Al pulpo lo que es del pulpo POR ALICIA DE ARTEAGA De la Redacción de La Nacion
PAOLA SFERCO. Cuello, still de video
L
GABRIELA GOLDER. Loucos de amor, still de video, 2009
ta en Gachi Prieto aborda el pasado más contundente: el de aquellos que ya no están. A partir de una filmación realizada entre los años 30 y 40, hallada por azar en un placar familiar, la artista concibió una instalación en la que fotogramas ampliados, proyecciones, vestigios digitalizados de viejos formatos analógicos y objetos antiguos se convierten en una singular recreación de lo que ella denomina “la fragilidad de la pequeña memoria”. En esas evasivas cintas fílmicas, Magnin encontró a tíos y abuelos en gestos, movimientos, reuniones familiares y días de playa en una Mar del Plata extrañamente próxima. Sólo el día de la inauguración, gracias a un proyector de 16 mm facilitado por Hayrabet Alacahan, de Cineteca Vida, la filmación pudo proyectarse en su versión original, con su textura, sus saltos y el habitual traqueteo de aquellos equipos de proyección. El resto de los materiales son producto de la digitalización de esas mismas películas. Magnin editó ese producto “numérico”, seleccionó algunos fotogramas especialmente dotados de misterio –el rostro evanescente de su abuela, la silueta a contraluz de un tío, recortes superpuestos del mar–, los imprimió en planchas de duraclear (el material que se utiliza en las radiografías) y los colo-
có, para su exhibición, en antiguos visores de placas radiográficas. Todas estas imágenes están coloreadas digitalmente por decisión de la autora, interesada en dejar constancia de que hubo un traspaso de un soporte a otro: una apropiación que, inevitablemente, imprime tantas huellas como enigmas. De igual modo como lo hace el ejercicio de la memoria, esa arqueología construida a partir de indicios erráticos, cuyos mecanismos recrea la poética de Magnin. “Somos lo que somos, por el pasado que nos trasciende”, recuerda la artista. Como en un eco, las imágenes de la filmación recuperada, proyectadas sobre una plancha de contact esmerilado, atraviesan la vidriera de la galería y caminan, sonríen o se difuminan sobre los autos que pasan.
a agenda de actividades de agosto del Centro Cultural de España en Buenos Aires, conocido en el circuito como Cceba, lleva en la portada una foto tamaño natural del pulpo Paul, el pronosticador con más aciertos del último mundial, el que anticipó el triunfo de España en una final llena de emoción y goles, pasaporte a la Copa del Mundo del equipo de La Roja. Bien merece entonces una portada el pulpo, en un año doblemente importante para España en materia de intercambio y promoción de las artes, ya que ha destinado el mayor presupuesto de su gestión, aun en tiempos duros de crisis y desempleo, a la construcción de un espacio multidisciplinario en lo que fue la sede del Patronato de la Infancia, Padelai, en el corazón de San Telmo. Estará acondicionada para tal fin gracias a un proyecto internacional, ganado por concurso, del que pronto se tendrá noticias. Casi un contrapunto con el eterno y demorado Mamba de la avenida San Juan. El Ministerio de Asuntos Exteriores de España ha tendido un puente de plata con las actividades culturales de carácter federal, que tiene polos de promoción en Córdoba y en Rosario, donde la semana última expuso José Alberto López, el director de la revista Lápiz, decana de las publicaciones de artes visuales con base en Madrid y en la que por años colaboró con la claridad meridiana de sus textos Jorge López Anaya. Primero el ICI y ahora el Cceba han sido espacios legitimadores del arte en plena producción; basta recordar los tiempos de Carlos Alberdi, Pedro Molina y Tono Martínez, con la mirada alerta de Laura Buccelatto por el lado argentino. La última acción coordinada por Ricardo Jarne, gestor de lujo con madera de artista, es la muestra Efervescente, inaugurada la semana pasada en el Palais de Glace, con obras seleccionadas para los Premios Injuve (Instituto de la Juventud de España) y trabajos de artistas y diseñadores argentinos convocados por Rodrigo Alonso y Wustavo Quiroga para participar de los nuevos Premios Cceba, que se llevaron dos cordobeses: Luciano Burba e Ignacio Pilotto. La conjunción de artes visuales y diseño se vuelve cada día más vigente, es el camino por el que tiende a borrarse la delgada línea roja que separaba las disciplinas en función de clasificaciones anacrónicas. Las obras de los Premios Injuve son también un testimonio de la libertad creativa que la bonanza económica y el apoyo estatal a las artes habilitaron en la madre patria. Nuestros artistas, como lo demuestran las obras premiadas, poseen una dosis de talento mayúsculo digna de las salas del viejo Palacio de las Artes, que alguna vez fue una pista de patinaje. A su director, Oscar Smoje, y a Ricardo Jarne les corresponde su cuota de laureles en este empeño. © LA NACION
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FICHA. Inconsciente óptico, videos de Becca Albee, Gabriela Golder y Paola Sferco con curaduría de Leticia El Halli Obeid, en 713 Arte Contemporáneo (Defensa 713), hasta el 11 de septiembre. Timeline, de Carolina Magnin, en Gachi Prieto Gallery (Uriarte 1976), hasta pasado mañana
NATAN BURTA Y ALEJANDRO SANGUINETTI. Participaron de los Premios Cceba con sus bicicletas recicladas Monochrome
Sábado 21 de agosto de 2010 | adn | 25