Sábado 14 de julio de 2007
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la contra
lasituación
Corre con el corazón
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UNA MALA PARTIDA. Pese a
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SU PALABRA VALE. “Sentí
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TAMBIEN OPINO SU COACH.
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UN TRABAJO INTENSO.
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OTRO APODO CURIOSO.
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LA AYUDA DE SUS PADRES. Los
Con dos prótesis, Oscar Pistorius fue segundo en los 400m de Liga de Oro de Roma; busca los Juegos Olímpicos Por Francisco Schiavo De la Redacción de LA NACION
S
i se busca el trato más justo, ¡cuánto equilibrio emocional habrá que tener! ¡Cuánto pulso firme, frío, casi pétreo, tendrá que mostrar la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) para aplacar la llama del corazón de Oscar Pistorius, un atleta sudafricano de 21 años cuyo cuerpo termina poco después de las rodillas! Su vida sabe de esfuerzo, bajo una coraza de superación y amor propio, de acero sólido. En definitiva, su lema es no sentirse menos que nadie. Pistorius lleva dos prótesis desde que su memoria proyecta los primeros recuerdos. Hoy iza una bandera y dice que no quiere los Juegos Paralímpicos; su convicción afirma que no se detendrá hasta los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
La federación madre del atletismo, en tanto, sigue de cerca su caso, ante una eventual ventaja sobre los deportistas. Mientras tanto, Pistorius corre... Oscar fue invitado a la Liga de Oro, en Roma, y por primera vez compitió con atletas sin discapacidades. Se retiró aplaudido: marcó un tiempo de 46s90/100 y quedó segundo en los 400m, detrás del local Stefano Braciola. Hubo emoción, mucha emoción. Y la IAAF siguió atentamente cada paso del sudafricano. La controversia está planteada. Hasta ahora, los reglamentos impiden “el uso de cualquier aparato técnico que incorpore resortes, ruedas o cualquier otro elemento que provea al usuario de una ventaja”. El propósito original era negar el uso de sofisticados aparatos en las zapatillas, pero también se aplicaría a las prótesis. Pero ese punto se estudiará en el congreso de la entidad, el 22 y 23 del mes próximo, en Osaka, Japón, antes del Mundial.
La tecnología siempre tiende una mano Oscar Pistorius utiliza en las carreras unas prótesis arqueadas de carbono. Son fabricadas en Finlandia; cada una cuesta 12.000 euros y en las plantas tienen unos clavos similares a los del calzado deportivo para adaptarse a la pista. Esa clase sólo la emplea para
// AN SA
La eventual participación de Pistorius en Pekín no sólo depende de su ímpetu; también necesita marcas mínimas. Este año cronometró 10s/100 en los 100m; 21s58/100 en los 200m, y 46s56/100 en los 400m. Todos esos registros son récords para los atletas paralímpicos, pero no alcanzan para los Juegos Olímpicos (46s30/100 es la mínima en los 400m), pero el velocista confía en mejorarlos antes del límite. Las posiciones se distinguen. “Nadie de la IAAF vino a ver las prótesis, que son un elemento pasivo. Al contrario: para mí son una desventaja –los expertos dicen que del 10% respecto de los otros competidores–. Toda la fuerza llega directamente del cuerpo porque no tengo músculos. Será una discriminación si no toman una decisión con una prueba”, afirmó hace poco en el diario El País, de España. Pistorius, conocido en Inglaterra como Blade Runner –‘corredor con cuchillas’–. Nick Davies, vocero de la institución, afirmó: “Lo autorizamos a competir mientras se estudia su caso”. Como todo cuento, se impone el “había una vez”... Oscar tenía apenas 13 meses cuando sus padres, Henke y Sheila, tuvieron que tomar la decisión más drástica: una malformación en los huesos de su hijo –a quien le faltaba el peroné– seguía degenerándose y amenazaba con problemas mucho más serios en la adolescencia. La decisión fue cruda, pero al final pareció la mejor. Partes de ambas piernas fueron amputadas y el niño aprendió a caminar con las prótesis. De ojos verdes, siempre sonriente, Pistorius abrazó varios deportes. En el colegio jugó al fútbol y al tenis, pero lo suyo siempre fue el rugby, hasta que, a fines de 2003, una lesión en la rodilla lo obligó a abandonarlo; así, se pasó al atletismo. En la Universidad de Preu entrenador, Ampie idamente se le unió ando comprobó sus es condiciones. o se ganó el reconociu país. Incluso tiene fans. Las principales como Visa y Nike, ya aron su imagen. Pistudia filosofía y dice ún día le gustaría tea cadena de restauen las principales ales del mundo. participación de orius en Pekín 2008, al vez en el Mundial Osaka, dependerá de s marcas y de la deciión de la IAAF. El mira al frente y nunca se detiene. Oscar corre. Sólo corre...
ón: persigue al italiano echa, las prótesis
que no tuvo una buena largada, y a que incluso estuvo último durante la primera mitad de los 400m en la Liga de Oro de Roma, Oscar Pistorius tuvo una notable recuperación en el segundo tramo y terminó muy cerca (18/100) del vencedor, el italiano Stefano Braciola.
una increíble emoción. Hoy se coronó el sueño de toda mi vida. No salí bien, quizás estaba demasiado agitado, muy tenso... pero después la situación mejoró. Estaba deseando este momento. Tenía que dar un paso adelante para medirme con gente más rápida y avanzar en mi carrera”, manifestó Pistorius, según la agencia EFE.
Ampie Louw, entrenador de Pistorius, no se mantuvo al margen de la controversia. “Personas así no nacen todos los días. Los que le están cerrando el paso en la IAAF no tienen ni idea. Al contrario de lo que opina la mayoría, sus prótesis son una gran desventaja respecto de una pierna normal. Tiene unas condiciones notables y debe mostrarlas aún más.”
Pistorius se levanta todos los días a las 7. Su rutina incluye una hora y media de gimnasio, una sesión con el fisioterapeuta y tres horas y media más de entrenamiento durante la tarde. Según sus propias palabras, lo que más le gusta es correr por los campos de rugby de Pretoria.
Además de Blade Runner (corredor con cuchillas), como se lo conoce en Inglaterra, Pistorius tiene otro mote en Sudáfrica: Sea Biscuit, en recuerdo a un legendario caballo de carreras de los años 30 que tenía un lento arranque e impresionaba con su velocidad en los últimos metros. Tal el estilo de carrera del atleta sudafricano.
padres de Oscar Pistorius, Heinke y Sheilla, que falleció hace cinco años, siempre respaldaron la carrera deportiva de su hijo, pese a las complicaciones. Tanto que siempre tuvo acceso a los mejores modelos de prótesis del mercado. Su padre estaba al frente de una mina de cal en Pretoria y nunca reparó en gastos. Es más, cada nueve o diez meses se las renovaba, según el crecimiento.