SOCIEDAD | 13
| Lunes 12 de enero de 2015
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Alergia al látex. Una amenaza insospechada Presente en chupetes, perservativos, guantes y dispositivos médicos, la exposición repetida aumenta el riesgo Nora Bär LA NACION
Graduada de odontóloga en la UBA e integrante de la planta del Hospital Naval, hace unos años Gabriela Chromoy se vio forzada a abandonar la práctica de la odontología asistencial. No fue porque sintiera que su vocación se esfumaba o porque hubiera decidido buscar nuevos horizontes: un buen día descubrió que es alérgica al látex. “Ya había empezado con problemas en la piel por el uso de guantes, pero súbitamente tuve una reacción grave por el contacto de ese material con una mucosa. El doctor Francisco Cultraro me diagnosticó en 1999, fui una de las primeras de mi hospital”, recuerda. Chupetes, tetinas de biberón, globos, bombitas de agua, elásticos de la ropa, preservativos... El látex es un material ubicuo con el que se elaboran numerosos productos, tanto de la vida cotidiana como de uso médico, con los que todos estamos en contacto desde la primera infancia. Cualquiera puede volverse alérgico, pero las posibilidades aumentan cuanto mayor es el contacto con el material, por la piel, por mucosas, por inhalación o por vía sanguínea. Convertida en representante de la Unidad Requirente de Compras del mismo hospital y miembro del subcomité de Odontología del Iram, Chromoy ahora integra un grupo de profesionales de la salud que está intentando constituir una asociación sin fines de lucro para alertar sobre
este riesgo, y para contener y ayudar a los pacientes y sus familias. Para la odontóloga, debido al incremento en el uso indebido e indiscriminado de adminículos hechos de látex en distintas áreas ajenas a la salud (como el empleo de guantes en gastronomía), estaría aumentando el número de personas que se está sensibilizando sin saberlo. El doctor Gustavo Marino, jefe de Alergia e Inmunología del Hospital Austral, coincide: “Es una epidemia que comenzó hará 14 o 15 años y cada vez hay más pacientes –afirma–. Entre el 3 y el 4% de los internados en el hospital tienen alergia al látex. Es todo un problema, porque los émbolos de las jeringas lo contienen, las «vías», las máscaras... Además muchos también son alérgicos a determinados alimentos. Por eso en el Austral tenemos quirófanos y un programa libre de látex. En Inglaterra, incluso hay hospitales latex free”. Otros, como el doctor Jorge Máspero, director de la carrera de especialistas en alergia e inmunología de la UBA, director médico de la Fundación Cidea, para la investigación y difusión de las enfermedades respiratorias, alérgicas y otras, y director de la sección de alergia e inmunología del Hospital Alemán, no ven un aumento de casos, pero coinciden en que se trata de un problema frecuente. “No hay trabajos epidemiológicos locales –subraya Máspero–, por lo que no puedo asegurar que la alergia al látex esté creciendo. Lo
Cuáles son los síntomas Dermatitis alérgica Enrojecimiento, urticaria o eccema de contacto Asma Puede ser una señal que alerte sobre este problema Shock anafiláctico La alergia al látex causa el 17% de las reacciones alérgicas intraoperatorias que sí es cierto es que se trata de un trastorno que no es raro de ver.” Látex es un término general que puede aplicarse a cualquier suspensión coloidal de micropartículas de polímero en un medio acuoso, pero el que resulta problemático es el obtenido del líquido lechoso que se extrae del árbol del caucho (Hevea brasiliensis, originario del Amazonas, pero que ahora se cultiva extensamente en el sudeste asiático).
“El látex alergénico no es el sintético, sino el natural –explica Chromoy–. Son las proteínas vegetales las que gatillan una cadena de respuestas nocivas para el organismo que pueden comprometer seriamente la vida. Provocan una reacción sistémica como la que puede sufrirse por la picadura de una avispa.” Según el trabajo publicado en Archivos Argentinos de Pediatría y firmado por los doctores Claudio Parisi, Beatrice Biló, Floriano Bonifazzi, Sergio Bonini y el propio Máspero, hasta ahora se identificaron 13 alérgenos componentes del látex. La alergia al látex puede manifestarse de diversas formas. Algunas son aparentemente inocentes, como enrojecimiento, urticaria o dermatitis de contacto. Pero también puede desencadenar asma, problemas gastrointestinales o circulatorios, y hasta anafilaxia con edema de glotis, paro cardiorrespiratorio y muerte. Es un problema médico importante, explica Chromoy, pero debido a que tiene un período de latencia entre la sensibilización y la aparición de síntomas, no es tan conocido o puede ser minimizado. La proteína del caucho que pro-
duce la alergia es altamente soluble en los líquidos corporales y puede desatar una catarata de sucesos biológicos. Cuando entra en contacto con la piel (por ejemplo, por el uso de guantes), se solubiliza e ingresa en el organismo. En ese momento es reconocida por un tipo de glóbulos blancos llamados macrófagos. Éstos le transmiten la información a otra población de glóbulos blancos, los linfocitos B, que se transforman en células fabricantes de grandes cantidades de anticuerpos específicos para ese alérgeno, las inmunoglobulinas E (IgE). Estos anticuerpos pasan rápidamente a la sangre y se fijan en los mastocitos, células que sintetizan y almacenan la histamina, una sustancia clave en los procesos alérgicos. “Cuando el sujeto se sensibiliza, no presenta ningún síntoma en particular –subraya Chromoy–. Pero otro tipo de células inmunológicas, los linfocitos T, son capaces de recordar ese primer contacto durante años. Al tomar contacto por segunda o tercera vez con el material, entran en acción las inmunoglobulinas E, que producen la liberación de la histamina,
que es la que gatilla los síntomas.” Debido al tiempo de exposición y a la gran cantidad de productos, dispositivos, medicación y materiales de látex o que lo contienen en el ámbito de la salud, el personal sanitario integra los principales grupos en riesgo. Alrededor de uno de cada cuatro casos de alergia al látex se registra entre los profesionales de la salud: médicos, enfermeros, cirujanos, instrumentistas, odontólogos o anestesiólogos. “Los odontólogos tenemos un 40% de incidencia, un número muy alto, porque usamos guantes de látex entre 40 y 50 horas semanales, en promedio –subraya Chromoy–. Fuera del personal sanitario, están los niños con espina bífida, malformaciones urogenitales congénitas, labio leporino, los que requieren múltiples intervenciones quirúrgicas o quienes tienen una historia repetida de cateterismo.” “Los odontólogos son uno de los grupos en los que el riesgo es mayor –coincide Máspero–. Los guantes que usan tienen almidón de maíz. El o los alérgenos del látex se transfieren a ese polvillo, entonces cada vez que se los sacan o se los ponen se resensibilizan. También lo sufren los cirujanos. El problema es serio porque el profesional que lo padece se ve obligado a cambiar de actividad.” Pero también hay afectados en otras áreas. Incluso los pacientes que llegan a la consulta para recibir tratamiento quedan expuestos a los alérgenos del látex, que pueden sensibilizarlos o desencadenar un cuadro de anafilaxia, potencialmente mortal. Como no se puede saber de antemano quién es alérgico y quién no, los especialistas recomiendan hacer prevención primaria; es decir, evitar la sensibilización. “Una vez que el individuo está sensibilizado –advierte Chromoy–, la alergia es progresiva e irreversible. Para evitar riesgos hay que hacer la sustitución de los productos que contengan látex de caucho natural por otros de la versión sintética, que pueden ser de vinilo, nitrilo, polietileno o neoprene. Hay que tratar de que esas personas no sufran nuevas exposiciones, porque las manifestaciones son cada vez más graves.” Máspero agrega que los antihistamínicos no son más que un paliativo, pero que hay estudios que indican que la alergia al látex podría tratarse con anticuerpos monoclonales.ß
COMUNIDAD
Historias solidarias
Cuando ayudar se convierte en una forma de existencia La organización Vida Solidaria realiza acciones de voluntariado en la villa 31 y en otros sitios para colaborar con los más vulnerables Teresa Zolezzi
FUNDACIÓN LA NACION
Convencidos de querer instalar la solidaridad como una forma de vida y crear una red de actividades para ayudar a otros, Pablo Fernández Álvarez y Silvia Carnevale se sumergieron en la realidad de la villa 31, uno de los asentamientos porteños más vulnerables. Tras contactarse con Guillermo Torres, más conocido dentro del barrio como el padre Willy, comenzaron a ofrecer el desayuno y dar apoyo escolar en la capilla Virgen de Guadalupe, dentro de la villa. A los pocos meses se sumaron tantos voluntarios que decidieron bautizar el proyecto como Vida Solidaria. “Arrancamos en febrero de 2014, hace 10 meses. Nunca había hecho nada social y tenía ganas de unir a mucha gente buena que conozco y que quiere tirar para un mismo lado. Lo que buscaba era reclutarlos y ponerlos a trabajar juntos. Pensé: «Algo positivo tiene que salir de todo esto»”, dice Pablo. Y no se equivocó. Hoy, Vida Solidaria posee más de 100 voluntarios. Divididos en grupos, visitan hospitales disfrazados de payasos, acompañan a adultos mayores en hogares, reparten ropa y bebidas calientes a personas en situación de calle, entre otras acciones. Este crecimiento también se plasmó territorialmente en otros sitios de la provincia de Buenos Aires y del país. “La realidad de la villa es que
casi 9 de cada 10 padres trabajan todo el día. Entonces, algunos chicos quedan al cuidado de sus hermanos; otros, expuestos a diferentes riegos en el pasillo del asentamiento, y también están los que permanecen encerrados en sus casas. Ninguna de esas opciones es buena”, dice el fundador de la ONG. Así que todos los sábados, a la mañana, los voluntarios ofrecen el desayuno y brindan apoyo escolar a 40 chicos. “Cuando apenas los conocimos, no nos sonreían y hablaban muy poco. El cambio en este corto tiempo es muy alentador. Antes, lo único que les interesaba era el desayuno y las peleas entre ellos eran constantes. Hoy, ya nos están esperando antes de que lleguemos, desayunan rápido y están ansiosos por abrir sus carpetas para empezar a trabajar. Además, el clima mejoró muchísimo; parece un colegio alemán”, agrega Silvia y ríe. Durante el apoyo escolar, los voluntarios también les enseñan hábitos de higiene. En fechas especiales, como el Día del Niño, sus cumpleaños o Navidad, siempre hay motivo para festejar. Este año, la ONG quiere recibir a 80 chicos. Están terminando de construir un segundo piso sobre la capilla para despertar el espíritu artístico y creativo de los pequeños con talleres de guitarra y educación plástica que se dictarán por la tarde. Otra de las actividades es “Alegrando almas”, en el pabellón de
internación de pediatría de los hospitales Rivadavia y Fernández. “Nos disfrazamos de payasos, con ropa de colores, pelucas, narices, globos; les llevamos juguetes, libros y revistas, que donan los colaboradores”, cuenta Silvia. También acompañan a las madres en los momentos difíciles. Otro grupo de voluntarios se reúne los viernes a la noche en la plaza del Congreso para acercarse a gente en situación de calle, conversar, compartir alimentos y entregarles frazadas y otras donaciones. Pablo siente gran satisfacción por el grupo humano de Vida Solidaria, que define como una pasión que lo atrae. “¿Por qué logramos sumar tantos voluntarios en tan poco tiempo? El argentino de por sí es solidario y tiene mucho para dar. Cuando la gente encuentra un canal sincero y transparente, da todo de lleno. Es muy movilizante cuando los voluntarios te agradecen y te dicen: «Me cambiaste la vida»”, cuenta. Como, por ejemplo, los voluntarios del Hogar San Camilo, de Pergamino (la ciudad natal de Silvia), que se juntan cada 15 días para acompañar a las personas mayores que allí viven, los entretienen y comparten conversaciones en amistosas rondas de mates. En este momento, Vida Solidaria necesita útiles escolares y utensilios de cocina. Quienes quieran colaborar o sumarse como voluntarios, pueden comunicarse al (011)1531062310 o
[email protected].ß
Ayúdenos a encontrarlos Niños Si sabe algo de estos chicos, comuníquese con MISSING CHILDREN por el 0800-333-5500 o visite www.missingchildren.org.ar
Adultos Comuníquese con el (011) 4450-8204 o www. personasperdidas.org.ar
JONATHAN BENíTEZ. 22 años. Falta desde el 26/8/14. Residencia: Mar del Plata
MAríA EugENiA villAfAñE. 33 años. Falta desde el 11/12/14 en la localidad de Canals, provincia de Córdoba
CArMEN rOsA gAlEAN. 16 años. Falta desde el 19/1/14. Residencia: Tartagal, Salta
CAMilA PErAlTA. 12 años. Falta desde el 23/12/14. Residencia: Mar de Ajó
Para dar una mano Máquinas de coser La Escuela Rural No. 6243 Gustavo M. Zuviría, en Ogilvie, provincia de Santa Fe, cuenta con una matrícula de 18 alumnos que pertenecen a familias de muy bajos recursos. Sus autoridades solicitan la donación de máquinas de coser en buen estado para utilizar en su taller de confección y arreglo de ropa. Quienes deseen ayudar, pueden comunicarse al teléfono (011) 4312-2500 interno 3215 , al (011) 4313-6275 o al correo electrónico a
[email protected]
Apoyo escolar La Fundación Más Ciudadanía promueve la cultura cívica, la participación y el compromiso ciudadano y la solidaridad social. Necesita voluntarios para trabajar un sábado por mes, de 12 a 19, como tutores de apoyo escolar para los chicos y los adolescentes de su programa de madrinas y padrinos en Adrogué. Comunicarse al (011) 4294-1858 los lunes, miércoles y viernes, de 14 a 18, a través del sitio online www.masciudadania.org.ar
Espacio para oficina La Asociación Civil Mascolor desarrolla propuestas participativas en distintos barrios de alta vulnerabilidad social, para fortalecer el compromiso de cada vecino en el mejoramiento de su vivienda. Solicita una oficina y/o un salón en préstamo o comodato, preferentemente en la zona norte del Gran Buenos Aires, para trasladar su sede. Quienes puedan colaborar, deben comunicarse con Diana a correo electrónico
[email protected]
¿Querés conocer otras formas de colaborar? Consultá los Clasificados Solidarios para donar y ser voluntario. Todos los días en el suplemento clasificados de tu diario y en www.hacercomunidad.org/dona