Apuntes de Psicología 2014, Vol. 32, número 2, págs. 171-180. ISSN 0213-3334
Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, Universidad de Cádiz, Universidad de Córdoba, Universidad de Huelva, Universidad de Sevilla
Carl Rogers y Martin Buber: las actitudes del terapeuta centrado en la persona y la relación “yo-tú” en psicoterapia Matías MÉNDEZ LÓPEZ Universidad Diego Portales. Santiago de Chile
Resumen El enfoque humanista-existencial en psicoterapia encuentra en la fenomenología y el existencialismo sus principales undamentos filosóficos. esde la óptica e istencial, la promoción de un encuentro aut ntico dialógico entre terapeuta cliente constitu e uno de los aspectos más importantes del proceso terap utico. A este respecto, la obra del filóso o artin uber a in uido uertemente en el traba o de varios autores umanistas. Particularmente, su relación o- ú a sido considerada como la modalidad de encuentro primordial en psicoterapia umanista. n este conte to, el presente artículo examina la propuesta de Carl Rogers sobre las tres actitudes fundamentales del terapeuta centrado en la persona (congruencia, aprecio positivo incondicional y empatía a la luz de la teoría de uber, conclu endo ue, considerando la ormulación original de ogers, las condiciones descritas por el autor no garantizarían el establecimiento de un encuentro dialógico del tipo o- ú en psicoterapia. Palabras clave: Carl ogers, artin uber, relación terap utica, psicoterapia centrada en la persona. Abstract Humanistic-existential approach to psychotherapy relies on phenomenology and existentialism as its main philosop ical oundations. rom t e e istential perspective, t e promotion o aut entic and dialogical encounter bet een t erapist and client is considered as one o t e most important aspects o t e t erapeutic process. In t is respect, t e or o p ilosop er artin uber as strongl in uenced t e or o several umanistic aut ors. Particularl , is I- ou relations ip as been considered as t e ultimate encounter modalit in umanistic ps c ot erap . In t is conte t, t is article e amines Carl ogers proposal on t e t ree undamental attitudes o t e person-centered t erapist (congruence, unconditional positive regard and empathy in t e lig t o uber s t eor , concluding t at, according to ogers original ormulation, t e conditions described b t e aut or don t guarantee t e emergence o an I- ou -t pe dialogical encounter in psychotherapy. Key words: Carl ogers artin uber erapeutic relations ip, Person-centered ps c ot erap .
La psicoterapia humanista-existencial encuentra en la filoso ía e istencialista la enomenología su principal sustento filosófico epistemológico. Ambas uentes nutren las propuestas de este en o ue, con ormando la base sobre la cual se construyen los distintos modelos que componen la tercera uerza de la psicología Cro uevielle, 200 Sassen eld oncada, 200 obías arcía-Valdecasas, 200 . stas dos corrientes de pensamiento llevadas a la práctica clínica desembocan en una particular manera de entender el proceso terap utico, ue cruza dimensiones tan
relevantes como el psicodiagnóstico, las modalidades de intervención la naturaleza del vínculo terap utico. Siguiendo a Spiegelberg 1 70, cit. en Cain, 2002 , la enomenología puede definirse como la investigación directa la descripción de los enómenos tal como son e perimentados en la conciencia, sin teorías acerca de su e plicación causal tan libre como sea posible de preconcepciones presuposiciones sin e aminar p. 7, traducción propia . sta opción epistemológica aplicada a la situación terap utica determina el modo en ue el terapeuta se
Dirección del autor: Facultad de Psicología. c/ Vergara 275. Santiago de Chile. Correo electrónico:
[email protected] Recibido: julio de 2014. Aceptado: septiembre de 2014.
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aproxima a la experiencia de su cliente (así como respecto de su propia e periencia sub etiva sin uicios ni valores preconcebidos, ale ándose de la tendencia a interpretar, teorizar o racionalizar aquello que emerge en el relato de quien consulta (Sassenfeld et al., 200 . Por su parte, la promoción de un encuentro aut ntico dialógico entre terapeuta cliente constitu e una de las condiciones undamentales de toda situación terap utica iluminada por el en o ue e istencialista ellebre , 200 Stumm, 2008 onte , 1 . Autores como Heidegger, uber, erleau-Pont , entre otros, an se alado ue el ser umano se constitu e como tal en tanto e iste en relación con otros, donde relación refiere no a la acción ue un individuo e erce sobre otro, sino a a u l enómeno emergente ue tiene lugar entre dos personas el surgimiento de un Nosotros ue es trascendente e inclusivo ellebre , 200 epp, 1 4 Orange, 200 . En la literatura humanista-existencial se trata el tema del encuentro entre terapeuta y cliente como uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en la práctica clínica. El establecimiento de un vínculo aut ntico dialógico entre las partes participantes del proceso terap utico es visto, en este conte to, como una condición ineludible para el ito terap utico ogers, 1 80a, 1 80b onte , 1 . Según e plica endlin 1 7 , la psicoterapia e itosa, cual uiera ue uere su orientación, a supuesto siempre, de modo nuclear, este tipo concreto de encuentro p. 3 , donde el terapeuta se vincula con uien tiene en rente implicándose en una relación directa, íntima asta cierto punto orizontal . A este respecto, la obra del filóso o vien s artin uber a sido una in uencia clara en las ormulaciones teóricas clínicas de los autores humanistas-existenciales (Croquevielle, 200 Orange, 200 onte , 1 . Según Orange 200 , los terapeutas umanistas an visto en su filoso ía del encuentro o-tú un ideal terap utico de sanar a trav s del contacto persona-a-persona a trav s de lo ue, siguiendo a uber, denominan confirmación p. 17 . a relación YoTú versus Yo-Ello descrita por uber 1 23 es a menudo citada como la modalidad de encuentro primordial en psicoterapia humanista. En la modalidad Yo-Ello la otra persona no es interpelada directamente como persona onte , 1 , p. 1 7 , sino como un ob eto o medio para alcanzar determinados fines. n cambio, la relación Yo-Tú privilegia un encuentro aut ntico dialógico, donde psicoterapeuta cliente son, cada vez más, comprendidos como dos personas envueltas en una relación de su eto a su eto, esencialmente igualitaria, basada en la intersub etividad, la intuición la a ectividad oris, 1 87, cit. en oreira, 2001, p. 102 . l establecimiento de una relación dialógica del tipo Yo-Tú entre terapeuta y cliente depende en gran medida del modo en que el primero se aproxima a la experiencia del segundo onte , 1 . n este conte to, diversos autores an teorizado sobre las cualidades o actitudes
existenciales” que el terapeuta ha de desarrollar y poner en práctica en la situación terap utica con el fin de avorecer el establecimiento de un vínculo dialógico ue resulte sanador endlin, 1 Naran o, 200 Perls, 1 0 ogers, 1 80a, 1 80b . a tesis de las condiciones necesarias suficientes para el cambio psicoterap utico ormulada por Carl ogers en 1 7 ogers, 1 80a constitu e un claro ejemplo de lo anterior. A partir de su traba o de investigación sobre psicoterapia, ogers enumeró tres actitudes ue el terapeuta a de actualizar en la situación terap utica 1 congruencia, 2 aprecio positivo incondicional 3 comprensión empática ogers, 1 80a . stas cualidades resultarían necesarias suficientes para acilitar un cambio positivo en la personalidad del cliente, serían en definitiva más importantes ue cual uier recurso teórico o t cnico ue el pro esional pudiera aplicar en su encuentro con el consultante. l presente traba o tiene como ob etivo responder a la siguiente pregunta en u medida las actitudes del terapeuta definidas por ogers avorecerían el establecimiento de un encuentro dialógico del tipo Yo-Tú en la situación terap utica, tal como sta a sido descrita por artin uber Para contestar esta pregunta, se revisarán algunos de los elementos centrales del pensamiento de uber a propósito de la relación Yo-Tú el papel ue el encuentro dialógico uega en la psicoterapia, para luego presentar las ormulaciones de Carl Rogers sobre las actitudes del terapeuta. Posteriormente, se o rece una lectura de la propuesta de ogers a la luz de la filoso ía del encuentro de uber.
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Martin Buber. La relación Yo-Tú y el encuentro dialógico en psicoterapia artin uber 1 78-1 ue un filóso o escritor udío nacido en Viena, cu o pensamiento abarcó una diversidad de tópicos disciplinas. Su obra escrita inclu e ensa os sobre istoria de la filoso ía, psicología, política, teología, entre otros temas. Su umanismo cre ente Orange, 200 a e ercido una clara in uencia en el pensamiento de diversos autores contemporáneos, entre los ue se cuenta numerosos psiquiatras y psicoterapeutas como ud ig ins anger, Hans r b, Irvin alom, ritz Perls y Carl Rogers. uber estudió desde mu oven la obra de importantes filóso os como Immanuel ant riedric Nietzsc e. n su poca universitaria estudió psi uiatría con il elm undt en eipzig, mmanuel endel en erlín ugen leuler en uric Step ens, 2001 . Asimismo, ue discípulo de il elm ilt e en erlín Orange, 200 , de uien eredó un pro undo inter s por las cuestiones más undamentales de la existencia humana. l centro del pensamiento de uber lo constitu e su iloso ía del encuentro . uber teorizó sobre el modo en ue el ser umano se vincula con el mundo, sobre la
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manera en que este encuentro determina su existencia. Para este autor, la relación es primordial el o en sí no e iste para uber e iste por un lado el o en relación con el tú , y por el otro el yo que introduce en el mundo un objeto de e periencia como ello uitman, 1 8 , p. 4 . En su libro Yo y Tú uber, 1 23 , el autor afirma ue los seres humanos nos relacionamos con el mundo asumiendo dos actitudes undamentales. stas actitudes constitu en modalidades de relación claramente di erenciables, si bien complementarias Yo-Tú y Yo-Ello. Según Hudson 2010 , estas actitudes o pares de palabras operan como la e plicación de uber acerca de cómo respondemos al mundo ue encontramos a nuestro alrededor. l o- llo oú son la orma en ue uber e plica cómo los umanos se relacionan con la e periencia con otros seres p. 144, traducción propia . Ambas ormas de relación se actualizan en los vínculos ue las personas establecemos tanto con otros seres humanos como con otras entidades no-humanas. Sin embargo, e plica Hudson 2010 , la preocupación de uber tenía ue ver undamentalmente con las relaciones que se dan entre seres humanos. n la relación Yo-Tú se establece un vínculo dialógico de persona-a-persona donde ambas partes se encuentran y confirman en tanto que sujetos, a di erencia de lo ue ocurre en la relación Yo-Ello, donde el otro aparece como un objeto ue puede ser observado de manera desapegada, evaluado, medido, estudiado, etc. Para uber, el ser umano se configura como un o Ich sólo a trav s de un ú Du) Hudson, 2010 acobs, 1 1 . n este sentido, la relación el encuentro dialógico suponen un aspecto esencial en la configuración de la individualidad la sub etividad, así como en el reconocimiento de uno mismo en tanto persona ue deviene única particular en su e istencia epp, 1 4 . n otras palabras, es sólo a trav s del diálogo que el Yo y el Tú aparecen (existen). Si bien la condición dialógica Yo-Tú es primordial, el autor considera ue este tipo de relación e iste generalmente en forma latente. El común de nuestras interacciones cotidianas supondría, en este sentido, relaciones del tipo Yo-Ello. Al menos así se constata en la práctica de la psicoterapia, donde, según afirma acobs 1 1 , por lo general predominaría la modalidad Yo-Ello, mientras el Yo-Tú permanecería en el tras ondo. l surgimiento de un encuentro dialógico tiene para uber un carácter de sorpresa , por cuanto surge espontáneamente, sin ue sea posible orzarlo o producirlo a voluntad Orange, 200 S ad arson, 2010 . ste punto resulta de especial importancia en la práctica clínica. Según e plica Orange 200 , uber creía ue la sorpresa era un elemento esencial del encuentro dialógico entre o ú , en consecuencia, previno contra la confianza en el m todo la teoría en psicoterapia p. 23 . Para el autor, la relación dialógica supone la capacidad de la persona para participar de la experiencia de su interlocutor, lo ue denominó Inclusión (Umfassung . a inclusión
es el resultado de prestar una genuina atención a a uello ue ocurre al otro Ventimiglia, 2008 . uber distinguió la inclusión de la Empatía (Einfühlung , por cuanto sta significa la e clusión de la propia concretud, el apagamiento de la situación e ectiva de vida, la absorción en un esteticismo puro de realidad en la ue uno no participa uber, 2002, cit. en Orange, 200 , p. 27 . e acuerdo a uber, la inclusión
sta inclusión puede o no ser mutua. l encuentro dialógico puede darse sólo en orma parcial si es ue una de las partes se abre a la experiencia del otro mientras que la otra parte permanece ajena al mundo de su interlocutor. l verdadero diálogo sólo surge a partir de la apertura de ambos participantes a la e periencia del otro mientras la inclusión puede estar presente a trav s de la participación de sólo un individuo, el diálogo re uiere un involucramiento al menos parcial de ambas personas” (Shady et al., 2010, p. 8 , traducción propia . Sin embargo, uber destaca el ec o de ue la relación dialógica Yo-Tú no necesariamente debe
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s la e tensión de la propia concretud, la realización de la situación real de vida, la presencia completa de la realidad en la ue uno participa. Sus elementos son, en primer lugar, una relación, sin importar de u tipo, entre dos personas en segundo lugar, un evento en común experimentado por ellas en el cual al menos una de ellas participa de modo activo tercero, el ec o de ue esa persona, sin perder nada de la realidad sentida en su actividad, al mismo tiempo atraviesa el evento común desde el punto de vista del otro. uber, 2002, cit. en Orange, 200 , p. 28 n este sentido, siguiendo a onte 1 , la inclusión significa vivir en el polo del Otro en la polaridad o- ú p. 207 , lo ue en psicoterapia implicaría incluirse en el mundo del paciente p. 207 . n la inclusión el terapeuta toma contacto con el paciente y al mismo tiempo se permite ser a ectado por l por su e periencia . de acuerdo a Orange 200 , cuando un o un ú e perimentan untos un evento, la e periencia de uno de ellos pasa a incluir el punto de vista del otro p. 28 . Sobre este punto, uber afirma ue el momento en ue se actualiza la inclusión s un evento en el cual e perimento el dolor específico de otro de tal manera, ue siento lo específico ue tiene , por tanto, no una incomodidad general o un estado general de sufrimiento sino este dolor particular como el dolor del otro. Este hacer presente aumenta hasta que es una paradoja en el alma cuando yo y el otro estamos abrazados por una situación vital común el dolor ue le in i o surge en mí mismo… en tal momento algo puede llegar a ser que no se puede construir de ninguna otra orma. uber, 1 , cit. en Orange, 200 , p. 2
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ser constante y tampoco puede ser siempre completamente recíproca. e ec o, dice el autor, a relaciones como la que se establece entre terapeuta y paciente que nunca pueden ser del todo recíprocas, pues cuando se logra la completa mutualidad, la relación pasa a ser de otra naturaleza Orange, 200 . unto con la inclusión, uber e plica ue en la relación dialógica Yo-Tú ha de estar presente la confirmación (Bestätigung) del otro en tanto un genuino y legítimo otro ú . sta confirmación sería la constatación más clara de una verdadera inclusión, donde el otro aparece como un su eto ue e iste deviene real en su e istencia dinámica cambiante. n palabras de uber, a confirmación puede malentenderse como algo estático. e encuentro con otro lo acepto lo confirmo tal como a ora es. Pero confirmar a una persona tal como es representa sólo el primer paso, puesto ue la confirmación no significa ue asumo su apariencia en este momento como la persona ue uiero confirmar. Tengo que tomar a la otra persona en su existencia dinámica, en su potencialidad específica. Cómo puedo confirmar lo ue más uiero confirmar en su ser presente so es lo oculto, pues en el presente ace oculto lo que puede devenir. Su potencialidad se me hace sentir como a uello ue más confirmaría. uber, 1 , cit. en Orange, 200 , p. 31, cursivas del original
uien abla no percibe meramente a uien está presente para l de este modo como un ser completo único lo recibe como compa ero eso significa ue confirma a este otro ser en la medida en ue le corresponda confirmar. l verdadero vuelco de su persona acia el otro inclu e esta confirmación, esta aceptación. Por supuesto, tal confirmación no significa aprobación pero sin importar en u aspecto est en contra del otro, al aceptarlo como compa ero en un diálogo genuino lo e afirmado como persona. uber, 1 2, cit. en Orange, 200 , p. 32 A este respecto, a propósito de la práctica clínica, ellebre 200 se ala Apro imarse al cliente en t rminos de una Psicoterapia ialogal significa ue debe e istir la voluntad de apro imarse al otro en este caso un cliente , aceptarlo, confirmarlo por ui n es , en última instancia, uien está llamado a convertirse . p. 1 , traducción propia . Carl Rogers. Las condiciones necesarias y suficientes para el cambio psicoterapéutico
n este punto es posible ver en u medida el pensamiento de uber otros filóso os e istencialistas resuena en los planteamientos fundamentales de la psicoterapia existencial. a comprensión la confirmación de la e istencia particular del sujeto requieren necesariamente tener en cuenta el movimiento, cambio o dirección a ectiva e periencial que se da dinámicamente ante las posibilidades concretas ue se presentan potencialmente en la vida cotidiana de la persona y desde las que la persona se proyecta hacia el uturo e Castro arcía, 2008, p. 12 . l carácter dinámico e impermanente del sujeto y su personalidad es un elemento central de la antropología filosófica ue sub ace a las propuestas umanistas-e istenciales e Castro et al., 2008 Sassen eld, s. . . a con irmación supone la aceptación radical de la persona tal como deviene en el momento presente, considerando además su pro ección acia el uturo. esta aceptación no significa aprobación; no se trata de una forma de valoración, sino del acto de constatar en la e periencia que la otra persona es tal como ahora está siendo, en ese mismo acto abrazar la experiencia del otro para poder entrar así en un verdadero encuentro dialógico e inclusivo. n este sentido, sólo a trav s de la confirmación es posible aceptar al otro como un legítimo compa ero en un diálogo Gesprächspartner , incluso cuando el otro resulta ser un adversario (Adversarius uber, 1 2 . e acuerdo a uber,
El Enfoque Centrado en la Persona nace en los Estados Unidos a partir de las investigaciones desarrolladas por Carl ogers sus colaboradores entre los a os 1 38 1 3. ondra 1 78 ubica el surgimiento de la terapia rogeriana a comienzos de la d cada de 1 40, específicamente con la publicación de Counseling and Psychotherapy en 1 42 ogers, 2007 . Autores como ecuero 2007 , ondra 1 78 oreira 2001 distinguen di erentes etapas en el pensamiento de ogers, a trav s de las cuales el autor ue afinando precisando su comprensión acerca de los procesos implicados en el cambio terap utico, así como su teoría sobre la naturaleza de la personalidad. Rogers estaba interesado en descubrir cuáles eran los procesos ue avorecían una psicoterapia e itosa. Para ello, l su e uipo analizaron en orma e austiva las interacciones ue se daban entre cliente terapeuta, estudiando detenidamente cientos de grabaciones magneto ónicas de sesiones de psicoterapia ogers, 1 8 . n el curso de sus investigaciones, el autor intentó describir cuáles eran los elementos t cnicos, relacionales actitudinales ue avorecían un cambio positivo de personalidad en el cliente. Apo ándose en la evidencia disponible, ormuló una teoría de la psicoterapia del cambio terap utico, ue derivó luego en una completa teoría de la personalidad ogers, 1 8 . Para ogers, la relación terap utica constitu e una orma especial de relación interpersonal, cu as características avorecen el desarrollo pleno de la personalidad de cliente ogers, 1 80a . esde su perspectiva, una terapia eficaz sólo puede e plicarse por la calidad del encuentro interpersonal con el cliente ogers, 1 80b, p. 1 . n palabras del autor,
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a calidad del encuentro es uizás, a la larga el elemento ue determina asta u punto estamos viviendo una e periencia ue libera o promueve la evolución el desarrollo personales. Creo que en última instancia la calidad de mi encuentro importa más ue mi erudición, ormación pro esional, orientación asesora t cnicas empleadas en la entrevista. ogers, 1 80b, p. 1- 2 .
os numerales 1 , 2 describen aspectos relacionales de la situación terap utica las características de la persona ue consulta, mientras ue los puntos 3 , 4 describen ciertas disposiciones o cualidades personales especí icas del terapeuta. e acuerdo a ondra 1 78 , lo más original de la propuesta de ogers tiene ue ver con ue las condiciones descritas en los puntos 3 , 4 refieren a actitudes internas del terapeuta, no a sus
conductas específicas. No estamos ablando de algo transitorio que pudiera expresarse en un acto o sentencia del terapeuta, sino de una continua disposición ue impregna consistentemente todas las diversas conductas del terapeuta p. 1 3 . A continuación revisamos cada una de las actitudes descritas por Rogers. La congruencia del terapeuta refiere a la capacidad de ste de ser sincero, transparente aut ntico consigo mismo con su cliente. n palabras de ondra 1 78 , esta autenticidad comporta dos elementos 1 la accesibilidad a la conciencia de todos los sentimientos del terapeuta. 2) La disposición de comunicar todos los sentimientos, con vistas a ue la relación terap utica sea aut ntica real p.211 . n este sentido, ogers 1 80b e plica ue se allana el desarrollo personal cuando el asesor es lo que es, cuando en la relación con el cliente actúa de manera aut ntica, sin ningún rente o pantalla, e presando abiertamente los sentimientos actitudes ue en ese instante u en en su interior p. 2, cursivas del original . n resumen, cuando el terapeuta es congruente o integrado en la relación , desarrolla la capacidad de llevar a la conciencia el comple o u o de e periencias sentimientos ue ocurren en su interior, pudiendo además e presarlo con palabras si le parece necesario para el proceso terap utico del cliente. Por su parte, el aprecio positivo incondicional es explicado por ogers en los siguientes t rminos asta el punto en que el terapeuta se encuentra a sí mismo experienciando una aceptación cálida de cada aspecto de la e periencia del paciente como parte de ste, está e perienciando un aprecio positivo incondicional ogers, 1 80a, p. 82 . e acuerdo al autor, el terapeuta debe aceptar todo a uello ue surge en el campo enom nico del cliente momento a momento, sin en uiciar ni valorar dic os elementos en orma positiva o negativa. Supongo ue las posibilidades de desarrollo cambio aumentan en razón directa a la e perimentación, por parte del asesor, de una actitud cálida, positiva, benigna hacia lo que existe dentro del cliente ogers, 1 80b, pp. - 7, cursivas del original . l terapeuta acepta a la persona ue tiene en rente tal como se presenta ante l, asumiendo una actitud de respeto por la individualidad de la experiencia del cliente. ste respeto por la individualidad de la persona se constata en el sentido incondicional del aprecio ue el terapeuta experimenta por la experiencia de su cliente. Según ogers 1 80b , cuanto más incondicional sea el aprecio positivo tanto más eficaz será la relación, entendi ndose por incondicional el ec o de ue el asesor aprecia al cliente de una manera total, en vez de condicional p. 7 . n este conte to, se entiende por condicionalidad del aprecio el ec o de valorar a un otro en unción del grado en ue sus conductas, pensamientos, e periencias, etc. coinciden con a uello ue uno mismo el terapeuta valora positivamente. ogers clarifica este punto se alando lo siguiente
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n este conte to, la pregunta central ue orientó el programa de investigación de ogers su e uipo era la siguiente s posible ormular, en t rminos claramente definibles medibles, las condiciones psicológicas ue son tanto necesarias como suficientes para producir un cambio constructivo en la personalidad n otras palabras, sabemos con cierta precisión cuáles son los elementos esenciales si ha de aparecer el cambio psicoterap utico ogers, 1 80a, p. 77 A partir de sus allazgos, el autor ormuló en 1 7 una de sus más controvertidas tesis las seis condiciones necesarias suficientes para iniciar el cambio constructivo de personalidad en psicoterapia ogers, 1 80a . Según la ormulación original de ogers Para ue ocurra un cambio constructivo de personalidad, es necesario ue estas condiciones e istan permanezcan durante cierto tiempo 1 os personas están en un contacto psicológico 2 a primera, a uien llamaremos paciente, se alla en un estado de incongruencia, siendo vulnerable o ansioso 3 a segunda persona, a uien llamaremos terapeuta, es congruente o integrada en la relación 4 l terapeuta e perimenta un aprecio positivo incondicional por el paciente l terapeuta e perimenta una comprensión empática del marco de referencia interno del paciente y se es uerza por comunicar a ste tal e periencia a comunicación al paciente de la comprensión empática el aprecio positivo incondicional del terapeuta se logra en un grado mínimo. No se necesitan otras condiciones. Si e isten stas permanecen durante cierto tiempo, es suficiente. Se seguirá el proceso de cambio constructivo de personalidad. ogers, 1 80a, p. 7
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Se ipotetiza ue, para ue esta consideración positiva sea más eficaz, a de ser incondicional. o cual significa ue no e isten condiciones de aceptación, ue no a ningún sentimiento similar al sólo te uiero si eres así o así . Significa ue el terapeuta aprecia los aspectos negativos, de ensivos regresivos presentes en las e presiones ue de sí mismo muestra el cliente, del mismo modo ue aprecia sus e presiones sociales, maduras positivas. Valora al cliente en cuanto persona total, por eso valora todas las e presiones acetas de esta persona. ogers, 1 1, cit. en ondra, 1 78, p. 220
Como se mencionó en un apartado anterior, la filoso ía del encuentro de artin uber su propuesta acerca de la relación Yo-Tú han sido tomados en cuenta por diferentes autores vinculados al en o ue umanista-e istencial en psicoterapia. l valor de la relación dialógica el encuentro umano en la situación terap utica es uno de los temas centrales de las distintas ormulaciones teóricas clínicas en esta perspectiva.
Carl ogers reconoció en la obra de uber una serie de elementos filosóficos ue resonaban con sus propias ormulaciones en el campo de la psicoterapia. Las condiciones de congruencia, aprecio positivo incondicional comprensión empática encuentran un interesante paralelo en las formulaciones de uber a propósito del diálogo, la inclusión la confirmación erril, 2008 . Un dato interesante en abril de 1 7 ambos autores sostuvieron una conversación en la universidad de ic igan, la cual ue moderada por aurice riedman. a transcripción de esta conversación ue publicada en The Knowledge of Man de uber 1 en Carl Rogers: Dialogues risc enbaum Henderson, 1 8 a sido ob eto de varios análisis Cissna Anderson, 1 7a, 1 7b erril, 2008 . n este evento ogers uber tuvieron la oportunidad de discutir contrastar sus teorías acerca del encuentro umano, reconociendo varias convergencias ormulando algunas precisiones importantes. A continuación se revisará cada una de las actitudes definidas por ogers, contrastándolas con las ideas de uber sobre el encuentro dialógico la relación Yo-Tú. n primer lugar, la condición de congruencia en Rogers significa ue el terapeuta es, en toda propuesta, el con unto de todos los sentimientos actitudes ue transcurren en l en ese instante dado ogers, 1 7 , cit. en artevelle, 2010, p. . l terapeuta, dice ogers, a de ser transparente aut ntico en la relación, actualizando todo su ser en el encuentro con el cliente. A u l puede comunicar al cliente a uello ue siente e perimenta en el momento presente, siempre ue dic a comunicación resulte relevante para el proceso terap utico. sta autenticidad reverbera en las palabras de uber, cuando afirma ue la palabra básica o- ú sólo puede pronunciarse con todo el ser; quien se compromete no puede retener una parte de sí mismo el traba o no me permite, tal como pudiera acerlo un árbol o un ombre, buscar rela o en el mundo del llo uber, 1 70, cit. en Orange, 200 , pp. 23-24 . Según el autor, el encuentro dialógico sólo puede tener lugar cuando una persona se vincula con todo su ser , mostrándose tal cual está siendo-deviniendo en el momento presente. , unto a esto, el surgimiento de una completa autoconciencia del ser total sólo se deriva del encuentro de un o un ú, nunca de una relación del tipo Yo-Ello Hudson, 2010 . a congruencia del terapeuta es vista por ogers como la cualidad undamental ue avorece el encuentro umano. Si bien en un comienzo el autor ormuló esta condición como una mera ausencia de enga os o ac adas , más adelante, gracias a la in uencia de la filoso ía e istencialista, pasó a ser concebida como un camino positivo acia el verdadero encuentro interpersonal ondra, 1 78, p. 21 . n la medida ue el terapeuta se vuelca acia el otro en la relación, permiti ndose ser mostrarse como uien realmente es, su preocupación undamental reside en cómo entrar con toda su persona en la relación, o si se uiere, en
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inalmente, la comprensión empática refiere a la capacidad del terapeuta de ponerse en el lugar del otro, abri ndose a sentir a uello ue el cliente e perimenta internamente momento a momento durante la sesión. n palabras de ogers 1 80a , la uinta condición es ue el terapeuta e periencia una comprensión empática precisa del conocimiento que el paciente tiene de su propia experiencia sentir el mundo privado del paciente como si uera el propio, pero sin nunca perder la cualidad de como si - en esto consiste la empatía, parece esencial en la terapia p. 84 . Percibir como propias la con usión del cliente, su timidez o eno o, su sensación de ue lo tratan in ustamente, pero sin de ar ue se unan a la propia incertidumbre, miedo, rabia o sospec a, tal es la condición ue procuro describir ogers, 1 80b, p. . En las dos citas precedentes el autor precisa un aspecto de la comprensión empática ue es undamental en psicoterapia el acto de empatizar con el cliente re uiere ue el terapeuta pueda mantener una cierta distancia psicológica entre el contenido experiencial del cliente y su propio campo enom nico. n el caso ue esta distancia no se actualice en la relación, el terapeuta caerá en el riesgo de entrar en una dinámica con uente con el consultante, imposibilitando cual uier tipo de avance en el proceso terap utico. e este modo, ogers afirma ue si el terapeuta logra desarrollar y poner en práctica en forma sistemática y en un grado mínimo estas tres actitudes durante el encuentro con su cliente, el cambio terap utico tendrá lugar sin ue sea necesario recurrir a otros elementos o recursos t cnicos para acilitar el desarrollo pleno de la personalidad de quien consulta. Las actitudes de Carl Rogers a la luz del pensamiento de Buber
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cómo crear un aut ntico encuentro e istencial ondra, 1 78, p. 217 . n este conte to, la congruencia coincide con lo ue onte 1 , siguiendo a uber, denomina presencia. l terapeuta está presente sólo en la medida ue respeta lo suficientemente su verdadero sí mismo para conocerlo, mantenerlo mientras practica la inclusión mostrarlo en vez de aparentar -parecer otra cosa p. 208 . sta presencia resulta fundamental para el establecimiento de un encuentro dialógico. Cuando uber afirma ue a trav s de la confirmación acemos presente al otro en tanto ú, se ala tambi n en la dirección opuesta acia el o , por cuanto uno mismo a de confirmar en el encuentro su propia e istencia tal como deviene en el momento presente. Por su parte, el aprecio positivo incondicional de Rogers significa ue el terapeuta acepta al cliente tal como es, reconoci ndolo en su individualidad, sin emitir uicios de valor sobre su e periencia o conducta. sta aceptación no se trata de una evaluación positiva , sino de una consideración positiva global e instantánea de lo ue es el cliente artevelle, 2010, p. 0 . sto implica , afirma ogers 1 1, cit. en artevelle, 2010 , ue el terapeuta admite verdaderamente ue el cliente es el sentimiento ue lo recorre en este momento p. 1 . n este sentido, el aprecio positivo supone aceptar todo lo ue el cliente está siendo en el momento presente. sta condición recuerda a la confirmación de uber, la cual supone, como vimos anteriormente, la aceptación radical del otro. Sin embargo, el acto de confirmar al ú va más allá de su condición de e istencia presente, por cuanto comporta un reconocimiento del devenir potencial ue dic a condición encierra Stumm, 2008 Orange, 200 . onte 1 reafirma esta precisión de manera elocuente cuando dice ue uber considera ue aceptar al otro tal como es en un momento dado, es una condición necesaria pero no suficiente para el ito terap utico. Un terapeuta e itoso además confirma a la persona en su más pleno potencial” p. 208, cursivas del original . n su encuentro con ogers, uber puntualizó esta observación diciendo ue la confirmación significa aceptar la potencialidad total del otro y marcar una diferencia incluso decisiva en su potencialidad no sólo acepto al otro tal como es, sino ue además lo confirmo, en mí mismo, luego en l, en relación con esta potencialidad ue a de convertirse cit. en erril, 2008, p. . l n asis de ogers en el a uí a ora constitu e un punto de divergencia respecto de los en o ues e istenciales en psicoterapia por e emplo logoterapia, análisis e istencial . Si bien autores como ins anger, ran l, a , entre otros otorgan un valor undamental a la vivencia presente, cuidan no perder de vista el ec o ue el ser umano orienta su vida en unción de pro ectos, metas valores, pro ectando su e istencia acia el uturo ran l, 1 2 a , 1 8 Stumm, 2008 .
n tercer lugar, la comprensión empática signi ica ue el terapeuta siente con precisión, con agudeza, los sentimientos, las sensaciones, las significaciones ue está e perimentando el cliente . Significa entrar en el mundo perceptual íntimo del otro y llegar a sentirse profundamente en casa dentro de l ogers, 1 7 , cit. en artevelle, 2010, p. 8 . esulta evidente en u medida esta condición coincide con lo ue uber llamó inclusión. a inclusión en psicoterapia, se ala onte 1 , consiste en volcar la propia e istencia o acia la polaridad del cliente (Tú) de manera que sea posible percibir su vivencia tal como ste la percibe. Inclusión confirmación son dos caras de una misma moneda, por cuanto la primera supone aceptar respetuosamente la vivencia del otro, sin imposiciones ni valoraciones. Al e ercer la inclusión, el terapeuta acepta la e periencia enomenológica del paciente, entra respetuosamente a su mundo enomenológico, lo vivencia acepta tal como es p. 207 . A ora bien, uber e plicó ue la inclusión Umfassung) no es lo mismo que empatía (Einfühlung para l, la empatía sugería un intuicionismo místico o est tico, un descuido del ú real del Nosotros real o lo inter umano (das Zwischenmenschliche Orange, 200 , p. 27 , mientras ue la inclusión denota el acto de volcar la propia concretud o al encuentro de la vivencia del otro ú , de manera tal ue del encuentro en un evento común sur a la posibilidad de vivenciar esta e periencia desde el punto de vista del otro, con el otro. e este modo, la inclusión de uber apunta a un nivel incluso más pro undo ue la comprensión empática ormulada por Rogers. Se trataría de un momento de existencia donde Yo y Tú se funden en un Nosotros ue es ontológicamente diferente al Yo y Tú. Cuando en el encuentro dialógico se logra la inclusión mutua, lo ue emerge no es un mero entendimiento del otro, sino la e periencia de ser con el otro. Cabe precisar ue esto no significa ue la inclusión devenga en un estado con uente del ue ogers nos previno insistentemente la e periencia de encuentro dialógico se configura como un momento de e istencia en que se trasciende el Yo y el Tú. Por último, como se mencionó en un apartado anterior, uber afirma ue el verdadero encuentro dialógico sólo puede completarse con la mutualidad de la inclusión la confirmación Orange, 200 . A este respecto, S ad et al. 2010 afirman es esencial considerar, sin embargo, ue la posibilidad de moverse desde el o- llo acia el o- ú no depende solamente de la actitud con la que el yo [self] se apro ima al otro. a modalidad o- ú involucra la mutualidad entre el o el otro, de manera ue la relación sólo emerge cuando el sel se vuelca acia el otro en tanto ú y el ú responde p. 84, traducción propia . en palabras de onte 1 , una persona con la actitud o- ú puede dirigirse a otra persona (Yo-Tú) sin tratarla como objeto de manipulación o- llo , sin embargo el o- ú puede no
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estar completo es decir un o- ú mutuo aún no desarrollado. […] Este contacto se puede considerar como un Yo-Ello ue es un o- ú latente pp. 1 7-1 8 . El modelo de Rogers no contempla este aspecto de mutualidad, por cuanto pone el oco e clusivamente en las actitudes del terapeuta, no en el desarrollo de las mismas en el cliente. ste último sólo a de percibir en un grado mínimo dichas actitudes de parte del profesional para que el cambio terap utico tenga lugar ogers, 1 80a . esde esta óptica, la relación terap utica a la ue apunta ogers no se configuraría como un verdadero encuentro dialógico Yo-Tú completo, sino como una relación Yo-Ello donde el Yo-Tú permanecería en el trasfondo como potencialidad. La reciprocidad de la inclusión la confirmación sí es tomada en cuenta en otros modelos teóricos, como por e emplo en el psicoanálisis intersub etivo, donde la mutualidad del encuentro y el mutuo reconocimiento de terapeuta y paciente cobra especial importancia Ventimiglia, 2008 .
n el apartado anterior se aprecia en u medida las formulaciones de Rogers acerca de las actitudes del terapeuta encuentran un paralelo con las ideas de uber sobre el encuentro dialógico la relación Yo-Tú. Según se puede ver, ambos autores coinciden en valorar los aspectos relacionales de la e istencia el devenir del ser umano. Asimismo, tanto ogers como uber estiman ue un verdadero encuentro sólo resulta posible si la persona o se implica en la relación con todo su ser , al tiempo ue confirma al otro ú en todo su ser. Sin embargo, son varios los puntos donde ambas posturas divergen. n el presente análisis sólo se izo mención de un par de aspectos en los ue el pensamiento de uber apunta en una dirección ligeramente distinta a las propuestas de ogers, a saber 1 el aprecio positivo y la aceptación de ogers consideran a la persona e clusivamente en su momento presente, mientras ue la confirmación de uber apunta no sólo al a uí a ora, sino además sobre todo a la potencialidad ue encierra la situación actual del otro, 2) la comprensión empática de Rogers implica el acto de aprehender el marco de referencia interno del cliente como si uese el nuestro, mientras ue la inclusión propuesta por uber supone un acto muc o más arriesgado definitivo, en el cual la concretud del Yo se extiende para entrar en el ú, endo más allá de una mera comprensión , entrando en un encuentro donde la polaridad Yo-Tú da paso a un Nosotros trascendente e inclusivo, 3 ogers considera ue el desarrollo de las actitudes de congruencia, aprecio positivo incondicional comprensión empática por parte del terapeuta es suficiente para el establecimiento de un encuentro sanador, mientras ue uber re iere ue el verdadero encuentro sólo es posible cuando la inclusión la confirmación se dan de manera recíproca. Sin duda,
un análisis más pro undo de ambas propuestas develaría muchos más aspectos y precisiones sobre las diferencias entre el pensamiento de ogers uber. Con todo, lo e puesto en el apartado anterior nos permite vislumbrar una respuesta preliminar a la pregunta ue orientó el presente traba o. e las tres divergencias e puestas, la tercera resulta ser uizás la más relevante a la ora de determinar en u medida las condiciones descritas por ogers avorecerían o no el establecimiento de un encuentro dialógico en la situación terap utica. oda vez ue ogers describe la cualidad de la relación terap utica como dependiente sólo del desarrollo de las actitudes de congruencia, aprecio positivo incondicional comprensión empática por parte del terapeuta, el autor de a de lado la importancia de la reciprocidad en todo encuentro Yo-Tú. n este sentido, la propuesta de ogers, en los t rminos a descritos, no necesariamente avorecería el desarrollo de un verdadero encuentro dialógico entre terapeuta cliente, por cuanto la respuesta del segundo ante las actitudes del primero no es tenida en cuenta. Sin embargo, cabe suponer ue las actitudes del terapeuta puedan in uir en las del cliente, tal como e plica Claudio Naran o 200 a propósito de la transmisión de actitudes e istenciales en terapia gestáltica. e acuerdo a Naran o, el proceso terapéutico consiste en la transmisión de una experiencia p. 24, cursiva del original . esde este punto de vista, podemos o recer una lectura matizada respecto de la respuesta inicial a la pregunta que guía este análisis. Si bien la ormulación original de ogers no considera el desarrollo de las actitudes ya descritas tanto en el terapeuta como en el cliente, sí podemos suponer ue un terapeuta ue actualice estas cualidades en la situación terap utica pueda promover el desarrollo de las mismas en el cliente. e ec o, ogers 1 8 reconoce como uno de los ob etivos de la terapia centrada en la persona ue el cliente logre alcanzar un estado de mayor congruencia entre su sí mismo sus e periencias organísmicas, lo cual supondría el desarrollo de la primera cualidad existencial descrita por el autor. Las otras dos actitudes no son mencionadas, al menos en orma e plícita, en las ormulaciones de Rogers sobre la persona que funciona completamente. n conclusión, en la medida ue la propuesta de Rogers no considera la mutualidad como un elemento relevante en la situación terap utica, no se puede afirmar ue las condiciones descritas por el autor sean suficientes para el establecimiento de una relación del tipo Yo-Tú entre terapeuta cliente. n este sentido, la teoría de ogers sobre las condiciones necesarias suficientes podría enri uecerse a trav s de la inclusión de las ideas de uber acerca de la reciprocidad del verdadero encuentro umano. ste traba o cumple con la unción de acer patente esta posibilidad, abriendo un espacio para uturas incursiones en a uella dirección.
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Discusión
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