Martes 30 de septiembre de 2008
LA NACION/Sección 5/Página 3
| AUTOPARTES | Por Juan Carlos Sánchez Arnau
El Mercosur no ha sido un éxito para la Argentina El Mercosur no ha sido un factor de generación de comercio importante para los países miembros. Las exportaciones intra-Mercosur crecieron ligeramente por debajo de las exportaciones totales: entre 1992 y 2006 se multiplicaron por 3,48, mientras que el comercio global de los países miembros lo hizo por 3,83. Esto ha sido en un contexto de reducción arancelaria global limitada (los aranceles ponderados NMF de los cuatro miembros originales bajaron sólo de 15,71% en 1991/1994 a 11,99% en 2000/2004) y a pesar de una cierta ampliación de los márgenes preferenciales entre los miembros (que pasaron de 8,83 a 11,73%). Como toda liberalización del comercio, ésta ha tendido a “fijar” las “ventajas comerciales reveladas”, y en este caso ha aumentado proporcionalmente el comercio de productos de tecnología alta y media en desmedro de las manufacturas basadas en tecnología baja y especialmente de las que están basadas en recursos naturales. Como consecuencia de ello, se consolidaron desequilibrios estructurales entre los países miembros: Uruguay y Paraguay son deficitarios frente a los dos grandes; Argentina es superavitario frente a Uruguay y Paraguay y deficitario con Brasil, y Brasil es superavitario frente a los otros.
Efecto neutro El gran factor detrás de este resultado es el arancel externo común (AEC), que reserva un mercado para los sectores dinámicos de Brasil y es neutro para los productos provenientes de los restantes, cuya colocación depende del mercado mundial y no de los márgenes preferenciales. Como resultado de este proceso, la Argentina pasó a tener un fuerte déficit comercial con el grupo, que el año pasado ya superaba los US$ 3600 millones. La principal causa es la estructura de su comercio con Brasil, superavitario en commodities (para lo que no precisa del Mercosur) y deficitario en manufacturas (donde el AEC juega en su contra por la preferencia que le otorga a Brasil): entre 1995 y junio de 2008, la Argentina acumuló un
superávit frente a Brasil de US$ 25.400 millones en el comercio de commodities y un déficit de 27.500 millones en el de manufacturas industriales, máquinas, aparatos y material eléctrico y vehículos y sus partes. Desde 2002 esta tendencia se agravó pues contrariamente a simplistas ideas en boga, el tipo de cambio alto jugó en contra de la Argentina. Por la misma razón, a pesar de contar con la moneda más devaluada de la región, las exportaciones argentinas crecieron menos que las de cualquier otro país sudamericano: 105% entre 2001 y 2007, frente a 176% de Brasil, y 297% de Chile. En parte se debió a que la política de “dólar superalto” encareció considerablemente la importación de equipamiento industrial y atrasó el desarrollo tecnológico de nuestro sector productivo, impactando en nuestras exportaciones. Como efecto secundario, dada la baja de valor de los activos que generó dicha política cambiaria, favoreció la desnacionalización de sectores claves de la economía. Por otra parte, si bien el Mercosur se convirtió en un “corsé” para la política comercial argentina, sería injusto atribuirle todos nuestros problemas comerciales. Fue un gran instrumento político que nos apartó de una riesgosa confrontación con Brasil, pero como instrumento comercial debemos repensarlo. Claro está, si sobrevive al ingreso de Venezuela. En el futuro, cuando volvamos a la racionalidad en materia de políticas macro y tengamos una política comercial acorde, el Mercosur a lo sumo nos servirá como un acuerdo de libre comercio, pero nunca como un mercado común (que no ha conseguido ser tras 14 años de vencida la fecha prevista para serlo), en un marco de entendimiento político (nada fácil por diferencias de objetivos naturales) con Brasil, y de despliegue de una nueva política de acuerdos internacionales que priorice nuestros propios objetivos comerciales. El autor fue embajador ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) y dirige la agencia digital de noticias www.adnmundo.com
Brasil y China, a toda marcha AUTOMECHANIKA
| OPINION |
Aunque la industria crece en la Argentina, la oferta del socio mayor del Mercosur y del gigante asiático le hacen sombra Por Juan Pablo Bacino Enviado especial FRANCFORT.– La vedette de la industria argentina en los últimos años, el sector automotor nacional, parece encogerse frente al impactante auge de China y Brasil cuando se recorren los pasillos de Automechanika, la feria más importante de autopartes del mundo. Un dato empírico lo demuestra. Las más de 40 empresas argentinas que fueron traídas por la Fundación ExportAr a esta ciudad alemana, que ocupaban una superficie cercana a los 400m², no podían sino contrastar con la imponente superficie ocupada por la oferta del país más importante del Mercosur y el gigante asiático, cada uno de ellos dominando un área entre ocho y nueve veces mayor. No obstante, el panorama es positivo. El balance comercial del sector de autopartes entre el primer trimestre de 2008 y el mismo período del año anterior revela un escenario con oportunidades y amenazas. El crecimiento de las
Automechanika, la gran vidriera para la industria automotriz
exportaciones de un 12,5% refleja una reactivación de la economía del país. Sin embargo, en contrapartida, un alza del 33,3 % marca a las importaciones, lo que demuestra que aún es más rentable producir en el exterior. Al ser consultado por LA NACION respecto del alza en las exportaciones, Marcelo Elizondo, director ejecutivo de ExportAr, señaló que en gran parte se debe a “la organización, la investigación y desarrollo, la innovación y la calidad en los productos que se exportan”. Por su parte, Juan Cantarella, gerente general de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), aseveró: “Lo que resulta esencial es
revisar lo que se hace en nuestro país para generar oportunidades”. El mayor socio del Mercosur es indiscutidamente el principal destino de las exportaciones autopartistas de la Argentina, pues acumula más de la mitad del total. “Brasil es el gran socio”, destacó Elizondo. Por otro lado, en el plano de las importaciones, China viene incrementando sus envíos de productos a una tasa cercana al 30% anual y está a un paso de convertirse en el quinto país proveedor de la Argentina. “Existe un problema por los bajos costos chinos, pero la Argentina, aun así, compite por otras cualidades”, dijo Elizondo.