Crearon el primer banco in vitro de hongos de nivel internacional

1 jun. 2010 - Germoplasma de Hongos Micorríci- cos Arbusculares in vitro que per- mite formular biofertilizantes. Dos grandes cámaras de cultivo albergan ...
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CIENCIA / SALUD

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EN VOLUNTARIOS

Martes 1 de junio de 2010

BIODIVERSIDAD s UNA INICIATIVA UNICA EN EL PAIS

EN LA CAPITAL

Gigantesco estudio genómico en California

La muerte de Astarloa, luchadora contra el sida

Analizará más de 130.000 muestras

Fue reconocida en el país y en el mundo

NUEVA YORK (The New York Times).– Más de 130.000 miembros de la organización médica Kaiser Permanente, en el norte de California, se presentaron como voluntarios para que su ADN sea secuenciado por máquinas robóticas de alta velocidad como parte del más grande estudio genómico humano que se haya intentado. Su meta es ayudar a los científicos a descubrir las raíces genéticas de enfermedades crónicas y, tal vez, averiguar por qué algunas personas viven más que otras. En mayo, investigadores de la organización médica de Oakland y de la Universidad de California comenzaron con el proceso en gran escala de analizar el ADN que está siendo extraído de decenas de miles de muestras de saliva donadas por los voluntarios desde 2008. Cada muestra de saliva contiene células con todo su genoma. La esperanza es vincular esa información con las historias clínicas de esas personas. Con una velocidad que hubiera parecido increíble hace una década, el trabajo de recolectar, purificar y digitalizar miles de millones de segmentos de información química estará listo dentro de 18 meses y constituirá un tesoro científico que deberá analizarse en las próximas décadas. Winifred Rossi, que dirige el proyecto para el Instituto Nacional del Envejecimiento, dijo que la mayoría de los estudios de asociación genética se realizan en entre 5000 y 8000 participantes. Lo que hace único al estudio de Kaiser es que se va a analizar el ADN de miembros de sólo una colosal cohorte. “Es realmente el mayor estudio en su tipo y tiene un enorme poder estadístico”, afirmó. Experimentos como éste denotan lo rápido que la tecnología de secuenciamiento genético se está trasladando del laboratorio al hogar.

La doctora Laura Astarloa, pionera en la lucha contra el sida (fue la primera directora del programa nacional contra la enfermedad) y destacada investigadora en el desarrollo del tratamiento de la fiebre hemorrágica argentina con plasma de convaleciente, falleció en esta ciudad a los 75 años. Su deceso produjo gran pesar entre sus colegas, tanto en el plano local como internacional, ya que ayudó a fundar el Grupo de Cooperación Técnica Horizontal de América Latina y el Caribe en VIH/Sida y tuvo una participación relevante en otros organismos.

FOTOS CEPRO-EXACTAS

Muestras almacenadas en el banco de hongos

La doctora Alicia Godeas

Crearon el primer banco in vitro de hongos de nivel internacional Provienen de Córdoba, Salta, La Rioja y Buenos Aires; permite formular biofertilizantes CECILIA DRAGHI LA NACION Como Canadá y Bélgica, la Argentina cuenta con el primer Banco de Germoplasma de Hongos Micorrícicos Arbusculares in vitro que permite formular biofertilizantes. Dos grandes cámaras de cultivo albergan cepas aisladas en Córdoba, La Rioja, Salta y en Buenos Aires, y reemplazan a hectáreas de campo en el Laboratorio de Microbiología del Suelo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. “Este banco de micorrizas in vitro es único en el país y está inscripto en el World Data Centre for Microorganisms, es decir que está reconocido a nivel mundial. Resulta un elemento muy importante porque permite realizar los estudios básicos necesarios para el desarrollo de biofertilizantes”, indica la doctora Alicia Godeas, desde el cuarto piso del Pabellón II de la porteña Ciudad Universitaria. Allí funciona esta iniciativa bajo su dirección en la que participa un

grupo de jóvenes investigadores. Las micorrizas constituyen una asociación simbiótica entre hongos y raíces vegetales, en la que ambos se benefician. Uno le da al otro lo que necesita para vivir. Por esas cosas de la naturaleza, un nutriente clave, el fósforo, no está siempre disponible para las plantas. Y aquí entran en escena estos hongos, que aumentan el volumen de suelo explorado por las raíces, transportando fósforo desde el suelo hasta las plantas. Estas los recompensan con azúcares necesarios para su crecimiento.

Sociedad de ayuda mutua Este mutualismo presenta a la hora de estudiarlo una gran dificultad, dado que estos hongos del suelo, denominados Glomeromycota, no pueden sobrevivir sin una planta que los hospede. Entonces, ¿cómo cultivarlos artificialmente en cápsulas de unos centímetros de diámetro en laboratorios científicos? “Toda la metodología es bastante complicada. Raíces de zanahorias modificadas genéticamente con la bacteria Agrobacterium rhizogenes,

–explica– tienen la propiedad de crecer en medios de cultivo en pequeñas cajas de vidrio.” En ellas se coloca el hongo y se reproduce lo que ocurre en el terreno, pero en poco espacio y en menor tiempo. Además, este sistema posee la ventaja de no estar contaminado por

Raíces de zanahorias modificadas genéticamente crecen en medios de cultivo en pequeñas cajas de vidrio otros microorganismos indeseados. “Hemos logrado cultivar in vitro 37 especies en estado puro, y hay otras en vías de purificación. Este número es muy significativo, dado que equivale a la que tienen otros bancos de importancia mundial”, compara. Hace cuatro años, germinó esta iniciativa en la Argentina, que siguió la experiencia de otros países desa-

rrollados, en especial Bélgica y Canadá. No faltaron dificultades para lograr este Banco de Glomeromycota In vitro (BGIV), que hoy “permite la conservación y documentación de cepas aisladas a partir de diferentes áreas naturales y agrícolas de la República Argentina. Además, proveemos a los distintos centros de investigación y sectores industriales, germoplasma de alta calidad y libre de contaminantes”, precisan desde su página www.bgiv.com.ar. El material que ofrece este banco permite estudiar en laboratorio posibles combinaciones de especies necesarias para desarrollar fertilizantes microbianos. “Las micorrizas contribuyen a mejorar el crecimiento de las plantas en suelos erosionados y degradados, existiendo, por lo tanto, un interés agronómico creciente en el tema. Nosotros hoy buscamos una forma de guardar la biodiversidad fúngica necesaria para formular biofertilizantes”, concluye Godeas.

Centro de Divulgación Científica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA

Laura Astarloa INFECTOLOGA Y SANITARISTA

Astarloa había nacido en Buenos Aires el 17 de junio de 1935 y se había recibido de médica en 1960, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Especialista en enfermedades infecciosas e higienista, después de dedicarse a investigar intensamente en fiebre hemorrágica, se abocó a estudiar el VIH/sida cuando aún se trataba de una enfermedad que desconcertaba a los médicos. Sus primeros trabajos sobre el tema datan de 1988 y participó del primer aislamiento del virus en el país a partir de muestras de pacientes, en 1991. Repetidamente premiada por su trabajo y autora de varios libros relacionados con la salud reproductiva y las infecciones de transmisión sexual, Astarloa será recordada como una luchadora.