16 - Los signos orgánicos

iridianas, pérdida de sustancia, oscurecimiento de las zonas de los órganos ... en los iris azules y claro luminoso en los iris pigmentarios; luego más adelante.
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Los órganos reflejados en ambos iris poseen cierto paralelismo, pero los órganos representados corresponden al lado del cuerpo donde está el ojo, salvo algunos casos en donde puede presentarse asociación cruzada. Los órganos están relacionados desde la pupila y los representaremos en forma centrífuga, de dentro hacia afuera, aunque acorde a la verticalidad guarda estrecha relación con la posición erguida del ser humano. Existen principalmente cuatro grados patológicos de acuerdo a los signos que observaremos:

1º grado: congénita o hereditario, posee como característica separaciones de las fibras iridianas, pérdida de sustancia, oscurecimiento de las zonas de los órganos afectados tipo uso u ovoide. 2º grado: presenta líneas, bandas, o nubes blancas y/o amarillentas, siendo el resultado de la compresión de las fibras nerviosas y musculares en determinada zona o área. 3º grado: de cronicidad o estado crónico, presenta líneas, manchas y bandas oscuras características en las zonas de determinado órgano afectado. 4º grado: degenerativo, suele observarse en estadios avanzados de la enfermedad y suele ser de mal o pésimo pronóstico. También puede verse por traumatismos y heridas quirúrgicas previas.

Suelen presentarse en el estadio agudo, presentan coloración clara, usualmente blanca o blanquecina y, en el iris poco pigmentado, pueden presentar variaciones de forma y color en períodos a veces cortos. Observaremos por lo general color blanco brillante en los iris azules y claro luminoso en los iris pigmentarios; luego más adelante cambiaran a una coloración más pálida y mate, reflejando la tendencia al estado subagudo o crónico. Suelen estar relacionados con un exceso de función del sistema neurovegetativo. A nivel de la zona ciliar aparecerán realzando la estructura de pequeños vasos sanguíneos radiales.

Existen distintos tipos de signos reflejos:

en un sector determinado del iris, y naciendo de la BNA, se observa un manojo de fibrillas claras y onduladas que siguen el mismo trayecto que las otras fibras de la zona ciliar. Es la observación de una reactividad neurovegetativa exagerada en área de algún órgano tendiendo al exceso de función. Ej: en zona bronquial, se referirá a la bronquitis, tos irritativa y/o abundante expectoración, más frecuente en iris azul y claro, y menos en iris pigmentario u oscuro. Se observan en la imagen dos zonas claras de pelo peinado; una entre las 5 y las 6h y la otra en la parte superior.

presencia de un fino vaso o fibra de color blanco o claro brillante, que destaca sobre el resto en zona ciliar, continua con la radialidad de fibras vasculares ciliares. Se presentan en forma ondulada o recta (con pronóstico algo más desfavorable en este cas). Este signo es de mayor relevancia que la del “pelo peinado”, porque al ser una sola fibra hipertónica exige mayor irritación vegetativa para localizarse claramente visible, lo que implica una hipertonía bien localizada. Es un signo de hiperfunción y puede ser observado como signo acompañante en patologías tumorales o inflamaciones o infecciones crónicas severas.

Una radial vascularizada tiene la misma estructura que una radial normal, pero su coloración es rojiza, dejando entrever que se trata de un vaso ciliar por el cual circula sangre. Este signo indicará una tendencia hemorrágica y/o alguna alteración de la sangre. Suelen observarse con menor frecuencia que las fibras radiales hipertónicas, presentándose con mayor frecuencia en la zona periférica de la zona ciliar.

suele observarse la presencia de una fibra radial que se sale de su trayectoria habitual terminando en su desviación en un sector adyacente. Pueden verse claras como “hilos de plata” (indicarán además una irritación neurovegetativa), o presentar una coloración como el de las fibras iridiales. Pueden además ramificarse formando las radiales en árbol ramificado de peor pronóstico que aberrantes simples. Las fibras que se salen de su trayectoria habitual representan un proceso de adhesión, y las que se salen de su rumbo se adhieren a las fibras contiguas superiores o inferiores a ella y es una señal inespecífica: retracción postquirúrgica hasta un proceso cancerígeno.

Cuando las fibras radiales pierden por totalmente su radialidad, presentan un recorrido en zigzag y transversal, siendo este un signo de peor pronóstico y de tendencia muy inflamatoria o cancerígena, especialmente si se asocia a un signo de lesión y/u pigmentario, mostrando la tríada patológica característica de un proceso canceroso. Todo signo indicativo de una tendencia tumoral, se deberá interpretar como una tendencia y en ningún caso será un diagnóstico de certeza, hasta no ser corroborado con otros estudios clínicos y diagnósticos que lo confirmen.

La zona entre la córnea y la esclerótica presenta una transición de opacidad blanca. Representa el estado de la microcirculación orgánica y escasez de oxígeno. Se localizará en el área superior o cerebral. Suele aparecer entre los 45 y 60 años siendo indicativo de una arteriosclerosis cerebral incipiente. La opacidad será progresiva hasta la esclerótica, haciéndose opaco.

El anillo de colesterol es un depósito de lípidos en la zona corneal. Su presencia denota una tendencia a colesterol elevado e hipoxia crónica. Se sitúa en el segmento circular correspondiente al sistema linfático; estando relacionado con la circulación de los pequeños y medianos vasos. Sera bueno realizar un lipidograma en estos pacientes.

Los copos y el cerco costroso son también signos “en relieve”, agudos y suelen presentar un color blanco brillante en los iris azules, y claro luminoso en los pigmentarios, luego se harán más pálidos y mate, típicos del estado subagudo y crónico.

Los signos estructurales son aquellos que afectan a la estructura del tejido iridial e indicativos de insuficiencia de la función orgánica, y tanto la señal física como su diagnóstico nos mostraran una alteración de la capacidad de funcionamiento de un órgano o sistema afectado.

Son signos de forma usualmente ovalada o lanceolada, causados por la separación de las fibras, las cuales dejan ver en su interior un lecho (lecho lacunar), formado por la capa inferior del tejido del iris. Las lagunas también indican debilidad y pueden evolucionar a criptas. Este signo será uno de los más frecuentes en la observación y como veréis a continuación existen muchos tipos y diagnósticos. En las lagunas tendréis que valorar su contorno, su pigmentación, si toca la BNA, si es abierta o cerrada, si hay vascularización en su interior y si hay presencia de fibras blancas. Si hay fibras blancas en la laguna, es un buen signo, ya que indica que el órgano quiere recuperarse, demostrará una actividad orgánica aguda.

1- Laguna abierta. En este caso, aún no hay una definición de todo el contorno (no están delimitadas), esto nos indica que aún no ha concluido el proceso patológico. Indicará shock brusco en un órgano, hemorragia interna o intoxicación. Nos encontraremos ante un proceso aún activo, agudo. 2- Laguna cerrada. Este signo se debe a la destrucción de la capa, resultando visibles las partes del estroma más profundo. Este tipo de lagunas ya presentan un contorno bien delimitado. Indicará debilidad de un órgano y será señal de trastornos en la nutrición del órgano que afecte. 3- Lagunas numerosas. Indicarán una constitución débil con propensión a trastornos por debilidad. 4- Laguna gigante. Es una gran forma de laguna, que se extiende desde la BNA a la zona ciliar. Suele aparecer en la zona del páncreas e indicará trastornos hormonales y diabetes mellitus. Muchas veces encontrareis lagunas gigantes en la zona de páncreas, tendremos que valorar la presencia de pigmentos pancreáticos (que estudiaremos más adelante) para acabar de tener clara la situación. 5- Laguna con mango o laguna de tallo Veremos que la laguna está unida a un rayo solar que acaba en la BNA. Este signo es habitualmente más frecuente en la zona urogenital, y será predictivo u objetivo respecto de quistes, pólipos e infecciones crónicas como las urinarias recurrentes y cistitis a repetición. 6- Laguna de zapato o laguna doble. Son lagunas que presentan un puente en el centro, adoptando el aspecto de la huella de la suela de un zapato. Normalmente se encuentran en la zona urogenital e indican anemia producida por una función renal deficiente. 7- Lagunas gemelas. Son lagunas que se presentan prácticamente pegadas, indicando una disposición a tumores benignos. 8- Lagunas de teja. Observareis una serie de lagunas que se superponen unas encima de otras a modo de tejas, normalmente suelen ir colocadas de menor a mayor tamaño o escalonadas. Indican formación de tumores que provocan el desplazamiento de los órganos correspondientes a la zona en cuestión. 9- Iris de margarita. Aglomeración de grandes lagunas que ordenadas a lo largo de la BNA, cubren el estroma. Esta forma de iris es muy fácil de ver, ya que llama mucho la atención. Pueden indicar una insuficiencia pluriglandular o diverticulitis. 10- Laguna unilateral. El contorno de estas lagunas solo está definido de un lado, quedando abierta por el otro. Indica procesos degenerativos y de mala nutrición orgánica de origen nervioso o espinal, que afectarán al sector correspondiente a la parte abierta de la laguna.

11-Laguna en forma de medusa. Es una laguna que en su parte periférica se abre en ramificaciones en forma de raíces, mientras que el otro extremo estará adosado a la BNA. Este tipo de signo, lo podemos considerar como una variante de la laguna unilateral. Indicará la existencia de una predisposición a procesos destructivos. 12- Lagunas torpedos. Las características de estas lagunas son sus formas puntiagudas, también son conocidas como lagunas lanceta, pero en este caso son más pequeñas y estrechas. Cuando éstas presionen o penetren en la BNA indicarán un posible tumor estenosante. También se relacionan con una disposición a adenocarcinoma.

13- Lagunas de hoja. Son lagunas de mayor tamaño, las cuales presentan en su cavidad un armazón que nos recuerda a la nervadura de una hoja. Este tipo de laguna también puede tener un gran tamaño, tendremos que buscar su nervadura interna para no confundirla con la laguna gigante. Indicarán trastornos del sistema endocrino. 14- Lagunas de alveolo. Están formadas por una serie de huecos poligonales, separados por los listones superficiales que forman una especie de celdillas. También se denominan lagunas de colmenas, de panal o de abeja. Indican una carga hereditaria del órgano donde esté situada, aunque no es un signo de enfermedad manifiesta en el portador. 15- Lagunas en brote de espárrago. Es una laguna de poca profundidad, que nos recuerda a un espárrago. Esta laguna sale de la BNA, es estrecha en la base y se hace amplia en la periferia. A veces en la punta suele albergar una cripta. Indica debilidad orgánica importante y es más frecuente en la zona de bajo vientre indicando cáncer del cuello del útero y trastornos renales y vesicales (vejiga). 16- Estructura en colador: Es un signo intermedio entre aflojamiento y laguna, y se caracteriza por presentar pequeños agujeros en una zona determinada a modo de colador, y no posee reborde de laguna. Es señal de que el paciente posee debilidad, perdida de la energía vital y cansancio crónico. Suele mostrarse en el área de piel pudiendo observarse en pacientes con SIDA, Lepra, Sífilis y tuberculosis, aunque siempre aparece en estos enfermos ni es característica indispensable. Es un signo no muy frecuente.

De los signos “en hueco”, estas criptas son las de peor pronóstico y mayor morbilidad. Se presentan como pequeños agujeros de forma alargada o de bordes rectos, romboidal, penetrando hasta las capas más profundas del iris, y es característico el color oscuro de la capa uveal o epitelio pigmentario. A diferencia de las lagunas, las criptas pueden aparecer también en zona pupilar, indicando lesiones intestinales o de la mucosa gástrica y son representativas de procesos crónicos, degenerativos y/o de lesiones orgánicas más o menos graves.

Criptas puntiformes: Representan una lesión orgánica incipiente. Asemejan ser agujeros en el estroma ya que son pequeños puntos oscuros y las observaremos como pequeños puntos localizados en los aflojamientos de las fibras en los iris azules o claros. Criptas en lanceta: De la misma forma que las lagunas en lanceta, agregaran un plus de sospecha de malignidad o mayor gravedad en la lesión. Criptas pigmentadas: Son señal de acumulación tóxica en la lesión estructural orgánica Presentando dichas manchas toxémicas en el reborde de la cripta.

En algunos sectores las fibras se separan formando ondulaciones haciéndose el tejido más laxo de lo habitual, siendo similar al signo de “pelo peinado” pero en este caso el aflojamiento no presenta la hipertonía vegetativa (de color claro) y el color del iris parecería desvanecerse en dichas zonas como un signo un poco más oscuro que el color base del iris. Este signo es el primer paso de debilidad y en la medida que empeore el estado ira conduciendo hacia una laguna. Si va oscureciéndose, esto indica tendencia a la cronificación y el mismo es pigmentario será por acumulación de toxinas. Podemos interpretar en líneas generales a los aflojamientos como una insuficiente eliminación de tóxinas generalmente por uno o más órganos, o zonas débiles, o funciones debilitadas e insuficientes.

Son esencialmente un signo de toxemia. Se presentan como rayos de una rueda de bicicleta, escarbados en la estructura del iris, orientados hacia la zona pupilar o viceversa de la corona hacia la periferia. Se ven con mayor frecuencia en el cuadrante superior e indican en general una alteración en la función digestiva (reborde pupilar, donde se originan) afectando a un sector u órgano determinado, frecuentemente en la cabeza. Son en realidad huellas o senderos por los cuales se van abriendo paso las toxinas digestivas hacia los diferentes órganos, sobrecargándolos, como si fueran tuberías de drenaje de toxinas hacia otras zonas u órganos. Existen dos tipos de rayos solares : los mayores y los menores, según si se inician en el borde pupilar o en la corona nerviosa. Tendremos que valorar su coloración, número, regularidad, profundidad, longitud, presencia de otros signos y el posible entrecruzamiento con anillos nerviosos.

Rayos solares mayores. Este signo es muy común en la población y la presencia de uno o dos rayos solares mayores, no necesariamente indicaran problemas importantes. Son de importancia patológica mayor que los menores y se caracterizan por nacer en el borde pupilar dirigiéndose hacia la periferia a través de la corona nerviosa, rompiéndola, lo que puede significar una alteración neurovegetativa. Rayos solares menores. Inversamente a los mayores, estos nacerán en la corona nerviosa y son sugestivos de sobrecarga toxica, pero en este caso, sin alteración neurovegetativa.

Algunas características de los rayos pueden empeorar un pronóstico:

Longitud: si el rayo solar rompe la corona nerviosa y si llega hasta el borde periférico, indica que existe un desequilibrio de elevada cronicidad y que seguramente ha producido una alteración alguna lesión del tejido. Profundidad: son rayos excavados y por lo tanto no solo representan una carga toxémica sino que además se los puede considerar como signo de insuficiencia, y si además es muy profundo indicará también una lesión en el tejido del sector u órgano. Número: a mayor cantidad de rayos solares, mayor relevancia en la diagnosis, sin embargo no suelen superar 10 u 12 en cada iris. Se podría considerar normal (o habitual) la presencia de hasta 4 rayos solares de no mucha profundidad. Coloración: van desde la tonalidad clara o blanca, hasta el negro degenerativo, pero por lo general su coloración es oscura siendo estos signos excavados. Regularidad: si presentan una trayectoria radial, el pronóstico será mejor que si son curvos en sentido radial. Entrecruzamiento con anillos nerviosos: los anillos nerviosos añaden una tendencia a alteraciones neurovegetativas y espásticas. El entrecruzamiento empeora la diagnosis entre un signo y el otro, siendo las zonas de mayor riesgo aquellas en donde se produce el entrecruzamiento entre rayos y anillos, y es también una señal de ubicación. Presencia de otros signos extra: es señal de deficiencia y lesión estructural si los rayos solares contienen además lagunas o criptas en su interior; así mismo de aparecer otro signo que se asocie a estos, incrementara el valor diagnóstico de los rayos con el de cualquier signo extra.

Sector afectado: usualmente se presentan en la zona de la cabeza, pero un valor diagnóstico peor es si inusualmente aparecieran en otros sectores. Estas personas suelen padecer migrañas, falta de concentración, malhumor, desgano, irritabilidad e insomnio, debido seguramente a los los malos hábitos digestivos que el paciente lleva a diario y desde hace tiempo.

Es un signo muy frecuente, y no necesariamente está relacionado a enfermedad, salvo que existan otros datos clínicos o que se asocie con otros signos patológicos. La presencia de muchos anillos nerviosos, sugerirá la tendencia nerviosa del paciente generalmente por un aumento de tono del sistema nervioso simpático; estos suelen ser personas intranquilas y con problemas de tipo espástico. Aparecen en forma de anillo con sus fibras abiertas en dirección anular como círculos concéntricos totales o semicírculos, generalmente en la parte periférica ciliar y en los cuadrantes inferior y externo de cada iris, relacionado con los sectores abdominales (hígado, genitales, riñones, etc.). Los anillos nerviosos presentan una reactividad nerviosa directa con estructuras superiores del cerebro y son un signo de tipo funcional, y sin lesión orgánica, salvo haya otro signo estructural extra. En relación a las constituciones, los anillos nerviosos son un signo típico de los tipos neurógena y tetania larvada.

Anillos espasmódicos Son líneas anulares claras u oscuras que indicarán trastornos espásticos y circulatorios.

Anillos espasmódicos ovalados Son anillos de forma oval e indicarán advertencias apopléticas.

Anillos espasmódicos descendidos Estos anillos se hunden, indicándonos un descenso del órgano afectado.

La existencia de 1 o 2 anillos indicará espasticidad leve - moderada; 3 o 4 espasticidad moderada - severa y en número superior o igual a 5 será una tendencia espástica severa seguramente con cuadros clínicos asociados importantes.

Pueden aparecer con una coloración blanca, o clara, o bien más oscuros, debiéndose en este último caso a una acumulación de pigmentación tóxica básica del iris, por una disfunción vegetativa crónica; y en el caso de ser muy oscuros, es que el proceso de exceso de energía vegetativa es ya demasiado crónico produciendo alteración del tejido.

A mayor irregularidad, mayor tendencia espástica, por lo que encontraremos anillos nerviosos irregulares y muy irregulares, y otros más cortados, que pueden no estar centrados respecto a la pupila.

A mayor profundidad, mayor cronicidad, y por lo tanto mayor afectación del tejido.

A mayor fragmentación, mayor número de zonas afectadas. Es de peor pronóstico, indicando una tendencia a la desorganización de la energía neurovegetativa si estos son numerosos y muy fragmentados; las patologías se ubicaran en las zonas donde éstos empiezan o acaban.

Tendremos en cuenta la existencia también de otros signos iridológicos: reflejo pupilomotor, reborde pupilar (anillo de neurastenia), anillo gástrico y corona nerviosa, con el fin de valorar el grado de espasticidad o de exceso de energía neurovegetativa, La convergencia, por ejemplo, entre un anillo y un rayo, que suele indicar un proceso inflamatorio y dolor intenso.

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Director del Curso: Dr. Claudio Estève Presidente Honorario de la Asociación Naturista de Buenos Aires. Ex Médico panelista del programa "Sin Dolor" de Utilísima Fox 2010/12 - Premio "Martin Fierro" 2011 / Nominado 2012. Conductor del programa “Biocultura (lr21.com.uy)

y Salud”

Miembro de la Unión Vegetariana Internacional (IVU) Licenciado en Medicina, Alicante, España (COMA.ES) Miembro de la Red Latinoamericana de Fitomedicina

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