1. Fonética y Fonología La fonética y la fonología son dos disciplinas cuyo objeto de estudio son los sonidos del lenguaje. La fonética estudia los fonos, la realidad física de los sonidos lingüísticos, su materia, que incluye rasgos relevantes (en cuanto a que ayudan a distinguir un significado de otro) y rasgos irrelevantes. Estudia cómo se pronuncia, por ejemplo, el sonido velar en cara queso; los dos fonos, [k] y [c] respectivamente, son alófonos (variantes) de realización de un solo fonema velar /k/; se pronuncia uno o el otro según el sonido vocálico que los siga (decimos que son fonos en distribución complementaria). La fonología, por su parte, a partir de los datos que le proporciona la fonética, abstrae y estudia los fonemas, que son patrones de sonido que permiten diferenciar significados en la lengua al aparecer en un mismo contexto. El fonema (por ejemplo, /k/) recoge solo los rasgos esenciales de esos sonidos [c] y [k]; toma lo que diferencia esos sonidos de otros que darían lugar a diferentes significados, por ejemplo: /késo/ es diferente de /béso/, eso quiere decir que /k/ y /b/ son fonemas diferentes, porque diferencian significado. No ocurría eso con [k] y [c]. Puedo forzar la pronunciación y decir ['keso] o ['ceso], pero no cambia el significado, porque son alófonos del fonema (abstracción, patrón) /k/. 1. Fonética y Fonología La fonética y la fonología no son, estrictamente hablando, partes de la gramática, pero las necesitamos para adquirir un conocimiento de la morfología, que sí es parte de la gramática. 1.1. FONÉTICA La fonética se dedica a dos cosas: a describir los sonidos de las lenguas (los fonos) y a describir cómo las lenguas son 'cantadas', pronunciadas. La fonética estudia los fonos, la realidad física de los sonidos lingüísticos, su materia; sus propiedades articulatorias (cómo se los emite, por medio de qué movimientos en el tracto vocal), sus propiedades acústicas (qué características tienen las ondas sonoras), y sus propiedades en la percepción (cómo percibe esos sonidos el oyente)1. A su vez, cuando nosotros hablamos, establecemos diferencias por el modo en que pronunciamos. Por ejemplo, hacemos una pregunta como ¿Mariana vino? No suena igual que cuando hacemos la afirmación Mariana vino. Tampoco suena igual a las 1
Por eso hablamos de tres subdisciplinas dentro de la fonética: a) Fonética articulatoria: estudia los sonidos lingüísticos desde el punto de vista de la articulación del hablante; b) Fonética acústica: estudia los sonidos lingüísticos desde el punto de vista de su transmisión por el canal; c) Fonética receptiva: estudia los sonidos lingüísticos desde el punto de vista de su recepción por el oyente.
anteriores una afirmación donde enfatizamos el nombre de Mariana: MARIANA vino, en el sentido de “Fue Mariana y no otra persona quien vino”. Para todas estas cosas usamos la entonación y la acentuación. Los símbolos fonéticos son signos que designan los sonidos del lenguaje. Pertenecen a un alfabeto internacional, y en consecuencia sirven para describir todos los sonidos de las lenguas existentes en el mundo. Tenemos símbolos segmentales ([p], [n], [a]) y tenemos también los diacríticos, que si hacemos transcripción fonética muy fina los podemos usar para describir variantes detalladas de los sonidos descriptos en el cuadro (por ejemplo, ~ sobre la vocal indica nasalización: [ã]). Y luego tenemos símbolos suprasegmentales, para simbolizar acentos y tonos (muy útil en el caso de las lenguas tonales, como el chino). La fonética articulatoria hace la descripción articulatoria anatómica del tracto vocal y de cuáles son los órganos que intervienen en la producción del habla. Para producir los sonidos, en primer lugar tenemos la energía del habla, lo que llamamos la fuente, que surge de una corriente de aire que en todos los sonidos del español es una corriente egresiva que viene de los pulmones. Más arriba tenemos la laringe, en la que se encuentran los pliegos vocálicos o cuerdas vocales. Cuando, al producirse un sonido, las cuerdas se abren y cierran (una cantidad de veces bastante grande por segundo), el sonido es sonoro. Pueden comprobarlo tocándose debajo de la garganta cuando producen [a], y van a ver que vibra. En cambio, cuando pronuncian [s] van a ver que no vibra. Cuando la laringe se abre, deja que el aire pase y entonces no produce ninguna vibración, haciendo que el sonido sea sordo. En el español, las vocales son todas sonoras. Entre las consonantes, algunas son sonoras y algunas, sordas. Lo que hace la laringe es formar sonidos que son cuasiperiódicos, sonidos que tienen tono. De ahí viene la entonación. Cuando la laringe vibra muchas veces, vamos a tener sonidos agudos; y cuando la laringe vibra pocas veces vamos a tener sonidos graves. Por ejemplo, en el hombre la laringe vibra cien veces por segundo. En cambio, en una mujer vibra entre doscientas y doscientos cincuenta veces. En los niños puede vibrar hasta seiscientas veces. Más arribas tenemos la faringe. Después, vamos a entrar en lo que es la cavidad oral. La cavidad oral se divide de la cavidad nasal con lo que llamamos el paladar blando, que es el velo del paladar. Cuando el velo del paladar está abajo, el aire sale por la nariz. Esto ocurre, por ejemplo, en el fonema /m/. Cuando el velo del paladar sube, el aire sólo sale por la boca. La cavidad nasal es una cavidad de resonancia. Luego, en la boca tenemos la lengua. Es el órgano más móvil del ser humano. También es móvil el maxilar inferior, que también produce muchas distinciones de sonidos según esté bajo o alto. Del conjunto de los articuladores, entonces, podemos diferenciar los móviles y los inmóviles. El paladar, los alvéolos, las encías y los dientes son articuladores inmóviles. El maxilar inferior, la lengua y el velo del paladar son articuladores móviles, y también los labios, que nos permiten pronunciar y diferenciar, por ejemplo, los fonos [o] y [u].
Distinguimos a los fonos, entonces, básicamente por dos cosas: el punto de articulación y el modo de articulación. El punto de articulación es la región en todo el tracto vocal donde se da la mayor constricción. Generalmente vamos a caracterizar las consonantes de acuerdo a cómo una parte de los sistemas móviles se dirige hacia una parte del sistema inmóvil. Por ejemplo, si encontramos que en un sonido el ápice de la lengua -la punta de la lengua- se dirige a los alvéolos -la parte de atrás por encima de los dientes-, vamos a definir esos sonidos como ápico-alveolares o ápico-gingivales. Ejemplos van a ser [n] o [s]. Esto quiere decir que la punta de la lengua se dirige a las encías. Si ponemos la lengua entre los dientes vamos a decir que es un sonido ápico-interdental. Si decimos la “j”, este sonido va a ser dorso-velar, porque la aproximación va a estar entre el dorso de la lengua y el velo del paladar. Este sonido se va a transcribir fonéticamente [x].
El modo de articulación es la naturaleza de ese estrechamiento. El modo de articulación separa a las vocales de las consonantes; en las vocales, el tracto vocal se encuentra siempre abierto sin un grado notorio de constricción. En las consonantes, en cambio, se encuentra cerrado o relativamente cerrado: si el tracto vocal se cierra completamente vamos a decir que los sonidos consonánticos son oclusivos; si se estrecha pero deja pasar el aire vamos a decir que los sonidos consonánticos son fricativos o aproximantes; si se abre y se cierra alternadamente, vamos a decir que los sonidos consonánticos son vibrantes, como en el caso de la [ ], en el cual el ápice de la lengua vibra contra los alvéolos (en el caso de la vibrante simple [r], la lengua toca en forma muy rápida con los alvéolos); si el tracto vocal está abierto y cerrado al mismo tiempo, como en el caso de la [l], donde la lengua cierra el paso del aire por el centro pero lo permite por los costados, vamos a decir que los sonidos son laterales. Después tenemos las africadas; “africada” significa que se trata de un sonido doble. Por ejemplo, cuando nosotros decimos chico, usamos una [t] y una [ʃ] juntas una detrás de la otra. El símbolo fonético es [tʃ] y se trata de un fono sordo. Cuando combinamos en cambio [d] con [ʒ] que es sonora, el resultado será [dʒ]. Hay gente que pronuncia de esta forma la “y” de cónyuge. Las diferencias entre semivocales y semiconsonantes a veces dependen de los autores. Algunos autores dicen que semiconsonante es cuando está en posición inicial absoluta (después de silencio), por ejemplo en hielo y huevo. En las demás posiciones dicen que son semivocales. Podemos decir que la diferencia entre una y otra no se trata de un corte abrupto sino que hay una cuestión gradual según la cual podemos ir de consonantes a vocales pasando por semiconsonantes y semivocales como grados intermedios. Por eso muchas veces no se las considera categorías independientes a las semiconsonantes y semivocales2. Por otra parte, si se cierra el velo del paladar, el aire sale por la boca: van a ser sonidos orales; y si está abierto, el aire sale por la nariz y van a ser sonidos nasales. Otra cosa que vamos a tener en cuenta es si hay vibración o no de las cuerdas vocales, como vimos antes.
2
Nosotros hablamos de glides, en posición inicial absoluta: ['weβo], ['jelo].
Las vocales sabemos que se producen con el tracto medianamente abierto. Las vocales se caracterizan3: según el lugar máximo de estrechamiento, según si ese estrechamiento es mucho o poco (o nada), y según la acción de los labios. Hablamos de vocales anteriores cuando el lugar máximo de estrechamiento es anterior, es decir, es cercano a la zona de los alvéolos. Esto ocurre en el fono [i] y en el fono [e]. Esto hace que la cavidad de resonancia sea la zona posterior. En las posteriores, [o] y [u], ocurre lo contrario: el dorso de la lengua se acerca más a la región del velo y entonces la cavidad posterior se estrecha y la de adelante queda más abierta. En el caso del fono [a], está todo más o menos abierto; por eso se dice que es faríngeo y central, pero en realidad lo que ocurre es que el tracto está bien abierto. En cuanto a si el estrechamiento es poco o mucho: entre la /a/ (abierta) y la /i/, tenemos la /e/; e intermedia entre la /a/ y la /u/ tenemos la /o/4. En cuanto a la acción de los labios, en [o] y [u] nosotros cerramos (redondeamos) los labios para pronunciarlos; hablamos de sonidos vocálicos labializados. En cambio, [i], [e] y [a] los pronunciamos con los labios abiertos, es decir: delabializados. La cadena del habla es continua, no tiene una segmentación a priori; cuando nosotros estamos leyendo, el mensaje nos viene segmentado, y cuando escribimos reproducimos esa segmentación que aprendimos a hacer. Pero en la realidad el habla es continua, los datos son continuos, y la articulación de un sonido se liga con la articulación del siguiente. 1.2. FONÉTICA: Tabla de principales fonos que se emplean en el español rioplatense
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Se presenta una caracterización de las vocales a partir de la articulación; en cambio, a partir de la acústica (su transmisión) el profesor Renato habla de vocales densas [a], [o], [e] y vocales difusas [e], [i]. 4 En la fonología del español veremos que también podemos pronunciar los fonemas /e/ y /o/ más abiertos o más cerrados. En general, el fono abierto[ε] aparece cuando está en posición acentual y en una sílaba con coda, como en verde, donde esa primera /e/ es más abierta que la segunda, ['bεrðe]. Lo mismo con la primera /o/ de gordo: ['gɔrðo].
MODO DE PUNTO DE ARTICULACIÓN ARTICULACIÓN Ápicodental / Ápicogingival/ Bilabial Labiodental Dorsoprepalatal Dorsopalatal Dorsovelar Laríngea ↓ Interdental Dorsogingival Acción de cuerdas sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora Oclusivas orales [p] [b]5 [t] [d]6 [c]8 [ɟ]7 [k]8 [g]7 Oclusivas nasales [m] [ɱ] [n] [ɲ] [ɳ] Fricativas [β]5 [f] [ð]6 [s] [ʃ] [ʒ] [ç]9 [ɤ]7 [x]9 [ɣ]7 [h] Laterales [l] [r]/[ ]
Vibrantes
[ʧ]
Africadas
[ʤ] [j]
Glides
[w]
PALATAL
Constricción
Abiertas (VOCALES)
VELAR
ei
LARÍNGEA
ou
ε
10
11
5
El alófono bilabial sonoro es oclusivo [b] después de nasal ['ãmbos] o silencio [#'boka]; en los otros contextos el alófono es fricativo [β]: por ejemplo, intervocálico ['loβo]; [sa'βroso]. 6 El alófono sonoro dental es oclusivo [d] después de nasal ['ãndo], l ['toldo] o silencio [#'dato]; en los otros contextos el alófono es fricativo [ð]: por ejemplo, intervocálico ['daðo], ['elðrã'mã]. 7
Después de nasal o silencio, el alófono sonoro oclusivo velar es [g]: ['gato], ['tãɳgo], (excepto ante vocales palatales e/i, que adelantan el punto de articulación y producen el
alófono oclusivo palatal [ɟ]: ['ɟe ], ['ɟiso]); en los otros contextos, el alófono es fricativo velar [ɣ]: [la'ɣata], [aɣo'taðo], [ e'ɣalo], (excepto ante vocales e/i, que adelantan el punto de articulación y producen el alófono fricativo palatal [ɤ]: [e'ɤreso], [aɤe'
]).
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El alófono sordo oclusivo velar se representa mediante [k]: [ka'l r], [kõ'mĩða], excepto ante vocales palatales e/i que adelantan el punto de articulación y producen el alófono palatal [c]: ['ceso], [cĩn'sênã]. El alófono sordo fricativo velar se representa mediante [x]: ['xa a], ['xobên], excepto ante vocales palatales e/i que adelantan el punto de articulación y producen el alófono palatal [ç]: ['çênte], [çi'tãnõ]. 9
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El alófono es [ε] en sílaba trabada por [r] (y en sílaba trabada por otras consonantes -excepto m, n, s, d, y en sílabas libres delante de [r] , [x] y en el diptongo [εi]); en los restantes casos, el alófono es [e]. 11
El alófono es [ ] en sílaba trabada por [r] (y en sílabas libres delante de [r] , [x] y en el diptongo [ i]); en los restantes casos, el alófono es [o].
a