7 La Iglesia Gozosa: Filipos

su carta a los filipenses, una carta de gran aliento, gozo y amor. Iglesias del Nuevo ... un calabozo en Roma cuando escribió la epístola. Aun así, la carta está ...
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Un creyente puede «regocijarse en el Señor siempre» cuando esté bien convencido de esta verdad: «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Romanos 8:28). Tal seguridad hará que el creyente pueda obedecer el mandato de 1 Tesalonicenses 5:18 - «Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús».

Iglesias del Nuevo Testamento

7 La Iglesia Gozosa: Filipos

GOZO EN LA ORACIÓN ¿Es la oración una bendición o una carga para usted? Debe ser tan refrescante como una visita con un amigo querido. Debe aliviar y levantar su carga. Uno encuentra gozo en la oración al hacer de ella el fin de su ansiedad. El término «afanosos» en Filipenses 4:6 significa «ansiosos, atribulados, apenados». Habla de esa distracción que quita de la mente a Dios y la llena de preocupaciones y temores. La oración ha de ser el fin de tal tumulto de espíritu, porque allí uno rinde los problemas a Dios. Uno encuentra gozo en la oración cuando experimente la extensión total de ella. Observe los términos: «peticiones», «oración» y «ruego». Parece que «oración» se refiere a un acercamiento a Dios. La palabra «peticiones» sugiere pedir por cosas que son muy necesarias. El término «ruego» subraya la necesidad para peticiones específicas. Todo tipo de oración ha de ser acompañado con «acción de gracias». Uno encuentra gozo en la oración cuando se someta al gobierno de la paz de Dios. No ore acerca de los problemas y después negarse a entregarlos a Dios. La paz de Dios viene cuando la ansiedad se rinde. Deje su carga con el Señor, y encontrará el gozo verdadero cuando la paz de Dios llene su corazón y mente. GOZO EN LA PUREZA La llave a la vida espiritual es la mente. La Biblia dice que uno es lo que piensa en su corazón (Proverbios 23:7). No hay gozo en llenar la mente con cuentos vulgares, palabras obscenas, suposiciones pecaminosas y deseos vanos. Tales cultivan la contienda y fomentan el pecado. Los creyentes deben llenar sus mentes con cosas verdaderas (las que van de acuerdo con la naturaleza de Dios), honestas (honorables, decorosas), justas (rectas, en armonía con la voluntad y ley de Dios), puras (castas, no groseras ni sensuales, egoístas ni viles), amables (cariñosas, amorosas, gratas) y de buen nombre (respetadas, honorables, alabadas por los hombres buenos). Deben ejercer en su propia vida lo que han oído y visto en la vida de buenos cristianos. Sólo entonces el Dios de paz traerá la paz de Dios para gobernar su vida. Nunca envidie a ningún pecador que parezca tener una vida llena de gozo. No es así. «Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos» (Isaías 57:20-21). El creyente, por otra parte, puede estar gozoso aun en medio de gran sufrimiento. A primera vista, esto parece ser una contradicción. Sin embargo, hay una gran diferencia entre la alegría, que depende de las circunstancias, y el gozo, que viene solamente de Dios. Nadie puede experimentar el gozo verdadero sin Cristo. Sólo el que está en armonía con Dios y con su prójimo puede gozar de la paz que sobrepasa todo entendimiento. Así fue con el apóstol Pablo, quien escribió desde un calabozo hediondo su carta a los filipenses, una carta de gran aliento, gozo y amor.

Filipenses 1:25-30; 4:4-9 25

Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para 26 vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo 27 Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros. Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la 28 fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. 29 Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino 30 también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------4 5 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea 6 conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con 7 acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará 8 vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de 9 alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

La Lección en Resumen Cada creyente en Cristo debe exhibir una actitud de agradecimiento y gozo en cada circunstancia de la vida. «Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia» (Filipenses 1:21).

Hay una carta de amor entre las epístolas del Nuevo Testamento. Es la epístola del apóstol Pablo a los filipenses. Es una carta llena de gozo y regocijo del amor mutuo por Cristo entre los creyentes. Tal espíritu de gozo no infiere que todo iba bien con los creyentes en Filipos. Al contrario, eran pobres y sufrían. Ni significa que todo iba bien con Pablo. Él estaba en un calabozo en Roma cuando escribió la epístola. Aun así, la carta está llena de gozo espiritual. Hoy vivimos en días de crisis. Muchas personas están desalentadas. La Epístola a los Filipenses tiene una lección para todos los que están en esa condición. GOZO EN EL COMPAÑERISMO El evangelio fue primero introducido a la ciudad de Filipos cuando Pablo, Silas, Timoteo y Lucas respondieron al llamado macedonio (Hechos 16:9-12). Encontraron a un grupo de mujeres en el lugar de la oración. Llevaron a una mujer a Jesús. Desde ese comienzo, el testimonio de Cristo se extendió por todo Filipos. La oposición a Cristo hizo que Pablo fuese acusado y puesto en la cárcel. Llevó al carcelero a Cristo. Luego salió para Tesalónica. El interés de los filipenses no cesó cuando Pablo dejó su ciudad. Ellos amaban a Pablo como a un hermano afectuosamente añorado en Cristo. Pablo visitó Filipos por lo menos dos veces. Introdujo el evangelio en la ciudad (Hechos 16:11-40) en su segundo viaje misionero. Y pasó por ahí cuando regresaba del tercer viaje (Hechos 20:6). Pablo estaba en la prisión cuando escribió su carta a los creyentes filipenses. Según Filipenses 1:21-26, él anhelaba «partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor». Al mismo tiempo pedía permanecer en la carne para ministrar a los filipenses. Concluyó que era la voluntad de Dios que él quedara más tiempo entre ellos. ¿Ha descubierto usted el gozo del compañerismo cristiano? Usted nunca experimentará el privilegio completo de la vida cristiana hasta compartir ese bendito deleite con otros creyentes. GOZO EN EL SERVICIO Muchos creyentes tienen una idea equivocada en cuanto al servicio del Señor. Describen el compañerismo como un tiempo de gozo y el servicio como una carga. No es así. El prospecto del regreso de Pablo a Filipos trajo gran gozo a los creyentes allí, pero ya fuera que Pablo regresara o no, ellos encontraban gozo en el servicio fiel a Jesús. El gozo en el servicio depende de varios factores; algunos se mencionan en Filipenses 1:27. Hay gozo en el servicio cuando uno ejercita su ciudadanía en una manera digna del evangelio. El cristiano es ciudadano del reino de Dios y también de su nación de la tierra. En ambos casos, su comportamiento ha de estar de acuerdo con su relación con el evangelio de Cristo y el Cristo del evangelio. Un creyente rebelde nunca está feliz.

Hay gozo en el servicio cuando hay unidad entre los creyentes. Pablo pidió a los filipenses que estuvieran «firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio». Tal unidad se basa en nuestra unidad en Cristo, nuestra coexistencia en paz y nuestro trabajo en armonía. Hay dos grandes razones por las cuales los cristianos deben vivir en unidad: Primero, lo que nos une en Cristo excede lo que nos pueda dividir. Segundo, el salvajismo de nuestro enemigo y la lucha de nuestra resistencia crean una necesidad común del uno con el otro. La lucha es contra Satanás y en pro del evangelio. Hay gran gozo en ver el reino de Dios extenderse cuando alguien se convierte a Cristo. El servicio no es una carga, sino un gozo. GOZO EN LA TRIBULACIÓN La tribulación persiguió a la iglesia de Filipos. Primero, su fundador fue encarcelado después de una corta estancia en la ciudad (Hechos 16:16-24). Después, los gobernantes le pidieron que dejara la ciudad porque su presencia había causado más problemas (Hechos 16:35-40). Los filipenses tuvieron la oportunidad de creer en Cristo y también de sufrir por Su nombre (Filipenses 1:29). ¿Cuán severa fue la tribulación sobre los creyentes en Filipos? Fue tan severa que Pablo tuvo que amonestarlos de no estar «intimidados» por sus adversarios. Los adversarios pueden hacer sufrir al creyente, pero éste considera su sufrimiento como un privilegio, si está en nombre de Cristo. ¿Cómo? Cristo entra en una relación más íntima con el creyente. Incrementa la seguridad de la salvación. El cristiano será recompensado en los cielos. A veces los de la oposición llegan a aceptar al Cristo a quien se resistían. No es raro que los cristianos encuentren gozo en medio de la tribulación. GOZO EN TODO He aquí una preciosa exhortación: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4:4). Está llena de victoria, alabanza, fe, sinceridad y devoción. La exhortación es sorprendente, no en su llamado a regocijarse, sino en su llamado a regocijarse «siempre». Es decir, regocijarse todo el tiempo bajo toda circunstancia. ¿Imposible? No. El creyente no se regocija en regalos, ni éxitos, ni recompensas, sino «en el Señor». La explicación de «Regocijaos en el Señor siempre» se encuentra en Filipenses 4:5 - «El Señor está cerca». Esa lección, bien aprendida, santificará su vida entera con gozo. ¿Siente usted gozo en cualquier circunstancia? Tal actitud puede ser cultivada. Examine Filipenses 4:5-9 que muestra el camino hacia el gozo continuo. (1) Sea paciente y perdonador para con sus enemigos. (2) Mantenga un constante conocimiento de la presencia personal del Señor. (3) Pida a Dios que supla todas sus necesidades y agradézcale por todo lo que le da. (4) Deje que la paz de Dios guarde su corazón y su mente mientras le consuela y le fortalece. (5) Mantenga su mente ocupada con pensamientos verdaderos, honestos, justos, puros, amables y dignos de su interés. (6) Manténgase ocupado en lo que ha aprendido en cuanto a servir a Dios. Siga esa pauta, y tendrá la paz imperturbable de Dios en su mente y el gozo incesante en su corazón. Dios lo garantiza.