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P REPARING FOR THE C ONSECRATION OF THE A RCHDIOCESE OF S AN F RANCISCO TO THE I MMACULATE H EART OF M ARY Part 9 THE SUFFERING OF THE THREE LITTLE SHEPHERD CHILDREN of Fatima began almost immediately after the first apparition. The Lady had told them, “You will have much to suffer.”

The Heart of Mary, Peterskirche, Vienna, Austria, by Leopold Kupelwieser (1796-1862)

Stained glass, Our Lady of Fatima Chapel, Pequannock, New Jersey

For Lucia, the suffering began in her own home. Her parents, especially her mother, refused to believe the story about the Lady and scolded and threatened her to give up the story. Her mother, who was religious, believed that she was making up tales about sacred things. She brought Lucia to the parish priest, who tried also to dissuade her from believing such things. Lucia’s father was an irreligious man, who felt that religion was nonsense for women. He was indifferent to the story of the apparition. In the midst of this opposition from her parents and priest and other trusted adults, Lucia was strong and peaceful. The three children offered up these sufferings – the ridicule and incredulity of the adults – as the Lady had instructed them: for the conversion of sinners. They began to offer voluntary sacrifices, as well, going without lunch or water when they were out in the fields with the sheep. All of this was the beginning of their obedience to the vocation of love to which the Lady had invited them.

At the instruction of two visiting priests, they began to pray daily for the Holy Father, Pope Benedict XV, who was suffering greatly and had asked the world for prayers for peace. They added three Hail Mary’s for him to their daily Rosary for peace, which they prayed faithfully in obedience to Our Lady. Meanwhile, the war raged on in Europe, even though the month of May brought a lull in the hostilities, as the Queen of Peace came from Heaven with her message of peace. On the very day of her first apparition, a young papal diplomat named Eugenio Pacelli was consecrated bishop in the Sistine Chapel in Rome. Archbishop Pacelli, the new Papal nuncio in Bavaria, would bring to the German government later in the year the rebuffed offer of peace negotiations of Pope Benedict XV. The same Archbishop Pacelli would become Pope Pius XII, the first pope to consecrate the world to the Immaculate Heart of Mary, in obedience to Our Lady of Fatima! Amidst the darkness of war, there were still so many signs of the triumph of her Immaculate Heart! †

EL SUFRIMIENTO DE LOS TRES PEQUEÑOS PASTORES de Fátima comenzó casi inmediatamente después de la primera aparición. La Señora les había dicho: "Tendréis mucho que sufrir". Para Lucía, el sufrimiento comenzó en su propia casa. Sus padres, especialmente su madre, se negaron a creer en la historia de la Dama y la regañaron y la amenazaron a que abandonara la historia. Su madre, que era religiosa, creía que estaba inventando historias sobre cosas sagradas. Llevó a Lucia con el párroco,

quien trató también de disuadirla por creer en tales cosas. El padre de Lucía era un hombre irreligioso, que sentía que la religión era una tontería para las mujeres. Era indiferente a la historia de la aparición. En medio de esta oposición de sus padres y sacerdotes y otros adultos de confianza, Lucía era fuerte y pacífica. Los tres niños ofrecieron estos sufrimientos -el ridículo y la incredulidad de los adultos- como la Señora los había instruido: para la conversión de los pecadores. Ellos comenzaron a ofrecer sacrificios voluntarios, así como, no tener almuerzo ni agua cuando estaban en el campo con las ovejas. Todo esto fue el comienzo de su obediencia a la vocación de amor a la que la Señora los había invitado. A la instrucción de dos sacerdotes visitantes, comenzaron a orar diariamente por el Santo Padre, el Papa Benedicto XV, que estaba sufriendo mucho y había pedido al mundo oraciones por la paz. Ellos agregaron tres Ave Marías para él en su Rosario diariamente por la paz, la cual oraron fielmente por obediencia a Nuestra Señora. Mientras tanto, la guerra se intensificó en Europa, a pesar de que el mes de Mayo trajo una calma en las hostilidades, ya que la Reina de la Paz vino del Cielo con su mensaje de paz. El mismo día de su primera aparición, un joven diplomático papal llamado Eugenio Pacelli fue consagrado obispo en la Capilla Sixtina de Roma. El Arzobispo Pacelli, el nuevo nuncio Papal en Baviera, traería al gobierno Alemán más tarde en el año la oferta rechazada de negociaciones de paz del Papa Benedicto XV. ¡El mismo Arzobispo Pacelli se convertiría en el Papa Pío XII, el primer Papa en consagrar el mundo a la Inmaculado Corazón de María, en obediencia a Nuestra Señora de Fátima! ¡En medio de la oscuridad de la guerra, todavía había tantos signos del triunfo de su Inmaculado Corazón! †