POR EL MUNDO

GRITOS Y SUSURROS De qué habla la gente de la cultura cuando casi nadie la escucha

Amis, polémico POR PABLO AMBROGI Para La Nacion - Londres, 2010

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Fontana, Testa y Smoljan

COMO EN EL PRIMER MUNDO. Pese al intenso calor, con temperaturas cercanas a los 40 grados, decenas de personas asistieron en Neuquén a la inauguración de la muestra de Clorindo Testa y Juan Fontana en el Museo Nacional de Bellas Artes. En su doble rol de arquitectos y artistas, ambos presentaron pinturas, instalaciones, planos y bocetos, además de compartir con los colegas locales su visión sobre la influencia de la arquitectura en la pintura y viceversa. Hasta marzo, Testa expone obras de distintos períodos, desde los años ochenta, mientras que Fontana exhibe su instalación Ciudad dorada. Con nuevo look Oscar Smoljan, director del MNBA Neuquén y Secretario de Cultura local, destacó que hoy los principales museos del mundo exhiben obras de arquitectos célebres. *** DE RONDA. La ronda de los teatros, el noticiero radial del Complejo Teatral de Buenos Aires, empezó el sábado pasado su segunda temporada, con una emisión dedicada a Mucho ruido y pocas nueces, de William Shakespeare, estrenada recientemente en la Sala Martín Coronado del San Martín. Con la conducción de Pablo Zunino, el primer programa de 2010 contó con la participación de Oscar Barney Finn, responsable de la puesta de la obra de Shakespeare, la traductora Cristina Piña y el actor Sergio Surraco. En su horario habitual de los sábados a las 14, el noticiero teatral se emite por AM 1110 Radio de la Ciudad con producción periodística de Laura Rosso y coordinación de producción de Federico Lucini. *** BARRIOS PORTEÑOS. En el pabellón del Bicentenario instalado en los

Bruzzone, Gorodischer, Budassi y Erlan

bosques de Palermo como sede de las actividades culturales que se realizarán en la ciudad durante todo el año, el fin de semana pasado hubo una lectura de cuentos sobre Buenos Aires. Presentados por Diego Erlan, participaron algunos de los autores de la antología Buenos Aires / Escala 1:1, editada por Entropía. Sonia Budassi leyó una historia sobre una joven del interior que busca departamento para alquilar en Villa Crespo; Violeta Gorodischer se refirió a Caballito en su cuento “Todo es relativo”, y Félix Bruzzone eligió Puerto Madero como escenario de su relato “Fumar abajo del agua”. Entre los asistentes se encontraba Samanta Schweblin, que contó a sus colegas que

Qué están leyendo

Laura Yusem Arrabalera y otros unipersonales, de Mónica Cabrera “Es un libro que recopila los textos de los unipersonales creados por Mónica Cabrera, con un interesante estudio crítico de Patricia Espinosa. Me resultó fascinante y muy original. Es una voz distinta en la dramaturgia actual, trasgresora y con una mirada política aguda. Lo recomiendo”.

Stupía, Calvo Serraller y Mara

en esos días partía hacia México, donde se editó su libro de cuentos Pájaros en la boca, y que luego viajará a Colonia, Alemania, invitada por la feria del libro local. Para continuar con el tema de los barrios porteños, la joven escritora se lamentó porque al regresar deberá mudarse de su departamento de Parque Patricios, ubicado en una antigua casa comunal de principios del siglo XX. *** ESCALA OBLIGADA. Fue una noche de fiesta para el arte argentino la inauguración de la muestra de Eduardo Stupía en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). El exquisito trazo del artista que explora la línea como hilo conductor de su obra, en una noción de caos controlado, sedujo al curador Paco Calvo Serraller, responsable de la curaduría. El galerista Jorge Mara y Consuelo Ciscar, directora del IVAM, coincidieron en el debut de la exposición que será una escala obligada para quienes visiten España en la próxima edición de Arco, la feria madrileña que abrirá sus puertas el miércoles próximo en un contexto de crisis. *** LETRAS Y PINCELES. El viernes 5 se inauguró la muestra La pintura de los escritores en la galería Mite, en la que se exhiben obras en óleo y acrílico de los multifacéticos Sergio Bizzio, Arturo Carrera (que no pudo asistir porque estaba en Pringles), César Aira, Fernanda Laguna, Francisco Garamona, Gustavo Nielsen y Tamara Domenech. Aunque a la hora de la cita diluviaba en Buenos Aires, el mal clima no fue un impedimento para que el DJ Villa Diamante brindara un set musical que llevó a todos los invitados a bailar bajo la lluvia. © LA NACION

o digo totalmente en serio –afirma Martin Amis–, sería una gran idea tener cabinas públicas para suicidarse libremente aunque, claro, no creo que ocurra, es más bien una idea utópica.” La cita es ante un auditorio frente al paredón de la estación King’s Cross, en una calle algo lúgubre de Londres, donde Amis está hablando de su libro La flecha del tiempo (1991) en el marco de una serie de charlas organizadas por el diario The Guardian. Impecable, algo resfriado como todos en esta ciudad sorprendida por la nieve, Amis responde las preguntas del público con su particular voz, mezcla de gentleman inglés y chico malo norteamericano. La eutanasia es el tema del día en Londres, donde una mujer que, a pedido de su hija enferma de esclerosis múltiple, le suministró una dosis letal de drogas, fue absuelta de homicidio. El enfant terrible de las letras británicas insiste: “Yo no estoy demasiado lejos de esa idea para mí mismo... La dignidad es parte integral de la vida humana; cuando la cosa se ponga difícil, me gustaría tener disponible una cabina con un Martini”. No es frecuente escuchar a un escritor discutir un libro suyo publicado hace casi veinte años y el público, en su mayoría estudiantes, quiere saber qué llevó a Amis a escribir esa novela sobre el Holocausto, a la vez experimento formal en que revierte el orden temporal de la narración. “George Steiner me dijo que no creía que se pudiera escribir sobre ese tema, pero las novelas no se eligen, le vienen a uno.” En vísperas de la aparición aquí de su nueva novela, The Pregnant Widow (La viuda embarazada), Amis vuelve a mostrar su talento para la frase polémica, cortando abruptamente una pregunta sobre la recepción de su obra en el mundo musulmán con la observación de que Mein Kampf y los Protocolos de los sabios de Sión son muy leídos allí, y discutiendo con su interlocutora del público, claramente de origen musulmán, al acusar al Corán de antisemitismo ante el tenso silencio del resto de la sala. Amis recuerda su residencia de tres años en José Ignacio, Uruguay, “donde la gente es muy civilizada y bondadosa”. Pero al final vuelve a mostrar los dientes: “¿Por qué creo que la prensa dice de mí cualquier cosa? Supongo que por mi padre [el escritor Kingsley Amis]. La corrección política dice que se debe tratar a todos por igual, pero esto no funciona si venís de un lugar de privilegio... Soy como el príncipe Carlos de los escritores.” © LA NACION

Sábado 13 de febrero de 2010 | adn | 3