Cautivada por la mejor de todas Esas cosas que no se

Josefina Sruoga, Delfina Merino, Daniela Sruoga y. Carla Dupuy son parte de la última generación de Leonas; con el respaldo de las más grandes, lograron el ...
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Sábado 26 de diciembre de 2009

HOCKEY

Entrevista

Por Gastón Saiz De la Redacción de LA NACION os Juegos Olímpicos de Sydney 2000 dividieron las eras del hockey sobre césped en dos: a.L. y d.L. (antes de las Leonas y desde las Leonas). Aquella medalla de plata en el Olympic Park fue el comienzo de todo: le dio nombre e identidad al seleccionado femenino y promovió camadas de jugadoras que se focalizaron y rindieron bajo el legado del amor propio y el hambre de gloria. Daniela Sruoga (22), Carla Dupuy (21), Delfina Merino (20) y Josefina Sruoga (19) bien podrían representar la cuarta generación de Leonas en este período que ya cumple los diez años. “Buscamos ser las mejores del mundo”, coinciden, mientras posan y sonríen frescas ante el ojo de la cámara. Vienen de concretar una temporada inolvidable con el acompañamiento de las más grandes, aunque la próxima puede ser aun mejor. El 19 de julio dejaron su primera huella con el título del Champions Trophy, el torneo más trascendente del año, y para 2010 acunan el gigantesco sueño del Mundial de Rosario. ¿Quiénes son, qué piensan y cómo manejan las presiones estas cuatro chicas que se adaptaron con llamativa facilidad al equipo? Josefina Sruoga, la más joven del grupo, recuerda: “Veía los partidos de las Leonas desde chica, aunque en esa época no me hacía la idea de que podía defender la camiseta argentina. De a poco vas madurando de la cabeza, llegás a la primera de tu club y del combinado de Buenos Aires

L

Aymar: “Lo peor es encerrarse y no generar confianza” Como capitana, Luciana Aymar fomentó una buena atmósfera grupal: “Ahora tirás un chiste y ya no está Magui Aicega riéndose al lado. Decís vamos a comer, y no tenés a Mechi Margalot haciendo bromas. Estas te miran con otra cara. Fue díficil, hubo que acoplarse a sus rutinas y personalidades. Pero lo peor que podríamos hacer las grandes es encerrarnos y no generar un vínculo de confianza”.

y medís qué chances tenés de incorporarte al seleccionado mayor. Cuando me convocaron, fue un sueño hecho realidad”. Su hermana, Daniela, rememora: “Fui alcanzapelotas en unos amistosos que jugaron las Leonas en GEBA hace diez años. Como estábamos en nuestro club teníamos acceso al vestuario y ahí volvimos locas a las jugadoras pidiéndoles autógrafos. Para mí, ser Leona siempre fue una ilusión, pero nunca me lo planteé como objetivo”. Delfina Merino asistió como hincha al Champions Trophy de Rosario 2004 y se sacó una foto con Soledad García, una consagrada ya por entonces. “Tengo esa foto guardada en la computadora y en el último Champions Trophy de Sydney se la mostré a Sole y nos reíamos juntas. Es muy loco compartir hoy el plantel de la Argentina con ella.” Carla Dupuy no olvida aquel encuentro personal tan ansiado con su ídola: “Yo no sé si era superfanática de las Leonas, pero me levantaba por la noche para seguir los partidos y usaba la camiseta. A los 13 años, en un Cuatro Naciones que se jugó en Ciudad, le pedí un autógrafo a Lucha Aymar. Jamás pensé que terminaría jugando al lado de ella, tanto en GEBA como en el seleccionado”. –¿Por qué pudieron encajar tan rápido en el equipo? D. Sruoga: –Es por un conjunto de cosas. Principalmente, por la confianza que nos da el entrenador, Carlos Retegui, y, además, el grupo que ya estaba se abrió muy bien hacia nosotras. J. Sruoga: –No sé si nuestra adaptación se dio tan naturalmente. Fue difícil, pero

Josefina Sruoga, Delfina Merino, Daniela Sruoga y Carla Dupuy son parte de la última generación de Leonas; con el respaldo de las más grandes, lograron el Champions Trophy y sueñan con dar el gran salto en el Mundial de Rosario, el gran objetivo de 2010 para el seleccionado

es fundamental el respaldo que nos dieron las jugadoras más grandes en los entrenamientos y en los torneos. Al hablarte y al tratarte bien, todo se hace más sencillo para que te sueltes y juegues como sabés. Merino: –Antes del Champions Trophy estábamos con nervios porque era nuestro primer viaje importante y no sabíamos cómo se desarrollaría. Pero las más experimentadas nos decían que

nos bancaban y que, cualquier cosa, ellas estarían ahí detrás. También ayudó que subimos al primer equipo varias que ya veníamos jugando en el seleccionado junior. En ese sentido, fue un cambio para las más grandes. Dupuy: –En mi caso, no sé si jugué aquel Champions Trophy totalmente desinhibida. Nervios tenés siempre, es loco estar jugando contra Holanda en un

“Buscamoos ser las mejores deel mundo”

torneo de ésos. Pero cada una sabe qué quiere el director técnico en cuanto a la forma de jugar. En cada viaje que pasa, estamos más integradas. Veo a todas y noto que crecimos un montón. –¿De qué forma les modificó la vida el vínculo con el seleccionado mayor? Dupuy: –Tenés que ver a qué le das prioridad. A esta edad, te volcás al seleccionado. Podés retrasarte un poco en la carrera que sigas, pero me parece que vale la pena disfrutar de todo esto. Merino: –A Carla, Josefina y a mí se nos complicó en el primer semestre porque también formábamos parte del seleccionado junior y en agosto jugamos el Mundial de Boston [terminaron 2das]. Pero me parece importante no dejar de estudiar y que no todo sea hockey-hockeyhockey. Si no, al final, terminás viviendo en una burbuja y gastás tus energías en una sola cosa. Lo bueno es poder hacer algo que te abra la cabeza. J. Sruoga: –Cuando empecé en el seleccionado mayor, justo terminaba el colegio. Fueron muchos cambios de repente y no estaba decidida en lo que quería estudiar. Empecé el CBC para medicina y seguí hasta mitad de año. Me volví lo-

El momento cumbre del año: la consagración en el Champions Trophy de Sydney

ca con los horarios, así que lo dejé y, en el segundo semestre, estudié inglés. En 2010, arranco de nuevo el CBC y empiezo nutrición. D. Sruoga: –Yo estoy en 3er año de sociología en la UBA. La clave es tratar de mantener siempre la cabeza ocupada en algo completamente diferente del hockey. Es una manera de contrarrestar el cansancio físico, mental y las presiones que trae aparejado el alto rendimiento. –¿Cómo se les plantea el desafío de 2010 con el Mundial de Rosario dentro de ocho meses? Merino: –Habrá muchos ojos puestos en las Leonas. Quieras o no, nuestro hockey siempre estuvo ahí entre los tres primeros y, en Rosario, se lo querrá ver bien arriba. Pero para mí, lo mejor es ir de a poco y tener la cabeza en frío. J. Sruoga: –Veo muy bien a la Argentina, aunque todavía falta muchísimo entrenamiento. Creo que este no es el momento para pensar si podemos ganar el Mundial o no. Se viene un año durísimo. Dupuy: –Quedan cosas por corregir y trabajar. Además a nosotras, que tenemos sólo un año en el seleccionado, nos falta un montón por aprender. De todas maneras, estoy segura de que la Argentina puede lograr el título. D. Sruoga: –Nuestro equipo fue el mejor en el Champions Trophy, pero si nos quedamos con eso, los demás nos van a pasar por arriba en Rosario. Si uno está bien, tiene que buscar algo superior. Y si uno está mejor, debe encontrar algo mejor que eso, tanto en lo humano como en lo táctico o en lo técnico. Nosotras buscamos ser las mejores del mundo.

ASI LAS VE EL DT CARLOS RETEGUI

“Josefina es un talento innato, un diamante en bruto. Es el recambio de Aymar como volante central y tiene un futuro enorme”. “Daniela es la jugadora que más creció en 2009 en el hockey argentino. Es muy inteligente y asumió la responsabilidad como volante tras el retiro de Mariné Russo” “Delfina es fantasía con la bocha, posee unas condiciones técnicas enormes como delantera. Pero también exhibió un rendimiento altísimo actuando de enganche, detrás de Lucha”.

JOSEFINA SRUOGA

DELFINA MERINO

DANIELA SRUOGA

CARLA DUPUY

Cautivada por la Esas cosas que mejor de todas no se explican

Hinchas más madrugadores

El himno que la transforma

Josefina Sruoga no escapa de la fascinación de compartir el plantel con Luciana Aymar, que hace unos días recibió por sexta vez el título de la FIH como Mejor Jugadora del Mundo: “Por lo humilde que es, a Lucha la ves como una compañera más. Pero si lo pensás un minuto no lo podés creer; estar entrenándote al lado de ella es un privilegio. Hace unos meses nos invitó a todas las chicas del plantel de GEBA a comer un asado en su casa de Rosario”. Josefina nunca abandona sus rutina: ingresa en la cancha con el pie derecho, usa una cadenita con un palito colgado y una pulserita roja.

Daniela Sruoga tomó conciencia de la repercusión de la última conquista en Sydney cuando volvió a su casa. “Ya durante el torneo, mientras sumábamos victorias, nuestros familiares nos decían: ‘no saben lo que es acá, hay un montón de gente que las está siguiendo’. Después, amigos míos me comentaron: ‘En mi vida miré a las Leonas, pero me desperté en la madrugada para ver los partidos’”. Daniela es tan cabulera como el resto: “En el momento del himno, todas nos ubicamos siempre de la misma forma. Y una vez me convencí de que había perdido una final porque no me había pintado las uñas”.

Es una mezcla de orgullo e incredulidad. Cuando escucha las estrofas del Himno Nacional en un torneo o en cualquier amistoso del seleccionado, Carla Dupuy experimenta un sinnúmero de sensaciones. “Me pasa siempre que estoy pensando: no puedo creer que yo esté acá. Entonces, enseguida después de eso, sólo quiero dejar todo en la cancha”. Carla es fiel a ese palo de hockey que utilizó en el Champions Trophy. “Traté de cuidarlo hasta fin de año y no lo quería cambiar, pero la verdad es que está destruido. Eso sí, en esas condiciones, al Mundial de Rosario no llega.”

Asegura Delfina Merino que la garra y la actitud son atributos que ni siquiera deben explicársele a cada Leona que llega al seleccionado mayor. “Es algo que se siente de por sí y que observás en esas jugadoras que toda tu vida tuviste idealizadas. Si Lucha corre una pelota como si fuera la última, ¿por qué yo no habría de hacerlo? Es algo que nace y que se contagia en el equipo, que no se transmite con palabras, sino con una mirada o un gesto.” Delfina, de Banco Provincia, respeta el uso de hebillas y de gomitas a lo largo de un certamen. “¡Si las pierdo en pleno torneo me mato!” Josefina Sruoga, Delfina Merino, Daniela Sruoga y Carla Dupuy tienen entre 19 y 22 años y mostraron una gran adaptación a las LLeonas ya consagradas; se les aproxima una temporada aun más intensa

// E. LASA LVIA

“Carla es una atleta, rompe líneas gracias a un cambio de marcha impresionante en la posición de cuarto volante. Necesita espacios para arrancar al lado de la mediocampista central”.