El relieve submarino
El relieve oceánico incluye los diversos accidentes geográficos existentes en las regiones de la corteza terrestre que están cubiertas por océanos. El relieve se caracteriza por la forma de la superficie, presentando diferentes aspectos de acuerdo con cada ubicación. Los fondos de los océanos, así como las porciones continentales del planeta, también tienen irregularidades en su composición, un fenómeno clasificado como relieve submarino. Aunque el ciclo de las grandes navegaciones ha ocurrido en los siglos XV y XVI, fue recién en el siglo XIX, en 1872, que se lanzó en el mar un barco con la misión de estudiar científicamente los océanos. Esta nave, H. M. S. Challenger, hizo un viaje de circunnavegación de cuatro años; y su trabajo resultó en no menos de 50 voluminosas obras con resultados de las observaciones, recolección y análisis ejecutados. Fue esa expedición que obtuvo las primeras informaciones de, por ejemplo, la Dorsal Mesoatlántica. El desarrollo tecnológico alcanzado durante la década de 1960 proporcionó los mecanismos para la realización de la cartografía del relieve submarino y, a través de un cuidadoso análisis, es posible clasificarlo. El fondo del mar, es decir, la morfología de la corteza terrestre en el fondo de los océanos, se compone de cinco formas principales. Las principales formas de relieve submarino son: Plataforma continental: consiste en la prolongación sumergida de los continentes, con profundidades que van desde 10 a 500 metros. Es de gran importancia económica, ya que de esta parte del relieve submarino se obtiene la mayor cantidad de recursos minerales (petróleo), y se llevan a cabo un mayor número de actividades pesqueras. En materia ambiental, es la zona donde se produce la fotosíntesis y el crecimiento del plancton, que es esencial en la cadena alimentaria.
Talud continental: con relieve irregular, esta zona submarina tiene una pendiente significativa sobre la plataforma continental, llegando hasta los 3000 metros de profundidad. En el talud continental es posible encontrar restos de las especies marinas y de arcilla muy fina. Cuenca oceánica: también llamada de llanura abisal, se extiende desde el borde del talud continental hasta aproximadamente 5000 metros de profundidad. Es el mayor relieve submarino. Esta parte morfológica de los océanos no recibe la luz solar, resultando en bajas temperaturas. Dorsales: comprenden las grandes cordilleras. La dorsal del Atlántico, Índico y Pacífico presentan profundidades que oscilan entre 2 y 4 km. Fosas abisales: las depresiones son más largas y angostas, por lo que constituyen las más profundas del relieve submarino. Alcanzan a profundidades de entre 7.000 y 1.100 metros. Fuente original: Escuelapedia.com