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llamaba Menno Simons cuyo lema era: “Porque nadie ... “I should not believe the Gospel unless I were moved to do so by the authority of the Cat- holic Church.”.
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Este librito no es para la venta Junta Directiva: Eugenio Heisey Duane Nisly Marcos Yoder Pablo Schrock Noé Schrock Antonio Valverde Jesús Villegas Sanford Yoder

Editor

CONTENIDO La venganza de Ko . . . . . . . . . . . .portada Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3 Más allá del protestantismo . . . . . . . . . .4 Palabras del anciano La libertad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9

Historia bíblica: Un paralítico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18

Duane Nisly

Circulación Randall Nisly

Sección para padres El llamado supremo La sumisión, lección 7a . . . . . . . . .15

Receta Cualquier correspondencia debe dirigirse a: La Antorcha de la Verdad Apartado Postal #15 Pital de San Carlos Costa Rica, C. A. Tel: (506) 2465-0017 Fax: (506) 2465-0018 [email protected]

Pastel de piña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .24

Sección para jóvenes Un sacrificio que vale la pena Capítulo 19b . . . . . . . . . . . . . . . . .25

Sección para niños El dólar de oro . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30 Actividad para niños . . . . . . . . . . . . . .34 Te ofrezco . . . . . . . . . . . . . . . . .contraportada

LA ANTORCHA DE LA VERDAD se publica bimestralmente por Publicadora La Merced, ubicada en Santa Rita de Río Cuarto, Costa Rica. PUBLICADORA LA MERCED trabaja sin fines lucrativos para extender el evangelio, para propagar doctrina sana y bíblica de orientación anabaptista, y para presentar consejos para la vida cristiana práctica en América Latina. Si desea hacer una donación, la puede hacer por medio de un cheque en dólares estadounidenses a nombre de Asociación Servicios Cristianos Menonitas, o por medio de una transferencia internacional: (Asociación Servicios Cristianos Menonitas, cuenta #15201347000014732 en dólares estadounidenses. SWIFT: BCRICRSJ y/o UNIVERSAL ID019339, Banco de Costa Rica. San José, Costa Rica, entre Av. central y segunda, calles cuatro y seis.) Diseño de la portada: Randall Nisly

Estimado lector: Publicadora La Merced, casa publicadora de esta revista, se ha dedicado a la publicación de literatura cristiana por más de 25 años. Ha sido la meta de los publicadores propagar doctrina sana y bíblica de orientación anabaptista. A través de los años, muchas personas han indagado sobre la línea teológica del anabaptismo, queriendo así entender mejor nuestras creencias y prácticas. El movimiento anabaptista nació en Suiza, en el tiempo de la Reforma del siglo 16. Los primeros anabaptistas habían sido discípulos del reformador Ulrico Zuinglio. Sin embargo, tanto Zuinglio como otros reformadores no estaban dispuestos a defender una separación total de la iglesia y el estado, ni tampoco procuraron restaurar por completo las enseñanzas de Jesús y los apóstoles como guía doctrinal y regla para la vida práctica de los creyentes. Ante dicha situación, los antiguos discípulos de Zuinglio optaron por apartarse y empezar un movimiento propio. Esta decisión trajo sobre ellos persecuciones intensas, tanto a manos de la Iglesia Católica como de las iglesias reformadas. Muchos murieron por su fe, incluso a manos de sus “hermanos” protestantes. Los anabaptistas, por su parte, se apegaron a la enseñanza de Jesús de amar a los enemigos y devolverles el bien por el mal. Por lo tanto, sufrieron la persecución antes que defender sus vidas y bienes con la fuerza. La pequeña rama de “disidentes”, como los llamaban los reformadores, nunca cautivó a las masas, pero hasta el día de hoy cuenta con un remanente fiel a la Palabra de Dios. A la vez, los hijos del anabaptismo se han diversificado en extremo, y muchos se han desviado de las verdades que los fundadores defendieron aun con el martirio. Las presiones de la sociedad de hoy siguen causando una gran apostasía entre muchos descendientes del anabaptismo. Este número de la Antorcha de la Verdad contiene una introducción a una serie de enseñanzas que hace resaltar las doctrinas bíblicas y las características de los verdaderos anabaptistas, defendidas por ellos durante casi 500 años, desde su nacimiento hasta el presente. Estas enseñanzas distintivas las publicamos en 1995. Después las compilamos en un libro que también tenemos disponible. Es el deseo de los editores presentar nuevamente estas enseñanzas. Esperamos que esta serie de artículos pueda traer luz sobre lo que Dios espera de su iglesia, la iglesia peregrina. Lo invitamos a responder con sus preguntas o comentarios. ¡Que Dios lo colme de bendiciones!

Duane Nisly

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Prólogo oy día hay dos clases de cristianos. Los dos grupos dicen ser salvos por la obra de Jesucristo en la cruz del Calvario. Los dos aseguran ser el pueblo de Dios, y los dos esperan ir al cielo. Pero hay diferencias muy importantes entre los dos grupos. A primera vista, uno de los grupos se destaca por su apariencia tan distinta al otro. Y al ver más de cerca, nos damos cuenta de que no sólo en apariencia es distinto. Los que componen este grupo tienen otra manera de pensar y otros valores.

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Para ellos, lo eterno y lo espiritual tienen más importancia que las cosas de este mundo. Es por eso que son distintos en tantos otros aspectos. Su modo de relacionarse con otros es distinto. No se jactan, ni se defienden. Son humildes, serviciales, y desinteresados. Rechazan las modas del mundo. No les interesa el deporte, ni se involucran en la política. Le dan mucha importancia a la familia. Ellos mismos se encargan de dar la enseñanza académica a sus hijos en lugar de permitir que el gobierno lo haga. Trabajan unidos en

familia y en sus congregaciones. Son tan distintos que muchos los ven como un espectáculo extraño. Algunas personas se interesan en averiguar sus costumbres y prácticas tan distintas. Sin embargo, no saben que esas distinciones se deben a sus creencias distintas. Son distintos porque abrazan valores y doctrinas distintos. Y algo aun más importante; estas distinciones son el resultado de su amor a Jesús y su respeto por la Biblia. Sus creencias y prácticas se basan en la misma Biblia que usan los demás grupos religiosos. Ahora bien, si es la misma Biblia, ¿por qué es tan distinto lo que practican? El hermano Eugenio nos dice de dónde vienen esas distinciones. Nos explica que estos cristianos distintos son así por su manera de pensar. A la vez, su manera de pensar se basa en doctrinas bíblicas que hoy día muchos religiosos no respetan. Ellos toman muy en serio lo que la Biblia

dice y lo aplican rigurosamente; por eso son distintos. El hermano Eugenio nos explica la manera en que distintos hombres y grupos del pasado han recibido la Biblia y cómo aplicaron sus enseñanzas. También nos muestra los efectos que eso ha tenido hasta el día de hoy. Este estudio nos ayuda a entender y evaluar nuestras creencias por medio de compararlas con la Palabra de Dios. Hoy día muchos se limitan a lo que su denominación ha dicho a lo largo de los años. No se preocupan por evaluar o comparar con la Biblia las doctrinas de su denominación. Muchos que se dicen cristianos no viven según las enseñanzas de Cristo. Este estudio es un llamado a volver a lo que Cristo nos ordena en la Biblia. La redacción (Publicadora La Merced)

“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en

Introducción (En búsqueda de la iglesia peregrina)

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la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:1920). Con estas palabras potentes y sencillas, Jesús definió en términos básicos lo que constituye su iglesia, la iglesia peregrina. Un estudio breve de los versículos 15 a 20 nos revela que una iglesia bíblica es: • Una iglesia visible; unos hermanos congregados en un lugar • Una iglesia voluntaria; una hermandad de redimidos, comprometidos y unidos en la fe común de Cristo, que se han puesto de acuerdo y se reúnen • Una iglesia espiritual; lo hacen en el nombre de Jesús y por su Espíritu • Una iglesia cristocéntrica; una hermandad que sigue el ejemplo de la vida de Cristo, y pone por obra su mensaje por medio del poder de su Espíritu con una visión de evangelizar al mundo • Una iglesia pura; una hermandad apartada de la maldad, del mundo, y de la religión vacía (15-18) • Una iglesia disciplinada; una hermandad que excluye de la congregación el pecado y el pecador no 6

arrepentido El propósito de este libro es destacar las doctrinas fundamentales que siempre han distinguido a esta iglesia de Cristo de la religión popular de la mayoría. A través de la historia se han visto expresiones de esta iglesia voluntaria y visible. Por cierto, no fue un fenómeno de la Reforma. En realidad, la Reforma no la produjo. Por el contrario, estos grupos de creyentes que creían en la Biblia y ponían por obra sus enseñanzas, eran conocidos entre los reformadores como “la iglesia rival”. Los reformadores buscaban cualquier oportunidad para extinguir la luz de su testimonio. En realidad, la “iglesia” de la Reforma fue un híbrido, un género que resultó de la unión del estado civil con el sacerdocio religioso. Y como híbrido, no manifestaba el poder y la pureza de la iglesia apostólica. ¿Por qué la Reforma no constituyó una restauración de la iglesia apostólica? Para contestar esta pregunta, debemos tomar en cuenta el concepto de la iglesia que tenían los reformadores, un concepto que tomaron prestado de Agustín, un padre de la iglesia (354-430 A .D.). Para este obispo de África del Norte, la iglesia era católica (universal y

única... sin rival), territorial, sacramental, y una cosa más: “invisible”. Agustín formuló su doctrina de la iglesia durante su conflicto con un grupo “rival” que se llamaban donatistas. Este grupo insistía en que la iglesia de Cristo es santa y que esta santidad consistía en la santidad de los miembros y de los líderes. Según los donatistas, los sacramentos administrados por oficiales apóstatas no tenían validez. Además, los donatistas sólo admitían en la iglesia a los que aceptaban la misma fe y el mismo compromiso. Esto lógicamente formó una división en la “iglesia universal”, la católica. Los argumentos que Agustín usó en contra de los donatistas han perdurado hasta el día de hoy entre las iglesias protestantes. La santidad, según Agustín, no consiste en la vida pura de los miembros sino en el propósito santo de la iglesia. Según él, el sacramento de la iglesia imparte “gracia” que salva a los comulgantes. Él también creía que la iglesia tiene el poder de “cristianizar” a la población bajo su dominio. Para él, ningún grupo “rival” puede ser una “iglesia”. Agustín dijo: “No creería yo el evangelio a menos que fuera movido a hacerlo por la autoridad de la Iglesia Católica”.1 Es decir, Agus-

tín con esto declaraba que la piedad y la fe de los rivales no tenían ningún valor porque, según él, no hay salvación fuera de la Iglesia Católica. Después de ver esta posición, entendemos por qué Agustín aprobó el uso de la fuerza para “evangelizar” y exterminar a los “herejes”. Fue así como Agustín le abrió la puerta a la persecución y a la Inquisición, la invención más horrenda de la Iglesia Católica. La Reforma le debe a Agustín la doctrina de la predestinación, una “herramienta” muy útil para la iglesia territorial2 porque siempre mantiene “invisibles” a los que, de entre la muchedumbre, son en verdad fieles creyentes en Jesús. Vemos en Agustín a una persona celosa por Dios, lo que se evidencia en sus famosas palabras: “Tú nos has hecho para ti mismo, oh Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que repose en ti”.3 Sin embargo, la doctrina que él trazó se convirtió en el fundamento de la iglesia “católica” de toda la Edad Media. Sobre ese mismo fundamento se extendieron los reformadores Lutero, Zwinglio, Knox, y Calvino. Reconocemos también el esfuerzo de los reformadores que trataron de corregir abusos, dogmas erróneos, y violaciones notorias de 7

las Escrituras que clamaban por un cambio. Pero sabemos que hay una diferencia grande entre “reformar” algo intrínsecamente falso y “restaurar” el plan original y bíblico de la iglesia de Cristo Jesús. La Reforma intentó reformar a la iglesia. La iglesia “rival” siguió con el reto de buscar y restaurar el plan original de la iglesia, y esto al gran precio del destierro y del martirio. Había un exsacerdote de los Países Bajos, que se llamaba Menno Simons cuyo lema era: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios 3:11). Vemos en este lema una

distinción fundamental entre la Reforma y las hermandades bíblicas que componían la iglesia “rival”. Queremos definir estas distinciones doctrinales en siete áreas específicas. El deseo del autor es que todavía hoy y dondequiera que se encuentren corazones sinceros, se vuelva al modelo bíblico y se levante el testimonio de Jesucristo entre “los congregados en su nombre”. Así seguirá la marcha de la iglesia peregrina hasta el día en que su peregrinaje termine en la casa del Padre. —D. Eugenio Heisey

Contenido del libro 1. Solo scriptura 2. ¿Es plana la Biblia? 3. El Sermón del Monte 4. Los dos reinos

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5. ¿Cuál es la cruz de la Biblia? 6. La hermandad de comprometidos 7. La regla de Cristo

Citado por el Papa Juan Pablo II en 1986, celebrando el 1600º aniversario de la conversión de Agustín. “I should not believe the Gospel unless I were moved to do so by the authority of the Catholic Church.” 2Aquí queremos dar a conocer el término “iglesia territorial”. Cuando un dado territorio y su gobierno aceptaban una religión, la iglesia de tal lugar pasaba a ser una iglesia territorial. Todos los habitantes del territorio eran obligados a aceptar la fe oficial del gobierno. Había lugares donde el gobierno pasó de católico a protestante y luego volvió a ser católico. Cada vez que esto ocurría, los habitantes también eran obligados a cambiar conforme a la religión del estado. 3Confesiones de Agustín, año 400

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Palabras del anciano

Sanford Yoder

LA LIBERTAD Gálatas 5:1

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o tengo un encierro grande para un perro que tengo. El encierro es grande porque el perro es grande. Recientemente decidí meter en el mismo encierro unas gallinas ponedoras. Les puse alimento, agua, y unas cajitas dónde poner los huevos. El encierro para el perro es hecho de una malla ganadera. Como no es hecha para detener animales pequeños, las gallinas podían salir del encierro y entrar en él con facilidad. Y así hicieron por un tiempo. Lo interesante es que con el tiempo dejaron de salir aunque bien podían hacerlo. Ahora están contentas en su encierro porque allí tienen todo lo que necesitan. Tienen alimento, agua, y protección. Están satisfechas y contentas en su encierro y han renunciado a la libertad de andar fuera de la cerca (las limitaciones) que les puse. En la vida cristiana somos llamados a la libertad en Cristo. Es una entrega voluntaria a las restricciones y las leyes de Cristo para el bien y la libertad de nuestra vida. Vivir en esa libertad produce contentamiento y satisfacción porque ya no somos esclavos del pecado y de su poder sobre nosotros. La libertad en Cristo trae paz aun en las situaciones difíciles de la vida. Recientemente un joven que se había entregado a Jesús fue desafiado por un incrédulo acerca de su nueva vida: —Le tengo lástima por la decisión que ha tomado. Usted ya no puede disfrutar de los placeres de la vida. No puede ir al cine ni a los bailes. Pobrecito, le han quitado la libertad. Pero el joven cristiano le contestó con toda humildad: —Lo siento, pero usted está muy equivocado. Yo ya no quiero participar en esas cosas. Estoy contento con esta nueva vida. Ahora soy libre de la esclavitud del pecado y me regocijo en la libertad que tengo de amar y servir a mi Dios. Tenemos mucha razón de regocijarnos en el Señor. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6). ¡Alabado sea Dios por esa libertad preciosa que tenemos en él!

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36). 9

L A VENGANZA DE K O quella tarde de primavera, las muchas voces airadas no dejaban de gritar afuera de la casa. Ko, un joven de 15 años, se escondía dentro de la casa de sus padres, temblando de miedo. “¿Cómo pueden cambiar las cosas tan repentinamente?” pensó Ko al recordar los trágicos eventos. “¿Sería esto sólo una horrible pesadilla de la cual me despertaré en cualquier momento?” Ese mismo día por la mañana, el joven Ko estaba trabajando con otros trabajadores en el campo del señor Kim, cortando pasto para hacer heno. Se detuvieron para descansar. Hacía calor, y Ko se había quitado el sombrero para aventarse el rostro sudado. Lo que no se imaginaba era que el color pálido de su rostro hacía resaltar una mancha de piel seca encima de los ojos. Sí sabía que había algo extraño en la cara, pues

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L A VENGANZA DE K O últimamente lo sentía cuando lo tocaba con las manos. Pero no lo había visto, pues su familia era pobre y no contaba con un espejo en casa. Lo que fuera, había aparecido hacía poco, y Ko creía que se trataba de una quemadura del sol. De pronto, los demás trabajadores se retiraban de Ko como asustados. “¿Por qué se retiran todos de mí como si me tuvieran miedo?” pensó Ko. Sintió escalofríos a pesar del gran calor que hacía. “¿Qué será lo que sucede?” —¡Leproso! —escupió en seguida un compañero de trabajo de Ko. Ahora Ko entendió. De pronto los compañeros de Ko cogieron piedras para lanzarle y le gritaron insolencias. Ko corrió hacia su casa a todo dar. Necesitaba llegar a casa, a la casa de sus padres. Quizá allí encontraría la seguridad. No se le ocurrió que no lo aceptarían en su propia casa. En el país de Corea, no se tarda mucho en juntar una turba cuando sucede algo extraño. Pronto se oía que la gente gritaba enfurecida alrededor de la pequeña casa. Ko temblaba detrás de la puerta mientras su familia se escondía en el otro aposento. Al parecer, la familia temía tanto a Ko como a la multitud que gritaba afuera. Sólo su madre, con los brazos extendidos, suplicaba con lágrimas a favor de él. Pero los de la familia no le permitieron acercarse a su hijo. —¡Entréguenlo! ¡Échenlo afuera! —Ahora se oían las voces que gritaban cada vez más fuerte. Las piedras empezaron a dar contra la puerta. —No voy a salir —dijo Ko con voz temblorosa—. No voy a salir. Me matarán. —Hijo mío —se oyó la voz fría y despiadada de su padre. Ko nunca lo había oído hablar así—. Tienes que salir. Tú pones a toda la familia en peligro. Quemarán la casa si tú no sales. —¡Ay, Papá! —suplicó el joven, llorando—.¿ A dónde puedo ir? —¿Dónde van los leprosos? —preguntó su papá con aire serio, 11

L A VENGANZA DE K O mientras la mamá lloraba más fuerte que nunca. El estruendo que causaba la gritería de la gente era tan grande que ya no se oía lo que le decían dentro de la casa. De pronto se oyó un fuerte golpe contra la puerta y las bisagras empezaron a ceder. —¡Fuera, hijo, corre! —gritó el padre en un momento en que el ruido de afuera disminuyó un poco. Casi enloquecido por la angustia, Ko abrió la puerta rápidamente y salió corriendo. El gentío alarmado abrió paso para el joven. El muchacho oía gritos y maldiciones por todos lados. —¡Llévenlo al río! ¡Que se ahogue el leproso! —gritaron unos. Otros le lanzaron piedras, y navajas. Pero nadie quería acercarse a Ko y mucho menos tocarlo. Ko corrió como nunca había corrido. Huía sin rumbo, sin saber lo que estaba haciendo. Su único pensamiento era alejarse de la gente. ¿Qué podría hacer? ¿Qué le esperaba? Había llegado a ser un marginado. Nadie lo quería. No era más que un muerto en vida. f f f f f f f f f Ya habían pasado tres años desde que aquella multitud loca había sacado a Ko de la casa y de la aldea. En la puerta del hospital de los leprosos, en una ciudad ubicada a unos 120 kilómetros de la aldea de Ko, el médico se estaba despidiendo del joven. —Qué bueno, Ko, ya podrás volver a la casa —comentó el médico mientras le daba la mano. —Sí, señor —le respondió Ko—. Llevo este certificado que dice que estoy curado por completo, y creo que con eso me aceptarán. Ustedes han hecho cosas maravillosas por mí en este lugar. Nunca podré agradecerles como se lo merecen. —El caso tuyo se trató a tiempo —explicó el médico—. Y el

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L A VENGANZA DE K O tratamiento surtió efecto de manera excelente. Por dicha llegaste aquí a tiempo. —Me parece increíble la manera en que Dios me dirigió a este lugar —respondió Ko—. Si no hubiera sido por mi encuentro con aquel leproso sanado que me contó de este lugar, y el dinero que él me regaló para poder llegar, yo habría muerto. Yo estaba sin comida y en una situación tan desesperada. ”Fue la mano de Dios que me guió hasta aquí —siguió diciendo con reverencia—. Y aun mejor que la cura para la lepra que encontré aquí es lo que aprendí de Dios. —Que no se te olvide contarles a los demás acerca de Dios —añadió el médico. —Ah, no. No se me olvidará. Pero siento que tengo muy poco conocimiento de Dios para enseñar a otros —respondió Ko, un tanto desanimado—. Si tan sólo tuviera a alguien que me podría enseñar más. —¿Quieres que envíe a un evangelista a tu aldea? –preguntó el médico. Con una sonrisa de alivio, el joven contestó: —¿Me haría usted ese favor? ¡Eso sería una maravilla! Yo le ayudaré a ese evangelista en todo lo que pueda. —Puedes esperarlo para el otro mes —le respondió el médico mientras se despedían con gran afecto. Unos pocos días después, el joven Ko, bien vestido y sano, llegó a su aldea. Nadie lo conocía. Se acercó a su casa y llamó a la puerta. La muchacha que abrió la puerta se inclinó respetuosamente. No reconoció a su hermano. La familia ya se preparaba para almorzar en el momento en que Ko entró en la casa. La mamá estaba sirviendo la sopa. Pero cuando vio al joven, soltó un gritó y bajó la olla. Corrió a recibir a su hijo y lo abrazó. —¡Es Ko; es Ko! —exclamaba ella.

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L A VENGANZA DE K O —Por favor, miren esto –empezó a decir Ko—. El médico del hospital de leprosos me dio esta hoja. Ya no hay ningún peligro. Estoy sano. Qué feliz estaba la familia aquel día. Ko se mostró amable con todos a pesar de la manera en que lo habían tratado cuando lo echaron de la casa. Y mientras comían, le apretaba la mano de su madre cada vez que ella lo atendía. Ella era la única que no le había tenido miedo antes de su salida. Que gran amor sentía por ella. La familia de Ko y los vecinos al principio trataron a Ko con cierta cautela. Pero por fin se convencieron de que si realmente estaba sano. Ko se mostró amigable con ellos y nunca mencionó las piedras y las navajas que le habían tirado. Él les dijo: —Fue en el hospital de Jesús donde me curaron. —¿Quién es ese Jesús? —preguntaron algunos. —Pronto vendrá un predicador que nos enseñará acerca de Jesús. Aunque no sé mucho de él, sí les puedo decir que fue Jesús que me sanó. Yo lo sirvo de todo corazón, y lo amaré el resto de mi vida. Aquello resultó en la formación de una pequeña iglesia en esa aldea… un pequeño grupo de creyentes llenos de entusiasmo. Pero como uno de ellos dijo: —No fue el predicador el que me convenció de creer en Jesús, aunque él era una buena persona. Fue Ko, el que habíamos echado de la aldea con violencia. Cuando volvió, nos perdonó y nos contó de Jesús, que lo había sanado a él, y eso me convenció. ”Cuando una persona recibe este tipo de trato violento y cruel, por lo general responde con venganza en cuanto pueda hacerlo. Pero Ko nos mostró la ley del amor en Jesús. Su respuesta fue traernos las Buenas Nuevas en lugar de devolver mal por mal. ¡Ésa fue su venganza! Así es Jesús, que perdonó a sus enemigos. Creo en Jesús por el ejemplo de Ko. LWW Tomado de The Gospel for the Youth

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El llamado supremo Lección 7a La sumisión Introducción Hace algunos años, un famoso cantante de rock dijo con respecto a la música rock: “Para mí, la idea detrás de todo esto es la rebelión. Lo peor en el mundo para mí es eso de la autoridad.”1 Existe un marcado contraste entre esta actitud y la que mostró Jesucristo durante su adolescencia: “Y descendió con ellos [sus padres], y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos... Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:51-52). Pop Goes the Gospel, escrito por John Blanchard, Evangelical Press, 1983, p. .55, respecto al cantante de rock, Alice Cooper

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En esta lección nos centraremos en la importancia de la sumisión. Pero se nos hace casi imposible abordar este tema sin tomar en cuenta algunos de los focos principales de rebelión que predominan hoy día. Puesto que la música es una expresión del alma, no fue por casualidad que la música rock nació de una generación que se alzó en protestas. Dicha música gira alrededor de ciertos temas: primeramente la rebeldía y el sexo; y luego el ocultismo. Además, no es ninguna coincidencia que la música rock y sus variantes continúen siendo una de las principales causas de conflicto entre los jóvenes y sus padres. La crisis de autoridad en nuestra sociedad es grande y tiene implicaciones enormes. No queremos hacer un estudio completo de la rebelión que caracteriza nuestra sociedad moderna, pero sería sabio adquirir un cierto conocimiento de ésta mientras escudriñamos lo que dice la Biblia.

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Cuestionario personal e

1. ¿Cómo es su relación con sus padres? ¿Es diferente ahora de lo que era antes? Si han habido cambios, ¿a qué se deben? ¿Existen algunos aspectos de su vida en los cuales usted no vive según los consejos que le dan sus padres? De ser así, ¿cuáles son? 2. ¿Cómo es su relación con Dios? ¿Se siente cercano a él? ¿Ve usted un crecimiento en su vida espiritual? 3. ¿Ha tenido usted algunos conflictos con sus padres acerca de la música que escucha? De ser así, ¿sobre qué han sido esos conflictos? ¿El tipo de música, el volumen, o la cantidad de tiempo que pasa escuchándola? 4. ¿Ha tenido usted algún roce con el ocultismo? Si su respuesta es afirmativa, ¿está seguro de que ha sido liberado por completo de esa influencia? 5. ¿Cómo es su relación con sus pastores? ¿Se siente libre de hablar y consultar con ellos? De no ser así, ¿cuáles son las razones? 6. ¿Hay formas en las que usted deliberadamente desobedece las leyes civiles, las leyes de tránsito, los reglamentos sobre la cacería, o las leyes sobre el pago de impuestos, etc.? En tal caso, ¿cuáles son esas situaciones? ¿De qué manera justifica usted su comportamiento?

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Enseñanzas de la Biblia sobre el tema e Romanos 13:1-2 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las 16

que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” Éxodo 22:28 “No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.” Deuteronomio 17:12-13 “Yel hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová tu Dios, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de Israel. Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerá.”

Observaciones: Número 1 ~ Toda autoridad proviene de Dios. Estos versículos se refieren a la autoridad civil. Todos nosotros hemos visto los símbolos que representan la autoridad de un país: las luces del coche patrulla que parpadean, el uniforme del soldado, el escudo, y la bandera. Estos pasajes bíblicos declaran que toda autoridad proviene de Dios; y por lo tanto, debemos mostrarles respeto y obediencia. Dios es el que manda sobre todo. Él es Señor soberano de todo el universo: Dios en todo el sentido de la palabra. Nada puede cambiar esta realidad. Su poder y su autoridad rigen sobre todos los hombres, toda la creación, y el cielo y la tierra, eternamente y para siempre. Dios le ha concedido autoridad al hombre. Él instituyó el gobierno civil, como observamos en Romanos 13. Instituyó también el hogar y la iglesia, y les dio una orden de autoridad. El propósito y el carácter de estas distintas autoridades varían. El hogar, el estado, y la iglesia funcionan en diferentes ámbitos; por ello, el padre no actúa del mismo modo que el policía. Dios ha determinado cuál es el lugar apropiado que debe ocupar cada autoridad, las responsabilidades de cada una y la misión que debe (sigue en la página 20)

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HISTORIA UN PAR

Jesús sana, y p

J

esús se ocupaba en enseñar a la gente y sanarla. Esto le daba más y más fama. La gente seguía apiñándose alrededor de él cada vez más. Pero a veces, Jesús buscaba un lugar retirado de las multitudes. Allí oraba a su Padre, pidiéndole su ayuda. Los líderes religiosos de los judíos, llamados escribas y fariseos, también seguían a Jesús. Pero ellos no creían en él. Ellos querían hallar alguna falta en Jesús porque le tenían celos. Un día Jesús estaba enseñando en una casa llena de gente. De repente oyeron un ruido sobre sus cabezas. ¡Alguien estaba rompiendo el techo! Pedazos de techo caían sobre ellos. Después la gente vio que bajaba una camilla muy despacio. En la camilla había un paralítico. Cuatro hombres lo bajaban hasta donde estaba Jesús. Jesús se alegró mucho al ver la fe del paralítico. También le agradó ver que esos hombres estuvieran dispuestos a hacer todo ese esfuerzo por su amigo enfermo. Todos se volvieron para ver a Jesús. ¿Haría un milagro? Aunque Jesús nunca había visto al hombre, él sabía que necesitaba una cosa más importante que la sanidad del cuerpo. Entonces él le dijo: —Hijo, tus pecados te son perdonados. Los escribas y los fariseos se enojaron por las palabras de Jesús. “¿Cómo se atreve a perdonar pecados?” pensaron. “Dios es el único que puede perdonar pecados. ¿Quién se ha creído este Jesús?” Jesús sabía lo que pensaban los escribas y fariseos. Él les preguntó: —¿Qué es más fácil, perdonar pecados o sanar enfermedades? Pues, voy a mostrarles que el Hijo del Hombre tiene poder para perdonar pecados. —En seguida, se volvió hacia el paralítico, y le dijo: ”Levántate. Toma tu camilla y vete a tu casa. Al instante el hombre se levantó, recogió su camilla, y con gozo se fue caminado a su casa alabando a Dios. Los cuatro amigos del paralítico y la gente que había visto el milagro, también alababan a Dios. Todos se maravillaron de su gran poder. Mateo 9:1-8; Marcos 2:1-12; Lucas 5:17-26 18

BÍBLICA ALÍTICO

erdona pecados

Cuatro amigos bajan a su amigo paralítico por el techo delante de Jesús.

“Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” (1 Juan 5:20).

1. ¿Qué enfermedad tenía el hombre? 2. ¿Quiénes lo trajeron a Jesús? ¿Cómo lo hicieron? 3. ¿Qué hizo Jesús por él? Usado con permiso de: Christian Aid Ministries, Berlin, Ohio Del libro: 101 Historias Bíblicas Favoritas © 1994

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cumplir. Cada una de estas autoridades viene directamente de Dios, porque Dios, que está por encima de todo, le instituyó.

Número 2 ~ Puesto que Dios les ha dado autoridad a los hombres, oponerse a la autoridad equivale a oponerse a Dios. Como ya mencionamos, los versículos anteriores se centran en los gobernantes civiles, pero el principio de oponerse a la autoridad puede aplicarse a toda autoridad establecida por Dios. Puesto que Dios se encuentra a la cabeza de toda autoridad, oponerse a dicha autoridad en cualquier sentido equivale a oponerse a Dios. Las respuestas soberbias, la desobediencia, la burla, la falta de respeto, y el desafío ante una decisión (ya sea del policía, de los padres, del esposo, de los pastores, o del patrón) son asuntos serios a los ojos de Dios. Esas actitudes desprecian y destruyen el plan de Dios. Por lo tanto, el que resiste a la autoridad terminará viéndoselas con Dios, porque él respalda a todos aquellos a quienes les ha conferido autoridad. “Los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” e

Preguntas de estudio e

1. ¿A quién se refiere la frase “autoridades superiores” en Romanos 13? 2. Anote las cosas que deben hacer los cristianos según Romanos 13:1-8. 3. Mencione distintas expresiones que aparecen en Romanos 13 que muestran la relación entre la autoridad civil y Dios. ¿Qué nos enseñan estas expresiones? 4. Puesto que Dios es la autoridad suprema, ¿cuál es el problema de resistir a la autoridad humana? 5. ¿Cuál es la relación entre Éxodo 22:28 y Hechos 23:5? ¿Cómo se insulta hoy día a los gobernantes? 6. Estudie Deuteronomio 17:12-13. ¿Qué situación se describe? ¿Qué debían hacer las personas con los casos difíciles? ¿Cómo debían responder las personas a los veredictos de los jueces? ¿Qué pasaba si las personas no obedecían los mandatos de los jueces?

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7. ¿Cuál será el fin de las personas que resisten la autoridad que Dios ha establecido?

Éxodo 20:12; 21:17 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá.”

Proverbios 30:17 “El ojo que escarnece a su padre y menosprecia la enseñanza de la madre, los cuervos de la cañada lo saquen, y lo devoren los hijos del águila.”

Observaciones: Número 3 ~ El respeto a la autoridad proporciona protección. Puede que no entendamos todas las razones por las cuales Dios ha establecido las distintas autoridades, pero algunas razones son más claras que otras. Romanos 13, por ejemplo, nos enseña que uno de los propósitos de Dios es el orden. Cuando se debilita la autoridad, se pierde también el orden. Desgraciadamente, debido a nuestra condición pecaminosa, a menudo pasamos por alto otro propósito de la autoridad: la protección. Nuestra tendencia es pensar que la autoridad nos impide hacer lo que queremos. Cuanto más nos rebelamos, más nos ofendemos por las restricciones que se nos imponen. Nos sentimos limitados. La autoridad se nos vuelve un obstáculo. Parece que el hijo pródigo (Lucas 15) se sintió de esta forma, por lo que recogió su herencia y se marchó de la casa para poder hacer lo que le placía. Descubrió que la autoridad de su padre por años lo había limitado en hacer lo que quería. No lo dejaba ir a las fiestas divertidas donde la gente se juntaba para tomar licor. Además, lo había restringido de las pasiones desenfrenadas de la vida inmoral. Pero de último, se dio cuenta 21

también de que la autoridad de su padre lo había protegido de la pobreza, de la soledad, de la angustia, del hambre y de la enfermedad. Cuando reflexionó, comprendió la protección que le había brindado la autoridad de su padre. Fue entonces cuando entendió que sería mejor para él ser un siervo dentro de las murallas protectoras de la autoridad de su padre, que ser un hijo fuera de esas murallas. En otros términos, él estuvo dispuesto a darle aun más autoridad a su padre de la que había tenido antes. Dios nos llama a honrar a nuestros padres para que nos vaya bien (Efesios 6:3). Él conoce los peligros de la independencia y la rebeldía. En su soberanía, él no sólo estableció la autoridad, sino que también decretó las consecuencias de resistirla. El engaño del pecado es lo único que provoca ese disgusto con aquellos que Dios ha puesto en autoridad sobre nosotros. La intención de Dios es que sepamos valorar la autoridad, y que apreciemos el valor de ser responsables por nuestros hechos. Además, quiere que honremos a nuestros padres (e incluso a las demás autoridades) por el bien que nos hacen al protegernos de la angustia y del dolor que vienen con la desobediencia.

Número 4 ~ La sumisión se aprende en el hogar con la familia. El primer lugar donde toda persona debe encontrar autoridad es en el hogar. A pesar de que los niños pequeños son mimados y atendidos al inicio de su vida, llega el momento en que ellos deben someterse a la autoridad de sus padres. Deben darse cuenta de que el llorar no les permitirá hacer lo que quieren. No siempre podrán tocar y jugar con todo lo que les parezca atractivo. Los padres necesitan enseñarles que las hojas de las plantas y la tierra no se comen, que los cuchillos no son juguetes, y que la taza de café o chocolate caliente les puede quemar la lengua. Los niños se resisten; no entienden; pero necesitan aprender la sumisión. La educación y la disciplina durante los primeros años de la vida determinan, en gran parte, la obediencia que se verá en los años por venir. Es fácil controlar al niño pequeño sin exigirle sumisión. Se alejan de su

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alcance la planta, los cuchillos, y la taza de café caliente. Cuando el niño comienza a gritar, le damos la espalda y nos alejamos, o intentamos entretenerlo con otra cosa de manera que olvide sus exigencias. Con estas formas de proceder, quizá logramos evitar que el niño sufra un daño físico, pero no le estamos enseñando a someterse. El niño que no aprende a someterse a sus padres cuando le dicen NO, tampoco podrá aceptar más tarde un NO de parte del profesor, del estado, del patrón, de la iglesia, o de la Biblia. e

Preguntas de estudio e

1. ¿Qué razón nos da Éxodo 20 para honrar a los padres? ¿Cuál era la consecuencia de maldecir a los padres? (Éxodo 21:17) 2. Según Proverbios 30:17, ¿cuál es la consecuencia de deshonrar a los padres? Esto es en sentido figurado. ¿Cómo expresaría usted la misma idea en la vida práctica? 3. ¿Cuál es una de las funciones obvias que cumple la autoridad? ¿Puede usted nombrar otras? 4. ¿De qué manera brinde protección la autoridad? 5. ¿Cuáles eran algunas de las cosas que el hijo pródigo deseaba? ¿De qué cosas fue protegido él por la autoridad de su padre aun sin que él se diera cuenta? Después de sufrir, ¿qué concluyó él con respecto a la autoridad de su padre? 6. ¿Por qué es importante aprender la sumisión en el hogar? 7. ¿Cuáles son algunas cosas dañinas que los niños desean hacer? 8. ¿Qué hacen los adultos algunas veces para evitar que los niños hagan algo perjudicial sin enseñarles la obediencia? ¿Cuáles son los resultados? (continuará en el siguiente número)

—John Coblentz Usado con permiso de: Christian Light Publications, Inc. Harrisonburg, Virginia, EE.UU. Derechos reservados

Respuestas: Actividad para niños 1. e m 2. m e 3. h o 4. p u

p l e a d o r c a d e r í a r a s o d e s v á n

5. y d ó l a r o r o 6. p e r s e v e r ó y e r a h o n r a d o 23

Batir bien: 1 taza (dos barras) de mantequilla 1 ½ tazas de azúcar Añadir: 2 ½ tazas de harina 1 ½ cucharaditas de polvo de hornear Hervir hasta quedar espeso: 4 tazas de piña picada (puede ser piña envasada)

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huevos cucharadita de vainilla

½ cucharadita de sal Batir bien hasta que quede suave 2 cucharadas de maicena  ½ taza de azúcar Poner aparte

Engrasar una bandeja de 15 x 10 pulgadas. Extender 2/3 de la masa en la bandeja. Extender la piña encima. Luego, por  cucharadas, poner el resto de la masa sobre la piña. Hornear a 350º F (175º C) hasta que dore. Cuando sale del horno, rociar encima este lustre: 1 ½ tazas de azúcar molida ½ cucharadita de vainilla

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cucharadas de mantequilla derretida 2 cucharadas de leche Mezclar bien

¡Delicioso! 24

UN SACRIFICIO QUE VALE LA PENA

En la escuela de Dios C[pítulo 19\ sí fue como logramos la calma y oramos juntos. No fue fácil llevar aquella carga, pero el Espíritu nos tocó. Cuando nos despedimos diez minutos después, no lo hicimos con espíritus caídos, sino con una fe renovada. —¿Me permite quedarme con el jabón y el paquete que me trajo mi esposa? —pregunté cuando el guardia apareció de nuevo. —¡No! —respondió el guardia con un movimiento enérgico de la cabeza. —Bien —me volví y seguí al guardia hasta el pasillo. Una vez más, le dije adiós a mi esposa.

A

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Cuando llegamos al otro lado del patio, el oficial mayor estaba fuera. —Khorev, ¿qué haces aquí afuera? Te dimos dos días con derecho de visita. ¿Tan pronto terminaste con la visita? Yo sabía que se estaba burlando de mí. Me detuve y le hablé: —Sí, me dieron dos días. El primer día lo pasé con mis hijos y mis hermanas. El segundo día estaba destinado para que lo pasara con mi esposa. Sin embargo, he querido ofrecerle este día a Dios en sacrificio. Lo más precioso en esta tierra es muy poco comparado con lo que Dios ha hecho por mí. El oficial se rió, pero su risa sonó vacía. * * * * * * * * * * * * * * * ** * * * Tales incidentes sucedieron a menudo durante mi período en la cárcel. Vez tras vez, los oficiales de la cárcel me probaron y me llevaron a extremos irrazonables, sencillamente para hacerme reaccionar. En ocasiones, yo me veía tentado a disgustarme y rebelarme contra el trato injusto que me daban. Sin embargo, cada vez Dios fue fiel en recordarme que debía ser amable en mi manera de responder a esas pruebas. Yo me encontraba en la escuela de Dios. La escuela de las pruebas, de los malentendidos, y del sufrimiento. Y fue en esa escuela donde yo aprendí aun más a poner en las manos de Dios mi vida, mi futuro, y mi todo. A menudo, yo había estudiado y predicado acerca de estar dispuestos a ser doblegados por causa del reino de Dios. Ahora, estaba experimentando lo doloroso que es pasar por esa escuela de sufrimiento. * * * * * * * * * * * * * * * ** * * * —¡Oye, hombre santo, quiero hablar contigo! Me volví para ver quién me hablaba. Era Alexei, así que esperé a que me alcanzara. Largas sombras se proyectaban sobre el campo de la cárcel. La primavera había llegado y ahora la tierra se cubría de verde. Brisas cálidas soplaban a través de la alambrada que nos separaba de los campos extensos. 26

Mi caminata de la tarde era un tiempo especial para mí. Nos permitían hacer ejercicio y caminar a lo largo del patio de la cárcel, y eso significaba para mí un tiempo especial de oración y meditación, generalmente sin distracciones. ”Hombre santo —empezó a decir Alexei entre jadeos cuando se acercó a mí y empezamos a caminar juntos— tenemos una petición para usted. Esta vez, no me molesté en recordarle que dejara de llamarme “hombre santo”. Yo no apreciaba ese sobrenombre, aunque muchos internos lo usaban para referirse a mí. Yo deseaba poder mostrarles que cualquier santidad que yo mostrara no era propia, sino Cristo en mí. —Y ¿qué será? Aunque nadie más estaba al alcance del oído, Alexei bajó la voz: —Tres reos nos vamos a escapar mañana temprano, antes de las cinco. Queremos que tú ores por nosotros para que tengamos éxito. Automáticamente volví a ver la alambrada junto a la cual estaba caminando. Más de tres metros y medio de altura, lucía eriza con los rollos de alambre colocados allí para cortar a cualquier necio que intentara pasar por encima de las barreras. La torre de los guardias se veía adelante, erguida por encima de todo el complejo. En ese mismo instante, dos guardias con rifles permanecían atentos al más mínimo disturbio. —Yo no veo cómo eso será posible —respondí—. ¿Sabes de alguien que haya tenido éxito? —No te preocupes por eso —me dijo con nerviosismo—. Tenemos una pistola y vamos a matar al guardia temprano. Pero eso no tiene que ver contigo. Lo único que pedimos de ti es que ores para que nos vaya bien. Caminamos juntos. Yo guardé silencio. ”Bueno, ¿lo vas a hacer o no? —en su voz se oía un cierto tono acusatorio. —Debo pensarlo unos minutos –respondí. Seguimos caminando en silencio—. ¿Me dejas solo unos momentos? Necesito unos diez minutos. Alexei dio la vuelta y se alejó. Ahora, me encontraba en un dilema. Si yo oraba para que ellos tuvieran éxito en su escape, me podrían acusar cómo cómplice del intento 27

de fuga. Yo no sabía cómo, pero conocía bien el funcionamiento interno de la cárcel y sabía que de alguna manera terminaría siendo acusado. Alguien me pediría cuentas por lo que hubiera sido mi supuesta participación en todo el asunto. Diez minutos después Alexei había regresado. —¿Qué has decidido? ¿Vas a orar para que podamos escapar y que todo nos salga bien? —Voy a orar —le dije—. Voy a orar en este instante. Un grupo de unos diez internos se nos había acercado. Yo incliné mi cabeza y oré: —Señor, te doy gracias porque estas personas quieren buscarte a ti en esta situación difícil. Yo te pido que resuelvas sus problemas y que los guíes en sus caminos. Yo te pido que ellos puedan entender quién eres tú y que lleguen a ser verdaderamente tus hijos. En el nombre de Jesús, Amén. —¡Ay! –exclamó Alexei desilusionado—. No le pediste a Dios que nos ayude a escapar. Con esto, ¿por qué no oras de una vez por estos difuntos? —Alexei se alejó de inmediato. Obviamente, muchos en la cárcel sabían de los planes de escape. La tensión reinó en las barracas toda la tarde. Yo no me desvestí para acostarme. Yo estaba bastante seguro de que al día siguiente me llevarían a una celda solitaria a punta de empujones, y yo quería estar preparado para ello. A pesar de la tensión, me quedé dormido. De repente, ya eran las seis de la mañana y nos estaban llamando. Reinaba la quietud. Al parecer, no había sucedido nada extraño. Busqué a Alexei, pero no lo vi. Nadie me miraba a los ojos, así que decidí no preguntar nada. Luego Nicolai, un joven hablantín, se acercó a mí. —Supongo que oraste pidiendo problemas para Alexei en vez de éxito. —¿Por qué dices eso? —le pregunté. —Porque esta madrugada a las tres, llevaron a Alexei al hospital con apendicitis. Hoy lo operan. Dios había decidido impedir la fuga de los hombres por medio de un ataque de apendicitis. Yo salí libre.

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Si la fuga hubiera tenido éxito, sin duda me habrían llevado al hoyo. Si sucedía algo malo, yo siempre era investigado y acusado como el instigador o, cuando menos, un cómplice. Que yo estuviera implicado o no en el asunto, no tenía relevancia. Yo era castigado automáticamente por cualquier cosa que saliera mal. Yo supongo que en gran parte mi tiempo de oración tenía que ver con esta situación. Todos sabían que yo pasaba mucho tiempo en oración, y que Dios contestaba aquellas oraciones. Yo no pedía milagros, pero siempre encomendaba en las manos de Dios el asunto. Cuando los enfermos se recuperaban, yo era tratado con reverencia por los internos, y yo trataba de aprovechar esas instancias para predicarles el evangelio. Mi fe en el Señor no era ningún secreto en el campamento. * * * * * * * * * * * * * * * ** * * * Mi vida en la cárcel continuó. Aunque los hombres creían que podrían doblegar mi fe, Dios tenía otra cosa en mente. Durante ese tiempo, yo continué en la escuela de Dios. Cuanto más tiempo soportaba en la cárcel lejos de mi familia e iglesia, mejor entendía el valor de ese tiempo. El Señor estaba preparándome para algo aun mayor. De eso estaba seguro. Yo no sabía qué sería, pero el tiempo en la cárcel hacía de mí una persona cada vez más dispuesta. De nuevo, cuando pensé en la necesidad de ser doblegado para ser útile en las manos de Dios, supe sin duda que se trataba de un sacrificio que valía la pena a cambio de las recompensas que Dios me estaba dando. Yo conocía la comunión íntima con el Señor en mi vida diaria. Yo sabía que él siempre proveería para mí, sin importar lo que el hombre me hiciera. Eso era más que recompensa. (continuará en el siguiente número)

—Harvey Yoder Usado con permiso de: TGS Internacional Berlin, Ohio, EE.UU. Derechos reservados

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El dólar de oro “Se busca empleado”. El letrero grande llamó la atención del muchacho que iba pasando frente al almacén. “Necesitan empleado. Pero, ¡uy! ¿no es éste el almacén del señor Peters? Tal como creí”, suspiró el joven. “No sé si vale la pena pedir el trabajo. Tanto John como Charley probaron trabajar unos pocos días en este almacén. Dicen que el señor es un poco extraño.” El muchacho apretó la nariz contra la vitrina. El almacén estaba bien iluminado y había muchos estantes llenos de mercadería. “Debe de tener muchos clientes. Tiene mucha mercadería. Voy a hacer el intento. Tal vez me dé trabajo.” El joven cobró ánimo y abrió la puerta pesada. Casi al instante 30

apareció un hombre bajo de rostro perfilado. El hombre miró por encima de las gafas y clavó la vista en el muchacho nervioso. —¿En qué te puedo ayudar? —Yo… yo… vi el letrero. ¿Todavía necesita un empleado? —Necesito un empleado, pero no cualquier empleado — contestó rápidamente el señor. Después preguntó con una sonrisa—: ¿Puedes colocar mercadería sin dejarla caer? —Sí, señor, seré cuidadoso con la mercadería. —Si una mujer te da dos dólares para pagar $1.68, ¿cuánto le darás de cambio? —Treinta y dos centavos, señor —contestó el joven, después de pensar un poco. —Correcto. ¿Cómo te llamas? —Terry. —Pues, bien, Terry. Ven después de las clases todos los días, comenzando la próxima semana. Te tocará poner la mercadería en los estantes. También tendrás que hacer mandados. Si apruebas, te empleo. “¡Uy!, ¿qué clase de prueba será?,” pensó Terry. El lunes por la tarde, a las 3:30 en punto, Terry Mills entró en el almacén. —Llegaste a la hora correcta —dijo el dueño del almacén con una sonrisa—. Para comenzar, acomoda estos paquetes de sopa junto a los jugos. Terry comenzó a trabajar. Ese día puso en orden la mercadería y también hizo mandados. Pero la segunda tarde, el señor del almacén lo mandó al desván. —Encontrarás una caja larga allá arriba. Está llena de chatarra desordenada. Quiero que subas y pongas en orden toda esa chatarra. Terry subió por la escalera. Se sorprendió de que hubiera tan poca luz. Una tela de araña le rozó la cara. “Este lugar es horrible. ¿A quién se le ocurrió guardar una caja acá arriba? Por lo visto, nadie ha 31

tocado nada aquí arriba desde hace cien años.” Terry abrió la caja y dijo para sí: “Qué montón de chatarra. No veo más que un montón de clavos, tornillos, tuercas, y alambres. Pero, si lo

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quiere ordenado, lo ordenaré.” Terry trabajó allí hasta que el señor Peters lo llamó a la hora de cerrar el almacén. Alrededor de la caja había montones de clavos y tuercas que habían estado en la caja. —¿Terminaste? —preguntó el comerciante. —No, señor. Me falta mucho. Hay muchas cosas en esta caja. —Bueno, mañana puedes seguir con ese trabajo. Al final del siguiente día, Terry bajó y le dijo al señor del almacén: —Señor, ordené la caja. En el fondo de la caja encontré esto —el joven le entregó una moneda de oro de un dólar. —Pasaste la prueba. Te daré el empleo —dijo el comerciante con alegría y le dio la mano al joven—. Yo eché la moneda de oro en el fondo de la caja. La usé de prueba. La mayoría de los muchachos se aburrieron de ordenar chatarra. Nunca llegaron al fondo de la caja. —Pero, ¿ninguno persistió hasta encontrar la moneda? —Sí, varios encontraron la moneda. —Y en ese caso, ¿por qué no les dio trabajo? —Porque se quedaron con la moneda sin decirme nada. ¿Cómo podía emplearlos si no pasaron la prueba? —¿No se les ocurrió que usted los estaba probando?

VE R S Í C UL O D E M E M O R I A “Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta” (Proverbios 20:11).

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Actividad para nin˜os Busca en la historia las palabras que faltan. Después, para la última oración, copia sólo la letra con el mismo número. (No usarás todas las letras.)

1. El letrero decía que se busca __ __ __ __ __ __ __ __. 1 2 3 4 5 6 7 8 2. En el almacén había mucha __ __ __ __ __ __ __ __ __ __. 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 3. Terry llegó al trabajo a la __ __ __ __ correcta. 19 20 21 22 4. Terry __ __ __ __ en orden todo lo que estaba en una caja 23 24 25 26 en el __ __ __ __ __ __. 27 28 29 30 31 32 5. Terry llegó al fondo de la caja __ encontró un 33 __ __ __ __ __ de __ __ __. 34 35 36 37 38 39 40 41 6. El señor Peters le dio el trabajo a Terry porque __ __ __3 28 21 __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ __. 29 1 30 10 16 35 33 15 40 22 19 41 32 38 6 14 8 (Las respuestas se encuentran en la página 23.)

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B

ien predica quien

bien vive.

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Te ofrezco Te ofrezco, Señor, mi llanto Para que lo vuelvas alegría. Te ofrezco, Señor, mi tristeza Para que la vuelvas canción.

Te ofrezco, Señor, mi duda Para que la vuelvas fe. Te ofrezco, Señor, mi ayer Para que cambies mi hoy.

Te ofrezco, Señor, mi alma rota Para que la sanes. Te ofrezco, Señor, mis pies cansados Para que me des alas. Gloria E. Romero Lozano Colombia

“Tenemos ... la palabra ... a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro...” (2 Pedro 1:19).