Clase 9 - Diagnósis por edades.

videojuegos mejora los resultados en el tratamiento del «ojo vago» según un estudio de la Academia .... Director del Curso: Dr. Claudio Estève. Presidente ...
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EL OJO y EL IRIS EN EL NIÑO La observación de iris en niños es muy difícil, además todos presentan hasta los cinco años, aproximadamente, una pigmentación clara. Es hasta esa edad que el iris no adquiere su pigmentación definitiva. La dificultad en la exploración iridiológica es causada por la presencia de unos párpados más voluptuosos, sobretodo en niños recién nacidos o con pocos meses de edad. A parte de esta dificultad, los niños son por naturaleza inquietos. En general podemos ver distintas patologías oculares a estas edades, entre ellas, las más comunes: 1- Ambliopía u “ojo vago” Es una disminución en la capacidad visual de un ojo por falta de uso, por ejemplo, porque no ha aprendido a ver (al nacer la visión del niño es muy escasa pero se desarrolla rápidamente en los primeros años de vida. A los 4 años ya casi tiene la visión del adulto, que estará ya plenamente desarrollada a los 8 años). Puede generar pérdida de visión en los niños, sin embargo es curable si se diagnostica y se trata precozmente, de ahí la importancia de mirar los ojos de los pacientes, aún a edad precoz (4% de los niños en edad escolar presentan ambliopía). Las causas más frecuentes son defectos ópticos y estrabismos. El uso de videojuegos mejora los resultados en el tratamiento del «ojo vago» según un estudio de la Academia Americana de Oftalmología, donde el doctor Ghosh Somen ha presentado un informe sobre los criterios que permitieron mejorar significativamente la visión de un tercio de los

participantes de su estudio, de entre 10 y 18 años de edad. Al final del estudio, de un año de duración, casi el 30 por ciento de los 100 participantes mostraron mejoras significativas de la visión; y alrededor del 60 por ciento mostró, al menos, una cierta mejora. Los ojos de un niño recién nacido en general tienen una visión muy pobre. Esta visión se irá desarrollando rápidamente en los primeros años de vida y acabará su desarrollo a los 8 o 10 años. Para que esta visión se desarrolle correctamente es necesario que no exista ningún defecto que impida que la imagen llegue nítida a la retina de cada ojo y que de allí se transmita al cerebro, donde se hará consciente. Las principales causas de la ambliopía son: El Estrabismo: cuando el niño desvía un ojo, el cerebro anula la imagen de ese ojo y su visión no se desarrolla. Defectos ópticos: hipermetropía, astigmatismo o miopía que afecten de forma asimétrica a ambos ojos, ocasionan que el ojo con mayor defecto no desarrolle su capacidad visual. Esta desviación puede existir constantemente, o sólo aparecer en algunos momentos de cansancio, esfuerzo visual, fiebre, desatención, mirada de lejos o de cerca. El estrabismo puede ser congénito o muy precoz, apareciendo en los primeros meses de vida, o más tardío hacia los 3 o 4 años. En algunos casos el estrabismo puede aparecer en la edad adulta. En ocasiones se desvía siempre, o casi siempre, el mismo ojo, mientras que en otros estrabismos se desvía un ojo u otro indistintamente. Existen diferentes factores que pueden influir en la aparición de un estrabismo como son los defectos ópticos (hipermetropía), la mala visión de un ojo, el mal estado general, tanto físico como psíquico… pero en la mayoría de los estrabismos infantiles no se conoce la causa que los ha producido. En los casos en los que la supresión de la función del ojo desviado por parte del cerebro haya producido un ojo amblíope o “vago” se deberá recuperar la visión de ese ojo. Para ello existen varios métodos, pero el mejor, con mucha diferencia, es la oclusión del “ojo bueno”

mediante un parche pegado a la piel. La curación del ojo amblíope es más fácil cuanto más pequeño es el niño, y es prácticamente imposible a partir de los 10 años. Enfermedades del ojo: como las cataratas y la ptosis palpebral, ente otros producen una ambliopía severa. Si el problema potencialmente causante de una ambliopía aparece más tarde, pasados los 10 años, como la visión ya se había desarrollado no aparecerá la ambliopía. Por ejemplo, en la miopía que aparece a los 11 años, aunque sin gafas el niño ve mal, si le corregimos el defecto óptico poniéndole las gafas que le corresponden ya ve bien.

Importancia del diagnóstico precoz: Debemos tener en cuenta que si se diagnostica y se trata una ambliopía antes de los 10 años se tienen posibilidades de curación, tanto más fácilmente cuanto más pequeño sea el niño. Es decir, la curación de la ambliopía tiene más posibilidades de éxito y el tratamiento será más corto a los 3 años que a los 7 años. La curación será prácticamente imposible a partir de los 10 años

EL OJO Y EL IRIS EN LA MEDIANA EDAD: Algunas veces presentan signos importantes como pigmentaciones, debilidades determinadas o coloraciones aún sin presentar ningún proceso importante de enfermedad. En estos casos se tendrá que evaluar la familia y ver si estas debilidades son de tipo hereditario. Muchos niños pueden tener una tendencia a procesos alérgicos y linfáticos. En estos casos se observará una zona de piel más ancha y oscura, indicando una deficiencia de eliminación por la piel. En otros casos podremos observar nódulos linfáticos claros, con fibras brillantes e hipertónicas, indicando un estado de congestión linfática corporal.

Algunos problemas de la visión a estas edades son: El dolor de cabeza o cefalea, el cual puede tener diversos orígenes: desde alteraciones banales hasta causas realmente serias. Esto es frecuente en personas mayores de 40 años que comienzan a desarrollar vista cansada (presbicia), así como en hipermétropes con muchas horas de trabajo visual, como lectura o uso de ordenador. También es necesario revisar la graduación en un niño que comienza a quejarse de dolores de cabeza frecuentes, por si hubiera un defecto refractivo no diagnosticado o iridológico. Normalmente los síntomas mejoran tras el uso de gafas adecuadas y cumplir las normas elementales de higiene visual (iluminación, distancia de trabajo, postura, descansos periódicos…) para evitar el esfuerzo visual excesivo. El estrabismo en la edad adulta: se observa hasta un 4 % de los adultos. En un alto porcentaje los adultos con estrabismo lo presentan desde la infancia, pero en otros casos puede aparecer mucho más tarde, como consecuencia de: Enfermedades oculares, como la miopía. Cirugías oculares. Enfermedades generales como la diabetes, el hipertiroidismo, traumatismos o tumores cerebrales, entre otras. Produce a la vez importantes problemas psicológicos y está demostrado que tiene un impacto negativo en sus relaciones sociales. La cefalea en racimo puede presentar estrabismo aparente. El glaucoma agudo: presenta un tipo de dolor muy intenso cuyo origen está en el ojo, pero que puede irradiarse a la cabeza e incluso confundirse con un problema de tipo cerebral: el glaucoma agudo. El glaucoma agudo se debe a una subida brusca e importante de la presión ocular que causa un dolor muy intenso alrededor de la órbita y la mitad correspondiente de la cabeza del lado afectado. Suele haber visión borrosa, ojo rojo, náuseas y vómitos.

Pterigium o “palmeras”: están constituidos por una masa de tejido anómalo que crece sobre la córnea a partir de la conjuntiva nasal y que pueden llegar a afectar a la visión. Deben distinguirse de las pinguéculas, que no invaden la córnea, y de los pseudopterigium, que suponen la respuesta a una patología corneal subyacente. En la mayoría de los casos, cuando la afectación es leve, suele producir dos tipos de alteraciones: la irritación ocular frecuente y/o problemas estéticos. En casos más avanzados puede dar lugar a un astigmatismo corneal, de cantidad variable, o incluso a una reducción de la visión por invasión corneal. Sólo en los casos más severos, a veces intervenidos en varias ocasiones, se pueden añadir problemas de visión doble por dificultad en los movimientos del ojo. La Retinopatía diabética: es una microangiopatía que se produce como complicación de la diabetes mellitus, es una de las más frecuentes entre los pacientes diabéticos tipo I o tipo II. Se suele observar un daño progresivo que afecta a los vasos sanguíneos de la retina (la parte del ojo sensible a la luz y responsable de la captación de la forma y los colores) y que con el tiempo puede llegar a causar la ceguera total. La gravedad de la retinopatía aumenta en los pacientes que llevan más años conviviendo con la diabetes, y de hecho suele ser frecuente en aquellos pacientes diabéticos de más de 30 años de evolución; además, otro factor muy importante que puede empeorar la retinopatía diabética es el mal control metabólico de la enfermedad. Por este motivo, se recomienda a todos los pacientes diabéticos que acudan a revisión con el oftalmólogo una vez al año para realizar una exploración de su fondo de ojo con dilatación de la pupila. La enfermedad también puede ser un problema para las mujeres embarazadas que sufren diabetes, por lo que a ellas también se les aconseja una revisión oftalmológica completa durante la gestación.

EL OJO Y EL IRIS EN EDAD AVANZADA EL IRIS SENIL En las personas ancianas, el tono neurovegetativo suele ser débil, manifestado por una tendencia a la miosis (contracción pupilar) y debilidad de los reflejos pupilares, los cuales pueden estar casi abolidos; pero esto no nos dice definitivamente que es un problema neurológico. Este signo de falta de tono energético es muy normal de observar en personas ancianas. La tonalidad en el iris del anciano suele ser mate, perdiendo el brillo que se observa en personas más jóvenes. El borde periférico del iris suele verse afectado por trastornos en la transparencia de la córnea, sobre todo por los denominados arco senil y anillo de colesterol. Las alteraciones corneales a veces dificultan la observación de los signos iridianos, ya que nos tapan diferentes zonas y sectores. La pigmentación general del iris también presenta una falta de brillo, pero en cambio suele presentar una mayor pigmentación, normalmente a causa de manchas pigmentarias toxínicas o toxémicas, también llamada retinosis pigmentaria. La observación iridológica en ancianos no es tan difícil como en niños pero es menos sencilla que en un adulto normal. Los ancianos tienen dificultad en abrir bien los ojos, tienen poca apertura ocular, menos tolerancia a la luz del flash, y presentan unos párpados mas amplios y arrugados. El lagrimeo es frecuente y la capacidad de resistencia a la iluminación, menor que en un adulto.

Director del Curso:

Dr. Claudio Estève

Presidente Honorario de la Asociación Naturista de Buenos Aires. Ex Médico panelista del programa "Sin Dolor" de Utilísima Fox 2010/12 - Premio "Martin Fierro" 2011 / Nominado 2012. Conductor del programa “Biocultura (lr21.com.uy)

y Salud”

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Miembro de la Unión Vegetariana Internacional (IVU) Licenciado en Medicina, Alicante, España (COMA.ES) Miembro de la Sociedad Latinoamericana de Fitomedicina

www.asociacionnaturista.com

http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/004004.htm http://articles.mercola.com/sites/articles/archive/2011/03/01/14-things-your-eyessay-about-your-health.aspx http://www.iridologyinternational.com/content/clinical-studies-europe http://www.iridologyinternational.com/content/pubmed-abstract-iridology-ukraine http://www.iridologyinternational.com/content/clinical-studies-north-america