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El pastor Scott Hoezee nos dice que hace 3.000 años en las escuelas de sabiduría del antiguo cercano oriental, los maestros daban exámenes finales diciendo ...
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¿Cómo puedo obtener sabiduría? Proverbios

Por Brian Bill Usado con permiso El pastor Scott Hoezee nos dice que hace 3.000 años en las escuelas de sabiduría del antiguo cercano oriental, los maestros daban exámenes finales diciendo la primera mitad de un refrán y los estudiantes deberían completar el sabio refrán. También hay un montón de refranes populares en nuestra cultura hoy. Vamos a ver qué tan bien los conocen. Les digo la primera parte y ustedes me dicen cómo termina.

El perro es el mejor amigo ….(del hombre) No llores sobre... (la leche derramada) No juzgues a un libro…(por su pasta) A palabras necias….(oídos sordos) Mucho ruido y…(pocas nueces) Muchas manos…(aligeran el trabajo.) Con la vara que mides…(serás medido) El que madruga…(Dios lo ayuda) ¿Han notado que muchas de las canciones de Country y Western son como proverbios en su brevedad y brillantez? Aquí son unos divertidos títulos – ¡y no los estoy inventando esto!

"¿Cómo te puedo extrañar si no desapareces?" "Hubiera escrito una carta, pero no podía deletrear". "Me gustabas mejor antes de que te conociera tan bien". "Tengo lágrimas en mis oídos por acostarme sobre mi espalda mientras lloro por ti".

Algunos de los proverbios que se encuentran en la Biblia pintan una imagen similar. Encontramos uno en Proverbios 11:22: "Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartada de razón". Uno de mis favoritos es Proverbios 26:14:

“Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve a su cama”.

Los proverbios son palabras de sabiduría altamente comprimidas, que han sido hábilmente construidos para apegarse a nuestras mentes, para que cambiemos de comportamiento. Un proverbio ha sido llamado “una frase corta fundada en una experiencia larga”. Es probable que eso es lo que se encontraba atrás de este proverbio: “El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno es como el que toma al perro por las orejas” (26:17). ¡Esa es sabiduría aprendida de la experiencia! Proverbios son fáciles de decir y difíciles de olvidar. Antes de decir más, es crucial que entendamos el tipo de enseñanza que Proverbios provee. Mucha gente termina en un lugar peligroso simplemente porque se olvidan que hay una diferencia entre Proverbios y los otros libros de la Biblia. John Ortberg nos explica que hay tres tipos específicos de literatura en el Antiguo Testamento.

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Leyes. Una ley es un mandamiento que siempre debemos obedecer: “Y amarás a

Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”. (Deuteronomio 6:5) Promesas. Una promesa es una garantía que siempre es verdad: “¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo”.

(Salmo 139:17-18) Proverbios. Un proverbio es una observación fácil de recordar acerca de cómo son las cosas en general, pero no es una ley ni una promesa. En otras palabras, son descriptivos, no normativo. Estas directrices para la vida son generalizaciones acerca de cómo por la mayor parte salen las cosas. Echa un vistazo a Proverbios 15:1: “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor”. Esto funciona la mayoría del tiempo, pero no en toda situación.

Los proverbios son diseñados para ser leídos lentamente y para pensado sobre ellos durante todo el día. No debemos correr para terminarlos ni manejarlos con descuido. Proverbios 26:9 dice, “Espinas hincadas en mano del embriagado, tal es el proverbio en la boca de los necios”. Piensa bien en lo que ocurre cuando un embriagado agarra un manojo de espinas – él o ella se lastimaría. Igualmente, tenemos que evitar agarrar un proverbio que nos gusta sin usarlo con cuidado y discernimiento, tirándolo aquí y allá como una poción mágica. Los proverbios se diseñaron para ser estudiados, memorizados, meditados y aplicados. Veamos juntos el primer versículo de Proverbios: “Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel”. Sabemos de 1 Reyes 4:32 que Salomón escribió más que 3,000 proverbios que no aparecen aquí. Escribió la mayoría de los que están en el libro de Proverbios, con la excepción de unos cuántos capítulos escritos por Agur y Lemuel. El propósito de Proverbios El propósito del libro de Proverbios se encuentra en 1:2-6. Este es el título más largo para cualquier libro del Antiguo Testamento: “Para entender sabiduría y doctrina, para

conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad; para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura. Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo, para entender proverbio y declaración, palabras de sabios, y sus dichos profundos”. El libro de Proverbios fue escrito para que tú y yo pudiéramos llegar a ser personas sabias, que lleguemos a ser más disciplinados, haciendo lo que es correcto. En otras palabras, el objetivo del libro es ayudarnos a adquirir y aplicar la sabiduría de Dios a las decisiones y actividades del diario vivir; y en el proceso, nuestro carácter irá cambiando.

El libro de Proverbios es un curso de maestría en el arte de vivir. Aunque la educación es muy importante, no es suficiente simplemente ser educado y tener conocimiento. También necesitamos sabiduría, que es la habilidad de usar el conocimiento que tenemos. En el Antiguo Testamento, la palabra para “sabio” se usa para describir gente que es adepto en trabajar con las manos. Los que tienen sabiduría tienen la habilidad de enfrentar la vida con honestidad y vivir para que los propósitos de Dios sean cumplidos en sus vidas. La sabiduría no es teórico, sino práctico. Una persona sabia no solo dice palabras sabias, sino que también es diestro para vivir la vida al máximo.

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Aquí hay algunas de las destrezas presentadas en Proverbios: Entrenamiento para padres, principios de pureza, manejo del dinero, edificación de buenas relaciones, el poder de las palabras, el honor de la humildad, los peligros de tomar demasiado, el hacer decisiones, la importancia del trabajo duro, principios para hacer la paz, y cómo cuidar de los pobres. Todos necesitamos ayuda en estas áreas, ¿verdad? John Ortberg dice que hay una razón sencilla del por qué Dios puso los Proverbios en la Biblia – ¡es porque somos necios! Enfrentémoslo: todos hacemos cosas necias, ¿no es así? Este libro puede ayudarnos de muchas maneras a llegar a ser más sabios. 1 – Desarrolla el temor de Jehová Proverbs 1:7 es a la vez tema del libro y la llave que abre el camino a la sabiduría: “El

principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”. El énfasis primordial de la Biblia entera es el temor de Jehová. En este versículo vemos que hay dos clases de personas: los que temen a Jehová, y los necios (impíos) que no lo hacen. El principio de la sabiduría se refiere a su origen o su parte principal. La primera lección que tenemos que aprender en la escuela de la sabiduría es a desarrollar un entendimiento correcto de Dios. Si tú y yo deseamos tener sabiduría, tenemos que primero aprender a adorar. El cantante y escritor de música Michael Card dice, “El camino

de la sabiduría comienza con un paso de temor santo”.

Es bueno que recordemos que todo tiene que ver Dios, no con nosotros. Martin Luther exclamó “¡Deja que Dios sea Dios!” A.W. Tozer dijo que conocer a Dios es temerle y ser “atónito” por el esplendor de su presencia. Dios no está allí solo para llenar nuestros placeres. Estamos aquí para arrodillarnos ante su supremacía con una actitud de santo temor, para que podamos adorarle en nuestra manera de ser y con nuestras palabras. Vemos el anhelo de Dios en Deuteronomio 5:29: “¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y

guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!”

El “temor de Jehová” puede abarcar dos cosas. Uno es que Dios puede herirnos. El otro es el temor que podríamos herirle a él por medio de nuestro comportamiento. La palabra “temor” puede referirse a reverencia o respeto, pero me pregunto si llega lo suficientemente lejos. Filipenses 2:12 nos reta con:”ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”. La mayoría de nosotros deberíamos temblar más en la presencia de Dios. Él no es el “señor grande” en el cielo, ni el “hombre importante” allá arriba. Es el Señor de los ejércitos, el Dios Todopoderoso, el Rey de reyes, el Señor de señores, y el Todopoderoso quien es santo, santo santo. En ese sentido, la palabra “maravilloso” debe ser reservado solo para él. El concepto de temer a Dios para conseguir y aplica la sabiduría puede causar confusión, porque tendemos a pensar de temor como algo que evitar. Temer a Dios puede purgar cualquier fobia que nos paraliza. Me encanta la perspectiva del hermano Oswald Chambers: “La

cosa sorprendente de temer a Dios es que, cuando temes a Dios, no temes otra cosa; mientras que, si no temes a Dios, temes a todo lo demás”.

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Cuando realmente tememos al Señor, reconoceremos que él es el creador y nosotros los creados. Él es el Maestro y nosotros sus siervos. Él es el Padre y nosotros sus hijos. La frase “temor del Señor” literalmente significa “vivir ante la casa de Dios”. Tiene la idea de tener tantísimo temor reverencial de Dios que anhelo obedecerle; es verdaderamente un sinónimo de adoración. Involucra una consciencia de estar en la presencia del Todopoderoso; un sentido emocionante de privilegio, que resulta en un rebosadero de respeto y admiración. Puedes darte cuenta que temes a Dios cuando su opinión acerca de tu vida te preocupa más que cualquier otra cosa. En vez de temer a otros, o de desear lo que ellos tienen, estamos siguiendo la amonestación de Proverbios 23:17: “No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo”. El libro de Proverbios alista algunos de los beneficios prácticos que nos llegan cuando resolvemos ser celosos por el temor de Dios: 

Llegaremos a ser sabios. 9:10: “El temor de Jehová es el principio de la

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Podríamos vivir más tiempo. 10:27: “El temor de Jehová aumentará los días…” Tendremos contentamiento. 15:16: “Mejor es lo poco con el temor de Jehová,

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sabiduría...”

que el gran tesoro donde hay turbación”.

Experimentaremos victoria sobre el pecado. 16:6: “Con el temor de Jehová los

hombres se apartan del mal”.

Viviremos la vida en plenitud. 19:23: “El temor de Jehová es para vida, y con él

vivirá lleno de reposo el hombre...”

Gozaremos grandes bendiciones. 22:4: “Riquezas, honra y vida son la

remuneración de la humildad y del temor de Jehová”.

Pero no desarrollaremos el temor a Dios sin algo de trabajo de nuestra parte. No podemos solo esperar a ver qué pasa. No solo tropezamos a un caminar más profunda con el Señor. De hecho, como hemos dicho antes, nuestra inclinación natural es decaer espiritualmente. Aquí hay dos maneras de cultivar el temor de Dios: 

Escoge temer al Señor. Tenemos que dedicar nuestra voluntad y decidir que vamos a tartar a Dios como él lo merece. Proverbios 1:28-29: “Entonces me llamarán, y no

responderé; me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová”. Esta es una decisión de cada individuo. Nadie puede hacerlo por mí. ¿Has decidido poner orden a tu vida alrededor de un temor reverencial del Todopoderoso? 

Enfoca tu mente en temer a Dios. A.W. Tozer ha dicho: “Lo que piensas de Dios es la cosa más importante de ti”. Hay una correlación directa entre nuestra percepción de Dios y cómo nos comportamos. Cuando tememos a Dios viviremos vidas santas. Proverbios 14:2: “El que camina en su rectitud teme a Jehová; mas el de caminos pervertidos lo menosprecia”. Una vida vivida en el temor del Señor mostrará qué tipo de persona eres. Es fácil reconocer los que adoran a Dios simplemente por observar cómo viven. De la misma manera, una vida vivida fuera de la reverencia del Señor es fácil de observar también. Temor reverencial genuino del Señor siempre lleva a la obediencia. Proverbios 8:13: “El temor de Jehová es aborrecer el

mal…”

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2 – Resuelve adquirir sabiduría Después de desarrollar el temor del Señor, el paso siguiente es resolver adquirir sabiduría. Para conseguirla, tenemos que desearla con todas nuestras fuerzas. Escucha los verbos de acción en Proverbios 2:1-5: “Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares

dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios”. Tres veces Salomón escribe: “si (tu)” para mostrarnos que si la deseamos, tenemos que estar resueltos a conseguirla. La sabiduría no nos llega por crecer en años. Como dice el dicho, “Solo podemos ser jóvenes una vez, pero podemos ser inmaduros indefinidamente”. Proverbios 4:7:

“Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas las cosas adquiere inteligencia”. ¿Qué precio estás dispuesto a pagar para adquirir la sabiduría? ¿Qué sacrificios estás dispuesto a hacer? Proverbios 8:11: “Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella”. 3 – Decídete a pedirla Una vez que estemos resueltos a desear sabiduría más que a cualquier otra cosa, tenemos que decidir que la pediremos a Dios. Proverbios 2:6 dice, “Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia”. Salomón llegó a ser el arquetípico hombre sabio simplemente porque le pidió a Dios sabiduría. Me encanta la respuesta de Dios a su petición en 1 Reyes 3:11-12: “Porque has demandado esto, y no pediste para ti

muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú”. Daniel admitió que no tenía sabiduría en sí, sino que dio el crédito a Dios en Daniel 2:23 cuando oró: “A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza”. Puedes llegar a ser sabio por seguir la amonestación de Santiago 1:5: “Y si alguno de

vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. Si deseas que este año sea un año maravilloso, si deseas que tu vida cambie en maneras que nunca pensabas posible, entonces pídale sabiduría a Dios.

Andy Stanley ha escrito un libro de mucha ayuda que se llama, “La mejor pregunta jamás hecha”. Ni llega a la pregunta hasta el capítulo cuatro, pero allí lo explica concisa y persuasivamente. La pregunta mejor que nunca es: ¿Qué curso de acción sabia debo tomar? Entonces lo explica con las siguientes preguntas:   

A la luz de mi experiencia pasada, ¿qué curso de acción sabia debo tomar? A la luz de mis circunstancias actuales, ¿qué curso de acción sabia debo tomar? A la luz de mis futuras esperanzas y sueños, ¿qué curso de acción sabia debo tomar?

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Esto fue un reto grande para mí: “Tu remordimiento más grande podría haber sido evitado si hubieras preguntado la mejor pregunta de todo tiempo, y actuado en tu conclusión”. Ahora seamos prácticos para que este sermón llegue de nuestras mentes a nuestras voluntades. Personalizando los proverbios Para hacer del libro de Proverbios una prioridad, tengo dos pasos que nos ayudarán a personalizar este gran libro. 

Lee un capítulo de Proverbios cada día. Como hay 31 capítulos, podrías simplemente leer el capítulo que corresponde al día del mes. Por ejemplo si hoy es el 27, hoy leerías Proverbios 27. Por muchos años el hermano Billy Graham ha leído un capítulo de Proverbios y cinco Salmos cada día. Tal vez te gustaría hacer lo mismo y en un mes hubieras leído todo Salmos y Proverbios. Cuando lees, disciplínate a escribir un versículo de cada capítulo y meditar en esto durante el día. Hace un tiempo, después de forzarme a levantarme, escribí Proverbios 6:9: “Perezoso, ¿hasta cuándo has de

dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?” 

Adopta un proverbio personal. Estas palabras sabias son para vivir todos los días, no solo los domingos. Escucha a Proverbios 1:20-21: “La sabiduría clama en las

calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones”. La sabiduría debe ser práctica. Una persona sabia tiene la habilidad de discernir y también decidir cuál es el curso de acción en situaciones reales de la vida que honran a Dios.

He puesto cinco diferentes proverbios en pósteres para que cada uno de ustedes pueda adoptar un proverbio para la semana. Creo que esto nos ayudará a comenzar a experimentar transformación en nuestras vidas. Si deseas, puedes escribirlo para que lo memorices, y después quisiera que lo dijeras a otra persona y le pidas que ore por ti para que lo personalices en una situación real de tu vida. 1. Cuidando de nuestras palabras – Proverbios 10:19

“En las muchas palabras no falta pecado, mas el que refrena sus labios es prudente”.

Esto proverbio es bastante claro. Lo más que hablamos, más pecamos. Entonces si deseamos pecar menos, debemos hablar menos. Fue Abraham Lincoln quien dijo que es mejor estar quieto aunque otros piensen que eres un necio ¡que hablar y comprobarlo! Ya puedo ver a algunos esposos anotando este para decirles a sus esposas que la Biblia dice que no tienen que abrirse y compartir sus sentimientos. Ten cuidado varones, porque puede que tu esposa esté lista con Proverbs 25:11: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene”. John Ortberg dice, de broma, que ¡esto significa que si los esposos no hablan con sus mujeres, ellas pueden salir y comprar joyas de oro y plata! 2. Eliminando la pereza – Proverbios 19:24

“¡El perezoso mete su mano en el plato, y ni aun a su boca la llevará!”

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Esta persona es tan perezosa que ni puede traer el nacho a su boca después de mojarlo en el queso. El punto es que nadie se beneficia por ser perezoso. Falta de acción siempre lleva a pérdida. Dios desea que hagamos todo para su gloria y eso significa vivir con pasión y propósito. Si batallas con dilaciones, inercia o apatía, tal vez sería bueno se adoptaras este versículo. 3. Manteniéndote firme – Proverbios 10:25

“Como pasa el torbellino, así el malo no permanece; mas el justo permanence para siempre”. Las tormentas nos llegan, ¿verdad? Muchos de ustedes pueden dar testimonio personal de las inundaciones que destruyeron sus hogares. Amigo, amiga, aún en los tiempos más difíciles, Dios te ayudará a mantenerte firme si te apoyas en él. Algunos de ustedes están pasando por otro tipo de tormenta en este momento. Te sientes abrumado, estresado, y asustado y te preguntas si podrás aguantarlo. Deja que este proverbio te dé esperanza mientras te apoyas en Dios, aunque la tormenta sea fuerte. 4. Cultivando contentamiento – Proverbios 30:8

“…No me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario”.

¿Batallas con falta de contentamiento? ¿Te encuentras siempre deseando más, pensando que si tuvieras ciertas posesiones, serías feliz? El contentamiento no es tener todo lo que quieras, sino que deseando todo lo que ya tienes. Memoriza este proverbio si batallas con el materialismo. 5. Creciendo en tu ofrendar – Proverbios 19:17

“A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar”.

Cuando tú y yo damos a alguien que tiene menos que nosotros, es como prestar al Señor. ¿Has disminuido lo que das a otros? ¿Te has volteado la cara a los necesitados? Este proverbio puede ayudarte a tener un espíritu de generosidad. ¿Has identificado un pasaje que te gustaría personalizar? Lo que quisiera que hagas ahora es: 1. Primero, alza la mano derecha e indica con tus dedos en cuál número quieres trabajar. 2. Ahora, quisiera que alces la mano para indicar cuál has escogido mientras nuestros voluntarios alzan los pósteres con los proverbios. 3. Después quisiera que voltearas a la persona junto a ti y le dijeras cuál has escogido y por qué. Pídele que ore por ti al esforzarte a poner este proverbio en práctica. 4. Repite este proverbio varias veces al día hasta que lo hayas memorizado. Después medita sobre él toda la semana y ya verás lo que Dios va a hacer.

El camino a la sabiduría

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Al terminar, quisiera darte una advertencia. Si no conoces a Jesús como tu salvador personal y si no estás viviendo bajo su liderazgo amoroso, te va costar mucho practicar los proverbios. Jesús dijo en Mateo 12:42: “He aquí más que Salomón en este lugar”. Esta era una declaración muy audaz para los que le oyeron decir estas palabras en persona, porque en sus mentes Salomón era uno de los hombres más grandes que había vivido. Se conocía por su sabiduría. Jesús es más grande que Salomón porque él es sabiduría. Colosenses 2:3 dice: “…en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”. Si no conoces a Jesucristo, entonces necesitas llegar a él por fe. Si ya eres creyente en Cristo, entonces consagra tu vida a él de nuevo y habla con otros de él. Conocer y amar y seguir a Jesús es tener tesoro de felicidad eternal. El mandamiento, “Adquiere sabiduría” básicamente quiere decir “Ven a Jesús”. Si deseas ser verdaderamente feliz, entonces haz de este nuevo año un año santo y pídele sabiduría a Dios. Proverbios 3:13 dice, “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia”. Aunque muchas resoluciones de año nuevo llegarán a ser disoluciones, los investigadores han descubierto que la mayoría de la gente cumplirá la promesa que pusieron primero en su lista. ¿Has puesto sabiduría primero en tu lista? Si quieres llegar a ser un hombre sabio o una mujer sabia, entonces desarrolla el temor del Señor, resuelve adquirir sabiduría, decídete a pedirla, y dedicate a Jesuscristo. El libro de Proverbios enseña que solo hay dos caminos que puedes tomar – sabiduría o necedad. No hay camino de en medio. Jesús declaró que él mismo es el “camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”. Juan 14:6. También nos dice que esa senda es estrecha en Mateo 7:13-14: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha

es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.

Una vez que hayas puesto tu fe en Jesucristo, encontrarás la vida y entonces estarás en el camino de la sabiduría. Ya no tienes que tener miedo del Todopoderoso porque Jesucristo ha tomado el castigo que tú mereces. Recíbelo ahora mismo. Cuando lo hagas, tendrás el poder del Espíritu Santo para ayudarte a vivir los principios de Proverbios.

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