Capítulo 2. Los Hechos Estilizados del Desarrollo Económico Un hecho estilizado es una regularidad empírica que la teoría debe tratar de explicar. Así, la idea de “hecho estilizado” resulta muy interesante puesto que se refiere a cuestiones empíricas que inspiran el razonamiento teórico. Los hechos estilizados permiten construir, refutar y reformular hipótesis diversas1. Es también un instrumento metodológico que permite poner en la mesa de discusión el objeto mismo de las disputas teóricas. La teoría no es sino la manera en que diferentes observadores miraron e interpretaron hechos estilizados. El objetivo de este capítulo es presentar y discutir algunos de ellos. No todos responden a una causa única ni siquiera a un grupo de causas fácilmente identificables. A veces existen posturas divergentes acerca de las razones que los provocan o que los sustentan. Cuando existen disputas teóricas de esta naturaleza, se buscará resumir las posturas divergentes y se explicarán las razones que subyacen a la defensa de una u otra de tales posiciones. Pero antes de entrar en tema es necesario realizar algunas precisiones conceptuales. Dado que el Capítulo 3 está enteramente dedicado a tratar la definición de “desarrollo” basta aquí acercar una idea más bien intuitiva de su significado. En este sentido, probablemente todos los autores estarían de acuerdo en definir al desarrollo como el proceso de ampliación de las capacidades de las personas: capacidad para producir más, para aumentar el bienestar material, para vivir más y mejor, para comunicarse, para participar en la vida comunitaria, etc. En consecuencia, el estudio del desarrollo, la Economía del Desarrollo, se ocupará de analizar los progresos de la humanidad en esas dimensiones y de explicar las razones de por qué tantas personas en el mundo no han logrado todavía acceder a las capacidades ampliadas disponibles. Un punto que debe quedar muy en claro desde ahora es que el desarrollo es un fenómeno multidimensional y que si bien aquí se lo aborda desde una perspectiva (podría decirse) más “económica”, es conveniente ser precavido y no descuidar las otras dimensiones que lo definen.
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La idea de “hecho estilizado” fue usada por primera vez en el trabajo de Kaldor (1961), en el que lista 6 hechos que a su juicio la teoría del crecimiento debería ser capaz de explicar.
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Se ha organizado este capítulo de la siguiente manera: en la próxima sección se listan los hechos estilizados fundamentales relacionados con algunas dimensiones básicas del desarrollo y se proporciona una breve explicación de cada uno de ellos. Las secciones que siguen (hasta la 2.8) se ocupan de aportar evidencias más específicas y profundas para formarse una idea del estado de la cuestión en el mundo en general y en la Argentina en particular. En la sección 2.9 se ensaya un ejercicio de interacción entre las dimensiones analizadas en las secciones precedentes y se discuten, en torno a ellas, algunas hipótesis que serán tratadas con mayor detalle en algunos de los capítulos posteriores. 2.1. Siete hechos fundamentales De ninguna manera el listado que sigue pretende agotar la temática de los temas que se discuten en la teoría del desarrollo, sino se trata más bien de una agenda de trabajo, de tópicos a los que la literatura económica le ha dedicado unas cuantas (muchas) páginas hasta el momento de redacción de estas notas. Hecho 1. El ingreso per cápita aumentó a lo largo del tiempo. El bienestar material potencial2 de una buena parte de la población mundial aumentó de manera notoria y ostensible desde que se cuenta con datos medianamente confiables. Dicho de otra manera, el “progreso” o “bienestar” de las personas, medido a través del ingreso per cápita, fue ostensible, al menos durante los últimos 50 años. Hecho 2. Los logros fueron heterogéneos entre regiones, entre países dentro de las regiones y entre sectores sociales dentro de los países. El aumento del ingreso per cápita no fue de ninguna manera parejo. Algunos países aumentaron más que otros sus ingresos per cápita. Aunque hay un grupo de economistas que sostienen que los niveles de bienestar, medidos por el ingreso per cápita, tienden a converger a lo largo del tiempo, y proporcionan razones teóricas sensatas de por qué puede llegar a esperarse esto para los años que le esperan transitar a la humanidad. Hecho 3. Aumentó la longevidad (cayó la mortalidad). La longevidad se extendió ostensiblemente. Este progreso, medido por la esperanza de vida al nacimiento y a 2
Se dice “potencial” para enfatizar que no siempre el fruto de una productividad más elevada fue captado por la población y transformado en aumentos de productividad. Algunos países aumentaron el ingreso más que otros (ver Hecho 2) y algunos sectores sociales se vieron más favorecidos que otros por el aumento de la productividad.
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diferentes edades del ciclo de vida individual, se dio por la retracción de la mortalidad infantil y, dentro de ésta, por la mortalidad post-neonatal, entendiéndose por tal la correspondiente a niñas y niños entre 1 mes y 11 meses de vida3. Hecho 4. Disminuyó la fecundidad. La fecundidad descendió marcadamente. El número promedio de hijos por mujer cayó en casi todos los países que experimentaron cambios económicos y sociales durante los últimos decenios, pero ese descenso se dio unas décadas después del ascenso de la esperanza de vida. Hecho 5. Cambió el tamaño y la estructura por edad de la población. Como consecuencia de los dos hechos comentados anteriormente (caída de la mortalidad primero, disminución de la fecundidad después) e ignorando —al menos transitoriamente— los desplazamientos territoriales (migraciones), la tasa de crecimiento de la población en muchos países se situó en un nivel cercano a cero. Si se sigue el derrotero temporal de esta variable, se observa que esta tasa aumentó primero y descendió después, para estabilizarse en un nivel bajo. Muchos países parecen aproximarse al estado estacionario. Estos cambios en el ritmo de crecimiento
de
la
población
generaron
el
fenómeno
conocido
como
“envejecimiento poblacional”, que tiene muchas y muy importantes consecuencias para el funcionamiento de la sociedad, principalmente en su dimensión económica. Hecho 6. Se produjeron transformaciones en la estructura productiva y el empleo. El progreso material estuvo acompañado de un cambio en la estructura productiva y en la estructura del empleo. Los países avanzaron desde una estructura productiva centrada en la producción de bienes primarios hacia una estructura productiva con fuerte contribución de los servicios. En el intermedio tuvo un crecimiento muy importante la producción manufacturera. La estructura del empleo acompañó esos cambios. Se verificó un aumento considerable de la participación de las mujeres en las actividades económicas remuneradas y una leve retracción de la participación económica de los hombres. Aumentaron los salarios, se redujeron las horas trabajadas y mejoraron las condiciones laborales, a pesar de lo cual, en muchos países persisten déficit importantes de lo que la Organización Internacional del 3
Esta es la etapa de la vida en que el ser humano tiene su primer contacto directo con la naturaleza. Al dejar de alimentarse con leche materna entra en contacto con los alimentos y con diversos objetos. El “blindaje” que en este sentido le proporcionaba su madre no está más y ahora es más vulnerable.
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Trabajo ha llamado Trabajo Decente. En muchos países se verifica una fuerte incidencia de trabajo infantil y adolescente, y de población que no trabaja ni busca trabajo por problemas de nutrición. El cambio tecnológico trajo aparejado aumentos del desempleo, y a pesar del aumento en el nivel educativo de la población en general y de la ocupada en particular, el cambio tecnológico sesgado hacia las calificaciones provocó la subutilización de la mano de obra disponible, lo que en algunos países se tradujo en inserción laboral de población en empleos de baja calidad. Hecho 7. Persiste la pobreza y aumentó la desigualdad de activos e ingresos. A pesar del aumento en el bienestar material promedio, buena parte de la población mundial vive en condiciones de pobreza. No toda la población se benefició (y no todos los que se beneficiaron lo hicieron de manera pareja) de los cambios registrados en el ingreso por habitante. Muchos habitantes de los países menos desarrollados quedaron fuera del proceso de cambio estructural. La pobreza está estrechamente ligada a la desigualdad de activos y riquezas, y al crecimiento económico. En muchos países se observan sectores sociales con diferentes posibilidades de acceso a los beneficios del crecimiento y del desarrollo. 2.2. El aumento heterogéneo del ingreso per cápita Los hechos 1 y 2 aluden al crecimiento del producto per cápita. El primero, a su nivel; el segundo a las diferencias entre los países. El aumento del ingreso per cápita es un fenómeno reciente en la historia económica mundial. Podría decirse que comenzó con virulencia a partir de la segunda postguerra. Claro que los primeros síntomas del fuerte crecimiento de la productividad y de los ingresos que algunos autores llaman “crecimiento económico moderno” habrían de comenzar luego de la Revolución Industrial4. En el Cuadro 1 se muestra que entre 1820 y 1998 aumentó no sólo el producto por habitante de los cuatro continentes considerados (Hecho 1), sino también su dispersión (Hecho 2): los países más ricos se hicieron más ricos que los que comenzaron siendo más pobres, con una tendencia más pronunciada a partir de los años 1950.
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Como veremos un poco más detalladamente en el Capítulo 5, es posible segmentar este período de expansión del capitalismo en dos grandes tramos temporales: 1820-1870 y 1870-1913.
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*Cuadro 1* En la Argentina, durante los últimos 60 años (período 1950-2009), el Producto Bruto por habitante se multiplicó por 2,2, lo que arroja una tasa promedio del 1,4% por año, un crecimiento por demás modesto si se lo compara con el 2,8% de Brasil, el 2,5% de Chile y más aún el 4,1% de Japón y aún del 2% de los Estados Unidos. Los productos de estos países se multiplicaron por casi 5 (Brasil) y por 10 (Japón) desde 1950. Debe tenerse en cuenta que este dato incluye la década de 1980, muy complicada para Argentina, con una caída cercana al 2% por año. Sin embargo, durante el período hubo en América Latina experiencias más desalentadoras que la de Argentina, tal es el caso de Bolivia. Además, la década de 1980 parece haber sido dura incluso para los países que crecieron más rápidamente. Lo dicho en el párrafo anterior puede constatarse en el Gráfico A.1, donde se muestra esta evolución de la Argentina y se la compara con la de otros países de América Latina que comparten vecindad espacial. Se aprecia allí que Argentina fue, durante muchos años, el país con el nivel económico relativamente más alto de los incluidos en el gráfico, siendo superado sólo recientemente por Chile. Una característica del PBI de Argentina es su gran volatilidad, lo que hace que el promedio del período no sea una medida representativa del bienestar promedio de la población, fuertemente afectado por las fluctuaciones de corto y mediano plazo. De los cuatro países incluidos en el gráfico, sólo Bolivia permaneció en un nivel de bienestar material similar al registrado al comienzo del período de observación. Es decir, el ciudadano medio boliviano tenía en el año 2009 un bienestar similar al que registraba un ciudadano promedio de ese país en el año 1950. Si se deja a un lado a Bolivia, las otras tres economías incluidas en el gráfico dan cuenta de un importante crecimiento. El crecimiento de Brasil comienza a fines de los años 60, y el de Chile a fines de los 70, siendo este último llamativamente más vigoroso y con perspectivas de perpetuarse. Como resultado de estas dispares tasas de crecimiento, la situación relativa de los países cambió de manera rotunda. Mientras que en el primer quinquenio de los 50 la diferencia entre Argentina y Chile era de 1,6 (favorable a Argentina), en el quinquenio de 2000-04 la diferencia cambió a 0,9,
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favorable a Chile. Algo similar ocurrió con Brasil, aunque se mantiene todavía la diferencia a favor de Argentina. Noruega, Islandia y Australia (NIA) no estaban lejos de Argentina a principios de la década de 1950, a juzgar por sus ingresos per cápita. Pero, durante más de 50 años esos países se dedicaron a crecer de manera inexorable, lo que contribuyó seguramente, a que en la actualidad sean los países que ocupan los primeros lugares del mundo medidos por indicadores diversos entre los que se encuentran el Índice de Desarrollo Humano (IDH). En el Gráfico A.3 se presenta la información que permite comparar la situación de estos tres países con la de Argentina. La pregunta que emerge de manera casi obligatoria es: ¿por qué Argentina no pudo crecer como NIA partido de un punto común? Debe notarse que a principios de la década del 50 la diferencia con Noruega era de 1,7, mientras que hacia 2009, se había ampliado a 3,6. Pero la situación de los países que se esforzaron por crecer y lo lograron, contrasta con la de otros que, como Mali, Sierra Leona y Niger (MSLN), están en los puestos más bajos del ranking de desarrollo mundial. Comparados con estos países, el crecimiento económico Argentina parece vigoroso y promete un futuro muy próspero a las generaciones futuras (Gráfico A.4). Este hecho ilustra a las claras el carácter relativo de las evaluaciones del desarrollo y el por qué algunos autores dedicados a estos temas ubican a la economía Argentina en una situación intermedia en el nivel de desarrollo mundial. También alerta acerca de la importancia del crecimiento económico para alcanzar niveles de bienestar más elevados y con perspectivas de mejoras en el plazo más largo. Nótese que MSLN, no sólo no crecieron en términos económicos, sino que su producto per cápita en 2009 es en algunos casos menor que el que registraron en 1950, a pesar del crecimiento de su población y de los conocimientos que le permitieron a la humanidad alcanzar niveles insospechados de bienestar material, si se observa la situación desde hace sólo un poco más de medio siglo. Como analizaremos en el capítulo 5 de estas notas, alrededor de los hechos descritos en los párrafos precedentes se estructuran no sólo la teoría de crecimiento económico, sino también lo que se ha dado en llamar la teoría clásica del desarrollo.
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2.3. Los progresos en la esperanza de vida Como se dijo antes, el concepto de “bienestar” es multidimensional, por lo que el análisis de su evolución requiere incorporar otros indicadores, además del ingreso por habitante, siendo este requerimiento todavía más acuciante en los países que muestran un ingreso per cápita muy bajo como MSLN. La esperanza de vida al nacimiento es uno de esos indicadores, y muestra el número promedio de años que vivirá una persona, nacida en un lugar y en un momento determinado. Este concepto de longevidad no se debe confundir con el de longevidad potencial que alude más bien al máximo número de años que un ser humano puede vivir y que se cree que sobrepasa en la actualidad los 110 años. A diferencia de éste, la esperanza de vida nos informa de la longevidad efectiva: el número de años que, en promedio, efectivamente vive una persona. La esperanza de vida al nacimiento viene aumentando desde que se disponen de datos fiables. Así, en el Egipto romano entre los años 33 y 258 a. C., una persona vivía aproximadamente 24 años, cifra similar a la de Inglaterra entre 1300 y 14255. Datos franceses provenientes de estudios de reconstitución familiar estiman para 1749-59 una esperanza de vida de 24,8 años y para 1820-50 (fecha aproximada en que comienza a producirse la transición demográfica) de 38,8 años. En el período que va de 1950 a 2000 la esperanza de vida al nacimiento mundial aumentó en más de 18 años. Esto quiere decir que un niño que nacía en 1950 tenía en promedio una esperanza de vida aproximada de 46 años; mientras que uno que nacía en el año 2000, tenía una vida media esperada de 65 años. Las diferencias entre regiones del mundo son igualmente sorprendentes, llegando en algunos casos a más de 20 años. En el año 2000, África tenía una esperanza de vida de 50 años, mientras que Europa había alcanzado ya los 73 años y América Latina 69. A nivel de países las diferencias son aún más marcadas. Hacia fines de la década de 1990 Ruanda registraba una esperanza de vida de 35 años y Burundi de 39 años, mientras que Japón había superado los 82 años, Suecia los 80, y la Argentina los 74 años. La esperanza de vida de Ruanda es la que se registró en 5
Los datos de Egipto romano provienen de los censos romanos, mientras que los de Inglaterra de registros financieros.
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Inglaterra a principios del siglo XVIII (1726-51) y la de Burundi hoy, es similar a la de Inglaterra a principios del siglo XIX. Por su parte, a pesar de lo avanzado que parece el valor de Argentina al compararlo con Ruanda y Burundi, es un nivel comparativamente bajo, similar al que arrojaba Noruega en el primer quinquenio de los años 50. En el Gráfico A.5 puede verse la evolución de este indicador a lo largo de los últimos 50 años, como así también la situación de Argentina en relación con sus vecinos. En el Gráfico A.6 se muestra información similar, pero se compara Argentina con los tres países más avanzados del mundo, y en el Gráfico A.7 con los menos avanzados. Recientemente, la Organización Mundial de la Salud advirtió acerca de un fenómeno muy analizado ya, pero presente en la actualidad. Las diferencias de mortalidad o longevidad entre grupos o sectores de la sociedad. Esto es, si se estratifica a la sociedad por nivel socioeconómico, por etnias o por áreas geográficas internas, se encuentran diferencias sorprendentes y, lo que es más llamativo aún, disparidades que son independientes del nivel de desarrollo alcanzado por el país a nivel mundial. Por ejemplo, la esperanza de vida de indígena australiano varón es 17 años menor que la de otro australiano varón; o bien, en el área Calton de Glasgow, la esperanza de vida promedio es de 54 años, comparada con los 82 años de Lenzie. Entre ambos lugares sólo hay unos pocos kilómetros de distancia (Stevenson, 2008). La esperanza de vida al nacimiento es simplemente una medida resumen del número promedio de años que se espera vivan las personas en un momento del tiempo y en un área geográfica determinada. Permite saber si la gente vive hoy más que antes, o si en el país A más que en el B, pero ningún caso informa acerca de cuánto mejor o peor es esa existencia, de la calidad de vida. Pero a pesar de eso, la prolongación de la longevidad es un avance, siempre bajo el supuesto simplificador (pero no disparatado) de que la gente prefiere vivir más a menos. Como dijimos para el caso del crecimiento, las tendencias observadas en la esperanza de vida generaron un fuerte y acalorado debate acerca de las causas que, al menos en principio, podrían haber desatado el aumento de la longevidad: ¿fueron los descubrimientos científicos de la medicina originados a partir de la
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“teoría del germen”?; ¿fue el aumento de la productividad y de los ingresos que la Revolución Industrial puso a disposición de la gente y que el Estado de Bienestar se encargó de distribuir un tanto más igualitariamente entre la población?; ¿o fueron quizá los avances en la salud pública que pusieron los descubrimientos científicos al servicio del hombre? 2.4. La caída de la fecundidad La fecundidad se refiere a la procreación efectiva de la población y la forma más común de medirla es a través de la tasa global de fecundidad, que alude al número de hijos que en promedio tuvo cada mujer al completar su ciclo reproductivo. Cuando se habla de “procreación efectiva” se trata de diferenciar la fecundidad de la fertilidad. Este última alude a la procreación potencial, esto es el número máximo de hijos que una mujer podría tener a lo largo de su ciclo vital de no mediar control de su fecundidad. Estos temas se tratarán con mayor detalle en el Capítulo 5 al hablar del cambio demográfico ocurrido en el mundo. La fecundidad ha disminuido en todos los países del mundo, pero esa disminución tuvo lugar a ritmos diferentes lo que genera hoy a grandes disparidades entre los países. Otro hecho a destacar es que la caída de la fecundidad se dio tiempo después de que se redujera la mortalidad, adjudicándosele, por ello, un importante rol en el fuerte crecimiento demográfico que tuvo lugar especialmente en los países con menor nivel de desarrollo relativo. A diferencia de lo que ocurre con la prolongación de la esperanza de vida, una menor fecundidad no es vista por todas las personas como un fenómeno necesariamente bueno y deseable, lo que complica las cuestiones relacionadas con la política pública. Las diferencias de opinión son muy marcadas y tienen un importante componente religioso y moral. Se quiere resaltar con esto que con la fecundidad no existe consenso en cuanto a la dirección deseada de la tendencia. Lo que es un hecho indiscutible es que la fecundidad bajó, que lo sigue haciendo, que en los países con menor ingreso per cápita la fecundidad es más alta, y que la diferencia se debe a su componente no deseado6.
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Hay muchas encuestas que indagan acerca de la fecundidad no deseada. Esto lo hacen combinando preguntas acerca del número de hijos tenidos y el número de hijos deseados, siempre
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En el Gráfico A.9 puede apreciarse cómo evolucionó la fecundidad en Argentina y en tres países de América Latina que comparten vecindad geográfica: Bolivia, Brasil y Chile. En el Gráfico A.10 se hace lo propio con los tres países más desarrollados del mundo: Noruega, Islandia y Australia (NIA); mientras que en el Gráfico A.11 con los países menos desarrollados (MNSL). Por último, en el Gráfico A.12 se procede a comparar Argentina con Estados Unidos y Japón. De tales comparaciones surgen otros hechos estilizados además del más general de todos y que alude a la reducción de la fecundidad media mundial. En primer lugar puede verse que la fecundidad argentina ya era muy baja al inicio del período considerado: 1950. A partir de ahí no experimentó cambios marcados. Además puede verse Chile se ubicó con Brasil, entre los países con más baja fecundidad de todos los comparados en el Gráfico A.9. También puede decirse que a pesar del aún persistentemente elevado nivel actual de la fecundidad boliviana, hubo una convergencia en los niveles de fecundidad de la Región. Por último, pero no menos importante, la caída parece ser inexorable (y esto vale no sólo para América Latina sino para el resto de los países). Si bien la Argentina aparecía en el Gráfico A.9 como un país con una fecundidad relativamente baja, no es lo que surge al compararla con los países más desarrollados del mundo: NIA (Gráfico A.10) y menos aún si se la compara con el nivel de Japón (Gráfico A.12). En Noruega se aprecia un proceso de recuperación ocurrido a lo largo de la década de 1980, luego de que el descenso verificado entre 1960 y 1980 había acercado su nivel de reproducción por debajo del necesario para el reemplazo generacional (alrededor de 2 hijos por mujer). Algo similar ocurrió en Islandia en la segunda mitad de la década de 1980. Por último, la tendencia de la fecundidad argentina hace prever una posible convergencia con el nivel alcanzado por los países con los cuales se la compara en el Gráfico A.10. Estos países, indudablemente, convergieron hacia un nivel bajo de fecundidad, fenómeno que pudo observarse también entre los países latinoamericanos comparados previamente.
a mujeres que completaron su período fértil. Lo curioso es que, al parecer, no existe dispersión en las tasas de fecundidad deseada (muy cercana a 2 hijos por mujer) y que toda disparidad se explica por la fecundidad no deseada.
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Esta convergencia no es muy clara en los tres países menos desarrollados del planeta: MSLN. En el Gráfico A.11 se muestra la evolución de la fecundidad en estos países y se incluye a la Argentina. Como puede verse ahí en MSLN la fecundidad no ha disminuido en los últimos 50 años, o lo ha hecho de manera prácticamente imperceptible. Además en Níger la fecundidad actual es incluso mayor que la registrada a principios de la década de 1950: las mujeres nigerianas tienen en promedio 7 hijos a lo largo de su vida reproductiva. 2.5. El crecimiento y la estructura de la población Hay dos maneras de aproximarse al crecimiento demográfico: directamente, analizando el aumento de la población, o indirectamente, atendiendo a los componentes de esa transformación: la fecundidad, la mortalidad y las migraciones. Desde esta última perspectiva y concentrados sólo en el crecimiento vegetativo (fecundidad y mortalidad), la evidencia disponible sugiere la mortalidad comenzó a descender antes que la fecundidad, aproximadamente en el año 1820. Mientras la fecundidad se mantuvo sin cambios el crecimiento demográfico provocado por el descenso de la mortalidad fue muy fuerte. La caída de la fecundidad comenzó a hacerse efectiva en Europa recién a principios del siglo XX y menguó, en cierta forma, ese ritmo de progreso de la población. Estas tendencias de largo alcance pueden inferirse de la información de países europeos (Francia, Inglaterra, Suecia, entre otros) en lo que se hicieron ingentes esfuerzos para estimar el valor de estos útiles indicadores. Los cambios en la fecundidad y la mortalidad no sólo impactaron en el tamaño de la población y en su ritmo de crecimiento, sino también en su composición por edades. En América Latina, por ejemplo, la fecundidad comenzó a descender recién a mediados de los años 70. Del 2,7% anual medio de crecimiento registrado para la década del 60, se pasó al 1,7% durante los 90. Como en todo proceso de transición demográfica, la caída de la mortalidad precedió a la de la fecundidad y los cambios en ambas variables se dieron a mayor velocidad que la registrada en los países de Europa durante el siglo XIX y mediados del XX. En lo que hace a la composición por edades, el descenso de los niveles de mortalidad, fecundidad y de la consecuente caída de la tasa de crecimiento, se
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tradujo en un aumento importante la proporción de población de edades más avanzadas. Este es el proceso conocido como de “envejecimiento demográfico”, conducido desde la cúspide de la pirámide por una prolongación de la longevidad promedio, y desde la base de dicha pirámide por la reducción de la fecundidad. Este fenómeno puede ser cuantificado calculando la tasa de crecimiento de la población de 60 y más años de edad, o bien la edad mediana de la población7. Los gráficos A.13 hasta A.16 fueron construidos con el propósito de dar cuenta de este proceso en el mundo y en América Latina y el Caribe. En el primero de esos gráficos se muestra la evolución de la edad mediana de la población desde 1950 a 2010. En varios países se aprecia un descenso primero y un aumento monótono luego, desde 1965 aproximadamente y hasta el final de la observación. Para analizar el envejecimiento de la población puede verse que en 1950 la edad mediana de la población en la Argentina era 10 años menor que la observada al concluir la primera década del presente siglo. Comparando los gráficos puede verse también que los países de la Región muestran un nivel de envejecimiento ostensiblemente más bajo que los países más desarrollados (NIA), y que se encuentran mucho más envejecidos que los países menos desarrollados del planeta (MNLS). Además si bien se observa lo antedicho en cuanto a la velocidad de crecimiento del proceso de envejecimiento, esta fue marcadamente menor que la registrada, por ejemplo, en Japón. Además, si bien puede hablarse de una convergencia de los niveles de envejecimiento de los países de la región, esto dependerá de qué países se comparen. Por ejemplo, cada vez se parecen más Argentina, Brasil y Chile, pero la diferencia entre Chile (el más envejecido del gráfico) y Bolivia era en 2010 más elevada que la registrada en 1950. El envejecimiento biológico es irreversible, lo que no ocurre con el envejecimiento demográfico. Nótese que algunos de los países menos desarrollados del mundo experimentaron un rejuvenecimiento de sus estructuras demográficas. También en los países más avanzados en la transición demográfica puede apreciarse que hay un tramo descendente de la edad mediana, al que le sigue el aumento monótono. Esto 7
Esto para simplificar y mencionar sólo dos de los indicadores de envejecimiento más usados.
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tiene que ver con la secuencia de los cambios en la mortalidad y en la fecundidad: primero cae la mortalidad, se dijo, pero a esa caída precede la reducción de la mortalidad infantil. Entonces, hasta que esa cohorte de mortalidad menor llegue a los sectores más alto de la pirámide (mayores de 59 años para ser más preciso), la edad que separa los de 0-59 años de los 60 y más será más baja cuanto más baja sea la mortalidad infantil. El envejecimiento puede analizarse también consultando cómo cambia la estructura por edades de la población. Las pirámides dibujadas en los gráficos A.17 a A20 dan cuenta de este fenómeno. Se muestran allí las pirámides del Mundo y la correspondiente a la Región de América Latina y el Caribe. El proceso, cuyo avance es inexorable, se dio con cierta similitud en estos dos agregados demográficos. La importancia creciente de los adultos mayores y la importancia decreciente de las niñas, niños y adolescentes en el total de la población quedan de esta manera completamente evidentes. Dentro de la Región los países que enfrentan con mayor urgencia los desafíos que impone el envejecimiento demográfico son Uruguay, Argentina y Chile (Gráfico A.15). Si bien el nivel alcanzado por cada uno de estos países dista aún del observado en ciertos países de Europa y del Norte de América (Canadá y los EEUU), los temas relacionados con las presiones sobre la seguridad social y los sistemas de salud van cobrando fuerza en estos países, mientras que temas tales como la educación para los más jóvenes van disminuyendo su importancia relativa conforme avanza el proceso de envejecimiento. De esta manera, estos fenómenos afectan claramente el bienestar de los países y condicionan su crecimiento económico. A medida que las poblaciones envejecen demandan más servicios de salud y de cuidado que servicios educativos. Los sistemas de seguridad social deben enfrentar el reto que provienen de un cada vez más prologado período de consumo que de aportes; el crecimiento económico se ve resentido también por una población económicamente productiva cada vez menor en términos proporcionales. Todos estos cambios requieren respuestas del sistema económico y del sistema social y operan como desafíos a resolver, ya que son sólo desencadenantes de un proceso positivo: la caída de los niveles de mortalidad.
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Antes de pasar al próximo hecho estilizado, conviene recordar que en todo el examen anterior se ha omitido hacer consideraciones acerca de los desplazamientos de la población en el espacio; a las migraciones. Tales movimientos se ven afectados por fenómenos económicos: es un fenómeno bien conocido que la bonanza económica de un país actúa como factor de atracción a los residentes en los países cuyo bienestar económico es menor. Lo mismo vale para unidades espaciales menores que países: provincias o regiones. Además, las migraciones suelen en muchos casos nivelar la distribución del ingreso a escala mundial o nacional mediante el envío de remesas. Un hecho que ha suscitado interés a la teoría del desarrollo es el desplazamiento de la población de áreas rurales a áreas urbanas en expansión. El empleo rural de baja o nula productividad ha servido como una base para teorizar sobre el salario de reserva de los trabajadores no calificados y las posibilidades de la expansión capitalista a escala nacional, primero, y a escala planetaria luego (globalización). 2.7. La situación del trabajo El indicador más usado del funcionamiento del mercado laboral es la tasa de desocupación, que muestra el porcentaje de población activa que busca trabajo y no lo encuentra. Sin embargo ese indicador no acusa fuerte relación con el nivel de desarrollo de los países. En el Gráfico A.14 se muestran los niveles de desempleo de un grupo de países, algunos de los cuales están en lo más alto del ranking de desarrollo humano (NIA), otros en lo más bajo (MSLN), algunos latinoamericanos y Argentina. Como puede verse ahí, el patrón dista mucho de ser sistemático. Uno de los países más pobres del mundo como Níger registra una tasa de desempleo muy baja (2%), todavía menor a la de otros ostensiblemente más ricos, como Islandia (3% aproximadamente). Los desajustes del mercado laboral que generan tasas de desocupación diferentes no obedecen ciertamente al nivel de desarrollo de los países. Quizá sí exista diferencia entre países con distinto nivel de desarrollo, tanto en la calidad de vida de los desocupados, como en la calidad de los empleos en los que se inserta la población. Es altamente probable, que sea más duro estar desocupado en Argentina que en Noruega. Los sistemas de protección al desempleo difieren
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mucho de un país a otro. También es probable que existan fuertes diferencias en lo que hace a la productividad del trabajo, mucho más baja en los países menos desarrollados. Respecto a este último punto, hacia principios de los años 70, un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advertía que el verdadero problema de los países más pobres del mundo (el informe se refería específicamente a Kenia) no era el desempleo sino el empleo de baja calidad. Es por ese motivo que uno de los temas centrales que tendrá que enfrentar la Economía del Desarrollo se refiere las disparidades en la calidad de los empleos y a las razones de formación de segmentos en el mercado de trabajo; segmentos que se caracterizan por cierta homogeneidad interna, disparidad de resultados (ingresos por ejemplo) entre ellos y escasa (o nula) movilidad. Por otra parte, el proceso de crecimiento está estrechamente ligado al cambio tecnológico y este último trae consigo el requerimiento de nuevas destrezas y habilidades por parte de la población. Las transformaciones económicas, sociales y políticas ocurridas desde la segunda posguerra pusieron en tela de juicio el papel del trabajo y dejaron al descubierto los desequilibrios entre los requerimientos de la estructura productiva y la oferta efectiva de mano de obra (relación entre desempleo y vacantes). Este problema está estrictamente ligado con el comentado en el párrafo precedente: es común ver las calles de los países en desarrollo atestada de vendedores ambulantes, que no aportan dinero al estado en concepto de impuestos, que se desenvuelven en la economía informal, que registran escasa o nula productividad y cuya única funcionalidad es el alimentar a un importante grupo de personas que utilizan estos empleos como medios de subsistencia. Más recientemente se está planteando que el cambio tecnológico que antiguamente estaba orientado a reemplazar mano de pobra no calificada, se está dirigiendo en la actualidad a mecanizar tareas realizadas por mano de obra calificada. Estos son los desafíos que enfrenta el mercado laboral en el mundo y en especial en los países en los que las firmas más productivas funcionan como enclaves que generan empleo e ingresos para un sector muy reducido de la población. 2.8. Pobreza y desigualdad
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La pobreza ha sido, quizá, el hecho que ha contribuido más a la construcción del marco conceptual conocido como la teoría del desarrollo. El problema es el siguiente. Si bien en un principio se pensó que el crecimiento económico contribuiría a eliminar las desigualdades sociales y la pobreza absoluta, los datos disponibles para numerosos países daban cuenta de situaciones de crecimiento económico con cambios poco significativos en los niveles de pobreza y desigualdad. Para el análisis de estos fenómenos los datos son más escasos y de calidad más dudosa que el de otros hechos examinados antes, como los demográficos. Si bien el análisis económico de la pobreza y de la desigualdad tiene ya muchos años8, sólo recientemente se ha manifestado el interés de la comunidad internacional de medirla y compararla. Estos intentos de medición y comparación de los niveles de pobreza permitieron construir el Gráfico A.16 en el que aparece la situación de los continentes del mundo entre 1980 y 2005. Puede decirse que en América Latina y el Caribe y en el Este de Asia, la pobreza ha descendido en ese período. En el resto de los continentes, la situación de pobreza se ha mantenido y, en algunos casos, ha aumentado. Además, que los niveles de pobreza medidos por tasas de incidencia no hayan mejorado o hayan incluso empeorado, significa que el número absoluto de personas pobres ha aumentado sólo debido al crecimiento de la población, hecho de por sí preocupante y a partir del cual podrán comprenderse los intentos de la humanidad para darles una respuesta clara y contundente. Si conseguir datos de pobreza es de por sí difícil, los datos sobre desigualdad económica son todavía más escasos. En el Gráfico A.17 se muestra el valor de uno de los indicadores de desigualdad más usados: El coeficiente de Gini, cuyo dominio de variación va de cero (perfecta igualdad del ingreso) a cien (perfecta desigualdad). Como puede verse en el Gráfico A.17, los hechos estilizados que surgen son los siguientes: a) La mayor pobreza no implica ni proviene de una situación de desigualdad mayor, ni el crecimiento económico asegura una distribución del ingreso más igualitaria; b) los países con distribuciones más
8
Puede situarse el inicio del interés por estos temas en el estudio realizado por Rowntree en 1901 de las condiciones sociales de York, Inglaterra.
16
desigualitarias son los de América Latina y el Caribe, que en términos de ingreso per cápita ocupan una situación intermedia a nivel mundial. 2.9. Relaciones entre algunos hechos y el comienzo del camino Hasta ahora sólo se han descrito algunas tendencias históricas y asimetrías contemporáneas de variables que definen, de una manera u otra, el bienestar (potencial o actual) de las poblaciones. Pero el camino del estudio del desarrollo comienza cuando esas variables se interrelacionan y permiten formular hipótesis acerca de sus determinantes, desde los más simples y visibles, hasta los más profundos y muchas veces no tan evidentes. Quizás estás hipótesis puedan interpretarse también como hechos estilizados, aunque más complejos; pero se han separado de los 7 listados en la sección anterior porque hay en ellos ya una relación que incluye al menos dos variables. El crecimiento de la población, el cambio en su composición y la creación de capital físico pueden ser denominados en conjunto las “fuentes del crecimiento económico” y si se quiere, agregarle el adjetivo “moderno”, para llamar la atención de que se está hablando del aumento del ingreso per cápita que tuvo lugar en el mundo desde la Revolución Industrial. Pero se aprecia también que si el mundo tuviera hoy la población de hace dos mil años podría producir casi 13 veces más los bienes que producía hace dos mil años. Hubo un cambio muy importante en la productividad; esto es un cambio en la capacidad productiva que puede ser adjudicado tanto a la cantidad y calidad de los medios de producción, como así también a la calificación de la fuerza de trabajo. Se produjeron asimismo cambios institucionales y en la organización social que repercutieron de manera notoria en el bienestar de las poblaciones. En muchos países, la aparición de un sistema de retiro de la actividad económica desplazó la función que cumplían los hijos en un sistema de organización social rural y generó incentivos para el ahorro y, en consecuencia, fondos disponibles para la creación de capital. El avance de los sistemas de salud pública y la invención de ciertos productos aplicables a la salud humana hicieron posible desplazar la frontera de capacidad productiva de un ser humano, la esperanza de vida se prolongó en parte porque los estados usaron el dinero público para proveer a la población de
17
servicios que le permitían no sólo vivir más, sino mejor. La tecnología médica aplicada al control de la fecundidad, hizo posible la planificación familiar y el ejercicio de lo que luego se llamaría la procreación responsable, permitiendo a las familias determinar su tamaño óptimo y liberando tiempo, especialmente de las mujeres, que sería usado para producir bienes para el mercado y para generar ingresos. Como puede observarse nítidamente en los Gráficos A.12 y A.13, las relaciones entre las variables demográficas y las económicas son muy claras y permiten al analista arriesgar las hipótesis que se han esbozado en los párrafos anteriores entre muchas otras más. Permiten también sólo invirtiendo los términos de las relaciones, avanzar en el análisis de las consecuencias económicas de los cambios demográficos. Por ejemplo: ¿qué desafíos impone a los actuales sistemas de seguridad social el indiscutible cambio en la estructura por edades de la población? ¿Qué efectos podrá tener sobre el crecimiento del producto el envejecimiento de las poblaciones humanas? ¿Podrá dicho crecimiento ser sustentable ante una sociedad que envejece inexorablemente?
18
Apéndice de Gráficos y Tablas Gráfico A.1a Producto Bruto Interno (PBI) por habitante (precios constantes): 1950-2009. Argentina con sus vecinos 14000 12000 10000 Argentina
8000
Bolivia 6000
Brasil
4000
Chile
2000
2010
2005
2000
1995
1990
1985
1980
1975
1970
1965
1960
1955
1950
1945
0
Fuente: Alan Heston, Robert Summers and Bettina Aten, Penn World Table Version 7.0, Center for International Comparisons of Production, Income and Prices at the University of Pennsylvania, May 2011..
Gráfico A.1b PBI por habitante (precios constantes): 1950-2009 Argentina, USA y Japón 50000 45000 40000 35000 30000 Argentina
25000
USA
20000
Japón
15000 10000 5000
Fuente: Ídem Gráfico A.1a. 19
2010
2005
2000
1995
1990
1985
1980
1975
1970
1965
1960
1955
1950
1945
0
Gráfico A.1c PBI por habitante (precios constantes): 1950-2009 Argentina y países con alto nivel de Desarrollo Humano 60000 50000 40000 Argentina 30000
Australia Islandia
20000 Noruega 10000
2010
2005
2000
1995
1990
1985
1980
1975
1970
1965
1960
1955
1950
1945
0
Fuente: Ídem Gráfico A.1a.
Gráfico A.1d PBI por habitante (precios constantes): 1950-2009 Argentina y los países con bajo nivel de Desarrollo Humano 14000 12000 10000 Argentina
8000
Mali 6000
Níger
4000
Sierra Leona
2000
Fuente: Ídem Gráfico A.1a.
20
2010
2005
2000
1995
1990
1985
1980
1975
1970
1965
1960
1955
1950
1945
0
Gráfico A.2a Esperanza de vida al nacer (años). Argentina y vecinos
Esperanza de vida (en años)
90 80 70 60
Argentina
50
Bolivia Brasil
40
Chile
30 20
Fuente: United Nations, Population Division of Economic and Social Affairs. World Population Prospects: The 2010 Revision.
Gráfico A.2b Esperanza de vida al nacer (años). Argentina, USA y Japón
Esperanza de vida (en años)
90 80 70 60
Argentina
50
US Japón
40 30 20
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
21
Gráfico A.2c Esperanza de vida al nacer (años). Argentina y los tres mejores en Desarrollo Humano.
Esperanza de vida (en años)
90 80 70 60
Argentina
50
Australia
40
Islandia
30
Noruega
20
Fuente: Ídem Gráfico A.2a. Gráfico A.2d Esperanza de vida al nacer (años). Argentina y los tres peores en Desarrollo Humano.
Esperanza de vida (en años)
90 80 70 60
Argentina
50
Mali Niger
40
Sierra Leona
30 20
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
22
Gráfico A.3a Tasa global de fecundidad (hijos por mujer). Argentina y vecinos 10 9
Hijos por mujer
8 7 6
Argentina
5
Bolivia
4
Brasil
3
Chile
2 1 0
Fuente: Ídem Gráfico A.2a. Gráfico A.3b Tasa global de fecundidad (hijos por mujer). Argentina, USA y Japón. 10 9
Hijos por mujer
8 7 6 5
Argentina
4
US
3
Japón
2 1 0
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
23
Gráfico A.3c Tasa global de fecundidad (hijos por mujer). Argentina y los tres mejores en Desarrollo Humano. 10 9
Hijos por mujer
8 7 6
Argentina
5
Australia
4
Islandia
3
Noruega
2 1 0
Fuente: Ídem Cuadro A.2a.
Gráfico A.3d Tasa global de fecundidad (hijos por mujer). Argentina y los tres peores en Desarrollo Humano. 10 9
Hijos por mujer
8 7 6
Argentina
5
Mali
4
Niger
3
Sierra Leona
2 1 0
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
24
Gráfico A.4a Argentina. Edad mediana de la población. Argentina y vecinos. 45
Edad mediana (años)
40 35 Argentina 30
Bolivia Bra sil
25
Chile 20 15
Fuente: Ídem Gráfico A.2a. Gráfico A.4b Argentina. Edad mediana de la población Argentina, USA y Japón. 45
Edad mediana (años)
40 35 Argentina
30
US 25
Japón
20 15
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
25
Gráfico A.4c Argentina. Edad mediana de la población Argentina y los tres mejores
en
Desarrollo
Humano.
45
Edad mediana (años)
40 35 Argentina 30
Australia Isla ndia
25
Noruega 20 15
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
Gráfico A.4d Argentina. Edad mediana de la población Argentina y los tres peores en Desarrollo Humano. 45
Edad mediana (años)
40 35 Argentina 30
Mali Niger
25
Sierra Leona 20 15
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
26
Gráfico A.5a Efectivos de los grupos quinquenales de edad en un total de 100 personas. Población del mundo, 1950. 100+ 90-94 80-84 70-74 60-64 50-54 40-44 30-34 20-24 10-14 0-4 20
15
10
5
0
5
10
15
20
Fuente: Base de datos de CELADE-División de Población-Comisión Económica para América Latina y el Caribe (http://www.cepal.org/celade).
Gráfico A.5b Efectivos de los grupos quinquenales de edad en un total de 100 personas. América Latina y el Caribe, 1950. 100+ 90-94 80-84 70-74 60-64 50-54 40-44 30-34 20-24 10-14 0-4 20
15
10
5
0
Fuente: Ídem Gráfico A.4a
27
5
10
15
20
Gráfico A.5c Efectivos de los grupos quinquenales de edad en un total de 100 personas. Población del mundo, 2050. 100+ 90-94 80-84 70-74 60-64 50-54 40-44 30-34 20-24 10-14 0-4 20
15
10
5
0
5
10
15
20
15
20
Fuente: Ídem Gráfico A.4a
Gráfico A.5d Efectivos de los grupos quinquenales de edad en un total de 100 personas. América Latina y el Caribe, 2050. 100+ 90-94 80-84 70-74 60-64 50-54 40-44 30-34 20-24 10-14 0-4 20
15
10
5
0
Fuente: Ídem Gráfico A.4a
28
5
10
Gráfico A.6 Índice de Envejecimiento Demográfico. Países de ALyC, ronda de censos de 2000 80 70 60 50 40 30 20 10 0
Fuente: SISE-CELADE CELADE (www.eclac.cl). (
Gráfico A.7 ón. Países seleccionados, mediados de los 2000 Tasa de desocupación. Argentina Mali Chile Brazil Bolivia Australia Sierra Leone Norway Iceland Niger 0
2
4
6
8
Tasa de desempleo (%)
Fuente: Construcción propia con datos de OIT (www.ilo.org) (
29
10
12
Gráfico A.8a Tasas de pobreza para regiones seleccionadas, 1980-2005 100
Tasa de pobreza (%)
80 EA EAsCh
60
EEAC ALC
40
ENAf SAs
20
SAsIn ASS
2005
2002
1996
1990
1984
1981
0
Años
Fuente: Construcción propia con datos de Datt y Ravallion (2008).
Gráfico A.8b Desigualdad del ingreso y PBI ph, Mundo
Desigualdad del ingreso (Gini)
70 60 50 40 30 20 10 0 100
1000
10000
100000
1000000
PBI ph (US PPA) - Escala logarítmica
Fuente: Construcción propia con las bases de datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP): www.undp.org.
30
Gráfico A.9 Coeficiente de Gini para un grupo seleccionado de países, 2007-09 Seychelles Chile Belarús Ucrania Serbia Tayikistán Montenegro Armenia Kazajstán Rumania Hungría Timor-Leste Kirguistán Azerbaiyán Croacia Níger Polonia Albania Letonia Bosnia y Herzegovina Mongolia Lao, República Democrática Popular Indonesia Tanzanía, República Unida de Viet Nam Lituania Moldova, Rep. de Guinea Turquía Sri Lanka Marruecos Qatar Georgia Rusia, Federación de Uruguay Macedonia (ERY) Uganda Cambodia Bulgaria Mozambique Argentina Côte d'Ivoire Malasia El Salvador Perú República Dominicana Ecuador Costa Rica México Paraguay Panamá Liberia Tailandia Brasil Bolivia Honduras 0
10
20
30
40
50
60
Valor del coeficiente de Gini
Fuente: Construcción propia con datos de la base del banco Mundial (www.worldblak.org)
31
70
Gráfico A. 10 Longevidad y PBI. Mundo, 2011
Esperanza de vida al nacer (años)
85 80 75 70 65 60 55 50 45 40 100
1000
10000
100000
1000000
PBI ph (US PPA) - Escala logarítmica
Fuente: Construcción propia con las bases de datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP): www.undp.org.
Gráfico A.11 Educación y PBI por habitante. Mundo, 2011
14
Escolaridad (años)
12 10 8 6 4 2 0 100
1000
10000
100000
PBI ph (US PPA) - Escala logarítmica
Fuente: Ídem Gráfico A.9.
32
1000000
Cuadro 1 Producto Bruto Interno por habitante (dólares de 1990) y algunos indicadores de distribución. Cuatro continentes, 1820-1998 Región
1820
1870
1913
1950
1973
1990
1998
Europa
1270
2086
3688
5013
12159
16872
18742
665
698
1511
2554
4531
5055
5795
Asia
579
552
679
713
1725
2781
3565
África
418
444
585
852
1365
1385
1368
733
945
1615
2283
4945
6523
7367
América Latina
Medidas de nivel Media (U$S) Desvío (U$S)
372
768
1443
2003
5013
7063
7795
CV (%)
50,8
81,2
89,3
87,7
101,4
108,3
105,8
Promedio
0,5
1,2
0,9
3,4
1,6
1,5
Desvío
1,4
1,5
0,9
4,0
2,0
1,2
Crecimiento
Fuente: Maddison (2002) y cálculos propios.
33
Anexo: Sinopsis de los países incluidos en las comparaciones con la Argentina Figura 1: Países del mundo.
Fuente: http://www.aularagon.org/files/espa/atlas/Mapas_politicos_index.htm. Bolivia Bolivia, oficialmente llamado Estado Plurinacional de Bolivia, es un país situado en el centro-oeste de América del Sur, miembro de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), que cuenta con una población de cerca de 10 millones de habitantes. Con un 60% de pobreza nacional (año 2007) y con una esperanza de vida al nacer de 66 años (2009), es clasificado por el Banco Mundial como un país de ingreso mediano bajo. El territorio boliviano es el sexto más extenso de América Latina. Políticamente, Bolivia se constituye como un Estado pluricultural, descentralizado y con autonomías. Se divide en nueve departamentos. La ciudad de Sucre es la capital y sede del órgano judicial, mientras que la Ciudad de La Paz es la sede de los órganos ejecutivo, legislativo y electoral. Brasil Brasil, oficialmente República Federativa del Brasil, comprende la mitad oriental del subcontinente y algunos grupos de pequeñas islas en el océano Atlántico. Ocupa
34
el quinto lugar a nivel mundial en territorio sólo superado por Rusia, Canadá, China y Estados Unidos y tiene fronteras con todos los países de América del Sur, exceptuando a Chile y Ecuador. El país tiene aproximadamente 200 millones de habitantes, siendo el quinto más poblado del mundo, aunque presenta un bajo índice de densidad demográfica por su gran extensión. Brasil es una república federal conformada por la unión de 26 estados federados y por el Distrito Federal. Este país es clasificado por el Banco Mundial como un de ingreso mediano alto, al igual que Argentina y Chile. Tiene una tasa de pobreza del 21%, 73 años de esperanza de vida al nacimiento y una tasa de alfabetización del 90%. Chile En el año 1978 Chile fue dividido políticamente en 13 regiones, subdivididas en provincias y éstas en comunas. En 2012, el país cuenta con 15 regiones, 54 provincias y 346 comunas. Según algunos especialistas, el 95% de la población chilena pertenece a los grupos étnicos denominados criollos y mestizos. Este últimos proviene de una mezcla entre españoles e indígenas pertenecientes a los pueblos Chango, Picuche, Diaguita y Mapuche. La República de Chile tiene actualmente alrededor de 17 millones de habitantes. Es clasificado por el Banco Mundial como un país de ingreso mediano alto (al igual que Argentina y Brasil), pero los indicadores sociales resultan ser más elevados que los del grupo al que pertenece por ingreso per cápita: la esperanza de vida al nacer (79 años) está pronta a superar el umbral de los 80 años, el 99% de la población mayor de 14 años es alfabeta y el 98% de la población urbana tiene acceso a instalaciones sanitarias. Por su parte, las tasas de emisión de CO2 están por debajo del conjunto de países de ingreso mediano alto, pero muy por encima de la registrada para América Latina y el Caribe. En el año 2010, Chile sufrió un terremoto de 8,8 de intensidad (escala de Richter). Afectó principalmente a la ciudad de Concepción y cobró la vida de aproximadamente 300 personas. Las pérdidas económicas provocadas por el sismo fueron cuantiosas, estimándose entre 15 mil y 30 mil millones de dólares. Más de la
35
mitad de los daños económicos se han producido en estructura y edificios residenciales. Malí La República de Mali es un país africano del norte. Es el séptimo país más extenso del continente limitando con Argelia, Níger, Mauritania, Senegal, Costa de Marfil, Guinea y Burkina Faso. Las actividades económicas principales son la agricultura y la pesca, aunque también tiene recursos naturales tales como oro y uranio. Malí es un país de ingreso bajo, según la clasificación propuesta por el Banco Mundial. Tiene una población que supera los 15 millones de habitantes. La tasa de pobreza por ingresos es del 47% y su población registra una esperanza de vida de 50 años. El 26% de la población de 15 años y más es analfabeta, aunque la tasa de escolaridad está aumentando con el paso del tiempo. Níger La República del Níger es un país con una extensión territorial comparable a la de España. Sus zonas septentrional y central se encuentran en las áreas desérticas del Sahara y el Sahel. Tiene una población de unos 15 millones de habitantes, mayoritariamente musulmana. Níger está dividido en siete departamentos y el distrito de su ciudad capital, Niamey. Es una ex colonia europea del África Occidental Francesa, que accedió a la independencia en 1960. Es uno de los países más pobres del mundo. Los minerales (principalmente el uranio) son sus principales recursos. Su sistema político ha sufrido varios golpes de estado en las últimas décadas, el último en febrero de 2010, cuando se depuso al presidente Tandja Mamadou tras 10 años en el poder. Níger es un país de ingreso bajo, según la clasificación del Banco Mundial y tiene una población de 15,5 millones de habitantes. Estos dos aspectos lo asemejan con Malí. Además la tasa de pobreza es cercana al 60% de la población, la esperanza de vida no alcanza los 55 años y casi un tercio de la población adulta es analfabeta. Sierra Leona Sierra Leona es un país de ingreso bajo, según los estándares del Banco mundial. Tiene una población de casi 6 millones de habitantes. Con un 66% de población que 36
no alcanza a cubrir la canasta necesaria para no ser pobre, Sierra Leona tiene una esperanza de vida de 47 años y 41% de la población adulta analfabeta. Noruega Noruega es un estado monárquico septentrional que junto con Suecia forma la península escandinava. Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia conforman Escandinavia. El crecimiento económico noruego fue muy intenso desde la finalización de la SGM. Al igual que otros países escandinavos, el sistema de protección social es en Noruega muy importante. País miembro de la OCDE, está clasificado por el Banco Mundial como de ingreso alto. Tiene una población de alrededor de 5 millones de habitantes, y su esperanza de vida al nacer había superado los 80 años en el año 2010. A pesar del elevado nivel de desarrollo, sus emisiones de CO2 están muy por debajo de la media del grupo. Islandia Este país está localizado en el extremo noroeste de Europa. Es uno de los miembros de la OCDE considerado con menor presión impositiva. El Estado de Bienestar vigente provee servicios de salud y educación gratuita a todos sus habitantes. En 2009 fue clasificado por la ONU como el tercer país más desarrollado del mundo. Islandia se divide en regiones, circunscripciones, condados y municipios. En la actualidad el país cuenta con 79 municipios que regulan no sólo asuntos del gobierno local, sino también aspectos ligados a la educación (escuelas), al transporte y uso del suelo. Islandia es un país de ingreso alto para los estándares del Banco Mundial. Es muy pequeño en términos de población: apenas 317 mil habitantes en 2010. La esperanza de vida al nacer superior a los 80 años. Australia Australia es un país de Oceanía, muy cercano a Indonesia y Nueva Zelanda. Es el sexto país más grande del mundo evaluado por su superficie de casi 7,7 millones de km2. Una vez culminada la SGM, el gobierno australiano inició un programa para atraer inmigración europea, que atrajo principalmente población del Reino Unido. 37
Se estima que entre 1948 y 1975 ingresaron al país alrededor de 2 millones de personas. La esperanza de vida en Australia había superado ya los 80 años al entrar en la década de 2010. Tiene una población total de más de 22 millones de habitantes y es clasificado por el Banco Mundial como un país de ingreso alto. A pesar de los valores que arrojan los indicadores de desarrollo Australia es uno de los países con más bajo niveles de satisfacción en el trabajo del mundo. No obstante estos hallazgos, que provienen en su mayoría de las encuestas de felicidad están siendo actualmente revisados. USA Es una república federal compuesta por 50 estados y un distrito federal (Washington D. C.). Estados Unidos se disputa el tercero o cuarto lugar más grande del mundo tanto por su superficie (casi 10 millones de km2) como por el tamaño de su población. Los Estados Unidos es un país de ingreso alto, miembro de la OCDE. Tiene una esperanza de vida de 78 años (año 2009) y una población total de 310 millones de habitantes. Su elevado crecimiento económico hace que las emisiones de CO2, medidas en toneladas métricas per cápita, superen con creces la media del grupo. Japón Japón está ubicado al este de Asia entre el océano Pacífico y el mar del Japón (ver mapa). Es un país formado por cuatro islas, que forman más del 95% de la superficie total. Japón es miembro de la ONU y del Grupo de los 8. Japón se parece mucho a los Estados Unidos en términos de crecimiento per cápita, aunque sus indicadores sociales superan a los de aquel país. Con una población de 127,5 (la ubicada en el puesto N° 10 del mundo) millones de habitantes, Japón tiene la esperanza de vida más alta del planeta: 84 años. Además a diferencia de los EEUU, el crecimiento económico japonés no ha sido contaminante. La tasa de emisión de CO2 se encuentra muy por debajo del promedio del grupo. Un dato importante: en marzo de 2011, Japón sufrió un terremoto de intensidad 9. Es más importante en magnitud desde los últimos 140 años. A raíz del terremoto 38
murieron 14 mil personas y 23 mil desaparecieron. Las pérdidas económicas se valuaron en 150 mil millones de euros.
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Recuadros Viejos y nuevos hechos estilizados de la Teoría del Crecimiento Económico Kaldor (1961) 1. Crecimiento sostenido de la productividad del trabajo. 2. Crecimiento sostenido del capital por trabajador. 3. Estabilidad de la tasa de interés real o rendimiento del capital. 4. Estabilidad de la razón de capital a la producción. 5. Participación estable del capital y del trabajo en la distribución del ingreso. 6. Diferencias apreciables en las tasas de crecimiento de los países de rápido crecimiento. Jones y Romer (2009) 1. Aumento en la extensión de los mercados. 2. Aceleración del crecimiento. 3. Variabilidad de las tasas de crecimiento 4. Altos ingresos per cápita y marcadas diferencias en la PTF. 5. Aumentos en el capital humano por trabajador 6. Estabilidad de largo plazo de los salarios relativos
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