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nos con hermanos y hermanas con herma - nas) y con una ben - dición de paz. .... Evangelical Press, 1983, p.55, respecto al can- tante de rock, Alice Cooper.
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Este librito no es para la venta Junta Directiva: Eugenio Heisey Duane Nisly Marcos Yoder Pablo Schrock Noé Schrock Antonio Valverde Jesús Villegas Sanford Yoder

Editor

CONTENIDO El jueves a las cinco de la tarde . .portada Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3 Más allá del protestantismo . . . . . . . . . . . Capítulo 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4 Palabras del anciano El amor de Dios . . . . . . . . . . . . . . . .14

Historia bíblica: Cinco panes y dos pececillos . . . . . . . .18

Duane Nisly

Circulación Randall Nisly

Sección para padres El llamado supremo La sumisión, lección 7b . . . . . . . . .15

Receta Cualquier correspondencia debe dirigirse a: La Antorcha de la Verdad Apartado Postal #15 Pital de San Carlos Costa Rica, C. A. Tel: (506) 2465-0017 Fax: (506) 2465-0018 [email protected]

Empanadas de carne . . . . . . . . . . . . . .24

Sección para jóvenes Un sacrificio que vale la pena Capítulo 20 . . . . . . . . . . . . . . . . . .23

Sección para niños El sueño de la niña . . . . . . . . . . . . . . . .30 Actividad para niños . . . . . . . . . . . . . .34 Cuanto más te conozco . . . . . .contraportada

LA ANTORCHA DE LA VERDAD se publica bimestralmente por Publicadora La Merced, ubicada en Santa Rita de Río Cuarto, Costa Rica. PUBLICADORA LA MERCED trabaja sin fines lucrativos para extender el evangelio, para propagar doctrina sana y bíblica de orientación anabaptista, y para presentar consejos para la vida cristiana práctica en América Latina. Si desea hacer una donación, la puede hacer por medio de un cheque en dólares estadounidenses a nombre de Asociación Servicios Cristianos Menonitas, o por medio de una transferencia internacional: (Asociación Servicios Cristianos Menonitas, cuenta #15201347000014732 en dólares estadounidenses. SWIFT: BCRICRSJ y/o UNIVERSAL ID019339, Banco de Costa Rica. San José, Costa Rica, entre Av. central y segunda, calles cuatro y seis.) Diseño de la portada: Randall Nisly Fotografía de la portada: Randall Nisly Imagen de reloj cortesía de pandpstock001 / freedigitalphotos.net

Estimado lector: Jesús enseñó unas verdades muy importantes en el Sermón del Monte. Parece que él quería aclarar muy bien quiénes en realidad son de él y quiénes no lo son. Son pocos, dice él, los que entran por la puerta estrecha (Mateo 7:14). No es fácil. Hay los que dicen ser porfetas pero el buen árbol se conoce por sus frutos (versículos 16-20). No entrarán todos los que dicen ser de él (versículos 21-23). Muchos dirán que son de él, pero oirán las palabras: “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. Después de predicarles muchas verdades y mandamientos, Jesús dice que la prueba viene a la hora de ponerlos por obra. No es el que oye solamente, sino el que oye y hace. Para demostrar esta verdad con más claridad, Jesús usa la historia que a muchos niños les ha fascinado, la parábola de los dos hombres que construyeron una casa. ¿Cuál es la verdad más valiosa que Jesús quiere declarar en esta historia? Algunos dirán que lo más importante es el fundamento sobre el que construimos la vida. ¿Tienen la razón? En esta historia, Jesús emplea comparaciones y contrastes. Había dos hombres, pero no eran iguales. Había dos sitios en donde se podía construir, pero muy distintos entre sí. Había dos casas, aparentemente iguales. Leemos de dos tempestades que también parecen muy iguales. Pero los resultados finales de estas dos tempestades eran muy distintos. ¿En qué consistió, pues, la diferencia entre los dos casos? Diríamos que en el fundamento, ¿verdad? Un hombre construyó sobre lo firme y el otro sobre lo movidizo. Jesús aclara bien qué marcó la diferencia entre estos dos. El primero que construyó es comparado al que oye las palabras de Jesús y las hace. El otro que construyó sobre la arena es semejante al que oye sus palabras, pero no las hace. Lo que marcó la diferencia fue acatar o no las enseñanzas y los mandamientos de Jesús. Los que oyen la Palabra de Dios pero no la obedecen, no entran por la puerta estrecha. Los que muestran frutos que no concuerdan con el carácter de Jesús, son los del árbol malo. Jesús desconoce a los que dicen: “Señor, Señor” pero no obedecieron su Palabra aunque la oyeron. Amigo, la obediencia o la falta de ella es lo que finalmente determinará nuestro destino. No es cosa leve. No podemos negociar con Dios en estos asuntos. Las enseñanzas de Jesús son para nosotros hoy, y seremos juzgados según hayamos hecho. ¿Es usted de los que oyen y hacen, amigo lector? Así tiene un fundamento firme que aguanta la tempestad. Pero si usted es de los que oyen pero no hacen, su vida es como la casa construida sobre la arena y grande será la ruina. Decida hoy oír y obedecer, para que su vida esté sobre lo firme y seguro.

Duane Nisly

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-1El ESTADO

LA CULTURA

LA TRADICIÓN

LA BIBLIA

¿Cuál es su autoridad final?

“Solo Scriptura” La Biblia es la autoridad final en la fe y la práctica. “Ahora sí. Se ve bastante mejor”, dijo la peluquera en el salón de belleza. Pero la muchacha en la silla, al ver su nueva apariencia en el espejo, empezó a llorar. Por primera vez en su vida se había cortado el cabello. Su conciencia le remordía. Recordó el pasaje bíblico de 4

Corintios 11:6-15 y reconoció que la mujer no debe cortarse el cabello. Pero por la enseñanza “actualizada” que ahora daban en su iglesia y a causa de la presión de la moda, ella cedió. Unos meses después, la joven se encontraba de nuevo en el salón de belleza. Esta vez, no hubo lágrimas. Ya se había acostumbrado. Ahora vivía bajo una nueva “autoridad”. *

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l cristiano es consciente de que Dios mismo es la autoridad suprema en el universo. Él nos ha hablado, y su Palabra establece la base para la vida cristiana. Cuando hay otras “voces” que lo contradicen, sabemos que “es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”(Hechos 5:29). La evidencia de una fe bíblica es la obediencia bíblica. Este principio es un cimiento fundamental de la iglesia de Cristo.

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¿Qué quiere decir “Solo Scriptura”? lo largo de la historia ha habido otras “autoridades” que han dirigido la vida de los llamados cristianos. Veamos algunas: Antes de la Reforma, la Biblia era un libro cerrado. El hombre de la Edad Media ignoraba las enseñanzas de la Biblia. Debido al analfabetismo y la escasez de Biblias, mucha gente vivía sujeta a la creencia y la interpretación de la iglesia romana. Así la iglesia mantuvo un control estricto sobre la población. El que tradujera o distribuyera la Biblia era enjuiciado. Los que salían de la iglesia “madre” para abrazar la fe bíblica, sufrían persecución y el martirio. En aquel entonces, la iglesia católica era la autoridad final para muchos. Y quien la desafiara, podía esperar sufrimiento o muerte. Sin embargo, en el siglo XVI comenzó un tiempo de grandes cambios. Hubo hambre de la Palabra de Dios. Tanto los campesinos

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como los eruditos empezaron a estudiar la Biblia. ¡Se dieron cuenta de la verdad! La expresión en el latín, “Solo Scriptura” (solamente las Escrituras) llegó a ser el lema de estos revolucionarios de la verdad. Comprendieron que la autoridad final eran las Escrituras y no el pontífice. El monje de Wittenberg, Martín Lutero, halló en la Biblia que la salvación es por la fe en Cristo Jesús, y no por los sacramentos de la iglesia romana. Por eso, Lutero fue excomulgado por el Papa. En su juicio en el año 1521, Lutero expresó su posición sobre la Palabra de Dios: “Si el emperador quiere una respuesta clara, yo la daré. Es imposible que yo renuncie a mi creencia a menos que pueda comprobar por el testimonio de la Escritura que estoy equivocado. Mi conciencia está sujeta a la Palabra de Dios. No es seguro ni honorable actuar en contra de la conciencia. Heme aquí. Así que Dios me salve, nada más puedo hacer.” En ese juicio, la autoridad final para Lutero fue “Solo Scriptura”. En la Biblia, Lutero encontró la enseñanza de no resistir a otros con armas ni con fuerza humana (Mateo 5:39). Él vio que la iglesia bíblica se compone de personas santas, convertidas, y transformadas por el Espíritu Santo, y que éstas forman una hermandad distinta de la sociedad (Hechos 2:42). También llegó a dudar del bautismo de infantes porque había aprendido que la fe debe venir antes del bautismo (Marcos 16:16). Pero algo sucedió. Martín Lutero no exigió que estas doctrinas se cumplieran en su iglesia. ¿Qué se lo impidió? El gobierno vio que las ideas de Lutero no cabían en su sistema de una iglesia territorial, es decir, una iglesia en la que todos los ciudadanos viven sujetos a la religión del estado. Finalmente, el reformador Lutero cedió y aceptó la autoridad del estado sobre la autoridad de la Biblia. Su iglesia quedó unida al gobierno de Alemania. Hoy día hay otras voces autoritarias que reclaman nuestra 6

atención y lealtad. Los dioses del deporte y las modas nos enseñan la deshonestidad y la desnudez. Y como títeres, la mayoría obedece a esas autoridades. Los cosméticos y la joyería se enseñorean de las personas. ¿Quién puede resistir a esos dioses y seguir sólo la Biblia? ¿Qué debemos hacer cuando nuestra cultura exige algo que contradice a la Escritura? Escuchemos las palabras de Jesús: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Para vivir de esta Palabra, tenemos que obedecerla.

¿Letra muerta o Espíritu vivo? uizás alguien razonará: “Nosotros no vivimos por la ley, sino por el Espíritu. Sabemos que la letra mata, mas el Espíritu vivifica.” Es cierto. Pero es un gran error separar el Espíritu de Dios de su Palabra. Jesús dijo: “Las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida” ( Juan 6:63). La Biblia es obra de inspiración divina. Dios sopló su aliento santo en hombres piadosos, los cuales hablaron y escribieron (2 Pedro 1:21). Lo que tenemos ahora es la Palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo; y la Palabra y el Espíritu siempre están de acuerdo. Nadie conoce la voluntad de Dios si no conoce su Palabra. El apóstol Pedro declaró que la Escritura es “la palabra profética más segura”; es más segura que visiones, revelaciones, sueños, y experiencias personales (2 Pedro 1:19). El santo mensaje del Evangelio no es una letra muerta, sino la vida misma de Dios. Nadie puede tener el Espíritu de Dios y al mismo tiempo desobedecer su Palabra (Hechos 5:32).

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La obediencia o el legalismo a fe viva es una fe que obedece. “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció...” (Hebreos 11:8). Pero, alguien dirá: “¿No es el enfoque en la obediencia lo que nos lleva al legalismo?” Claro que no. Un escritor dijo así: “La iglesia está en la cumbre de la apostasía

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cuando dice que la obediencia es legalismo”. ¿Por qué? Porque la fe cristiana es una fe que obra... que obra por amor (Gálatas 5:6). Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” ( Juan 14:15). Lo que hacemos por amor, jamás puede convertirse en una mera conformidad externa. En los ejemplos bíblicos, vemos que la obediencia era el resultado de temer a Dios. ¿Por qué colgó Rahab el cordón rojo de su ventana? ¿No era un ridículo hacer tal cosa? No. Ella creyó, y movida por temor, obedeció. ¿Fue eso una obediencia legalista? ¡Fue más bien una obediencia salvadora! Los israelitas aplicaron la sangre sobre los dos postes y el dintel de la puerta de la casa. Obedecieron al pie de la letra el mandato de Dios. Por eso, se salvaron cuando pasó el heridor por la tierra de Egipto. Naamán nunca habría sido curado de su lepra si no se hubiera lavado siete veces en el río Jordán. Tres veces o seis veces no hubieran sido suficientes, ni lavarse en otro río como el río Éufrates. Sólo por medio de la obediencia hasta en los más mínimos detalles del mandato podía ser sanado. Pero hoy tenemos un motivo aun más noble de obedecer. Conocemos a Dios como nuestro Padre celestial. Con amor y fe respondemos a él y su Santa Palabra. El que permanece en amor está lleno de gozo ( Juan 15:10-11). Si permanecemos en el amor de Dios, nunca caeremos en el legalismo. “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3).

¿A cuál autoridad nos vamos a sujetar? ué vamos a hacer con las enseñanzas claras de la Biblia que son contrarias a la corriente de la cultura y la moda? ¿A quién debemos obedecer? Notemos unos puntos prácticos: la joyería, el velo de la mujer cristiana, los litigios, y el ósculo santo. ¡Qué contraste hay entre el plan de Dios y las tradiciones del

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¿Cuál es la aplicación suya? Citas bíblicas

El tema

Aplicación de la Aplicación de la cultura moderna iglesia bíblica

“Vuestro atavío no sea el La joyería externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos” (1 Pedro 3:3).

Usar joyería, cosméticos, y gastar en lujos. Peinados a la moda. Usar anillo de boda.

No usar ninguna joyería (ni anillo de boda), ni cosméticos, ni visitar la sala de belleza.

“Porque si la mujer no se El velo de la cubre, que se corte mujer cristambién el cabello; y si le tiana es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra” (1 Corintios 11:6 con 10,13,15-16).

El cabello corto o descubierto de la mujer es un símbolo de los derechos de la mujer y de su menosprecio del plan de Dios.

La mujer cristiana no se corta el cabello, sino que cubre su cabeza con el velo que simboliza su aceptación del plan de Dios.

“¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?” (1 Corintios 6:1).

Los litigios

Llevar un caso a juicio. Defender derechos y usar la ley civil para incumplir obligaciones por declararse en bancarrota. Participar en un jurado. Demandar a otro por daños y perjuicios.

Sufrir el mal en vez de pelear por los derechos. No llevar casos a juicio ni participar en jurados. Tratar de arreglar asuntos afuera de la corte. Estar dispuesto a sufrir perjuicios.

“ Saludaos unos a otros con ósculo de amor. Paz sea con todos vosotros los que esáis en Jesucristo. Amén” ( 1 Pedro 5:14; Romanos 16:16; 1 Tesalonicenses 5:26).

El ósculo santo

Cambiar el beso por un apretón de manos o un fuerte abrazo. Saludarse las mujeres con los hombres con abrazos o besos.

Saludar a los hermanos en Cristo con un ósculo santo (hermanos con hermanos y hermanas con hermanas) y con una bendición de paz. Practicar el beso en santidad y sin sensualidad.

mundo! Claramente se ve la diferencia entre la gloria de los hombres (lo que el hombre busca) y la gloria de Dios ( Juan 12:43). Jesús preguntó: “¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?” ( Juan 5:44). Por esta razón son pocos los que siguen los mandamientos de la Biblia como su autoridad final. Por otra parte, ¡qué bendición encuentran los que obedecen a Dios antes que a los hombres! Ése es el secreto de una fe viva y fuerte. Necesitamos avivar nuestro amor a Dios de tal manera que estemos dispuestos a obedecer “todas las cosas” que él nos ha mandado (Mateo 28:20).

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E L JUEVES A LAS CINCO DE LA TARDE a enfermera con un modo profesional parecía decir: “Queremos su dinero”. —No se preocupen —decía la enfermera—. El feto todavía no se ha formado. En esta etapa del embarazo, el útero contiene únicamente una masa de tejidos ensangrentados; eso es todo. Nos encontrábamos en el estado de Florida de Estados Unidos, en una de las nuevas clínicas de aborto. Mi esposa y yo habíamos decidido investigar la posibilidad de un aborto. Este primer embarazo de mi esposa había llegado en un momento inoportuno. No estábamos preparados para tomar los roles de padre y madre. Ambos nos habíamos entregado a nuestros respectivos empleos, y el trabajo se había convertido en un estilo de vida para nosotros. Tal era nuestra devoción a nuestra carrera que la idea de tener hijos tendría que esperar. Primero había que lograr otras metas, como la casa con que soñábamos. En cuanto al aborto inducido, estábamos un tanto divididos. Yo mismo no estaba muy cómodo con el aborto, pero trataba de verlo con una mente abierta. Mi esposa no sabía nada de lo que se conoce como el derecho del bebé a la vida. Por lo tanto, ella veía el aborto inducido más o menos como un proceso anticonceptivo. La cuestión del aborto inducido en esos días había alcanzado proporciones de primera plana en Estados Unidos. Dos frentes luchaban, cada uno por probar su punto de vista. Unos alegaban a favor del aborto inducido pagado por el estado para madres de bajos recursos. Otros condenaban el aborto como infanticidio legal. Mientras se libraba esta batalla de opiniones, mi

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E L JUEVES A LAS CINCO DE LA TARDE esposa y yo nos encontrábamos frente a una decisión. Y las únicas bases con que encontrábamos eran nuestra conciencia y la opinión popular. En medio de este conflicto de opiniones públicas, yo veía el asunto desde un punto de vista mucho más personal. Según la ley, dentro de tres semanas tendríamos el derecho de realizar un aborto inducido en una clínica privada. A medida que se acercaba la fecha, la idea de matar a un bebé antes de nacer se volvía cada vez más real para nosotros. Por una parte, éramos asediados por amigos que hablaban en contra de cometer tal homicidio. Por otra, se nos decía que solamente se trataba de un sencillo procedimiento de la extracción de material del útero. Estábamos convencidos de que no contábamos con los recursos económicos necesarios para asumir los gastos que vendrían con un niño. Además, ninguno de los dos estábamos en condiciones emocionales de asumir la responsabilidad de padre o madre. Así que, fijamos la fecha pero no sin una cierta inquietud desconcertante. —El jueves a las cinco de la tarde —nos informó la enfermera. Para ella no era más que una rutina—. Sería bueno que la señora sacara uno o dos días libres. Los días se volvieron interminables antes de la cita. Hablábamos muy poco del tema. Evitábamos el tema del aborto en nuestras pocas conversaciones. Revivir el tema sólo servía para intensificar nuestra agonía, y cuanto menos se hablara del asunto, mejor. La decisión que habíamos tomado, después de muchas conjeturas, era una decisión en conjunto. No queríamos hablar más del asunto. El jueves amaneció con cielo despejado y nosotros iniciamos el día 11

E L JUEVES A LAS CINCO DE LA TARDE como de costumbre. Ambos partimos con destino a nuestros respectivos trabajos. Habíamos pedido permiso para salir temprano. “Tenemos que atender unos asuntos urgentes”, fue la excusa. De mal humor, nos aplicamos a nuestras labores, esperando fervientemente que el día transcurriera rápidamente. No podíamos esperar a que llegara la hora de la cita. Para el alivio de ambos, la hora señalada llegó. ������������������������� Unos tres años después estuvimos viendo unas fotografías impactantes. La “masa de tejidos ensangrentados” de la que tanto nos habían hablado se veía en aquellas fotografías… sólo que algo no encajaba. Del puño de carne humana, roja y medio machacada, salían brazos y manitas diminutas. Cada manita estaba completa, con los deditos perfectamente formados. Las piernas y los brazos eran visibles en medio de la masa sangrienta. Las fotografías correspondían a niños abortados en condiciones totalmente legales. Cuando vimos esas fotografías, no pudimos contener las lágrimas. Nadie nos había contado toda la verdad… mucho menos aquellos que de manera profesional nos brindaron “asistencia” en la 12

E L JUEVES A LAS CINCO DE LA TARDE clínica de abortos. Sencillamente, nunca lo supimos… Cuánta gratitud nos inundó cuando pusimos a un lado las fotografías para contemplar a nuestra pequeña hija rubia de ojos azules. Qué bello recordar que ese jueves a las 4:30 p.m., casi tres años atrás, mi esposa y yo habíamos cancelado la cita en la clínica de aborto. Peter W. Morris

������������������������� Comparemos el gozo de esta pareja con la culpa espantosa que cargan aquellos que deliberadamente le han arrebatado la vida a su bebé en el vientre. Considere el asombro del salmista por la manera tan íntima e intrincada en que Dios forma y une las delicadas partes del cuerpo del bebé, desde la concepción hasta el nacimiento. “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo. De cierto, oh Dios, harás morir al impío; apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios” (Salmo 139:13-19). ¿Cómo se explicara ese gran interés de Dios por los niños aun antes de nacer si no fuera por el propósito eterno que tiene para cada uno de ellos? Traducido del tratado Thursday at 5:00 P.M. Usado con permiso de: Christian Light Publications, Inc. Harrisonburg, Virginia, EE.UU.

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Palabras del anciano

Sanford Yoder

EL AMOR DE DIOS 1 Juan 4:9-21 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). “Sonríe, Dios te ama”. Así reza el refrán popular. Es muy cierto ese refrán, pero ¿cuántos entendemos en realidad el amor de Dios? El amor de Dios es, sin duda, una de las realidades más mal entendidas y más mal enseñadas. Pocos saben vivir el amor de Dios en la vida práctica. Muchos han sido engañados por falsas explicaciones de lo que es el amor de Dios, creyendo que Dios hará caso omiso a sus pecados por el gran amor que nos tiene. Hay dos verdades bíblicas que a primera vista nos parecen contradictorias: “Dios es amor” (1 Juan 4:16) y “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Hebreos 10:31). Sencillamente, no hay ninguna imperfección en el amor de Dios, y su santidad también es totalmente perfecta. ¿Cómo podemos conciliar estas dos verdades? Por la Palabra de Dios, entendemos que la santidad de Dios es intransigente. Él no transige su santidad sólo para acomodarnos en su reino. Lo vemos claramente en Génesis capítulo 3, cuando Dios expulsó a Adán y Eva del huerto de Edén por haber pecado contra él. No había lugar para negociar con Dios por la desobediencia. Notamos lo mismo cuando los dos sacerdotes ofrecieron fuego extraño en el altar y fueron consumidos por el fuego de Dios (Levítico 10). Dios ni siquiera permitió que el padre de los jóvenes guardara luto por la muerte de sus hijos. Y lo notamos también en el caso de Coré y sus compañeros cuando se rebelaron contra la autoridad de Moisés y Aarón. Dios no pudo aceptar ese irrespeto a sus siervos. La tierra se abrió y se tragó a los rebeldes con sus familias. Nuestro Dios, perfecto en santidad, no puede tolerar el pecado. “Sed santos, porque yo soy santo”, dice Dios (1 Pedro 1:16). “Seguíd la … santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Para entender bien lo grandioso que es el amor de Dios, es necesario entender algo de su santidad. Él no permite el pecado en su santa presencia. Y tras entender su gran santidad, podemos apreciar más el gran amor que él tuvo por nosotros al punto de proporcionarnos una salida de nuestra condición pecaminosa. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4:9). Qué maravilloso es el amor de Dios… aún siendo enemigos, él nos mostró tan grande amor.

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El llamado supremo Lección 7b La sumisión 1 Samuel 15:22-23 “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación...”

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Observaciones: Número 5 ~ La rebelión es una obra de Satanás. Satanás es el autor de la rebelión. Él deseaba el trono de Dios y quería ser como el Altísimo. Desde entonces se ha ocupado en fomentar la rebelión e incitar a cada generación a desobedecer los mandamientos de Dios. En la escritura anterior, Samuel reprende a Saúl por su desobediencia, y declara: “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.” Cuando hacemos las cosas a nuestra manera, nos unimos a las fuerzas del principal instigador a la rebelión contra la autoridad de Dios que es Satanás. La rebelión en el corazón del hombre le abre las puertas al diablo para que pueda llevar a cabo su programa. La gente que no hace caso a la autoridad le da rienda suelta a Satanás. Como resultado, surge toda clase de pecados. Es por ello que la música rock ha tenido tal impacto en nuestra cultura. Ha sido música de protesta, música que descaradamente desprecia las reglas, las costumbres establecidas, y la autoridad. Embriagados por la música rock, millones de adolescentes han desechado la autoridad de sus padres, de la policía, y de los pastores. Su rebeldía los ha conducido a las drogas, a la inmoralidad sexual, a la violencia... y finalmente al ocultismo. No es por casualidad que los símbolos satánicos y los mensajes oscuros abundan en tal música, porque es música que refleja el carácter de Satanás. Jim Steinman, del conjunto de rock Meat Loaf dijo: “No hay duda de que existen conexiones con el satanismo y el ocultismo en el mundo del rock.” Por otra parte, Mick Jones, del grupo The Clash añadió: “Ciertamente existe algún círculo mágico en la música rock. Lo hemos encontrado en suficientes ocasiones como para estar seguros de ello.” 2

Número 6 ~ El espíritu independiente a menudo cubre su rebeldía y desobediencia con buenas intenciones. Samuel reprendió a Saúl por haber desobedecido. Saúl respondió diciendo que él había obedecido al Señor. Y era cierto que había obedecido en parte. Pero aquella obediencia parcial no pudo ocultar al rey Pop Goes the Gospel, escrito por Jan Blanchard, Evangelical Press, 1983, p.55, respecto al cantante de rock, Alice Cooper. 2

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Agag y al gran rebaño de animales que Saúl no había destruido. Saúl recurrió entonces a un pretexto: sus buenas intenciones. Dijo que había perdonado la vida de los animales para ofrecer sacrificios al Señor. Como esto tampoco sirvió para convencer a Samuel, Saúl le echó la culpa al pueblo. Pero el Señor reprendió a Saúl en su desobediencia hasta que por fin Saúl dijo: “Yo he pecado.” Desdichadamente, Saúl no se arrepintió, y a partir de ese momento su vida fue cuesta abajo. La vida de Saúl muestra varias características del espíritu independiente: a. Omitir o pasar por alto a las personas bajo cuya autoridad Dios lo ha puesto. b. Querer el mando, y sentirse agraviado si tiene que dar cuenta a otros. c. Alterar las órdenes para acomodarlas a sus intereses personales. d. Usar pretextos o tácticas para echarles la culpa a otras personas cuando se le pide cuenta de sus hechos. e. Dar órdenes a los demás, pero negarse a recibirlas. f. Resistirse cuando Dios lo reprende por haber desobedecido. g. Ser duro con aquellos que están bajo su autoridad. e Preguntas de estudio e 1. Lea en 1 Samuel 15 la historia que culminó con la reprimenda de Samuel en el versículo 22. ¿Qué se le dijo a Saúl que hiciera? ¿Qué hizo Saúl? ¿Qué le dijo Dios a Samuel? ¿Qué fue lo primero que le dijo Saúl a Samuel? 2. ¿Quién es el autor de la rebelión? 3. ¿Por qué representa la rebelión una ofensa tan grande contra Dios? 4. ¿Qué sucede cuando las personas se rebelan contra la autoridad? 5. Describa los vínculos que hay entre la música rock y la rebeldía. Mencione algunas formas en que los jóvenes demostraron su rebeldía con el advenimiento del rock. 6. ¿Qué conexión existe entre la música rock y el ocultismo? Examine las (sigue en la página 20)

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HISTORIA CINCO CINCOPANES PANESYY Jesús les dijo a sus discípulos: —Busquemos un lugar tranquilo para descansar un rato. —Él acababa de oír que habían matado a su amigo, Juan el Bautista. Ahora deseaba estar un rato a solas. Pero mucha gente quería ver a Jesús y no lo dejaban estar solo. Lo siguieron hasta hallarlo de nuevo. Él corazón de Jesús se conmovió al ver a los hombres, a las mujeres, y a los niños que se apiñaban a su alrededor. Eran como ovejas sin pastor. Pronto el lugar se llenó de gente para escuchar las palabras de Jesús. Después de algunas horas, los discípulos vieron que ya el sol se ponía. Toda la gente allí reunida estaba muy lejos de sus hogares. —Envía a la gente a la casa —le dijeron a Jesús—. Pronto oscurecerá y no han comido nada durante todo el día. —¿Cuánta gente hay? —preguntó Jesús. —Hay 5.000 hombres, además de las mujeres y los niños —le informaron los discípulos. —¿Por qué no les dan ustedes de comer? —En seguida se volvió hacia Felipe y le preguntó—: ¿Dónde podremos comprar pan para alimentar a toda esta gente? En ese momento llegó Andrés y dijo: —Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes y dos pececillos. Él con mucho gusto los compartiría. Jesús ya sabía lo que iba a hacer. Él sabía que el muchacho tenía comida, y había planeado un milagro maravilloso. Entonces les dijo a los discípulos: —Dividan a la gente en grupos de 50 y de 100. —Toda la multitud se sentó sobre la hierba en grupos ordenados. Jesús miró al cielo y bendijo los cinco panes y los dos peces. Después los partió y se los dio a los discípulos. Luego ellos los repartieron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse. —Recojan las sobras para que nada se desperdicie —dijo Jesús. Los discípulos obedecieron, y recogieron 12 cestas de sobras. ¡Qué gran milagro! Habían tenido sólo cinco panes y dos peces. ¿Hace Jesús milagros tan maravillosos hoy día? ¿Se preocupa él por ti? ¿Estás dispuesto a darle todo lo que tienes para que otros puedan ser bendecidos? Mateo 14:13-21; Marcos 6:30-44; Lucas 9:10-17; Juan 6:1-14 18

BÍBLICA DOS DOSPECECILLOS PECECILLOS

Un muchacho comparte con Jesús sus panes y peces.

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). 1. ¿Cuántos panes y pececillos tenía el muchacho? 2. ¿Hubo suficiente comida para la gente? 3. ¿Cuántas cestas de sobras recogieron? Usado con permiso de: Christian Aid Ministries, Berlin, Ohio Del libro: 101 Historias Bíblicas Favoritas © 1994

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tres declaraciones que han hecho los mismos músicos del rock con respecto a la música que ellos producen. (Una aparece en la introducción.) ¿Qué concluimos? 7. ¿Cuáles fueron los pretextos que usó Saúl para justificar su desobediencia al Señor? ¿Cómo sabemos que Saúl no se arrepintió a pesar de que reconoció su error? 8. Busque citas bíblicas de la vida de Saúl que demuestran cada una de las características del espíritu independiente. 9. Escriba siete características del espíritu sumiso a diferencia de las siete del espíritu independiente. Mateo 8:8-10 “Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.”

Observación: Número 7 ~ El que desea tener buen éxito al ejercer su autoridad, debe respetar a la autoridad sobre él. El centurión comprendió un concepto muy importante con respecto al cargo que desempeñaba: él estaba bajo la autoridad romana. La mayoría de la gente hubiera visto al centurión como un hombre con autoridad y no bajo autoridad. El centurión, sin embargo, era consciente de que sus órdenes a sus criados debían estar de acuerdo con la ley romana. En ese caso, todo el poder y la autoridad de la ley romana respaldaban esas órdenes. La lealtad y el respeto que demostraba a su autoridad le daban a él perfecta libertad para ejercer su autoridad como centurión. El centurión aplicó este concepto a Jesús. Él creía que Jesús tenía autoridad para sanar, por el hecho de estar perfectamente bajo la 20

autoridad de Dios. Para Jesús decirle a una enfermedad o a los demonios “Id” (Mateo 8:32) no era más difícil que para el centurión decirle a uno de sus soldados “Ve” (Mateo 8:9). Como el centurión se sintió indigno de recibir a Jesús en su casa, le pidió simplemente que ejerciera su autoridad de la misma forma en que lo haría él como centurión. Así como todo el poder de Roma respaldaba las órdenes del centurión, todo el poder del cielo respaldaba las órdenes de Jesús. Jesús elogió al centurión por su fe sencilla en la autoridad de Jesús. Por eso sanó al siervo con sólo dar una orden. La autoridad de Jesús, así como la del centurión, fue el resultado de estar perfectamente bajo la autoridad. e Preguntas de estudio e 1. ¿Cuál fue el problema que se le presentó al centurión? (Léase el contexto.) 2. ¿Qué le pidió a Jesús? 3. ¿Por qué no quiso él que Jesús fuera a su casa? 4. ¿Cómo se describió a sí mismo el centurión? ¿De qué manera comparó su propia autoridad con la de Jesús? 5. ¿Por qué se maravilló Jesús? ¿Cómo se demostró la fe del centurión? 6. Describa con sus propias palabras los conceptos del centurión acerca de la autoridad. 7. Utilice una concordancia y busque pasajes bíblicos donde Jesús afirmó que todo lo que él hacía en la tierra lo hacía en completa obediencia a su Padre. Jesús decía y hacía solamente lo que su Padre le indicaba. (En el evangelio de Juan aparecen varias de estas afirmaciones.) ¿Qué podemos aprender de esto, con relación a los principios de autoridad demostrados por el centurión?

(continuará en el siguiente número)

—John Coblentz Usado con permiso de: Christian Light Publications, Inc. Harrisonburg, Virginia, EE.UU. Derechos reservados

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½ kg de harina 100 gramos de manteca derretida 1 taza de agua

1 cucharadita de sal 1 cucharadita de jugo de limón Carne cocida, picada, y condimentada

Sobre la mesa mezclar la harina y la sal. Abrir un espacio en el centro, echar la manteca derretida y el jugo de limón. Amasar esos ingredientes con los dedos mientras se va agregando el agua, hasta lograr una masa suave. Dejar descansar la masa unos 30 minutos. Extender la masa sobre la mesa hasta que quede en una capa delgada y con la ayuda de un objeto cortante o un molde, formar los discos de 10 cm de diámetro. Rellenar cada disco con la carne picada, doblarlo a la mitad, unir los bordes y sellarlo, y hornear durante 45 minutos.

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UN SACRIFICIO QUE VALE LA PENA Colonia nueve C[pítulo 20 —¡Formen! —la orden resonó más ruda y más fría que jamás había oído en mis años en la cárcel. Me encontraba en Colonia Nueve. Las historias de las condiciones horrorosas de esta cárcel abundaban. Según podía ver, eran ciertas. Mi segundo periodo en la cárcel había terminado. Yo había cumplido esa segunda sentencia de cinco años, pero no me habían liberado. En vez de ello, me sentenciaron a dos años más por los mismos cargos. Luego me llevaron a Colonia Nueve donde tendría que esperar hasta que me trasladaran a una cárcel permanente. 23

Nos encontrábamos en el sótano. Otros nueve reos y yo formamos una fila a lo largo del pasillo de un blanco deslumbrante. Nos paramos mirando hacia la pared, a pocos centímetros de su brillo extremo. ”¡Levanten las manos! —el grito produjo resultados instantáneos; todos colocamos los brazos sobre la cabeza. ”¡No toquen la pared! —algún desafortunado debe de haber apoyado sus brazos contra la pared. Yo me encogía mientras oía los golpes sordos de la porra que daba contra la espalda de aquel desdichado. Se oía al oficial Sleichkov que caminaba con pasos grandes y seguros para allá y para acá. Sus pasos deliberados resonaban sobre el piso de concreto. Yo había oído de él. Sleichkov era un oficial de alto rango de la KGB, y no lo era sin razón. Él infundía terror en el corazón de muchas personas. ”Diez reos destinados a una celda miserable y putrefacta —dijo en burla—. Debemos prepararlos para lo que será su futuro. ”Leeré las reglas —continuó, e hizo una pausa—. Den dos pasos hacia atrás. Apoyen las manos contra la pared. No se muevan. Otro juego. Un juego para ver quién cumpliría y quién sería tan tonto como para seguir sus propias reglas. Yo me moví hacia atrás y luego apoye las manos contra la pared. ”¡Abran las piernas! —al abrir las piernas, quedábamos más vulnerables. Luego, con gran pompa y ceremonia, el oficial Sleichkov empezó a leer las reglas de la cárcel. No eran reglas muy distintas de las de cualquier otra cárcel en la que yo hubiera estado. Las palabras eran conocidas. Él nos decía exactamente lo que podíamos hacer y lo que no podíamos hacer. ”Ahora, todos los que voluntariamente aceptan estas reglas, apártense de la pared y vayan a la oficina a firmar de que ustedes aceptan las reglas. Al hacerlo, estarán reconociendo que son culpables de los crímenes de los que han sido acusados, y aceptarán cualquier castigo que el estado les asigne. La prueba estaba una vez más delante de mí. ¿Qué podía hacer? Todos los reos tenían que reconocer que eran culpables de los cargos 24

en su contra. Con toda buena conciencia, yo sabía que yo no era culpable de espionaje contra el gobierno, ni de incitar una insurrección contra los líderes. Esos crímenes habían sido incluidos en los cargos que se me imputaban. Oí un arrastrar de pies a medida que varios reos se alejaban. Yo continué en mi postura incómoda contra la pared. Giré mi ojo bueno y logré ver que había otros dos todavía contra la pared. ”Ajá, tenemos unos cuantos atrevidos que quieren inventar sus propias reglas —el oficial Sleichkov habló con desprecio mientras empezaba a pasearse detrás de nosotros. Yo oía el ruido de su porra que giraba en el aire—. Quiere decir que ustedes no están de acuerdo con mis estipulaciones. Ustedes quieren hacer las cosas a su manera. —Señor —una voz habló a mi lado. Noté que era un hombre joven—. Señor, yo quisiera hablarle, pero no puedo hacerlo en esta posición. Mis brazos se están hinchando... ¡Ay, yo tenía compasión de ese joven inexperto! Sólo el hecho de hablarle a un oficial cuando no se le está pidiendo que lo haga era un error grave. Y pedir un favor en ese momento sin duda traería consecuencias horribles. Estaba en lo cierto. Con un rugido, el oficial Sleichkov apareció detrás del joven y empezó a golpearlo en toda la espalda y las piernas descubiertas. Con un quejido, el joven se desplomó del dolor. El oficial continuó golpeándolo sin misericordia aun en el piso. Entre maldiciones y gritos, Sleichkov lo pateó en el estómago con sus botas. La golpiza continuó a lo largo de todo un minuto. —¡Llévenselo! Oí que arrastraban al joven herido y golpeado, por el pasillo. Sus gemidos resonaban por la cárcel. ”Todavía quedan dos aquí —el oficial respiraba con dificultad, jadeando después de golpear al joven—. ¿Ustedes no están de acuerdo con mis reglas? Yo no dije nada. El otro hombre guardó silencio también. El oficial Sleichkov seguía jadeando. Finalmente, se acercó al otro hombre. 25

—¡Ven conmigo! —le ordenó bruscamente. Yo oí los pasos de ambos cuando se alejaban. El otro hombre era un agente secreto. Lo supe cuando oí que se alejaban. Ese hombre no caminaba como reo. Sus pasos eran seguros, sin indicios de temor. Cuando uno ha estado un buen tiempo en la cárcel, aprende a diferenciar esas cosas. La manera de caminar es distinta entre reos y guardias o visitantes. El oficial Sleichkov regresó. Parado justo detrás de mí, empezó a hablar lenta y cruelmente. ”Así que, todavía tenemos uno aquí que rehúsa someterse. Mis brazos estaban dormidos. Yo obligaba la mente a pensar en otra cosa que no fuera el dolor que me bajaba por las piernas. ”¿Qué estás esperando, que venga tu Dios a rescatarte? —Sleichkov lanzó la pregunta abruptamente y cargada de burla. No podía oír a nadie más en el pasillo. Supuse que estábamos solos. Yo sabía que sería fácil para el oficial colocar su pistola detrás de mi cabeza y jalar el gatillo. No había testigos. Ese tipo de cosa sucedía todo el tiempo. ¿Estaba yo preparado para morir? De inmediato pensé en el cielo. “Padre en los cielos” —oré en silencio—, me presento delante de ti únicamente por la sangre preciosa de tu Hijo que fue derramada por mí en la cruz. Nada que yo haya hecho puede prepararme para encontrarme contigo junto al trono del juicio. Encomiendo mi espíritu en tus manos en el nombre de mi Salvador, Jesucristo. ”Ven conmigo —la orden del oficial me penetró hasta la mente como si viniera a través de un largo túnel. Lentamente me aparté de la pared y bajé los brazos. Sentí como si muchas agujas me penetraran los brazos cuando la sangre empezó a correr por las venas. Con pasos torpes, caminé por el corredor detrás de Sleichkov. Él entró en una oficina y yo lo seguí. Los giros de su porra llamaron mi atención. Sus movimientos constantes la hacían cobrar vida. Decidí mirar en otra dirección, y permanecí de pie, a la espera. El oficial se sentó detrás de su escritorio. Entre gruñidos me dijo: ”Sal de aquí, luego entra y preséntate adecuadamente, como un reo 26

debe presentarse delante de su superior. Arrastré los pies hasta fuera de la oficina y me quedé en el pasillo. La puerta se cerró por sí sola. Permanecí afuera, orando a Dios por fuerza. Yo sabía lo que el oficial quería. Él quería que yo entrara y le hiciera el saludo como a un superior, y le dijera que estaba a la espera de que él me diera mi sentencia. Algo me dijo que no lo hiciera. Yo no era culpable de los crímenes que se me imputaban, y sencillamente no podía aceptar que era un insurgente. Una luz roja sobre la puerta empezó a parpadear. Un guardia corrió por el pasillo y entró en la oficina. En un instante, salió. —El oficial te está esperando —me regañó. Entré y de nuevo me paré en medio de la oficina. —Aquí estoy, señor —dije. De repente, Sleichkov sonrió. No era una sonrisa amistosa. Yo Mikhail escribiendo cartas desde la cárcel había oído de otros reos que las sonrisas del oficial Sleichkov no eran amistosas. Más bien, significaban que algo terrible iba a suceder. Por lo tanto, su sonrisa, en vez de animarme, me hizo temer. —Tú has venido a esta cárcel a imponer tus reglas —empezó a decir—. No firmas los documentos. No saludas adecuadamente a tus superiores — blandiendo su porra, empezó a caminar en círculos alrededor de mí, estudiando cada parte de mi cuerpo. De nuevo, creí que me iba a golpear. No creía que nada pudiera salvarme esta vez. Sleichkov empezó a maldecir mientras caminaba, sin dejar de blandir 27

su porra brutal. De repente, apareció en frente de mi cara y gritó: —¡Habla! ¡Di algo! Yo no tenía ni la mínima idea qué decir. ¿Qué podía decirle a un hombre enloquecido? Sin embargo, las palabras empezaron a salir en tropel. —Bueno, hay muchos osos que pueden ser amaestrados. Los adiestran para que hagan piruetas y actúen como su domador lo quiera. Esos osos se convierten en animales inferiores, dejan de ser osos. El oficial dejó de pasearse y me miró directamente a los ojos. Yo sonreí ligeramente y continué: ”Yo no soy uno de esos osos. Sleichkov ladeó la cabeza cuando el significado de lo que yo había dicho penetró en su mente. —Di eso de nuevo —ordenó, obviamente sorprendido. —Yo no soy un oso de los que se rebajan hasta la condición de simple animal. Yo no soy un oso al que se pueda amaestrar de esa Vestnik Istiny, la revista distribuida entre los manera. creyentes que fue motivo de ánimo para las iglesias. En realidad, En esta revista se encontraron las cartas que Mikhail escribió a sus hijos desde la cárcel. no sé por qué utilicé esta alegoría. Algo dentro de mí puso en mi mente estos pensamientos. Además, yo quería que el oficial tuviera que descifrar lo que yo estaba diciendo. Continué: ”En el circo hay muchos osos amaestrados. Ellos pueden andar en bicicleta, caminar sobre una cuerda, y hacer toda clase de trucos con 28

pelotas. Aun les enseñan a boxear con sus domadores. ”A la vez, yo entiendo que los domadores solamente utilizan ciertas razas de osos. Algunas razas nunca pueden ser amaestradas porque no pierden su identidad. Siguen siendo osos. ”Lo que quiero decir es que yo no soy un oso que pueda ser amaestrado por el gobierno para pensar cómo el gobierno quiera, o actuar como me digan que actúe. Yo soy una persona. Yo tengo que vivir según la conciencia que Dios me ha dado, aunque ahora estoy en su poder en esta cárcel. Sin embargo, solamente mi cuerpo está en su poder. ¡Mi espíritu está libre! Una vez más, Sleichkov empezó a caminar a mi alrededor. Esta vez no estaba blandiendo su porra. —Umm. Un oso que no puede ser amaestrado. ¡Un oso con un espíritu libre! De repente, la entrevista había terminado. Sleichkov presionó un botón en su escritorio y el guardia apareció. —Llévalo al hoyo —ordenó el oficial bruscamente a la vez que nos indicaba con la mano que saliéramos. (continuará en el siguiente número)

—Harvey Yoder Usado con permiso de: TGS Internacional Berlin, Ohio, EE.UU. Derechos reservados

Respuestas: Actividad para niños

1. escudriña, entiende 2. prueba 3. examina, conoce, entiende 4. escudriña, da 5. corazón, intento

6. mente, corazón 7. pensamientos, caminos 8. mente, corazón 9. corazón, lo que mira el hombre 29

El sueño de la niña Habíase una vez una niña que tuvo un sueño. Se lo contó a un amigo: Soñé que iba a la escuela. De pronto, al pasar por la plaza, noté que había muchas personas allí. Andaban de acá para allá. Pregunté por qué había tanta actividad. Una muchacha me contestó: —¿No te das cuenta? Es el día de medir. Un ángel del Señor ha venido para medir cuánto ha crecido nuestra alma desde la última vez que vino. —¿El día de medir? ¡Medir el alma! Nunca he oído de ese día. —Comencé a hacerle más preguntas, pero la muchacha siguió su camino con prisa. Poco tiempo después, yo misma me dejé llevar a la plaza por el gentío. En el centro de la plaza había un olmo verde. Debajo del árbol 30

había un trono y en el trono un ser glorioso y hermoso. Tenía alas blancas. La ropa era de un blanco reluciente. En el rostro se veía que era un ser muy bondadoso. pero también parecía muy serio. Junto al ángel había una vara de oro. La vara estaba fija en el suelo. De arriba hasta abajo tenía marcas extrañas. Encima de la vara, había un rollo dorado con estas palabras: ‘La medida del hombre perfecto’. El ángel tenía en la mano un libro grande. Allí apuntaba la medida de cada persona que en su turno se presentaba delante de él. Algo maravilloso sucedía al instante en que cada uno tocaba la vara de oro. La extraña vara medía con gran exactitud. Cada persona se encogía o se estiraba para dar con la verdadera estatura. La vara medía su estatura espiritual. De manera misteriosa, se podía ver claramente cuánto había crecido el alma de cada persona. Yo no conocía a los primeros que se midieron. Pronto llamaron a Eliza. Ella dirigía la sociedad ‘Socorro para los destituidos’. También

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dirige otras sociedades. Yo me imaginé que Eliza había crecido mucho. Pero cuando ella tocó la vara, al instante se encogió, y siguió encogiéndose. El ángel habló muy seriamente del caso: —Ésta sería un alma de gran estatura. Pero su deseo de hacer las obras que más se ven le impidieron el desarrollo de lo que no se ve. Ella no creció en humildad, confianza, y paciencia en las pruebas diarias. Para que el alma crezca perfectamente, también es necesario crecer en lo que no se ve.’ Eliza se veía triste y sorprendida. Le tenía lástima cuando se apartó para que otro se midiera . Ahora le tocó a doña Betsy, la costurera. Era pobre, delgada y bajita. Pero ¡cuánto me sorprendió cuando Betsy se paró junto a la vara! De inmediato creció tanto que la marca quedó muy arriba. Me pareció que era la marca más alta. Betsy tenía el rostro radiante, como si reflejara el resplandor del ángel. El ángel le mostró una sonrisa gloriosa. Tuve envidia de la mujer pobre y bajita que antes había menospreciado. El ángel escribió en el libro y dijo: —’Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos’. En seguida le tocó a la señorita Lilian. Ella se viste con tanto lujo que muchas veces he deseado tener la ropa y el dinero que tiene ella. La medida de Lilian resultó muy baja. El ángel miró con tristeza su medida. Lilian se puso pálida como la muerte. Ahora nadie notó su ropa espléndida porque, frente al manto reluciente del ángel no se veía tan espléndida. En tono solemne el ángel dijo: —¡Ay, hija! ¿Por qué te afanas por el vestido? Que tu atavío no sea el externo de vestidos lujosos, sino el ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Ahora le tocó al señor Josías, el zapatero anciano. El pobre de Josías, muy anciano y con aspecto desarreglado, se aceró al trono. Al acercarse el ancianito, el rostro del ángel resplandeció. Lo condujo a la vara. ¿Cual fue la sorpresa? ¡Josías medía más que todos! La voz del ángel resonó: —’El que se humilla será exaltado.’

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Después… ¡ay, me llamaron a mí! Tanto temblaba que apenas logré acercarme al ángel. Él me abrazó y me ayudó a pararme junto a la vara. La toqué y al instante sentí que me encogía. Me estiré y me esforcé por verme alta; llegué a la marca de la señorita Lilian. Lilian, la que tenía la medida más baja. Me enrojecí de la pena. En voz baja le dije al ángel: —¡Ay! Deme otra oportunidad antes de apuntarme con una medida tan baja. Enséñeme a crecer. Lo haré con gusto. No apuntes esa medida. El ángel meneó la cabeza tristemente: —Hay que apuntar la medida exacta, hija. Que seas más alta cuando yo vuelva la próxima vez. Esta regla te ayudará: ‘Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, con sencillez de corazón, como a Cristo.’ Tras esas palabras me deshice en lágrimas. Me desperté de pronto, llorando. Pero nunca olvidaré ese sueño por la vergüenza que tuve por haber alcanzado una medida tan baja. —De Stories I Love to Tell —Compilado por Gladys Mary Talbot —Moody Press

Nota de la redacción: La historia anterior no es una indicación de cómo sucede en la realidad. A la vez, nos enseña que lo que el hombre considera importante muchas veces no es lo importante para Dios.

VERSÍCULO DE MEMORIA “Jehová no mira lo que mira el hombre…Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7). 33

Actividad para nin˜os Lee cuidadosamente los siguientes versículos.

“Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos” (1 Crónicas 28:9). “El Dios justo prueba la mente y el corazón” (Salmo 7:9). “Jehová, tú me has examinado y conocido…has entendido desde lejos mis pensamientos…todos mis caminos te son conocidos” (Salmo 139:1-3). “Yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras” (Apocalipsis 2:23). Llena cada renglón con una palabra que diga lo que hace Dios.

1. 1 Crónicas 28:9 _______________

___________________

2. Salmo 7:9 ____________________ 3. Salmo 139:1-3 _________ ____________

_____________

4. Apocalipsis 2:23 ____________ _______________ Llena cada renglón con una palabra que diga lo que ve Dios en nosotros.

5. 1 Crónicas 28:9 ______________ _______________ 6. Salmo 7:9 ______________

_____________

7. Salmo139:1-3 ______________ _______________ 8. Apocalipsis 2:23 __________

_____________

9. Según el versículo de memoria, Dios mira el ________________. Él no mira ________________. 34 (Las respuestas se encuentran en la página 29.)

Q

uien sólo vive para sí, está muerto para los demás. Pu\lio Siro

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Cuanto más te conozco Cuanto más te conozco, Más me decepciono de mí. Cuanto más te conozco, Más errores me encuentro. Cuanto más te conozco, Más pequeño me siento. Cuanto más te conozco, Más descubierta queda mi alma. Cuanto más te conozco, Más quiero conocerte. Cuanto más te conozco, Más quiero imitarte. Cuanto más te conozco, Más te amo, Señor. Cuanto más te conozco, Más te necesito. Gloria E. Romero Lozano Colombia

“Tenemos ... la palabra ... a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro...” (2 Pedro 1:19).