Compasión “Sean compasivos como su Padre es compasivo”

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Valor del Mes:

Compasión Lema del Mes:

“Sean compasivos como su Padre es compasivo” (Lc 6,36)

Plan de Pastoral

Mayo 2016

Sean compasivos como su Padre es compasivo

Acción Significativa del Sector:

Visitar alguna familia afectada por la violencia, orar con ella y consolarla. Acción Significativa Familiar:

Enviar un saludo de consuelo a familiares y amigos que sufren. Índice Primera Parte: Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Vigilia de Pentecostés. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 Triduo Eucarístico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 Segunda Parte: Celebraciones Dominicales, Lecturas de la Palabra de cada día y Meditación diaria del Evangelio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Celebración Solemnidad Corpus Christi. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84

Colaboradores: Hna. Teresa Inés, P. Valerio Baines Sanz, oar, y Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Santo Domingo) Coordinación: Eugenia López Diagramación y Arte Final: Jesús Pérez Portadas: John Williams Castillo Impresión: Editora Amigo del Hogar Manuel María Valencia No. 4 Santo Domingo, D. N. / Tel.: 809.548.7594 Para contacto Vicaría de Pastoral, Correo Electrónico: guiamensual.vipastoral@arzsd., [email protected] Teléfonos: 809.682.0815, 809.685.3141 ext. 261-262, 809-221-3126 Redes Sociales: www.facebook.com/vicariadepastoralsantodomingo

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Plan de Pastoral - Mayo 2016

Primer Encuentro de Evangelización Semana del 2-7 de Mayo del 2016

“El Señor es compasivo y misericordioso” (Santiago 5,11) Ambientación: Como es costumbre, en el lugar del Encuentro no pueden faltar los carteles del Valor y el Lema de este mes, es decir “La Compasión” y “Sean compasivos como su Padre es compasivo”. Podemos poner algunas chancletas, sandalias y zapatos, con una frase grande que diga: “ponerse en los zapatos de los demás” 1. Cantos de ambientación: Se recibe a las personas con cantos alegres, de acogida, de congregación al encuentro y de compromiso con los demás. 2. Saludo y Oración inicial. Se puede rezar el Salmo 136 3. Canto: Perdónanos nuestras culpas, Señor, pedimos perdón… 4. Introduciendo el tema Este mes de mayo tenemos como valor “La Compasión” y el texto bíblico o lema que lo apoya y sustenta está tomado de san Lucas, 6,36: Sean compasivos como su Padre es Compasivo. Este tema de la Compasión es el que abordamos en este primer Encuentro. La palabra compasión no es bien aceptada en muchas sociedades modernas. Unas veces porque la entienden como “una actitud de tener piedad”, es decir de conmoverse, sentirse mal, ante el sufrimiento del otro, pero se queda solo en el sentimiento sin pasar a la acción”. En otros contextos no se acepta la compasión porque no se está dispuesto a echar una mano, a preocuparse por las necesidades de los demás y del mundo en general: “cada quien que se las arregle como pueda”. Y para nosotros y nosotras ¿qué es la compasión? ¿Cómo la definiríamos? Una de las definiciones del diccionario, y la que más concuerda con la idea y la práctica cristiana dice así: “Sentimiento de tristeza que produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar, remediar o evitar su dolor o sufrimiento”. Por tanto es más que pena y dolor que se siente ante la desgracia de los demás; es pasar a la acción después de sentir esa pena y dolor. En muchas ocasiones es casi sinónimo de Misericordia.Viene de dos palabras latinas: cum, que significa con; y passio, que significa padecer o sufrir. Por tanto su significado es padecer con el otro, o sufrir lo que sufre el otro. Por eso decimos que está muy relacionado con la misericordia, el poner el corazón en la miseria del otro.

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Sean compasivos como su Padre es compasivo

5. Escuchemos la Palabra de Dios: Mateo 14,13-21 En este texto, ¿Jesús tiene compasión? ¿Cómo la demuestra? ¿Sólo curando enfermos? ¿Cómo tiene compasión de la multitud? ¿Cuenta con los discípulos, con nosotros, para su compasión? ¿Cómo y cuándo cuenta con nosotros? 6. Canto: Un niño se te acercó aquella tarde. O: Aquí hay un muchacho: https://www.youtube.com/watch?v=JfE_0BHJAnU 7. Aclarando el tema Cum passio: padecer con el otro o por el otro. Acercarse al que está padeciendo.Como decíamos arriba, es el término más cercano a la misericordia, al poner el corazón en la miseria o padecimiento del otro. Así pues, la compasión se presenta como un sentimiento propio del ser humano al que le importa solidarizarse con el dolor ajeno, comprenderlo, compartirlo y esforzarse en aliviarlo. No obstante, ser humano y sentir compasión no es lo mismo. Si de verdad los seres humanos sintiesen con tanta facilidad compasión, ¿por qué hay en el mundo tantos conflictos, guerras, odio y opresión? ¿Por qué vemos, alrededor de nosotros, a tantas personas que padecen hambre, pobreza y violencia? Es posible que lo humano sea la piedad y el sentimiento de pesar y dolor por el sufrimiento de los demás; pero la compasión, la verdadera compasión es cristiana. El primer compasivo es Dios; “el Señor es compasivo y misericordioso”, poníamos como título al comienzo de este tema, citando la carta de Santiago. La mejor definición y puesta en práctica de la compasión nos la ofrece Dios mismo. Dios es, sobre todas las cosas, un Dios compasivo. Es decir, él ha escogido ser «Dios con nosotros». Dios ha elegido compartir con nosotros nuestro dolor y nuestra angustia. La Encarnación de Dios, es decir, que Dios se haga humano, es conocer la realidad humana y meterse en ella para “padecer con” la humanidad lo mismo que ella sufre, padece y goza. La Encarnación de Dios, el Hijo de Dios se ha hecho hombre para ser solidario y entender nuestro sufrimiento, es el gesto más compasivo de toda la historia humana.Por eso la manifestación más visible de la compasión de Dios se llama Jesús, el Cristo. La disposición de Cristo a convertirse en siervo no es una excepción a su condición divina, no es un gesto aislado. El vestirse de humanidad y morir en la cruz no es romper su divinidad por un momento. Al contrario, en ese Cristo sin privilegios y humillado nos encontramos cara a cara con Dios, tal como verdaderamente es. Los evangelios revelan, una y otra vez, que la compasión fue el motor de la misión de Cristo: (Mt 9,27.36; 14,14; 15,32; 20,34; Mc 1,41; 6,34; 8,2; Lc 7,13). El término «fue movido a compasión», aparece en todos estos textos. Y en toda su vida aunque no se diga la palabra compasión, sí que actúa con ella. Su vida y misión se basan en la disposición de meterse a padecer con los demás, y a tratar de resolver esos padecimientos, revelando así el infinito amor de Dios. Está dispuesto a ir a los lugares donde el sufrimiento es más intenso, para construir allí su morada.

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El Papa nos recuerda esa compasión de Jesús en el número 8 de la Bula El rostro de la Misericordia cuando nos dice: “Nada en Él es falto de compasión.Jesús, ante la multitud de personas que lo seguían, viendo que estaban cansadas y extenuadas, pérdidas y sin guía, sintió desde lo profundo del corazón una intensa compasión por ellas (cfr Mt 9,36). A causa de este amor compasivo curó los enfermos que le presentaban (cfr Mt 14,14) y con pocos panes y peces calmó el hambre de grandes muchedumbres (cfr Mt 15,37). Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales. Cuando encontró la viuda de Naim, que llevaba su único hijo al sepulcro, sintió gran compasión por el inmenso dolor de la madre en lágrimas, y le devolvió a su hijo resucitándolo de la muerte (cfrLc 7,15). Después de haber liberado el endemoniado de Gerasa, le confía esta misión: «Anuncia todo lo que el Señor te ha hecho y la misericordia que ha obrado contigo» (Mc 5,19). Jesús nos manda ser compasivos y misericordiosos como lo es el Padre (Lucas 6,36); nos manda:“hagan lo que yo he hecho con ustedes”. Nuestra misión es ser la manifestación y realización de la compasión de Dios ante las necesidades actuales, ante quien nos rodea, ante el mundo, ante la naturaleza.En este mundo en que el espíritu de competencia es una de sus características, Jesús nos pide compasión, vivir la compasión en vez de la competitividad. La competencia nos invita a separarnos de los demás, a buscar la forma de distinguirnos, de recibir honra y el reconocimiento de los demás; debemos brillar más que los demás Mientras que ser compasivo significa estar dispuestos a dejar a un lado nuestros títulos, nuestros éxitos y nuestras pertenencias. Significa la disposición de recorrer el mismo camino de Cristo «el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que Se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló El mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Fil 2.6–8). No se puede ser discípulo de Jesús si no se vive desde la compasión de Dios; el discípulo ha experimentado en su vida que Dios es compasivo con él, se ha metido en su vida para dar sentido a sus padecimientos; por ello, el discípulo se acerca a todo ser humano que sufre, cualquiera que sea su raza, su pueblo o ideología. No se pregunta a quién debo amar sino quién me necesita cerca. Esta pregunta orientará nuestra vida de discípulos de Jesús, orientará nuestra compasión. 8. Canto: Danos un corazón grande para amar 9. Reflexión personal y compromisos ¿Todo este tema tiene algo que ver con esa frase de “ponerse en los zapatos de los demás? ¿No les parece que la compasión es más que ponerse en esos zapatos de los otros? ¿Cómo y cuándo hemos experimentado la compasión del Señor en nuestras vidas? Pongamos algún ejemplo que ayude a las demás personas. Pongamos algún ejemplo en que alguna

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Sean compasivos como su Padre es compasivo

persona ha sido compasiva con nosotros; yalgún ejemplo en que nosotros hemos sido compasivos con los demás. ¿Cómo puedo tener compasión de la patria? ¿Y de la naturaleza? Pongamos ejemplos concretos y tomemos compromisos tanto personales como comunitarios en vivir y demostrar la compasión con los demás, con la patria y con la naturaleza. 10. Oración final Hoy me detengo un momento para vaciarme de mí, de mis necesidades, mis expectativas, mis propios sufrimientos y preocupaciones, y ofrecer mi ser en oración para pedir en nombre de todos aquellos que en el mundo sufren bajo el yugo de la esclavitud en todas sus formas. Amado Creador, estoy aquí, vacío de mí, pidiendo Tu misericordia, Tu amor incondicional y Tu gracia para todas aquellas personas en el planeta Tierra que sufren bajo el yugo de la esclavitud sin esperanza de vivir en libertad.Sea en ellas Tu Luz, Tu Presencia Santa. Pido amado Padre, que descienda sobre ellas el Espíritu Santo brindando una salida, brindando esperanza, brindando descanso, brindando libertad, brindando la fuerza de Tu amor y Tu bondad.Descarga en ellas, Tu amor incondicional y todo aquello que sea Tu voluntad, para su mayor y más alto beneficio y el de quienes les rodean.En el nombre de Jesús.Amén. 11. Canto final: Amar es darse a todos los hermanos.

Segundo Encuentro de Evangelización 9- 14 de Mayo del 2016

El cristiano ante las elecciones

“Los cargos públicos existen por voluntad de Dios” (Rm 13,1) Ambientación: El local tendrá los carteles del mes de mayo, la bandera dominicana y todos nuestros signos patrios.Tener unos cuantos ejemplares de las Boletas electorales, tal y como las presenta la prensa y la JCE. 1. Cantos de animación: en un aparato de música ponemos cantos patrios y sobre la Patria. Podemos iniciar la reunión cantando el Himno Nacional 2. Oración: Invocación del Espíritu Santo. 3. Introducción al tema: Estamos en el mes de las elecciones. ¿Tenemos que meternos en política? ¿Debemos votar? ¿Cómo votar y a quién hacerlo?

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Seguimos tomando el principal material de reflexión de los documentos de nuestros obispos, editados en el libro Principios del buen gobernar. La fe es un compromiso, una respuesta que se expresa en la práctica de la justicia, de la solidaridad, del anuncio de la buena nueva que libera y de la denuncia de cualquier tipo de opresión. Un cristiano por el hecho de serlo debe comprometerse con la justicia y el bienestar social; pero sin olvidar que la fe trasciende la política. El Evangelio ofrece al cristiano criterios de orientación e inspiración para trabajar en la justicia social y la dignidad, a favor de las mayorías pobres y necesitadas. Esa participación o militancia cristiana de los fieles laicos en la vida política exige preparación, competencia, conocimiento de la realidad social y una espiritualidad sólida para no buscar sus propios intereses sino el bien de todos…. (Página 79) Esa participación tiene que darse en distintos niveles: no todos están llamados a esta noble tarea como vocación u oficio; es decir, a dedicarse a tiempo completo a ese ministerio; los que están llamados deben prepararse para ejercer cargos públicos; pero sí, es bueno hacernos conscientes de que todos estamos llamados al sufragio libre para elegir a hombres y mujeres serios y responsables que administren con ética y pulcritud los bienes que pertenecen a todos. Y al mismo tiempo, como ciudadanos, mantenernos vigilantes para que aquellos a quienes les hemos delegado la autoridad política la ejerzan apegados a las leyes y a los principios éticos. (Página 80) (Estos textos están tomados de la Carta de nuestros obispos del 27 de febrero de 2014). Canto: Viva la Virgen de la Altagracia…. 4. Texto bíblico: Miqueas 3, 9-12; Romanos 13,1-10 Un texto en negativo y el otro en positivo. Nuestro país, ¿con cuál de los dos textos lo comparamos? Dios pone en nuestras manos elegir las autoridades; ¿qué podemos hacer para elegir a quienes no se les pueda aplicar lo de Miqueas y a quienes obedezcamos y sigamos con gusto porque son las autoridades que Dios quiere para nuestro pueblo, según Romanos? 5. Ayudando a la reflexión El mes pasado, en el encuentro sobre política, hacíamos una lectura personal de la Carta de nuestros obispos del 27 de febrero del presente año, y la explicábamos como a quien votar y a quien no votar. Recomendamos volver a leer esa carta de los obispos dominicanos. Debemos votar, sí debemos votar, pero ¿por quién si todos y todas son unos corruptos, unos que buscan su bien y no el del país? Esta es una frase bastante frecuente en la calle y también en los ambientes católicos. Y es que el ambiente político creado en esta campaña da a entender ese interés personal de los candidatos y candidatas; lo expresa más claramente que en otras campañas, con las alianzas antes de iniciar la campaña, con el transfuguismo tan grande y tan descarado porque “no les han presentado como candidatos en un partido”… dan a entender que no tienen ni ideología, ni principios, ni programas, sino que les interesa el puesto político. Ante

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esta y otras situaciones de violencia y de pactos escondidos, es muy normal pensar que no merece la pena votar por ningún candidato ni candidata y por ningún partido. Esto está fomentando también la venta de los votos y el poner el práctica eso de “¿por cuánto vas a votar”. Y sin embargo debemos votar. Aquí nos nace una cuestión que debe debatirse en serio para otras elecciones: la validez de voto en blanco. No nos podemos detener mucho en este tema, pero sería interesante un buen planteamiento sobre él. Un voto en blanco es el de una persona consciente, que ha examinado las opciones políticas y ninguna le convence; va a las urnas, ejerce su derecho al voto, ese día no se va de playa o de vacaciones, sino que lo dedica a su deber cívico y va a votar. Votar en blancoquiere decir: gane quien gane, me va a tener en la oposición, y una oposición real, en la calle, en las manifestaciones, exigiendo que se cumpla con la justicia, que no haya corrupción y se ayude a mejorar el país. El voto en blanco es un voto de una oposición válida y real. Pero aquí, al contrario que en la mayoría de los países del mundo, el voto en blanco se lo roba el ganador, cuando debería ser un voto para la oposición real, la de las exigencias políticas en la vida diaria. Y sin embargo debemos votar. Acuérdense que los cristianos y cristianas no votamos por un partido o por un color, sino que votamos por personas honestas, con programas claros, dignos, realizables y que cumplan con los valores humanos, dominicanos y de respeto de todas las personas. Por tanto aunque militemos en un partido político, no tenemos que votar para todos los puestos o cargos a la “gente de mi partido”, si para alguno de los cargos, otros partidos presentan personas mejores y con mejores programas. Esto se llama dar el voto fragmentado: es decir, votar a personas de distintos partidos para distintos puestos públicos. Y esto es muy fácil hacerlo porque los votos son privados y en conciencia. Ningún católico o católica puede votar por quien le quiere comprar su voto con dinero, con puestos de trabajo, con regalos o con promesas. ¡Nuestra conciencia, nuestra persona y nuestra patria valen mucho más de todo lo que nos puedan ofrecer para comprar el voto! ¡Nadie vote a un comprador de votos! Y sin embargo tenemos que votar. Sí tenemos que votar. Por eso es necesario que en nuestras asambleas, encuentros y reuniones comunitarias y de los sectores se enseñe a votar para evitar perder votos, para evitar tantos votos nulos. Los votos nulos son completamente distintos de quienes no van a votar o de quienes votan en blanco; los nulos son los de las personas que se equivocan o voluntariamente lo hacen mal, y esos votos son perdidos. Una tarea es enseñar a votar; y en nuestro caso, también enseñar a votar de manera fragmentada, de manera que se vote a las personas que más nos convencen. ¿Y si no nos convence nadie? La moral católica nos enseña a elegir “el mal menor”, es decir, si nadie nos convence, debemos votar por el menos

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malo.El Señor nos ilumine para que por medio de nuestros votos ayudemos a elegir a las personas que mejor van a ayudar al desarrollo, el progreso y el respeto de nuestra República Dominicana. 7. Canto: Vamos a preparar el camino del Señor.(Este canto tiene mucho sentido, porque si votamos bien, eso es lo que hacemos: preparar el camino del Señor y del pueblo) 8. Reflexión personal y compromisos ¿Sabemos a quién vamos a votar? ¿Desde la fe, creemos que esas personas son quienes mejor lo pueden hacer? ¿Qué me pasaría si cambiara mi voto? ¿Puedo ayudar a alguien a tomar conciencia de por quién votar? ¿Entiendo qué es votar fragmentado? Oración final Hacemos una oración voluntaria entre todas las personas participantes, pidiendo fundamentalmente por la Patria, por las elecciones, por las nuevas autoridades que van a ser elegidas y para que hagamos una buena elección. Se termina con el Padre Nuestro el Ave María y el Gloria. Canto final: Somos un pueblo que camina….

Tercer Encuentro de Evangelización Semana 16 al 21 de Mayo 2016

“Consolar a los tristes”

“Bendito sea Dios… que nos consuela en todas nuestras tribulaciones” 2Cor 1,3 Ambientación: Además de los signos del mes, ya puestos en el primer Encuentro, en una mesa o por las paredes se puede poner una serie de chistes o de cuentos recortados en los periódicos e impresos de internet. 1. Cantos: Mientras se reúne la comunidad se van escuchando cantos de acogida y ambientación. 2. Oración: ¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz! / Que allí donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa, ponga yo perdón; / donde haya discordia, ponga yo unión; donde haya error, ponga yo verdad; / donde haya duda, ponga yo fe; donde haya desesperación, ponga yo esperanza; / donde haya tinieblas, ponga yo luz; donde haya tristeza, ponga yo alegría. ¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto ser consolado como consolar; ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar. Porque dando es como se recibe; olvidando, como se encuentra; perdonando, como se es perdonado; muriendo, como se resucita a la vida eterna.

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3. Centrando el tema Para comenzar el tema pedimos a tres o cuatro personas que nos cuenten un chiste.¿Estos chistes sirven para consolar a los tristes? En este mes de mayo reflexionamos, oramos y practicamos de manera especial la obra de misericordia espiritual “Consolar a los tristes”.Todas las obras de misericordia nos deben interpelar, ya que son sobre todo modos concretos de vivir el mandamiento del amor y de la misericordia. Esta obra de consolar a los tristes viene muy bien en este mes de mayo, ya que puede ser una manera de poner en práctica el valor de la compasión. Esta obra de misericordia de consolar a los tristes nos parece que es fácil de cumplir, y no lo es tanto; por lo menos no es tan fácil cumplirla bien. Decirle a una persona triste “no llores”, “no pasa nada”, “todo tiene solución”, o echarle la mano sobre el hombro… es necesario, pero no es suficiente, y en ocasiones puede ser hacerle un daño o dejar a esa persona peor de lo que está.Debemos entender quién es la persona triste y debemos saber qué es consolar. La tristeza es una de las emociones básicas del ser humano, que el diccionario la define así: “sentimiento de dolor en el ánimo provocado por un suceso negativo. ”Es un sentimiento o emoción que todas las personas tenemos en algunos momentos de nuestra vida. Es algo por lo que todos y todas hemos pasado y por eso podemos comprender a quien se encuentra triste. No es malo sentir tristeza, especialmente cuando vemos tanto mal en el mundo, en nuestra República Dominicana y en las personas; lo malo es cuando esa tristeza se desordena, es decir, cuando nos lleva a la turbación que nos despista de nuestros deberes y nos lleva a preocuparnos en exceso. Por otro lado, consuelo o consolación será llevar respuesta adecuada a la persona triste para que pueda recuperar su ánimo normal, se valore y sea capaz de enfrentar la vida de manera positiva. 4. Texto de la Palabra de Dios: Lucas 24,13-33 Es un texto pascual que lo hemos leído, y reflexionado en la liturgia del mes pasado, que nos sirve para esta reflexión.¿Nos habla algo del consuelo? ¿Cómo consuela Jesús a esos dos discípulos? ¿Cómo se convierte en ejemplo de consolación hacia los demás? 5. Canto: Cristo está conmigo, junto a mí va el Señor. 6. Ayudando a la comprensión del tema Pero, como decíamos antes, todo ser humano tiene necesidad de consuelo, sobre todo cuando se está atravesando por una especial dificultad; de modo que todos estamos llamados a ser al mismo tiempo consoladores y consolados. Y el primer consolador es Dios; Él está siempre a nuestro lado, dispuesto a echarnos una mano en los momentos de tristeza y llanto; de esto no podemos dudar. Leamos completo el texto que hemos puesto como título de este Encuentro, leamos 2 de Corintios, 1,3-4. Somos consolados por Dios para convertirnos en consoladores. Y esto es lo que busca este año Jubilar de la Misericordia: “En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más

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estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad.” (MV 15) No hay recetas para cómo consolar, cada caso es distinto, y debemos saber el motivo de la tristeza para tratar de consolar de manera efectiva. Jesús también estuvo triste, muy triste, sobre todo con la muerte de Lázaro y en el Huerto de los Olivos. Por ser en todo semejante a nosotros, menos en el pecado, es capaz de consolarnos y enseñarnos a consolar. En el texto leído de los dos de Emaús tenemos un ejemplo de cómo debe ser el consuelo cristiano, ya que esos dos discípulos volvían a su casa muy tristes. Seguimos las enseñanzas de Jesús en este texto de Lucas: Lo primero que hace Jesús con esos dos tristes es acercarse a ellos, “se acercó y caminó con ellos”. La cercanía, la presencia con el triste, es la primera actitud para consolar; y acercarse sin esperar que te lo pida la persona triste. Hoy día tenemos muchos medios de comunicación para poder acercarnos, pero la presencia física, personal no se puede sustituir por ningún medio de comunicación, de manera que cuando se puede estar hablando y abrazando no se puede sustituir por una llamada telefónica. “¿De qué van discutiendo por el camino?”, les pregunta Jesús, es decir, se interesa, se preocupa de lo que les pasa, y les deja hablar. Una segunda actitud es la de preocuparse de la situación de la persona que está triste; y dejarle hablar, para entender su situación. No se trata de ponernos a hablar nosotros, los que queremos consolar, sino de escuchar; a veces la parte más importante del consuelo es esta escucha y que el triste pueda hablar de su situación. Una tercera enseñanza de Jesús, en este texto, es que también debemos hablar y abrir la mente de la persona triste a una perspectiva más positiva. Después de acercarnos y escuchar, nos daremos cuenta si hay que hablar y de qué hablaremos. Así como Jesús ubicó a los dos discípulos, nos tocará orientar hacia una situación más positiva y en una visión de lo que está sucediendo. Y en este sentido, otra enseñanza es la de dar ánimo y esperanza. Pero partiendo de la realidad, no se trata de decir que no pasa nada; reconociendo los motivos de tristeza, se lleva a motivos de esperanza real, de que esa situación va a cambiar, y hasta intentar ver juntos el modo, las razones y la manera de hacer realidad esa esperanza y ese cambio. Y después dejar que la persona con tristeza actúe, “de inmediato se levantaron y volvieron a Jerusalén…”. No es el consolador quien debe ponerse alegre, sino la persona triste quien debe poner en práctica los motivos de esperanza que le llevarán a la vida normal, a recobrar el ánimo y la alegría. Como la tristeza es una situación personal, el salir de ella también debe ser personal y propia, debe ponerse en camino.

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Todos y todas debemos “consolar a los tristes”, pero no es tan fácil como parece a primera vista. Este consuelo, para que sea real, es un proceso. Debemos meternos en él y ayudar a quien está triste a cambiar su situación. Quien quiere consolar a un triste debe ser muy humilde al reconocerse como un instrumento limitado y desechable: el otro, el triste, es el importante, el único actor de su vida, el verdadero autor del cambio. Asumir esto es vivir en verdad el amor al prójimo y saber cumplir con esta obra de misericordia. 7. Canto: Quiero ser, oh Señor, instrumento de tu paz 8. Reflexión y compromiso ¿Hay mucha tristeza en nuestro ambiente? ¿Conocemos muchas personas tristes? ¿Qué podemos hacer para consolarlas? Este encuentro ¿nos enseña algo sobre la tristeza y el consuelo? ¿Qué podemos hacer como personas y como comunidad para consolar a alguien? ¿Qué vamos a hacer? 9. Oración final Nos ponemos en círculo y hacemos una oración comunitaria pidiendo el consuelo de Dios y fuerzas para consolar a los demás. 10. Canto Final: El amor es nuestro canto a la vida que se da….

VIGILIA DE PENTECOSTES 12 de Mayo

Espíritu de amor, haznos compasivos como el Padre Orientaciones para esta Vigilia: La Vigilia de Pentecostés es un tiempo especial para invocar el Espíritu Santo sobre nosotros para que llenos de su amor seamos misericordiosos como el Padre. Preparar bien el salón, adornar lo con flores, poner los bancos en forma circular, alrededor de la mesa o colocar la gente en varios círculos agrupando a los de un mismo Sector o sectores cercarnos Se prepara el Altar en el centro. Se pueden colocar 12 velones que simbolicen los apóstoles reunidos y un velón más grande que simbolice a la Virgen que estaba con ellos cuando vino el Espíritu Santo (Hechos 1, 14). Estos velones se mantienen apagados hasta que se anuncie el momento de Pentecostés. Se colocan la Imagen de la Virgen y de Jesús misericordioso, el Logo del Jubileo y Pueden poner algunos letreros pidiendo el don del Espíritu Santo y algún dibujo del símbolo del Espíritu Santo: una paloma o rayos de luz que van hacia abajo, etc. Preparar bien las moniciones, preparar los cantos adecuados, hacer la agenda con claridad y así saber lo que le toca a cada uno.

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Pueden encargar a cada grupo o equipo de la comunidad y al grupo de jóvenes o de otro grupo que dirijan los diferentes momentos. Si es posible sería bueno tener un compartir en su comunidad para celebrar esta fiesta. Les ponemos sólo las lecturas y algunas indicaciones de signos siguiendo un orden. Ustedes lo hacen como les quede mejor. No se olviden de tener momentos de oración en silencio que ayuda mucho para penetrar en la Palabra y es una oportunidad para que el Espíritu Santo entre a nuestros corazones. 1. Cantos de animación sobre el Espíritu Santo (mientras se va recibiendo a las personas) 2. Monición de entrada Hace cincuenta días que en la Vigilia Pascual nos llenábamos de alegría y de gozo por la Resurrección de Jesús, hoy de nuevo nos reúne el Señor para celebrar la fiesta de Pentecostés, cuando los apóstoles del Señor recibieron el Espíritu del Amor, que nos impulsa a vivir con Cristo, con El y como El siendo misericordiosos como el Padre. Pentecostés, quiere decir cincuenta y era una fiesta de los judíos celebrada siete semanas después de la Pascua que, en un primer momento,era celebración del fin de la cosecha del trigo (Ex 23,14) y, que, más tarde, se convirtió en la fiesta de la renovación de la Alianza, celebrada por Dios y su pueblo a los cincuenta días de la salida de Egipto (cfr2 Cron 15,10-13). Para nosotros los cristianos, Pentecostés ha pasado a ser el día de la cosecha del gran fruto de la Muerte y Resurrección de Cristo, que es su Espíritu Santo quien inscribe en nuestros corazones la ley de amor de la Nueva y Eterna Alianza sellada con la Sangre de Cristo en la Cruz. Desde aquel primer Pentecostés muchas cosas cambiaron en el mundo y en la historia. Desde ese día los apóstoles comenzaron a servir al Reino de Dios que es Reino de paz, de justicia y de amor, iniciándose el tiempo de la Iglesia que concluirá en la eternidad apoyados en ese mismo Espíritu. En este Pentecostés del Jubileo de la Misericordia invoquemos el Espíritu de Amor, para que renueve en nosotros su Espíritu Santo y que realice un nuevo Pentecostés que nos lleve llenos de amor a ser misericordiosos como el Padre, a contemplar el rostro misericordioso de Jesucristo, a realizar su misión misericordiosa y nos haga practicar las obras de misericordia. 3. Canto: Vamos cantando hasta que baje su poder. 4. Inicio de la vigilia Animador/a: El Espíritu Santo, Espíritu de Amor, esté con ustedes. - Oremos unos por otros para que nos llene de Espíritu del Amor, para que llenos de misericordia seamos misericordioso como el Padre. - Momento de silencio. Oremos: Señor Jesús, manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor

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y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. I.- PRIMER MOMENTO Espíritu Santo, condúcenos a contemplar a Jesucristo, el Rostro Misericordioso del Padre 5. Monición: Escucharemos las palabras de Jesús en la que promete el don del Espíritu a sus discípulos asegurándoles que El será el guía y el maestro interior que les enseñará y recordará todo lo que necesitamos conocer y vivir de Jesús. Por esto hacemos nuestro el deseo del Papa Francisco: “El Espíritu Santo que conduce los pasos de los creyentes para que cooperen en la obra de salvación realizada por Cristo, sea guía y apoyo del Pueblo de Dios para ayudarlo a contemplar el rostro de la misericordia” (MV 4). Sólo el Espíritu Santo puede auxiliarnos para contemplar a Jesucristo y llenarnos de sus mismos pensamientos y sentimientos para nosotros ser misericordiosos como el Padre. Sólo el Espíritu Santo puede llevarnos a conocer la misericordia realizada por Jesús y a comprender las palabras de Jesús que nos dan a conocer la gran misericordia del Padre que El realizó en su camino evangelizador. Es sólo el Espíritu Santo que puede hacernos experimentar personalmente y en comunidad la misericordia que Jesús ha tenido con cada uno y con todos nosotros. 6. Lectura: Juan 14, 23-26 7. Salmo 43,1-5: Señor envía tu verdad y luz 8. Diálogo sobre la Palabra: Contestemos esta pregunta: Al contemplar a Jesucristo, rostro misericordioso del Padre: ¿qué aprendemos y a qué nos compromete a nosotros esa contemplación? 9. Meditación: Lector 1: “Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. « Dios es amor » (1 Jn 4,8.16), afirma por la primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor

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que se dona y ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión” (MV 8). 10. Oremos: (Se coloca una imagen de Jesús misericordioso en medio del grupo). Ahora en silencio contemplemos a Jesús, rostro misericordioso del Padre, dejándonos llevar del Espíritu Santo para que descubramos en El la misericordia del Padre (10 minutos). Luego, se va pasando la imagen de mano en mano y se hace una oración destacando lo que ha descubierto de Jesús misericordioso. 11. Canto a Jesús misericordioso. II.- SEGUNDO MOMENTO Espíritu Santo, conságranos a todos con tu unción para que realicemos la misión misericordiosa del Señor 12. Quien preside: Iniciamos el segundo momento de la Vigilia, en la que pediremos al Señor junto con el Papa Francisco:” manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a losa los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos” (Oración del Jubileo). Necesitamos esta presencia y esta fuerza de lo alto para tener un corazón misericordioso como el Padre y realizar la misión misericordiosa que realizó Jesús y que nos ha encomendado que hagamos nosotros ahora en este tiempo. 13. Escuchemos la Palabra: Lucas 4,16-21. 14. Dialoguemos en los grupos: ¿Cuál es la misión misericordiosa de Jesús? ¿Por qué necesitamos su Espíritu Santo para continuar su misión aquí y ahora? 15. Meditación: Lector 1:“Un año de gracia”: es esto lo que el Señor anuncia y lo que deseamos vivir. Este Año Santo lleva consigo la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del Profeta: llevar una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la liberación a cuantos están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna, restituir la vista a quien no puede ver más porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella. La predicación de Jesús se hace

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de nuevo visible en las respuestas de fe que el testimonio de los cristianos está llamado a ofrecer. Nos acompañen las palabras del Apóstol: « El que practica misericordia, que lo haga con alegría » (Rm12,8)” (MV 16). Lector 2: Con la ayuda del Espíritu Santo a la Iglesia le toca hacer presente a Jesús y realizar su obra misericordiosa. Como dice el Papa Francisco: “La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. La Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a todos, sin excluir ninguno. Lector 3:En nuestro tiempo, en el que la Iglesia está comprometida en la nueva evangelización, el tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más con nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral. Lector 4: Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre. Lector 5:La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto, donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia (MV 12). 16. Canto: sobre Jesús y su misión 17. Invoquemos sobre nosotros el don del Espíritu de Jesús para que podamos realizar esta misión de Cristo. En silencio cada uno pide que el Espíritu Santo lo llene de entusiasmo para realizar la misión de Jesús donde le toca vivir (5 minutos). Luego, se hace una oración por cada uno y cada una imponiéndoles las manos e invocando sobre ellas el Espíritu de Jesús para que realice con alegría y valentía la misión misericordiosa de Jesús. Se coloca en el centro cada uno cuando se va a orar sobre él o ella, de rodillas o de pie. 18. Canto: Llena mi vida, llena mi ser. TERCER MOMENTO Ven Espíritu Santo Paráclito, Espíritu de la verdad, camina a nuestro lado, defiéndenos y consuélanos para comunicar misericordia 19. Quien preside: Comenzamos ahora el tercer momento de esta Vigilia de Pentecostés dedicada a contemplar y a pedir al Espíritu Santo que nos defienda, que nos haga conocer la verdad y nos consuele para así tener capacidad de tener misericordia y de consolar al pueblo. 20. Escuchemos la Palabra: Juan 16, 7-15

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21. Dialoguemos entre nosotros: ¿Cuál es la ayuda que nos da el Espíritu Santo? 22. Meditación: Lector 1: En esta Palabra el Señor nos habla del Espíritu Santo Paráclito. Esta palabra significa en griego el que es «llamado al lado de» como asistente, abogado, de apoyo, de defensor. Esta función corresponde a Jesucristo, que en el cielo es «nuestro abogado cerca del Padre», intercediendo por los pecadores 1Jn 2,1, y acá en la tierra al Espíritu Santo que actualiza la presencia de Jesús, siendo para los creyentes el revelador y el defensor de Jesús Jn 14,16s.26s 15,26s 16,7-11.13ss. Lector 2: Jesús, como hemos escuchado en el Evangelio, dice: «Yo le pediré al Padre que les dé otro Paráclito, que esté siempre con ustedes» (Jn 14,16). Es el Espíritu Paráclito, el «Consolador», que da el valor para recorrer los caminos del mundo llevando el Evangelio. El Espíritu Santo nos muestra el horizonte y nos impulsa a las periferias existenciales para anunciar la vida de Jesucristo. Preguntémonos si tenemos la tendencia a cerrarnos en nosotros mismos, en nuestro grupo, o si dejamos que el Espíritu Santo nos conduzca a la misión. Lector 3: El Espíritu Santo es el alma de la misión. Jerusalén hace casi dos mil años no es un hecho lejano, es algo que llega hasta nosotros, que cada uno de nosotros podemos experimentar. El Pentecostés del cenáculo de Jerusalén es el inicio, un inicio que se prolonga. El Espíritu Santo es el don por excelencia de Cristo resucitado a sus Apóstoles, pero Él quiere que llegue a todos. Lector 4: Pablo y Bernabé afirman que “hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios”. El camino de la Iglesia, también nuestro camino cristiano personal, no es siempre fácil, encontramos dificultades, tribulación. Seguir al Señor, dejar que su Espíritu transforme nuestras zonas de sombra, nuestros comportamientos que no son según Dios, y lave nuestros pecados, es un camino que encuentra muchos obstáculos, fuera de nosotros, en el mundo, y también dentro de nosotros, en el corazón. Pero las dificultades, las tribulaciones, forman parte del camino para llegar a la gloria de Dios, como para Jesús, que ha sido glorificado en la Cruz; las encontraremos siempre en la vida. No desanimarse. Tenemos la fuerza del Espíritu Santo para vencer estas tribulaciones. Lector 5: A veces podemos sufrir la tentación de dejarnos tomar por la pereza, o peor, por el desaliento, especialmente delante de las fatigas y de las pruebas de la vida. En estos casos no nos desanimemos, sino que invoquemos al Espíritu Santo, para que con el don de la fortaleza pueda aliviar a nuestro corazón y comunicar una nueva fuerza y entusiasmo a nuestra vida y a nuestro seguir a Jesús. 23. Oremos En este momento invocaremos al Espíritu Santo, al Paráclito, Espíritu de la verdad sobre nosotros. Se tiene una tela o mantel que pueda cubrir las cabezas del grupo. Según, cada uno va haciendo una oración pidiendo

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el Espíritu Santo se pone el manto sobre ella y así se hace hasta que esté cubierto todo el grupo. Luego, se entona una canción al Espíritu Santo. Se concluye con esta oración que hace el que preside sobre toda la Asamblea cubierta por el Espíritu Santo. Espíritu divino, Luz de Dios, disipa la tiniebla de mis dudas y hazme dialogante. Fuego de Dios, derrite el hielo de mi indiferencia y abrásame. Torrente de Dios, fecunda los desiertos de mi vida y renuévame. Fuerza de Dios, rompe las cadenas de mis esclavitudes y dame valentía. Alegría de Dios, aleja los fantasmas de mis miedos y confórtame. Aliento de Dios, despliega las alas de mi espíritu y lánzame. Vida de Dios, destruye las sombras de mi muerte y resucítame. Ven, Espíritu Paráclito, Espíritu creador y santificador, Espíritu renovador y consolador, Espíritu sanador y pacificador, Espíritu de fortaleza y valentía. Ven y concede hoy a tu Iglesia, reunida en esta Vigilia con María, la experiencia de Pentecostés. AMEN 24. Canto: Se siente aquí, se siente aquí (u otro parecido). CUARTO MOMENTO Ven Espíritu de Amor, muévenos a practicar las obras de misericordia 25. El que preside: Llegamos al cuarto momento de esta Vigilia en el que invocaremos sobre nosotros el don del Espíritu de Amor que nos lance y nos mueva a practicar las obras de misericordia cada vez más hasta crear una cultura de la misericordia, en la que se viva el perdón mutuo, la ternura, la entrega generosa, el interés y la atención del necesitado. 26. Escuchemos la Palabra: Gálatas 5, 16-26. 27. Dialoguemos entre nosotros: ¿Cuáles son los frutos del Espíritu Santo que da quien se deja guiar por El? 28. Meditación: Lector 1:El Espíritu de Amor nos lleva a conocer y practicar las obras de misericordia corporales y espirituales, nos despierta “nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. Lector 2: Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Lector 3: Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra,

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consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos. Lector 4: No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero (cfr Mt 25,31-45). Lector 1: Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de violencia que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas. 29. Oremos invocando el Espíritu del Amor para que seamos misericordiosos como el Padre. En este momento se colocan en el centro del grupo una bandeja con dos panes, un vaso de agua, unas medicinas, una ropa, una bandera de otro país, unas cadenas, un recordatorio de un difunto, una Biblia, un cuaderno, un lápiz, un corazón. Cada uno del grupo tomará uno de estos elementos y pedirá al espíritu Santo que le anime a practicar esa obra de misericordia. Y se van pasando unos a otros esos signos. Se concluye con esta oración: “Espíritu de consuelo, fuente inagotable de gozo y de paz, suscitasolidaridad para con los necesitados, da a los enfermos el aliento necesario, infunde confianza y esperanza en los que sufren, acrecienta en todos el compromiso por un mundo mejor” 30. Canto: Muévete en mí. QUINTO MOMENTO Proclamación de la venida del Espíritu Santo 31. Animador/a: En este momento hacemos memoria del hecho del primer Pentecostés. Pidamos que se realice en nosotros aquella misma efusión del Espíritu Santo para ser verdaderos testigos de Cristo. El animador/a invita a todos a formar un gran círculo en todo el templo o capilla, aunque se queden los bancos vacíos, de modo que nadie quede detrás. Se colocan en el altar el Cirio Pascual, Once hombres simbolizando a los 12 apóstoles y a la Virgen se colocan alrededor del altar. Se tienen fósforos

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para encender las luces en el momento adecuado. Se puede preparar también la tambora para que al hablar de ruido la toquen. 32. Proclamación de la lectura: Hechos 2,1-11. (Se hace despacio la proclamación de la lectura y haciendo lo que se indica entre paréntesis). “Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente un ruido del cielo (se toca la tambora) como de un viento recio (se sigue tocando la tambora) resonó en toda la casa donde se encontraban (se sigue tocando la tambora) Vieron aparecer como unas lenguas, como llamaradas, que se repartían posándose encima de cada uno (aquí se van prendiendo todas las velas y se les va dando a la Virgen y los Apóstoles que la colocan sobre sus cabezas). Se sigue leyendo el texto…... 33. Hermanos y hermanas: invoquemos sobre nosotros el Espíritu Santo. Levantemos nuestras manos hacia El y repitan conmigo. (Mientras se hace la oración los Apóstoles y la Virgen van colocando sobre las cabezas de cada uno el velón, signo del fuego del Espíritu Santo) Ven Espíritu Santo/manda tu luz divina desde el cielo. / Padre amoroso del pobre/don en tus dones esplendido Luz que penetras las almas/fuente del mayor consuelo/ tregua en el duro trabajo/ brisa en las horas de fuego/ gozo que enjuga las lágrimas/ y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma/ divina luz/ y enriquécenos / mira el vacío del hombre/ si tu le faltas por dentro/ mira el poder del pecado/ cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía/ sana el corazón enfermo/ lava las manchas/ infunde calor de vida en el hielo/ doma el espíritu indómito/ guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones/ según la fe de tus siervos/ por tu bondad y tu gracia/ dale al esfuerzo su mérito/ salva al que busca salvarse / y danos tu gozo eterno. Amén 34. Canto: A que tú no sabes lo que en la Iglesia pasó…. 35. Signo de unidad: El que preside invita a todos agarrarse las manos en señal de unidad. Celebremos con alegría este gran acontecimiento. Tenemos en nuestro interior y en medio de la comunidad el amor de Dios que se ha derramado sobre nosotros. El nos une como la gran familia de discípulos misioneros de Jesucristo.El nos llena de la misericordia del Padre para que seamos misericordiosos como El. Por eso, animados por el Espíritu Santo, atrevámonos a decirle al Padre: Padre nuestro... Nuestra Madre María acompañó a los apóstoles en el primer Pentecostés. También nos acompañó esta noche a nosotros. Saludemos su presencia cantándole el AVE MARÍA...

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36. Compartamos nuestra experiencia: En cada grupo comparten unos con otros lo que han experimentado esta noche. Comuniquémonos mutuamente la alegría del Espíritu Santo. Luego, algunos dan su propia experiencia a toda la Asamblea. 37. Conclusión: Se proclama el lema del año: “Misericordiosos como el Padre, compartamos como hermanos”. 38. Bendición final Si quien preside es sacerdote o diácono, recibimos su bendición. Si no todos dicen juntos. “El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos guarde en vida eterna”. 39. Brindis y fiesta: Se concluye con un compartir fraterno. Se come juntos y se comparten cantos y danzas. Cantos de animación mientras se comparte el brindis 40. Canto: Nos envías por el mundo…. (Cuando se tiene la Eucaristía se continúa como de costumbre. Y el compartir la experiencia y lo que sigue se hace al final).

Triduo Eucarístico

En preparación de la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo 23 al 25 de Mayo

Eucaristía, fuente de misericordia En este Año 2016 dedicado a la Misericordia este Triduo Eucarístico lleva como título “Eucaristía, fuente de misericordia” ya que en ella experimentamos la misericordia del Padre manifestada hasta el extremo en la muerte y resurrección que nos lleva a ser misericordiosos como el Padre. Es importante que este Triduo sea celebrado en cada Sector además del Centro Parroquial. Para esto, los ministros de la Comunión llevarán al Santísimo Sacramento a cada sector. De esa manera, haremos una vez más visible esta presencia de Cristo en medio de nuestro pueblo a través de la Eucaristía que se convierte en fuente de misericordia Hagamos de toda nuestra Parroquia un gran santuario de adoración. En el lugar donde se hará esta Celebración es importante que se decore con belleza y sencillez. Se coloca una mesa con su mantel donde se colocará a Jesús-Eucaristía, adornada con flores y con uno o dos velones.Se coloca el lema del año: “Misericordiosos como el Padre, compartamos como

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hermanos” También, el lema del Triduo: “Eucaristía, fuente de misericordia” y el título de cada día del Triduo. Primer día

23 de Mayo de 2016

Con los ojos fijos en Jesús contemplemos el rostro misericordioso como el Padre. 1. Motivación general: Hermanos y hermanas: Hoy iniciamos el Triduo de Preparación de la Solemnidad del Corpus Christi, del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, en la que celebraremos nuestro Encuentro Eucarístico Arquidiocesano o Diocesano o Zonal con el lema: Eucaristía, fuente de misericordia siguiendo nuestro itinerario de evangelización del Tercer Plan de Pastoral, que nos invita a que ““Misericordiosos como el Padre, compartamos como hermanos”. En esta Adoración Eucarística de hoy dejemos que el Espíritu del Señor nos guíe para contemplar a Jesús, rostro misericordioso del Padre y experimentemos así la gran misericordia que el Señor ha tenido y con cada uno de nosotros. Iniciemos nuestra Adoración Eucarística cantando agradecidos porque en su Hijo el Padre y el Espíritu Santo han mostrado su misericordia hasta lo último, hasta el extremo. 2. Canto: El Señor está presente en medio de su pueblo, vamos adorarle… (Si hay exposición de la Eucaristía, el presbítero, el diácono o el ministro trae el Pan Eucarística del Sagrario, acompañado de algunos con velas encendidas que van delante. Si hay Custodia, se coloca sobre el altar y al llegar el ministro le coloca la Hostia. Si sólo hay copón se coloca sobre el altar, que estará adornado con flores y velas. Al llegar el Santísimo todos se ponen de rodillas. Si hay incienso, se hará la incensación. Si no hay exposición de la Eucaristía todos pueden colocarse alrededor del Altar, que representa a Cristo). 3. Oremos: Señor Jesús, con los ojos fijos en Ti, rostro de la misericordia del Padre, que en Ti se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen, nos disponemos a recibir y acoger tu misericordia con el deseo de ser testigos de la misericordia en medio de nuestro pueblo. Tú, eres el enviado del Padre, que nacido de la Virgen María, nos diste a conocer de manera definitiva su misericordia con tu palabra, con tus gestos y con toda su persona Contemplando tu rostro, haz que experimentemos con más fuerza la misericordia del Padre y así podamos introducir a toda la gente en el misterio de la misericordia de Dios. Empápanos de tu misericordia para que a través de nosotros ese gran río de misericordia llegue a cada persona, a cada familia, a este Sector y a toda la sociedad. Amén. Canto: Tan cerca de mí. Hay alguien que te ama, Eucaristía, presencia del Señor u otro canto adecuado

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4. Disfrutemos en silencio la presencia del Señor, dejándonos llenar de su presencia misericordiosa (10 minutos). 5. Canto 6. Escuchemos la Palabra: 1 Juan 4, 9-16 7. Silencio para releer esta Palabra y contemplar su gran misericordia con nosotros. (10 minutos). 8. Oremos con el Papa Francisco: Con la mirada fija en Ti, Jesús y en tu rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que has recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. « Dios es amor » (1 Jn 4,8.16), afirma por la primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda tu vida, Jesús. Tu persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Tus relaciones con las personas que se te acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realizas, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En Ti todo habla de misericordia. Nada en Ti es falto de compasión. Jesús, delante a la multitud de personas que te seguían, viendo que estaban cansadas y extenuadas, pérdidas y sin guía, sentiste desde lomás profundo del corazón una intensa compasión por ellas (cfr Mt 9,36). A causa de este amor compasivo curaste los enfermos que te presentaban (cfr Mt 14,14) y con pocos panes y peces calmaste el hambre de grandes muchedumbres (cfr Mt 15,37). Lo que movía Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leías el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales. Cuando encontraste la viuda de Naim, que llevaba su único hijo al sepulcro, sentiste gran compasión por el inmenso dolor de la madre en lágrimas, y le devolviste a su hijo resucitándolo de la muerte (cfr Lc 7,15). Después de haber liberado el endemoniado de Gerasa, le confiaste esta misión: « Anuncia todo lo que el Señor te ha hecho y la misericordia que ha obrado contigo » (Mc 5,19). También la vocación de Mateo se coloca en el horizonte de tu misericordia. Pasando delante del banco de los impuestos, tus ojos Jesús se posan sobre los de Mateo. Era una mirada cargada de misericordia que perdonaba los pecados de aquel hombre y, venciendo la resistencia de los otros discípulos, lo escogiste a él, el pecador y publicano, para que sea uno de los Doce. En otras palabras, lo miraste con amor misericordioso y lo elegiste. ( cfr. MV 8). 9. Silencio de contemplación de Jesucristo, rostro misericordioso del Padre (15 minutos) 10. Recemos o cantemos con unción el Salmo 136 (135). A cada frase respondemos: “porque es eterna su misericordia.

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11. En silencio hagamos nuestro este Salmo: Cada uno y cada una repasa su propia historia, la de su familia, la de nuestro pueblo y reconoce la misericordia que Dios ha tenido en su vida, en su familia y en nuestro pueblo. Si puede escribirlas es mejor (10 minutos). 12. Alabemos, bendigamos, demos gracias por la misericordia que ha tenido con nosotros. En este momento, el que quiera puede dar gracias al Señor por la misericordia que ha tenido con él o ella, con su familia, con nuestro pueblo. 13. Canto de alabanza 14. “Muéstranos Señor tu misericordia”. En silencio intercedamos ante el Señor por las personas y las situaciones personales, familiares y de nuestro pueblo que necesitan la misericordia de Dios. (5 minutos). 15. Momento de intercesión. A cada petición respondemos: “Muéstranos Señor tu misericordia”. 16. Canto 17. Oremos con el Papa Francisco: Señor Jesucristo, Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del Cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. 18. Bendición Eucarística. Si hay bendición: Al final de la adoración, el sacerdote o diácono se acerca al altar; hace la genuflexión, se arrodilla y se entona un canto

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eucarístico o el Tantum ergo. Mientras tanto, arrodillado el ministro, inciensa al Santísimo Sacramento. Luego se pone de pie y dice: Oremos: (Se hace una pausa de silencio; luego prosigue) Señor, que en tu Hijo Jesucristo nos diste el verdadero Pan que descendió del Cielo, fortalécenos con este alimento de vida eterna para que nunca nos apartemos de ti y podamos resucitar para la gloria en el último día. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. El sacerdote o diácono recibe el velo humeral, hace genuflexión, toma la custodia y bendice al pueblo con el Santísimo Sacramento. Después de dar la bendición, deja la custodia sobre el altar y, arrodillado, dice las alabanzas: Bendito sea Dios. Bendito sea su santo nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Bendito sea el nombre de Jesús. Bendito sea su sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar. Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo esposo. Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos. (Mientras se reserva el Sacramento en el sagrario, el pueblo puede decir alguna aclamación, o entonar otro cántico de alabanza). Si no hay bendición se termina así: Se acercan todos alrededor del altar. Con nuestras manos unidas levantadas le decimos al Padre: Padre Nuestro. Luego besan el Altar, símbolo de Cristo, sacerdote, víctima y altar. 19. Canto final eucarístico. 20. Aviso: • El próximo 26 de Mayo celebraremos la Solemnidad de Corpus Christi. • Participemos en gran número en esta convocatoria de fe. • En la Arquidiócesis de Santo Domingo se realizará en cada Zona Pastoral a las 4pm • En la Arquidiócesis de Santiago a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Estadio Cibao. • En la Diócesis de Puerto Plata a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Polideportivo y en cada Zona Pastoral. • En las otras Diócesis a nivel parroquial y zonal.

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Segundo día 24 de Mayo 2016 Señor Jesús, empápanos de tu misericordia 1. Motivación: En esta Adoración al Señor de hoy lo más importante es dejarse llenar de la misericordia que como un río brota sin parar del corazón de la Santísima Trinidad y que llega a nosotros de una manera especial a través de Jesucristo. Dejémonos llenar de esa misericordia divina para que vivamos en la vida de cada día esa misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En esta fiesta del Cuerpo y Sangre del Señor dejémonos “sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida” (MV 25). Está claro que sólo quien ha recibido misericordia puede dar misericordia. Iniciemos nuestra Adoración Eucarística para acoger a Jesucristo, misericordia del Padre que llega a nosotros para nutrirnos con su misericordia cantando con alegría. 2. Canto eucarístico 3. (Si hay exposición de la Eucaristía, se procede como el primer día). Si no hay exposición de la Eucaristía todos pueden colocarse alrededor del Altar, que representa a Cristo). 4. Oración ante el Señor: Recemos o cantemos el Salmo 51 (50) despacio y con unción. Se deja un momento de silencio para que cada uno elija un versículo que exprese sus sentimientos y luego pueda compartirlo. 5. Canto de adoración: Alabado seas mi Señor. 6. Escuchemos la Palabra: Ahora dejemos que resuene la Palabra del Señor en nuestro corazón. Leamos las parábolas de la misericordia: Lector 1; Lucas 15, 4-7. Lector 2: Lucas 15, 8-10. Lector 3: Lucas 15, 11-31. 7. Releamos en silencio estas parábolas y destaquemos los personajes, las acciones, las palabras. (20 minutos). 8. Oremos con el Papa Francisco: Jesús, en las parábolas dedicadas a la misericordia, nos diste a conocer la naturaleza de Dios como la de un Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia. Nos contaste tres parábolas que nos hablan de esta misericordia divina en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los dos hijos (cfr Lc 15,1-32). En estas parábolas, Tú presentas al Padre siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona.

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En ellas nos enseñaste el núcleo del Evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón (cfr. MV 7). Para Ti, la misericordia en la Sagrada Escritura es la palabra clave para indicar el actuar de tu Padre hacia nosotros. Él no se limita a afirmar su amor, sino que lo hace visible y tangible. Como nos has mostrado Jesús el amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia divina es su responsabilidad por nosotros. El Padre se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Como nos enseñaste, El nos comprende también en nuestras limitaciones, nos comprende también en nuestras contradicciones. No solo, Él con su amor nos dice que cuando reconocemos nuestros pecados nos es todavía más cercano y nos anima a mirar hacia adelante. Dice más: que cuando reconocemos nuestros pecados y pedimos perdón, hay fiesta en el cielo. Tú hacesfiesta: esta es tu misericordia. Tú nos enseñaste que sobre esta misma amplitud de onda es que se debe orientar el amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros (cfr MV 9). 9. Canto 10. Momento de acción de gracias a Jesús por su gran misericordia con nosotros. Se hacen oraciones espontáneas. 11. Canto de acción de gracias 12. Compartamos con los hermanos lo que hemos aprendido de la misericordia del Padre. (8 minutos). 13. Canto 13. Silencio para meditar (15 minutos) 14. Canto: 15. Momento de acogida de la misericordia. Nos ponemos de pie y abrimos nuestros brazos hacia el Señor indicando que estamos dispuestos a acoger su misericordia en nuestras vidas. Mira fijamente al Señor presente en la Eucaristía y déjate mirar por El. Disfruta de la mirada del Señor, una mirada sanadora y cariñosa de padre, y sobre todo de madre, que mira el corazón y no las apariencias. Una mirada que se deja conmover por la humildad y la verdad de sus hijos. Una mirada que conoce el tesoro que llevamos dentro y el barro del que estamos hechos. Goza su mirada. Escucha lo que El está diciéndote en lo más íntimo de ti (15 minutos).

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16. Oración espontánea al Señor que te ha mirado y te ha llenado de tu misericordia. (7 minutos) Si hay bendición se sigue como el primer día. Si no hay bendición se termina así: Se acercan todos alrededor del altar. Con nuestras manos unidas levantadas le decimos al Padre: Padre Nuestro. Luego besan el Altar, símbolo de Cristo, sacerdote, víctima y altar. 17. Canto final eucarístico. 18. Aviso: • El próximo 26 de mayo celebraremos la Solemnidad de Corpus Christi. • Participemos en gran número en esta convocatoria de fe. • En la Arquidiócesis de Santo Domingo se realizará en cada Zona Pastoral a las 4pm • En la Arquidiócesis de Santiago a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Estadio Cibao. • En la Diócesis de Puerto Plata a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Polideportivo y en cada Zona Pastoral. • En las otras Diócesis a nivel parroquial y zonal. Tercer día

25 de Mayo 2016

Señor Jesús haznos compasivos como tu Padre Adoración y Procesión Eucarística por las calles de nuestro pueblo para que corra su gran río de misericordia entre nosotros. 0. Orientaciones para la Celebración: En este día realizaremos la Adoración Eucarística en el lugar de encuentro de los otros días del Triduo ya sea la Parroquia, Capilla o Casa Misión de cada Sector. Ahí se tendrá el primer momento de oración. Luego, se hará la Procesión Eucarística, llevando al Señor delante con varias velas y flores. Detrás irán los que cantan y todo el pueblo. Se eligen tres casas donde se hará una parada y se tendrá un momento de adoración. Las casas elegidas tendrán preparada al frente de la casa, una mesa con flores y velas donde se colocará la Eucaristía mientras se hace el momento de adoración. Es necesario preparar los cantos eucarísticos para la procesión. Crear un ambiente de oración. Es importante que este acto eucarístico sea de por sí una acción misionera. 1. Motivación general: En este día de nuestro Triduo Eucarístico hagamos oración al Señor para que nos haga compasivos y misericordiosos como El que entregó su

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Cuerpo y su Sangre en la Cruz para darnos vida y salvación y que continúa realizando esa obra misericordiosa en cada Eucaristía. Esta Adoración la haremos en diferentes lugares de nuestro Sector llevando en procesión al Señor presente en la Eucaristía, de modo que el Señor haga correr como un río su gran misericordia que empape a todos los que vivimos en este Sector, para que entre nosotros y con todos seamos compasivos como el Padre. Iniciemos nuestra Adoración Eucarística cantando al Señor presente en la Eucaristía que sale a nuestro encuentro, se hace presente en medio de nosotros y nos reparte su misericordia en abundancia. 2. Canto: Siempre nos ama el Señor… (Si hay exposición de la Eucaristía, el presbítero, el diácono o el ministro trae el Sacramento del Sagrario, lo hace como el primer día. Si no hay exposición de la Eucaristía todos pueden colocarse alrededor del Altar, que representa a Cristo). 3. Oremos: Señor Jesús, te damos gracias por tu presencia en la Eucaristía, que la has hecho fuente de misericordia para el perdón de los pecados y por la cual sigues entregándote a nosotros y renovando tu Alianza con nosotros. Hoy queremos decirte de todo corazón una y mil veces: “Haznos compasivos como tu Padre”; danos un corazón como el tuyo para amar siempre como Tú; para perdonar como Tú, para no juzgar ni condenar como Tú y para compartir con nuestros hermanos como compartes Tú con nosotros. Amén 4. Canto: Te conocimos, Señor al partir el pan 5. Escuchemos la Palabra del Señor: Mateo 26, 26-29 6. Oración en silencio: Contemplemos como Jesús nos ha amado hasta el extremo y nos mostró el camino para ser compasivos como el Padre que consiste en dar nuestras vidas por los demas. (10 minutos) 7. Canto eucarístico: Es mi Cuerpo coman todos de El; es mi Sangre que doy a beber… 8. Inicio de la Procesión: Moderador: Hermanos y hermanas: En este momento llevaremos en procesión al Señor presente en la Eucaristía, por todo nuestro Sector con el deseo profundo de que de la Eucaristía mane ese gran río de misericordia que nos haga compasivos como el Padre con todos los que el Señor nos ha regalado en nuestro caminar en la vida. (Se inicia la procesión: delante la Cruz y velones encendidos. Detrás el Señor, los que cantan y todos los participantes. Se canta hasta la primera parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar que han preparado y se hace la oración que sigue).

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Mientras se va hacia la Primera parada se reza una decena de la Coronilla de la Misericordia. “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo, en propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.” En las cuentas pequeñas del Ave María se dice diez veces. Uno: “Por Su Dolorosa Pasión, Todos: ten misericordia de nosotros y del mundo entero.” Al finalizar la decena de la coronilla se repite tres veces: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. 9. Primera Parada: No juzgar ni condenar Lectura Bíblica: Lucas 6, 36-37. Oremos con la Palabra: Señor Jesús Tú nos indicas las etapas de la peregrinación mediante la cual es posible alcanzar esta meta: Dices, ante todo, no juzgar y no condenar. Nos enseñaste que si no se quiere incurrir en el juicio de Dios, nadie puede convertirse en el juez del propio hermano. Perdónanos Jesús porque ciertamente con nuestros juicios nos detenemos en la superficie, mientras el Padre mira el interior. ¡Cuánto mal hacemos con las palabras cuando están motivadas por sentimientos de celos y envidia! Al hablar mal del propio hermano en su ausencia lo exponemos al descrédito, a comprometer su reputación y a dejarlo a merced del chisme. Tú nos enseñas que no juzgar y no condenar significa, en positivo, saber percibir lo que de bueno hay en cada persona y no permitir que deba sufrir por nuestro juicio parcial y por nuestra presunción de saberlo todo. Momento de silencio para pedir perdón por las veces que hemos juzgado a nuestros hermanos y los hemos condenado: 5 minutos. Concluimos rezando el Yo confieso pidiendo misericordia por las veces que cultivamos el chisme. Canto Eucarístico mientras se camina hacia la próxima parada. Se reza otra decena de la Coronilla de la misericordia como expresamos arriba. 10. Segunda Parada: Perdonar Lectura Bíblica: Lucas 6, 37. Mateo 18, 23-35 Oración con la Palabra: Jesús, Tú nos pides también perdonar, es decir, ser instrumentos del perdón, porque hemos sido los primeros en haberlo recibido de Dios. En la parábola del siervo despiadado ofreces una profunda enseñanza a cada uno de nosotros.

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Tú afirmas que la misericordia no es solo el obrar de tu Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes somos realmente sus hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. Así el perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y lo has hecho para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir. Pero, Señor, ¡cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, tú has hecho del perdón el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Así, dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices. Ayúdanos a vivir la exhortación del Apóstol: « No permitan que la noche los sorprenda enojados » (Ef 4,26). Y sobre todo que escuchemos tu palabra Jesús que ha señalado la misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. Haz que nos inspiremos en este Jubileo y siempre en esta bienaventuranza que nos enseñaste « Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia » (Mt5,7) (cfr MV 14 y 9) Silencio de adoración: 5 minutos. Cada uno recuerda a una persona o a las que les cueste perdonarlas en este momento. Pide a Jesús fuerza y amor para perdonarlas. Concluimos bendiciendo a esas personas que nos han ofendido y digamos 10 veces a una voz: “Bendícelo, Señor” o “Bendícela Señor”. (Se camina cantando y rezando la Coronilla de la misericordia hasta la tercera parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se hace la oración correspondiente). 11. Tercera Parada: Dar, compartir como hermanos Lectura bíblica: Lucas 6, 37. Mateo 25, 34-40 Oración con la Palabra: Señor Jesús, la tercera etapa de la peregrinación que Tú nos propones realizar es dar, es decir,ser generosos con todos sabiendo que también el Padre dispensa sobre nosotros su benevolencia con magnanimidad. Y para ser más concretos, Tú has querido dejarnos como camino de generosidad las 14 obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos tuyos. Al practicarlas despertamos nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y entramos todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. Que en tu Eucaristía encontremos fuerza para redescubrir y practicar las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Haz que nunca olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que se

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equivoca, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos. Reconocemos, Jesús, que no podemos escapar a tus palabras y que en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero (cfr Mt 25,31-45). Igualmente Tú nos preguntarás si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de violencia que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas. En cada uno de estos “más pequeños” Tú estás presente. Tu carne se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros los reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado. Momento de oración en silencio recordando cuántas veces al participar en la Eucaristía nuestros ojos se han abierto y nuestros corazones se han fortalecido para practicar las 14 obras de misericordia. 5 minutos. Concluimos así: Ahora 14 personas van a proclamar las obras de misericordia, que llevan escritas en 14 pancartas. Al decir cada una nosotros la repetimos y decimos: La practicaremos. (Se camina cantando y rezando la Coronilla de la Misericordia hasta la Iglesia, Capilla. Al llegar se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se sigue así:). 12. Oración de la Misericordia de Sor Faustina. Se responde: En Ti confío. • Misericordia Divina, que brota del seno del Padre - en Ti confío • Misericordia Divina, supremo atributo de Dios - en Ti confío • Misericordia Divina,misterio incomprensible - en Ti confío • Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad - en Ti confío • Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico - en Ti confío • Misericordia Divina,de donde brotan toda vida y felicidad - en Ti confío • Misericordia Divina, más sublime que los cielos - en Ti confío • Misericordia Divina, fuente de milagros y maravillas - en Ti confío • Misericordia Divina, que abarca todo el universo - en Ti confío • Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado - en Ti confío • Misericordia Divina,que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús - en Ti confío • Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente • para los pecadores - en Ti confío • Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia - en Ti confío • Misericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo - en Ti confío • Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo - en Ti confío • Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida - en Ti confío

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Misericordia Divina, que nos abraza especialmente a la hora de la muerte - en Ti confío Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal - en Ti confío Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida - en Ti confío Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal - en Ti confío Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos - en Ti confío Misericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los Santos en Ti confío Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios - en Ti confío Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria - en Ti confío Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite - en Ti confío Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia - en Ti confío Misericordia Divina, que abarca todas las obras de Sus manos - en Ti confío Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios - en Ti confío Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos - en Ti confío Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados - en Ti confío Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas - en Ti confío Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor - en Ti confío Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas - en Ti confío Misericordia Divina, que infunde confianza, perdida ya toda esperanza - en Ti confío

13. Oremos al Señor: Oremos: Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Misma” (Diario, 949). 14. Bendición Eucarística. Si hay bendición se sigue como el primer día. Si no hay bendición se termina así: Se acercan todos alrededor del altar. Con nuestras manos unidas levantadas le decimos al Padre: Padre Nuestro. Luego besan el Altar, símbolo de Cristo, sacerdote, víctima y altar. 15. Canto final eucarístico. Aviso: • Mañana 26 de Mayo celebraremos la Solemnidad de Corpus Christi. Participemos en gran número en esta convocatoria de fe. • En la Arquidiócesis de Santo Domingo se realizará en cada Zona Pastoral a las 4pm • En la Arquidiócesis de Santiago a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Estadio Cibao. • En la Diócesis de Puerto Plata a las 7am la procesión y a las 8 am la Eucaristía en el Polideportivo y en cada Zona Pastoral. • En las otras Diócesis a nivel parroquial y zonal.

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Lecturas y meditaciones diarias

Celebraciones Dominicales Mayo 2016 Las citas de las Lecturas Diarias utilizadas son tomadas de: Calendario Litúrgico 2016 de la Conferencia del Episcopado Dominicano 1 II Semana de la Liturgia de las Horas

VI Domingo de Pascua Blanco

El Espíritu Santo nos hace Iglesia compasiva como el Padre Orientaciones para la Celebración: Colocar el lema del mes en lugar visible y en las puertas o frente a la Iglesia el título de este Domingo. Se puede adornar con símbolos del Espíritu Santo. En las ofrendas se pueden presentar trabajadores con signos de su trabajo para celebrar el Día del Trabajo. Se puede presentar un letrero con las necesidades de los trabajadores. Se puede colocar una imagen de María y llevarle flores antes de la Bendición al inicio del mes de María. Monición ambiental: Queridos hermanos y hermanas: Jesucristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado, Aleluya!. Hoy celebramos el Sexto Domingo de Pascua. Ya nos vamos acercando al final del ciclo pascual y las lecturas de este día nos van preparando a esa nueva presencia de Jesús, a través del Espíritu. Estamos viviendo queridos hermanos en un año de gracia, que nos invita a que “seamos compasivos como el Padre es compasivo”. Para lograrlo contamos con la presencia del Espíritu Santo que nos capacita para tener una mirada compasiva y un pensamiento compasivo a la hora de enfrentar las dificultades entre nosotros. Es el mismo Espíritu que hace de la Iglesia un oasis de compasión en medio del mundo y quien nos dará valentía para ser testigos de la misericordia del Padre llenos de la paz del Señor. Dejemos que en esta Eucaristía el Señor haga morada en nuestros corazones de modo que tengamos cada vez más un corazón compasivo como el suyo. Recordemos a todos los trabajadores del mundo para que sean reconocidos sus justos derechos y sepan cumplir con dignidad sus deberes. (Un aplauso a los trabajadores). Junto con María, la más hermosa flor del jardín de Dios, iniciemos este mes dedicado a Ella, celebrando esta gran fiesta de la Eucaristía recibiendo a Jesucristo, quien en la persona del que preside se hace presente. Primera lectura: Hechos 15,1-2,22-29 En este relato aparecen las tensiones que se vivían en las comunidades de Antioquía, Siria y Cilicia, al querer algunos imponer algunas prácticas

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de la religión judía a los recién convertidos del paganismo. Con una mirada compasiva inspirada por el Espíritu Santo, lograron superar las dificultades, tomando las decisiones de acuerdo al designio de Dios. Escuchemos. Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, se han alarmado e inquietado con sus palabras. Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviárselos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que les referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que se abstengan de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Harán bien en apartarse de todo esto. Salud.» Palabra de Dios. Salmo responsorial 66, 2-3. 5. 6 y 8 R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R. Segunda lectura: Apocalipsis 21,10-14 22-23 Por medio de símbolos el autor sagrado nos da una descripción de la Iglesia gloriosa, la nueva Jerusalén, constituida sobre el cimiento de los 12 Apóstoles. En este caminar hacia la plenitud, es Dios mismo quien la guía en su misión de ser oasis de compasión para los atribulados corporales y espirituales. Escuchemos. Lectura del libro del Apocalipsis El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel.

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A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero. Palabra de Dios. Aleluya Jn 14, 23 El que me ama guardará mi palabra —dice el Señor—, y mi Padre lo amará, y vendremos a él. Evangelio: Juan 14,23-29 El Evangelio de hoy nos muestra una vez más su gran compasión por nosotros anunciándonos que El hace morada en nosotros, nos regala su Espíritu que nos guía, nos da su paz y su valentía, para serle fiel en todo momento guardando su Palabra. Lectura del santo evangelio según san Juan En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: — «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy a su lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien se lo enseñe todo y les vaya recordando todo lo que les he dicho. La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble su corazón ni se acobarde. Me han oído decir: “Me voy y vuelvo a su lado.” Si me amaran, se alegrarían de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigan creyendo.» Palabra del Señor. Meditación Jesús se está despidiendo de la comunidad de sus discípulos: “Me voy y vuelvo a su lado”; por otro lado Jesús no quiere dejarnos abandonados, promete quedarse y darnos su Espíritu. Las dos primeras lecturas nos presentan a una comunidad abierta a todas las personas que se acerquen y una comunidad guiada por el Espíritu Santo. Lo narrado por los Hechos de los apóstoles es un acontecimiento central en la vida de aquella comunidad y en la vida de toda la Iglesia. Esta escena se llama el Concilio de Jerusalén, porque se reunieron todos los apóstoles, la comunidad entera y los llegados de fuera de Jerusalén. Es un momento importante, se trata de si los cristianos son un grupo más de los judíos o si es una comunidad distinta. Es cuestión de elegir entre la libertad de Jesús y la ley de Moisés; entre si los convertidos del paganismo tienen que hacerse antes judíos que cristianos. La primera comunidad,

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porque estaba llena del Espíritu Santo, nos da un ejemplo de diálogo y apertura en el trabajo misionero. La decisión que tomó, fue el resultado de un diálogo detenido en el que se escuchó a todas las partes, y se tomó una decisión consensuada entre todos, siempre iluminados por la presencia del Espíritu Santo. También podemos verlo como un ejemplo de compasión con aquellos hermanos convertidos del paganismo a quienes se les exigía hacerse judíos, si no serían excluidos del cristianismo. Vivamos el ejemplo de la primera comunidad en nuestra iglesia, la familia y la sociedad dominicana, sobre todo en este tiempo de campaña electoral. A veces nos empeñamos en mantener o imponer a otros, una serie de opciones que no son ni necesarias y, a veces, si importantes. Debemos ser capaces de dialogar con otros grupos eclesiales, otras iglesias, otros partidos, o con quienes piensan distinto a nosotros; ser comprensivos con las opiniones de los demás; mirar hacia el futuro, siempre con la presencia del Espíritu; y esto también en lo político y nuestra campaña electoral. Recordemos que nuestras decisiones, además de estar en la verdad, deben llevar ánimo, amor, comprensión, y ser creadoras de alegría, como lo fue la carta que salió de aquel Concilio de Jerusalén. Estamos en mayo, el mes de María, la Virgen, no olvidemos que en aquella primera comunidad está ella alentando y animando el proceso comunitario. Jesús, despidiéndose de los discípulos, pide que le amen. Amor que debe ser práctico ya que “el que me ama, guardará mi palabra”. No se trata de quedarse en teorías, sino en hacerle caso. Quien le ama tendrá paz y recibirá el Espíritu Santo. Con la palabra de Cristo y con la presencia del Espíritu, sus seguidores tendremos paz, se nos quitará el miedo e iremos cumpliendo lo que él vivió, enseñó y mandó. La presencia del resucitado es paz, amor, compromiso y presencia del Espíritu Santo. Que se note en nuestras personas y en la comunidad eclesial. Oración de los fieles El que preside:Dirijamos a nuestro Padre común quien nos espera con su corazón abierto de par en par para atender nuestras peticiones y digámosle: Danos Padre un corazón compasivo, semejante al tuyo. - Por la Iglesia, el Papa, Obispos, Presbíteros, Diáconos, Consagrados y Consagradas, laicos y laicas, para que muestren la compasión del Padre en su misión evangelizadora. Oremos - Por los gobernantes de las naciones para que el Señor les conceda un corazón compasivo, pronto a servir a su pueblo, atendiendo a los más necesitados. Oremos - Por los enfermos y de todos los afligidos, para que en medio de sus sufrimientos puedan experimentar la ternura de Dios que no desampara y el servicio desinteresado de sus familiares y vecinos. Oremos - Por nosotros que participamos del gran encuentro con Jesús para que al salir de esta Eucaristía llevemos la compasión del Padre a todos los que nos rodean. Oremos El que preside: Atiende, Padre de Amor, nuestras súplicas que te presentamos por medio de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

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Memoria Obligatoria San Atanasio, Obispo y Doctor de la Iglesia

Lunes

Blanco

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 16, 11-15 En aquellos días, zarpamos de Troas rumbo a Samotracia; al día siguiente salimos para Neápolis y de allí para Filipos, colonia romana, capital del distrito de Macedonia. Allí nos detuvimos unos días. El sábado salimos de la ciudad y fuimos por la orilla del río a un sitio donde pensábamos que se reunían para orar; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que había acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo. Se bautizó con toda su familia y nos invitó: —«Si están convencidos de que creo en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa.» Y nos obligó a aceptar. Palabra de Dios. Salmo responsorial 149 R/. El Señor ama a su pueblo. Canten al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. R. Alaben su nombre con danzas, cántenle con tambores y citaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. R. Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas, con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles. R. Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 26-16, 4a En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —«Cuando venga el Defensor, que les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también ustedes darán testimonio, porque desde el principio están conmigo. Les he hablado de esto, para que no tambaleen. Los excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que les dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, se acuerden de que yo se lo había dicho.» Palabra del Señor. Meditación “Los cristianos del siglo XXI serán testigos o no serán nada”, decía un gran teólogo católico del siglo pasado. Las dos lecturas de hoy nos invitan a ser testigos, y a serlo en todos los momentos y ambientes de la vida. La primera lectura, la de Hechos de los apóstoles nos presenta a Pablo y sus compañeros llegando a una ciudad que no había sido evangelizada, Filipos (ahora la conocemos más por la carta que Pablo le escribió más tarde, la de Filipenses). Buscan el lugar donde se reúne la gente para orar, y allí van. Es en la orilla del río; había mujeres, siempre las mujeres

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han sido mucho más religiosas que los hombres; entablan conversación y consiguen la atención de algunas de ellas. ¿Dónde debemos ser testigos? Pablo y compañeros nos enseñan que cualquier lugar es bueno para predicar. Por tanto, cualquier lugar, circunstancia y acontecimiento (“a tiempo y a destiempo” dirá el mismo Pablo en otra ocasión) son oportunos para predicar y sobre todo para dar testimonio de palabra y de obra. En ambientes favorables y en circunstancias contrarias; en la escuela y universidad, en el trabajo y en la calle, en el partido político y en la asociación de campesinos, en la camioneta y en el campo, en el apartamento y en el sector… y sobre todo en la casa, en la familia, con los más cercanos… es donde debemos ser testigos. El Evangelio de hoy es un aviso del Señor: no va a ser fácil ser testigos. Nos expulsarán, nos criticarán, nos perseguirán si somos testigos de la presencia de Cristo en nuestras vidas y en el mundo. Por ejemplo: muchos católicos y católicas están militando en los partidos políticos; nos parece muy bien esa militancia. Pero a esos católicos y católicas les está pidiendo Jesús que sean testigos en esa organización política; sin salirse de ella, sino desde dentro, deben dar testimonio de la verdad, porque así se trabaja para hacer progresar la Patria. Jesús nos advierte que seremos perseguidos, para que cuando llegue el momento no nos desanimemos, estemos avisados. Además no estamos solos, “Cuando venga el Defensor, que les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí. El Espíritu Santo está con nosotros dándonos la fortaleza y defendiendo nuestra vida y nuestra causa. 3 Martes

Fiesta: San Felipe y Santiago, Apóstoles Rojo

Lectura de la primera carta a los Corintios 15, 1-8 Les recuerdo, hermanos, el Evangelio que les proclamé y que ustedes aceptaron y en el que están fundados, y que los está salvando, si es que conservan el Evangelio que les proclamé; de lo contrario, se ha malogrado su adhesión a la fe. Porque lo primero que yo les transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí. Palabra de Dios. Salmo responsorial l 18 R. A toda la tierra alcanza su pregón El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R

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Sean compasivos como su Padre es compasivo

Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje. R. Aleluya Jn 14, 6b y 9c Yo soy el camino, y la verdad, y la vida -dice el Señor-; Felipe, quien me ha visto a mí ha visto al Padre. Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 6-14 En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: -«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto.» Felipe le dice: -«Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica: -«Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras, Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. Les lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré.» Palabra del Señor. Meditación En este día celebramos la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago. Felipe aparece en los evangelios como un hombre sencillo, directo y que no se queda callado, lo que piensa lo dice y, cuando necesita saber, pregunta sin miedo a quedar mal ante los demás ni ante Jesús. Esta sinceridad le lleva a recibir algún regaño de Jesús, como el del Evangelio de hoy, pero también gracias a su sinceridad tenemos unas enseñanzas del Maestro que nos servirán para toda la vida. Felipe es uno de los primeros que siguieron a Jesús. Había sido discípulo de Juan el Bautista y era de Betsaida, como también lo eran Pedro y Andrés. No sabemos mucho de qué hizo después de la resurrección de Jesús, por ello nos referimos a lo aparece de él en los evangelios: - Cuando se encuentra con Jesús no se lo queda para él, sino que va a comunicárselo a Natanael (Bartolomé): “Hemos encontrado al Mesías; ven y lo verás” (Jn 2); - a Felipe, cuando la multiplicación de los panes, le preguntó Jesús dónde podían comprar pan para satisfacer el hambre de tanta gente como les seguía; Felipe no pareció muy convencido de que fuera posible hacerlo: “Ni con doscientos denarios podríamos comprar el pan suficiente” (Jn 6); - cuando unos griegos manifestaron el deseo de hablar con Jesús, fueron Felipe y Andrés los que facilitaron el encuentro (Jn 12); - en un momento de entusiasmo, Felipe le pidió a Jesús: “Señor, muéstranos al Padre”, como leemos en el evangelio de hoy; y recibió un “boche” de Jesús: “Felipe, tanto tiempo que estás conmigo y ¿no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Jn 14).

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Santiago, cuya fiesta celebramos hoy, es el hijo de Alfeo, y le llamamos Santiago el Menor; se cree que era el primo de Jesús, y que después de la Ascensión aparece como responsable, obispo diríamos hoy, de Jerusalén, por eso acuden a él Pedro y Pablo. Pedro tras su liberación (Hch 12,17). Pablo como punto de referencia en su viaje a Jerusalén, llamándole “columna” de la comunidad, junto con Pedro y Juan (Ga 1,19; 2,9). Sobre todo, aparece como persona decisiva en el llamado Concilio de Jerusalén (Hch 15). Por ser importante en aquella comunidad de Jerusalén, como la muerte de Esteban no fue suficiente para meter miedo a los cristianos, decidieron matar a alguien más importante, y dieron muerte a Santiago, esto sucedía hacia el año 62. Hoy nos alegramos de pertenecer a la Iglesia de los apóstoles, pero debemos convertirnos en sus sucesores en cuanto a cumplir con la misión de llevar el mensaje y la persona de Jesús a todas partes y con toda nuestra vida. 4 Miércoles

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Lectura de los Hechos de los Apóstoles 17,15.22–18,1 En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con Pablo cuanto antes. Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: «Atenienses, veo que son casi nimios en lo que toca a religión. Porque, paseándome por ahí y fijándome en sus monumentos sagrados, me encontré un altar con esta inscripción: “Al Dios desconocido.” Pues eso que veneran sin conocerlo, se lo anuncio yo. El Dios que hizo el mundo y lo que contiene, él es Señor de cielo y tierra y no habita en templos construidos por hombres, ni lo sirven manos humanas; como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo. De un solo hombre sacó todo el género humano para que habitara la tierra entera, determinando las épocas de su historia y las fronteras de sus territorios. Quería que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo dicen incluso algunos de sus poetas: “Somos estirpe suya.” Por tanto, si somos estirpe de Dios, no podemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Dios pasa por alto aquellos tiempos de ignorancia, pero ahora manda a todos los hombres en todas partes que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre designado por él; y ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los muertos.» Al oír “resurrección de muertos” unos lo tomaban a broma, otros dijeron: «De esto te oiremos hablar en otra ocasión.» Pablo se marchó del grupo. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más. Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 148 R“Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria” Alaben al Señor en el cielo, alaben al Señor en lo alto. Alábenlo, todos sus ángeles; alábenlo, todos sus ejércitos. R. Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo, los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños. R. Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra. R. Él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 16,12-15 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por decirles, pero no pueden cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y les comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que les irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso les he dicho que toma de lo mío y se lo anunciará.» Palabra del Señor. Meditación El lunes de esta semana, la Palabra de Dios nos invitaba a ser testigos y a predicar en todas partes, momentos y circunstancias, y a tratar de hacerlo de manera fiel y eficaz. Hoy, en la lectura de Hechos, tenemos un ejemplo de cómo preparar una predicación acomodada a la capacidad de comprensión de los oyentes. Pablo va a hablar al Areópago, algo así como el lugar donde se reúnen las personas más influyentes y preparadas de Atenas, allí están los filósofos, los políticos y los principales religiosos de la ciudad y de toda Grecia. Dado el grupo al que va a Hablar, Pablo se prepara en serio, hará una predicación de altura: cita a poetas, literatos y lugares conocidos de esa gente culta de Atenas. ¡Fracaso total! Bueno, casi total, porque solo le hacen caso unos poquitos. Los frutos no dependen de nosotros. Nos corresponde sembrar, regar, hacerlo lo mejor posible… esa es nuestra misión. El resto corresponde a la misericordia de Dios y a las intenciones de las personas. No podemos desanimarnos ni dejar de ser testigos porque los frutos no son los esperados. En nuestra comunidad o sector citamos a un retiro, a una convivencia, a una charla, a una adoración al Santísimo; hemos sacado volantes, hemos visitado las casas, en todas nos han dicho que sí. A la hora de la verdad estamos uno pocos, casi ni “los de siempre”. Aquí debemos aplicarnos la frase: “ni el que planta ni el que riega…”. Pero Pablo, con este gran discurso, nos enseña que debemos prepararnos en los temas religiosos y que debemos acomodar el lenguaje a quienes nos están escuchando. El Evangelio, como casi todos estos días, hasta Pentecostés, nos habla del Espíritu Santo. Hoy lo presenta como Maestro, ya que Él irá enseñando

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la verdad a los discípulos. El Espíritu sigue animando, iluminando, conduciendo: es el Maestro interior de cada persona y también lo es de la Iglesia Dejémonos guiar por Él. Y también debemos verlo presente, tanto en los dirigentes de la Iglesia como en cada uno de nosotros y nosotras. Él nos enseña la verdad, está inspirando a cada persona que se prepara a dar los temas en nuestros sectores y comunidades, a quienes animan las comunidades campesinas; él fortalece a los miles y miles de catequistas que con luchas, esfuerzos y superación dedican su tiempo a enseñar a niños y jóvenes. Él sigue actuando hoy, dándonos la fuerza para que seamos transmisores de la misericordia y del consuelo de Dios Padre a tantas personas metidas en necesidades de todo tipo. El Espíritu Santo es nuestro motor y el motor de la Iglesia. 5 Jueves

Feria de Pascua Blanco

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 18, 1-8 En aquellos días, Pablo dejó Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un tal Aquila, judío natural del Ponto, y a su mujer Priscila; habían llegado hacia poco de Italia, porque Claudio había decretado que todos los judíos abandonasen Roma. Se juntó con ellos y, como ejercía el mismo oficio, se quedó a trabajar en su casa; eran tejedores de lona. Todos los sábados discutía en la sinagoga, esforzándose por convencer a judíos y griegos. Cuando Silas y Timoteo bajaron de Macedonia, Pablo se dedicó enteramente a predicar, sosteniendo ante los judíos que Jesús es el Mesías. Como ellos se oponían y respondían con insultos, Pablo se sacudió la ropa y les dijo: «Ustedes son responsables de lo que les ocurra, yo no tengo culpa. En adelante me voy con los gentiles.» Se marchó de allí y se fue a casa de Ticio Justo, hombre temeroso de Dios, que vivía al lado de la sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; también otros muchos corintios que escuchaban creían y se bautizaban. Palabra de Dios. Salmo responsorial Sal 97 R/. El Señor revela a las naciones su victoria. Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen. R. Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 16-20 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver.»

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Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver”, y eso de “me voy con el Padre”?» Y se preguntaban: «¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice.» Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Están discutiendo de eso que les he dicho: “Dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver”? Pues sí, les aseguro que llorarán y se lamentarán ustedes, mientras el mundo estará alegre; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.» Palabra del Señor. Meditación Pablo se va de Atenas y llega a Corinto. Debe llegar un tanto fracasado después de los pocos frutos conseguidos en esa gran ciudad. Llega por primera vez a Corinto, ciudad grande, con un gran puerto, un gran mercado y muy mala fama por sus costumbres. En esta ciudad va a permanecer casi dos años; en ese tiempo, con mucho esfuerzo, consigue crear una comunidad numerosa. En principio, Pablo, se pone a trabajar en su oficio, confeccionar tiendas de lona. Debe trabajar para vivir, allí no existe una comunidad creyente que lo sustente. Cuando llegan sus compañeros, se dedica de lleno a la predicación. Su misión comienza con los judíos. Les predica, ellos, en vez de escucharle le persiguen; por eso se consagra por completo a predicar a los paganos, personas no judías. Corinto era una ciudad pagana en su mayoría y de malas costumbres. Pablo tiene allí su misión. Como nosotros, no esperemos estar en un ambiente de personas creyentes y de “buena gente”, para dedicarnos a predicar y a ser testigos; en cualquier ambiente, en situaciones negativas, cuando nadie está de nuestra parte, allí debemos ser testigos, allí tenemos nuestra misión. Con ese hijo o hija que no quiere saber nada de Dios, o que está en malos pasos, y se junta con gente negativa… allí, allí está la misión. Papa Francisco nos invita a abrir las puertas de la iglesia para salir a las periferias, a los lugares donde no se conoce o no se vive la fe. Hoy, jueves de la VI semana de Pascua, se celebraba la Ascensión del Señor. La hemos trasladado al próximo domingo. Pero el evangelio leído en este día nos habla de un ambiente de Ascensión, de despedida, de irme pero quedarme, no me verán y me volverán a ver. No es fácil de entender el contenido de lo leído hoy, y menos lo debía ser para los judíos. Nosotros, tantos años después de la Ascensión lo podemos entender un poco mejor. Debemos aplicar a nuestra vida eso de “no me verán, pero dentro de poco me volverán a ver”. Todas las personas, también las cristianas, tenemos en la vida momentos de no ver al Señor, de ausencia del Señor en la vida. No se trata de que el Señor no está; no lo vemos. Por eso, después de la oscuridad viene la luz, y ahí es donde se aplica, pero dentro de otro poco lo volveremos a ver. Todos los sufrimientos y heridas, todas

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las noches oscuras de nuestras vidas se terminarán, si acogemos al Cristo Resucitado en nuestras vidas, y si acogemos y sentimos la presencia del Espíritu en nuestro ser y en el de la comunidad. Pero Cristo y su Espíritu no son para quedármelos, para “robármelos”, sino para hacer presente el Reino, para ser testigos del consuelo y la misericordia de Dios con los demás, sobre todo con los más necesitados y necesitadas. 6 Viernes

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Lectura de los Hechos de los Apóstoles 18, 9-18 Estando Pablo en Corinto, una noche le dijo el Señor en una visión: «No temas, sigue hablando y no te calles, que yo estoy contigo, y nadie se atreverá a hacerte daño; muchos de esta ciudad son pueblo mío.» Pablo se quedó allí un año y medio, explicándoles la palabra de Dios. Pero, siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se abalanzaron en masa contra Pablo, lo condujeron al tribunal y lo acusaron: «Éste induce a la gente a dar a Dios un culto contrario a la Ley.» Iba Pablo a tomar la palabra, cuando Galión dijo a los judíos: «Judíos, si se tratara de un crimen o de un delito grave, sería razón escucharles con paciencia; pero, si discuten de palabras, de nombres y de su Ley, arréglense ustedes. Yo no quiero meterme a juez de esos asuntos.» Y ordenó despejar el tribunal. Entonces agarraron a Sóstenes, jefe de la sinagoga, y le dieron una paliza delante del tribunal. Galión no hizo caso. Pablo se quedó allí algún tiempo; luego se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria con Priscila y Aquila. En Cencreas se afeitó la cabeza, porque había hecho un voto. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 46 R. “Dios es el rey del mundo” Pueblos todos, batan palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R. Él nos somete los pueblos y nos sojuzga las naciones; él nos escogió por heredad suya: gloria de Jacob, su amado. R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas: toquen para Dios, toquen, toquen para nuestro Rey, toquen. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 16, 20-23ª En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Les aseguro que llorarán y se lamentarán ustedes, mientras el mundo estará alegre; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También ustedes ahora sienten tristeza; pero volveré a verlos y se alegrará su corazón, y nadie les quitará su alegría. Ese día no me preguntarán nada.» Palabra del Señor

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Meditación Como hemos visto en los días anteriores, la estancia de Pablo en Corinto no era fácil. Corría peligro de desanimarse en aquella ciudad corrupta y donde los judíos le perseguían. Por eso recibe la visión del Señor que le anima: no temas. Sería algo así como no tengas miedo y no te desesperes. Los frutos llegarán, por eso el Señor le dice “muchos de esta ciudad son pueblo mío”. Este grito de Dios para animar a los suyos es muy frecuente en la Biblia, y lo sigue siendo hoy. Necesitamos que el Señor quite nuestros miedos porque también en Nuestra República Dominicana hay muchas personas que son pueblo de Dios, debemos buscarlos, animarlos, enseñarlos, consolarlos y hacerlos pueblo del Señor. No tengamos miedo en este mundo paganizado, como el de Corinto, a ser testigos del amor y la misericordia de Dios, aunque seamos mal vistos, perseguidos y no veamos los frutos enseguida. No tengamos miedo a ser testigos de la presencia de Dios en nuestra patria, en estos momentos de nuestra patria, en estos momentos de elecciones. Aquí debemos dar ejemplo, ser testigos de que debemos ser cristianos, defender los valores cristianos y humanos; aquí, ahora debemos consolar y ser misericordiosos con la República Dominicana, tomando conciencia, eligiendo y ayudando a elegir a las mejores personas para los puestos públicos. Esa es la misericordia y el consuelo que nos corresponde traer a nuestra Patria. Y debemos estar alegres. Este es el tema del evangelio de hoy. Cambiar la tristeza en alegría. Cuando vemos esas caravanas de propaganda política, con tanta música, tanto ruido, tantos gastos, tantos pagos y compras, tantas risas y “gozaderas”,… podemos ver cómo se cumple el evangelio de hoy: “ustedes se lamentarán mientras el mundo estará alegre”. Muchos cristianos y cristianas nos lamentamos por la mala campaña política, por los gastos desmesurados en esta campaña, por la compra de los votos… pero nos alegraremos porque deseamos una patria nueva. El ejemplo de Jesús y la parturienta nos hace pensar en ese nacimiento de una patria distinta, de lucha y superación, de desarrollo y respeto entre las personas y las instituciones, aunque ahora “tengamos dolores de parto”. Esa patria distinta que debemos construir entre todos, nos corresponde de manera especial a los creyentes. Sí, esperamos reír, porque Dios está con nosotros y no nos va a abandonar en estos momentos cruciales para la Patria. 7 Sábado

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Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 18,23-28 Pasado algún tiempo en Antioquía, emprendió Pablo otro viaje y recorrió Galacia y Frigia, animando a los discípulos. Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en la Escritura. Lo habían instruido en el camino del Señor, y era muy entusiasta; aunque no conocía más que el bautismo de Juan, exponía la vida de Jesús

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con mucha exactitud. Apolo se puso a hablar públicamente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Aquila, lo tomaron por su cuenta y le explicaron con más detalle el camino de Dios. Decidió pasar a Acaya, y los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos de allí que lo recibieran bien. Su presencia, con la ayuda de la gracia, contribuyó mucho al provecho de los creyentes, pues rebatía vigorosamente en público a los judíos, demostrando con la Escritura que Jesús es el Mesías. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 46 R/. Dios es el rey del mundo Pueblos todos, batan palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo;porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R. Porque Dios es el rey del mundo: toquen con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado. R. Los príncipes de los gentiles se reúnen con el pueblo del Dios de Abrahán; porque de Dios son los grandes de la tierra, y él es excelso. R. Lectura del santo evangelio según san Juan 16,23b-28 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo les aseguro, si piden algo al Padre en mi nombre, se lo dará. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre; pidan, y recibirán, para que su alegría sea completa. Les he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que les hablaré del Padre claramente. Aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que yo rogaré al Padre por ustedes, pues el Padre mismo les quiere, porque ustedes me quieren y creen que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre.» Palabra del Señor. Meditación En la narración de los Hechos de los Apóstoles de hoy, se nos presenta a Pablo iniciando un nuevo viaje; aunque aparece otro protagonista, un tal Apolo. Nos sirve para hacernos algunos planteamientos. ¿Cómo reaccionaríamos si se presenta en nuestra comunidad, sector o parroquia, un laico que viene de fuera y predica sobre Jesús; tiene una gran facilidad de palabra, pero en algunas cosas no está muy claro o ajustado a la doctrina? Además, no es de los nuestros, viene de fuera. Es un ejemplo para nuestras comunidades: En Éfeso, el laico Apolo tuvo la suerte de encontrarse con unas personas creyentes, que lejos de sentirse celosas, le acogieron y le ayudaron a formarse mejor. Y así lograron un buen catequista y un gran predicador de Cristo, al que la comunidad le concedió un voto de confianza y le encomendaron una misión nada fácil. De nuevo se nos invita a abrir el corazón, a reconocer el bien y la verdad allí donde están. Nadie es el dueño de la verdad sino el Espíritu Santo. El criterio no es la raza, la edad, el sexo ni el país de donde se viene, el criterio lo puso Jesús: “el que no está contra nosotros está con nosotros”

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Por su parte el evangelio de este sábado nos habla de la oración de intercesión de Jesús por nosotros. Entendamos bien las enseñanzas, de otro modo corremos el peligro de poner a Jesús como un mentiroso: ¿Dios nos da todo cuanto lo pedimos? Jesús nos ha dicho: “Yo les aseguro, si piden algo al Padre en mi nombre, se lo dará”. No se trata de que el Padre responda a todo cuanto pedimos, sino que, por el hecho de orar, ya estamos entrando en relación con Dios. El primer y principal fruto de la oración es estar con Dios. ¿Podemos pedir algo más importante que estar con Él, hablar con Él, confiar en Él? Eso lo vivimos ya por el hecho de ponernos a orar, nos comunicamos directamente con Dios. Eso de directamente aún puede ser mejorado, ya que Jesús nos dice que Él se convierte en intermediario. Cuando oramos nos unimos a Cristo. Cuando pedimos por nosotros por los demás, nuestra petición no va al Padre sola, sino unida a la de Cristo, que está también siempre en actitud de intercesión por el bien de la humanidad y de cada uno de nosotros. Aprendamos a orar unidos a Cristo. 8

Solemnidad: La Ascensión del Señor

I Semana de la Liturgia de las Horas

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Jesús vuelve a la gloria del Padre y nos entrega su misión misericordiosa Orientaciones para la Celebración:Hoy se coloca el título de este Domingo en lugar visible. Se coloca en el centro una imagen de la ascensión de Jesús. Se preparan cantos de alabanza a Jesucristo por su victoria y de misión. Se destaca el envío después de la bendición invitando a ponerse delante del Altar en familia o a los que forman una comunidad para enviarlos en nombre de Jesús a continuar su obra en cada Sector y donde quiera que vayamos. En las ofrendas se pueden presentar una imagen de la Ascensión; un grupo de misioneros que continúan la misión de Jesús y un signo del Espíritu Santo que nos hace presente a Jesús; se puede llevar una bandera dominicana donde estamos llamados a vivir la misión de Jesús y para presentarle al Señor las próximas elecciones. Monición ambiental Queridos hermanos y hermanas, celebramos hoy el día de la Ascensión. Jesús ha concluido su obra y vuelve al Padre de quien había salido. Hoy es un día para cantarle y complacernos en su victoria, fruto de la obediencia a su Padre. El entró en la plenitud de su Padre como Dios y como Hombre, fue exaltado y glorificado. Pero, antes de marcharse, El nos encomienda continuar en la tierra y en el tiempo su misión de mostrar y promover la compasión que el Padre ha tenido con nosotros siendo compasivos como El. La misión es grande y sobrepasa nuestras fuerzas. Sin embargo, contamos con su presencia a través de su Espíritu Santo. El no se ha desentendido

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de nosotros, sino que ahora está más cerca de nosotros. Lo mismo que al encarnarse entre nosotros no por eso se alejó del Padre, igualmente ahora al irse con el Padre sigue estando con nosotros.Por eso, al celebrar esta fiesta de la Ascensión nos comprometemos a recorrer el camino de Jesús hasta llegar a la meta deseada del Reino del Padre. De pie y llenos de gozo aclamemos a Jesucristo presente entre nosotros que viene a presidir nuestra celebración a través de su ministro. Primera lectura: Hechos, 1,1-11 El Señor antes de subir al cielo nos encomienda su misión compasiva, haciéndonos testigos de su misericordia en todos los pueblos de la tierra con la fuerza del Espíritu, mirando y actuando en esta tierra hasta que El vuelva glorioso. Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les recomendó: «No se alejen de Jerusalén; aguarden que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo les he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días ustedes serán bautizados con Espíritu Santo.» Ellos lo rodearon preguntándole: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Jesús contestó: «No les toca a ustedes conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, recibirán fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.» Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacen ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo volverá como le han visto marcharse.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 46,2-3.6-7.8-9 R/. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas Pueblos todos batan palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas; toquen para Dios, toquen toquen para nuestro Rey, toquen. R. Porque Dios es el rey del mundo; toquen con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado. R. Segunda lectura: Efesios 1,17-23 San Pablo hace una oración por la comunidad cristiana, para que el Espíritu del Señor le dé sabiduría para conocer al Padre y a los dones que nos regala para ser portadores hoy y aquí de su compasión manifestada en su Hijo. Escuchemos

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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de su corazón, para que comprendan cuál es la esperanza a la que los llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.Palabra de Dios. Aleluya Mt. 28-19-20 Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos dice el Señor. Y saben que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo. Evangelio: Lucas 24,46-53 Jesús sube a la gloria del Padre después de compadecerse de nosotros, perdonándonos nuestros pecados. Y nos deja la misión de ser testigos con palabras y con hechos de esta compasión del Padre como El la vivió entre nosotros, asegurándonos la fuerza del Espíritu Santo. Conclusión del santo evangelio según san Lucas En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto. Yo les enviaré lo que mi Padre ha prometido; ustedes quédense en la ciudad, hasta que se revistan de la fuerza de lo alto.» Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios. Palabra del Señor. Oración de los fieles El que preside: Padre, te presentamos nuestras necesidades a Ti que eres Amor compasivo, diciéndote: Padre, que como tu Hijo seamos testigos de tu misericordia. Por la Iglesia santa de Dios, el Papa, Obispos, Presbíteros, Consagrados y Consagradas, Laicos y Laicas comprometidos, para que con su vida y ejemplos manifiesten la presencia compasiva de Jesús Resucitado. Oremos. Por los que gobiernan las naciones para que el Espíritu Santo les conceda un corazón compasivo donde abunde la paz y puedan favorecer el desarrollo de los pueblos. Oremos. Por nuestro país,para que transcurra en paz el cierre de la Campaña Electoral y todos y todas participemos el próximo domingo para decidir con nuestro voto consciente quienes gobernarán nuestra Nación en los próximos 4 años. Oremos

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Por los enfermos, los alejados, los que sufren soledad, para que el Señor por medio de nosotros les conceda el don del consuelo y la paz. Oremos Por nosotros reunidos en esta asamblea, para que siendo fieles al Padre como Jesús lleguemos un día a la meta deseada después de mostrar su compasión a los más necesitados. Oremos El que preside: Acoge Padre de bondad nuestros deseos y súplicas que te presentamos por medio de tu Hijo nuestro Señor, quien está glorioso a tu derecha e intercede por nosotros. Amén. 9

Feria de Pascua

Lunes Blanco 1º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Héctor Rafael Rodríguez, Rodríguez, MSC., Obispo de La Vega Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 19,1-8 Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso. Allí encontró unos discípulos y les preguntó: « ¿Recibieron el Espíritu Santo al aceptar la fe?» Contestaron: «Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo.» Pablo les volvió a preguntar: «Entonces, ¿qué bautismo han recibido?» Respondieron: «El bautismo de Juan.» Pablo les dijo: «El bautismo de Juan era signo de conversión, y él decía al pueblo que creyesen en el que iba a venir después, es decir, en Jesús.» Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les impuso las manos, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres. Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses habló en público del reino de Dios, tratando de persuadirlos. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 67 R“Reyes de la tierra, canten a Dios” Se levanta Dios y se dispersan sus enemigos, huyen de su presencia los que lo odian; como el humo se disipa, se disipan ellos; como se derrite la cera ante el fuego, así perecen los impíos ante Dios. R. En cambio, los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría. Canten a Dios, toquen en su honor, su nombre es el Señor. R. Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 16, 29-33 En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.» Les contestó Jesús: “¿Ahora creen? Pues miren está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que se dispersen cada cual por su lado y a mí me dejen solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Les he hablado de esto, para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán luchas; pero tengan valor: yo he vencido al mundo”. Palabra del Señor

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Meditación Pablo llega a Éfeso, una ciudad que todavía no ha evangelizado. Como hizo en Corinto, se va a quedar unos dos años hasta formar la comunidad y continuar su viaje hacia otros lugares. Comienza predicando a los judíos, como es su costumbre. Se encuentra con unos hombres que están bautizados en el Bautismo de Juan, y no en el de Jesús. Ante esta situación, ¿qué va a hacer Pablo, rechazarlos? Todo lo contrario, con amabilidad y con tiempo se dedica a instruirlos hasta que aceptan el bautismo de Jesús, es decir, aceptan al mismo Cristo. De aquí podemos sacar unas enseñanzas que ya se repiten en Pablo: la apertura a todas las personas, acoger a cada quien desde donde viene, partir de lo que sabe para continuar su enseñanza, acomodar el lenguaje a cada grupo de personas. Para todos debería tener respuesta amable la comunidad cristiana. Para todos sabe encontrar el lenguaje adecuado, a partir de lo que ya conocen y aprecian. Deberíamos evangelizar con esta pedagogía, respetando en cada caso los tiempos oportunos, partiendo de los valores ya vividos, y que seguramente constituyen un buen camino hacia el Valor supremo que es Cristo. Como lo teníamos que haber hecho en la historia, no destruyendo, sino completando los valores culturales y religiosos que se encontraban en América cuando llegó la fe por primera vez; así lo vemos desde ahora, sobre todo con lo que llamamos el tema de la Inculturación del Evangelio. Con respecto al evangelio, los discípulos le dicen: “ahora sí creemos”. Jesús no parece muy convencido por eso les pregunta de manera sarcástica ¿Ahora creen? Jesús conoce a sus discípulos y sabe cuánto va a suceder dentro de poco, el abandono, la negación. Por eso la pregunta de si creen de verdad. Pregunta hecha también a cada uno de nosotros y nosotros. ¿Nuestra fe es un verdadero encuentro con Cristo vivo y resucitado?Porque Jesús conoce a sus discípulos aparece animándolos, deben tener valor. Está consolando a sus discípulos en momentos de tristeza. Ese mismo ánimo lo necesitamos hoy en nuestra realidad. Necesitamos valor, consuelo, porque Jesús ha vencido al mundo. Nos toca, nos corresponde hacer realidad esa victoria de Cristo sobre el mundo, nos corresponde consolar a los demás y consolar a nuestra patria; en estos días vamos a tener una oportunidad de que nuestro país venza, mejore o empeore. No tengamos miedo, el Señor está de nuestra parte, sintámoslo a nuestro lado y pongamos manos a la obra para cambiar el mundo. 10 Memoria Obligatoria: San Juan de Ávila, Presbítero y Doctor de la Iglesia Martes

Blanco

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 20,17-27 En aquellos días, desde Mileto, mandó Pablo llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso.

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Cuando se presentaron, les dijo: «Ustedes saben que todo el tiempo que he estado aquí, desde el día que por primera vez puse pie en Asia, he servido al Señor con toda humildad, en las penas y pruebas que me han procurado las maquinaciones de los judíos. Saben que no he ahorrado medio alguno, que les he predicado y enseñado en público y en privado, insistiendo a judíos y griegos a que se conviertan a Dios y crean en nuestro Señor Jesús. Y ahora me dirijo a Jerusalén, forzado por el Espíritu. No sé lo que me espera allí, sólo sé que el Espíritu Santo, de ciudad en ciudad, me asegura que me aguardan cárceles y luchas. Pero a mí no me importa la vida; lo que me importa es completar mi carrera, y cumplir el encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios. He pasado por aquí predicando el reino, y ahora sé que ninguno de ustedes me volverá a ver. Por eso declaro hoy que no soy responsable de la suerte de nadie: nunca me he reservado nada; les he anunciado enteramente el plan de Dios.» Palabra de Dios Salmo Responsorial: 67 “Reyes de la tierra, canten a Dios” Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa, aliviaste la tierra extenuada y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres. R. Bendito el Señor cada día, Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación. Nuestro Dios es un Dios que salva, el Señor Dios nos hace escapar de la muerte. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 17,1-11ª En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a los que le confiaste. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame cerca de ti, con la gloria que yo tenía cerca de ti, antes de que el mundo existiese. He manifestado tu nombre a los hombres que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y Tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que Tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que Tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que Tú me diste, y son tuyos. Sí, todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti.» Palabra del Señor. Meditación Las dos lecturas de hoy suenan a despedida. Pablo ha reunido a los presbíteros de las comunidades cercanas a Éfeso para despedirse de ellos, ya que lo llevan a la fuerza a Roma.

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Aprovecha para echar una mirada hacia atrás y hacer un resumen de su tarea y su misión. Se presenta a sí mismo como modelo de apóstol y de responsable de comunidad: «he servido al Señor», «no he ahorrado medio alguno», «he predicado y enseñado en público y en privado», «nunca me he reservado nada”. Esto que Pablo dice hoy, lo hemos estado viendo durante este tiempo Pascual en la lectura de los Hechos de los Apóstoles: su entrega a la evangelización, su generosidad y su espíritu creativo, siempre al servicio del Señor y dejándose llevar en todo momento por el Espíritu. Es un misionero excepcional y un líder. Y así se convierte en un ejemplo para nosotros y nuestra Iglesia. No podemos comparar lo hecho por él y por nosotros, pero hay una frase en las palabras de Pablo con la que sí debemos compararnos: cumplir el encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio. Todos y todas estamos llamados a ser testigos hoy y aquí, y debemos revisar cómo y cuál es nuestro testimonio del Evangelio. En el evangelio de San Juan, comienza hoy la llamada “oración sacerdotal”. En los días anteriores hemos visto a Jesús hablando con los discípulos, preparándolos para su muerte, su partida; hoy comienza a hablar con el Padre, a hacerle una oración. Esta súplica al Padre está relacionada también con la partida, con la muerte, por eso inicia así: “Padre ha llegado la hora”. Jesús, como lo ha hecho Pablo en la lectura anterior, también resume la misión que ha cumplido: «yo te he glorificado sobre la tierra», «he coronado la obra que me encomendaste», «he manifestado tu nombre a los hombres», «les he comunicado las palabras que tú me diste y ellos han creído que tú me has enviado». Esta oración de Jesús es también un ejemplo de cómo debe ser nuestra oración: llena de amor al Padre, unión íntima con Él, pero también de amor y preocupación por los demás, por los suyos, por quienes se quedan en el mundo. Aprendamos a ser testigo y a orar. 11

Feria de Pascua

Miércoles Blanco 50º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Príamo Pericles Tejeda Rosario, Obispo Emérito de Baní Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 20, 28-38 En aquellos días, decía Pablo a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso: «Tengan cuidado de ustedes y del rebaño que el Espíritu Santo les ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre. Ya sé que, cuando les deje, se meterán entre ustedes lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño. Incluso algunos de ustedes deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos. Por eso, estén alerta: acuérdense que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno en particular. Ahora les dejo en manos de Dios y de su palabra de gracia, que tiene poder para

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construirles y darles parte en la herencia de los santos. A nadie le he pedido dinero, oro ni ropa. Bien saben que estas manos han ganado lo necesario para mí y mis compañeros. Siempre les he enseñado que es nuestro deber trabajar para socorrer a los necesitados, acordándonos de las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir.”» Cuando terminó de hablar, se pusieron todos de rodillas, y rezó. Se echaron a llorar y, abrazando a Pablo, lo besaban; lo que más pena les daba era lo que había dicho, que no volverían a verlo. Y lo acompañaron hasta el barco. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 67 “Reyes de la tierra, canten a Dios” Oh Dios, despliega tu poder, tu poder, oh Dios, que actúa en favor nuestro. A tu templo de Jerusalén traigan los reyes su tributo. R. Reyes de la tierra, canten a Dios, toquen para el Señor, que avanza por los cielos, los cielos antiquísimos, que lanza su voz, su voz poderosa: «Reconozcan el poder de Dios.» R. Sobre Israel resplandece su majestad, y su poder sobre las nubes. ¡Dios sea bendito! R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 17, 11b -19 En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre Santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como Tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.» Palabra del Señor. Meditación Las dos lecturas son continuación de las de ayer y el tema es común: Pablo se preocupa por los pastores y la comunidad, Cristo ora por esos pastores que deja y por la futura comunidad. Pablo, en esta parte de la despedida, mira hacia el futuro, tanto de esos responsables que deja en las comunidades, cuanto de las mismas comunidades. Destaca muchas cosas, el cuidado de los pastores por la verdad, por no dejarse engañar ni que lo haga la comunidad por esos lobos, esos falsos profetas y pastores. Pablo los pone en las manos de Dios. Es necesario orar por los pastores de la Iglesia de hoy, hay tantas o más tentaciones, tantas dificultades y tantas persecuciones, que necesitan de esa presencia de Dios. Oremos por ellos.

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Pablo pide que los pastores, y la comunidad entera, tengan una preocupación especial por los pobres, los abandonados; Pablo ha sido ejemplo de esa misericordia ante las necesidades de los demás. Es muy bonita y sentimental esa despedida de Pablo en el puerto; cuando existe verdadera comunidad y comunión, existe el sentimiento y la afectividad en la vida cristiana. Por su parte, Jesús, en el evangelio continúa con la oración sacerdotal, la oración por los discípulos. Hasta ahora, el grupo estaba protegido por Jesús, a partir de ahora, pide al Padre que los defienda y los cuide, para vivir y enfrentarse a ese, este, mundo difícil y tan pagano. Sigue en pie la distinción: los discípulos de Jesús van a estar «en el mundo», son enviados «al mundo» («como tú me enviaste al mundo, así los envío yo al mundo»), pero no deben ser «del mundo» («no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo»). Jesús quiere que sus discípulos, además, vivan unidos («para que sean uno, como nosotros»), que estén llenos de alegría («para que ellos tengan mi alegría cumplida») y que vayan madurando en la verdad («santifícalos en la verdad»). También Jesús mira al futuro de la comunidad: no nos saca del mundo pero nos pide que no seamos del mundo. Nuestra mentalidad no será como la del mundo, estaremos en oposición a muchos valores de la realidad por no concordar con los de Cristo. Nuestro punto de referencia será siempre la verdad nacida de la Palabra de Dios. En este momento de la realidad en República Dominicana, estamos tan cerca de las elecciones que, esta Palabra de hoy, nos invita a reflexionar sobre los valores que presentan los candidatos, para votar por aquellos que más se acerquen a las enseñanzas de Cristo. “Como Tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo”. Estamos enviados a vivir como cristianos esta realidad y a hacer una sociedad que se parezca más al Reino querido por Dios. Estos días tenemos en nuestras manos poder cumplir una parte de ese mandato. 12 Jueves

Feria o Memoria Libre: San Nereo y San Aquiles, Mártires o San Pancracio, Mártir Blanco o Rojo

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 22, 30; 23, 6-11 En aquellos días, queriendo el tribuno poner en claro de qué acusaban a Pablo los judíos, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno, bajó a Pablo y lo presentó ante ellos. Pablo sabía que una parte del Sanedrín eran fariseos y otra saduceos y gritó: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, y me juzgan porque espero la resurrección de los muertos. Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten todo esto.) Se armó un griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando: «No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?» El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo,

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mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel. La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo: « ¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio a favor mío en Jerusalén tienes que darlo en Roma.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 15 R. “Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti” Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré. R. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 17, 20-26 En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre Santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que Tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que Tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.» Palabra del Señor. Meditación Pablo es inteligente, práctico y astuto, como nos lo mandó el Señor: “Sencillos como palmas y astutos como serpientes” y lo demuestra hoy: lo llevan ante el tribunal romano y en vez de centrar la atención en su problema, les hace fijarse en las diferencias teológicas existentes entre los distintos grupos de judíos. Los cristianos y la comunidad cristiana deben saber defender sus derechos y los derechos de los más empobrecidos, denunciando las injusticias y tratando de superar las dificultades que no permiten la evangelización o el cumplimiento de su misión. No se trata de sacar ventajas personales, es cuestión de no dejar atada la Palabra de Dios, sino extenderla por todo el mundo y hacer triunfar el bien sobre el mal. La escena de hoy acaba con la presencia de Dios animando a Pablo a ser testigo, y no solo donde está ahora, sino a donde vaya. No podemos

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dudar de esa presencia de Dios en toda nuestra vida, sobre todo cuando debemos dar testimonio de la verdad. Jesús, en su oración por los discípulos insiste hoy en la unidad de cuantos creen en Él. Para esa unidad pone un ejemplo o modelo: la unidad existente entre el Padre y Él; ejemplo demasiado difícil, pero al que debemos aspirar. Jesús pide que los discípulos estén unidos a Él para así estar unidos entre sí. Esto es algo lógico, si Cristo es el hermano de todos, si el Padre es padre de todos, es normal que los hermanos y los hijos vivan como tales, vivan unidos. Dos mil años después, esa tarea encomendada por Cristo sigue sin realizarse: sus seguidores estamos desunidos, muy divididos; tanto como para estar enfrentados en muchas ocasiones. Divisiones dentro de nuestra propia Iglesia, porque consideramos que nuestro grupo, nuestro ministerio o pastoral es el mejor y el de los otros funciona mal. A veces queremos llevar a todos a nuestra espiritualidad, que hagan nuestros mismos retiros, formen parte del grupo de jóvenes o de oración de nuestra parroquia, sin pensar que en otras parroquias existen otros grupos con otro tipo de espiritualidad… seamos respetuosos, comprendamos, apoyemos y sumemos, no tratemos de restar. Y también la división con los otros grupos de cristianos.Todo esto es el mayor escándalo de los cristianos ante este mundo tan dividido por las ideas e ideologías. ¿Cómo podemos exigir el respeto entre las ideas de los distintos partidos políticos si no respetamos las ideas entre los distintos grupos cristianos? Cristo oró por la unidad de los creyentes en Él, continuemos esa oración por la unidad, pero trabajemos en ella con el respeto a los demás. 13

Feria o Memoria Libre: Nuestra Señora de Fátima

Viernes

Blanco

(O bien: utilizar las Lecturas del Común de la Virgen). Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 25,13-21 En aquellos días, el rey Agripa llegó a Cesárea con Berenice para saludar a Festo, y se entretuvieron allí bastantes días. Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole: «Tengo aquí un preso, que ha dejado Félix. Cuando fui a Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos judíos presentaron acusación contra él, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre romana ceder a un hombre por las buenas; primero el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse. Vinieron conmigo a Cesárea, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a este hombre. Pero, cuando los acusadores tomaron la palabra, no adujeron ningún cargo grave de los que yo suponía; se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su religión y de un difunto llamado Jesús, que Pablo sostiene que está vivo. Yo, perdido en semejante discusión, le pregunté si quería ir a Jerusalén a que lo juzgasen allí. Pero, como Pablo ha apelado, pidiendo que lo deje en la cárcel, para que decida su majestad, he dado orden de tenerlo en prisión hasta que pueda remitirlo al César.» Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 102 R “El Señor puso en el cielo su trono ”Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R. El Señor puso en el cielo su trono, su soberanía gobierna el universo. Bendigan al Señor, ángeles suyos, poderosos ejecutores de sus órdenes. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 21,15-19 Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.» Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Él le dice: «Pastorea mis ovejas.» Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le dijo «Señor, Tú conoces todo, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.» Palabra del Señor. Meditación A Pablo lo tienen preso en Cesarea para protegerlo de los judíos de Jerusalén. Allí han cambiado el gobernador, y la escena de hoy nos sirve para reflexionar sobre dos aspectos importantes. Uno, Pablo apela al César. Pablo, Saulo de Tarso, es ciudadano romano, tiene ciudadanía. Todo romano, esté en cualquier parte del imperio donde se encuentre, si es juzgado y él lo solicita, debe ser llevado a juzgar a Roma; eso es apelar al César. (Hoy sigue habiendo un imperio que dice que sus ciudadanos se les juzga dentro del imperio). Pero este acontecimiento de apelar al Cesar va a ser el instrumento para que Pablo vaya a Roma y allí se convierta en testigo de Cristo vivo. Decimos en testigo de Cristo Resucitado, porque este es el segundo tema interesante de la lectura de hoy. El gobernador romano resume la fe de Pablo en una frase muy importante: “de un difunto llamado Jesús, que Pablo sostiene que está vivo”. Siempre, pero más que nunca ahora que termina el tiempo de Pascua, ese debe ser el resumen de nuestra fe, no creemos en un Dios muerto y de muertos, sino en un Dios resucitado, un Dios vivo y que desea una vida digna para sus seguidores y para todas las personas. De cada uno de nosotros debería decirse que Cristo está en el centro de nuestra vida y que da pleno sentido a nuestro pensar, actuar y vivir. Esta escena del evangelio, a la orilla del lago fue una lección y respuesta para Pedro, y debe serlo para nosotros. Si lo había negado tres

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veces, ahora proclama su amor tres veces; y por tres ocasiones, Jesús le encomiendo la tarea de cuidar a la comunidad, es decir, lo pone al frente de su rebaño, de su Iglesia. Pedro había tenido miedo y negó al Señor por tres veces; ahora repara esa negación. Cada uno de nosotros podemos reconocer que muchas veces hemos sido débiles, y que hemos callado por miedo o vergüenza, y no hemos sabido dar testimonio de Jesús, aunque tal vez no le hayamos negado tan solemnemente como Pedro. Todos los días tenemos la oportunidad de afirmar y demostrar nuestra fe en Cristo Resucitado, tenemos la oportunidad de poner el centro de nuestra vida en Cristo vivo y resucitado. Pero no se trata de palabras, ni solo de sentimientos, es cuestión de actitud, de acciones y de testimonio personal: comprometernos con la vida nueva, con el sentido de la vida para todas las personas. A Pedro le dijo “sígueme”; es decir, pase lo que pase, suceda lo que suceda en nuestras vidas, nos salgan bien o mal los proyectos, nos acepten o nos rechacen en la sociedad, cuando te vaya bien la vida, cuando te hieran y maltraten, cuando te alaben o te humillen… tú sígueme, son las palabra de Jesús para cada uno de nosotros y nosotras. 14 Sábado

Fiesta: San Matías, Apóstol Rojo

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 1,15-17.20-26 Uno de aquellos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos -los que estaban reunidos eran alrededor de ciento veinte personas- y dijo: “Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, habla de Judas, que fue el jefe de los que apresaron a Jesús. El era uno de los nuestros y había recibido su parte en nuestro ministerio. En el libro de los Salmos está escrito: Que su casa quede desierta y nadie la habite. Y más adelante: Que otro ocupe su cargo. Es necesario que uno de los que han estado en nuestra compañía durante todo el tiempo que el Señor Jesús permaneció con nosotros, desde el bautismo de Juan hasta el día de la ascensión, sea constituido junto con nosotros testigo de su resurrección”. Se propusieron dos: José, llamado Barsabás, de sobrenombre el Justo, y Matías. Y oraron así: “Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de los dos elegiste para desempeñar el ministerio del apostolado, dejado por Judas al irse al lugar que le correspondía”. Echaron suertes, y la elección cayó sobre Matías, que fue agregado a los once Apóstoles.Palabra de Dios Salmo Responsorial: 112 R“El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo”· Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre. R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. R.

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¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? R. Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 15,9-17. Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros. Palabra del Señor. Meditación La primera lectura nos narra la elección de San Matías, fiesta que celebramos hoy. En esa lectura, Pedro, como veíamos en el evangelio de ayer, elegido por Jesús para estar al frente de su comunidad, toma la palabra y propone elegir a uno para sustituir a Judas, quien entregó a Jesús. Y antes hacer la elección, pone las características del perfil de los candidatos: el nuevo deberá ser “testigo de la resurrección de Jesús”, y “uno de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor Jesús, desde que Juan bautizaba hasta el día de su ascensión”. Se presentan dos candidatos, parece que uno tiene más posibilidades, ya que tiene fama de ser “justo”, hasta lo apodan así. Pero como está de por medio el Espíritu Santo, sale elegido el otro, es decir Matías. Por los datos del perfil sabemos que Matías es uno de los 72, es decir de ese grupo que siguió a Jesús durante su vida, durante toda su vida, y además fue testigo de la resurrección del Señor. Fue elegido apóstol antes de Pentecostés. No tenemos muchos datos más comprobados de él, aunque haya distintas tradiciones. La vocación de Matías es un poco la vocación de todos los cristianos: estamos llamados a ser testigos de Cristo vivo en el mundo de hoy. No importa que no seamos de lo apóstoles oficiales, es decir del clero, pero sí somos discípulos elegidos y enviados por Cristo, como nos ha dicho el evangelio de hoy. Hemos experimentado en nuestra vida la presencia, la convivencia con Cristo, quien no nos abandona nunca; le vemos y le oímos cada día en su Palabra y en la vida: y somos testigos de su resurrección, porque Cristo vivo está en el centro de nuestro ser y somos amantes de la vida, defensores de la vida digna para nosotros y para todas las personas.

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Sean compasivos como su Padre es compasivo

Somos apóstoles, como Matías, de segunda hora, no se nos piden milagros, pero como hemos sido elegidos y enviados, se espera una respuesta generosa, con nuestras cualidades y defectos, y poniendo de nuestra parte en esa respuesta. Y mañana el país espera nuestra respuesta. Debemos ir a votar, a votar en conciencia, sin vendernos por nada ni por nadie; a votar con la presencia del Espíritu Santo, cuya fiesta de Pentecostés celebramos precisamente mañana. Que San Matías interceda por nosotros y por nuestro País. 15

Domingo de Pentecostés

I Semana de la Liturgia de las Horas

Rojo

Ven Espíritu Santo y haznos compasivos como el Padre Orientaciones para la Celebración: Se coloca el título de este Domingo y una bandera dominicana. Se adorna con símbolos del Espíritu Santo. Se puede leer la primera lectura como se hizo en la Vigilia. En las ofrendas se pueden presentar los 7 dones del Espíritu Santo y los 9 frutos del Espíritu Santo traídos cada uno por una persona que lo dice al presentarlo. Se puede llevar la bandera para presentar nuestra patria en este día de elecciones. Monición ambiental: Queridos hermanos y hermanas: Estamos llenos de gozo en el Señor que en su gran compasión nos ha regalado su Espíritu Santo para que unidos en un solo pueblo y en su solo cuerpo seamos compasivos como el Padre. Hoy celebramos el inicio de la Iglesia, la llegada del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y María. En el primer Pentecostés hizo el Espíritu Santo desaparecer las barreras del lenguaje, de raza, origen y color. Todos se entendían y alababan a Dios. Así continúa haciendo hoy entre nosotros y en nuestro mundo. Abramos nuestro corazón a la unción del Espíritu Santo “que conduce los pasos de los creyentes para que cooperen en la obra de salvación realizada por Cristo, sea guía y apoyo del Pueblo de Dios para ayudarlo a contemplar el rostro de la misericordia” y a ser testigos de la misericordia. Oremos por nuestra Patria en este día de las elecciones, para que el Espíritu Santo nos ilumine al dar nuestro voto, haya un ambiente lleno de paz y sepamos respetar los resultados. De pie y cantando con gozo, pidiendo que se derrame con poder el Espíritu Santo sobre esta Asamblea, recibamos a Jesucristo quien preside nuestra fiesta en la persona de su ministro. Primera lectura: Hechos 2,1-11 La compasión del Padre con nosotros es tan grande que no sólo nos ha salvado por medio de su Hijo, sino que ahora nos regala el don del Espíritu

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que nos une como un solo pueblo en la diversidad de lenguas, razas y culturas y haciéndonos portadores de esta compasión en medio del mundo con alegría y valentía. Escuchemos. Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos, preguntaban: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.” Palabra de Dios Salmo Responsorial 103 R. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra Bendice, alma mía, al Señor ¡Dios mío, ¡qué grande eres!Cuántas son tus obras, Señor; la tierra está llena de tus criaturas. R. Les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo;envías tu aliento, y los creas, y repueblas la faz de la tierra. R. Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras.Que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor. R/ Segunda lectura: Primera Carta a los Corintios 12,3-7,12-13 Pablo nos recuerda que el Espíritu Santo nos regala la fe y nos hace proclamar a Jesús como Señor, a la vez que nos hace un solo cuerpo, rico en diversidad de carismas, para realizar la misión compasiva de Jesús. Escuchemos. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Palabra de Dios.

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Secuencia Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía,sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén Aleluya Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Evangelio: Juan 20,19-23 Jesús Resucitado sopló sobre sus discípulos para comunicarle su Santo Espíritu, para que puedan perdonar los pecados y enviarlos a realizar su misión. Llenos de ese mismo Espíritu Santo continuamos hoy esta misión siendo compasivos como el Padre y regalando su perdón. Escuchemos Lectura del santo evangelio según san Juan Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a ustedes.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos.» Palabra del Señor. Oración de los Fieles El que preside: Elevemos a nuestro Padre Dios nuestros corazones y pidámosle la unción del Espíritu Santo diciéndole: Padre, envía sobre nosotros, tu Espíritu Santo. Por nuestra Madre la Iglesia, por el Papa, los Obispos, Presbíteros, Diáconos, Consagradas y consagrados, Laicos y laicas, para que siendo dóciles al soplo del Espíritu guíen a los cristianos por los caminos de la unidad, la paz y el amor. Oremos. Por los que están al frente de los pueblos para que se abran a la acción del Espíritu Santo y promuevan entre los ciudadanos la paz y la justicia. Oremos. Por los alejados de la Iglesia, por los indiferentes, por los excluidos, para que el Espíritu Santo penetre en sus corazones y encuentren en nosotros el apoyo y la comprensión. Oremos. Por los que sufren, para que el Espíritu Santo, fuente de consuelo sea su fortaleza y nosotros seamos servidores que les ayuden en el camino. Oremos.

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Por nuestra Patria en este día de elecciones, para que guiados por tu Espíritu demos nuestro voto y sea este día una verdadera jornada de amor a nuestro país. Oremos. Por todos nosotros, para que estemos abiertos a recibir al Espíritu Santo que se derrama con generosidad par que demos frutos abundantes. Oremos El que preside: Padre derrama la gracia de tu Espíritu Santo para que moldee nuestros corazones y los haga compasivos como el Tuyo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén 16 Lunes

Feria Verde

Se reanuda el tiempo Ordinario. VII Semana del Tiempo Ordinario. III Semana Liturgia de las Horas Lectura de la carta del apóstol Santiago 3,13-18 Queridos Hermanos: ¿Hay alguno entre ustedes sabio y entendido? Que lo demuestre con una buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Pero, si tienen el corazón amargado por la envidia y las rivalidades, no anden gloriándose, porque sería pura falsedad. Esa sabiduría no viene del cielo, sino que es terrena, animal, diabólica. Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. Palabra de Dios Salmo Responsorial, 18 R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R. Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío. R. Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,14-29 En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó: « ¿De qué discuten?» Uno le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces.»

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Él les contestó: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los tendré que soportar? Tráiganmelo.» Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?» Contestó él: «Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos.» Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe.» Entonces el padre del muchacho gritó: «Tengo fe, pero dudo; ayúdame.» Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él.» Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?» Él les respondió: «Esta especie sólo puede salir con oración y ayuno.» Palabra del Señor. Meditación Terminado el tiempo Pascual, entramos en el tiempo ordinario, en el tiempo en el que leeremos las lecturas de manera ordenada, de manera continuada. En esta séptima semana del tiempo ordinario leeremos la segunda parte de la carta del apóstol Santiago. La correspondiente al día de hoy comienza con una pregunta: ¿Hay alguno entre ustedes sabio y entendido? También va dirigida a nosotros y nuestras comunidades. Miremos, ¿hay muchos sabios entre nosotros? Pues tal vez podamos encontrar doctores en distintas materias, licenciados y licenciadas en distintas ciencias; tal vez haya grandes predicadores de la Palabra de Dios, buenos teólogos y teólogas… tal vez. Pero Santiago nos dice que ante Dios, el sabio y entendido no es por mucho su conocimiento sino por muchas buenas obras. El mismo apóstol distingue entre la verdadera y la falsa sabiduría. Y el sabio debe demostrarlo principalmente en la obras del comportamiento con los demás: la amabilidad y “es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera”. En este año del Jubileo, debemos demostrar la sabiduría por medio de la misericordia que se convierte en compasión con quienes viven a nuestro lado o nos necesitan en nuestro país. Después de las elecciones ¿qué? Ser misericordiosos y compasivos con los demás y hasta con el país. Por su parte el evangelio destaca a Jesús que es más fuerte que toda clase de males y la necesidad de la fe para vencer el mal. Al bajar del monte donde se ha transfigurado, le presentan un niño epiléptico y mudo, que el pueblo considera poseído por el demonio, y a quien los apóstoles no han podido sanar. Jesús lo libera, lo cura y esa sanación, ante los judíos es un enfrentamiento contra el diablo, a quien Jesús le ha podido.

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En la lucha contra el mal, tanto el personal, el de los demás, como el social, solo saldremos vencedores con la fuerza de Dios, desde la fe y la oración. En unión con Cristo podremos liberarnos y liberar del mal a los demás. No se trata de milagros, de magia o de decir frases que tienen el poder en sí (como sucede en los cuentos). Quien salva y libera es Dios, y seremos instrumentos de Él si nos mantenemos unidos a Él. Es necesaria la fe, mucha fe, por eso debemos repetir con frecuencia la oración que nos enseña el padre del niño enfermo: “Tengo fe, pero dudo, ayúdame”. 17 Martes

Feria o Memoria Libre: San Pascual Bailón, Religioso Verde o Blanco

Lectura de la carta del apóstol Santiago 4,1-10 Queridos Hermanos: ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre ustedes? ¿No es de sus pasiones, que luchan en sus miembros? Codician y no tienen; matan, arden en envidia y no alcanzan nada; se combaten y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Piden y no reciben, porque piden mal, para dar satisfacción a sus pasiones. ¡Adúlteros! ¿No saben que amar el mundo es odiar a Dios? El que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. No en vano dice la Escritura: «El espíritu que Dios nos infundió está inclinado al mal.» Pero mayor es la gracia que Dios nos da. Por eso dice la Escritura: «Dios se enfrenta con los soberbios y da su gracia a los humildes.» Sométanse, pues, a Dios y enfréntense con el diablo, que huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Pecadores, lávense las manos; hombres indecisos, purifíquense el corazón, lamenten su miseria, lloren y hagan duelo; que su risa se convierta en llanto y su alegría en tristeza. Humíllense ante el Señor, que él los levantará. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 54 R/. Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará Pienso: «¡Quién me diera alas de paloma para volar y posarme!Emigraría lejos, habitaría en el desierto.» R. «Me pondría en seguida a salvo de la tormenta, del huracán que devora, Señor; del torrente de sus lenguas.» R. Veo en la ciudad violencia y discordia: día y noche hacen la ronda sobre sus murallas. R. Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará; no permitirá jamás que el justo caiga. R. Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,30-37 En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.»

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Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutían por el camino?» Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.» Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.» Palabra del Señor. Meditación La carta de Santiago, aunque centrada en la caridad y el comportamiento con los demás, hoy parece un conjunto de refranes o de frase cortas llenas de sentido profundo y de temas diversos. Casi cada frase tiene un sentido completo. Nos detenemos en dos de sus ideas: “Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes”. No se puede actuar bien si no tenemos a Dios en la vida. Por eso nos habla de orar y orar bien. Para que la oración sea bien hecha, se realizará con humildad, sinceridad y caridad; de esta manera Dios estará cerca. Si la oración está viciada estamos lejos de Dios, pero somos nosotros quienes nos alejamos, no Él de nosotros. La segunda frase sería: “¡Adúlteros! ¿No saben que amar el mundo es odiar a Dios?” Ese adulterio no se refiere al matrimonio humano, sino al matrimonio con Dios: decimos que tenemos a Dios en la vida, que Él es lo más importante para nosotros, y mientras tanto seguimos apegados al mundo, seguimos sus normas y principios, sus valores y teorías. Estamos adulterando contra Dios, porque no lo ponemos en el lugar correspondiente Jesús, en el evangelio de hoy, para ir educando a sus discípulos les habla de su pasión y muerte. Ellos no entienden, o hacen como que no escuchan: “no hay mayor sordo que quien no quiere oír”. Ellos están en otro ambiente, tienen otros inquietudes y preocupaciones, están pensando en el poder, en el ser los primeros. Y así no pueden entender que les hable de la persecución y la muerte. Jesús sí sabe el tema de conversación y discusión de los discípulos; por ello aprovecha el tiempo de tranquilidad de la casa, de la noche, para ponerles un ejemplo claro y práctico por medio de un niño. En el ambiente judío de esa época, acoger a un niño era acoger a un marginado de la sociedad. Hoy, en nuestro ambiente, también nos cuesta entender eso de la muerte y pasión, y más aún lo de acoger a los marginados y a los sencillos. En la sociedad del consumo, del tener, del estar por encima de los demás; en la sociedad de la competencia, del ser los primeros, no tiene cabida el niño marginado, el que no produce, el que viene de lejos, tiene otro color, otro idioma…. Jesús nos pide ser sus discípulos en esto, en la acogida, en la preocupación, en la lucha por el Reino y por una República Dominicana mejor. Hoy nos pide claramente ser la manifestación de su misericordia con los más necesitados y con sus causas.

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18 Miércoles

Feria o memoria libre: San Juan I, Papa y Mártir Verde, Blanco o Rojo

Lectura de la carta del apóstol Santiago 4,13-17 Queridos Hermanos: Ustedes dicen: «Mañana o pasado iremos a esa ciudad y pasaremos allí el año negociando y ganando dinero». Y ni siquiera saben qué pasará mañana. Pues, ¿qué es su vida? Una nube que aparece un momento y en seguida desaparece. Deben decir así: «Si el Señor lo quiere y vivimos, haremos esto o lo otro.» En vez de eso, no paran de hacer grandes proyectos, fanfarroneando; y toda jactancia de ese estilo es mala cosa. Al fin y al cabo, quien conoce el bien que debe hacer y no lo hace es culpable. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 48 R. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos Oigan esto, todas las naciones; escúchenlo, habitantes del orbe: plebeyos y nobles, ricos y pobres. R. ¿Por qué habré de temer los días aciagos, cuando me cerquen y acechen los malvados, que confían en su opulencia y se jactan de sus inmensas riquezas? R. Si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate. Es tan caro el rescate de la vida, que nunca les bastará para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa. R. Miren: los sabios mueren, lo mismo que perecen los ignorantes y necios, y legan sus riquezas a extraños. R. Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-40 En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.» Jesús respondió: «No se lo impidan porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.» Palabra del Señor. Meditación Santiago, directo como siempre, se enfrenta a los ricos de su tiempo, sobre todo con aquellos que olvidan lo pasajero de nuestra vida. De este capítulo de Santiago viene esa buena costumbre de decir “si Dios quiere”, cuando hablamos de algo futuro, de algún deseo, de algún proyecto. Debemos hacerlo más veces y con más convicción. Cada vez que decimos esa frase estamos poniendo nuestra vida, nuestro futuro o nuestro proyecto en manos de Dios; estamos confiando más en Él que en nosotros mismos; también estamos aprendiendo a ser más humildes. Repitamos, repitamos muchas veces, siempre con confianza esa frase: “Si Dios quiere”. Al poner la confianza en Dios, no dejamos de lado los proyectos, ni los esfuerzos; al contrario, con humildad ponemos nuestras fuerzas a trabajar, con la presencia y fuerza de Dios a nuestro lado. No se nos anima a no trabajar o no programar los trabajos, nos enseña a poner a Dios en todos

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los esfuerzos y a no desanimarnos porque la vida nos da sorpresas. De esta manera nos llevaremos menos disgustos y desengaños. Generosos en el trabajo, disponibles a todo, pero poniendo cada día de nuestra vida en manos de Dios. «Si Dios quiere». Otro tema de la carta de Santiago, en lo leído hoy, es el de los pecados de omisión. “quien conoce el bien que debe hacer y no lo hace es culpable”. Por tanto, se nos invita a mirar el bien que deberíamos hacer y no hacemos. Si revisamos esta parte, nos daremos cuenta que “los buenos”, pecamos mucho más por omisión que por comisión, y que las faltas son tan graves. En este año sobre todo, debemos mirar nuestras omisiones en el cumplimiento de las obras de misericordia. “Pero si yo no he hecho nada…” Ese es precisamente el pecado, no hacer lo debido, cuanto se debe actuar por socorrer al necesitado. Sería conveniente revisarnos en este mes en la obra de misericordia espiritual de “consolar a los tristes” Jesús enseña a sus discípulos, también a nosotros, a no ser celosos, y menos celosos de quienes están haciendo el bien. Este tema ya lo hemos reflexionado en otras meditaciones de este mes, pero Jesús insiste. Debería insistir también hoy; muchos cristianos y cristianas somos demasiado celosos de lo nuestro, llegando a no entender que dentro de la Iglesia hay muchas espiritualidades distintas; la mía, la nuestra, no es mejor, ni más profunda, ni lleva más a Dios que la de los hermanos de otro grupo, de otra parroquia, de otro movimiento… por ello no debo presionar para que los demás hagan los mismos retiros o ejercicios espirituales que yo; debo comprender a quienes han participado en un retiro o encuentro distinto al mío y salen tan animados, convertidos y comprometidos o más que si hubiesen participado en los de mi grupo. Dejemos de lado los celos, apoyemos y animemos a quien hace el bien. 19 Jueves

Fiesta: Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote Blanco

Lectura del Profeta Isaías 52, 13-15; 53, 1-12 Miren, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado,

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voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.Palabra de Dios. (o esta otra lectura, se debe elegir entre una de las dos). Lectura de la carta a los Hebreos 10, 12-23 Hermanos: Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados. Esto nos lo atestigua también el Espíritu Santo. En efecto, después de decir: «Así será la alianza que haré con ellos después de aquellos días -dice el Señor-: Pondré mis leyes en sus corazones y las escribiré en su mente>>, añade: «Y no me acordaré ya de sus pecados ni de sus crímenes.» Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados. Hermanos, teniendo entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa. Palabra de Dios. Salmo responsorial Sal 39 R. Aquí estoy, Señor, para hacer tuvoluntad. Cuántas maravillas has hecho, Señor, Dios mío, cuántos planes en favor nuestro; nadie se te puede comparar. Intento proclamarlas, decirlas, pero superan todo número. R. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio. R. Entonces yo digo: «Aquí estoy -como está escrito en mi libro- para hacer tu voluntad.» Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios; Señor, tú lo sabes. R. No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fidelidad y tu salvación, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea. R.

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Aleluya Is 42, 1 Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. Lectura del santo evangelio según san Lucas 22, 14-20 Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: -«He deseado enormemente comer esta comida pascual con ustedes, antes de padecer, porque les digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios.» Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo: -«Tomen esto, repártanlo entre ustedes; porque les digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.» Y, tomando pan pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: -«Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes; hagan esto en memoria mía.» Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes.» Palabra del Señor. Meditación Hoy celebramos la fiesta de Jesucristo Sumo y eterno Sacerdote. No podemos comentar las dos lecturas, porque son de libre elección, y en cada comunidad leerán la que consideren más conveniente. Esta fiesta nos recuerda a Cristo como el único Sumo Sacerdote; Él mismo se ofreció una vez por todas. Esta fiesta también nos invita a tener presente a los sacerdotes, a los ministros ordenados, elegidos por Cristo para continuar su misión y ser sus intermediarios; también nos recuerda la participación en el sacerdocio de Cristo de toda la comunidad, de todos los bautizados y bautizadas. Será un día para agradecerle a Cristo su ser sacerdote y víctima, el haberse entregado totalmente por y para nuestra salvación. Además de dar gracias, nos alegramos de que Cristo nos haya hecho participar de su sacerdocio a todas las personas bautizadas. Lo hace de dos formas: el sacerdocio que llamamos común, al que nos incorporamos en el día del bautismo; el sacerdocio, llamado ministerial, el de los diáconos, presbíteros y obispos. Todos y todas somos sacerdotes, celebramos. No somos espectadores, ni pacientes; somos participantes del sacerdocio de Cristo y celebramos en todos los sacramentos como parte viva y activa. No vamos a misa a escuchar y a recibir, vamos a celebrar desde nuestra participación del sacerdocio de Cristo. Será hoy un día para orar de manera especial por los sacerdotes ordenados, para que tengamos muchos, sean sabios y santos, sigan el ejemplo del único y Sumos Sacerdote, cumplan bien con su obligación de enseñar y presidir las celebraciones, cuenten con los laicos y les respeten su sacerdocio. Pidamos por el aumento de las vocaciones al sacerdocio ministerial y también para que haya muchos más laicos y laicas comprometidos en la misión de hacer presente el Reino de Dios. Que Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, nos conceda a todos y todas cumplir con nuestra misión sacerdotal en este momento histórico en que nos toca vivir.

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Feria o Memoria Libre: San Bernardino de Siena, Presbítero

Viernes

Verde o Blanco

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5,9-12 No se quejen, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Miren que el juez está ya a la puerta. Tomen, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Llamamos dichosos a los que tuvieron constancia. Han oído ponderar la paciencia de Job y conocen el fin que le otorgó el Señor. Porque el Señor es compasivo y misericordioso. Pero ante todo, hermanos míos, no juren ni por el cielo ni por la, tierra, ni pronuncien ningún otro juramento; su sí sea un sí y su no un no, para no exponernos a ser juzgados. Palabra de Dios Salmo Responsorial 102 R/. El Señor es compasivo y misericordioso Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R. Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades;él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo. R. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R. Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,1-12 En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba. Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es licito a un hombre divorciarse de su mujer?» Él les replicó: «¿Qué les ha mandado Moisés?» Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.» Jesús les dijo: «Por su terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios “los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne.” De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.» En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.» Palabra del Señor. Meditación Santiago habla hoy para la comunidad y sus fieles, a quienes llama por dos veces hermanos. Les da una serie de consejos para permanecer fieles y constantes en la fe al Señor.

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Del texto de hoy destacamos dos frases: Porque el Señor es compasivo y misericordioso. Esta frase presenta dos atributos de Dios, que en este mes son muy importantes para nosotros: La Compasión es el valor de este mes en el Plan Pastoral; y la misericordia es el valor de todo el año 2016. Es necesario que sintamos la compasión y misericordia de Dios en nuestras vidas, en todos los momentos de la vida. Después nos convertimos en instrumentos transmisores del consuelo y la misericordia de Dios hacia los demás. Dios es misericordioso sin méritos por nuestra parte; pero nos pide llevar la misericordia a los demás. También miremos qué clase de consuelo podemos repartir y compartir en el ambiente donde nos desarrollamos. La segunda frase a destacar sería la última de la lectura de hoy: “su sí sea un sí y su no un no”. Se trata del tema de decir la verdad o ser mentirosos. Cuando una persona debe jurar o perjurar para ser creída, es porque no se fían mucho de ella. ¿Mentimos mucho? Bueno, algunas mentirillas, algunas mentiras piadosas… ¿Existen las mentiras piadosas o son sencillamente mentiras? Nunca se puede hacer o decir un mal para conseguir un bien. Santiago nos invita a decir siempre la verdad. Y la verdad, en ocasiones, cuesta. Eso de la verdad puede ser el tema del evangelio de hoy, en concreto la verdad en el matrimonio. Dios tiene un plan para el matrimonio, y es sí para siempre. En el evangelio de hoy, Jesús hace regresar el matrimonio a la fidelidad original querida por Dios desde la creación del ser humano. Un hombre con una mujer y para siempre. Estamos hablando de unidad, indisolubilidad y fidelidad. Tres palabras claves en la idea de Dios sobre el matrimonio. Tres palabras fuera de moda en el mundo actual. Viviendo en el ambiente de lo desechable, de lo pasajero, de lo light, del usar y tirar, eso de fidelidad e indisolubilidad no tienen cabida. Elijamos entre lo querido por Dios y la moda de la sociedad actual. Y defendamos la voluntad de Dios. Un matrimonio así no es fácil. Nadie ha dicho que las cosas, valores, instituciones importantes sean fáciles. Tampoco porque algo sea difícil y costoso no lo vamos a trabajar y conseguir. Además, Dios está por medio, “lo que Dios ha unido…”. Dios es el coquí del matrimonio, por tanto Él estará poniendo su parte para que dure y sean felices. Feria o Memoria Libre: San Cristóbal Magallanes, Presbítero y Compañeros Mártires Sábado Verde o Blanco 39º Aniversario de la Ordenación Episcopal De Mons. Jesús Maria de Jesús Moya, Obispo Emérito de la Diócesis de San Francisco de Macorís 21

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5,13-20 Queridos hermanos: ¿Sufre alguno de ustedes? Rece. ¿Está alegre alguno? Cante cánticos. ¿Está enfermo alguno de ustedes? Llame a los presbíteros de la Iglesia, y que recen sobre él, después de ungirlo con óleo, en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor

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lo curará, y, si ha cometido pecado, lo perdonará. Así, pues, confiesen los pecados unos a otros, y recen unos por otros, para que se curen. Mucho puede hacer la oración intensa del justo. Elías, que era un hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que no lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Luego volvió a orar, y el cielo derramó lluvia y la tierra produjo sus frutos. Hermanos míos, si alguno de ustedes se desvía de la verdad y otro lo encamina, saben que uno que convierte al pecador de su extravío se salvará de la muerte y sepultará un sinfín de pecados. Palabra de Dios. Salmo responsorial. Sal 140 R/. Suba mi oración como incienso en tu presencia, Señor Señor, te estoy llamando, ven deprisa, escucha mi voz cuando te llamo. Suba mi oración como incienso en tu presencia,el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. R. Coloca, Señor, una guardia en mi boca, un centinela a la puerta de mis labios. Señor, mis ojos están vueltos a ti, en ti me refugio, no me dejes indefenso. R. Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,13-16 En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí: no se lo impidan; de los que son como ellos es el reino de Dios. Les aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos. Palabra del Señor. Meditación De la carta de Santiago destacamos algunas ideas. Primero la oración de intercesión: Mucho puede la oración del justo, y pone el ejemplo de Elías, que oró para que no lloviera y después para que lo hiciera. Todos y todas somos intermediarios e intercesores por los demás. Menos pedir por nosotros y más, muchos más, por las necesidades de los demás, y también por las del país y las del mundo. Hay muchas necesidades, debemos ponerlas ante el Señor para que Él nos oriente en la solución y nos acompañe en la lucha por solucionarlas. Confiemos en el poder de la oración de intercesión. Todos y todas necesitamos intercesores, y podemos convertirnos en intercesores por los demás. Otra situación a destacar de la carta de hoy es el sacramento de la Santa Unción, o Unción de los Enfermos. Este capítulo 5 de Santiago es el lugar donde más claro se habla de este sacramento. Es necesario hacer presente a Dios en las enfermedades, y para ello está este sacramento de la Iglesia. Anima a toda la comunidad a llamar a los presbíteros de la Iglesia para que oren sobre un enfermo, a la vez que le unjan con óleo; los frutos están claros, la sanidad tanto del cuerpo como del espíritu. Y por último corregir al equivocado. Es una de las obras de misericordia espirituales; es una obligación para todo creyente ayudar a salir de su

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error a quien está equivocado. En ocasiones nos cuesta mucho, porque no queremos meternos en la vida del otro, pero el Señor nos lo manda, y sin esperar la petición de ayuda del necesitado. Una vez más los niños son protagonistas del mensaje de Jesús. No tanto como niños, sino como marginados. En aquella sociedad los niños contaban muy poco, por eso los apóstoles no quieren perder tiempo con ellos. Para Jesús los niños son importantes precisamente por eso, por su marginación, por no ser importantes. Abrirse a los niños es abrirse a los pequeños. Jesús aparece siendo misericordioso con los niños y enseñándonos a ser misericordiosos acogiendo a los pequeños, abandonados y despreciados de la sociedad. Y nos pide ser niños, pequeños, sin demasiadas complicaciones, ser humildes, necesitados del amor y la misericordia de Dios y de los demás. Como Jesús acoge con cariño a los niños, debemos acoger en la celebraciones a los pequeños, de todas la edades, y no sentirnos mal porque se mueven, lloran, hablan… son niños, deben celebrar como niños, y participar del sacerdocio de Cristo como niños… no sea que estemos expulsando de la celebración también a los papás, quienes deben preocuparse de sus hijos. 22

Solemnidad: La Santísima Trinidad

I Semana de la Liturgia de las Horas

Blanco

Del corazón de la Trinidad brota y corre el gran río de la misericordia. Orientaciones para esta Celebración: Se coloca este título de este día. Se pueden colocar tres rayos de diferentes colores en el centro del lugar donde se celebra indicando las tres personas divinas. Se puede colocar una imagen de un río. En las ofrendas se presentan una familia, una pequeña comunidad, como signos de la Trinidad Santa de Dios. Se pueden llevar un cartelón grande que tenga los nombres de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Al final se puede hacer un brindis en honor a la Santísima Trinidad en su día. Monición de Entrada Hoy nos llenamos de alegría al celebrar a Dios mismo, quien es Uno y a la vez Trino, de cuyo corazón brota y corre sin parar el gran río de la misericordia. Cada etapa del año litúrgico celebramos a Dios, destacando aspectos especiales de su actividad en el mundo. Celebramos alternativamente al Padre, al Hijo y al Espíritu. Cada domingo es una celebración de Dios Uno y Trino, pero en este domingo nos ponemos especialmente ante este Misterio. “Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad.” Y así como Dios Trinidad es una Comunidad de Amor ella nos invita a vivir en nuestra familia, en nuestra pequeña comunidad esa comunión, reflejo de

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la Santísima Trinidad de la que brote y corra sin parar la misericordia del Padre por los más pobres y pecadores. Dispongámonos a celebrar con fe y fraternidad a nuestro Dios rico en misericordia y pidamos en esta gran fiesta se nos conceda un corazón compasivo. De pie y con el canto recibimos a Jesucristo que viene a celebrar con nosotros el amor del Padre, animados e impulsados por su Santo Espíritu. Primera lectura: Proverbios 8, 22-31 En el libro de los Proverbios ya nos deja ver al Padre, que con su Sabiduría, que es su Hijo que actúa junto a su Padre y que conocemos por medio del Espíritu Santo. Escuchemos. Lectura del libro de los Proverbios Así dice la sabiduría de Dios: «El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra.Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales. Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de latierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia:jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres.»Palabra de Dios. Salmo Responsorial 8 R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Cuando contemplo el cielo,obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado,¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R. Lo hiciste poco inferior a los ángeles,lo coronaste de gloria y dignidad,le diste el mando sobre las obras de tus manos. R. Todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. R. Segunda lectura: Romanos 5,1-5 San Pablo nos presenta cómo nos regalan su misericordia las Tres divinas Personas: el Padre que entregó a su Hijo para salvarnos y nos regaló su amor con el Espíritu Santo que se ha derramado en nuestros corazones, para que en toda circunstancia practiquemos la compasión con todos y todas. Escuchemos. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.

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Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado ennuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. Palabra de Dios Aleluya Ap1,8 Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, Al Dios que es, que era y que vendrá. Evangelio: Juan 16,12-15 En este Evangelio se nos muestra la manera como brota del corazón de la Trinidad y corre sin parar el gran río de la misericordia: el Hijo toma del Padre y el Espíritu Santo del Hijo comunicándonos la verdad, guiándonos hacia su plenitud y haciéndonos portadores a nosotros de su compasión. Escuchemos. Lectura del santo evangelio según san Juan En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por decirles, pero no pueden cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y les comunicará lo que está por venir.Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que les irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío y se lo anunciará. Palabra del Señor Oración de los Fieles El que preside: Padre, a TI nos dirigimos por medio de tu Hijo Jesús y con la unción del Espíritu Santo te suplicamos:Que de tu corazón trinitario corra sin parar tu misericordia sobre nosotros y el mundo entero. Por la Iglesia, el Papa Francisco, Obispos, Presbíteros, Diáconos, Consagrados, consagradas, Laicos y laicas, para que en su vivir sean reflejo del Amor y la Unidad de la Trinidad Santa de Dios. Oremos. Por los gobernantes, para que con su esfuerzo y servicio,promuevan la unidad en sus pueblos en el amor y la justicia. Oremos. Por los que trabajan por extender tu Reino, para que su norte y guía sea el amor del Padre, la gracia del Hijo y la comunión del Espíritu Santo. Oremos. Por todas las familias para que sean verdaderas comunidades de amor, templos vivos del Dios Uno y Trino. Oremos. Para que nosotros reunidos en el nombre del Señor, vivamos mediante la fe en una relación de amor y confianza con cada una de las Tres divinas Personas y entre nosotros. Oremos. El que preside: Acoge, Dios y Padre Bueno, las oraciones de tus pequeños hijos que movidos por tu Santo Espíritu confían y todo lo esperan de Ti. Por Jesucristo tu Hijo y nuestro Señor. Amén

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Feria

IV Semana Liturgia de las Horas

Verde

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro, 1, 3-9 Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que les está reservada en el cielo. La fuerza de Dios los custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alégrensede ello, aunque de momento tengan que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de su fe de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No han visto a Jesucristo, y lo aman; no lo ven y creen en él; y se alegran con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de su fe: su propia salvación. Palabra de Dios Salmo Responsorial 110 R/. El Señor recuerda siempre su alianza Doy gracias al Señor de todo corazón,en compañía de los rectos, en la asamblea.Grandes son las obras del Señor,dignas de estudio para los que las aman. R. El da alimento a sus fieles,recordando siempre su alianza;mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,dándoles la heredad de los gentiles. R. Envió la redención a su pueblo,ratificó para siempre su alianza;la alabanza del Señor dura por siempre. R Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,17-27 En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.» Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.» Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.» A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!» Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.» Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.» Palabra del Señor Meditación Comenzamos a leer la primera carta de San Pedro. Está escrita en un tiempo de muchas persecuciones, por ello el tema central es animar a los

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cristianos a seguir siendo fieles a su fe. Hoy comienza con una gran oración, un himno de acción de gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Oración que deberíamos repetir con frecuencia, también nosotros somos parte de la comunidad. Nos habla del Padre de la misericordia, para que también nosotros la experimentemos hoy. Uno de los motivos para animar a los miembros perseguidos de las comunidades, es el recordarles el bautismo, su identidad cristiana y la pertenencia a una comunidad. Revisemos si nos sentimos identificados con la fe cristiana, y sentimos la pertenencia a la comunidad y a la Iglesia. Esto se nota con la defensa de sus signos, de sus valores, con la participación en sus fiestas o celebraciones, pero se nota sobre todo con la vida, si vivimos como personas de fe y cumplidoras de los mandamientos de Cristo, sobre todo el del amor y la misericordia con los pequeños y más necesitados. El tema del joven rico da para mucho comentario y meditación. Aunque el joven se presenta un poco orgulloso de su bondad, parece sincero. Eso le agrada a Jesús, y al ver que se ha esforzado en ser bueno, lo mira con ternura, con afecto. También se puede presentar como una escena de un joven inquieto, preocupado por mejorar y dar sentido a su vida. ¿Hay muchos jóvenes de estos hoy? Gracias a Dios sigue habiendo jóvenes en búsqueda de valores y de sentido a su vida, así lo comprobamos en los grupos juveniles de nuestras comunidades y parroquias. Cuando le hace una propuesta más radical, el joven se vuelve atrás. Esto nos lleva a pensar en un fracaso del planteamiento de Cristo. Esto debe hacer pensar a los promotores vocacionales que no todo joven, muchacho o muchacha, a quien le propongamos la vida sacerdotal o consagrada, nos va a responder que sí. Si a Jesús, aquel joven le dijo no, aprendamos. Por otra parte, Jesús aprovecha para darnos una enseñanza sobre los peligros de las riquezas para conseguir el Reino y para conseguir el cielo. Para Dios nada hay imposible, pero es difícil, muy difícil que un rico entre en el Reino de los cielos, nos lo deja bien claro Jesús. Él no pide cosas, pide la entrega personal. No se trata de tener o no tener, sino de ser y de seguirle radicalmente; y quien tiene mucho, muchos bienes materiales, o mucho de otras actitudes, es difícil que sea humilde, sencillo, comprometido, radical, entregado. Nos cuesta renunciar a lo que estamos apegados: las riquezas o las ideas o la familia o los proyectos o la mentalidad. Terminamos parafraseando a un pensador, humanista y político actual: el órgano humano más sensible, el que más cuesta ceder, el que más nos preocupa… es el bolsillo. 24 Martes

Feria Verde

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1,10-16 Queridos Hermanos: La salvación fue el tema que investigaron y escrutaron los profetas, los que predecían la gracia destinada a ustedes.

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El Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, les declaraba por anticipado los sufrimientos de Cristo y la gloria que seguiría; ellos indagaron para cuándo y para qué circunstancia lo indicaba el Espíritu. Se les reveló que aquello de que trataban no era para su tiempo, sino para el nuestro. Y ahora se les anuncia por medio de predicadores que les han traído el Evangelio con la fuerza del Espíritu enviado del cielo. Son cosas que los ángeles ansían penetrar. Por eso, están interiormente preparados para la acción, controlándose bien, a la expectativa del don que les va a traer la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no se amolden más a los deseos que tenían antes, en los días de su ignorancia. El que los llamó es santo; como él, sean también ustedes santos en toda su conducta, porque dice la Escritura: «Serán santos, porque yo soy santo.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 97 R/. El Señor da a conocer su victoria Canten al Señor un cántico nuevo,porque ha hecho maravillas:su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidaden favor de la casa de Israel. R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclaman al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen.R. Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,28-31 En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.» Jesús dijo: «Les aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mi y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones–y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.» Palabra del Señor Meditación En la sociedad actual, muchas personas hablan de vivir el presente y solo el presente: vive el hoy, el ayer ya pasó, y mañana no sabes si estarás para vivir. Sin embargo San Pedro habla del presente, el pasado y el futuro. El pasado, en cuanto a los profetas que prepararon la realidad actual. Nos corresponde ser agradecidos a los antepasados, a nuestros mayores, tanto en la fe como en la cultura y en los valores patrios. La referencia al presente es con relación a los pastores que la comunidad tiene en este momento. Pastores y predicadores portadores de ánimo y de consejos para no amoldarse la realidad del mundo sino seguir siendo fieles al mensaje de salvación. Y mirada al futuro para estar preparados para la acción. No es cuestión de conocimientos y de ideas, sino de planificar la acción futura con la vida del presente. El evangelio de hoy es continuación del de ayer, y el tema también. Pedro ayer se quejaba como si fuera un rico; hoy le pregunta

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a Jesús sobre qué va a pasar con ellos, con quienes han dejado todo para seguirle. Uniendo esta pregunta con la extrañeza de ayer, nos hace pensar que él y los otros, no están preguntando sobre su futuro como propagadores de la Palabra y la misión de Jesús, sino como los primeros, los ministros de ese reino terrenal esperado por los discípulos. Si es así, Jesús no responde a esos intereses terrenos. Por una parte les de una respuesta de esperanza, pero también poco clara: “Recibirá en este tiempo cien veces más y en la edad futura vida eterna”. No les está hablado de tantos por cientos, sino de la recompensa de pertenecer a la familia nueva, a la comunidad, donde todos son hermanos y hermanas, madres e hijos. Y además les promete la vida eterna. Para que no piensen en lo material, Jesús añade dos palabras: “con persecuciones”; no va a ser todo fácil; esa nueva familia y comunidad va a ser perseguida, maltratada, pero no dejará de ser familia. Hoy día se puede aplicar claramente a la vida consagrada y sacerdotal; dejan su familia y consiguen una comunidad numerosa de padres y madres, de hijos e hijas, de hermanos y hermanas. No han formado familia propia, pero no por eso han dejado de amar: al contrario, están más plenamente disponibles para todos, movidos de un amor universal, no por una paga a corto plazo. Feria o Memoria Libre:San Beda el Venerable, Presbítero y Doctor de la Iglesia o San Gregorio VII, Papa o Santa Maria Magdalena de Pazzi, Virgen Miércoles Verde o Blanco 25

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1,18-25 Queridos Hermanos: Ya saben con qué los rescataron de ese proceder inútil recibido de sus padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por vuestro su bien. Por Cristo ustedes creen en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así han puesto en Dios su fe y su esperanza. Ahora que están purificados por su obediencia a la verdad y han llegado a querernos sinceramente como hermanos, ámense unos a otros de corazón e intensamente. Miren que han vuelto a nacer, y no de una semilla mortal, sino de una inmortal, por medio de la palabra de Dios viva y duradera, porque «toda carne es hierba y su belleza como flor campestre: se agosta la hierba, la flor se cae; pero la palabra del Señor permanece para siempre.» Y esa palabra es el Evangelio que les anunciamos. Palabra de Dios Salmo Responsorial 147 R/. Glorifica al Señor, Jerusalén Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R. Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz. R.

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Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. R. Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,32-45 En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban, y los que seguían iban asustados. Él tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: «Miren, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.» Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.» Les preguntó: «¿Qué quieren que haga por ustedes?» Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús replicó: «No saben lo que piden, ¿son capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizarse con el bautismo con que yo me voy a bautizar?» Contestaron: «Lo somos.» Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberán, y se bautizarán con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Ustedes, nada de eso: el que quiera ser grande, sea su servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.» Palabra del Señor. Meditación Pedro sigue animando a aquella comunidad perseguida, hoy lo hace hablándoles de la suerte que han tenido al ser rescatados de la vida de pecado y vuelto a nacer de Dios. El rescate ha sido tan costoso como la sangre de Cristo; no se trata de oro o plata, sino de la muerte y resurrección del Salvador. Este mismo ánimo es para nosotros hoy, Cristo ha pagado por nosotros, por ello ponemos la fe y la esperanza en Dios. Dios es el Padre de todos, Cristo ha rescatado a todos y nos ha hecho hermanos, por eso san Pedro nos invita a sacar una conclusión: “ámense unos a otros de corazón”. Volvemos al mandamiento primero de Jesús, el del amor. De todo esto se concluye también: los mismos dones que yo, los han recibido también los demás. Debo considerarlos hermanos míos, hijos del mismo Dios. La invitación de Pedro va para nosotros, cada uno en su ambiente: «han llegado a quererse sinceramente como hermanos, ámense unos a otros de corazón e intensamente”. De corazón e intensamente, son dos sentimientos profundos de ese amor entre los miembros de la

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comunidad. La escena del evangelio de hoy es repetida de la de hace unos días, Jesús anuncia su muerte y los discípulos están pensando en su propio bienestar y en los puestos de poder. Hoy se trata de los hijos del Zebedeo, es decir, Santiago y Juan. Jesús anuncia otra vez su muerte, mientras los apóstoles, todos, no sólo Santiago y Juan, están ambicionando puestos de poder y grandeza. La indignación de los otros diez no es porque piensen como Jesús, sino porque esos dos se les quieren adelantar y quitar los primeros puestos, los deseados por todos. Jesús nuevamente va a hablar de los últimos y del servicio. Así debemos entender toda autoridad. Examinemos nuestras actitudes, tal vez nos demos cuenta de las veces en que deseamos ser primeros o primeras en el grupo, la comunidad, el sector… Para las personas cristianas, el ideal es colaborar con Cristo en la salvación, en la extensión del Reino. Por ello en la vida de la comunidad debemos estar dispuestos a pasar trabajos, a dedicar tiempo, a realizar acciones sin hacer publicidad, sin la aprobación o el aplauso de nadie. Una actitud cristiana será exigir a las autoridades, tanto eclesiales como civiles y políticas, el servicio a la comunidad y al pueblo, y si no lo hacen presentar la protesta correspondiente porque toda autoridad ha sido dada por Dios para servir al pueblo. 26 Jueves

Solemnidad: Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo Blanco

Alimentados por la Eucaristía seamos compasivos como el Padre. Orientaciones para esta Celebración: Se coloca el título de esta Celebración. Se adorna con signos eucarísticos. Se puede colocar un dibujo del pan y del vino en el centro y a su alrededor las 14 obras de misericordia. En las ofrendas se pueden presentar los que han hecho su Primera Comunión y algunas acciones de misericordia que realiza la comunidad para dar de comer al hambriento y a cubrir otras necesidades de los más pobres. Se puede hacer una breve procesión con el Santísimo dentro del Templo o en sus cercanías. Monición ambiental Queridos hermanos y hermanas: Hoy con gran júbilo celebramos en el marco del Año de la Misericordia, el gran Amor manifestado en su Hijo quien se ha quedado entre nosotros para ser nuestro alimento. ¡Felices los que pueden acercarse al gran banquete! ¡Felices también aquellos que lo desean! Lo mismo que el pan une, así el Cuerpo y Sangre de Cristo, nos une a Él como una familia de amor y ello nos compromete a testimoniar nuestra fe, saliendo llenos de compasión al encuentro de nuestros hermanos que nos esperan con hambre física y espiritual. En la Eucaristía se muestra la misión que Jesús ha recibido del Padre que es “la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. Dios es amor,

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afirma el evangelista Juan. Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente”. Con gran gozo por estar aquí para participar del banquete que el Señor nos ofrece, recibamos a Jesucristo quien llega en la persona de su ministro para presidir esta fiesta de donación y amor. Primera lectura: Génesis 14,18-20 Cuando Abrahán encuentra a Melquisedec, comparten el pan y el vino, dones de hospitalidad y signo de amistad y bendición; anunciando así la Eucaristía y al nuevo y eterno Sacerdote, Jesús que nos bendice con su gran misericordia. Lectura del libro del Génesis 14,18-20 En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abran, diciendo: «Bendito sea Abrahán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.» Y Abran le dio un décimo de cada cosa. Palabra de Dios. Salmo responsorial 109 R/. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» R. Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.» R. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. R. / Segunda lectura: Primera Carta de Apóstol San Pablo a los Corintios 11,23-26 En la Eucaristía, palpamos y vivimos el gran acto de misericordia realizado por Jesús en la Cruz y en su Resurrección al entregar su Cuerpo y derramar su Sangre con la que selló su alianza con nosotros a la vez que nos comprometemos a ser compasivos como El. Escuchemos. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez les he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; hagan esto cada vez que lo beban, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coman de este pan y beban del cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios. Aleluya Jn 6 51-52 Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor, quien coma de este pan vivirá para siempre.

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Evangelio: Lucas 9,11-17 La multiplicación de los panes es ya un anuncio de aquel banquete de unidad y de misericordia que es la Eucaristía, donde todos podemos saciarnos con abundancia y del que nace nuestro compromiso compasivo de dar de comer a los hambrientos del cuerpo y del espíritu que esperan de nosotros. De pie y aclamando a Jesús con el canto nos preparamos para escucharlo. Lectura del santo evangelio según san Lucas En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.» Él les contestó: «Denles ustedes de comer.» Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.» Porque eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos: «Díganles que se echen en grupos de unos cincuenta.» Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos. Palabra del Señor Oración de los Fieles El que preside: Gozosos presentemos al Padre de la misericordia nuestras peticiones y digámosle: Danos siempre de tu Pan, Señor, para ser compasivos como Tú. Por la Iglesia, para que celebre con fe el Sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo y desde la Eucaristía sea compasiva como Jesús entregándose a su pueblo. Oremos. Por los gobernantes, para que se preocupen para que a nadie le falte el pan de cada día y lo necesario para vivir. Oremos. Por los que pasan hambre, para que fortalecidos espiritualmente con el Cuerpo de Cristo, encuentren en nosotros, por el servicio y desprendimiento, alivio a sus sufrimientos. Oremos. Por nosotros, para que cada día con más fe nos acerquemos al alimento que nos fortalece y da vida eterna. Oremos. El que preside: Padre, atiende nuestras súplicas y concédenos que al recibir el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo nos comprometamos a ser compasivos como Tú entregando nuestro cuerpo y nuestro espíritu a los que necesiten como lo hizo Jesús, por quien te presentamos estas súplicas. Amén. 27 Viernes

Feria o Memoria Libre: San Agustín De Cantorbery, Obispo Verde o Blanco

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 4, 7-13 Queridos hermanos: El fin de todas las cosas está cercano. Sean, pues, moderados y sobrios, para poder orar. Ante todo, manténganse en tensión

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el amor mutuo, porque el amor cubre la multitud de los pecados. Ofrézcanse mutuamente hospitalidad, sin protestar. Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. El que toma la palabra, que hable Palabra de Dios. El que se dedica al servicio, que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Queridos hermanos: No se extrañen de ese fuego abrasador que se pone a prueba, como si les sucediera algo extraordinario. Estén alegres cuando comparten los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, rebosen de gozo. Palabra de Dios Salmo Responsorial 95, R. Llega el Señor a regir la tierra. Digan a los pueblos: El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente. R. Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque. R. Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R. Lectura del santo Evangelio según San Marcos 11, 11-26 Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, en el templo, lo estuvo observando todo, y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce. Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas, y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: Nunca jamás coma nadie de ti. Los discípulos lo oyeron. Llegaron a Jerusalén, entró en el templo, se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía diciendo: ¿No está escrito: Mi casa se llama Casa de Oración para todos los pueblos? Ustedes en cambio la han convertido en cueva de bandidos. Se enteraron los sumos sacerdotes y los letrados, y como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su enseñanza, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Jesús contestó: Tengan fe en Dios. Les aseguro que si uno dice a este monte: «Quítate de ahí y tírate al mar», no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso les digo: Cualquier cosa que pidan en la oración, crean que se la han concedido, y la obtendrán. Y cuando se pongan a orar, perdonen lo que tengan contra otros, para que también su Padre del cielo les perdone sus culpas. Palabra del Señor

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Meditación Pedro, como Pablo y la mayoría de los primeros escritos creían que el fin del mundo estaba cerca. Partiendo de esto, vemos que Pedro da una serie de consejos a la comunidad, consejos apropiados para nuestros días: suceda cuando suceda el fin del mundo (para cada quien ese fin del mundo es el día de su muerte, el día del encuentro personal con el Señor), los cristianos debemos siempre mirar hacia el futuro con esperanza; lejos de la pereza y la rutina viviremos animados y en compromiso. Debemos tener el ánimo siempre dispuesto para orar, vivir de manera sobria y moderada, mantener el amor dentro de la comunidad y con todas las personas, ser hospitalarios, y todo esto para mayor gloria de Dios. Son los consejos de Pedro a su comunidad y a las nuestras. Otro tema en el que coincide con Pablo es en el de poner a trabajar los dones recibidos, y ponerlos al beneficio de la comunidad. Todos y todas tenemos dones, muchos o pocos, pero a todos nos los ha dado el Señor; pongámoslos al servicio de la comunidad. El evangelio de hoy presenta una serie de sucesos y consejos variados y como desconectados unos de otros. Aunque coinciden en el enojo de Jesús. Jesús se hospeda en Betania, en la casa de sus amigos Lázaro, Marta y María; desde allí va fácilmente a la cercana Jerusalén. De paso maldice a una higuera; no tenía muchos motivos para maldecirla, no era época de tener frutos. Parece ser que se refiere al pueblo de Israel, que tiene mucha apariencia, pero no da frutos de conversión, ni de aceptación de su Palabra. Llega al tempo y se pone a expulsar a los vendedores; tampoco tiene muchos motivos para su enojo: esa gente estaba negociando fuera del templo, en el atrio exterior, y tenían permiso de las autoridades. Como lo de la higuera, también esta expulsión es un gesto simbólico: Cristo ha venido a restaurar el verdadero culto, el interior y de corazón, no de las cosas externas, como las mercancías que tira por los suelos. Estos símbolos y el enojo de Jesús son para plantearnos hoy día, si no tendría los mismos motivos para enojarse. Es tiempo de revisar los frutos de nuestras obras y cómo estamos realizando el culto, la oración, los sacramentos. Termina el evangelio de hoy haciendo una nueva referencia a la unidad entre oración y perdón de los demás, entre perdón a las otras personas para ser perdonados por Dios. Recordemos el Padre nuestro. 28 Sábado

Feria Verde

Lectura de la carta del apóstol san Judas 17.20b-25 Acuérdense de lo que predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Continuando el edifico de nuestra santa fe y orando movidos por el Espíritu Santo, manténganse en el amor de Dios, aguardando a que nuestro Señor Jesucristo, por su misericordia, les dé la vida eterna. ¿Titubean algunos?

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Tengan compasión de ellos; a unos, sálvenlos, arrancándolos del fuego; a otros, muéstrenles compasión, pero con cautela, aborreciendo hasta el vestido que esté manchado por la carne. Al único Dios, nuestro salvador, que puede preservarlos de tropiezos y presentarlos ante su gloria exultantes y sin mancha, gloria y majestad, dominio y poderío, por Jesucristo, nuestro Señor, desde siempre y ahora y por todos los siglos. Amén. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 62 R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. R. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. R. Lectura del santo evangelio según san Marcos 11,27-33 En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?» Jesús les respondió: «Les voy a hacer una pregunta y, si me contestan les diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme.» Se pusieron a deliberar: «Si decimos que es de Dios, dirá: “¿Y por qué no le han creído?” Pero como digamos que es de los hombres...» (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.) Y respondieron a Jesús: «No sabemos.» Jesús les replicó: «Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago esto.» Palabra del Señor. Meditación Hoy hemos leído la última parte de la carta de san Judas, uno de los escritos más pequeños de la Biblia. El apóstol, está animando a la comunidad de creyentes a mantenerse firmes en la fe. Podíamos decir que la carta menciona a la Santísima Trinidad: “Continuando el edifico de nuestra santa fe y orando movidos por el Espíritu Santo, manténganse en el amor de Dios, aguardando a que nuestro Señor Jesucristo”; y que en ese mismo texto habla también de las virtudes cardinales: la fe, esperanza y amor o caridad. Pero hoy nos referimos a otras palabras y virtudes que aparecen en el texto leído: misericordia y compasión. Dos palabras y actitudes muy de nuestros días. Habla de la misericordia de Dios; él nos salva sin méritos propios: el Señor Jesús nos consigue la vida eterna por su infinita misericordia. Dejemos llegar hasta nosotros la misericordia de Dios por medio de Jesucristo.

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La compasión es la respuesta nuestra a la misericordia de Dios. Él es misericordioso con nosotros, debemos tener compasión con los demás. Judas insiste en ser compasivos sobre todo con las personas que son tentadas por cualquier tipo de prueba, y por las dudas sobre la fe. Hoy día, en el mundo de la increencia y de la autosuficiencia, es necesario tener más compasión ante tantos hermanos y hermanas tentadas de dejar la fe, de cambiar de Iglesia, de no seguir a Dios sino al mundo. Demostremos la compasión acercándonos a ellos, echándoles una mano, ayudando a creer y ayudando en sus dificultades. El evangelio de hoy es continuación y consecuencia del de ayer: ante el gesto profético de expulsar a los vendedores del templo, los “jefes” no pueden quedarse indiferentes, por eso envían a un grupo a pedirle cuentas a Jesús. Ante su pregunta Jesús no les contesta, pero tampoco se queda callado, les hace otra pregunta. Cuando sabe de sus malas intenciones; cuando entiende su cerrazón y que no van a escuchar ni a hacer caso; cuando no ve fe, sino malas intenciones… no va a perder tiempo con ellos, ni les va a dar motivos teológicos para ser perseguido. Pero no se queda callado, al contrario, se comporta de manera inteligente y astuta; es Él quien les pone una trampa para dejar al descubierto sus malas intenciones. Y a partir de ahora los acontecimientos se van a dar más rápidos para llevarlo al apresamiento y a la muerte. Cuando molesta la noticia o el mensaje, cuando no tenemos argumentos para responder al mensaje, lo más fácil es eliminar al mensajero. Por eso la persecución y la muerte de Cristo. Muerte salvadora y liberadora para la humanidad. 29

Domingo IX del Tiempo Ordinario

I Semana de la Liturgia de las Horas

Verde

Día de las Madres La misericordia del Señor no tiene fronteras ni límites Orientaciones para esta Celebración:Colocar el título de este Domingo. Adornar con un mapa del mundo o colocar diferentes banderas de países o imágenes de personas de diferentes razas. Como Día de las Madres destacar a las madres con sus familias; entregar algún distintivo a las madres, colocarlas delante, darles una bendición especial a ellas y a sus familias después de la Bendición final. En las ofrendas llevar signos que muestren la compasión que tienen las madres con sus hijos; presentar algunas madres jóvenes, adultas, ancianas. Hacer algún reconocimiento a las madres que se ocupan de la comunidad. Monición ambiental: Queridos, hermanos y hermanas: Iniciamos nuevamente hoy el Tiempo Ordinario en el que paso a paso iremos recorriendo la vida y misión de Jesucristo.

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La Palabra de Dios de este Domingo nos hace ver que la compasión del Señor no tiene fronteras ni límites invitándonos a que tampoco nosotros pongamos límites ni fronteras al momento de ser compasivos como el Padre. Hoy es un día muy especial para todo el pueblo dominicano porque celebramos el Día de las Madres, que son el modelo de todo amor compasivo. De hecho, la palabra misericordia en la Biblia está relacionada con el amor de madre, amor de las entrañas de una madre. Es un día para reconocer y agradecer a Dios todo el amor recibido de Él a través de nuestras madres, amor en forma de perdón, amor a través de la compasión, amor que ha salido a nuestro encuentro. Oremos hoy con agradecimiento por ellas, tanto si están entre nosotros así como si han dado el paso al encuentro definitivo con el Padre desde donde interceden por nosotros. Todos tenemos una madre en común, muy especial a quien debemos dar también las gracias por traernos a su Hijo al mundo para salvarnos. Ella es ¡MARÏA! la Madre de la Misericordia! Demos un caluroso y fuerte aplauso a todas las madres físicas y espirituales. Ahora dispongámonos a recibir a Jesucristo, quien con nosotros bendice y agradece al Padre su misericordia que no tiene límites ni fronteras, y que llega a nosotros a través de su ministro. Primera lectura: Primera de Reyes 8,41-43 La oración de Salomón no pone límites a la misericordia del Padre. Primero pide por sí mismo, luego por la dinastía real, pide por su pueblo y también por todos los extranjeros, para que si oran en el Templo de Dios sean escuchados por El. Escuchemos. Lectura del primer libro de los Reyes En aquellos días, Salomón oró en el templo, diciendo: —«Los extranjeros oirán hablar de tu nombre famoso, de tu mano poderosa, de tu brazo extendido. Cuando uno de ellos, no israelita, venga de un país extranjero, atraído por tu nombre, para rezar en este templo, escúchalo tú desde el cielo, tu morada, y haz lo que te pide el extranjero. Así te conocerán y te temerán todos los pueblos de la tierra, lo mismo que tu pueblo Israel; y sabrán que este templo, que he construido, está dedicado a tu nombre.» Palabra de Dios. Salmo responsorial Sal 116 R. Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio. Alaben al Señor, todas las naciones, aclámenlo, todos los pueblos. R. Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R. Segunda lectura: Gálatas 1,1-26-10 Pablo nos cuenta cómo tuvo que luchar por la universalidad de la obra de Cristo, es decir, para que se reconociera que el amor y la fe en Cristo no tienen límites de razas, culturas ni naciones.

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Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas Yo, Pablo, enviado no de hombres, nombrado apóstol no por un hombre, sino por Jesucristo y por Dios Padre, que lo resucitó de entre los muertos, y conmigo todos los hermanos, escribimos a las Iglesias de Galacia. Me sorprende que tan pronto hayan abandonado al que los llamó a la gracia de Cristo, y se hayan pasado a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, lo que pasa es que algunos se turban para volver del revés el Evangelio de Cristo. Pues bien, si alguien les predica un evangelio distinto del que le hemos predicado -seamos nosotros mismos o un ángel del cielo—, ¡sea maldito! Lo he dicho y lo repito: Si alguien les anuncia un evangelio diferente del que recibieron, ¡sea maldito! Cuando digo esto, ¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?; ¿trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo. Palabra de Dios. Aleluya Jn 3, 16 Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todo el que cree en él tiene vida eterna. Evangelio: Lucas 7,1-10 El evangelista Lucas nos relata la curación del siervo de un extranjero. El Señor alaba la fe del centurión que es pagano y lo pone de ejemplo a los judíos y a nosotros que todavía repetimos la frase de ese centurión romano antes de recibir el Cuerpo del Señor. Así queda claro que la misericordia de Dios no tiene fronteras ni límites. De pie y cantando aclamamos a Jesús que nos hablará en este Evangelio. Lectura del santo evangelio según san Lucas En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaún. Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: —«Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga.» Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle: —«Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; y a mi criado: “Haz esto”, y lo hace.» Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: —«Les digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.» Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano. Palabra del Señor.

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Oración de los Fieles El que preside: Presentemos a nuestro Padre que es Padre de de todos, nuestras súplicas diciéndole: Danos un corazón sin fronteras. Por la Iglesia extendida por todo el mundo para que siga anunciando con firmeza la Buena Nueva del Evangelio a todos los pueblos, razas y culturas. Oremos. Por los gobernantes del mundo, para que sepan acoger a los migrantes que llegan a sus países buscando una mejor calidad de vida. Oremos. Por todas las madres, para que sean expresión del corazón compasivo de Dios. Oremos. Por las madres que sufren por diferentes motivospara que encuentren en nosotros el apoyo y la ayuda que los conforte en la debilidad. Oremos. Por todos nosotros, para que siendo compasivos como el Padre estemos abiertos a todas las personas sin poner fronteras ni límites cuando ellas nos necesiten. Oremos El que preside: Danos tu gracia Padre de Bondad, para que cada vez más seamos compasivos como Tú con un corazón abierto y mostremos tu compasión sin límites ni fronteras. Por Jesucristo nuestro Señor. 30 Lunes

Feria o Memoria Libre:San Fernando Verde o Blanco

Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pedro 1,1-7 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como a nosotros. Crezca su gracia y paz por el conocimiento de Dios y de Jesús, nuestro Señor. Su divino poder nos ha concedido todo lo que conduce a la vida y a la piedad, dándonos a conocer al que nos ha llamado con su propia gloria y potencia. Con eso nos ha dado los inapreciables y extraordinarios bienes prometidos, con los cuales pueden escapar de la corrupción que reina en el mundo por la ambición, y participar del mismo ser de Dios. En vista de eso, pongan todo empeño en añadir a su fe la honradez, a la honradez el criterio, al criterio el dominio propio, al dominio propio la constancia, a la constancia la piedad, a la piedad el cariño fraterno, al cariño fraterno el amor. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 90 R/. Dios mío, confío en ti Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti.» R. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación.» R. «Lo defenderé, lo glorificaré, lo saciaré de largos días y le haré ver mi salvación.» R.

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Sean compasivos como su Padre es compasivo

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12,1-12 En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos: «Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías. Les envió otro criado; a éste lo insultaron y lo descalabraron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos los apalearon o los mataron. Le quedaba uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían. Pero los labradores se dijeron: “Éste es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia.” Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Acabará con los ladrones y arrendará la viña a otros. ¿No han leído aquel texto: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”?» Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon. Palabra del Señor. Meditación Entre hoy y mañana leemos otro de los escritos cortos de la Biblia, la segunda carta de san Pedro. Comienza la carta de una manera muy alegre y dinámica, un saludo muy religioso, espiritual y de alegría: tenemos la suerte de ser elegidos para una fe tan preciosa o valiosa como la nuestra. Hemos sido elegidos por Dios en Jesucristo a ser portadores de esa fe. Fe que consiste en el encuentro personal con Dios y así “participamos del mismo ser de Dios”. La fe que nos ha dado por Jesucristo, es un don, un regalo. Pero debemos crecer en ella, también nos corresponde poner de nuestra parte. Por eso se nos pide añadir algo a la fe; y ese añadir son valores cristianos y humanos. Merece la pena copiar y releer la parte que nos corresponde añadir al don de la fe: “En vista de eso, pongan todo empeño en añadir a su fe la honradez, a la honradez el criterio, al criterio el dominio propio, al dominio propio la constancia, a la constancia la piedad, a la piedad el cariño fraterno, al cariño fraterno el amor”. Veíamos en el evangelio de ayer a Jesús enfrentado con los jefes del pueblo, dejándolos en ridículo, y por ello lo buscan para apresarlo y matarlo. ¿Se alejará y se esconderá Jesús de sus perseguidores? Hoy hemos leído, en el evangelio de Marcos, la parábola de los viñadores ladrones. Jesús no solo no se esconde, sino que aparece muy valiente haciendo pensar a los judíos lo que son, lo que han hecho, y lo que van a hacer con Él mismo. La parábola es dirigida para analizar la actitud del pueblo y sus dirigentes con Dios, con los profetas y con el mismo Jesús. Para esto la ha narrado y así lo entienden los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. La pregunta va dirigida para nosotros, para ver si damos los frutos esperados, si le devolvemos a Dios parte de lo que nos da, o si nos queremos quedar con todo.

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Cada uno personalmente nos debemos preguntar si somos un campo bueno, productivo o estéril. ¿Deberá Dios quitarnos sus dones y dárselos a otros que den más frutos? ¿Cuánto tiempo dedicamos a Dios, a la Iglesia, a la oración, al compromiso con los más necesitados? Una de la manera de medir los frutos podría ser ese tiempo dedicado a Dios, a sus cosas y a sus preferidos. 31 Martes

Fiesta: La Visitación de la Virgen Maria Blanco

Lectura de la profecía de Sofonías 3,14-18 Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás. Aquel día dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta.» Apartaré de ti la amenaza, el oprobio que pesa sobre ti. Palabra de Dios SalmoResponsorial: Isaías 12,2-3.4bcd.5-6 R/. Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R. Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es excelso. R. Tañan para el Señor, que hizo proezas, anúncienlas a toda la tierra; griten jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.» R Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 1,39-56 En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarias y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa. Palabra del Señor.

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Sean compasivos como su Padre es compasivo

Meditación Así como el segundo domingo de Pascua es declarado el Domingo de la Misericordia de Dios; creemos que este día de la Visitación debería declararse el Día de la Misericordia de María. La escena evangélica de la Visitación es una catequesis sobre la presencia de Dios que lleva al Servicio de la misericordia. María está llena de Dios, acaba de decirle que sí, que acepta quedar llena de Él, y en vez de detenerse arrodillada, se pone en camino, a través de montañas y valles, por muchos días de caminar, se va a encontrarse con su prima Isabel. Le lleva a Dios, no se lo queda para ella, sino que lo lleva allí donde lo necesitan y donde la necesitan. Creemos que no debería llamarse la Visita de María a su prima Isabel, sino la Ayuda de María a su prima Isabel. En nuestro país, cuando alguien va de visita a casa de otra persona, aunque sea pariente, normalmente no se va a trabajar, se va a visitar, a estar, a hablar y a conocer. María no va de visita, va a ayudar a su prima, ya mayor y embarazada de seis meses; porque va a ayudar, se queda con ella hasta después del parto. Esta es la misericordia de María de Nazaret, por medio de su presencia, su servicio, su trabajo, llevar a Dios al necesitado. Y este es el ejemplo para quienes decimos tener a Dios en nuestras vidas, ponernos al servicio de quienes nos necesitan. Además de la actitud de María, está también su canto, su oración. El Magníficat, como llamamos a este canto, es una alabanza y acción de gracias por lo que Dios ha hecho y sigue haciendo por María, por Israel y por la humanidad. María canta la misericordia de Dios que se hace compasión con los más pobres y abandonados, y no solo una vez, sino “de generación en generación”, es decir, por siempre. Dios no va a dejar de ser misericordioso ya que es su promesa desde el principio. Para responder a la misericordia de Dios tenemos en ejemplo de María, ponernos al servicio de los demás, principalmente de quienes más lo necesitan. Y si hemos de seguir llamando a esta fiesta la Visitación de María, recordemos las dos obras de misericordia de visitar a los enfermos y a los presos; dos formas bien concretas de vivir el mandato de ser misericordiosos como el Padre. Que María, la Madre de misericordia interceda para que nosotros alcancemos la misericordia de Dios y lleguemos a ser misericordiosos como lo fue ella.

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