57 Ceremonia del Ariel DISCURSO DE BLANCA GUERRA PRESIDENTA DE LA ACADEMIA MEXICANA DE CINE Muy buenas noches: La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas les da la más cordial bienvenida a esta gran fiesta en la que se distingue a lo mejor de la producción de cine mexicano e Iberoamericano. Esta noche celebramos y abrazamos a todas las películas nominadas y a los cineastas que las realizaron. Nos alegra muchísimo saber que, en nuestro país, el año 2014 rebasó en número de producciones al 2013: Se realizaron 130 películas. Por segundo año consecutivo, el cine mexicano logró una cuota de mercado de 10% del total de la exhibición en salas en el país. Las películas nacionales registraron 24 millones de asistentes; esto no ocurría desde hace varias décadas, sin embargo en 2013, esa cuota se alcanzó con dos películas y en 2014 logramos esa cifra con ocho títulos. Las grandes entradas (el otro 90 por ciento de asistencia a nuestras salas) sigue siendo para películas estadounidenses. En el contexto internacional, México volvió a estar entre los países con mayor producción cinematográfica. La realización de documentales tuvo un crecimiento significativo, de 30 en 2013, a 45 en 2014. En este género, las mujeres tienen ya una gran presencia como directoras. La participación de las mujeres, en distintas disciplinas de la creación y realización de películas, se ha incrementado del 10% en 2007 al 20% en 2014. Estos datos fueron obtenidos del Anuario Estadístico de Cine Mexicano que presenta el IMCINE y que se ha vuelto una eficaz herramienta. Felicitamos y agradecemos a quienes lo promueven y realizan.
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Saludamos a las Autoridades de la Cultura y de la Cinematografía que hoy, nos honran con su presencia. A ellos expresamos nuestro agradecimiento por el apoyo incondicional que brindan a la Academia. Agradecemos también la presencia de los embajadores de los países cuyas academias enviaron sus películas para competir por el Ariel a la Mejor Película Iberoamericana. El tema de la 57 ceremonia que hoy nos ocupa es la Memoria y Preservación, la salvaguarda de los grandes filmes que conforman la riqueza y la historia de nuestra cinematografía a través de los procesos de restauración. Hasta ahora, la Academia Mexicana de Cine ha venido trabajando con la Filmoteca de la UNAM y su equipo, uniendo esfuerzos en la restauración de películas como La mujer del puerto, de Arcady Boytler, de 1934; El tren fantasma, de Gabriel García Moreno, película silente de nuestro cine, de 1926. El próximo proyecto, ya en proceso para entrar a su restauración, es La barraca, de Roberto Gavaldón, primera película que premió nuestra Academia hace 69 años. Sin duda, debemos buscar mecanismos para recaudar fondos y así llevar a cabo estos costosos, y a veces complicados pero apasionantes procesos, que perpetúan nuestro cine, donde vive nuestro rostro con sus gestos de ayer, de hoy y de siempre, expresando nuestras quejas, nuestros dolores, nuestros sueños de cambio y nuestra certeza del esfuerzo que prodigaremos para alcanzar un digno porvenir para todos. ¿Qué materiales se deben restaurar? Todos, todos los que podamos. Unos, porque son buenos desde ahora. Y otros, porque lo serán. “Una vida sin memoria no es vida”, sentencia Don Luis Buñuel y Rafael Pérez Gay nos recuerda: “…el que olvida, lo pierde todo”.
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La Academia está aquí para defender al cine mexicano, y éste necesita, merece y exige una amplia y extensa distribución y exhibición, y lo gritaremos hasta que las cintas mexicanas dispongan de un espacio digno para ser vistas por los mexicanos. Los exhibidores dicen que respetan el 10% de pantalla como lo dicta la ley cinematográfica. Pero ese 10% es injusto e insuficiente. Esto lo saben todos, todos lo gritan, pero nadie hace nada. En México sólo se exhibe una mínima parte de nuestra producción y el mayor número de salas, las mejores temporadas y horarios los acaparan las películas estadounidenses que, mediante distintas estrategias políticas, publicitarias y de otro tipo, llevan más de 30 años conformando y manipulando el gusto del público mexicano, induciendo así una penetración ideológica, distorsionando nuestra identidad y nuestro sentido de pertenencia. Eso no es justo ni conveniente. No pretendemos imponer a la gente que vea lo que nosotros queremos que vea, pero sí aspiramos a posicionar el cine mexicano en el gusto del público mexicano, mediante una exhibición equitativa, que propicie un verdadero encuentro de ambos. Nuestro país es nuestro mercado natural, donde está nuestro público, a quien va dedicado nuestro esfuerzo y nuestro canto. Hacemos un llamado a las autoridades de gobierno, Instituciones culturales, distribuidores, exhibidores, representantes de nuestra cinematografía, creadores, medios de comunicación y público para que juntos diseñemos las estrategias y políticas públicas que necesitamos para lograr ese objetivo. Sin duda, hace falta voluntad política para lograrlo. El Presidente de la República emitió un discurso ante un grupo de empresarios de la Industria textil y del vestido, exigiendo, con toda razón, equidad en la competencia ante las importaciones. Pedimos que haga lo mismo con nuestra cinematografía.
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Con todo respeto, Señor Presidente, defiéndala igual. El cine es embajador de la cultura de México en el mundo, es una de las más importantes manifestaciones artísticas de nuestro tiempo, y también es una gran fuente de trabajo que, igual que la Industria textil y del vestido, cobija a miles de familias. Nuestra responsabilidad como cineastas, claro está, es la de entregar cada vez mejores resultados, con películas plenas de verdad y sinceridad, convencer a nuestro público y conquistar a otros. Debemos seguir teniendo presencia y reconocimientos en las academias y en los diversos festivales internacionales, como ha venido sucediendo en estos últimos años. Felicitamos desde aquí a los cineastas que, en este 2015, han sido reconocidos en festivales internacionales y por la Academia de Hollywood. Señores, ni en el terreno cultural, ni en el económico y social, se puede permitir más la inequidad y la desigualdad en nuestro país. Es hora de trabajar de manera unida, seria y comprometida para contrarrestar esto. La Academia Mexicana de cine invita a la comunidad cinematográfica y cultural a unirse por la Defensa y el Desarrollo de nuestra Cinematografía y el resguardo de la memoria de nuestro cine. ¡QUE VIVA EL CINE MEXICANO! Y ahora los dejo en compañía de nuestros conductores Regina Orozco y Enrique Arreola. ¡Disfruten de nuestra fiesta!
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