CRECIMIENTO ESPIRITUAL A TRAVÉS DE DISCERNIR LA VOLUNTAD DE DIOS Juan Carlos Cárcamo Usado con permiso Mucho se ha hablado de la importancia que tienen los propósitos y aun los objetivos para la vida. Además se han desarrollado sistemas detallados para ayudar a las personas e incluso a las iglesias, a encontrar el propósito para su existencia y su razón de ser. Sin embargo, muy poco se ha desarrollado la destreza para la toma de decisiones. En ello puede concentrarse un buen porcentaje del éxito de nuestros planes, en la habilidad que adquirimos para la toma de decisiones, más aún, la habilidad de encontrar la voluntad de Dios para las decisiones que debemos tomar en la vida. A ello le vamos a denominar discernimiento. En la cronología de eventos narrados entre los capítulos del 10 al 15 del primer libro de Crónicas, encontramos una muy interesante relación de sucesos que requieren de una absoluta dependencia de Dios para el discernimiento y la toma de decisiones. Debemos, para empezar, admitir que este lapso en la historia de Israel es un período de transición que va a ser fundamental por las implicaciones de cada uno de los eventos narrados. El capítulo 10, en sus versículos del 2 al 6, menciona la muerte de los hijos de Saúl, entre ellos, el amigo entrañable de David y sucesor del trono, Jonatán, así como el suicidio del mismo rey Saúl. El texto en el versículo 14 del mismo capítulo se encarga de explicar que toda esa serie de derrotas de la primera monarquía de Israel, estuvo basada en el hecho de que Saúl, no consultó a Dios. También se retrata la actitud triunfalista y provocadora de los filisteos ante las aparentes victorias alcanzadas contra Israel. En el versículo 9, se menciona que mandaron mensajeros con las cabezas de Saúl y de sus hijos para anunciar su dominio sobre el pueblo de Israel. En ese marco, el pueblo de Israel comienza a reunirse alrededor de su nuevo líder, David, a quien sin lugar a dudas, reconocen y ungen como su nuevo rey. Del mismo modo, en esa transición David conquista Jerusalén, aún contra la oposición de los Jebuseos y la convierte en la ciudad de David. También aparece la emblemática figura del capitán Joab, quien va a convertirse en un apoyo clave para todo el reinado de David en momentos de conquista y en momentos de dificultad. El versículo 9 del capítulo 11, declara que David se engrandecía y que Dios estaba con él. Muchos hombres diestros con el escudo y la lanza se juntaban para apoyar al nuevo rey. El capítulo 12 se encarga de recoger, con detalles, ese momento. Se habla de hombres valientes, de algunos de ellos se detallan las hazañas. También se declaran grandes cantidades de personas. El versículo 22, dice que cada día venía ayuda a David hasta hacerse un gran ejército como ejército de Dios. De ese grupo selecto, destacan unos hombres en particular en el versículo 32, los cuales eran los hijos de Isacar, quienes eran alrededor de doscientos, pero además, eran entendidos en los tiempos y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos. En esa coyuntura, David convoca al pueblo como rey y decide traer el arca para garantizarse el respaldo de Dios. Sin embargo, en el capítulo 13 versículo 10, ocurre un hecho que bien pudo haber llevado a David a dudar del acompañamiento de Dios. Incluso David se molesta con Dios bautizando aquel lugar como Pérez Uza. Sin embargo, la palabra declara que David tuvo temor de Dios. Estaría de más apelar al proverbio que declara que: el principio de la sabiduría es el temor de Jehová; lo cierto es que, a partir del capítulo 14, David comienza a experimentar un profundo respaldo de Dios manifestado en el apoyo enviado por el rey Hiram de Tiro. Por supuesto, los filisteos al escuchar que David había sido ungido como rey de Israel, subieron en su contra. Es entonces que David consulta a Dios como nos explica el capítulo 14 versículo 10, y Dios le dice, yo los entregaré en tu mano, y ciertamente los filisteos fueron derrotados esa
ocasión. En el versículo 13 se nos narra que volvieron a levantarse contra David, y David volvió a consultar a Dios. Esta vez Dios le declara una estrategia y nuevamente derrotó a los filisteos, alcanzando de esta manera una gran fama, la cual se extendió por todas las tierras y Jehová puso el temor de David sobre todas las naciones. Esta transición podríamos cerrarla con los eventos que se narran en los capítulos 15 y 16 donde se describe la nueva estrategia que David usaría para el traslado del arca, esta vez tomando en cuenta una nueva forma de hacer las cosas, más apegada a lo que Dios podría desear, o podríamos decir: conforme a la palabra de Jehová; hasta llegar al capítulo 17 donde Dios renueva su pacto con el pueblo de Israel a través del rey David. El diccionario, explica el término: discernimiento, con sinónimos como criterio, juicio, lucidez, raciocinio, sensatez, perspicacia, clarividencia, conocimiento, inteligencia, talento, cordura, acierto, asiento, cabeza, discreción, madurez, medida, mesura, prudencia, razón, reflexión, serenidad. Asimismo, enumera algunos antónimos como insensatez, imprudencia, desacierto, desatino, disparate, ligereza, irresponsabilidad, irreflexión y desmesura. Los eventos narrados en el pasaje bíblico, ciertamente, son un claro ejemplo de la necesidad de un profundo discernimiento para encontrar y hacer la voluntad de Dios. Viene a ser un proceso continuo y decidido, una vocación constante. Entonces, ¿Cómo escoger entre dos o más alternativas apropiadas? ¿Qué criterios utilizar para saber si una decisión es la voluntad de Dios? Un criterio sería la vida de Jesús. Preguntarnos ¿Qué haría él o cómo su vida y su práctica modelan nuestra conducta? Un segundo criterio es la narrativa bíblica, es decir, la revelación de la voluntad y el proyecto de Dios. Lo que somos y lo que hacemos debe engranar con el carácter de Dios y con las acciones de Jesús, así como con los valores del reino de Dios. A Dios lo escuchamos tanto en el silencio expectante como en el consenso deliberativo. El Espíritu Santo nos alienta pero también nos critica y nos corrige. Por medio del discernimiento recibimos el aliento de su voz y la corrección de nuestros caminos. Podemos enumerar algunas pautas recomendadas para mantener una actitud de discernimiento: 1. Mantener siempre una actitud de devoción y fe, es decir, cultivar las disciplinas espirituales que animan nuestra identidad cristiana, la lectura bíblica, la oración, el servicio a Dios, congregarse, entre otras. 2. Ver, juzgar y actuar, es decir, ver la realidad y juzgarla a la luz de la revelación de Dios. 3. Actitud de servicio, que nos permita estar siempre enfocados en la misión de Dios. La visión y el propósito son importantes, pero será fundamental desarrollar un discernimiento pleno y continuo. Como algunos autores lo han definido: discernir es entrar en crisis, o, discernir es un don del espíritu que nos permite decidir según Dios, o, discernir es sospechar que no todo es como parece a primera vista, para que de esta manera podamos encontrar el camino a que nuestras metas sean, verdaderamente, las metas de Dios. Algunas preguntas claves para nuestra vida espiritual serían: ¿Qué es lo que quebranta el corazón de Dios? ¿Qué creemos que haría Dios en la situación actual? ¿Qué cosas nuevas espera Dios que hagamos? ¿Qué cosas no desea él que sigamos haciendo?
ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.