Cistitis intersticial o síndrome doloroso vesical

abordaje del dolor (inyecciones anestésicas), la cistoplastia, la derivación urinaria y la cistectomía. Las intervenciones que no están recomendadas, excepto en caso de realización de estudios, son la administración de antibióticos a largo plazo, corticosteroides sistémicos, hidrodistensión de alta presión y larga duración, ...
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Cistitis intersticial o síndrome doloroso vesical Definición La cistitis intersticial o síndrome doloroso vesical (CI/SDV) se define como un dolor crónico, presión y malestar (de duración superior a 3 meses) asociados a urgencia urinaria o a un incremento de frecuencia miccional sin causa fácilmente explicable (como infección, neoplasia o anomalía estructural).

Manifestaciones clínicas Las manifestaciones clínicas comprenden dolor, incomodidad y otros síntomas molestos, que se perciben como relacionados con la vejiga (localizados en las áreas suprapúbica, uretral, vaginal y perineal y asociados al llenado y/o vaciado de la vejiga), incremento de la frecuencia urinaria y urgencia miccional. Constituyen síntomas comunes el vaciado frecuente de la vejiga durante la vigilia con escaso volumen evacuado, nocturia y evidencia citoscópica de glomerulaciones (hemorragias petequiales submucosas) o lesiones o úlceras mucosas (úlceras de Hunner).

Caracterización epidemiológica La CI/SDV es más prevalente en mujeres que en hombres (oscilando los cálculos entre razones de 2:1 y 10:1). Los estudios de autoinformes indican que entre 800 y 900 de cada 100.000 mujeres reciben un diagnóstico de CI/SDV y los síntomas están presentes entre el 0,5 % y el 11 % de ellas, dependiendo de las definiciones que se empleen. La CI/SDV se diagnostica más habitualmente en la cuarta década de la vida, pero los síntomas pueden haber empezado varios años antes de efectuarse el diagnóstico y son comunes los rebrotes de estos, que se intensifican durante horas, días o semanas. Con frecuencia se presentan comorbilidades como la fibromialgia, síndrome del intestino irritable, dolores de cabeza, alergias, trastornos reumatológicos, vulvodinia, depresión y trastornos de ansiedad.

Caracterización fisiopatológica Sigue sin tenerse un conocimiento completo de las características fisiopatológicas de la CI/SDV, que probablemente sean complejas y multifactoriales. Al respecto pueden mencionarse entre otras las siguientes teorías: revestimiento de barrera incompleto en la vejiga, mastocitos anómalos, otros factores inmunológicos, hipersensibilidad del sistema nervioso (en sus componentes periféricos o centrales), factores genéticos y espasmo de los músculos del suelo pélvico.

Diagnóstico Es necesario realizar un estudio pormenorizado de la historia del paciente, una exploración física y pruebas de laboratorio a fin de descartar diagnósticos que puedan inducir a confusión; para ello pueden efectuarse, como medidas de utilidad, análisis o cultivos de orina, mediciones del residuo posmiccional y una citología si existen antecedentes de tabaquismo. Se recomienda recabar también información sobre los síntomas miccionales y escalas de dolor para incluirla en la historia clínica y evaluar la respuesta al tratamiento. En caso de obtenerse un diagnóstico dudoso, resulta eficaz la realización de una citoscopia y análisis urodinámicos.

Opciones de tratamiento Las opciones conservadoras comprenden la educación, modificación de la conducta, tratar el estrés, practicar ejercicio de bajo impacto (como las caminatas, los estiramientos o el yoga) y la adopción de terapias físicas manuales (por ejemplo, fisioterapia pélvica específica y/o inhibición de los puntos gatillo). Como tratamientos médicos sistémicos existe la administración de antihistamínicos, pentosano polisulfato, ciclosporina A, opiáceos y medicación para el dolor neuropático (gabapentinoides o antidepresivos tricíclicos). Entre los tratamientos médicos intravesicales se encuentran el suministro de dimetilsulfóxido (DMSO), lidocaína y heparina. Las opciones quirúrgicas incluyen la hidrodistensión y la fulguración de las lesiones mucosas. Otras opciones son la neuroestimulación (para la urgencia urinaria y el incremento

de la frecuencia miccional), la inyección de toxina botulínica en el intradetrusor, procedimientos de intervención para el abordaje del dolor (inyecciones anestésicas), la cistoplastia, la derivación urinaria y la cistectomía. Las intervenciones que no están recomendadas, excepto en caso de realización de estudios, son la administración de antibióticos a largo plazo, corticosteroides sistémicos, hidrodistensión de alta presión y larga duración, y resiniferatoxina o el bacilo de Calmette y Guérin por vía intravesical. Referencias [1] Fall M, Baranowski AP, Elneil S, Engeler D, Hughes J, Messelink EJ, Oberpenning F, Williams ACdeC. EAU guidelines on chronic pelvic pain. Eur Urol 2010;57:35–48. [2] Hanno PM, Burks DA, Clemens J, Dmochowski RR, Erickson D, Fitzgerald MP, Forrest JB, Gordon B, Gray M, Mayer RD, Newman D, Nyberg L Jr, Payne CK, Wesselmann U, Faraday MM. Diagnosis and treatment of interstitial cystitis/bladder pain syndrome. American Urological Association (AUA) guideline. American Urological Association; 2011. Available at: http://www.auanet.org/content/guidelines-and-quality-care/clinical-guidelines/main-reports/ic-bps/diagnosis_and_treatment_icbps.pdf.

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