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Cómo hará Chile para mantener el boom renovable Los precios bajaron y la energía eólica y la solar tienen un lugar destacado en la matriz, pero Chile debe hacer más para retener su título de campeón regional de las energías limpias. BNAMERICAS
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o que ocurrió en Chile el año pasado terminó de confirmar la gran influencia que puede tener la política en la transformación de la matriz energética de un país. El gobierno se puso como meta garantizar que la reciente tendencia a la baja de los precios de la energía local se mantenga en el mediano plazo; en tanto, en la subasta de suministro de agosto, un total de 84 empresas presentaron propuestas por el suministro de 85.000GWh
anuales. Eso fue casi siete veces más que los 12.340GWh anuales que se licitaban, mientras que el precio promedio bajó fuertemente. Así, las tímidas líneas de generación de energías renovables no convencionales (ERNC) que se vislumbraban en 2011 son ahora bastante visibles. Solo el segmento de ERNC —que incluye centrales solares, eólicas e hidroeléctricas de menos de 20MW, además de plantas a biomasa y biogás— atrae hoy más inversión en Chile que cualquier otra
Generación eléctrica en Chile por tipo
Fuente: BNamericas
Resultados de la generación de agosto de 2016
Fuente: Gobierno Chile
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industria, señaló recientemente el presidente ejecutivo de Acciona Energía Chile y titular de la Asociación Chilena de Energías Renovables Alternativas (Acera), José Ignacio Escobar. ¿Y ahora, qué? Más allá del debate sobre la posibilidad de que todos esos proyectos lleguen a buen puerto con los precios propuestos (punto que abordaremos más adelante), el Gobierno de Chile lanzó en enero las bases definitivas para una nueva licitación nacional de suministro de electricidad que abre un espacio para presentar ofertas hasta el 11 de octubre. ¿Cuál es la novedad? Habrá bloques de suministro por un total de 4.200GWh anuales, pero además de incluir horarios específicos (para acomodar la naturaleza intermitente de la generación eólica y solar), se fijarán bloques trimestrales que darán competitividad a algunas fuentes energéticas con variabilidad estacional, como la eólica y la hidroeléctrica. "No lo sabemos todavía, pero puede ser que ello efectivamente dé un impulso a los [proyectos] hidroeléctricos", manifestó el titular de la eléctrica GE Chile, Julio Friedmann, en una entrevista con BNamericas. Según el ejecutivo, otro desafío por abordar es la expectativa de que la licitación de 2017 logre precios similares a los que arrojó la subasta de agosto del año pasado y su tarifa de US$47,6/MWh, mejor que el promedio de US$79,34/MWh que registró el proceso anterior de fines de 2015. "Ha habido mucha especulación en el mercado sobre si estos proyectos van a ser capaces de cerrar financiamiento", señala Friedmann. Añadió que, para acceder a contratos, las generadoras probablemente necesitarán combinar diferentes tecnologías, por ejemplo, gas natural y energía eólica o solar, y también tendrán que encontrar soluciones creativas para el financiamiento.
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Llamada de atención por recursos En la popular columna de opinión publicada en BNamericas "¿Sus proyectos eólicos en Chile no tuvieron la productividad esperada en 2016?", la experta en renovables Patricia Darez, gerente general de 350renewables, emplazó a desafiar la visión general sobre lo que ocurre en Chile con los proyectos eólicos. Allí, Darez explica que "la variabilidad interanual del recurso en Chile —particularmente en los proyectos eólicos— es un problema no bien entendido, ya que no se cuenta con estaciones de monitorización que hayan operado por períodos extendidos". Asegura que lo más parecido a un conjunto apropiado de datos estadísticos para este propósito corresponde a una serie de mediciones efectuadas en la zona norte del país. "Por desgracia, la densidad de esta red de estaciones se ha ido desvaneciendo en el curso del año y las empresas y operadores se ven con frecuencia enfrentadas a una considerable incertidumbre con respecto a sus expectativas de `variabilidad normal´ del recurso eólico entre un año y el siguiente y, con ello, en sus estimaciones de generación para sus activos". Esto podría ser un problema serio si tomamos en consideración lo que viene en los próximos años. Según la base de datos de BNamericas, existen actualmente 59 proyectos eólicos de más de US$50 millones en etapas tempranas o en construcción que demandarán en total una inversión superior a los US$16.000 millones. Y solo en el primer año de 2017, el Servicio de Evaluación Ambiental aprobó proyectos energéticos con un requerimiento total de US$944 millones. El mayor corresponde al parque solar fotovoltaico de 446MW Elena, obra de US$535 millones de Ibereólica; seguido por la optimización de US$243 millones presentado por Enel Generación Chile para la central termoeléctrica Taltal, según un informe publicado por la Comisión Nacional de Energía (CNE).
Expertos de la industria eléctrica en Chile han advertido desde hace años que la multiplicación de plantas generadoras será inútil si no tienen cómo inyectar su carga a las redes centrales El año pasado el gobierno recogió el guante. La nueva ley de transmisión introdujo una serie de cambios al marco regulatorio, pero sus objetivos generales pueden resumirse en: 1. Fomentar la competencia entre las generadoras del sistema interconectado, especialmente para las centrales de energías renovables. 2. Mejorar la planificación y expansión de la infraestructura de transmisión en
Chile. 3. Preparar al sector para la futura interconexión del Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) y el Sistema Interconectado Central (SIC). La ley también traslada la carga de pagar el arancel de transmisión desde las generadoras hasta los consumidores, lo que permite que las centrales eléctricas ubicadas a gran distancia de los centros de demanda —como un parque solar en el desierto de Atacama— compita en condiciones más equitativas con centrales menos aisladas. "La ley de transmisión ha formalizado de manera eficaz el proceso que condujo al interconector norte-sur, en que el gobierno, a través de la CNE y el Ministerio de Energía, intervendrá e incentivará proyectos de sistemas eléctricos donde vea que ingresa nueva generación, no solo nueva demanda", indica Bartley Doyle, gerente general para Chile de Mainstream. En el segundo semestre de 2017 está previsto que entre en operaciones la tan esperada interconexión de los dos principales siste-
La otra gran interrogante Expertos de la industria eléctrica en Chile han advertido desde hace años que la multiplicación de plantas generadoras será inútil si no tienen cómo inyectar su carga a las redes centrales.
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mas eléctricos de Chile —el SING y el SIC—, junto con la línea del SIC Cardones-Polpaico. Estos dos proyectos conectarán generadoras de ambos sistemas eléctricos a nuevos centros de demanda y aliviarán la congestión y los cuellos de botella, lo que beneficiará a plantas eólicas y solares en particular. "Si miras al año 2021, debería existir un backbone de 500kV desde el norte del país, desde Calama, hasta Puerto Montt", sostiene Doyle. "De manera que muchos de esos antiguos problemas —de hacer que la energía solar llegue desde el norte hasta Santiago y la eólica desde el sur, o la energía eólica desde la zona central hasta el sur— deberían terminar". Almacenamiento Si ese reto queda resuelto, el próximo gran obstáculo por enfrentar (en Chile y en el resto del mundo) es la acumulación de energía. Esto puede terminar de poner a los parques solares y eólicos al mismo nivel que cualquier otro tipo de generación.
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Así lo estima Generadoras de Chile, asociación que agrupa a los principales productores locales de electricidad y que en un informe menciona al estado estadounidense de California como ejemplo a seguir. Por su parte, la Agencia Internacional de Energías Renovables proyecta que la capacidad mundial de almacenamiento alcanzará 250GW para 2030 frente a 1GW en la actualidad. La nueva ley chilena de transmisión eléctrica establece también una definición de lo que constituye un sistema de almacenamiento de energía, lo que contribuirá a crear un marco regulador para el segmento. El documento destaca como positivo un decreto de 2016 que fija las normas para la generación hidroeléctrica reversible o de bombeo. Y esto ya está ocurriendo. Ya comenzaron en la Región de Antofagasta (II) las obras del proyecto Cerro Dominador, que combinará una planta de concentración solar de 110 MW con una matriz de paneles fotovoltaicos de 100 MW para producir energía limpia de manera permanente.
Más al norte, la firma local Valhalla Energía buscará lo mismo combinando una central hidroeléctrica de bombeo con generación solar fotovoltaica. Otro proyecto que es seguido de cerca es Tamarugal Solar, en la Región de Tarapacá (I). Estará compuesto de tres torres solares de 150MW, cada una con almacenamiento de energía de 13 horas a plena carga. Con una capacidad total de almacenamiento de energía de 5,8GWh, la planta proveerá 450 MW de producción, lo que resultará en más de 2.600 MWh generados anualmente. Operará a un factor de capacidad y porcentaje de disponibilidad igual al de una central eléctrica operada a carbón. "Lo que está sucediendo en Chile es un anticipo del futuro de la energía solar en el mundo", prevé Kevin Smith, director ejecutivo de SolarReserve, la firma detrás del proyecto. "Hemos probado que la energía solar puede competir a la par con la energía convencional, tanto en funcionalidad como en costes"
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