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Miércoles 13 de enero de 2010

OPINION Por Cristian Grosso De la Redacción de LA NACION

Demasiado breve para alcanzar la estatua de Bochini

ALONSO SE PREPARA EN LA NIEVE

Las primeras jornadas oficiales de Fernando Alonso como piloto de Ferrari transcurren entre el marketing y el esparcimiento. Ayer, el español y sus compañeros Felipe Massa y Giancarlo Fisichella (piloto de pruebas) tomaron lecciones de esquí en Madonna di Campiglio. Una manera lujosa de pasar el invierno.

ZARATE CHOCO EN EL AUTO... Y TAMBIEN EN LAZIO

Universidad San Martín, de Perú, tiene planes ambiciosos y pensó en reconocidos técnicos argentinos para conducirlos. César Luis Menotti rechazó la propuesta para dirigir al equipo, pero los peruanos pensaron luego en José Pekerman. El ex DT de los juveniles nacionales no descartó aceptar.

No son buenos días para Mauro Zárate. El delantero sufrió un choque en su auto –conducía su representante, Luis Ruzzi–, del que salió ileso. En lo profesional, enfrenta una situación difícil en el plantel de Lazio, con acusaciones de indisciplina e individualismo.

Por un ranking, Martino se enoja y Xavi festeja

La ministra que va al Dakar para contener críticas

Briatore: “A Mosley le gusta castigar”

En Inglaterra hacen fila para elogiar a Tevez

Manchester United, el más rico del mundo

A Gerardo Martino no lo afecta el ranking de la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Fútbol, que lo ubicó en un lugar relegado entre los DT: “A mí me interesa lo que opinen en Paraguay”, dijo. A Xavi le fue mejor: hoy, según el diario español Marca, esa entidad lo distinguirá como el mejor futbolista de 2009, por encima de Lionel Messi.

Afectada por los cuestionamientos que recibió tras elegir Punta del Este como lugar de descanso –desde entidades de su área y de la propia presidenta de la Nación–, la ministra de Industria y Turismo, Debora Giorgi, decidió dar un golpe de efecto para mejorar su imagen. Hoy tiene previsto estar en San Juan, en el punto de llegada de la 11a etapa del Dakar.

Que le hayan levantado la sanción que le había impuesto la Federación Internacional de Automovilismo no calmó del todo a Flavio Briatore, que cargó contra Max Mosley. “Adora castigar a la gente... Lo hizo en la vida privada y en la pública”, dijo, en alusión al recordado escándalo sexual del que participó el ex presidente de la FIA.

Tras el hat trick de anteayer, llueven los elogios para Carlos Tevez en Inglaterra. No sólo de su DT, Roberto Mancini (“Es un jugador top”), sino también de la prensa. El diario Daily Mirror fue irónico con Alex Ferguson, su ex técnico en Manchester United: “No habrá dormido bien después de ver a Tevez aniquilar al Blackburn”.

Además del propio del juego, el terreno de competencia de los clubes más poderosos es el económico. En ese escenario hoy manda Manchester United, al que por segundo año consecutivo la especializada revista Forbes señaló como la entidad deportiva más rica del planeta, con un patrimonio de 1870 millones de dólares.

Pekerman estudia una oferta peruana

La ecuación es sencilla: si se van los mejores futbolistas, las oportunidades de disfrutar de este juego se encuentran seriamente recortadas. Entonces brota la envidia por otros tiempos, donde las urgencias económicas de los clubes argentinos no determinaban los ciclos de permanencia en el país de los talentos criollos. Una trayectoria se construía mucho más allá de una década, como las de Hugo Gatti y Ricardo Bochini, que repartieron su talento a través de 765 y 638 partidos, respectivamente. Vaya si antes había ocasiones para disfrutar de la calidad de los jugadores si el paraguayo Arsenio Erico jugó 325 encuentros, Angel Labruna 515, Norberto Alonso 372 y Gerardo Martino 472. Y ellos cuatro apenas son algunos ejemplos que saltaron generaciones. Pero durante las últimas temporadas la metamorfosis resultó absoluta. Implacable, devastadora. La precoz fuga de los futbolistas diferentes agravó un vacío de jerarquía en los certámenes locales que la reciente transferencia de Eduardo Salvio a Atlético de Madrid apareció puntual para recordarlo con un cachetazo de realismo. La celeridad ha atropellado todos los mercados, aproximadamente de 15 años a esta parte. Valen los recuerdos. Ariel Ortega se marchaba por primera vez de River para aterrizar en Valencia 134 partidos después de debutar en Núñez. Marcelo Gallardo lo hacía 109 cotejos más tarde de su bautismo para incorporarse a Monaco. Aunque insuficiente, al menos ellos llegaban a recorrer las canchas argentinas por más de cinco años. Más tarde, únicamente Juan Román Riquelme quebró la barrera de los cien (151 partidos) antes de irse de Boca a Barcelona. Pero claro que la tendencia de plazos acelerados se acentuó. Se encuentran muchos ejemplos. El repaso corrobora que la ola migratoria se llevó anticipadamente a los mejores: Pablo Aimar se despidió tras sólo jugar 82 encuentros; Javier Saviola disputó 88 cotejos; Andrés D’Alessandro completó 70 juegos; Fernando Cavenaghi estuvo en 88 partidos; Tevez se despidió después de 75 actuaciones en el fútbol local. Algo más acá, pasaron 73 encuentros para que se fuera Mauro Zárate, 68 para el adiós de Gago, 55 antes de que se marchara Lautaro Acosta y 54 para la partida del Kun Agüero. Quizás, el ejemplo más contundente sea el de Gonzalo Higuaín, que se incorporó a Real Madrid tras vestir apenas 35 veces la camiseta de River. De Bochini a Pipita Higuaín. De Labruna al Toto Salvio. ¿Qué época fue mejor? No tiene sentido detenerse en una discusión que seguramente se mantendrá por toda la eternidad, sino aceptar con resignación que la genialidad del crack antes gozaba de un recorrido que realzaba la admiración. [email protected]