Atletismo Español - RFEA

El salto de pértiga pasa por ser una de las disciplinas más plásticas del atletismo.Más bellas. Una difícil mezcla de talento, trabajo y valentía que la con-.
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reportaje

Fábrica de Valientes

El oro de Noel del Cerro en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing da la tercera medalla olímpica a la escuela de pértiga del CAR de Sant Cugat tras la victoria de Didac Salas hace cuatro años en la misma competición y la gesta de Javier García Chico en Barcelona 1992. Por Miguel Calvo. Fotos: Miguélez.

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El salto de pértiga pasa por ser una de las disciplinas más plásticas del atletismo. Más bellas. Una difícil mezcla de talento, trabajo y valentía que la convierten en una prueba tan completa, tan complicada, que sus protagonistas pueden pasar como estilosos gimnastas. Como si el listón y la garrocha – que bella palabra – fuesen un aparato de gimnasia más sobre el que seguir buscando el movimiento perfecto. Tanto que al pasillo de pértiga le podemos aplicar una de las famosas frases que se le atribuyen a la mítica gimnasta Nadia Comaneci. “No evito un desafío porque es-

té asustada. En vez de eso corro hacia él, porque la única manera de vencer el miedo es reventarlo bajo tus pies”. Y así, fabricando valientes, como lo llevan haciendo desde hace más de 25 años, las colchonetas del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat continúan día a día dando forma a los mejores saltadores de nuestro país.

Antes fueron Roger Oriol, Alberto Ruiz, Javier García Chico, Dani Martí… Y ahora lo son Didac Salas, Manel Concepción, David Moya, Anna María Pinero, la recientemente incorporada Rebeca Yagüe o los prometedores Noel del Cerro, Aleix Pi, Vicent Fabra, Marc Vela o Tania del Cerro entre otros. Antes bajo la mirada del legendario Hans Ruf. Ahora ante el cuidado de Gabriel Martínez Pons, “Gaby”. Cada uno con su estilo, con su época. Pero siempre en el camino de esa apasionante búsqueda del punto de equilibrio entre el máximo rendimiento y la seguridad, el cual no es otro que la valentía que conduce al instante perfecto en el que los propios límites quedan más abajo. Y siempre con el bonito idilio del sector de pértiga del CAR con la competición olímpica que arrancó con el histórico bronce de Javier García Chico frente al viento de Montjuic en Barcelona 1992, y que se ha reavivado en los últimos años con los prometedores oros de Didac Salas bajo la lluvia de Sin-

reportaje gapur en los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud que se disputaron en 2010 y su reedición con la brillante y reciente victoria de Noel del Cerro en la segunda edición de estos Juegos en Nanjing (China) el pasado mes de agosto. Noel del Cerro acaba de cumplir los 17 años, y este año comenzará sus estudios de segundo de bachillerato, mientras que su entrenador destaca de él su enorme valentía. “Es muy decidido, muy

valiente, y en este deporte si no tienes miedo a cambiar y a seguir avanzando con las pértigas, es increíble cómo la mente hace el resto” según nos cuenta el propio Gaby. Mide 1.80 metros, pesa 80 kilos, y este año ya ha conseguido derribar una de esas barreras a las que se enfrentan los jóvenes saltadores, la de los cinco metros. En Valladolid se proclamó campeón de España juvenil con 5.00 metros. En Alcobendas quedó séptimo en el Campeonato de España absoluto subiendo su techo a 5.05 metros, y de Nanjing se ha vuelto con el oro y una nueva mejor marca personal de 5.10 que le colocan como tercer mejor juvenil de la historia en España (igualado con Manel Concepción y solo detrás de los 5.30 de Albert Velez y los 5.20 de Daniel Martí). “Precisamente 2014 estaba siendo mi peor año – nos cuenta el propio Noel del Cerro -. Primero una lesión de espalda, con una fractura en una vértebra, me tuvo tres meses y medio parado, y a las dos semanas de volver a entrenar una rotura en cadena de 16 centímetros en el isquio me dejó en el dique seco otros dos meses y medio. Para colmo, una mononucleosis antes de Baku me tuvo muy fastidiado. Pero afortunadamente todo el camino desde Baku a China ha sido estupendo. A pesar de las lesiones pude ir trabajando el tren superior todo el

año, y el final de temporada lo dedicamos a hacer piernas y técnica, que no lo habíamos podido trabajar en todo el año, terminando en cambio muy contentos”. Tras llegar con lo justo al mes de junio, Noel logró clasificarse en quinta posición en los trials de Bakú con 4.70 ganando un billete a los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing de agosto,

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reportaje dónde completó una excelente competición. Primero con una clasificación limpia para la final, llegando a 4.90. Después con una gran pelea en la final, en la que tras un nulo en 5.05 se fue directamente a 5.10 para pasarlo a la segunda y alcanzar la medalla de oro y una nueva mejor marca personal.

“En todos los sentidos ha sido la mejor competición que he hecho en mi vida – continúa Noel -. Me encontraba muy fuerte, con mucha confianza, y pese a que me veía entre los cuatro primeros, la victoria no ha dejado de ser una gran sorpresa. Además, el hecho de estar tan apoyado desde la grada por todo el equipo español, la enorme expectación que había alrededor y la experiencia de poder vivir en la villa olímpica con tan buen ambiente con atletas de todo el mundo han hecho que haya sido una competición maravillosa”, concluye el jovencísimo saltador que nos confiesa que comenzó corriendo unos crosses que no le gustaban nada, para luego pasar al lanzamiento de peso y ser primero de Cataluña hasta que “fue

probar la pértiga y saber que era lo que me gustaba y motivaba, que era la prueba más espectacular y a la que quería dedicarme”. Juan Carlos Abellán, ex pertiguista, entrenador nacional y responsable del sector de pértiga de la Federación de Atletismo de la Región de Murcia, nos describe los pormenores técnicos de Noel del Cerro. “Su técnica está bastante defini-

da. No es un pertiguista de los más rápidos, pero sabe aprovechar los últimos apoyos para llegar a la clavada-batida con la velocidad adecuada y con un buen movimiento de brazos en la presentación para sacar una potente batida hacia el listón”. “Lo que más me gusta de Noel – continúa Abellán - es la buena batida que tiene. Se mete muy bien dentro de la pértiga, hace un gran trabajo de brazo izquierdo empujando hacia la vertical y consiguiendo el mayor rendimiento de la pértiga. Evidentemente aún se nota su juventud, y el trabajo gimnástico de recogida-extensión y franqueo de listón está por trabajar. Si apreciamos sus saltos podemos observar la precipitación en el franqueo del listón sin aprovechar el trabajo de brazos soltando la pértiga y con giro incompleto. Pero Noel es ya un atleta de una gran fortaleza física que consigue agarrar pértigas de cierta dureza. En la final de los Juegos de Nanjing cogió una pértiga de 4.90 metros. 16.9 de dureza con agarre de 4.60 metros. El día que No-

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reportaje el consiga dominar la última fase del salto, doblar pértigas más duras y un agarre más alto, vamos a tener a un pertiguista de cotas muy muy altas. Ojalá sea así”. Noel es solamente el último destello de la histórica escuela catalana de pértiga, que desde su inauguración en 1987 tiene en el CAR (primero con Hans Ruf y ahora con Gaby Martínez) su principal epicentro. Y a las puertas de que en septiembre de 2015 la Federación Catalana de Atletismo celebre su centenario, Juan Carlos Abellán se ha lanzado a investigar sobre las raíces de la pértiga en Cataluña y a plasmarlo en diversos artículos al respecto, como el titulado “Más de cien años, un legado”.

“Para viajar a los orígenes del atletismo en Cataluña – nos cuenta Abellán – tenemos que retrotraernos a la Exposición Universal que se celebró en Barcelona en 1888 con la participación de 22 países y que abrió las puertas económicas de Cataluña a Europa al fomentar un comercio exterior que antes se había limitado al mercado nacional. Junto a ello, su situación geográfica y la creciente importancia del puerto de Barcelona hizo que la entrada de inversión extranjera se fuera acentuando durante los años sucesivos a la Exposición, permitiendo también la llegada de tradiciones desde otros países que pasaron por Cataluña”. “Así – continúa Juan Carlos Abellán –, ingleses, alemanes y recién llegados desde los países europeos más importantes de la época fueron introduciendo el atletismo en territorio catalán. Sirva como ejemplo Hans Gamper, que llegó a la ciudad Condal de visita comercial para abrir mercado y terminó afincándose en Barcelona, siendo incluso unos de los fundadores el F.C. Barcelona. Por los resultados deportivos de 1899 sabemos que Hans Gamper era organizador y participante en carreras atléticas organizadas en las calles de Barcelona. A partir de aquí el atletis-

mo fue cogiendo auge entre los catalanes que competían en las distintas especialidades atléticas, hasta que en 1911 se publicaron los primeros resultados en concursos de salto con pértiga”. Luego ya vendría el maravilloso camino de la pértiga catalana. Desde los nombres de

pioneros como “Rigol, Jose Castanedo, Lizardo Peris, Aguirreche, Folch entre otros” hasta muchos de los mejores saltadores españoles de la historia, como los campeones nacionales absolutos “Alberto Ruiz,

Josep Culí, Miquel González, la familia Consegal, Roger Oriol, Igor Bychkov, Javier García Chico, Anna María Pinero, Antoni Bonet, Salvador Torrella, Albert López, Francesc Mas, Daniel Martí, Albert Vélez o Silvia Delgado, que han dejado como herencia la gran escuela catalana que tenemos hoy en día” concluye el entrenador catalán afincado en Murcia. Llegados a este punto, ¿cuál es el secreto de la escuela del CAR de Sant Cugat? Antes de marcharse, nuestro invitado nos da su punto de vista. “En primer lugar destaca la

tradición de salto con pértiga en Barcelona, con abundancia de saltadores, lo que hace que salvo excepciones la mayoría de los pertiguistas sean de la provincia y alrededores. De esta forma se preserva el factor social y familiar, tan importante para alcanzar objetivos atléticos y académicos, máxime en estas edades, sin tener que abandonar del todo la residencia habitual, familia y amigos”. “Luego – continúa Abellán – destaca la figura de un entrenador como Gaby, muy joven pero con una enorme experiencia de más de 20 años y el bagaje de haber aprendido con los mejores. Gaby aplica a la perfección la filosofía de "la libertad en los entrenos", de manera que el nombre de Centro de Alto Rendimiento no significa un riguroso seguimiento de lo planificado, sino que dependiendo de la capacidad del pertiguista, estado físico y anímico, todo se amolda a las necesidades del momento para, dentro de los objetivos, poder cumplir con ellos”. “Finalmente, todo lo que ya sabemos del CAR, con todas las facilidades que ofrecen las instalaciones a los atletas, la formación educativa, los servicios médicos… En este sentido, el sector de pértiga tiene a su disposición un pabellón de gim-

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reportaje nasia deportiva donde el gran Gervasio Deferr ayuda en los entrenamientos de acrobacias, la zona cubierta para saltar, sala de musculación, aparatos especiales para ejercicios específicos para el salto, la pista sintética y mil ventajas más para el buen desarrollo de la especialidad” finaliza Juan Carlos Abellán. En busca de ese secreto viajamos al Centro de Alto Rendimiento, y lejos de recetas mágicas, de milagros, dentro de su sector de pértiga sólo encontramos trabajo e ilusión como ingredientes, y una continua e incesante búsqueda del valor y la motivación en cada entrenamiento. El joven Gaby (37 años) habla con pausa. Tranquilo, sereno. Contagiando su serenidad y la que desprenden los bosques que rodean las instalaciones. Como si fuese tan sencillo transmitir tranquilidad cuando uno está volando más allá de los cinco metros. Lo suyo es vocación pura. Amor por el atletismo, por la figura del entrenador y la pértiga. Como pertiguista, con 18 años ya saltó 5.40 (que a día de hoy le mantiene como tercero en el ranking español junior de todos los tiempos, solo superado por los 5.55 de Dani Martí y Didac Salas). Luego vinieron unos años difíciles, con lesiones de espalda y la dureza de que “quizás no supimos gestionarlo bien” como nos cuenta el propio Gaby, hasta el punto que tras tres años demasiado a tope “sentí que no quería volver a saltar

nunca más”. Tanto que a los 24 años daba por terminada su trayectoria como saltador, pero habiendo comenzado desde incluso mucho antes su camino como entrenador. A los 16 años, al tiempo que entrenaba con Norbert en el C.A. Laietana de Mataró, fue incorporando a su faceta de saltador la de entrenador, y empezó a ayudar a Norbert en aspectos técnicos. Luego llegaron sus años como saltador en el CAR, bajo las órdenes del gran Hans Ruf del que al igual que todos sus entrenadores, fue aprendiendo todos los secretos de la pértiga. “Siempre hacíamos caso a Hans – nos cuenta Gaby entre risas – pero ya

por aquel entonces hablaba mucho con Dani Martí, rectificándole y aconsejándole sobre algunos aspectos”. “Acabé pronto mi carrera como saltador, pero siempre quise entrenar” nos

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reportaje cuenta Gaby. Y tras su paso como ayudante/atleta de Norbert y el aprendizaje en todos los sentidos que supuso su paso por el CAR, empezó a dirigir el sector en la Agrupaciò Atlética Catalunya, donde por ejemplo Igor Bychkov comenzó con él siendo un crío, y continuó evolucionando su carrera hasta heredar al frente del CAR todo el trabajo de Hans Ruf y compaginarlo con su Escuela de Atletismo en el Club de Atletisme Muntanyenc que le permite “seguir trabajando con los niños

y poder iniciar un trabajo de base con pertiguistas muy jóvenes”. Sobre su manera de trabajar, Gaby transmite sus ideas con mucha sencillez. “No es que sea una pelea,

siendo además cada atleta un mundo, pero siempre el caballo de batalla es ir empujándoles a dar cada paso, cada cambio de pértiga. No como una lucha, pero si como ir creándoles la motivación para seguir creciendo. Sin forzar pero siempre hacia arriba. Siempre buscando que ellos se encuentren seguros y fuertes para ir detrás de la valentía que lo es todo en la pértiga” nos cuenta el entrenador catalán.

“Por semana hacemos dos sesiones de técnica – continúa Gaby - pero no soy muy exigente en este sentido. Prefiero ser flexible en este aspecto y que ellos se encuentren al 100%, porque si no es mejor dejarlo para otro día. Si el atleta se encuentra fuerte, rápido, si es un buen día y siente condiciones óptimas de viento y demás factores, es cuando el atleta va a tener una seguridad plena en sí mismo y mejor vamos a poder a trabajar”. El grupo, como un factor más, tiene la gran oportunidad de poder trabajar las acrobacias con el gran gimnasta y campeón olímpico Gervasio Deferr dentro del CAR. “Lo

cierto es que con Gervasio estamos encantados – nos cuenta Gaby -. Se nos ofreció el año pasado y estamos contentísimos

con toda la mejoría que estamos obteniendo, de forma que este año ya vamos a comenzar desde el principio con dos sesiones por semana. Es increíble cómo logra grandes avances con pequeños detalles que a nosotros, aunque sepamos algo de gimnasia, se nos escapan. Al principio los chicos no vomitaban de milagro, y ya hemos conseguido que sus cuerpos se adapten y mejoren muchísimo en cuestiones como control postural y espacial. Tanto que antes, por ejemplo, no trabajábamos molinos, y ahora los hacemos de todas las maneras posibles, con todas las oportunidades que nos abre cada nuevo paso”. Y siempre, detrás de cada aspecto que comentamos con Gaby, nos transmite ese sentimiento y devoción que sólo lo da la verdadera vocación y el cariño por lo que

se hace. “La final del campeonato de España junior de este año, por ejemplo, fue preciosa – nos sigue contando el entrenador del CAR -. Estaban tres atletas con la mínima para el mundial junior y sabían que solo podían ir dos, por lo que fue una batalla preciosa, sin reservar nada, sin ahorrar un solo esfuerzo. Adrián Vallés y Aleix Pi son los que consiguieron imponerse, con Vicent Fabra en tercer lugar, pero la competición que hicieron los tres fue un espectáculo”. “Eso es lo que yo si les exijo a mis saltadores. Que compitan, que lo den todo. Si tenemos una mínima internacional no podemos contentarnos con eso. Y si vamos hay que pelear con todas las fuerzas posibles por estar en la final. Luego puedes hacer tres nulos e irte para casa, pero si lo has dado todo no se puede hacer más” finaliza de confesarnos Gaby. “Y esa es nuestra labor del día a día, de cada entrenamiento. No dejarles de motivar, de ilusionarles con cada reto. De irles convenciendo en cada sesión, en cada charla, de que tienen que saltar con esa ilusión y ese valor”. Entre las variables que han de definir a un gran pertiguista, el talento se da por descontado en todos estos jóvenes que dibujan listones en el bonito cielo de Sant Cugat. El trabajo lo define muy bien cada palabra de Gaby y los suyos, cada gesto. Co-

mo el propio perfil del entrenador en las redes sociales que cita a Sebastian Coe:

“Cada día me acuesto convencido de que nadie ha podido entrenar mejor que yo”. Al respecto, Hans Ruf ha contado en más de una ocasión como Bubka entrenó antes de los Juegos de Barcelona en el CAR, y pudo observar esos entrenamientos casi a escondidas para ver que secretos escondía el más grande. Cuenta que no vio nada nuevo, que todo lo que hacía era lo que ya sabía él desde hacía mucho tiempo. ¿Qué es lo que marca la diferencia entonces? La valentía, la decisión. Como de la que, junto a su fuerza, destacaba Hans en Bubka. Como la que hace que por ejemplo, Lavillenie, sin ser ni el más fuerte ni el más técnico sea el nuevo recórdman mundial. Como la que Gaby trabaja en sus pupilos día a día. Como la que destaca de Noel y Didac Salas, por ejemplo. “Siempre dispuestos a cam-

biar, a buscar una pértiga más dura que les haga llegar más alto” según nos cuenta el entrenador. Y mientras, Noel, ya con su ilusionante medalla de oro al cuello, relata como comparte el pensamiento de su entrenador. “Estoy totalmente de acuerdo con

la idea que nos transmite Gaby. En primer lugar, en el salto, lo más importante es la carrera. Llegar bien a la clavada y hacer una buena entrada. Con esto ya podremos saltar, y es imprescindible para que podamos trabajar cada vez más la última parte. Para saltar más, cuanto más dura sea la pértiga y más arriba agarres, más vas a saltar. Cada vez vamos teniendo saltos más largos y altos, y poco a poco podemos ir trabajando mejor la siguiente parte”. “Había que arriesgar – recuerda Noel de la final de Nanjing -. Podíamos intentar los 5.05 para asegurar la plata, o ir a por los 5.10 y pelear por la victoria. Era el momento de arriesgar. Técnicamente aún me queda muchísimo por aprender, así que no hay otra que suplirlo con valor y sin miedo para coger cada vez pértigas más duras que nos impulsen más alto” finaliza el jovencísimo saltador resumiendo no solo sus propias características, sino toda la filosofía de esta fábrica de valientes que sigue dando los mejores pertiguistas del país.

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