TALENTO Por María-Pía Negro-Chin
Atleta kenyano agradece apoyo de sacerdote Maryknoll a jóvenes con talento
E
l Padre Richard Quinn, un misionero Maryknoll retirado, quien pasó cerca de 60 años en misión en África, se llena de orgullo cuando habla de un joven kenyano que conoció en su ministerio de apoyo y desarrollo de jóvenes con talento. En los últimos seis años, el joven Edward Cheserek ha roto récords en carreras de fondo como atleta de escuela secundaria y ahora es uno de los mejores competidores a nivel universitario. “Se convirtió en el corredor de larga distancia número uno de todas las secundarias del país”, dice el Padre Quinn. Cheserek, el cuarto de siete hijos, creció en una choza circular de barro en una aldea en el Gran Valle del Rift, a unas 300 millas al este de Nairobi. Como muchos otros niños de su aldea, con frecuencia no iba a la escuela para ayudar a la familia a cuidar del campo. Luego todo cambió, cuando en 2009 la organización sin fines de lucro Stadi za Maisha Educational Trust, fundada por el Padre Quinn,
identificó a Cheserek como candidato para una beca de estudio en la escuela secundaria San Benito en Newark, Nueva Jersey. “Cambió mi vida”, dice el atleta de 5.6 pies quien ahora estudia en University of Oregon. “En mi país la vida es difícil para todos. Esto me dio la oportunidad de venir a Estados Unidos y rehacer mi vida a través de los estudios y el atletismo”. Fundada en 2006, Stadi za Maisha—que significa “habilidades para la vida” en swahilli—trabaja con escuelas locales y el ministerio de educación del país para crear oportunidades para jóvenes talentosos, especialmente para aquellos que son huérfanos y están en desventaja. “El objetivo es cultivar y equipar a niños y jóvenes, desarrollar sus habilidades personales y sociales para un aprendizaje permanente y fomentarles una vida sana en la sociedad”, dice el Padre Quinn de 89 años de edad, de Passaic, Nueva Jersey. Cheserek salió campeón en la carrera de 10,000 metros de su provin-
cia cuando el director de su escuela lo recomendó a Stadi za Maisha. El director también dijo que Cheserek faltó a la escuela debido a problemas económicos, recuerda el Padre Quinn. Cheserek viene del pueblo Marakwet, un subconjunto del grupo étnico kalenjin, famoso por sus grandes corredores de fondo. Del primero a octavo grado, Cheserek corría cuatro millas de ida y vuelta para ir a la escuela. Él empezó a correr competitivamente en el octavo grado. Ser un corredor fuerte ayudó a Cheserek el día que tomó el examen académico solicitado por Stadi za Maisha. Debido a las lluvias y el barro, los vehículos no podían llegar al lugar del examen. El joven de 16-años de edad corrió 60 millas para llegar y tomar el examen. Le fue tan bien en la prueba, que se le concedió una beca completa para San Benito, que había recibido a otro estudiante kenyano a través de la organización el año anterior. Cheserek viajó a Estados Unidos, comenzó sus estudios en su segundo año y empezó a correr representando a la escuela. “Mejoró cada día, y ganó la mayoría de las carreras”, dice el Padre Quinn, quien mantiene contacto con Cheserek vía email y Skype. El Padre Quinn ha ido a un par de carreras de Cheserek y el joven
ha visitado al sacerdote. Señalando que las carreras de larga distancia requieren resistencia y fuerza mental, el Padre Quinn dice que Cheserek tiene todo esto, y además una ética de trabajo que lo mantiene desarrollando su potencial. Cheserek no sólo ha trabajado duro como atleta, sino también en sus estudios y está mejorando su inglés.
Chris Pietsch//Oregon
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Edward Cheserek, atleta kenyano, cambió su vida con apoyo de sacerdote Maryknoll.
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MARZO/ABRIL 2016 U REVISTA MARYKNOLL
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Maryknoll Mission Archives
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“En tres años en San Benito todos lo conocían y era muy respetado”, dice Marty Hannon, su maestro y entrenador de atletismo. “A pesar de ser famoso, es una persona cariñosa y humilde”. En San Benito, Cheserek rompió récords en 12 de 21 carreras, incluyendo un récord que se mantuvo intacto durante 49 años. Aunque varias universidades trataron de reclutarlo, optó por la universidad de Oregon, donde no sólo impresionó a sus entrenadores sino al mundo de las carreras de fondo. Fue el primer estudiante de primer año en la historia de la universidad en ganar un campeonato nacional de carrera a campo traviesa. En noviembre pasado, logró su tercer campeonato de la ncaa para campo traviesa, convirtiéndose en el primer atleta División I en ganar tres títulos consecutivos. Tiene otros seis títulos en pista de la ncaa. Ayudar a jóvenes con talento como Cheserek apasiona al Padre Quinn. El dirigió durante 27 años un ministerio de video basados en la fe, Producciones Ukweli, en Kenya que produjo cerca de 300 programas y documentales sobre temas de salud, valores y la fe. Stadi za Maisha surgió de este ministerio hace 10 años cuando padres de familia le preguntaron al Padre Quinn si tenía videos sobre cómo dialogar con los niños. “Los padres sentían que no estaban entendiendo a sus hijos”, dice. El misionero dice que la educación en Kenya es cara, sufre interrupciones por huelgas y usa una pedagogía que hace hincapié en la memorización en lugar de identificar los talentos de los estudiantes. “Todos tienen un talento”, dice el
Padre Quinn. “Cheserek mejoró su talento a través de su trabajo y el apoyo de los demás”. Stadi za Maisha ha organizado conferencias y talleres junto con Kenyatta University y el Instituto Kenyano de Desarrollo Curricular para que los maestros puedan ayudar a los estudiantes a desarrollar su potencial. Actualmente, ayuda al gobierno a desarrollar currícula para el desarrollo del talento. “Es un área que ha quedado rezagada por años”, dice Edward Mokua, director de Stadi za Maisha. “Nuestro sistema ha perdido muchos talentos y esto se traduce en una inmensa pérdida para nuestra economía”. Más de 5,700 niños y jóvenes de
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1. Cheserek cruza primero la meta en una carrera de relevos en el 2014. 2. El Padre Maryknoll Richard Quinn, ya retirado, en su ministerio en comunicaciones y (foto 3) en su ministerio educativo en Kenyatta University, ambos ministerios en Kenya.
Nairobi y Mombasa se han beneficiado de este programa. Aunque el Padre Quinn vive ahora en Estados Unidos, la organización que fundó sigue involucrando a padres y maestros para ayudar a que los jóvenes desarrollen sus habilidades, constantemente desafiándolos, como se desafía Cheserek a sí mismo a través de un entrenamiento disciplinado que lo ayuda a liberar su potencial. El misionero Maryknoll anhela construir un centro para la juventud talentosa de Kenya en Nairobi y está trabajando en la recaudación de fondos para el proyecto. Edward Cheserek transmite los beneficios que ha recibido exhortando a otros jóvenes kenyanos a dar su mejor esfuerzo para lograr sus sue
ños. El atleta estrella y estudiante de sociología les dice que trabajen duro y que sepan “de dónde vienes y lo que quieres ser en el futuro”. Cheserek sueña competir en las olimpiadas, posiblemente representando a Estados Unidos. Un artículo de 2015 en The Wall Street Journal dijo: “Cheserek está en camino de convertirse en uno de los mejores corredores de la universidad, una combinación de talento, confianza, dedicación, paciencia y humildad cuyo potencial se ve sin límites”. Pero por ahora, él sólo piensa en entrenar y obtener su título. “Es nuestro orgullo y alegría”, dice el Padre Quinn. “Queremos hacer lo mismo con otros jóvenes en Kenya”. www.revistamaryknoll.org
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