espectáculos | 3
| Miércoles 17 de octubre de 2012
Bambalinas Pablo Gorlero
mar del plata // vuelve el conventillo
Sin lugar a dudas, la última versión de El conventillo de la Paloma, de Alberto Vacarezza, fue uno de los mayores éxitos de los últimos años del Teatro Nacional Cervantes. Su director, Santiago Doria, ya confirmó el reestreno de este clásico de la dramaturgia nacional, pero en el Radio City, de Mar del Plata. Será una coproducción entre el Cervantes y Lino Patalano y contará con muchos de los intérpretes que la representaron en su última temporada: Juan Carlos Copes, Horacio Peña, Ana María Cores, Claudio García Satur, Arturo Bonín, Daniel Miglioranza, Cutuli, Ana Acosta, Irene Almus, Alfredo Castellani, Marcela Ferradás (en lugar de Rita Terranova), Néstor Sánchez, Luis Podestá, Marcelo Bernadaz, Héctor Nogués y Alfredo Zenobi. El resto del elenco saldrá de audiciones que se realizarán en Mar del Plata. El estreno será el 20 de diciembre y estará en cartel hasta el 31 de marzo de 2013. De este modo, Santiago Doria tendrá dos obras en cartel en esa ciudad, ya que también llevará Conversaciones con mamá, con Pepe Soriano y Luis Brandoni.
thelma y juan // dios hace terapia
La autora israelí Anat Gov escribió una original pieza que ya recorrió el mundo: ¡Oh, Dios! Cuenta el momento en que un señor acude desesperado al consultorio de una psicóloga para contarle sus problemas surgidos a partir de un hecho puntual y relevante: realizó una creación monumental que se le fue de las manos. Demás está decir que él es Dios. Es una comedia reflexiva que hurga en la existencia del ser humano. En Buenos Aires ya se re-
El conventillo de la Paloma irá a Mar del Plata
Diego Corán Oria y sus secretos con las mujeres presentó durante dos temporadas en el auditorio Ben Ami, con versión de Juan Freund y actuaciones de Silvia Franc y Eduardo Wigutow. Pero en abril del año que viene esta obra se estrenará en el circuito comercial, en el Multiteatro, dirigida por Lía Jelín, con Juan Leyrado y Thelma Biral en los papeles protagónicos. Será una producción del hijo de esa primera actriz: Bruno Pedemonti.
musical // diego corán oria, actor
El mismo equipo creativo del exitoso musical off Embarazados está
Thelma analizará a Dios cerca de estrenar Rinaudo, el amor tiene razón, el lunes 29 de octubre en La Comedia. Cuenta la historia de un hombre que desarrolla un mapa para entender a las mujeres y así encontrar el verdadero amor.
El hombre en cuestión es nada más y nada menos que Diego Corán oria –director de los exitosos musicales La Parka y Alicia en Frikiland–, en su regreso a la actuación, luego de Eh... no sé cómo decirlo. El resto del elenco lo completan Jimena González, Rodrigo Segura y un numeroso ensamble. La obra está dirigida por Juan Álvarez Prado, escrita por Juan Ignacio Bruzzo, música de Hernán Matorra y coreografía de Milagros Michael. Pero Álvarez Prado y Diego Corán oria tienen otro proyecto que los une. Es una obra basada en los hechos reales que inspiraron a la película La ola, en la que un profesor de una escuela secundaria (que interpretará Coran oria) practica la autocracia con sus alumnos, experimento del que pierde completamente el control. De éste harán un workshop en diciembre, en San Isidro, para estrenar el año que viene en la cartelera comercial porteña. Admirable cómo los creativos del teatro musical alternativo se siguen uniendo en distintos proyectos.
audiciones // se vienen los locos addams
La productora Time For Fun (T4F) llamó a audiciones para cubrir todos los papeles de su nueva megaproducción: Los locos Addams. Se trata de la versión musical que estuvo en cartel en Broadway, en 2010 y 2011. Las solicitudes serán recibidas hasta el domingo 28 de octubre, inclusive, y todos los currículum recibidos serán estudiados y evaluados para la convocatoria de audiciones, que se llevarán a cabo en noviembre. El musical se estrenará en abril o mayo de 2013, en el opera Citi. Toda la información se encuentra en www.t4f.com.ar/ audiciones.ß
teatro
Cómo actuaba María Guerrero Ernesto Schoo —PARA LA NACIoN—
M
ás de una vez, los amantes del teatro reflexionamos, con melancolía retrospectiva: “¿Cómo habrá actuado Sarah Bernhardt? ¡Pensar que nunca veremos a Eleonora Duse sino en una lluviosa película muda!” Un amigo generoso pone a mi alcance un remedio a esas nostalgias y me manda por mail un libro de Eduardo Zamacois (Pinar del Río, Cuba, 1873- Buenos Aires, 1971), Desde mi butaca, apuntes para una psicología de nuestros actores, editado por Maucci en Barcelona, en 1907. Zamacois encarnó a un personaje que abundaba en los comienzos del siglo XX: era poeta, novelista, ensayista, dramaturgo y cronista de los acontecimientos de su tiempo, esto es, periodista.
Mezcla de bohemio y de dandy, lo más a menudo sin un centavo y a veces con rango diplomático, estos escritores iban de un lado a otro, siempre con estancia obligada en París. Un hombre que se va, las memorias de Zamacois, editadas aquí por Santiago Rueda en 1969, es el más perfecto resumen de una de esas vidas que fueron – son sus propias palabras – “una canción y un pasatiempo”. Durante mucho tiempo, Zamacois acudió todas las noches a los teatros madrileños y observó cómo actuaban los grandes actores españoles; veía varias veces las mismas obras y no se perdía estreno. Entre los muchos convocados en Desde mi butaca figuran en primer lugar María Guerrrero y su marido, Fernando Díaz de Mendoza, inolvi-
dables para los argentinos por habernos legado el magnífico Teatro Cervantes. Y bien: ¿cómo procedía en escena la gran María Guerrero? “Es nuestra última actriz trágica: todo la favoreció para merecer tan alto puesto: su estatura, la lentitud solemne, un poco amenazadora, de sus ademanes; su voz arpada; la lividez de sus mejillas”. Prosigue: “Es su costumbre ir de un punto a otro del escenario, lentamente y dejando resbalar una de sus manos por el respaldo de los muebles, con mansedumbre felina de sorpresa y amenaza; esto aparte, raras son las veces en que María no halle la actitud justa o la expresión que realce lo que el autor dejó desdibujado y entre líneas (…) Al principio de un diálogo, María no puede, o no quiere, dar crédito a lo que su
interlocutor va diciendo; entonces, mientras escucha, se rasca el frontal, inteligente y amplio, con la punta de los dedos de la mano derecha (…) Repentinamente empieza a comprender y sus ojos negros, quemándose en el deseo de saberlo todo, de llegar pronto al fin, se dilatan, bañándose en luz, y adquieren un parpadeo interrogador y elocuente. Luego desconfía y sus pupilas dilatadas miran con el mirar receloso y perplejo de quien discute consigo mismo, y las movibles ventanas de su nariz se hinchan, y muestra los dientes, lo que da a su modo de enunciar un silabeo intencionado y cortante. Finalmente se indigna y cierta dislocación iracunda de sus músculos frontales vuelve hacia arriba la concavidad del arco de sus cejas”. ß