales del contacto hispano indígena más temprano registrado en la región serrana.

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caviomorfos: cuises (Cavia aperea, Galea

Los sitios arqueológicos posconquista de Tandilia

Oriental son escasos, por ello la diversidad de

leucoblephara), vizcacha © (Lagostomus maximus),

especies silvestres registrada es muy baja, aunque

coipo © (Myocastor coypus). Ungulados: vaca ©

debió ser muy parecida a la actual.

(Bos taurus), caballo © (Equus caballus). Armadillos:

Las especies consumidas por los indígenas serranos

peludo © (Chaetophractus villosus), Carnívoros: perro

están indicadas por un ©. Ratones de campo:

doméstico (Canis familiaris). Aves: ñandú © (Rhea

ratones (Akodon azarae, Calomys sp.). Roedores

americana), aves indeterminadas ©.

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HISTORIAS MILENARIAS PAMPEANAS / Arqueología de las sierras de Tandilia

En la primera área los caballos fueron desmembrados y su carne fue ileteada, quedando un depósito con numerosos huesos articulados, casi todos enteros, con escasas fracturas y sin exposición al fuego. Algunas partes del caballo fueron trasladadas unos escasos metros al área lindera y reducidas todavía más, cocinadas y consumidas. En este sector los huesos están fracturados para aprovechar la médula, fueron quemados parcialmente, están asociados a pequeños fogones y hay numerosas astillas de hueso. Esta área, además, tiene huesos procesados de coipo, vizcacha, peludo, ñandú y diversas aves pequeñas. Es importante señalar que los restos óseos de éste último sector se encuentran depositados sobre una capa compuesta por miles de cáscaras fragmentadas de huevos de ñandú correspondientes a unos 50 huevos enteros. El consumo de estos huevos indicaría que el asentamiento funcionó, por lo menos, durante la primavera-verano, época de la puesta de esas aves. Los restos culturales asociados son artefactos líticos y fragmentos de cerámica de estilo mapuche. El análisis de estos sectores indicó evidencias claras del modo del procesamiento de estos animales y del tipo de instrumental utilizado: artefactos de metal y de piedra. Los grandes ungulados exóticos (vaca y caballo) incorporados por la colonia reemplazaron a los ungulados nativos (guanacos y venados) y la vida pastoril fue preponderante frente a la vida cazadora. Pero también mantuvieron tradiciones ancestrales que les resultaron eicientes, como la caza de animales silvestres y la recolección de huevos de ñandú para enriquecer y diversiicar la dieta. En otro sector alejado del arroyo, y en pleno cerrito, también se consumió un caballo. En este caso se lo halló asociado a restos de un perro que seguramente acompañaba a los habitantes de este campamento. En síntesis, este complejo sitio arqueológico indica un evento signiicativo relativo a las prácticas de consumo indígena durante el último tramo del período colonial. Estas características denotan, entre otras numerosas evidencias materiales halladas en el asentamiento, que la obtención de bienes europeos fue un patrón propio de las relaciones de intercambios o de otros mecanismos de interacción social que caracterizaron las relaciones intra e interétnicas en el extenso espacio social de la pampa-norpatagonia y Araucanía. Los asentamientos europeos en tierras indígenas En diversos puntos de Tandilia también se realizan investigaciones arqueológicas en fortines que demuestran las situaciones de militarización de la región y el proceso de interacción entre tropas militares y grupos indígenas. Desde varias universidades se producen trabajos arqueológicos y etnohistóricos sobre los modos de ocupación estatal del territorio pampeano durante 72

Caciques y pastores

el siglo xix. Las evidencias arquitectónicas representan las primeras instalaciones rurales, como estancias, puestos, pulperías y casas de campo. También se analizan las fuentes escritas de militares que dan cuenta de la violencia impuesta sobre los pueblos originarios cuando las partidas de soldados arrasaban con las tolderías que hallaban a su paso dentro del territorio que aún no había sido invadido. Esto ocurrió desde inales del siglo xviii y posteriormente se sumaron varias campañas. Este proceso de ocupación de Tandilia comenzó al inicio del siglo xix y fue consolidado con la fundación de fortines y ciudades. Un buen ejemplo es la ciudad de Tandil, fundada como fortín en 1823 y como partido en 1865. La ciudad de Azul tiene los antecedentes en un fortín y la donación de tierras a criollos por parte de J. M. de Rosas al inicio de la década de 1830. A partir de entonces ocurrieron una serie de etapas conlictivas con malones al mando de caciques que detentaban autoridad y prestigio como Calfucurá (cacique general de las Pampas) quien pactó acuerdos y tiempo después protagonizó malones de gran magnitud, logrando generar complejas organizaciones políticas (confederaciones). Los representantes del Estado en formación de ines del siglo xix justiicaron los planes militares contra los pueblos originarios porque su proyecto nacional era étnicamente “blanco”. Su interés para ese Estado fue ampliar su lugar en el mercado mundial como productor de materias primas. La apropiación de los territorios de los pueblos originarios tuvo una argumentación ideológica: se los consideró como pueblos “salvajes” porque el Estado precisaba sus tierras fértiles para producir y exportar los productos surgidos de En las zonas rurales todavía persisten la agricultura y la ganadería hacia cimientos de viviendas antiguas de trabajadores rurales donde se preservan restos los países europeos. Paradójicamende botellas y otros elementos. te, la región Pampeana fue denomin

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HISTORIAS MILENARIAS PAMPEANAS / Arqueología de las sierras de Tandilia

nada “Desierto” indicando que ese territorio estaba prácticamente deshabitado, justiicando, así, su ocupación y la eliminación física y cultural de sus pobladores ancestrales. Las acciones militares genocidas ocurridas en pampapatagonia se desarrollaron por decisión del Estado argentino en las últimas décadas del siglo xix. El diseño de esas operaciones estuvo bajo el comando del General J. A. Roca hacia el año 1879.

expresiones de La identidad Las esferas ideológicas exhibieron cambios con el surgimiento de líderes o jefes étnicos (caciques) y con relación a otros numerosos aspectos estéticos y simbólicos que indicaban la diferenciación social emergente en estas sociedades originarias. Por ejemplo, se usó la pintura corporal como indicador de etnicidad en situaciones de fricción (malones) o en ponchos con diseños que representaron los símbolos de género y de poder. Las vinchas, la platería o los aperos de plata fueron elementos culturales para señalar el carácter de las interacciones frente a los nuevos componentes propios del capitalismo emergente. Un relato del sacerdote Mascardi, en 1670, expresaba lo siguiente: (...) vinieron a verme unos veinte caciques y principales Poyas de la parte principal de estas pampas, (...) con mucho lucimiento y gente de a caballo y mucho más adornados (...) con muchos machetones o espadas anchas, frenos, pretales, caballos enjaezados al uso de los españoles y caballos con hierros muy hermosos (...). Las cuentas vítreas halladas en el campamento prueban el interés por destacar el vínculo con los hispanos por la posesión de esas piezas exóticas y, además, porque diferenciaban los roles sociales y de género de quienes las utilizaban como adornos personales. Las vasijas utilizadas como ollas culinarias, llamadas “challas” en la Araucanía chilena, fueron trasportadas largas distancias y todas presentan un tipo de decoración similar: asas con mamelones y la supericie externa de sus cuellos con acanaladuras horizontales modeladas. Este estilo es recurrente y podría señalar la presencia de la mujer porque esos diseños simbolizaban la identidad de las alfareras mapuches en los vínculos sociales de interacciones. Los grupos que acamparon con ines económicos en las llanuras y sierras más orientales de esta gran área panaraucana le otorgaron también valor sagrado al cerrito mediante ofrendas propiciatorias que señalarían la presencia indígena en el territorio que llamaban “puelmapu” como símbolo de la resistencia a ser dominados.

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Los cazadores-recolectores posteriores: una larga historia

IX

pArA leer más

- Endere, M. L. y J. L. Prado 2009. Patrimonio, ciencia y comunidad. Su abordaje en los partidos de Azul, Olavarría y Tandil. Olavarría. Incuapa.

- Quintana, C. 2006. “Un viaje al pasado remoto”. En: Historia de Balcarce. 1 Los Orígenes. P. Zubiaurre Coord. Z. Lahitte Ed. Pp: 58-71.

- Flegenheimer, N., C. Bayón y A. Pupio 2006. Llegar a un nuevo mundo. Editorial Antropofagia.

- Quintana, C. 2008. Los fósiles de Mar del Plata. Un viaje al pasado de nuestra región. Ed. Del Espinillo.

- Laboratorio de Arqueología. 2006. Arqueología e historia de los pueblos indios de la región Pampeana. Serie de videos y CD.

- Quintana, C. 2013. La Pequeña Edad de Hielo. El tren del cambio climático 13101850. 96 pp. Ed. Vázquez Mazzini y Fundación de Historia Natural F. de Azara.

- Mazzanti, D. 2006. “Los Pueblos Originarios de las sierras y llanuras orientales”. En: Historia de Balcarce. 1 Los Orígenes. P. Zubiaurre Coord. Z. Lahitte Ed. pp. 73-93.

- Tarragó, M. 2000. 1. Los pueblos originarios y la conquista. Colección Nueva Historia Argentina. Ed. Sudamericana.

- Politis, G., L. Prates y I. Pérez 2009. El poblamiento de América. Arqueología y bioantropología de los primeros americanos. Colección Ciencia Joven 35. Eudeba. - Quintana, C. 1999. Escuelas y Sociedades Indígenas. Análisis de experiencias de extensión sobre la arqueología regional. Grupo de Arqueología Regional Bonaerense y Ente de Cultura de Mar del Plata.

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HISTORIAS MILENARIAS PAMPEANAS / Arqueología de las sierras de Tandilia

Fuente de las ilustraciones Las imágenes que ilustran esta obra fueron generadas por los autores de cada capítulo. Excepto las siguientes que fueron cedidas gentilmente o tienen licencias de uso libre: - Capítulo 6. Corral sierra Alta de Vela: cedida por la doctora Victoria Pedrotta.

- Capítulo 2. Plano: tomado de Tapia A. 1937. Las Cavernas de Ojo de Agua y Las Hachas. Historia geológica de la región de La Brava en relación con la existencia del hombre prehistórico. Boletín de la Dirección de Minas y Geología 43. Buenos Aires. Foto excavación Menghin: tomado de Revista Runa 1950, volumen 3 (partes 1-2). Foto excavación Madrazo: cedida por el Museo de Ciencias Naturales de Lobería Gesué Pedro Noseda. Foto excavación La Moderna: cedida por el doctor Gustavo Politis.

- Capítulo 7. Imagen A: Macías, J. 1930. Arco iris. Ed. Estrada. Imagen B: Imhoff C. y Levene R. 1917. La historia argentina en cuadros para los niños. Segunda edición. Lajouane y Cia. Editores. Buenos Aires. Grupo Yamana: Gusinde, M. 19191924. Los Indios de Tierra del Fuego. Tomo 5 volumen 2. - Capítulo 8. Gabinete de historia natural: licencia CC de J. GonzálezNandín y Paúl, Archivo de la Fototeca de la Universidad de Sevilla. Foto colección: cedida por Oscar Martín. Gesué Noseda: cedida por el Museo de Ciencias Naturales de Lobería Gesué Pedro Noseda.

- Capítulo 3. Lechuza: cedida por Iván Corbacho. Fitolitos y polen: cedida por la doctora Milagros Colobig. Diatomeas: cedida por la doctora Gabriela Hassan - Capítulo 4. Sitio arqueológico: cedida por el doctor Pablo Messineo. Venado: licencia CC de Halley Pacheco de Oliveira. Guanaco: licencia CC de Mary Frances Howard.

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Historias milenarias pampeanas

E

ste libro trata sobre la historia milenaria de las sociedades que habitaron las sierras de Tandilia adyacentes al océano

Atlántico. Las personas que vivieron en esta región antes que nosotros desarrollaron diversos estilos de vida durante 12.000 años. La variedad de recursos del ambiente serrano fue aprovechada para su subsistencia, para el desarrollo de la tecnología y de su vida social y simbólica. Se trata de una larga historia de personas que ya no están y cuyos recuerdos sólo pueden ser rescatados por la labor de la arqueología, la ciencia de la memoria. Los integrantes del Laboratorio de Arqueología Regional Bonaerense de la Universidad Nacional de Mar del Plata relatan en este libro el resultado de sus investigaciones realizadas durante los últimos 30 años.

http://arqueolab.wordpress.com

Diana L. Mazzanti y Carlos A. Quintana / HISTORIAS MILENARIAS PAMPEANAS

ARQUEOLOGÍA DE LAS SIERRAS DE TANDILIA