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fútbol
| Martes 1º de octubre de 2013
Del dolor a las gambetas Justo hace un año, Nacho Piatti convivía atrapado por tres desgarros en serie ● Hoy, es la figura y hasta goleador de San Lorenzo, un candidato ● Historia de una transformación Ariel Ruya LA NACIoN
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odos, pero todos quieren a Nacho. Tiene lógica: si se espía a metros nomás, no hay gambetas, no hay asistencias, no hay ni una maldita pelota contra el piso. Ni cabeza levantada, ni cambio de ritmo. El caño es un lujo de exportación. El amago, en extinción. Nacho Piatti, atrapado en el cerrojo del calcio aquel, sin espacio en Lecce, es una suerte de codicia global. River, Independiente, Racing y San Lorenzo lo quieren. Si no fuese por Román, Boca debe estar en esa nómina. A Piatti lo seduce el viejo Ciclón: su gente y la imagen de Marcelo Tinelli. Un grupo inversor compra el 35 por ciento del pase en 1.200.000 dólares. Hace frío el 15 de agosto de 2012 en todos lados menos por Boedo: Nacho se viste de azulgrana. “Voy a llevar a San Lorenzo a lo más alto posible”, exclama. La figura del mercado. Ricardo Caruso Lombardi le deja espacio entre tanto ilustre desconocido. La AFIP duda por su pase, la espera se convierte en
un asunto de Estado, hasta que salta a la cancha. La rompe. Gambetas de todos los colores, el 9 de septiembre, en un apretado 2-1 contra Colón, en el Nuevo Gasómetro. San Lorenzo deja de lado aquella angustia: sigue en primera, renovado, feliz. El balón contra el piso. Como en aquellos viejos tiempos. Cuatro días después, un pinchazo, doloroso, cruel, en un ensayo. No va a Rosario contra Newell’s: tres semanas afuera. El 29, juega 41 minutos
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partidos jugó en la temporada anterior (18 como titular), en los que convirtió tres goles.
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tantos tiene entre el Inicial ‘13 y la Copa Argentina, con un promedio de 5,75 (la nacion).
contra Racing: otra vez afuera. El 27 de octubre, entra en el final y sale por el mismo túnel: el maldito desgarro aquel. La misma zona, la misma cicatriz. Ya sin Caruso, ya con Juan Pizzi y con el mismo dolor. Un año atrás. La vida cambia, la vida se transforma. Descansa, se relaja. Vuela en la pretemporada. Cumple 28 años el 4 de febrero: se mira al espejo y se exige: “Voy por la revancha”. Hay sintonía personal con el conductor: primero como un doble cinco, luego como un doble enganche. Piatti pide pista, más allá de cambios de esquema y modificaciones de nombres. El estilo no se transforma: “Me siento muy bien. Salimos a atacar en todas las canchas, no sabemos jugar de otra manera. Estamos identificados con Juan”, lanza el hombre de la historia. “Es un jugador distinto”, resume el conductor. Tiene un desenlace de torneo Final electrizante: dos tantos a All Boys, uno a Lanús y aquel triángulo goleador contra Atlético de Rafaela, por la Copa Argentina. Gambetea.
De ayer a hoy
Del 29 de septiembre de 2012, cuando en un 0-4 con Racing sufrió su segundo desgarro en el Ciclón... al 22 del mismo mes de 2013: la alegría con Pizzi tras el 1-0 con Colón. “Es distinto”, dice el DT. “Me gusta: siempre al ataque”, devuelve Nacho.
Fotos de m. alFieri y télam
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| Martes 1º de octubre de 2013
Pizarrón y pases cortos
la cúspIde Figura contra el Lobo Gambetas, habilidad y dos goles. Fue, tal vez, la mejor tarea de Nacho, en el 3-0 contra Gimnasia LP. El otro grito en el Inicial fue el primero en el 2-0 contra Colón.
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Christian Leblebidjian
LA NACION
[email protected] // twitter: @cleble
Los ataques interiores y la suma de todos los N° 9
el goleador La noche de los 3 gritos Por primera vez en su carrera, marcó por triplicado en la noche del 19 de junio, ante Atlético de Rafaela, en San Juan. Fue por los octavos de final de la Copa Argentina.
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Justo cuando Juan Antonio Pizzi parecía haber encontrado el equipo (más allá de las rotaciones) y a su mayor referente de área como Martín Cauteruccio –que en 6 fechas ya había anotado 5 tantos–, el N° 9 se lesionó y generó una gran incertidumbre en San Lorenzo, a tal punto que se pidió a la AFA la posibilidad de incorporar otro delantero. Tampoco era sencillo porque Cauteruccio tiene características especiales, de esos delanteros que explotan el espacio, que se adaptan mejor a un juego de contraataque que de participación más colectiva y de movimientos en espacios reducidos. El uruguayo no es un N° 9 estilo Palermo, Abreu, Gigliotti, Menéndez o Silva, aunque se las había arreglado para acomodarse a
otro estIlo De doble 5 a doble 10 Piatti aportaba poco desde el círculo central. Ahora, con Romagnoli, se complementan y generan el juego ofensivo, alegre y vistoso.
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Como antes. Por eso volvió a nuestro país: parte del fútbol alegre que propone San Lorenzo. Finalista de la Copa Argentina y a un punto de Newell’s, campeón anterior y líder hoy. La rotación que propone Pizzi (¿que proponía Pizzi?) no lo descoloca: en el torneo Inicial, en el que el Ciclón acecha con valentía, aún sin Martín Cauteruccio, el goleador lesionado, Nacho es titular en 6 de 9 partidos. En esos tres juegos, ingresa en la parte final por Leandro Romagnoli. Una determinación que parece de otro tiempo, si juntos representan la calidad compartida. Según los cronistas de La NacioN, su promedio asciende a 5,75. Y está en alza. En los últimos capítulos, es el mismo a aquel. Al de Gimnasia LP. Al pibe insolente que amagaba, con el balón atado, en sus primeros días en Chacarita, llegado desde su General Baldiserra natal. Una pequeña localidad de Marcos Juárez, Córdoba, de apenas 2400 habitantes. De todos ellos, un jugador de elite. Lo disfruta San Lorenzo, camiseta número 28... como su edad. No se iba a quedar. Lesiones, murmullos, dudas. La renovación por un año fue sellada el 12 de julio pasado, aún con los susurros de Ramón Díaz en sus oídos. Nacho se divierte sólo en San Lorenzo. “Estoy contento porque me está tocando convertir seguido, pero todo el equipo está jugando bien. Y ganar en casa, es un alivio”, resulta su reflexión. Un año atrás, apenas un año atrás, salía de una cancha en el carrito de las heridas. Hoy sale al trote, se besa el escudo y lo abrazan los aplausos. Del dolor a las gambetas. De ayer a hoy. ß
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en tres carriles
Piatti Correa
Verón Buffarini Romagnoli
ST, 12m: Gol de Piatti para el 3-0 vs. Gimnasia. El avance vuelve a ser por el centro con toques y movilidad; Correa asiste con un pase filtrado a Piatti, que llega y define ante Monetti.
el desgarro I Gran debut y después... Superado un conflicto por su pase con la AFIP, Piatti se presenta y es figura en el 2-1 con Colón, el 9 de septiembre de 2012. Cuatro días después, en una práctica, se desgarra el muslo izquierdo.
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de los 36 ataques de San Lorenzo frente a Gimnasia fueron interiores, dentro de un rectángulo imaginario que demarcaría la unión horizontal de las dos áreas. Sólo 9 tuvieron participación “externa”, utilizando las bandas.
el desgarro II Tarde negra con Racing El 29 de septiembre, juega apenas 41 minutos contra la Academia, en un 0-4 en el Cilindro. Sufre un pinchazo en la misma zona.
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el desgarro III Apenas 12 minutos San Lorenzo empata con Quilmes 2 a 2, el 27 de octubre, pero es un dato menor. Nacho entra cerca del final y padece la misma lesión. Y no juega más hasta febrero.
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Celebra Piatti, festeja el Ciclón: detrás de las lesiones, Nacho volvió a ser feliz
m. alfieri
las necesidades del equipo y de sus compañeros. Héctor Villalba, con muy buenos rendimientos, sería su reemplazante natural puertas adentro, pero el entrenador escogió otra variante: sumar a los buenos pies de Mercier y Ortigoza, a Romagnoli, Correa, Verón y Piatti. Los cuatro últimos, todos con capacidad para asistir, pisar el área y también convertir. Es que más allá del centrodelantero, el juego de San Lorenzo tiene una particularidad: ataca más con avances interiores que con desdoblamientos externos; intenta un camino más directo, central y vertical. Puede abrir la cancha con Buffarini y Mas desde lo posicional, pero no los usa tanto en los carriles externos. Una de las claves está
en la movilidad que, dentro de un 4-2-3-1 o 4-2-2-2, aporta para sacarle referencias al rival, generar asociaciones con descargas que pueden ser rápidas al espacio o cortas al pie. Pero, sobre todo ante rivales que suelen pararse atrás, es importante la movilidad para generarse los huecos ofensivos. El golazo de Piatti para el 3-0 ante Gimnasia fue todo ataque central, como si se trazaran líneas imaginarias paralelas y verticales que continuaran y unieran un área grande de la otra (como se ve en la imagen). Romagnoli, Correa, Mercier, Verón, asistencia de Correa y gol de Piatti. Por allí ataca preferentemente el Ciclón. Verón puede ir por afuera (como en el muy buen tanto a Quilmes), y el propio Villalba también, como en el centro que finalizó en el 2-0 de Cavallaro ante Colón. Pero no es casualidad que 9 de los 15 goles en el Inicial hayan sido con ataques interiores y sólo en 3 hayan usado los carriles de las bandas para elaborar. Los restantes fueron de pelota parada (2) y de penal (1). Sin un nueve clásico, todos pueden llegar a sorprender en esa posición. Como suele decir Pep Guardiola, lo importante no es “estar”, sino “llegar” al área. Y San Lorenzo edifica a partir del buen pie. Por eso el golazo de Alvarado, un central que ya había avisado pisando el área a los 39 minutos del primer tiempo, cuando tiró una pared y fue a buscar la devolución de Correa como un Nº 9 más. De todas formas, vale una aclaración: aun estando lesionado el juvenil Rodrigo Contreras (centrodelantero de 1,80m), da la impresión de que al Ciclón le falta, desde las características, un atacante potente y alto, que no sólo puede serle útil para ganar de arriba tras un centro y ante defensas cerradas cerca de su arquero, sino también para colaborar como libre en las pelotas paradas en contra, hoy responsabilidad bien llevada por Ortigoza (1,80m). Si bien siempre tuvo gente alta para tomar marcas (Mercier, Gentiletti, Alvarado, Mas, Navarro, Kannemann), tras el cambio de marcación (dejó de hacer zona y tomó hombre en los córners), el Ciclón dejó de sufrir sobresaltos. En ataque pisa fuerte y se ilusiona. Después de sacar cuentas y analizar variantes, ni Viatri, ni Funes Mori, ni Riaño, ni Bueno, ni Castillejos. A falta de un centrodelantero definido y con experiencia (y sin un refuerzo que lo reemplace), los jugadores entendieron que, con movilidad, inteligencia y sacrificio colectivo, el N° 9 de San Lorenzo podía estar en el plantel: ¿Villalba? ¿Verón? ¿Correa? ¿Piatti? ¿Cavallaro? ¿Alvarado? ¿Romagnoli? ¿Elizari? Ninguno de ellos. En realidad, la suma de todos ellos.ß