Chicas modernas que sueñan con ser amas de casa

15 may. 2010 - Sarandon, el veterano Eli Wallach y. Charlie Sheen (otro que había estado en la película original de 1987) com- pletan el elenco principal.
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Espectáculos

Página 2/LA NACION

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Sábado 15 de mayo de 2010

Para todos y todas Arriba a la izquierda, Accidentally on Purpose en el que la protagonista es acosada por jóvenes y hormonas; en el centro, de arriba a abajo, Los caballeros las prefieren brutas, Cougartown y El plan B; arriba, Georgina Barbarossa y Muriel Santa Ana, madre e hija unidas por el amor y por las apuestas en Ciega a citas, la tira de Canal 7 que finaliza este jueves

Chicas modernas que sueñan con ser amas de casa Continuación de la Pág. 1, Col. 2 con Jennifer Lopez, que se estrena este jueves, ponen a estas mujeres desesperadas por ser amas de casa en el centro de la escena. Estas ficciones se ocupan de mujeres del siglo 21, profesionales que trabajan y son capaces en la actividad que desarrollan y que, sin embargo, olvidan rápidamente sus carreras para girar alrededor de la pareja que supieron, o no, conseguir. La representante local de esta tendencia es Ciega a citas. La serie de Rosstoc que emite Canal 7 ahora al borde del final –termina este jueves– construyó todo su relato en torno a la soltería de Lucía (Muriel Santa Ana). Claro que en este caso más que mostrar la desesperación de su protagonista la historia se centró en su constante enojo. Pocos personajes centrales de telecomedia demostraron más rabia constante y sonante que la de Lucía, corriendo contrarreloj para conseguir un novio y ganarle la partida a su mamá. Su modus operandi es el mismo, con otros resultados, que aplica Cristina, la protagonista de Los caballeros las prefieren brutas (lunes, a las 22). La ficción de Sony realizada en Colombia tiene como personaje central a una bella diseñadora gráfica que engañada por su novio se transforma en una salidora serial, pasando de un hombre al otro sin conectar con ninguno, a excepción de Alejandro, su nuevo compañero de casa, al que ella cree homosexual. Incoherente y homofóbica, la comedia pone a sus protagonistas en cajas cerradas y certificadas según el tipo de relaciones amorosas que tengan: está la esposa perfecta, la

promiscua y la cínica dispuesta a cualquier cosa para conseguir al hombre que quiere.

no parece importarle demasiado a nadie.

Mujeres al borde

Si la pantalla chica parece obsesionada por el estado civil de sus mujeres y se está acostumbrando a transformarlas en el hazmerreír favorito de la ficción, el cine tampoco se queda atrás. Este jueves llega a la cartelera local la última película de Jennifer Lopez, El plan B, en la que se postula que hasta una bomba sexy como la actriz de origen boricua se desespera siendo soltera. Harta de esperar al hombre de sus sueños, Zoe (Lopez) quiere ser madre y para ello recurre a la inseminación artificial. Una elección de vida que el guión decide condenar mostrando cómo, a partir de la concepción, la protagonista se transforma en una revolución hormonal caminando, que no puede parar de comer y que a la hora de la cama prefiere abrazar a una cómoda almohada que a su nuevo novio. Curiosamente, en el film The Switch –se estrenaría en la Argentina en octubre– otra Jennifer, Aniston, interpreta a una mujer que con el reloj biológico dando la voz de alarma decide tener un hijo por medio de la inseminación artificial. Y este personaje, como el de López, también sufrirá unas cuantas humillaciones en busca de hacer reír al espectador con su elección de vida. Hubo un tiempo en que las chicas sólo querían divertirse, pero eso fue hace mucho. Ahora que esas chicas se transformaron en mujeres solteras a la búsqueda, la ficción decidió convertirlas en el centro de sus historias, pero sobre todo, en la mayoría de los casos, en los remates de su chiste más repetido.

Cuando Courtney Cox era Monica Geller, su vida sentimental fue catalizador de muchas de las muchas risas que provocaba Friends. Pero aquel personaje, como el de Rachel y Phoebe, era bastante más que la suma de sus conflictos de pareja. Ellas y sus amigos varones buscaban el amor y muchas veces se equivocaban, pero la intención nunca era ridiculizarlos. Que es exactamente lo que sucede con Cox y su nuevo personaje, Jules, en Cougartown (jueves, a las 21.30, por Sony). Cuarentona recientemente separada, Jules vive avergonzando a su hijo adolescente, actuando como una depredadora a la caza de hombres indefensos y suele terminar las noches tomando vino con su mejor amiga. Si en un capítulo se inyecta Botox, al siguiente se emborracha con vino barato para terminar en la cama con su ex marido. Aunque la serie es divertida, por momentos el ensañamiento con su protagonista da un poquito de vergüenza ajena. Otra gran actriz de comedia que vivió tiempos mejores y menos unidimensionales para los personajes femeninos es Julia Louis Dreyfus.Cuando era Elaine en Seinfeld, podía jugar a que la neurosis es más fuerte que el amor, y sus compañeros de elenco hacían lo mismo. Nadie se burlaba de ella porque todos eran igual de ineptos cuando se trataba de sus romances. Una igualdad que no existe en su nueva serie The

Las chicas crecen

New Adventures of old Christine (Warner), en la que el resto de los personajes la trata de vieja, despistada, tonta, y muy pero muy desesperada por conseguir una pareja. En un capítulo, la nueva novia de su ex marido le consigue una cita con un chico que todavía va al secundario, mientras que en otro intenta seducir a su cuñado homosexual. Tan absurdas son las situaciones que atraviesa Christine y tan bien las interpreta

Dreyfus que su humor funciona, aunque a veces resulte ofensivo. Lo mismo ocurre con menos gracia e ingenio en Accidentally on Purpose (por Sony, los jueves a las 21). Allí, la rubia Jenna Elfman es Billie, una crítica de cine exitosa que ante la negativa de su novio a comprometerse termina embarazada de su amante mucho más joven, recibiéndolo en su casa y soportando a su irresponsable e inmaduro grupo de amigos. Como si

Ellos también

El lado masculino de las citas Tan obsesionadas están las pantallas chica y grande con la soltería femenina que poco y nada dicen sobre los hombres en busca de pareja, aunque sea momentánea. Para reparar el vacío temático está Encontros, la serie realizada para Internet que se puede ver en la página www.vxv.com. Allí, en siete capítulos, se cuentan los derroteros amorosos de Juanjo que les muestra a los espectadores el punto de vista masculino del universo de las citas. Divertidas y originales, las aventuras de este personaje del ciberespacio no dejan demasiado bien paradas a las chicas con las que se cruza, pero tampoco le ahorra críticas a su protagonista.

estos “castigos” aplicados a Billie por atreverse a soñar con tener una carrera exitosa y una pareja estable no fueran suficientes, cada escena se ocupa de burlarse de su caótico estado hormonal y de su físico en expansión. Algo similar sucede en el nuevo drama de Liv, Parenthood (jueves, a las 22). Aunque todos los personajes de esta ficción coral tienen sus cuentas pendientes y muchos conflictos por resolver a la hora de la asignación de autoestimas bajas, las que peor la pasan son Sarah Braverman –intepretada por Lauren Graham, ex Gilmore Girls, una serie que celebraba la independencia femenina por todo lo alto–, una madre divorciada que el resto mira con una mezcla de pena y de preocupación, y Katie, la novia del hijo menor de la familia, que desesperada por tener un hijo negocia una prórroga de tres años de la que el resto de los personajes se burla. El hecho de que Katie sea una exitosa productora musical

En competencia

Metáfora de una época trágica de la Argentina

El mundo de los negocios según Stone Ayer presentó Wall Street: el dinero nunca duerme Por Diego Batlle Enviado especial CANNES.– Entre el festival y el mercado que se desarrollan en esta ciudad, la carrera de Fórmula 1 en Mónaco y el abierto de tenis en Niza, que sirve como prolegómeno del master de Roland Garros, la zona de la Costa Azul se ha convertido en un verdadero caos y en un despliegue por momentos obsceno de lujo y extravagancia. Por estos días, conseguir un taxi, una mesa en un restaurante o una habitación de hotel es casi una misión imposible (o una muy cara). Los operadores turísticos están de parabienes y, como suele ocurrir, inflan los precios a la velocidad de una Ferrari. Como para estar a tono con este estado de codicia y especulación que impera en la Croisette y alrededores, se presentó ayer fuera de competencia Wall Street: El dinero nunca duerme, secuela que Oliver Stone dirigió 23 años después de su film original.

Michael Douglas –que ganó el premio Oscar a mejor actor protagónico por el recordado papel del despiadado financista Gordon Gekko– regresa en el papel central, aunque ahora aparece también como personaje central un joven broker interpretado por Shia LaBeouf, cuya pareja es la hija de Gekko (Carey Mulligan). En el arranque del film –que tuvo aquí una recepción más bien fría y cuyo estreno comercial en casi todo el mundo se anuncia para fines de septiembre– Gekko sale de la cárcel luego de haber cumplido una sentencia de ocho años. Más tarde, vuelve a concitar el interés de los medios y la opinión pública con la publicación de un libro y, de a poco, con algunas operaciones financieras no muy transparentes. El guión de esta segunda entrega aprovecha el reciente colapso bancario de los Estados Unidos para exponer los desmanejos y la soberbia de los principales ejecutivos, como el que encarna Josh Brolin, aunque propone una vuelta de tuerca “humanista” bastante elemental. Frank Langella, Susan Sarandon, el veterano Eli Wallach y Charlie Sheen (otro que había estado en la película original de 1987) completan el elenco principal.

Michael Douglas y Oliver Stone en la conferencia de prensa de ayer EFE

En la conferencia de prensa, Stone –que próximamente visitará la Argentina para el estreno de South of the Border, documental sobre los líderes políticos latinoamericanos, y que confirmó que hará un nuevo film sobre Fidel Castro– dijo que tras la explosión de la burbuja esperaba que el sistema financiero mundial cambiara, “pero no lo ha hecho”. “Ni siquiera se cumplen las famosas leyes del mercado, me hubiera gustado ver reformas importantes, pero no las hubo y ya tenemos los nuevos ejemplos: Grecia, Portugal y España”, agregó. “La avaricia no ha terminado –explicó Douglas–. En el primer film la codicia se veía como algo bueno, en éste, directamente es legal”. Por su parte, el director de JFK y Nixon sostuvo que esta secuela “no es sólo sobre el mundo de las finanzas, sino también

sobre la búsqueda del equilibro en la vida, sobre gente que está tratando de hallar un equilibrio entre el amor por el poder, por el dinero y la familia sin repetir arquetipos anteriores”. Además, en el marco de la sección oficial Un Certain Régard se proyectaron dos títulos con muy buena recepción. Aurora, regreso a Cannes del rumano Cristi Puiu (conocido por los cinéfilos argentinos gracias al estreno comercial de La noche del Sr. Lazarescu), describe la cotidianeidad de un hombre (interpretado por el propio Puiu), padre de dos hijas y divorciado, que se convierte en asesino serial. Más allá de su duración (tres horas), se trata de otro notable exponente del talento formal y de la profundidad dramática de la nueva ola de ese país, cuya puesta en escena y estética remiten por momentos a No matarás,

de Krzysztof Kieslowski; y a Las horas del día, de Jaime Rosales. El otro hallazgo fue O estranho caso de Angelica, el más reciente trabajo de Manoel de Oliveira. A los 102 años, el incansable maestro portugués vino en persona a Cannes –con una vitalidad y una alegría envidiables– para presentar este drama fantástico (un proyecto que concibió en… 1952 y que recién ahora pudo concretar) sobre un joven fotógrafo (Ricardo Trêpa) que es contratado de urgencia por una poderosa familia para tomar imágenes del cadáver de una bella joven (Pilar López de Anaya). El antihéroe queda enamorado, obsesionado por la difunta, que se le irá apareciendo a toda hora y en todo lugar. La película y el director se llevaron la ovación más grande en lo que va del festival.

CANNES.– Con sostenidos aplausos saludó la audiencia que colmó ayer las dos funciones en el inmenso Palais Stéphanie las proyecciones de La mirada invisible, tercer largometraje del argentino Diego Lerman presentado en la prestigiosa sección paralela Quincena de los Realizadores. Esta nueva película del director de Tan de repente y Mientras tanto está basada en Ciencias morales, novela de Martín Kohan ganadora del Premio Herralde que describe el sistema represivo y la degradación generalizada desde el punto de vista de María Teresa (gran trabajo de Julieta Zylberberg), una joven preceptora del Colegio Nacional de Buenos Aires en 1982. Con un gran rigor y austeridad en la puesta en escena, con un inteligente uso del fuera de campo para abordar la crisis final de la última dictadura militar y con una sólida dirección de actores (se destaca también Osmar Núñez), Lerman utiliza a su protagonista y a los estudiantes secundarios como metáfora de una época trágica y oscura.