InnovacIón FInancIera

Melvin Escudero CEO de El Dorado Investments y presidente de CFA Society Perú

eL Gran saLto FInancIero

Es viable formar una plataforma con incentivos y reglas similares para los cuatro países de la Alianza del Pacífico

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punto de cumplir cuatro años de haberse creado la Alianza del Pacífico, muchos se sorprenden por los avances que se han logrado en tan poco tiempo: tratado de libre comercio, mejora en la circulación de personas y el mercado bursátil integrado o MILA entre México, Colombia, Perú y Chile. Sin embargo, esta iniciativa, que nació en el Perú con el loable objetivo múltiple de alcanzar el libre flujo de personas, bienes, servicios, capitales e inversiones para crear una gran plataforma económica solo comparable a Brasil, dista mucho de haber culminado, pues al interior de sus dinámicos equipos de trabajo hay nuevos retos y ambiciosos planes. La innovación que ha permitido esta dinámica integradora es un mecanismo público (liderado por los presidentes y ministros) y privado (formado por el Concejo Empresarial de la Alianza del Pacifico), lo que le ha permitido tener un gran dinamismo y ha facilitado avanzar significativamente. Con esta dinámica, se está construyendo un creciente consenso para dar un gran salto en el proceso de integración de la Alianza del Pacífico: la integración financiera. Los diferentes equipos de trabajo de los gobiernos y los líderes empresariales han visualizado un escenario innovador que muchos aún no imaginan y que para los incrédulos podría ser muy pretencioso: una plataforma financiera y de mercado de capitales que, por el lado de la oferta (valores emitidos

por empresas y productos financieros) y por el lado de la demanda (liderados por los inversionistas institucionales, en especial los fondos de pensiones privados), integren un solo mercado con incentivos y reglas similares, así como con regulaciones e impuestos que convergen a las mejores prácticas internacionales. Al evaluar este posible escenario futuro, las oportunidades y potencial de crecimiento y prosperidad económica son más que atractivos. Por ello, el reto es lograr un proceso de integración financiera, no de un solo golpe, porque es en la práctica imposible, sino siguiendo un proceso ordenado que vaya por etapas.

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Por ejemplo, una secuencia de integración inicial para los mercados de capitales podría incluir la consolidación del MILA, prosiguiendo luego con la integración de todo el mercado de capitales, por ejemplo, fondos de inversión (private equity, real estate, venture capital, infraestructura y fondos de cobertura), etc. Asimismo, por el lado de la demanda, se debería tener una secuencia que incluya la integración de los fondos de pensiones privados, las compañías de seguros, los fondos mutuos y la gestión patrimonial o banca privada. Parece una labor titánica, pero luego de conversar con los actores del proceso, se observa que es factible. Todo indica que los primeros pasos incluyen que las ofertas primarias de acciones y bonos se realicen en los cuatro países como si fuera un único mercado, la posibilidad de que las AFP logren adquirir activos de cualquier país de la Alianza y sean considerados en los límites de inversión domésticos y la convertibilidad de monedas y procesos de liquidación que faciliten los flujos de capitales. Estos tres puntos tendrían un efecto dominó para impulsar los otros pasos secuencialmente. Lo más complicado es la integración del negocio bancario y la convergencia y homologación de las regulaciones y los impuestos. Ya la bola está rodando. Esperemos que llegue a destino más temprano que tarde.