Ayuda a Los Carasucias La maldita inflación

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eDITORIALeS | CARTAS

| Domingo 29 De Diciembre De 2013

Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 Número 1, Año 1 “la nacion será una tribuna de doctrina” Director: Bartolomé Mitre

CARTAS DE LOS LECTORES www.lanacion.com.ar /lanacion

Carta de la semana

La maldita inflación El Gobierno no sólo siguió desconociendo la gravedad del proceso inflacionario, sino que algunos funcionarios parecen burlarse de la población

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e acuerdo con las estimaciones de consultoras privadas, este mes experimentará un incremento en el nivel de precios al consumidor que se ubicará entre el 3 y el 4 por ciento y constituirá un récord. Pese a eso, y a que llevamos siete años de un indetenible proceso inflacionario, fogoneado por un incesante crecimiento del gasto público financiado con emisión monetaria, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se empeña en seguir desconociendo la existencia de este fenómeno. Más aún, resulta increíble que ninguno de sus funcionarios se atreva a llamar a la inflación por su nombre. Las piruetas dialécticas del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y del ministro de Economía, Axel Kicillof, para evitar la temida palabra “inflación” constituyen una muestra más del “relato” oficial. Las absurdas afirmaciones de los funcionarios están generando cada vez mayor irritación en una ciudadanía devastada por una sostenida suba de precios que tiende a acelerarse en los últimos tiempos. Cuando la inflación pulveriza el bolsillo de todos, y especialmente de los sectores más necesitados, se debe exigir al menos respeto de las autoridades por el sufrimiento ajeno y cierta dosis de comprensión. Muy por el contrario, el oficialismo incurre en ninguneos al electorado y provocaciones verbales que potencian el descontento. Transitó ese camino el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno y lo transitan tantos otros, cuando sostienen que no hay inflación, refiriéndose a la situación de un solo producto o manipulando las variables. Lo mismo sucedió con el senador Aníbal Fernández cuando afirmó: “La inflación no existe en la Argentina, pongamos las cosas en su lugar”. Aunque el valor de la palabra del ex jefe de Gabinete carece ya de un mínimo de credibilidad, sus “tecnicismos” continúan echando combustible a un volcán de necesidades insatisfechas. La otra pata de la mentira oficial la conforma el Indec, a través de sus ya recurrentes manipulaciones estadísticas, que sólo logran aumentar el malhumor de los consumidores en cada visita al supermercado o al almacén. La destrucción de aquella otrora prestigiosa institución ha dejado al país sin información estadística confiable que permita priorizar necesidades y fijar políticas públicas. Ello genera lógica desconfianza en la Argentina e interrogantes en todo el mundo. Nos aleja de los organismos de crédito, ahuyenta las inversiones, dificulta el intercambio con los demás países y nos aísla en forma inexorable. Asimismo, la Argentina compra un grave problema a futuro, por los reclamos que oportunamente llegarán de tenedores de títulos de deuda ajustados por inflación. Como prueba de los falseamientos por parte del Indec, podría citarse el promedio de las mediciones de consultoras privadas que han venido recogiendo legisladores nacionales de la oposición.

También los índices de precios al consumidor que miden algunos distritos. Así, mientras que para el Indec, el IPC se ubica apenas en el 10,5% de variación anual, el de San Luis registra un aumento del 29,3% en relación con un año atrás, en tanto que el de la ciudad de Buenos Aires da cuenta de un incremento interanual de precios del 26,2%. Ningún analista serio espera que desde el próximo año, cuando se pondrá en funcionamiento un nuevo índice a través del cual el Indec medirá la inflación, las estadísticas oficiales resulten mucho más confiables. Como han señalado algunos especialistas, ningún cambio metodológico implicará una solución si se cargan precios falsos, como ha venido ocurriendo hasta ahora. Como sostuvimos repetidamente desde esta columna editorial, la inflación reconoce múltiples causas que deben ser atacadas con un plan integral que, en forma seria y profesional, aborde el gasto público, la emisión monetaria, el déficit creciente, las expectativas futuras y otras variables. Mientras los funcionarios se aferren al “relato” según el cual las “variaciones de precios” obedecen exclusivamente al accionar inescrupuloso de empresarios y comerciantes que sólo aspirarían a potenciar sus ganancias, y no a la política monetaria cada vez más expansiva y al financiamiento del Tesoro por la vía de la emisión monetaria, no habrá solución al problema. Limitando la acción a prehistóricos acuerdos de precios que han fracasado siempre, la Argentina sólo agravará su delicada situación inflacionaria. La noticia de que llegó la orden de imprimir entre 120 y 140 millones de billetes de 100 pesos para pagar los aguinaldos es otra confirmación de que no existe ni una mínima estrategia en cada uno de los rubros señalados. Sin reconocer el problema, sin nombrar la palabra “inflación”, sin un plan para combatirla, mintiendo con las estadísticas, persiguiendo a los que exponen la verdad y burlándose de los ciudadanos con declaraciones ridículas, el Gobierno está transformando una cuestión muy grave como es la inflación en una verdadera tragedia ciudadana. La inflación debe ser atacada con urgencia y responsabilidad. No con parches que sólo obran sobre las consecuencias y no sobre las causas. Por el bien de la República, no es posible que se sigan tomando decisiones sobre la marcha, que van detrás de los acontecimientos consumados y que son tan aisladas que nunca conforman un plan. El pueblo argentino ha dado muestras de su compromiso y disposición a colaborar cuando se le habla con sinceridad y franqueza. Pero lo mínimo que exigen los ciudadanos es que aquellos funcionarios incompetentes e incapaces de solucionar el problema inflacionario que padecen tengan algún grado de empatía para que con sus conductas y declaraciones no continúen riéndoseles en la cara.

Ayuda a Los Carasucias Urge apoyar con donaciones la valiosa fundación que creó con todo amor Mónica Carranza, para evitar que se repitieran historias como la suya

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uando Mónica Carranza, elegida como la mujer del año en 1997, intentaba explicar su incansable devoción por dar de comer a los chicos de la calle, decía: “Nunca se han cerrado mis heridas y jamás voy a olvidar el infierno que he pasado en la calle. Por eso, esta fundación”. Carranza conoció de pequeña los peores rostros de la injusticia, la violencia, la vulnerabilidad y el abandono. Escapó de institutos de menores, nunca fue a la escuela y vivió la mitad de su vida en la calle, entre la miseria, la indiferencia y el abuso. Conocer el amor la rescató. Pero nunca olvidó las aberraciones padecidas en carne propia, ni las que todos los días sufren cientos de chicos. Ya instalada en Mataderos junto a su familia, respondió al pedido de un niño que le solicitaba comida. Al poco tiempo, eran 50 las personas que comían en la planta alta de su casa. Para comprar la comida, esta mujer de corazón noble salía a vender flores artificiales que ella misma armaba con los chicos. Las bocas se multiplicaron y la casa les quedó chica, por lo que debió habilitar el comedor en una plaza a pocas cuadras de su casa. Así fue como en 1996 nació el comedor Los Carasucias –como ella los llamaba cariñosamente–, que provee las cuatro comidas a más de 500 familias todos los días. También inauguraron un hogar donde 60 chicos residen de forma permanente y reciben todo el amor y la contención que necesitan, y otro para madres solteras y ancianas. Los chicos del hogar, además de ir a la escuela, hacen deporte, tienen apoyo escolar, arte, baile, asistencia psicológica y médica. El objetivo es que adquieran un oficio para alcanzar un futuro laboral sólido. Mónica Carranza falleció en 2009, a los 63 años. Su hijo Roberto Zuccarino siguió con su legado, trabajando para que estos niños y adolescentes

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Culpables El señor Capitanich intentó quitar la responsabilidad al Estado aduciendo que “algunos” culpan al Gobierno por los cortes de energía de los últimos días. Obviamente, él tiene razón y la culpa de los cortes es por desinversión de las empresas privadas. Necesitamos que nos explique, entonces, a quiénes debemos responsabilizar por la falta absoluta de control sobre ésas y tantas otras empresas bajo la supervisión de organismos nacionales con presupuestos siderales y

La crisis energética Desprotección Creo que hubo una carencia más notable durante los cortes de energía eléctrica que sufrimos esta semana. Y fue mucho más seria que la ausencia del fluido: la total ausencia del Estado nacional, provincial o municipal. De las numerosas asistentes sociales que trabajan en dependencias del Estado, ¿cuántas fueron llamadas para detectar las áreas en las que la emergencia era más grave? ¿Se colocaron baños químicos como en los recitales u obras en construcción? ¿Recorrieron los barrios camiones cisterna con agua? ¿Hubo colectivos que llevaran a los ancianos a los baños de los estadios, para brindarles una buena higiene personal? ¿Recorrieron los funcionarios los lugares más afectados? Creo que la carencia más grave es la de un gobierno que nos cuide y que nos quiera. Y eso es más importante que las falencias de un servicio. Miguel J. Maxit

LE 5.810.625

Autocrítica Uno podría sentarse a descargar broncas al ver tanta gente sin luz y agua en estas Fiestas. La lista de quejas sería interminable: inseguridad, inflación, la falta total de planificación. Los argentinos de bien, la gran mayoría gente de trabajo, nos merecemos mucho más. Con lo rápido que pasan los años, sin duda nos merecemos una mejor calidad de vida. Cuando hay angustia eso trae consecuencias de todo tipo en una familia. Sabemos bien que no somos ni Australia ni Canadá. Tampoco lo exigimos. Sólo pedimos un poco más de orden y previsibilidad. Esto sólo traería paz y convivencia en armonía, y alejaría la posibilidad de ver a la gente contra la gente, los cortes de calles, a la Gendarmería y a la policía corriendo atrás de todo. Espero que los acontecimientos de este fin de año con falta de energía, revuelta policial, saqueos y protestas hagan reflexionar a todos. Que haya una autocrítica profunda de cada responsable. Hay muchos argentinos esperando una vida mejor. Patricio Lis Campbell

DNI 11.650.509

enormes planteles de empleados, muchos recientemente incorporados y sin ninguna idoneidad para la función de controlar a las empresas a las que supuestamente les entregaron miles de millones de pesos en concepto de subsidios. Dinero de los ciudadanos, no de la Presidencia de la Nación. Así, nosotros, los damnificados, podremos conocer a los verdaderos culpables. Eduardo Lifschitz DNI 8.573.388

para plantearle a la gente si no estaría dispuesta a pagar tarifas actualizadas razonables, para mejorar las redes y garantizar la continuidad del servicio eléctrico. Para el correcto destino de los aportes, el Gobierno tendría que aceptar que el incremento vaya directamente a las distribuidoras sin quitas ni aplicación de tasas impositivas. Edenor, Edesur, Edelap, blanco de las quejas de la población, tendrían que comprometer un plan de obras con un cronograma viable y aceptar castigos por incumplimiento. Estas situaciones no se resuelven de un día para el otro, pero nos darán tranquilidad para el futuro mediato. Y si decidimos no pagar, seguiremos teniendo problemas. Teófilo Jaralambides

[email protected]

Absolución Creo que no se les ha dado suficiente importancia a las razones por las cuales se absolvió al ex presidente De la Rúa por supuestos sobornos en el Senado. Los jueces del tribunal oral fueron fundadamente contundentes en decir que los hechos denunciados por el confeso Pontaquarto nunca existieron. Por tal razón, del fallo se desprende que la causa fue “armada” durante 12 años por jueces, fiscales, abogados y otros funcionarios públicos que conspiraban contra aquel gobierno radical. Este hecho resulta de una gravedad institucional inaudita y debería tener su debida atención por parte de la Justicia y la opinión pública. Nicolás Durrieu

DNI 29.150.189

Defensa nacional El ministro de Defensa, Agustín Rossi, ha manifestado que “el allanamiento al Ejército puso en riesgo la defensa nacional”. El señor ministro no puede desconocer que hemos perdido totalmente la capacidad operativa de nuestras Fuerzas Armadas, responsables de nuestra defensa nacional desde que asumió la presidencia de la Nación el doctor Néstor Kirchner, cuya primera medida poco racional e inoportuna –como la calificó este diario en su editorial del 25 de mayo de 2003– fue el relevo de las más altas autoridades del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. A partir de entonces comenzó no sólo el éxodo de integrantes del cuadro de jefes oficiales

El primer control

Mónica Carranza y su incansable devoción archivo por los chicos

menores de 18 años, de contextos de pobreza, con historias de violencia y abuso familiar, y generalmente con padres ausentes, no sufran hambre de comida, ni de familia, ni de afecto, ni de educación. La supervivencia de esta institución (www. loscarasucias.org.ar) que tanto hace por quienes más lo necesitan está en serio riesgo. Su mayor ingreso proviene de la concesión de un garaje del gobierno de la ciudad, que venció y urge que puedan renovarla. Los alimentos que reciben del gobierno, de empresas e individuos es insuficiente. Todos podemos ayudar. Las donaciones se reciben en la cuenta del Banco Santander Río - N° 026-26360/3. La valiosa labor de una mujer que desde la pobreza y la exclusión dio batalla para evitar que su propia historia se repitiera nos interpela para contribuir a que esta obra de amor pueda seguir abrazando a los chicos de la calle para abrirles una oportunidad en la vida.

Propietario S.A. LA NACION, Zepita 3251, Ciudad de Buenos Aires (C1285ABG). Tel.+5411 5550-1800 Oficinas LA NACION, Av. Del Libertador 101, Vicente López (B1638BEA) Buenos Aires, Argentina Tel. +5411 6090-5000 Atención personalizada: ver Red Comercial en el Suplemento Clasificados o www.lanacion.com.ar/redcomercial Impresión y distribución: Zepita 3251, Capital Federal. Las ventas de La Nación son auditadas por el IVC. © Año 2013. LA NACION. Dirección Nacional del Derecho de Autor, expediente renovación Nº 5103547. Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido del presente diario.

Precio del ejemplar: Lun/Mié $ 7,00.- Mar $ 7,50.- Jue/Vie $ 8.- Sáb $ 11,50.- Dom $ 16,00.- Recargo envío al interior: Terrestre: Pcias. Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa y Buenos Aires (excepto La Plata) Lun./Sáb. $ 1,30.- Dgo. $ 2.- Vía aérea: El resto de las provincias Lun./Sáb. $ 2.- Dgo. $ 2,50.- Recargo c/Corriere della Sera $ 3,50.- En Uruguay: Lun./Sáb. $U 40.- Dgo. $U 70.- Recargo c/Corriere $U 10,00.- En Paraguay: Lun./Sáb. G 9000.- Dgo. G 12.000.En Brasil: Lun./Sáb. R$ 7/Dgo. R$ 9.- $ 29,90.- Grandes Pintores$ 39,90.- Inglés en 100 días, $ 49,90.- Cocina de Gato Dumas $ 14,90 c/cupón.- Curso de Dibujo y Pintura $ 39,90.- Donato De Santis $ 19,90 c/cupón.- Historia de la Arquitectura $ 49,90.- Hombre y Mujeres que hicieron la Historia $ 54,90.- Isabel Allende $ 34,90.Los animales de la granja $ 49,90.- Cuerpo humano $ 49,90.- B. fontanarrosa $ 29,90 (Opcionales, recargo envío al Interior: $ 1,50).

Eran las 7.20, plena luz del día. Permanecí dos horas en la estación de Banfield del Ferrocarril General Roca, con todas sus luces prendidas. Señores gobernantes, se han equivocado de control. El problema no son los precios del supermercado, sino el déficit energético. Entonces, controlen el uso de la energía y comiencen por cuidarla desde el propio Estado.

En la Red Los cortes de luz Facebook

DNI 24.155.007

Vidrieras a pleno

Luis Wuhl

[email protected]

Tarifas Sin profundizar en la búsqueda de culpables, es una buena ocasión

Enrique J. Juncadella

[email protected]

Prensa independiente Los ciudadanos comunes sólo podemos enterarnos de lo que ocurre en el país a través de los “medios independientes”, cuya principal virtud es trasmitir la “realidad” y no las situaciones virtuales distorsionadas que quiere contarnos el Gobierno a través de su “prensa oficial”. Esa distorsión nos dice que no hay corrupción en el caso Lázaro Báez porque los fiscales son apartados de la causa, que Boudou no tiene vínculo alguno con Ciccone porque nunca lo conoció a Vandenbroele, que la inflación (o el “ajuste transitorio de precios”) está incentivada por los medios y algunas corporaciones, que los cortes de energía son provocados por las empresas y no como consecuencia de la horrible política energética llevada a cabo desde 2003, que la inseguridad es una sensación de unos pocos desestabilizadores, que los saqueos han sido organizados por la oposición, que el déficit de Aerolíneas Argentinas es un aporte histórico a nuestra línea de bandera, que el Fútbol para Todos es indispensable para el bienestar de la población, etcétera. Y siguen los casos. Mientras tanto, los precios siguen aumentando, la inseguridad está a la orden del día, los cortes de luz y agua se repiten a diario, la energía se importa a precios extravagantes, las producciones básicas (trigo, maíz, carne, leche, gas, petróleo) caen a niveles vergonzosos y, en el fondo, nuestra calidad de vida se despedaza, mientras que los funcionarios se enriquecen protegidos por una maraña legal. Como ciudadano común quiero rendir un homenaje a esta “prensa independiente” que simplemente nos permite estar informados de los verdaderos hechos que suceden en el país. Las conclusiones quedan a cargo de cada uno de nosotros. Rodolfo J. Freyre

DNI 7.601.826

Robo en la Patagonia

Agustín H. Banchieri

A raíz de los cortes de energía, el ingeniero Macri presentó su propuesta para la compra de grupos electrógenos en los edificios. Parece una solución dudosa (salud privada, seguridad privada, educación privada... ¿ahora energía privada?) y a largo plazo. Al mismo tiempo veo que las marquesinas y vidrieras en la ciudad de Buenos Aires están prendidas a pleno. ¿No es una burla que haya vecinos protestando por los cortes mientras se consume tanta electricidad en forma improductiva? ¿No podrían apagarse una de cada tres luminarias en las calles? ¿Y obligar a los comerciantes a que apaguen sus vidrieras y carteles?

y personal subalterno en busca de mejores posibilidades de vida, ya que no sólo vieron frustradas las aspiraciones propias de su vocación, sino también el deterioro del material, cuyas condiciones no permiten su utilización. Hoy, el ministro debe saber que está al frente de un Ministerio de Defensa que padece de la más lamentable de las condiciones en las que pueden encontrarse las FF.AA. de un país.

“¡Qué horror, pobre país, pobre la Argentina y sus argentinos! Dios tenga piedad, ya que nadie se ocupa de nada. Qué tristeza” Irma del Valle Crespo

“En el piso 20 sin luz y sin agua... ¿es posible?” Cecilia Mendía

“¡A llorar a las urnas!” Paola Tevez

“Bomberos y SAME, ¡10 puntos!” Beatriz Sconocchini

En noviembre volé de Zurich a Ezeiza y de ahí a Bariloche, donde alquilé un vehículo por 10 días; pagué anticipadamente todo en efectivo. Soy biólogo, colaborador científico de la Universidad de Zurich y preparo una segunda edición de mi libro Trees in Patagonia, publicado en 2008. El 29 de noviembre ingresé al Parque Nacional Los Alerces (provincia de Chubut), y dejé el auto, cerrado, en el estacionamiento superior (pasarela de los Arrayanes). No hubo ningún control ni de entrada ni de salida. No vi ningún guardaparque ni vigilador. Al volver horas más tarde, mi vehículo estaba tal cual como lo había dejado, cerrado con llave. Volví a El Bolsón (provincia de Río Negro) sin escalas intermedias y allí, al abrir el baúl, constaté que mi maleta estaba vacía, y que me habían robado la laptop, el backup correspondiente, 10.000 pesos y toda mi indumentaria. La policía se negó a formalizar mi denuncia, alegando que el robo se había producido en otra jurisdicción (Chubut). Sin dinero, desposeído de todo, regresé de inmediato a Bariloche. Devolví el auto, pero insólitamente la empresa (Apu Rent a Car) se negó a devolverme el importe de los cinco días no utilizados. Regresé a Suiza angustiado por la indiferencia policial, las trabas jurisdiccionales, la desatención del Estado y la estafa consumada. Dr. Bernardo Gut

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