Curas y enfermedades del sonido Las tres fuerzas del

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CRÍTICA DE LIBROS

MUSICOFILIA POR OLIVER SACKS ANAGRAMA TRAD.: DAMIÁN ALOU 462 PÁGINAS $ 99

ENSAYO

Curas y enfermedades del sonido L

os vínculos entre las patologías cerebrales y la música son sin duda muy antiguos, pero, si se pasan por alto las escasas páginas que Robert Burton les dedicó a la cuestión en Anatomía de la melancolía, encontraron una formulación punzante en uno de los fragmentos del romántico Novalis: “Toda enfermedad es un problema musical; y la curación, una solución musical. Cuanto más breve y no obstante más perfecta sea la solución, tanto mayor será el talento musical del médico”. Vista de ese modo, la salud podría no ser otra cosa que el silencio de los órganos –un silencio propiciado justamente por la música–; y el neurólogo Oliver Sacks (Londres, 1933), el médico con cierto talento musical. Claro que, incrustada en Musicofilia. Relatos de la música y el cerebro, la frase, que el autor reproduce –incompleta y citada por W. H. Auden– pierde su probable entonación metafísica y queda encarcelada en las dimensiones médicas de esta colosal antología de historias clínicas. Igual que en varios de sus libros anteriores (El hombre que confundió a su mujer con un sombrero o Migraña), Sacks hace del parte

Sacks JAMES LEYNSE/CORBIS

médico un género literario. Casi todos los casos son ejemplos de la amusia (es decir, el deterioro de las facultades para percibir algunos de los parámetros del sonido) pero hay también casos de alucinaciones musicales (tan diferentes de las imaginaciones), de gusanos cerebrales (melodías que se instalan indefinidamente en el cerebro como un jukebox intracraneal) y del uso de la música para tratar el síndrome de Tourette o el Parkinson. (El lector debería estar advertido de algunas deficiencias de la traducción; entre ellas, “tono absoluto” por “oído absoluto”).

Sacks se pone más interesante cuando abandona la línea terapéutica y se lanza al ensayo, la narración y la autobiografía prudente. Se cuentan y explican aquí las patologías de la soprano Florence Foster Jenkis (acaso la peor cantante de la historia), la de una música profesional con sinestesia de gusto (no hay sorpresas: casi para cualquiera resultarán por lo menos comprensibles las asociaciones de la segunda menor con lo “ácido”, de la tercera mayor con lo “dulce”, del tritono con la sensación de “repugnancia” o de la octava con lo “insípido”), la del pianista manco Paul Wittgenstein y el virtuosismo de su miembro fantasma, además de la de Clive Wearing, editor de la obra del compositor renacentista Orlando de Lassus y conocido como “el hombre con la memoria de siete segundos” luego de una encefalitis que provocó una amnesia pero dejó intacta su capacidad para interpretar obras en el piano. Sacks observa que la bibliografía sobre las relaciones entre el cerebro y la música es pobre y reciente. Habría que avisarle que en 1907, antes de los resonadores magnéticos y de los tomógrafos, José Ingenieros publicó en París El lenguaje

FILOSOFÍA

Las tres fuerzas del mundo A

lessandro Ferrara (Trieste, 1953) propone entender el mundo social a partir de la integración de tres fuerzas. En primer lugar, la fuerza de las cosas, de lo que existe; es decir la fuerza del hábito, la rutina, la tradición, las costumbres, las convenciones de las prácticas y de las creencias populares. Fuerza que permite la coexistencia y supervivencia social. Como segunda fuerza propone la fuerza de las ideas, la fuerza de los principios, de los mandatos morales, de la ley, de la fe, de los valores culturales en tanto concepciones de lo deseable, o bien el atractivo de lo que soñamos como una buena vida. Comprender el mundo compartido por un pueblo, una comunidad religiosa, un grupo político o una generación exige contemplar sus sueños, lo que ese colec16 | adn | Sábado 6 de junio de 2009

tivo cree que debería ser. Por último dice que nada de la vida social sería inteligible si no contemplamos la fuerza de lo que es como debería ser, la fuerza inmanente al ejemplo, aquello que ejerce en nosotros una atracción irresistible orientando las acciones colectivas La ejemplaridad, según Ferrara, mueve al mundo, proporcionándonos la noción de nuestras posibilidades de transformación del entorno, para procurar convertirlo en un espacio donde valga la pena vivir. Ferrara se licenció en Filosofía en la Universidad de Palermo en 1975 y luego estudió lingüística y semiótica en la Universidad de Ámsterdam hasta lograr su doctorado en la Universidad de California en Berkeley. Es presidente de la Asociación Italiana de Filosofía Política,

y desde 2002 ha logrado un creciente reconocimiento internacional gracias a su libro Autenticidad reflexiva: el proyecto de modernidad después del giro lingüístico. El autor retoma algunos planteos de la teoría estética de Kant elaborada en la Crítica del juicio. El concepto kantiano de juicio reflexivo es ampliado para fundamentar una nueva idea de validez normativa que trascienda el campo de la estética y brinde un modelo útil, especialmente para el universo de la teoría política. Por esta vía, explora la normatividad del ejemplo, es decir, aquello que emerge en un contexto histórico (un conjunto de valores culturales, un modelo social y político) y analiza cómo ese producto ejemplar puede ejercer la lógica de su atractivo en un contexto diferente.

musical y sus perturbaciones histéricas, un ensayo que sin duda envejeció en algunos aspectos (su positivismo rampante) pero que presenta un horizonte más teórico que el de Musicofilia. En el fondo, se habría deseado que la formación musical de Sacks fuera tan completa como su formación científica; sobre todo, que se estudiaran otros casos, como el efecto que ciertas alteraciones psíquicas puedan haber tenido no tanto en tal o cual compositor sino en las obras, las fantasías sinestésicas de Scriabin, o la idea del pianista Glenn Gould de la música como fenómeno puramente mental (los únicos Gould que se mencionan son Stephen Jay y el desconocido corresponsal Stan). Entiéndase bien: Musicofilia es, en muchos sentidos, apasionante y revelador; pero uno barrunta la decepción de la oportunidad perdida; la oportunidad de un libro sistemático y, a su modo, definitivo sobre las patologías asociadas a la música. Y lo peor es la sospecha de que Sacks es uno de los pocos, si no el único, que podría haberlo escrito. Pablo Gianera © LA NACION

LA FUERZA DEL EJEMPLO. EXPLORACIONES DEL PARADIGMA DEL JUICIO POR ALESSANDRO FERRARA GEDISA 267 PÁGINAS $ 75

Pero no todo es tan abstracto y orientado a especialistas. Hay capítulos sugerentes que pueden ser leídos con independencia del resto del libro: uno sobre el nazismo y sus concepciones acerca del bien y del mal; otro sobre el problema de la universalización de los derechos humanos y la instrumentación de su defensa; y especialmente el último, donde discute los programas democráticos contemporáneos y sus dilemas frente a las religiones. Se trata de un libro políticamente imprescindible. Juan E. Fernández © El País, Montevideo / GDA