ISSN 2408-3801 (Edición CD-ROM) ISSN 1853-1296 (Edición Online)
Volumen 13 Buenos Aires - 2015
Comité Académico
Directores Maria Paz Martinoli
Lic. en Ciencias Antropológicas, Universidad de Buenos Aires (UBA) Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Marina Smith
Estudiante de Ciencias Antropológicas, Universidad de Buenos Aires (UBA) Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas, Argentina
CONICET - INAPL
Dra. Elvira Inés Baffi
CONICET - Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti” - UBA
Dr. Ramiro Barberena
CONICET - Laboratorio de Paleocología Humana - UNC
Dr. Luis Alberto Borrero
Comité Editorial
CONICET - IMHICIHU - UBA
Dra. Adriana Callegari
Daniela V. Alunni
Lic. en Ciencias Antropológicas, Universidad de Buenos Aires (UBA) Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Catalina Balirán
Estudiante de Ciencias Antropológicas, Universidad de Buenos Aires (UBA) Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas
Instituto de Arqueología, - UBA
Lic. María Magdalena Frère Instituto de Arqueología - UBA
Dr. Luis González
CONICET - Instituto de Ciencias Antropológicas - UBA
Dra. María Isabel González
Daniela Cañete Mastrángelo
Lic. en Ciencias Antropológicas, Universidad de Buenos Aires (UBA) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET) Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL)
Eugenia Carranza
Estudiante de Ciencias Antropológicas, Universidad de Buenos Aires (UBA) Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas, Argentina
Instituto de Arqueología - UBA
Dr. Daniel Loponte CONICET - INAPL
Dra. Liliana M. Manzi
CONICET - IMHICIHU - UBA
Dr. Javier Nastri
Sofía Gandini
Prof. en Enseñanza Media y Superior, en Ciencias Antropológicas (UBA) Departamento de Ciencias Naturales y Antropológicas Universidad Maimónides
María Amelia González
Prof. en Enseñanza Media y Superior en Ciencias Antropológicas (UBA)
Juan Pablo Miyano
Lic. en Ciencias Antropológicas, Universidad de Buenos Aires (UBA) Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti” Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Laura Pey
Dr. Alejandro Acosta
CONICET - Fundación Felix de Azara - UBA
Dr. Axel Nielsen
CONICET - INAPL - Instituto Interdisciplinario Tilcara - UBA
Dr. Daniel Olivera
CONICET - INAPL - UBA
Dra. Paola S. Ramundo
CONICET - Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti” - UBA
Dra. Myriam Tarragó
CONICET - Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti” - UBA
Prof. en Enseñanza Media y Superior en Ciencias Antropológicas (UBA) Instituto de Arqueología (UBA)
Dra. Beatriz N.Ventura
CONICET - Instituto de Arqueología - UBA
Dra.Verónica I. Williams
CONICET - Instituto de Arqueología - UBA
Dr. Hugo D.Yacobaccio
CONICET - Instituto de Arqueología - UBA
Auspicios Institucionales Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Resolución Nº 1715. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Resolución Nº 249/2004. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA). Resolución Nº 3300. Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario (UNR). Resolución Nº 969/2004. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Jujuy (UNJu). Resolución Nº D-164/04. Instituto de Arqueología y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e I.M.L. Universidad Nacional de Tucumán (UNT). 08/06/04. Museo Etnográfico “Juan Bautista Ambrosetti”, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. 17/05/04. Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina (AAPRA). 5/9/04. Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta (UNSa). Resolución 1261/05. Instituto de Arqueología, FFyL, UBA. 3/11/08.
Evaluadores del Volumen 13 Dra. Gabriela Aguirre
Faultad de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Tucumán
Dra. Claudia Aranda
Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti” Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA)
Lic. Cristina Bayón
Departamento de Humanidades Universidad Nacional del Sur
Dra. María Florencia Becerra
Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras (UBA) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Dra. María Elida Blasco
Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Dr. Mario Caria
Universidad Nacional de Tucumán Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Dr. Nicolás Ciarlo
Universidad Nacional de Luján Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Dra. María Eugenia Conforti
Departamento de Arqueología, Facultad de Ciencias Sociales (INCUAPA) Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Dr. Gabriel Cortés
Universidad Nacional de Jujuy
Lic Nora Flegenheimer
Museo de Ciencias Naturales de Necochea Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET)
Dr. Alejandro Fornell Muñoz
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Universidad de Jaén
Dra Ivana Carina Jofré
Universidad Nacional de Catamrca Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET)
Dr. Carlos Landa
Facultad de Filosofía y Letras (UBA) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Dr. Diego Leiton
Instituto de Arqueología y Museo. Universidad Nacional de Tucumán
Ing. María Clarisbel Lucchetta
Grupo de Arqueometalurgia Facultad de Ingenieria, Universidad de Buenos Aires (UBA)
Dra. Agustina Massigoge
Departamento de Arqueología, Facultad de Ciencias Sociales (INCUAPA) Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Dra. Nurit Oliszewski
Universidad Nacional de Tucumán Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET)
Dra. Irina Podgorny
Archivo Historico del Museo de La Plata Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Dra. Melisa Salerno
Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Dra.Virginia Salerno
Instituto de Arqueología - Facultad de Filosofía y Letras (UBA) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET)
Dra.Verónica Seldes
Instituto de Ciencias Antropológicas, sección Antropología Biológica Facultad de Filosofía y Letras (UBA) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Dra. Luciana Stoessel
Departamento de Arqueología, Facultad de Ciencias Sociales (INCUAPA) Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Dr. Pablo Tchilinguirian
Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET)
Dr. Desiderio Vaquerizo Gil
Investigador Principal del Grupo de Investigación Sísifo Universidad de Córdoba
Dr. Andrés Zarankin
Departamento de Sociobiología y Antropología Universidad Federal de Minas Gerais,
La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología La Zaranda de Ideas es una revista anual con referato que pertenece al Núcleo Básico de Revistas Científicas. Esta publicación tiene como objetivo la difusión de resultados de investigaciones de estudiantes de grado y egresados recientes de carreras de arqueología o disciplinas afines. La Zaranda de Ideas acepta contribuciones vinculadas a arqueología, antropología, bioantropología, historia, patrimonio y temas afines vinculados con la diversidad cultural en tiempo y espacio. Los autores firmantes son responsables del contenido de sus escritos, de adecuar sus trabajos a nuestra guía estilística, de la exactitud de los datos consignados, de la correcta atribución de las citas y referencias bibliográficas, de los derechos legales por la publicación del material enviado y del apropiado manejo y tratamiento de las cuestiones relacionadas con la coautoría del mismo. No podrán presentarse manuscritos que están a consideración de otras publicaciones. La convocatoria es permanente, los trabajos pueden enviarse durante todo el año. Las Normas Editroales se encuentran disponibles en www.lazarandadeideas.com.ar . El proceso editorial consta de: 1) Envío del manuscrito. 2) Evaluación por parte de dos investigadores especializados en la temática -en el caso de artículos e informes- y uno para las notas. Las demás secciones son consideradas sólo por el Comité Editorial de la revista. 3) Evaluación editorial (normas y estilo) por parte del Comité Editorial. 4) Correcciones de las observaciones por parte de los autores. 5) Devolución y revisión por parte de evaluadores y Comité Editorial de los cambios realizados por los autores. 6) Edición del trabajo. 7) Envío de prueba de galera a los autores. 8 ) Edición y compaginación de la revista. 9) Publicación. La Zaranda está incluida en: Núcleo Básico de Revistas Científicas Catálogo Latinindex (folio nº 15292) Indizado por Anthropological Literature (Harvard University, hollis catalog number 010132040) EBSCO host database SCIELO (Scientific Electronic Library Online) SCOPUS DOAJ (Directory of Open Access Journals) E- REVIST@AS Biblioteca Dialnet
(2015) Número 13 - ISSN 2408-3801 (edición CD-ROM)- ISSN 1853-1296 (edición online) Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología Sociedad Argentina de Antropología, Asociación Civil Presidente: Dra. Mónica Berón Moreno 350 (1091) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
[email protected] - www.lazarandadeideas.com.ar Registro de propiedad intelectual en trámite
Índice Editorial ....................................................................................................................................................... 08 Artículos Aprovisionamiento de recursos líticos: reducción de núcleos y extracción de formas-base en canteras de vulcanita (Antofagasta de la Sierra - Catamarca) Federico M. Bobillo.......................... 9 Análisis de la fragmentación ósea y su implicancia en los estudios zooarqueológicos. El caso del sitio Cueva Maripe, Santa Cruz (Argentina) Eloísa García Añino.................................................................... 25 Alimentación y reproducción social:biografía de alimentos en contextos aldeanos tempranos del 41 valle de Tafí (2000 AP - 1000 AP) Rocío M. Molar................................................................................................... Utilización de recursos combustibles leñosos en el sitioAlero Los Guanacos 1.Una aproximación antracológica Sebastián Pascualini........................................................................................................................ 63 Acerca de la procedencia y elaboración de artefactos de cobre hallados en un enterratorio de cazadores-recolectores en la costa norte de Santa Cruz,Patagonia,Argentina Leandro Zilio,María M. Morita y Gabriel M. Bilmes........................................................................................................................... 77 Memorias de la represión en los muros.La base militar de Santa Lucía.Depto.Monteros,Tucumán (1975-1982) Constanza Cattaneo......................................................................................................................... 91 Ocupaciones humanas y paleoambiente en la cuenca inferior del río El Bolsón (dpto. Belén, Catamarca). Una aproximación desde la geoarqueología Ana Soledad Meléndez............................ 107 Notas El fenómeno del marmor en el mundo romano y su repercusión en la provincia de la Baetica Daniel Becerra Fernández........................................................................................................................................ 119
EDITORIAL Este es un año de profundos cambios para La Zaranda de Ideas. Un Comité Editorial renovado toma la posta de 10 años de trabajo y esfuerzo. Todas las personas que alguna vez formaron parte de este importante proyecto, que es ante todo inclusivo, le dieron a esta revista la impronta que hoy tiene; un espacio de publicación para estudiantes, pero no por eso carente de una reconocida calidad. Las transiciones no son fáciles, sin embargo cada uno de los integrantes de este colectivo nos sentimos orgullosos de ser parte de esta idea que no ha parado de crecer desde que se planteó. Como ha sido siempre el objetivo de los editores de La Zaranda de Ideas, la revista sigue incrementando los estándares de calidad editorial y cada año se incorpora a nuevos índices, catálogos, plataformas y bases de datos, aumentando su visibilidad nacional e internacional. Como un proyecto en constante crecimiento y renovación, en esta oportunidad les queremos agradecer enormemente a Ana Guarido, Mariana Ocampo, Miriam Vommaro y Olivia Sokol por su tiempo, dedicación, y por haber colaborado para que esta revista siga adelante, sus aportes han sido más que valiosos. También queremos agradecer a los verdaderos protagonistas: los autores de las innumerables contribuciones que tuvimos, que confiaron en nosotros para que publiquemos sus trabajos; los evaluadores y el comité académico, que avalan la calidad de la revista; los investigadores y profesores que desinteresadamente dictaron cursos; las instituciones que nos abrieron sus puertas y nos ofrecieron su apoyo y espacio; y a todos aquellos que de alguna u otra forma hicieron que este proyecto se hiciera realidad y tuviera continuidad en todos estos años.
APROVISIONAMIENTO DE RECURSOS LÍTICOS: REDUCCIÓN DE NÚCLEOS Y EXTRACCIÓN DE FORMAS-BASE EN CANTERAS DE VULCANITA (ANTOFAGASTA DE LA SIERRA – CATAMARCA) Federico Miguel Bobillo1 RESUMEN El objetivo del presente trabajo es realizar un abordaje comparativo de las estrategias de aprovisionamiento en dos canteras de la microregión de Antofagasta de la Sierra (Catamarca). Para ello se realiza un análisis del contexto lítico presente en dos áreas de talla localizadas en los sitios Pampa Oeste Zona de Aprovisionamiento y Cantera (POZAC) y Punta de la Peña Zona de Aprovisionamiento y Cantera (PPZAC). A partir de prospecciones sistemáticas y del análisis técnico-morfológico de los conjuntos de núcleos y desechos de talla, se observan tendencias diferentes en la explotación de núcleos y en los requerimientos de extracción de formas-base. Esta variabilidad responde a una diversidad de decisiones desarrolladas por los individuos o grupos de individuos al momento de aprovisionarse de un recurso específico como lo son las rocas de vulcanita aptas para la talla. Palabras claves: Núcleos; Desechos de Talla; Formas-Base; Canteras; Aprovisionamiento Lítico
PROCUREMENT OF LITHIC RESOURCES: REDUCTION OF CORES AND BLANKS EXTRACTION IN VULCANITE QUARRIES (ANTOFAGASTA DE LA SIERRA - CATAMARCA) ABSTRACT The aim of this paper is a comparative approach to provisioning strategies in two quarries in the microregion of Antofagasta de la Sierra (Catamarca). The lithic context in two workshops located in Pampa Oeste Zona de Aprovisionamiento y Cantera (POZAC) y Punta de la Peña Zona de Aprovisionamiento y Cantera (PPZAC) is analyzed. According to systematic surveys and technical-morphological analysis of assemblages including cores and debitage, different trends in core exploitation and blank extraction are observed. This variability responds to a variety of decisions taken by individuals or groups of individuals when provisioning themselves of a specific resource, a volcanic rock suitable for stone flaking. Key words: Cores; Flakes; Blanks; Quarries; Lithic Procurement Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad Nacional de Tucumán - Miguel Lillo 205(4000). San Miguel de Tucumán, Argentina. E-mail:
[email protected] 1
Recibido en diciembre de 2014; aceptado en marzo de 2015.
Bobillo, Federico M. 2015. Aprovisionamiento de recursos líticos: reducción de núcleos y extracción de formasbase en canteras de vulcanita (Antofagasta de la Sierra - Catamarca). La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 13(1): 9-24. Buenos Aires.
Federico Bobillo - Aprovisionamiento de recursos líticos: reducción de núcleos y extracción...
INTRODUCCIÓN El abordaje sistemático de los contextos líticos en fuentes de aprovisionamiento y las características del paisaje asociadas a las mismas, permite comprender las estrategias de apropiación de materias primas y analizar la variabilidad en las formas de explotación y transporte a lo largo de una región (Colombo 2011, 2013). El objetivo de este trabajo es estudiar la diversidad de estrategias de aprovisionamiento de recursos líticos en dos canteras de vulcanitas de la localidad arqueológica de Punta de la Peña (Antofagasta de la Sierra – Catamarca). Específicamente, se consideran los casos de las fuentes POZAC y PPZAC, abordando las formas de explotación de bloques de vulcanita para la extracción de formas-base, estableciendo la relación que existe entre los requerimientos implicados en la obtención de las mismas y los tipos morfológicos manufacturados en bases residenciales y campamentos de Punta de la Peña y Quebrada Seca.
Las localidades arqueológicas de Punta de la Peña y Quebrada Seca se sitúan al este de la población de Antofagasta de la Sierra, en el curso medio del Río Las Pitas (Aschero 1986) (Figura 1-a). En dichas localidades se ubican una serie de geoformas de origen volcánico (Tchilinguirian 2008) caracterizadas por extensos depósitos de rocas que conforman zonas de aprovisionamiento de recursos líticos (Aschero 1986; Aschero et al. 1991; Aschero et al. 1993-1994; Pintar 1996; Toselli 1998;Aschero et al. 2002-2004; Manzi 2006; Hocsman 2006). POZAC se encuentra al este y al suroeste de las localidades arqueológicas de Punta de la Peña y Quebrada Seca (Aschero 1986; Pintar 1996; Aschero et al. 2002-2004), respectivamente, en el pedimento nivel II definido por Tchilinguirian (2008). Esta cantera se caracteriza por poseer concentraciones de grandes bloques y nódulos a facetas de vulcanita que aparecen como “manchones” en el sedimento (Aschero 1986; Pintar 1996) (Figura 1-b). A partir de esta información se planteó que en esta área hay una
Figura 1. a. Área de estudio (Mapa geológico tomado de Tchilinguirian 2008). b. Área discreta de talla en sector de pedimentos (POZAC). c. Área extensa de talla (Cantera-taller 1) en terraza estructural de ignimbrita (PPZAC).
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selección de materiales de tamaños adecuados para su transporte y regularización y/o adelgazamiento en otros sitios (Aschero1986; Aschero et al. 2002-2004). Por otro lado, PPZAC, se encuentra inmediatamente al este de la quebrada del Río Las Pitas (Toselli 1998; Aschero et al. 2002-2004; Manzi 2006) sobre el Complejo Ignimbrítico Cerro Galán (Tchilinguirian 2008). Esta cantera se caracteriza por la presencia de nódulos, núcleos, desechos de talla y artefactos formatizados (Toselli 1998, 1999; Aschero et al. 2002-2004; Manzi 2006), encontrándose representados los estadios iniciales y finales de manufactura de artefactos líticos (Manzi 2006) (Figura 1-c). A partir de investigaciones en sitios con estratigrafía cercanos a la fuente, se pudo establecer el vínculo entre esta cantera y las bases residenciales, campamentos logísticos y talleres de la localidad arqueológica de Punta de la Peña (Toselli 1998; Aschero et al. 2002-2004; Hocsman 2006). Ahora bien, investigaciones previas efectuadas en bases residenciales y campamentos de las localidades de Punta de la Peña y Quebrada Seca, registraron una diversidad de tipos morfológicos que varían en forma y tamaño (Martinez 2003; Hocsman 2006). Dicha variabilidad se encuentra relacionada, entre otras cosas, con el tipo de formas-base que se están seleccionando en las fuentes y las estrategias de obtención de las mismas. En función de esto, se considera relevante un enfoque que aborde la variabilidad de los conjuntos líticos presentes en bases residenciales y campamentos desde los sitios cantera, analizando aquellos criterios que intervinieron en la selección de la materia prima a explotar, forma y tamaño de los bloques transportables y no transportables aprovechados y las características de las formas-base seleccionadas para su transporte y manufactura (Colombo 2013).Además, interesa un análisis de aquellos desechos generados
durante los procesos de reducción de núcleos, teniendo en cuenta que estos no fueron seleccionados para su formatización, aportando datos sobre qué tipos de lascas no habrían sido requeridas por los talladores. La información que brindan los conjuntos líticos en contextos de aprovisionamiento permite comprender los procesos de extracción de formas-base para la manufactura de distintos tipos morfológicos, los sistemas de producción lítica implicados y la movilidad de la materia prima en un área específica (Colombo 2013). PROSPECCIONES SISTEMÁTICAS Y MUESTREOS EN POZAC Y PPZAC Las prospecciones de las fuentes de aprovisionamiento se desarrollaron de manera sistemática en un área de aproximadamente 10,50 km2. Al respecto, se planteó el trazado de transectas con el fin de acceder a información relacionada con la distribución y variabilidad, en su dimensión horizontal (Gallardo 1987), de artefactos y rasgos que integran las áreas de talla. En total, se estableció el recorrido de seis transectas radiales sobre la superficie de las canteras (Hocsman et al. 2003). Las mismas partieron desde un punto en el espacio conocido (en este caso se consideró la localización del sitio Punta de la Peña 4) en dirección noreste-sureste y con una separación constante cada 30°. La longitud aproximada de cada transecta fue de 2,5 a 3 km, variando el límite de las mismas en función del hallazgo o no de conjuntos líticos. En este sentido, el límite de las transectas vino dado por la ausencia del material lítico sobre la superficie de las fuentes, siguiendo el concepto de suelo estéril desarrollado por Gallardo (1987). Teniendo en cuenta este criterio se delimitaron las áreas con acumulaciones de nódulos, núcleos, desechos de talla y artefactos formatizados, ya sea que se tratase de depósitos densos o acumulaciones de baja densidad. 11
Federico Bobillo - Aprovisionamiento de recursos líticos: reducción de núcleos y extracción...
El total de hallazgos realizados en las fuentes se tomó como la población de estudio. Sobre la población total de las canteras se consideró una muestra de las mismas, siguiendo un criterio de abundancia y agrupamiento (Schiffer et al. 1978). De esta manera, se seleccionaron para muestrear dos áreas de talla que manifestaran variabilidad en densidad, tamaño, forma, estructura y contenido. En POZAC, a través de investigaciones previas (Aschero 1986) y por datos recuperados durante las prospecciones, se corroboró que los conjuntos líticos aparecen como áreas discretas de talla (Figura 1-b), distribuidas irregularmente sobre una extensa “pampa”. Estas áreas de talla están compuestas por núcleos, percutores y desechos de talla, formando concentraciones de 4x4 m aproximadamente. Estos eventos son característicos de POZAC y difieren en geomorfología, densidad, tamaño, forma, estructura y contenido de las Canteras-taller registradas en PPZAC. Así, la Unidad de Muestreo 1 (UM 1 en adelante), se trazó en un área discreta de talla de POZAC considerando: geomorfología (cobertura de pedimentos nivel II), proximidad a la Cantera-taller 3 de PPZAC y cercanía a bases residenciales y campamentos de Punta de la Peña. La UM 1 consistió en un cuadro de 4x4 m que abarcó todo el evento de talla. Por otro lado, las prospecciones efectuadas en PPZAC lograron registrar la presencia de áreas extensas de talla definidas como Canteras-taller. Estas poseen dimensiones que van desde los 55 m de largo por 25 m de ancho (Cantera-taller 1), hasta sectores con 200 m de largo por 100 m de ancho aproximadamente (Cantera-taller 2). En total, se lograron registrar cuatro Canteras-taller, emplazadas en distintos sectores de la terraza estructural de ignimbritas y sector con cobertura de pedimentos. Para establecer la Unidad de Muestreo 2 (UM 2 en adelante), también con un trazado de 4x4 m, se escogió la Cantera-taller 1 de 12
PPZAC, considerando: geomorfología (terrazas rocosas de edad Plio-Pleistocena desarrollada en ignimbritas (Tchilinguirian 2008) libre de pedimentos nivel II), características del emplazamiento (sector con buenas panorámicas del cauce del río Las Pitas y con sitios de reparo) y cercanía a bases residenciales y campamentos de Punta de la Peña. La UM 2 consistió en un cuadro de 4x4 m diagramado en un sector de elevada densidad de materiales líticos de la Cantera-taller 1. ANÁLISIS TÉCNICO-MORFOLÓGICO DEL CONJUNTO DE NÚCLEOS Y DESECHOS DE TALLA DE POZAC Y PPZAC En las fuentes de aprovisionamiento los núcleos forman parte de la evidencia que refleja el accionar de talladores en las situaciones de abastecimiento. El análisis de los mismos aporta información sobre el aprovechamiento de las materias primas, las estrategias y formas de explotación implicadas (Andrefsky 1998; Colombo 2011; 2013) y la extracción de formas-base para ser empleadas en la manufactura de artefactos líticos (Andrefsky 1998; Morello 2005; Colombo 2011, 2013). Para efectuar el análisis técnico-morfológico de los núcleos recuperados en POZAC y PPZAC, se tuvieron en cuenta las siguientes variables (Aschero 1975,1983; Andrefsky 1998; Bayón y Flegenheimer 2004; Morello 2005): tipo de núcleo, materia prima, cantidad de plataformas, dimensiones de los núcleos, número y dimensiones de los negativos de lascado, grado de explotación y porcentaje de cobertura de corteza. Por otro lado, el análisis de los desechos de talla ofreció información importante sobre las formas-base extraídas, ya que estas fueron trasladadas a otros sitios, quedando como registro de dicha actividad los desechos de la producción. Así, se realizó una clasificación de
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los desechos de talla, de acuerdo a su estado de fragmentación, siguiendo los criterios establecidos por Bellelli (1991). Una vez concluida esta etapa del análisis, se procedió a efectuar el estudio de atributos morfológicos y dimensionales de las lascas. Para ello se consideraron las siguientes variables (Aschero 1975, 1983; Dibble 1997; Shott et al. 2000): origen de las extracciones, dimensiones, características litométricas, características litotécnicas, tipos de talón, dimensiones de los talones. ACTIVIDADES DE APROVISIONAMIENTO EN POZAC Y PPZAC: UN ANÁLISIS COMPARATIVO Reducción de núcleos y extracción de formas-base En la UM 1(POZAC) se recuperaron núcleos de tipo poliédrico (n=4) (Figura 2-a), de lascado simple (n=2) (Figura 2-b), un núcleo testeado y núcleiformes (n=2) (Figura 2-c). La materia prima de todos ellos es la vulcanita 1,
a excepción de uno de los núcleos de lascado simple que es de cuarcita. El número de plataformas presentes en cada pieza varía. La mayoría, evidencia la utilización de una sola plataforma activa (n=5), encontrándose menos representados los núcleos que presentan uso de varias plataformas de percusión (n=4). Además, en la mayoría de las piezas se contabilizó una o dos extracciones (n=5), seguidos por núcleos que presentan varias extracciones (n=4). En cuanto a la presencia de corteza en las piezas, se observa que un 47% presenta entre 1 y 50% de cobertura, mientras que un 29% de núcleos presentan superficies cubiertas entre 51 y 99%. En menor frecuencia se observa un 18% de objetos que no presentan cobertura de corteza. Por otro lado, en la UM 2 (PPZAC), el análisis del conjunto de núcleos recuperados resultó en la presencia de núcleos poliédricos irregulares (n=3) (Figura 2-d y 2-e), un nódulo testeado, un fragmento de núcleo no diferenciado y trece núcleiformes (Figura 2-f). La materia prima de todos ellos es vulcanita 1, a excepción de un
Figura 2. a. Núcleo poliédrico de vulcanita 1 (UM 1-POZAC). b. Núcleo de lascado simple de cuarcita (UM 1-POZAC). c. Núcleiforme de vulcanita 1 (UM 1-POZAC). d. Núcleo poliédrico de vulcanita 1 (UM 2-PPZAC). e. Núcleo poliédrico de vulcanita 5 (UM 2-PPZAC). f. Núcleiformes de vulcanita 1 (UM 2-PPZAC). 13
Federico Bobillo - Aprovisionamiento de recursos líticos: reducción de núcleos y extracción...
núcleo poliédrico irregular que es de vulcanita 5. La mayoría de las piezas presentan negativos a partir de una sola plataforma de percusión (n=13), seguidos por núcleos con uso de varias plataformas (n=3), por ejemplo, un núcleo poliédrico de vulcanita 5 (Figura 2-e) con cinco plataformas de percusión. También se observan piezas con números de plataformas no diferenciadas (n=2). En cuanto al número de extracciones registradas sobre los frentes de las piezas, se observan superficies que presentan uno o dos negativos de lascado (n=12), seguidas en representación por frentes con más de dos extracciones (n=4). Volviendo al caso del núcleo poliédrico de vulcanita 5, se observan frentes de extracción que poseen un total de ocho negativos de lascado sobre los mismos. Además, existen piezas con números de extracciones no diferenciadas (n=2). Asimismo, se obser van núcleos que presentan elevadas frecuencias de cobertura de corteza. El 41% del conjunto presenta entre 1y 50% de corteza, seguido por un 32% de piezas que poseen entre 51y 99% de superficie cubiertas. En menor frecuencia se observan piezas sin cobertura de corteza (18%) y con cobertura de corteza no diferenciada (9%). En relación con la evidencia recobrada en ambas canteras, se observa que los núcleos fueron abandonados con sus plataformas activas y con remanentes de corteza sobre sus superficies, es decir, no agotados. El abandono de estas piezas aún aprovechables se vincula con distintos aspectos. Por un lado, se relaciona con la amplia disponibilidad de materias primas presentes en las fuentes. En el caso de POZAC, tanto las vulcanitas como las cuarcitas manifiestan una amplia disponibilidad. Igualmente, en la UM 2 (PPZAC), se observa un aprovechamiento poco intensivo de los tipos de rocas más abundantes (vulcanita 1). Sin embargo, se lleva a cabo una explotación más intensiva de aquellas rocas de calidad muy buena para la talla (vulcanita 5) y escasamente disponibles en la fuente.
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Por otro lado, se afirma que la reducción poco intensiva de los núcleos de POZAC y PPZAC, se debe a una incompatibilidad entre las dimensiones de los frentes de extracción presentes en cada pieza y los requerimientos en las formas-base buscadas. Esto es factible teniendo en cuenta que, a medida que avanza la secuencia de reducción, el volumen de los núcleos disminuye, reduciéndose por ende el tamaño de las lascas extraídas (Andrefsky 1998). Esto habría dificultado la obtención de formas-base de dimensiones considerables (Goren-Imbar et al. 2011). En función de esta última afirmación, se efectuó el análisis de los tamaños de los núcleos seleccionados para la explotación y las dimensiones de los negativos en sus frentes de extracción. En la cantera de POZAC, el análisis de las frecuencias de las medidas de los largos, anchos y espesores de los núcleos registrados en la UM1, mostró una inclinación a la explotación de piezas con dimensiones que rondan los 12 cm de largo por 13,5 cm de ancho y 7,5 cm de espesor, registrándose además núcleos que alcanzan los 26 y 28 cm en sus largos y anchos, con espesores próximos a los 16 cm (Figura 3-a).
Figura 3. Histogramas de dimensiones de núcleos y núcleiformes explotados en las canteras. a. UM 1 POZAC. b. UM 2 –PPZAC.
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Ahora bien, la presencia de clastos/bloques de vulcanita con estas dimensiones, no logró evidenciarse en la UM 2 (PPZAC). En ésta se observa la explotación de piezas con dimensiones que rondan los 5,65 cm de largo por 6,60 cm de ancho y 3,40 cm de espesor. Sin embargo, si bien son frecuentes los porcentajes de núcleos que presentan tamaños próximos a los 10 cm en sus largos y anchos, éstos no llegan a superar los 15 cm en sus dimensiones (Figura 3-b). A partir de esta información se hace evidente el contraste en la selección de núcleos y núcleiformes para la explotación en las canteras de POZAC y PPZAC. En la primera, se observa una tendencia a la explotación de núcleos de mayores dimensiones en relación con los núcleos de la UM 2. Esta diferencia se debe a la presencia de bloques/clastos de gran porte, los cuales serían seleccionados para la extracción de formas-base de grandes dimensiones. En PPZAC no se pudo constatar la presencia de clastos o bloques con dimensiones semejantes, sólo de nódulos de tamaños inferiores a los 15 cm. Por esta razón, es factible que las dimensiones de las formas-base obtenidas tiendan a diferir en relación a las de POZAC, mostrando una búsqueda de lascas útiles con dimensiones menores.
de lascas de menores tamaños, presentando largos y anchos variables. A diferencia de lo observado en los núcleos de la UM 1, las extracciones no superan los 10 cm en sus largos y anchos (Figura 4-b). De esta manera, la variabilidad en el tamaño de los negativos de lascado del conjunto de núcleos de la UM 2 es menor en relación a la de la UM 1. Esto se debería, en parte, a que los bloques/clastos de vulcanita en POZAC son de mayores dimensiones en relación a los de PPZAC, presentando mayores superficies para extraer lascas de diferentes tamaños. La presencia de nódulos de vulcanita de dimensiones más reducidas en PPZAC, habría disminuido el espectro de formas-base de distintos tamaños a extraer, obteniéndose en mayor parte lascas normales y grandes (Figura 4-b). Esta tendencia contrasta con lo observado en los núcleos de POZAC, a partir de los cuales se logró corroborar la extracción de formasbase de mayores dimensiones (Figura 4-a). En función de lo postulado, se observa que los talladores habrían buscado obtener lascas útiles con dimensiones y morfologías variables,
En particular,las dimensiones de las formas-base obtenidas en POZAC, evidencian la extracción de lascas con tamaños variables, de manera no estandarizada y con morfologías heterogéneas. Por un lado, los negativos de lascado de mayores tamaños muestran una búsqueda de lascas muy grandes/grandísimas y muy anchas/anchas, superiores o iguales a los 10 cm, manifestando una intención de extraer formas-base de gran porte. Por otro lado, se observa una elevada frecuencia de extracciones inferiores a los 10 cm, lo que responde a un aprovisionamiento de formas-base de menores tamaños, obtenidas en un proceso continuo de la secuencia de reducción (Figura 4-a). Por el contrario, los negativos de lascados de los núcleos de la UM 2 muestran la extracción
Figura 4. Histogramas de dimensiones de los negativos de lascado de núcleos y núcleiformes de las canteras. a. UM 1- POZAC. b. UM 2 – PPZAC. 15
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de acuerdo a los distintos tipos de artefactos a manufacturar (Morello 2005; Goren-Imbar et al. 2011). Las mismas, se habrían adquirido mediante la explotación de clastos/bloques de vulcanitas y cuarcita con características litológicas, morfológicas y dimensionales heterogéneas.
de vulcanitas. El 98% de los desechos de talla son de vulcanita 1, seguidos en representación por lascas de vulcanita 3 (1%) y vulcanita 5 (1%). En bajas frecuencias se observan lascas de vulcanita 7 y desechos de talla de una vulcanita no diferenciada. La cuarcita en este sector del PPZAC se encuentra ausente.
Desechos de talla generados en actividades de aprovisionamiento en POZAC y PPZAC
Por su parte, al analizar el origen de las extracciones de las lascas, se pone de manifiesto que en la UM 1 y UM 2 se están llevando a cabo las etapas iniciales y avanzadas del proceso de reducción de núcleos y extracción de formas-base (Magne 1989; Bradbury y Carr 1995). Además, se evidenció la formatización de artefactos en la UM 2 de PPZAC (Tabla 1).
Los desechos de talla estudiados en la UM 1 (POZAC) suman un total de 280 lascas. A partir del análisis del Estado de Fragmentación de los mismos, se identificaron 12 lascas enteras, 101 lascas fracturadas con talón, 153 lascas fracturadas sin talón y 14 lascas indiferenciadas.Asimismo, en la UM 2 (PPZAC), lograron recuperarse un total de 1832 lascas, identificándose 219 lascas enteras, 804 lascas fracturadas con talón, 794 lascas fracturadas sin talón y 15 lascas indiferenciadas. El análisis técnico-morfológico se realizó en base al número mínimo de desechos (NMD) (Aschero et al. 1991; Aschero et al. 1993-1994). Las materias primas explotadas en la UM 1 son de seis clases de rocas diferentes.Así, se identificaron 268 desechos de talla de vulcanita 1, ocho lascas de cuarcita,un desecho de vulcanita 5,una lasca de cuarzo, una lasca de andesita y un desecho de una vulcanita no diferenciada. En cambio, en la UM 2, las variedades de rocas explotadas son de cinco clases diferentes
A partir de esta información se hace evidente la presencia de lascas externas (vinculadas con las primeras instancias de la secuencia de reducción de núcleos) e internas (relacionadas con instancias intermedias o avanzadas del proceso de reducción). También se registran lascas de reactivación de plataformas de percusión y de los frentes de extracción de los núcleos,lo que responde a procesos de mantenimiento de los mismos a lo largo de la secuencia de extracción de formas-base. Por último, en los conjuntos de lascas de la UM 2, se observan desechos que relatan actividades vinculadas con la confección de bifaces, lo que manifiesta que en esta área de aprovisionamiento no sólo se llevaron a cabo actividades de extracción de recursos, sino
Tabla 1. Origen de las extracciones de los desechos de talla de POZAC y PPZAC.
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también de formatización de artefactos. A su vez, en ambos conjuntos, se observan talones naturales, lisos naturales y lisos (Tabla 2), los cuales se vinculan con las primeras instancias de la secuencia de reducción de núcleos o de formatización de una formabase (Tomka 1989; Bradbury y Carr 1995). Conforme avanzó la secuencia de reducción, se generaron talones sin corteza y con facetas en sus superficies. La presencia de
un análisis de las dimensiones de las lascas descartadas durante el proceso de reducción, con el objeto de establecer las características de los materiales desechados en las actividades de aprovisionamiento y no seleccionados como formas-base. Para ello se analizaron las dimensiones de los largos, anchos y espesores de lascas enteras y fracturadas con talón. Para el caso de estas últimas, se tuvieron en cuenta sólo aquellas dimensiones que no se encontraban afectadas por fracturas.
Tabla 2. Tipo de talones de los desechos de talla de POZAC y PPZAC.
talones facetados, filiformes y puntiformes (Tabla 2) se vincula con instancias avanzadas de la secuencia de reducción y/o con actividades de formatización de instrumentos (Magne 1989; Tomka 1989; Espinosa 1995). En este sentido, en la UM 2, se destaca la presencia de desechos de talla vinculados con la manufactura de bifaces (Nami 1991) y formatización de artefactos por retoque marginal (Aschero et al. 1991; Aschero et al. 1993-1994). Una vez definido el origen de los desechos de talla y las actividades de talla desarrolladas en POZAC y PPZAC, se procedió a efectuar
En los conjuntos de desechos de talla de la UM1 y UM 2, se observa que la mayor cantidad de lascas descartadas en el proceso de reducción son las que menores dimensiones manifiestan. En general, se están prescindiendo aquellas piezas con largos y anchos por debajo de los 10 cm, y poco espesas (Tabla 3). A partir de estos datos, se afirma que la baja representación de lascas descartadas con dimensiones mayores a los 10 cm en ambas canteras (Figuras 5-a y 5-b), sería el resultado de la selección de las mismas para ser empleadas como formas-base de artefactos formatizados. En este punto, es preciso considerar las
Tabla 3. Promedio, Varianza y Desvío Estándar de largo, ancho y espesor de los desechos de talla de la UM 1 (POZAC) y UM 2 (PPZAC). 17
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de PPZAC, la escasa presencia de lascas con dimensiones iguales o superiores a los 10 cm en el conjunto descartado, evidencia que éstas fueron seleccionadas para ser manufacturadas en este sector de la Cantera-taller 1 (PPZAC), o bien, trasladadas a bases residenciales, talleres o campamentos logísticos próximos o externos al área de aprovisionamiento. La extracción de formas-base con estas características sería factible dado el tamaño que habrían poseído los nódulos al inicio de la secuencia de reducción, con dimensiones próximas a los 15 cm. Sin embargo, lascas de menores tamaños también se habrían requerido como formas-base, dada la información que aportan los negativos de los núcleos y núcleiformes de ambas fuentes. Figuras 5. Histogramas de dimensiones de los desechos de talla descartados en las canteras. a. UM 1 – POZAC. b. UM 2 – PPZAC.
dimensiones registradas en las extracciones de los núcleos y núcleiformes de POZAC, principalmente aquellas que varían entre 10 y 16 cm. Lascas de este porte habrían sido seleccionadas y transportadas fuera del área de aprovisionamiento. Asimismo, en la UM 2
Así, en la UM 1 (POZAC), se registran mayores frecuencias en el descarte de aquellas lascas pequeñas/normales y muy anchas/ anchas, registrándose una baja tendencia a la eliminación de las piezas muy grandes/ grandísimas y anchísimas (Figura 6-a y 6-b). Por su parte, la UM 2 de PPZAC, manifiesta el descarte de lascas normales/pequeñas y anchas/muy anchas. En menor frecuencia se
Figuras 6. a. Características litométricas (UM 1–POZAC). b. Características litotécnicas (UM 1–POZAC). c. Características litométricas (UM 2–PPZAC). d. Características litotécnicas (UM 2-PPZAC).
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observan lascas muy grandes/grandísimas y anchísimas (Figura 6-c y 6-d). De esta manera, y a partir del análisis de las dimensiones y las características litométricas y litotécnicas de los desechos de talla de la UM 1 (POZAC), se postula que las lascas buscadas como formas-base serían muy grandes/ grandísimas y muy anchas/anchísimas (Figura 7), con o sin reserva de corteza, considerando la naturaleza y dimensiones de los bloques presentes en la cantera y el análisis de los tamaños de los núcleos y sus negativos de lascado. Los ejemplares observados en las Figura 7 forman parte del bajo porcentaje de lascas grandísimas descartadas en esta área de talla. Estas no fueron seleccionadas como formas-base, ya que presentan fracturas transversales y paralelas al eje morfológico, impurezas, planos de debilidad que favorecen la propensión a fracturas, espesores y “jorobas” difíciles de rebajar y biseles abruptos que dificultan la generación de filos y/o puntas.
A partir de lo observado, el tamaño de los núcleos de PPZAC -principalmente mediano/ pequeño- condicionó la cantidad de formas-base a extraer de tamaños grandísimas y muy grandes, obteniéndose las mismas en un porcentaje relativamente bajo. El hallazgo de núcleos no agotados en la UM 2 presenta evidencia que apoya esta tendencia, ya que las medidas de los negativos de lascado manifiestan la extracción de lascas grandes, normales y pequeñas, en cuanto a características litométricas. De esta manera, la extracción de lascas con mayores tamaños se habría realizado al inicio de la secuencia de reducción, considerando que es la instancia donde los nódulos habrían poseído las mayores dimensiones. Estas lascas habrían sido seleccionadas como formas-base, descartándose las piezas de menores tamaños (Figuras 7). Esta evidencia pone de manifiesto que las formas-base obtenidas en la UM 2 de PPZAC, serían lascas grandes (obtenidas en baja cantidad dado el tamaño relativamente pequeño de los
Figuras 7. Cuadro comparativo de desechos de talla externos e internos descartados en UM 1-POZAC y UM 2–PPZAC. 19
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nódulos en este sector de la fuente), normales/ pequeñas -en mayor cantidad- y anchas/muy anchas, con o sin reserva de corteza. No se identifica la extracción frecuente de lascas grandísimas y anchísimas, como lo observado para la UM 1 de POZAC. Finalmente, y en relación con lo expresado, se efectuó un análisis de las dimensiones de los talones de las lascas descartadas en la UM 1 de POZAC y la UM 2 de PPZAC. A partir de este estudio se determinó la relación que existe entre ancho y espesor de los talones, con el tamaño y el espesor de las lascas buscadas como formas-base (Dibble 1997; Shott et al. 2000). De esta manera, y teniendo en cuenta que las lascas de mayores dimensiones se obtienen mediante un incremento del área total de la plataforma o un incremento en el ángulo exterior de la misma (Dibble 1997), en las canteras, la búsqueda de lascas muy grandes/ grandísimas y muy anchas/anchísimas habría implicado el uso de plataformas de percusión de gran tamaño. Esta afirmación se corrobora a partir de la ausencia de lascas con talones de dimensiones considerables en la muestra. Así, la presencia de desechos con dimensiones de talones inferiores a los 6 cm -91% para la UM 1 y 99% para la UM 2- y pocos espesos, denotan el descarte de piezas de menores tamaños, no requeridas como formas-base. De este modo, el interés en la extracción de lascas de gran porte, como las evidenciadas para el caso de la UM 1 de POZAC, habría implicado el uso de plataformas de percusión de gran tamaño presentes en los bloques/clastos de vulcanita. Precisamente, el hallazgo de las piezas de gran tamaño que se presentan en la Figura 7 (con los talones hacia abajo) es un claro ejemplo de las dimensiones de los talones que habrían poseído las lascas grandísimas y anchísimas extraídas a lo largo de la secuencia de reducción. En este sentido, éstas presentan talones con intervalos de anchos entre 6 y 20
12 cm (9%) y espesores que alcanzan los 5,5 cm (1%). Lascas con este tipo de talones son las menos representadas en el conjunto descartado, siendo evidente su traslado fuera del área de aprovisionamiento. Sin embargo, dado que se encuentran evidenciadas las etapas iniciales y avanzadas del proceso de reducción de núcleos (esto es verificable por la variabilidad en las dimensiones de los desechos de talla con distintas frecuencias y el origen de extracción de los mismos), no se descarta la extracción de lascas útiles de tamaños grandes, medianos y pequeños, generadas en un proceso continuo de la secuencia de extracción. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES El estudio sistemático de las fuentes aquí tratadas permitió integrar información sobre los sistemas de producción lítica y su relación con la movilidad de los recursos en una región. En este sentido, las formas-base de vulcanitas variedades 1 y 5 extraídas en POZAC y PPZAC, habrían sido transportadas a bases residenciales de las localidades de Punta de la Peña y Quebrada Seca en un rango de aprovisionamiento local, según lo ya establecido por Toselli (1998); Aschero et al. (1993-1994) y Aschero et al. (2002-2004), implicando circuitos inmediatos (de 0 a 2 km) y mediatos (de 2 a 25 km) (Hocsman 2006). De esta manera, en ambas fuentes, se observan estrategias de reducción de clastos/bloques de vulcanita dispersos sobre las superficies de las canteras. En éstas se explotaron sectores específicos del espacio de aprovisionamiento, probablemente donde hubo una mayor cantidad y disponibilidad de materia prima de buena calidad para la talla. A partir del análisis técnico-morfológico de los conjuntos de núcleos y desechos de talla de POZAC y PPZAC, se observaron diferencias en la selección de bloques/clastos de vulcanita
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para la explotación, en función de la morfología y tamaño de las formas-base buscadas. En POZAC predomina el aprovechamiento de bloques de vulcanita de gran porte, a partir de los cuales se extraen lascas muy grandes/ grandísimas y muy anchas/anchísimas. Esto implica un orden secuencial de producción (Ericson 1984), donde lascas útiles serían trasladadas a las localidades Punta de la Peña y Quebrada Seca (Aschero et al. 2002-2004). En estos sitios las formas-base se emplean para la confección de distintos tipos morfológicos que manifiestan largos y anchos por debajo de los 6 cm, con espesores inferiores a 1,5 cm (Martinez 2003; Hocsman 2006). Además, deben tenerse en cuenta las dimensiones de algunos tipos morfológicos, tales como Peñas Chicas F y Peña de la Cruz A, los cuales presentan largos muy por encima de los 6 cm, reflejando el empleo de formasbase de gran tamaño, obtenidas en POZAC. Las formas-base extraídas en dicha cantera habrían sido transportadas aproximadamente unos 2,80 km hacia la localidad de Punta de la Peña y unos 3,30 km hacia los sitios de Peñas Chicas, manifestando un aprovisionamiento local de las vulcanitas variedades 1 y 5 de acuerdo a lo establecido por Aschero et al. (2002-2004) y Hocsman (2006). Asimismo, en el sitio Quebrada Seca 3 (Localidad Quebrada Seca), se hallaron tipos morfológicos con dimensiones próximas o iguales a los 10 cm, tales como los tipos Quebrada Seca C y Quebrada Seca D (Martínez 2003), para los cuales se habrían requerido formas-base de grandes dimensiones. El sitio Quebrada Seca 3 se encuentra a 5 km aproximadamente de POZAC, efectuándose un aprovisionamiento local de la materia prima y de las formas-base (Aschero et al. 2002-2004; Hocsman 2006). Por otro lado, en PPZAC, los bloques de gran tamaño se encuentran ausentes,
empleándose para la extracción de formas-base núcleos de menor porte. Esta observación se encuentra acorde con lo planteado previamente por Toselli (1999) y Manzi (2006). En este caso, se evidencia la extracción de lascas útiles con dimensiones más reducidas, de tamaños medianos a grandes fundamentalmente. En PPZAC, y al igual que lo planteado para POZAC, se establece un orden secuencial de producción (Ericson 1984), donde se reducen núcleos y extraen formas-base para ser formatizadas en sitios próximos al área de aprovisionamiento (Toselli 1998; Aschero et al. 2002-2004; Manzi 2006). Así, la proximidad que presenta la cantera a los sitios de Punta de la Peña y Peñas Chicas, habría favorecido la búsqueda de formas-base con características variables para la manufactura de distintos grupos tipológicos. Según lo planteado por Hocsman (2006), esta se encuentra aproximadamente a 0,60 km de Punta de la Peña y a 1,10 km de Peñas Chicas, manifestando un aprovisionamiento local inmediato de los recursos líticos. Los datos de artefactos provenientes de sitios de la localidad arqueológica Punta de la Peña reflejan el empleo de formas-base con dimensiones entre los 6 y 10 cm (Hocsman 2006). Así, se identifican artefactos con dimensiones inferiores a los 6 cm de longitud y ancho, lo cual muestra cierta coherencia con el tipo de formas-base que se están buscando en PPZAC. Sin embargo, también se registra la manufactura de tipos morfológicos (Peñas Chicas F y Peña de la Cruz A, entre otros) que presentan dimensiones próximas a los 10 cm. En función de esto último, es factible pensar que, en PPZAC, no solo se extrajeron formas-base con dimensiones entre 6 y 10 cm, sino que, por el contrario, se habrían obtenido lascas útiles con dimensiones iguales y/o superiores a los 10 cm. Esta práctica se corrobora por la baja frecuencia de desechos de talla descartados con dimensiones superiores a los 10 cm en la Unidad de Muestreo 2, estableciendo la posibilidad en la selección de 21
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lascas con dimensiones iguales o superiores a los 10 cm para ser empleadas como formasbase y trasladas a bases residenciales situadas inmediatas al espacio de aprovisionamiento. Ahora bien, en PPZAC, no se documenta la explotación de bloques/clastos de grandes dimensiones, ni una búsqueda de lascas grandísimas y anchísimas como las evidenciadas para POZAC. Sin embargo, se podrían haber extraído lascas grandes (con dimensiones próximas a los 10 cm) a partir de nódulos de tamaño grandes y medianos. Estas se habrían obtenido en las primeras instancias de la secuencia de reducción, ya que los núcleos habrían poseído los frentes de extracción con mayores dimensiones. En conclusión, el aprovisionamiento de recursos líticos y las actividades de talla efectuadas en los espacios de abastecimiento, implicaron: estrategias, procedimientos, comportamientos (Carr 1994) y dinámicas tecnológicas particulares (Ingbar 1994) en la selección de los bloques/clastos de distintas variedades de materia prima, las secuencias de reducción de núcleos implicadas y la extracción de formas-base. En las canteras estudiadas se pudo constatar la explotación de bloques/clastos de vulcanita de diferentes dimensiones, a partir de los cuales se extrajeron formas-base con características, tamaños y morfologías variables. Estas fueron seleccionadas para ser manufacturadas en las canteras mismas (Colombo 2011, 2013), o bien fueron trasladadas a bases residenciales, campamentos logísticos o talleres de las localidades arqueológicas de Punta de la Peña y Quebrada Seca (Aschero et al. 2002-2004; Hocsman 2006). Asimismo, grupos tipológicos hallados en sitios cercanos al espacio de aprovisionamiento mostraron una tendencia a la selección de lascas con dimensiones específicas para su manufactura. En suma, en el pasado los escenarios 22
que ofrecieron los paisajes de cantera no fueron uniformes en su naturaleza sino que variaron. Fue en función de esa variabilidad que los individuos desarrollaron estrategias de apropiación. De este modo, los grupos humanos habrían empleado una diversidad de mecanismos de aprovisionamiento de recursos líticos en las canteras de POZAC y PPZAC, donde intervinieron diferentes modos de hacer (Lemmonier 1992), aprovechándose las características geológicas y geomorfológicas de ambas fuentes. AGRADECIMIENTOS A Carlos Aschero y Salomón Hocsman, por permitir el desarrollo de la presente investigación en el marco de sus proyectos de investigación, por los aportes realizados durante el análisis de los conjuntos líticos y por las sugerencias e ideas efectuadas para la realización de este trabajo. A Valeria Olmos y Alfredo Calisaya, por su colaboración en las actividades de campo.A Darío Albornoz, por las fotografías de los conjuntos líticos de POZAC y PPZAC. A Paz Pompei por la lectura de este manuscrito y las recomendaciones realizadas. Este trabajo se realizó en el marco de los proyectos PIP 464 y PIUNT G503, dirigidos por Carlos Aschero y PICT 1703, dirigido por Salomon Hocsman. BIBLIOGRAFIA Andrefsky, W. 1998. Lithic. Macroscopy approaches to analysis. Cambridge University Press, Cambridge. Aschero, C. 1975. Ensayo para una clasificación morfológica de artefactos líticos aplicada a estudios tipológicos comparativos. Informe al CONICET. Buenos Aires. 1983. Ensayo para una clasificación morfológica de artefactos líticos aplicada a estudios tipológicos comparativos. Apéndices A – C. Revisión. Cátedra de Ergología y Tecnología (FFyL – UBA). Buenos Aires. 1986. Estudio antropológico integral de una región de la puna Argentina: Antofagasta de la Sierra. Informe de avance. Area de arqueología. Asentamientos cazadores –recolectores. Instituto Nacional de Antropología. Buenos Aires.
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* Federico Miguel Bobillo es Licenciado en Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo, Universidad Nacional de Tucumán. El presente trabajo se desarrolló en el marco de la Tesis de Grado. Su área de estudio son las actividades y estrategias tecnológicas en sitios cantera y cantera-taller.
ANÁLISIS DE LA FRAGMENTACIÓN ÓSEAY SU IMPLICANCIA EN LOS ESTUDIOS ZOOARQUEOLÓGICOS. EL CASO DEL SITIO CUEVA MARIPE, SANTA CRUZ (ARGENTINA) Eloísa García Añino1 RESUMEN En el presente trabajo se analizan los especímenes óseos identificados como Mammalia, provenientes del sitio Cueva Maripe, Macizo del Deseado (Santa Cruz). Este tipo de especímenes es subestimado para realizar interpretaciones tafonómicas y zooarqueológicas,ya que no ofrecen información precisa.Sin embargo,estudios recientes demuestran que brindan información relacionada con la integridad de los conjuntos y con patrones de consumo. Este trabajo indaga acerca del grado de fragmentación de la muestra, los agentes y procesos que se encuentran involucrados en la misma.A partir de los análisis realizados pudo identificarse un elevado índice de fragmentación, generado por procesos tafonómicos y antrópicos que actuaron de diferentes maneras sobre los conjuntos. El consumo de médula habría sido la principal causa de fracturación, siendo los humanos responsables en gran medida de estas configuraciones arqueofaunísticas. Palabras Clave: Zooarqueología; Consumo; Fragmentación; Clase Mammalia; Patagonia meridional
BONE FRAGMENTATION ANALYSIS AND ITS IMPLICANCE IN ZOOARCHAEOLOGICAL STUDIES.THE CASE OF CUEVA MARIPE SITE, SANTA CRUZ (ARGENTINA) ABSTRACT In this work an archeofaunistic sample composed of Mammalia specimens from Cueva Maripe Site (Central plateau, Santa Cruz province) is analyzed.These kind of specimens are usually underestimated to carry out taphonomic and zooarchaeological interpretation because they do not offered accurate information.However, recent researches question this idea since information related with assemblages integrity and consumptions patterns could be obtained from them.The aim of this paper is to enquire about the degree of fragmentation of this sample and the agencies and processes involved on it. A high fragmentation index could be identify. Taphonomic and anthropic processes had affected the assemblages in different ways,being marrow consumption the principal cause of fragmentation and humans the more important agent that configures the assemblages. Key Words: Zooarchaeology; Consumption; Fragmentation; Mammalia; Middle Patagonia ANPCyT-FONCyT/División Arqueología Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata - Paseo del Bosque s/n, Buenos Aires. Argentina. E-mail:
[email protected]. 1
Recibido en octubre de 2014; aceptado en mayo de 2015.
García Añino, Eloísa. 2015. Análisis de la fragmentación ósea y su implicancia en los estudios zooarqueológicos. El caso del sitio Cueva Maripe, Santa Cruz (Argentina). La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 13 (1): 25-40. Buenos Aires.
Eloísa García Añino - Análisis de la fragmentación ósea y su implicancia en los estudios zooarqueológicos...
INTRODUCCIÓN Los especímenes óseos asignados a categorías taxonómicas inclusivas suelen ser subestimados para la realización de interpretaciones tafonómicas y zooarqueológicas, ya que no brindan información taxonómica precisa (Klein y Cruz-Uribe 1984). Sin embargo, trabajos recientes demuestran el importante aporte que este tipo de restos puede hacer a la hora de construir hipótesis más sofisticadas sobre la integridad de los conjuntos y respecto de los patrones de procesamiento y consumo de las sociedades del pasado (De Nigris 1999; Mengoni Goñalons y De Nigris 1999; Outram 2001, 2002; Bourlot 2009; Mucciolo 2010; Stoessel 2014). La poca información sistemática que ofrecen estos materiales, si bien puede deberse al estado de preservación de los especímenes, también se encuentra fuertemente influida por el grado de fragmentación de los mismos. Dicha fragmentación puede estar mediada tanto por procesos antrópicos como naturales (Gifford González 1989; 1993; De Nigris 2004; Gutiérrez 2009). En el caso de las fracturas de origen antrópico, suelen ser más frecuentes en aquellos conjuntos que corresponden a las últimas etapas de procesamiento, encontrándose en estrecha relación con la explotación y el consumo de grasa, ya sea medular u ósea. Este tipo de nutriente suele ser de gran importancia para las sociedades cazadoras-recolectoras que poseen una dieta rica en proteínas y baja en carbohidratos (Speth y Spielmann 1983; Borrero 1986; Miotti 1998). Asimismo, la grasa animal presenta una serie de ventajas tales como una mayor cantidad de calorías por gramo que los hidratos de carbono y proteínas (las grasas brindan 9 Kcal/g frente a las aproximadamente 3,5 Kcal/g de los carbohidratos y proteínas), contiene vitaminas y minerales esenciales para el correcto funcionamiento del metabolismo y es altamente predecible en períodos de estrés (Outram 2001; Outram y Mulville 2002; Church y Lyman 2003). En lo que 26
respecta a los procesos naturales que pueden contribuir a la fragmentación y el astillamiento de los conjuntos, cabe destacar el rol de la meteorización, las raíces, la acción de los carnívoros y el pisoteo (Binford 1981; Johnson 1985; Mengoni Goñalons 1988, 1999, 2010; Miotti 1992, 1998; Lyman 1994). A lo largo de las investigaciones se han desarrollado diferentes tipos de índices para evaluar el grado de fragmentación de los conjuntos arqueozoológicos (Lyman 1994; Morlan 1994). Sin embargo, la mayoría de ellos se basa solamente en aquellos especímenes que pudieron ser asignados a una categoría taxonómica precisa. Outram (2001) plantea una alternativa a dichos análisis, ya que propone que no es necesario conocer el taxón al que corresponden los especímenes, sino que es posible aproximarse a las causas de la fragmentación teniendo en cuenta otras variables vinculadas a las superficies de fractura, a los tamaños de los especímenes y al tipo de hueso fragmentado. De esta manera, los especímenes que habitualmente no eran tenidos en cuenta por su baja o nula información taxonómica, cobran relevancia para el análisis zooarqueológico. En este contexto, el presente trabajo tiene como objetivo evaluar el grado de fragmentación de la muestra conformada por especímenes óseos identificados a nivel de Clase (Mammalia) procedentes del sitio Cueva Maripe (Macizo del Deseado) y definir cuáles habrían sido los agentes y procesos generadores de esta fragmentación. Para alcanzar estos objetivos se desarrollaron una serie de análisis siguiendo lo propuesto por Outram (2001) los cuales incluyeron: la medición de los especímenes, su clasificación por el tipo de tejido que presentan y la identificación de patrones de fractura en los fragmentos de diáfisis. Las evidencias indican que las sociedades cazadoras-recolectoras que poblaron el área entre el Pleistoceno final y fines del
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siglo XIX habrían tenido una dieta rica en proteínas y baja en carbohidratos, siendo el guanaco (Lama guanicoe) el principal recurso económico (Borrero 1994-1995; Miotti 1998; Mengoni Goñalons 1999; Miotti y Salemme 1999; De Nigris 2004; Rindel 2009). En tal sentido, es esperable encontrar un alto grado de fragmentación como resultado de actividades extractivas para la obtención de grasas (medular y/u ósea), tanto para el consumo, como para otros fines - cosméticos, medicamentos, trabajo de cueros y pieles, entre otros - (Musters 1964; Claraz 1988). Además, como el guanaco presenta variaciones estacionales, encontrándose en mejores condiciones nutricionales durante el verano y el comienzo del otoño (Raedeke 1978; De Lamo 1995), es probable que la grasa haya sido un recurso vital, sobre todo durante períodos de estrés y durante el invierno y comienzos de la primavera (Borrero 1986; Miotti 1998; Mengoni Goñalons y De Nigris 1999, 2004; De Nigris 2004; Miotti y Marchionni 2009). De esta manera, los análisis realizados en este trabajo
complementarán la información existente para el sitio y contribuirán a un mejor entendimiento de las estrategias económicas desarrolladas por los grupos que lo habitaron en el pasado. EL SITIO ARQUEOLÓGICO CUEVA MARIPE Los materiales arqueofaunísticos analizados en el presente trabajo provienen del sitio Cueva Maripe, el cual se encuentra ubicado a 562 msnm en la margen SE del mallín La Primavera, en el Macizo del Deseado (Santa Cruz). Sus coordenadas geográficas lo ubican en 47°51´05´´ Lat. sur y 68°56´03´´ Long. oeste (Miotti et al. 2007) (Figura 1). Está dividida por un tabique rocoso del techo en dos cámaras (Norte y Sur) y los fechados radiocarbónicos (Tabla 1) realizados indican que el sitio ha sido ocupado desde la transición PleistocenoHoloceno (ca. 9500 años AP) hasta tiempos históricos (Miotti et al. 2007, 2014).
Figura 1. (a) Mapa con la localización del sitio Cueva Maripe (localidad arqueológica La Primavera). (b) Vista frontal de la cueva. 27
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Tabla 1: Fechados radiocarbónicos para el sitio Cueva Maripe, tomados de Miotti et al. 2014 (*outliers).
Estudios previos han brindado información que permite considerar a cada una de estas cámaras como microambientes diferentes de características particulares. En este sentido, la Cámara Norte (de aquí en más CN) posee un ambiente más seco, con mayor incidencia de los vientos y una tasa de sedimentación más alta, mientras que la Cámara Sur (de aquí en más CS) es más húmeda debido a la presencia de un manantial intermitente en el fondo de la misma y una tasa de sedimentación menor (Miotti et al. 2007, 2014; Marchionni 2013). Desde los inicios de las investigaciones en este sitio se ha trabajado sobre una hipótesis de uso diferencial entre los sectores mencionados, que ha sido corroborada desde diferentes líneas de evidencia como el arte rupestre (Carden 2009), la tecnología lítica (Hermo 2008, Lynch 2014) y el análisis zooarqueológico (Miotti y Marchionni 2009; Marchionni et al. 2012; Marchionni 2013). Dichas investigaciones permitieron plantear que la cueva habría funcionado como un sitio de actividades múltiples, realizándose tareas diferentes en ambas cámaras: mientras CS habría funcionado 28
como el espacio habitacional, CN conformaría un espacio de uso alternativo destinado a actividades especiales (Miotti et al. 2007, 2014; Carden 2009; Hermo 2008; Marchionni 2013; Lynch 2014). Los análisis realizados hasta el momento en los conjuntos arqueofaunísticos recuperados en el sitio se han centrado especialmente en aquellos especímenes que han podido ser determinados a nivel de especie. Estos análisis permitieron plantear que el guanaco (Lama guanicoe) habría sido el principal recurso económico utilizado por los grupos cazadoresrecolectores que habitaron el sitio, siendo las partes distales de los miembros (autopodios) las que alcanzan una mayor representación (Miotti et al. 2007; Miotti y Marchionni 2009; 2014; Marchionni et al. 2012). Con el objetivo de conocer cuáles fueron los agentes y procesos que podrían haber influido en la conformación de los conjuntos, se realizaron correlaciones entre la representación de partes esqueletarias de ambas cámaras con distintos índices como son el índice de Densidad Ósea (DO) propuesto por Elkin (1995) y los Índices de
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Utilidad propuestos para el guanaco (Borrero 1990; Lyman 1992). Estas correlaciones muestran que, por un lado, los elementos que poseen una DO mayor son los predominan en ambos registros. Sin embargo, se recuperaron elementos con valores de DO bajos, tales como el sacro o las esternebras, los cuales no sería esperable que sobrevivieran si los procesos de destrucción mediados por densidad que afectaron a los conjuntos hubieran sido importantes. Por otro lado, la correlación con los Índices de Utilidad muestra que no existiría una selección humana de las partes en función de su bajo o alto rendimiento económico. Para el Holoceno Medio, en CN se registró una gran cantidad de cáscaras de Rhidae, lo que sugeriría que dicha cámara podría haber sido ocupada, al menos en algunas ocasiones, estacionalmente durante la primavera y el verano (Marchionni 2013). Sin embargo, resta aun determinar si dichas cáscaras son el resultado de un consumo inmediato o diferido de los huevos, lo cual permitirá precisar las hipótesis respecto de un posible uso estacional. Por otra parte, el análisis de las modificaciones de las superficies óseas de estos especímenes permitieron proponer que las historias tafonómicas de ambas cámaras habrían sido diferentes (Marchionni et al. 2012; Marchionni 2013). En CN la influencia de la meteorización sobre los especímenes óseos habría sido menor que en CS. En dicha cámara, el 80 % de los especímenes registra una baja meteorización (estadios 0 y 1 sensu Behrensmeyer 1978) mientras que el 20% restante muestra una meteorización media (estadios 2 y 3 sensu Behrensmeyer 1978). Por otra parte, en CS cerca del 55 % de NISP presenta una meteorización baja, registrándose estadios medios de meteorización en el 45% restante. Cabe aclarar que en ninguna de las dos cámaras se registraron especímenes con estadios de meteorización mayores a 3. Esta diferencia entre ambos sectores de la cueva probablemente esté dada por un mayor tiempo de exposición de los
materiales en esta última cámara, la cual registra a su vez una tasa sedimentaria más baja, por lo que los materiales tardarían más tiempo en ser enterrados. En consecuencia, los conjuntos de CN presentan una mayor preservación que los de CS. En lo que respecta a otras modificaciones de las superficies óseas, entre las de origen natural se registraron, en muy baja frecuencia, marcas atribuibles a carnívoros (100 mm, donde los fragmentos de costilla representan un alto porcentaje del total de especímenes, y de la categoría 30 a 39 mm, en la cual predominan distintos tipos de tejido esponjoso. Dentro de este tipo de tejido los fragmentos de costilla son los más abundantes, estando más representados en CN que en CS. (Figura 4). Figura 5. Especímenes asignados a la categoría mamífero grande: (a) fragmentos diafisiarios CN; (b) fragmentos diafisarios CS; (c) fragmentos de costilla de ambas cámaras.
Figura 4. Proporciones en las que se encuentran representados cada tipo de tejido por clase de tamaño.
El IFF fue calculado sobre un total de 224 fragmentos diafisiarios de los cuales 128 pertenecen a CN y 96 a CS. El promedio de los valores del IFF es levemente superior en CS (3,59) en relación con CN (2,92), aunque en ambos casos los valores son muy cercanos a 3, lo que indicaría que los restos fueron fracturados tanto en estado fresco como seco, y por lo tanto, la fragmentación de ambos conjuntos habría sido originada por diferentes procesos y agentes. En este sentido, si bien hay atributos vinculados con la fractura del hueso en estado fresco (como son las superficies de fractura suaves y con ángulos agudos), estos suelen coexistir en numerosas oportunidades dentro de un mismo espécimen con atributos
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asociados a una fractura en estado seco (como son distintos tipos de fracturas, que fueron registrados en los fragmentos, además de la helicoidal). Esta diferencias entre cámaras está dada principalmente por un mayor porcentaje de especímenes en los valores 5 y 6 en CS (más del 20% del total de los especímenes analizados en CS se ubican entre estos valores, mientras que representan un 7% de los especímenes analizados en CN). Por otra parte, en CN existe un porcentaje mayor de especímenes en los valores 1 y 2 (supera el 30% del total de los especímenes analizados en CN y se encuentra por debajo del 16% de los especímenes analizados en CS) (Figura 6).
Figura 6. Índice de fractura fresca de los fragmentos diafisiarios provenientes de ambas cámaras.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Los análisis realizados permitieron obtener mayor información a partir de especímenes que por su baja información taxonómica suelen ser dejados de lado a la hora de analizar patrones de consumo, aportando información relevante para el sitio y contribuyendo a las interpretaciones previamente realizadas sobre las sociedades que habitaron este espacio en el pasado. Los resultados obtenidos a partir de los análisis realizados mostraron la existencia tanto de similitudes como diferencias entre ambas cámaras, las cuales se detallan a continuación. El predominio de especímenes del esqueleto apendicular por sobre el axial fue registrado en 34
ambas cámaras y concuerda con la tendencia observada anteriormente para el sitio, a partir de los análisis realizados sobre los especímenes determinados como Lama guanicoe (Marchionni et al. 2012; Marchionni 2013). Esta tendencia también es muy recurrente en otros sitios de la Patagonia (Borrero 1990; Mengoni Goñalons 1999; De Nigris 2004; Rindel 2009). En lo que respecta a los especímenes del esqueleto axial, es posible que el alto porcentaje alcanzado por los fragmentos mediales de costillas en el conjunto analizado se deba a que éstos son elementos poco diagnósticos para la determinación a niveles taxonómicos más precisos, sobre todo cuando no se cuenta con las partes proximales (Salemme et al. 1988). En lo que respecta a la fragmentación de los conjuntos, es posible proponer que la misma es elevada en ambos sectores de la cueva, lo cual puede ser inferido a partir de la ausencia de elementos enteros y de un predominio de aquellos especímenes que no superan los 70 mm de tamaño máximo. Por otro lado, se debe considerar la ausencia de fragmentos menores a 20 mm de tamaño, los cuales posiblemente se encuentren representados en los conjuntos de materiales sin ubicación tridimensional precisa provenientes de zaranda, dentro de los cuales existe una gran cantidad de especímenes pertenecientes a la categoría mamífero grande, correspondiendo en su mayoría a fragmentos de diáfisis (García Añino y Mosquera 2014). De igual manera, es posible que si consideramos los especímenes determinados como guanaco, las categorías de mayor tamaño aumenten su frecuencia. La presencia de una mayor cantidad de fragmentos de menor tamaño en CN permitiría proponer una mayor fragmentación para este sector de la cueva. Si tenemos en cuenta los estudios tafonómicos realizados para los conjuntos de esta cámara (Marchionni 2013), observamos que se registró una baja influencia de meteorización, así como de agentes naturales que pueden causar fractura
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(raíces, carnívoros y pisoteo). En este sentido, es posible suponer que dicha fragmentación se encuentra vinculada a procesos de origen antrópico, lo cual también es sugerido por los valores obtenidos en esta cámara para el IFF. Este hecho apoyaría la hipótesis propuesta para el conjunto de especímenes de guanaco, la cual sostiene, sobre la base del registro de un alto porcentaje de fracturas antrópicas y la presencia de instrumentos óseos, que en dicha cámara se llevaron a cabo prácticas vinculadas al procesamiento y consumo de médula así como la formatización de instrumentos sobre diáfisis de guanaco (Marchionni et al. 2012; Marchionni 2013; Miotti y Marchionni 2014). Con respecto a los tipos de tejido representados en las diferentes categorías de tamaño, en general, existe una mayor cantidad de fragmentos de tejido compacto que de porciones de elementos que poseen tejido esponjoso, tanto del esqueleto axial como del apendicular. Esta tendencia se observa más claramente en CS que en CN, registrándose en este último sector una mayor cantidad de especímenes con tejido esponjoso, los cuales alcanzan porcentajes similares a los especímenes con tejido compacto en numerosas categorías. Estas diferencias entre cámaras podrían estar influenciadas por diversos factores. Por un lado, se debe considerar que es posible que exista una pérdida de especímenes con tejido esponjoso por presentar una densidad mineral ósea menor (Elkin 1995). Las correlaciones de DO y MAU% realizadas para los conjuntos de guanaco sostienen la hipótesis de que dichos conjuntos pueden haber sido el resultado de procesos de destrucción mediados por densidad ósea. Dadas las diferencias microambientales que existen en cada uno de los sectores del sitio estos procesos serían más fuertes en CS que en CN. Sin embargo, el hecho de que existan especímenes de gran tamaño formados por tejido esponjoso, como es el caso de los fragmentos de costilla en estos conjuntos, permite pensar que es posible que otros procesos también estén actuando.
Por otra parte, considerando que el agente antrópico habría sido uno de los principales agentes involucrados en la formación del sitio, es posible interpretar estas diferencias entre los distintos tipos de tejido registrados como el resultado de una preferencia por diferentes tipos de grasas. En este sentido, en CS el interés habría estado más dirigido hacia la obtención de grasa medular que de grasa ósea, aunque no puede descartarse que los distintos procesos naturales y antrópicos que incidieron en este conjunto hayan contribuido a la disminución del tamaño de los fragmentos de tejido esponjoso, siendo imposible asignarlos a alguna categoría taxonómica y por ende permaneciendo en la categoría de indeterminados. Por otra parte, no es posible identificar un patrón en el tamaño de los fragmentos óseos con tejido esponjoso, lo cual sería esperable si los mismos fueran fracturados con el fin de ser introducidos en contenedores para obtener grasa ósea. En CN la presencia de una mayor cantidad de fragmentos con tejido esponjoso, podría estar sugiriendo una utilización en este sector de la cueva de ambos tipos de grasa, aunque, al igual que en CS, tampoco es posible identificar un patrón en el tamaño de los fragmentos que sugiera su procesamiento con el fin de obtener grasa ósea. En este sentido, debemos tener en cuenta que para poder consumir la grasa ósea es necesaria una serie de procedimientos que incluyen tanto la fragmentación como el hervido de aquellas partes que presentan tejido esponjoso que son las que mayor cantidad de grasa ósea contienen. Para el desarrollo de esta última actividad es necesario disponer de una tecnología especial como es la cerámica o bien algún otro tipo de elementos que permitan la inmersión de los fragmentos óseos en agua y su exposición al calor (Binford 1978; Lupo y Schmitt 1997; Wandsnider 1997). En el sitio se ha registrado escasa presencia de cerámica en los niveles superiores por lo que esta tecnología podría haber sido usada en las ocupaciones más recientes del sitio, siendo necesario considerar el uso de otro tipo de contenedores en 35
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momentos más tempranos, como pueden ser las bolsas de cuero, en donde la cocción se produce mediante la introducción de piedras calientes (Speth 1983; Todd 1987). Por otra parte, los especímenes que presentan tejido esponjoso, los cuales serían seleccionados para el hervido por su alto contenido graso, suelen ser más frecuentes en las clases de tamaño que superan los 50 mm, encontrándose por encima del límite óptimo de obtención de grasa según lo planteado por Church y Lyman (2003). El Índice de Fractura Fresca da cuenta de la coexistencia de diferentes factores que estarían afectando al conjunto. Por un lado, la acción antrópica, evidenciada en las fracturas intencionales y las marcas vinculadas con el consumo (huellas de corte, puntos de impacto, negativos de lascado, etc.). Por otro lado, procesos post-depositacionales, como la presencia de diferentes tipos de fractura (columnar, transversal, etc.) y de superficies rugosas que indican una fractura del hueso en estado seco. El hecho de que en CN se evidencien valores levemente más bajos del IFF se encuentra en consonancia con lo planteado para este sector del sitio en donde los materiales óseos se encuentran mejor preservados, habiéndose realizado allí, además, actividades culturales específicas, orientadas a la búsqueda de fracturas intencionales. Por otra parte, el valor más elevado de CS, sugiere que en este sector de la cueva la fragmentación tendría más probabilidad de responder a la acción de agentes naturales que puedan haber actuado sobre este conjunto. Asimismo, es necesario considerar la gran cantidad de especímenes quemados y la presencia de numerosos fogones lo que podría estar afectando directamente al conjunto, aumentando su fragmentación y modificando las propiedades físicas de los huesos, como resultado de la deshidratación producida por la exposición de las carcazas al calor para la cocción. Esto puede producir variación en las fracturas de estos especímenes, adquiriendo características intermedias entre aquellas producidas con el hueso en estado 36
fresco o seco (De Nigris 2004, Outram 2001). Estos cambios llevan a que un conjunto alterado por la cocción presente valores de IFF superiores a 3 (Outram 2001), por lo que este factor podría estar influenciando los valores de IFF obtenidos para esta cámara. Si bien en los análisis aquí realizados sólo se contempló una parte del total del conjunto arqueozoológico del sitio, y es necesario continuar con estudios que tiendan a abarcar la totalidad de los restos faunísticos, este trabajo aportó datos que permitieron evaluar en mayor profundidad la fragmentación en cada una de las cámaras. En este sentido, se registraron diferencias entre las cámaras lo cual concuerda con lo propuesto en trabajos previos y permite continuar indagando respecto a los agentes y procesos causantes de dichas diferencias. En este caso, la fragmentación habría sido el resultado tanto de la acción humana, más clara en CN con un IFF menor y una mayor fragmentación que posiblemente resulte de la fractura de las diáfisis de huesos largos para obtener médula, como de agentes naturales, como la meteorización, que posiblemente haya influido en mayor medida en CS produciendo una menor preservación de algunos especímenes. Asimismo, si bien no existen evidencias claras del consumo de grasa ósea, la presencia de gran cantidad de fragmentos con tejido esponjoso abre una nueva pregunta vinculada con la información que pueden estar brindando estos especímenes sobre los procesos que afectaron a ambos conjuntos, lo cual debe ser indagado en futuras investigaciones. Es necesario también lograr una mayor resolución temporal para los conjuntos aquí analizados con el fin de aportar información acerca de las variaciones temporales que pudieron haber existido. NOTAS 1- Valores tomados de Marchionni et al. 2012. 2- Idem.
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AGRADECIMIENTOS Gracias a mis directoras, Laura Miotti y Mariana De Nigris por sus comentarios que enriquecieron el manuscrito. A Laurita Marchionni por su constante aporte en mi formación. A todos los miembros del equipo que participaron en los trabajos de campo y que siempre están predispuestos a saldar mis dudas e inquietudes. Finalmente, a los evaluadores y al comité editorial cuyas observaciones contribuyeron notablemente a mejorar el manuscrito. Este trabajo fue posible gracias a la financiación de FONCyT/AGENCIA. BIBLIOGRAFIA Behrensmeyer,A.K. 1978. Taphonomic and ecologic information from bone weathering. Paleobiology, 4:150-162
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Eloísa García Añino - Análisis de la fragmentación ósea y su implicancia en los estudios zooarqueológicos...
* Eloísa García Añino es Licenciada en Antropología de la Universidad Nacional de La Plata. Este trabajo forma parte de un conjunto de análisis zooarqueológicos realizados durante su formación de grado, en el marco de una beca de Apoyo a la Vocaciones Científicas (CIN). Actualmente es becaria doctoral FONCyT/AGENCIA, su tema de investigación es el análisis de patrones de procesamiento final y consumo de guanacos en el sitio Cueva Maripe (Meseta Central de Santa Cruz). Dirección de contacto:
[email protected]
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ALIMENTACIÓN Y REPRODUCCIÓN SOCIAL: BIOGRAFÍA DE ALIMENTOS EN CONTEXTOS ALDEANOS TEMPRANOS DEL VALLE DE TAFÍ (2000 AP-1000 AP) Rocío María Molar1 RESUMEN El presente artículo reflexiona sobre la participación de las prácticas de transformación de alimentos vegetales en la reproducción social de las comunidades aldeanas tempranas del valle de Tafí, Provincia de Tucumán,Argentina. Con el objetivo de visualizar las condiciones estructurales y las estrategias de los agentes que las reprodujeron, se implementa un estudio de múltiples variables que incluyen la identificación de microrrestos, análisis de estructuras agrícolas y materialidades asociadas al procesamiento y consumo de alimentos. La presencia de parcelas agrícolas de pequeña escala en contigüidad a las unidades residenciales, el cultivo centralizado en un número limitado de productos y los espacios de almacenamiento al interior de las viviendas, nos permiten proponer la presencia de grupos domésticos relativamente autónomos que gestionaban la producción y distribución de sus alimentos. Palabras clave: Alimentación; Valle de Tafí; Sociedades Aldeanas Tempranas; Primer Milenio de la Era.
FOOD AND SOCIAL REPRODUCTION: LIFE OF FOOD IN EARLY VILLAGER CONTEXTS FROM TAFÍ VALLEY (2000 AP-1000 AP) ABSTRACT This paper addresses the intervention of vegetal food transformation practices in social reproduction of early village societies in Tafí valley, Tucuman Province. A multivariable analysis is carried out which includes vegetal microremains identification and the study of crop growing plots and food processing and consuming artifacts assemblages with the aim of recognizing structuring conditions and agents strategies. The presence of small scale plots contiguous to the residential compounds, agriculture centered in a few species, and household controlled storage features, allow discussing the existence of relatively autonomous households, linked to larger collectives throughout relationships mediated by food. Key words: Food; Tafí Valley; Early Village Societies; First Millennium. Cátedra de Prehistoria y Arqueología, Escuela de Historia, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC - Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos SA Segreti”- Miguel del Corro 308, Córdoba. E-mail:
[email protected] 1
Recibido en marzo de 2015; aceptado en mayo de 2015
Molar, Rocío María. 2015. Alimentación y reproducción social: biografía de alimentos en contextos aldeanos tempranos del valle de Tafí (2000 AP-1000 AP). La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 13 (1): 41-62. Buenos Aires.
María Rocío Molar - Alimentación y reproducción social: biografía de alimentos..
INTRODUCCIÓN Las prácticas alimenticias, al estar atravesadas por cuestiones relacionadas a la política, la economía y la ideología, tienen el potencial de construir, reflejar y modificar las relaciones sociales, las estructuras económicas y las normas culturales. Esta idea se condice con la reivindicación de la microescala desde algunos marcos explicativos novedosos que consideran las prácticas de los agentes y su articulación con la estructura social reconociendo el papel activo de la cultura material. En el Noroeste Argentino (NOA), hace aproximadamente quince años comenzaron a realizarse estudios arqueológicos enfocados en la alimentación como práctica socializadora y transmisora de una “tradición”, como actividad que excede a la incorporación de nutrientes. El interés se expandió hacia múltiples dimensiones vinculadas a las actividades de producción, obtención y consumo de alimentos, como el comensalismo, la ritualidad, la construcción del paisaje y la organización del trabajo (Capparelli 1997; Korstanje y Würschmidt 1999; Babot 2004, 2009; Quesada 2010; Lema et al. 2012; Oliszewski 2012; Pazzarelli 2012). El énfasis en la microescala y en las trayectorias sociales particulares implicó también el cuestionamiento a la periodización y categorías mediante las cuales se abordaban tradicionalmente las antiguas sociedades del NOA. En la década del 70´, desde perspectivas materialistas, se estableció una periodización basada fundamentalmente en las formas de obtención de alimentos (Núñez Regueiro 1974). De esta manera, las sociedades agropastoriles del primer milenio de la era fueron agrupadas bajo el concepto de Formativo, categoría que congregaba a múltiples y diversos grupos aldeanos que producían su propio alimento. Esta categorización implicaba, además de la sedentarización, la incorporación de técnicas y estrategias productivas y un progresivo control sobre la producción. Si bien en la actualidad continúa utilizándose el término de sociedades 42
formativas, las concepciones que implicaba se ven matizadas por nuevos abordajes que intentan describir y estudiar las particularidades de cada trayectoria histórica. En este marco, y considerando que alimentarse es una acción elemental en la vida humana en un sentido físico y nutricional pero también social y cultural, el presente trabajo tiene como problemática central la historia de vida de los alimentos vegetales y las relaciones humanas que se desarrollan en torno y para con estos. El objetivo estuvo centrado en reconocer los productos vegetales utilizados y sus contextos de producción, procesamiento y consumo, para a partir de ello, reflexionar en torno a cómo las prácticas cotidianas relacionadas a la alimentación participaron en la reproducción social de los grupos aldeanos que habitaron el valle de Tafí en el período 2000 AP-1000 AP. Se partió de la hipótesis de que las actividades relacionadas a la manipulación de productos vegetales involucraron a distintos agentes, espacios y tiempos, posibilitando la constitución de grupos domésticos relativamente autónomos que administraban su propio alimento.Asimismo, estos grupos habrían estado vinculados entre sí mediante la prosecución de ciertas actividades coyunturales, especialmente la construcción y acondicionamiento de infraestructura productiva y celebraciones colectivas. En ambas esferas, doméstica y pública, los alimentos fueron objetos mediadores y unificadores que permitieron, junto a otras prácticas, el desarrollo y mantenimiento de esta sociedad durante gran parte del primer milenio de la era. UN ENFOQUE SOBRE LOS ALIMENTOS La práctica de comer es algo tan rutinario que frecuentemente se asume como un aspecto naturalizado sin reflexionar acerca de sus implicancias sociales. Sin embargo, “cocinar es la actividad diaria más corporativa, evocativa
La Zaranda de Ideas 13 (1): 41-62 (2015)
y fundamental” (Atalay y Hastorf 2006: 283), la práctica que une, que cohesiona a la unidad doméstica a través de la materia, la experiencia y la memoria, y que tiene un rol fundamental en la socialización de las personas (Weismantel 1995). Pensar en la planificación y consecución de las actividades diarias relacionadas a la alimentación permite vislumbrar cómo estas se constituyen en espacios de conflicto y negociación, posibilitando la reproducción social. El estudio de las materialidades y las configuraciones espaciales construidas y utilizadas para el aprovechamiento de los vegetales como alimento nos permite pensar en principios estructurantes, estrategias de los agentes y sus transformaciones en el tiempo. Para lograr un acercamiento más integral al rol de los vegetales y su papel en la alimentación de estas sociedades, los contextos arqueológicos relacionados a su manipulación y consumo fueron abordados teniendo en cuenta el modelo de historia de vida planteado por Schiffer (1972). Según este modelo, antes de constituirse como parte del contexto arqueológico, todos los objetos y elementos que intervienen en las actividades humanas atraviesan una serie de procesos básicos. En el caso de los productos comestibles, estos involucran las etapas de obtención, procesamiento, consumo y descarte. Secundariamente, se consideran también las etapas de almacenamiento y transporte, las cuales implican un desplazamiento temporal o espacial del elemento. El análisis de la trayectoria de vida de los objetos requiere además considerar la interacción específica entre personas y cosas, identificando actividades, grupos sociales participantes, áreas de actividad y objetos utilizados (Skibo y Schiffer 2008). En distintos momentos de esa historia de vida, los objetos van a intervenir de manera variable en la constitución de relaciones sociales, simbólicas y utilitarias, que serán definidas por su mediación y por el significado social que adquieran en cada situación específica en la que intervengan.
Asimismo, las actividades de procesamiento, cocción y consumo tienen su propia espacialidad, es decir, un conjunto de lugares mutuamente relacionados en los cuales se evidencian distintas pautas de alimentación que permiten conocer las reglas que los grupos incorporaron tras años de rutina y los contextos en los cuales esas reglas fueron resistidas y negociadas (De Certeau 1980). Los distintos modos en que se llevan a cabo las prácticas relacionadas con la alimentación son el resultado de su constitución como hecho social, como actividad que incorpora e involucra a las múltiples esferas de la sociedad. La obtención de los productos, su preparación y la forma de consumirlos, son actividades cotidianas y corporativas que como tales evocan modos de hacer, experiencias y reglas que permiten la socialización de las personas y la reproducción social (Atalay y Hastorf 2006; Twiss 2012). Estudiar la biografía de los alimentos vegetales nos permite reflexionar en torno a su incidencia en la reproducción social de las sociedades aldeanas tempranas. Es por esto necesario considerar que la comida es un elemento mediador que transmite reglas, sentimientos de pertenencia, que cohesiona y que une a quienes la manipulan, pero que también requiere una organización específica del espacio, del tiempo y de las relaciones sociales de producción. En el caso del valle de Tafí, en el período 2000 AP-1000 AP, donde las evidencias materiales parecen indicar la presencia de una sociedad fragmentaria, sin centros de poder y sustentada en la reproducción de grupos domésticos autónomos que se relacionaban entre sí en momentos específicos (Salazar 2010), la reflexión sobre el modo en que se produce, las especies que se cultivan, las modalidades de procesamiento y la espacialidad del consumo, nos acerca a los agentes y a las decisiones que estos tomaron, las cuales les 43
María Rocío Molar - Alimentación y reproducción social: biografía de alimentos..
permitieron reproducirse socialmente durante casi un milenio. METODOLOGÍA DE EXCAVACIÓN Y ANÁLISIS DE RESTOS VEGETALES La topografía y los rasgos arqueológicos presentes en la superficie fueron detectados mediante el análisis de Imágenes Satelitales disponibles a través de Google Earth y de fotografías aéreas tomadas por el IGM en 1974 y 1988. Con estas imágenes se definieron distintas áreas con ocupaciones arqueológicas, entre las cuales se destacó un espacio con alta concentración de estructuras productivas y residenciales, denominado La Bolsa 1. Este sitio fue prospectado mediante la realización de sucesivas transectas lineales separadas por una distancia de 100 m entre sí, lo que permitió un acercamiento intensivo al área de estudio, reconociendo espacios de concentración de evidencias arqueológicas, materialidades aisladas, cursos de agua, espacios de molienda y superficies alteradas por acciones antrópicas, tanto del pasado como de la actualidad. La totalidad de la información fue cargada en fichas de registro que tomaban como unidad de análisis a cada estructura individual, cada una de las cuales fue medida con Estación Total. Esto permitió realizar una cartografía arqueológica de todo el sitio en la que se visualizan estructuras orientadas a la producción agrícola, al manejo de animales, unidades residenciales, rasgos monticulares y espacios libres de construcciones. En algunas de estas estructuras se realizaron excavaciones y sondeos con el fin de profundizar nuestros conocimientos acerca de su utilización y posibles prácticas realizadas en esos espacios. Dichas intervenciones fueron realizadas en todos los casos siguiendo los estratos naturales, cada uno de los cuales fue considerado como 44
una unidad estratigráfica (Harris 1991). Las materialidades líticas y cerámicas recuperadas, fueron mapeadas y conservadas para su posterior tratamiento en laboratorio. En distintos momentos, se les realizaron análisis de tipo morfológico funcional, cuyos resultados ya fueron presentados en otras publicaciones (Franco Salvi et al. 2012; Gazi y Salazar 2013). De acuerdo a los fines específicos de este trabajo, en algunos casos estos materiales fueron retomados para nuevos análisis, principalmente en lo referente al raspado de sustancias adheridas. Para esto, se siguió lo propuesto por Babot (2004) siendo los instrumentos relacionados al procesamiento y consumo de alimentos raspados con un instrumento punzante de acero. El raspaje se efectuó directamente sobre el portaobjetos, para evitar pérdidas de material, donde finalmente fue montado con aceite de inmersión y etiquetado. Posteriormente las muestras fueron observadas en microscopio óptico con polarizador simple a 400X. Además, en las distintas excavaciones se extrajeron muestras de suelo a nivel vertical, de abajo hacia arriba y en zigzag, utilizando guantes y agua destilada para lavar los instrumentos, con el fin de disminuir los niveles de contaminación. De cada una de las muestras se procesaron 10 gramos siguiendo métodos específicos, lo que permitió su posterior montado en portaobjetos y observación mediante microscopio. Los microrrestos obtenidos, almidones y sílicofitolitos, fueron sometidos a comparación con los ya presentes en distintas colecciones de referencia (Piperno 2006; Korstanje y Babot 2007) y caracterizados y descriptos según lo propuesto por el Código Internacional para Nomenclatura de Fitolitos (International Code for Phytolith Nomenclature -ICPN-) (Madella et al. 2005), lo cual permitió una identificación confiable de los restos botánicos. En el caso de los macrorrestos vegetales,
La Zaranda de Ideas 13 (1): 41-62 (2015)
en las numerosas excavaciones realizadas, sólo se encontraron dos especímenes carbonizados por lo cual la metodología se vio acotada a estos casos. Para su identificación taxonómica, fueron analizados con lupa binocular hasta 40X, determinándose el tipo de taxón teniendo en cuenta caracteres externos (dimensiones, latitud, longitud y grosor) e internos. En este caso, el elemento diagnóstico para su identificación provenía de estrías transversales presentes en la cara interna del endocarpo (Pearsall 1989). Para confirmar su identificación, sus medidas fueron comparadas con las medidas de ejemplares actuales (Orrabalis et al. 2013), teniendo en cuenta que estas pudieron distorsionarse debido a los efectos de la carbonización (Pearsall 1989). CASO DE ESTUDIO: SITIO LA BOLSA 1 El sitio La Bolsa 1 (LB1) se encuentra emplazado en el sector norte del valle de Tafí, entre los 2500 y 2600 msnm. Las condiciones climáticas de este piso altitudinal del sistema andino, conocido como keshua, sumadas a la presencia de extensas superficies de terrenos y abanicos aluviales, posibilitaron el desarrollo de una agricultura intensiva centrada en el cultivo de maíz, tubérculos y leguminosas (Berberián y Raffino 1991). LB1 abarca unas 50 ha, en las que se encuentran numerosas unidades residenciales, áreas de molienda extramuros, corrales y un complejo sistema de estructuras agrícolas que incluye cuadros de cultivos, despedres, andenes y una estructura para el manejo del agua (Berberián y Nielsen 1988). Para este trabajo, se ha considerado el sector occidental superior del sitio, donde se encuentra la mayor concentración y tipología de estructuras. Los distintos fechados radiocarbónicos realizados hasta el momento proceden de distintos espacios, tanto productivos como residenciales y permiten ubicar la ocupación
del sitio entre unos siglos antes del comienzo de la era y el final del primer milenio d.C. El fechado más antiguo proviene de un navicular izquierda de Camelidae, proveniente de una estructura para el manejo del agua, la cual fue datada en 2110±66 AP, calibrada con 68,2 % de confianza entre 350 AC-320 AC y 210 AC.-40 AC y con un 95,4% de probabilidades entre el 360 AC y 270 AC y entre el 260 AC y 30 DC. En cuanto al fechado más reciente, este proviene de vegetal carbonizado recolectado en un rasgo de combustión sin estructura en el piso de un recinto de una unidad residencial (Unidad 14), que fue datado en 1258±38 AP, calibrado con el 68% de probabilidades entre 680 y 780 DC (Salazar y Franco Salvi 2009). ETAPAS DE LATRAYECTORIA DEVIDA DE LOS ALIMENTOS EN LA BOLSA 1 Producción y recolección La historia de vida de los alimentos vegetales comienza cuando el ser humano decide producir o seleccionar determinados productos con el fin de transformarlos en sustento, en alimento. En esta etapa se desarrollan distintas relaciones entre los humanos, pero también entre estos y otras entidades comprometidas en el proceso, como plantas, estructuras agrícolas, entorno, herramientas de trabajo, etc. En este sentido, pensar en la forma en la que el paisaje fue construido y aprovechado con fines agrícolas e identificar las especies vegetales producidas, nos permite discurrir en torno a las distintas configuraciones sociales y espaciales que tienen lugar para el aprovisionamiento de recursos. Además, posibilita reflexionar sobre las estrategias que los agentes utilizaron para relacionarse con el ambiente y obtener de él sus medios de subsistencia. Estructuras agrícolas El estudio de la producción agrícola fue iniciado a partir de un análisis sistemático 45
María Rocío Molar - Alimentación y reproducción social: biografía de alimentos..
de las estructuras superficiales que permitió identificar en el sitio LB1 estructuras de contención del suelo, sistemas de andenería, montículos de despedre, cuadros de cultivo y una estructura destinada al manejo del agua. Las características arquitectónicas de estas estructuras, comparadas con otras presentes en distintos sitios del NOA, permitieron inferir su utilización con fines agrícolas (Albeck 2003/2005; Korstanje 2010; Caria et al. 2010). En algunos de estos espacios se realizaron excavaciones para conocer la forma en que fueron construidos y además para extraer muestras de suelo que permitieron realizar análisis químicos y de microrrestos. Los sondeos se realizaron en una unidad compuesta de planta circular, sobre un cuadro de cultivo, un
muro de contención, un andén y una estructura para el manejo del agua (Figura 1). Las estructuras agrícolas conforman un sistema que posibilita la explotación de la tierra mediante la formación de superficies planas en forma de plataformas escalonadas. Los muros y líneas de contención construidos en forma perpendicular a la pendiente disminuyen la inclinación natural del suelo y lo protegen tanto de la depredación de algunos insectos y animales, como de la erosión causada por el viento y el agua. A su vez, la estructura para el manejo del agua permite tanto la irrigación de las parcelas en épocas de menor pluviosidad, como el control de la corriente en los meses de lluvias torrenciales (noviembre-marzo)
Figura 1. Estructuras agrícolas del sector superior de La Bolsa 1 A) Unidad compuesta de planta circular B) Muro de contención C) Estructura para el manejo del agua D) Cuadro de cultivo E) Andén. 46
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(Sampietro y Sayago 1998; Franco Salvi 2012). Este sistema agrícola acota parcelas y determina espacios aptos para el cultivo con superficies que oscilan entre 350 y 400 m2, ubicándose en espacios colindantes a las unidades residenciales. El tamaño de estas parcelas, exceptuando el andén cuya superficie es de 1420 m2, y su cercanía a los espacios domésticos, habría permitido su explotación como pequeños huertos con cultivos intensivos a pequeña escala (Salazar 2010). En otro sentido, el andén constituye una excepción no solo por su tamaño, sino también porque durante la excavación de uno de sus muros se identificó una ofrenda compuesta por un paquete esqueletario que comprendía el cráneo y las extremidades de un individuo macho de Lama glama asociado a fragmentos cerámicos, la cual puede considerarse como un acto inaugural de la estructura de cultivo (Franco Salvi y Salazar 2014). Procedencia
Unidad compuesta de planta circular
Morfotipos de fitolitos Identificación presentes Rondel, Wavy top rondel. Dumbbell bi- y polylobate. Saddle.Elongate, fanshaped, aculeolita, point shaped. Amorfos (espacios intercelulares). Tejido epidérmico.
En las otras estructuras los restos extraídos fueron escasos, consistiendo en fragmentos de cerámica ordinaria y grandes asas macizas. La poca densidad de materiales y su estado de fracturación es explicable por las múltiples roturaciones a las que son sometidas las áreas de cultivo (Albeck 2003/2005). Durante las excavaciones no se registraron macrorrestos vegetales, siendo esto esperable por los altos niveles de pH y por la alta concentración de materia orgánica en los sedimentos (Franco Salvi et al. 2014). Análisis de microrrestos en campos de cultivo arqueológicos El análisis de microrrestos ha dado como resultado la presencia en todas las estructuras de fitolitos atribuibles a gramíneas silvestres de la región (Festucoideas, Panicoideas, Chloroideas) y de sílicofitolitos y almidones de Zea mays (excepto en uno de los espacios analizados) Almidones
Zea mays (FrutoGrano simple. Esférico. No se distingue Mazorca). lamella. Hillum en forma de punto. Cruz Gramíneas en posición central con brazos finos que silvestres forman ángulos de 90°. Medidas: 20,9 (Panicoideas, µm. Festucoideas, Chloroideas)
Identificación
Zea mays (Maíz)
3 granos simples, esféricos ovalados. Lupinis No se distingue lamella ni hilum. Cruz en Rondel, Wavy top mutabilis posición central (cuatro brazos visibles y Gramíneas rondel. Dumbbel biSweet (Poroto polylobate. Spherical to Silvestres. Zea gruesos) con abertura distal. Medidas: Tarwi) entre 12 y 38 µm. Muro de subspherical facetated. mays (FrutoContención Elongate, Point shaped, Mazorca). Cf. Saddle. Globulolita. 2 granos simples, esféricos. No se Cucurbita sp. (Perfil Sur) Amorfos (espacios distingue lamella. Hillum en forma de (FrutoCf. Zea mays punto. Cruz en posición central con intercelulares). Tejido Exocarpo) (Maíz) epidérmico brazos finos que forman ángulos de 90°. Medidas: 19 y 13,3 µm.
Muro de Contención (Perfil este)
Rondel, Dumbbell bipolylobate. Spherical granulate. Square flat, oval flat. Point shaped . Amorfos
Gramíneas silvestres
No se observan
Cuadro de cultivo
Rondel, Saddle. Dumbbell bi-polylobate. Elongate.
Gramíneas silvestres
No se observan
Andén
Rondel, Saddle. Dumbbell bi-polylobate. Elongate.
Grano simple. Esférico. No se distingue Gramíneas lamella. Hillum en forma de punto. Cruz silvestres. Sin en posición central con brazos finos que Identificar forman ángulos de 90°. Medidas: 20,9 µm.
Zea mays (Maíz)
Tabla 1. Microrrestos observados en campos de cultivos y estructuras asociadas. 47
María Rocío Molar - Alimentación y reproducción social: biografía de alimentos..
(Tabla 1). Sin embargo, la presencia de este producto es notablemente escasa en comparación con las cantidades halladas en espacios intramuros. Esto puede ser consecuencia de la acidez del suelo que afecta la conservación de microrrestos, o bien puede deberse a problemas de muestreo (Franco Salvi et al. 2012).
et al. 2004). Al igual que en otros sitios de la región, los restos de vegetales domésticos predominantes fueron de maíz (Zea mays), poroto (Phaseolus sp.) y zapallo (Cucurbita sp.) cuyo consumo fue acompañado de frutos de plantas silvestres como chañar (Geoffroea decorticans) y algarrobo (Prosopis sp.). Estos últimos se caracterizan por un alto valor alimenticio y por la variabilidad de subproductos que de ellos pueden derivarse, tales como arrope, harina y bebidas alcohólicas (Capparelli 2007; Figueroa y Dantas 2006). Pese a su amplia presencia en el registro arqueológico, ambos productos de recolección son alóctonos, ubicándose su área de aprovisionamiento a 30 km al Norte de El Infiernillo, en el valle de Yocavil (Carrizo et al. 1999;Arreguez et al. 2010).
El zapallo (Cucurbita sp.) también fue identificado en campos de cultivos, y de su hallazgo cabe destacar dos cuestiones. En primer lugar, tanto los sílicofitolitos de zapallo como los de maíz, pertenecen al fruto y no a los órganos externos de la planta como sería esperable en espacios agrícolas. Esto puede deberse, en el caso de Cucurbita sp., a la fragilidad de los silicofitolitos de sus hojas. Teniendo en cuenta que los frutos habrían sido transportados a las unidades residenciales para su consumo, su presencia en los campos de cultivo podría deberse a su abandono por estar rotos o por su maduración tardía, o debido a su utilización como fertilizantes. Por otro lado, las muestras obtenidas en uno de los muros de contención evidenciaron la presencia de sílicofitolitos con morfologías confrontables con las presentes en Cucurbita sp. y Zea mays y de granos de almidón afines a Lupinis mutabilis Sweet1. Es probable que la presencia de estos tres tipos de vegetales en un mismo sitio se deba a la rotación de cultivos o a la combinación simultánea de estos.
En LB1, más precisamente al interior de una unidad residencial, se han encontrado únicamente dos especímenes de chañar, ambos en estado carbonizado. Pese al hallazgo de estos frutos, esta especie no pudo ser identificada en los estudios de microrrestos, como sí ocurrió con los cultivos americanos. Esta misma situación ocurre en otros sitios del NOA, donde se obtienen macrorrestos de chañar, incluso asociados a conanas o morteros (Korstanje y Würchsmidt 1999; Carrizo et al. 2004), pero no sus residuos de molienda, lo cual probablemente se deba a problemas de conservación de los microrrestos que permiten su identificación (Babot 2009).
Abastecimiento de recursos silvestres
Procesamiento
En el caso de la utilización de productos no domésticos, las posibilidades de su obtención mediante procesos distintos al de la agricultura nos remiten al intercambio y la recolección. Esta última práctica está documentada en distintos sitios cercanos al área de estudio (Carrizo et al. 1999; Oliszewski 2004) destacándose el hallazgo en Cueva de los Corrales (El Infiernillo, Prov. de Tucumán), donde se encontraron grandes cantidades de restos de frutos silvestres en asociación con productos cultivados (Carrizo
Las instancias que atraviesan los productos después de su abastecimiento implican manipulaciones culinarias que transforman a los vegetales en alimentos. Estos procesos incluyen la molienda, tostado, hervido y cocción y varían según el producto final a obtener. Asimismo, cada uno implica espacios y materialidades específicas con los que los agentes interactúan en la cotidianeidad de los actos alimenticios. En el sitio estudiado, en una primera diferenciación de los espacios, pueden definirse áreas de
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procesamiento extramuros e intramuros. Áreas de procesamiento extramuros Las áreas extramuros consisten fundamentalmente en artefactos de molienda de forma circular u oval sobre rocas metamórficas, que se presentan en forma individual o grupal. En LB1, fueron identificadas cinco áreas de molienda extramuros de las cuales no se pudieron obtener muestras para análisis de microrrestos, por encontrarse estas superficies a la intemperie y sometidas a contaminación humana y animal. Debido a esta situación, el análisis se limitó a los aspectos morfológicos funcionales y de relación entre las áreas de procesamiento y otras unidades productivas y residenciales. Las cinco áreas identificadas combinan instrumentos pasivos de molienda (entre una y dos cavidades por área), tanto morteros como superficies pulidas, que no superan los 30 cm de diámetro y los 6 cm de profundidad (Figura 2) y se encuentran en asociación directa con estructuras productivas.
El tamaño de las cavidades sugiere que en ellas no fueron procesadas grandes cantidades de alimentos, y podría pensarse que en estos espacios se dio un pre-procesamiento de trituración de granos que luego se concluyó al interior de cada unidad doméstica. Sin embargo, es necesario evitar caer en determinismos a priori que relacionan directamente a los morteros con el procesamiento de vegetales domésticos. Aunque la cercanía a los campos agrícolas sugiere que los morteros han sido utilizados con estos fines, es necesario considerar que podrían haber sido destinados al procesamiento de otros productos como vegetales silvestres, recursos de origen animal o mineral (Babot 2008). Esta consideración es fundamental teniendo en cuenta sobre todo al área 5, cuya dificultad de acceso, por su emplazamiento en la parte superior de una gran roca de casi 3 m de altura y la ubicación “privilegiada” que permite una amplia visualización del sitio, pone en duda su utilización cotidiana para procesar alimentos de consumo diario.
Figura 2. Áreas de molienda extramuros. Imagen Superior: área 3. Imagen Inferior: área 5. 49
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Áreas de procesamiento intramuros Los análisis relacionados al procesamiento de vegetales en espacios intramuros se realizaron en una estructura residencial, la unidad doméstica 14 (U14) (Figura 3), la cual fue excavada en su totalidad. Esta unidad se encuentra emplazada en un sector de LB1 donde se concentran numerosos complejos arquitectónicos domésticos asociados a algunas estructuras agrícolas como muros de contención y áreas de despedre. La U14, cuya ocupación se dio entre el 200 y el 850 d.C. (Salazar y Franco Salvi 2009), se compone de siete recintos de planta circular o semicircular que constituyen unos 200 m2 de superficie. En el sector oriental de la vivienda se encuentra un gran recinto denominado R1, al cual se adosan 5 estructuras más de menores dimensiones, R2, R3, R4 y R6. Además en el sector noroeste de la vivienda, se observa otra construcción de planta semicircular subdividida en dos: R5 y R7. Considerando las distintas materialidades
obtenidas en estos espacios durante las excavaciones, los estudios se enfocaron en reconocer las áreas de procesamiento y consumo, a través de un análisis espacial de las materialidades, y en determinar qué recursos vegetales fueron procesados mediante la identificación de microrrestos. Procesamiento mediante molienda De la U14 fueron recuperados trece artefactos de molienda pasivos y veintinueve activos (manos de moler), confeccionados con rocas metamórficas provenientes del mismo sitio o del río adyacente. Estas probablemente hayan sido seleccionadas por sus atributos naturales, como tamaño, peso y superficies rodadas, los cuales facilitaron su uso como molinos o manos. Los artefactos pasivos o inferiores fueron hallados en los recintos R1, R3, R4 y R6, aunque presumiblemente la molienda de vegetales se haya dado principalmente en el sector del patio (R1), donde se encontraron los molinos de mayor tamaño (Figura 4). Estos
Figura 3. Unidad 14. 50
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Figura 4. Artefactos de molienda provenientes del R1.
se encontraban en forma horizontal en el piso de la vivienda, o apoyados en los muros de la vivienda. Incluso, algunos formaron parte de las paredes de las distintas estructuras de la unidad (probablemente como forma de reciclar los instrumentos en desuso) y participando de la clausura de la vivienda en el momento de su abandono (Franco Salvi et al. 2012). En cuanto a los artefactos activos o superiores, estos estaban presentes en todos los recintos, encontrándose nuevamente las manos más pesadas y grandes (con un peso de entre 1 y 2 kg) en el R1. El análisis morfológico funcional de estos artefactos de molienda, realizado siguiendo lo propuesto por Babot (2004), ha permitido inferir que han sido activados con diferentes tipos de presión, ya sea rectilínea o semicircular, por traslación circular y vaivén y vertical en vaivén o por rotación. El conjunto de estos instrumentos han constituido un sistema que permitía obtener distintos productos a partir de machacar, triturar y golpear granos (Franco Salvi et al. 2012). Los análisis de sustancias adheridas en
artefactos de molienda, tanto pasivos como activos, han determinado la presencia en la mayoría de ellos de sílicofitolitos y almidones de Zea mays correspondientes a la mazorca (Pearsall 1989; Piperno 2006; Korstanje y Babot 2007) (Tabla 2). Algunos de los sílicofitolitos presentes en las muestras se encontraban partidos e incluso imposibles de identificar por estar demasiado quebrados, lo cual permite confirmar que fueron sometidos a molienda mediante la utilización de estos artefactos. Es de destacar que en una mano de moler se observó la presencia de un grano de almidón, identificado como perteneciente a la semilla de Lupinus mutabilis Sweet (poroto tarwi) el cual fuera registrado también en un muro de contención (Figura 5). Procesamiento, fuego y organización del espacio Además de la molienda, que es probablemente la técnica de procesamiento de vegetales que más evidencias deja en el registro arqueológico, hay otras formas de abordar estos productos las cuales consisten fundamentalmente en el tostado y cocción mediante hervido.
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Procedencia
U14-R1
U14- R1
U14- R4
U14- R4
U14- R4
U14-R6
U14- R6
Instrumento
Morfotipos de fitolitos presentes
Identificación
Almidones
Mano de Moler (UP42)
Rondel, geometrical flat. Saddle. Dumbell Bi-Polylobate. Crossshaped. Spherical to subspherical. Amorfos (espacios intercelulares)
Gramíneas Silvestres (Panicoideas, Festucoideas, Chloroideas). Zea mays (hoja). No identificados.
No se observan
Rondel. Dumbell Bi-Polylobate). Cross-shaped. Amorfos (espacios intercelulares)
Gramíneas silvestres (Panicoideas).
Rondel con rastros de procesamiento (Partido)
Cf. Zea mays
Mano de Moler (UP70)
Rondel, geometrical flat, dumbbell biy polylobate, half-dumbbell , prismatolitas, aculeolita, saddle . Cuneiform flat, clavate scrobiculate .Amorfos.
Gramíneas silvestres (Panicoideas, Festucoideas, Chloroideas). No identificados.
Conana (UP62)
Wavy top-rondel.Rondel, geometrical flat, dumbbell bi- y polylobate, half-dumbbell, prismatolitas, aculeolita, saddle. Cuneiform flat, ovate scrobiculate, hair cell, uniones celulares de prismatolitas. Amorfos (espacios inter-celulares).
Zea mays. Gramíneas silvestres (Panicoideas, Festucoidea, Chloroideas).No identificados.
Conana (UP91)
Wavy top-rondel (¿?).Rondel, geometrical flat, dumbbell bi- y polylobate, half-dumbbell, prismatolitas, aculeolita, saddle.Cuneiform flat, ovate scrobiculate, clavate scrobiculate. Amorfos (espacios inter-celulares).
Cf. Zea mays. Gramíneas silvestres (Panicoideas, Festucoidea, Chloroideas).No identificados.
Mano de Moler (UP18)
Identificación
Forma esférica, bien redondeado, no se distingue ni la presencia Lupinus de hillum, ni de lamela. mutabilis Sweet Tamaño de 38 μm. (Poroto tarwi) Cruz de extinción que presentaba cuatro brazos. Granos simples poliédricos y con una ranura en su superficie, Zea mays (Maíz) de medidas entre 15 y 25 µm de diámetro.
No se observan
Granos simples poliédricos y con una ranura en su superficie, de medidas entre 15 y Zea mays (Maíz) 30 µm. Cruz de extinción con brazos en ángulos de 90°
Ruffle top-rondel. Rondel; Geometric Granos simples Circular/oval; Geometric poliédricos, con ranura Square/rectangle; Geometric Zea mays (maízMano de en superficie e hillum en triangle; Sphere flat; Dumbbell mazorca).Gramíneas forma de punto. Cruz de Zea mays (Maíz) moler (UP bilobate; Dumbbell polylobate; Half- silvestres (Panicoideas). extinción con brazos en 75) dumbbell; Saddle. Point-shaped; No identificados. ángulos de 90°. Medida Elongate. Acicular hair cell. Crossde 26,6 µm. shaped. Amorfos
Molino de mano (UP101)
Wavy/Ruffle top-rondel.Dumbbell bilobate; Dumbbell polylobate; Geometric circular/oval; Geometric square/rectangle; Geometric triangular; Rondel; Half-dumbbell. Elongate. Amorfos.
Zea mays. Gramíneas silvestres. No identificados.
No se observan
Tabla 2. Microrrestos observados en instrumentos asociados a la molienda
En la U14 los espacios de combustión se encuentran en los recintos R4 y R6, y se distinguen tanto por la presencia de rasgos específicos como por la termoalteración de los sedimentos. En estos recintos los fogones, al estar ubicados en una posición central, organizaban y restringían la circulación de las personas, distribuyendo a su vez las acciones que podían realizarse a su alrededor. Las materialidades halladas en torno a estos rasgos confirman la utilización de R4 y R6 como cocinas, donde las actividades culinarias, congregaban a las personas en el mismo lugar en cual preparaban y consumían el alimento en distintos momentos (Figura 6). En el caso del R6, el fogón allí ubicado cuenta 52
con un dispositivo especial para cocer alimentos formado por tres rocas largas ovaladas dispuestas en forma triangular, que permite situar allí vasijas u ollas. Esta estructura se repite en otros sitios del período, como La mesada (valle del Bolsón, Catamarca) y Cardonal (valle del Cajón, Catamarca) (Korstanje 2007; Calo et al. 2012). En torno a este rasgo, fueron identificadas una gran cantidad de escudillas y ollas destacándose, entre estas últimas, dos de gran tamaño que presentaban en las paredes externas claras evidencias de haber sido sometidas al fuego (Salazar 2010). Además, se encontraron en este recinto un cuchillo de pizarra, manos de moler y un pequeño mortero, que por su tamaño estaría indicando la molienda de pequeñas cantidades de alimento. Los análisis
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Figura 5. Silicofitolitos y Almidones observados en instrumentos de molienda.Imagen superior: Wavy top rondel (Zea mays) y fitolito partido (Cf. Zea mays). Imagen inferior: Almidón de Lupinus mutabilis Sweet (poroto tarwi). Escala 10 μm.
de microrrestos de este instrumento y de una mano de moler, arrojaron como resultado la presencia de sílicofitolitos de Zea mays partidos. En torno al área de combustión del R4, se registraron conjuntos cerámicos correspondientes a ollas grandes, de forma globular y subglobular, y ollas pequeñas, algunas de las cuales presentaban paredes renegridas por su exposición al fuego. El registro de jarras y pequeños pucos evidencian que además de la cocción de alimentos, en este espacio se preparó y consumió algún tipo de bebida. En el mismo contexto, se registró un área de molienda formada por un molino plano y varias manos de moler, cuyo raspado y análisis de microrrestos dio como resultado la presencia de sílicofitolitos afines a Zea mays. Asimismo, pese a la ausencia de fogón, las evidencias indican que en el R1 se llevaron a cabo algunas de las actividades relacionadas
con la preparación de alimentos, posiblemente aquellas previas a la cocción. Además de los ya nombrados instrumentos de molienda, en este espacio se encontraron materialidades como cuchillos, artefactos de retoque marginal y muescas de lascado simple que indican la manipulación de recursos de origen animal. Sin embargo, el material arqueofaunístico que permitiría ahondar en la temática del procesamiento y consumo de alimentos cárnicos es casi inexistente, limitándose su evidencia a 6 pequeños restos óseos calcinados, asignables a mamíferos medianos y grandes, y a un conjunto de molares de camélido, todos presentes en el R1. La ausencia casi total de restos óseos podría haberse generado por la incidencia de prácticas de remoción de desechos de facto a espacios de depositación secundaria fuera de los espacios residenciales. No obstante, nos inclinamos a pensar que la acidez del suelo en la localidad (pH 5.5), 53
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Figura 6. R6: Fogón e instrumental de procesamiento hallado en su entorno.
intensificada por diversas actividades humanas en el área intramuros (pH 4.5), habría generado la desintegración del material. Esto explicaría que los molares de camélido hallados hubieran mantenido la posición que ocupan en la mandíbula, pero que este hueso no estuviera presente, así como la supervivencia exclusiva de los especímenes calcinados. Cabe destacar que , en estos tres espacios habitacionales, el análisis químico de los sedimentos dio como resultado altas concentraciones de fósforo, carbonato de calcio y carbono orgánico, lo cual podría estar indicando que en estos recintos se prepararon y consumieron alimentos y bebidas, cuyos restos al descomponerse elevaron los niveles de estos indicadores químicos (Gazi y Salazar 2013). Consumo El consumo, la constitución de los alimentos en elemento nutritivo, ritual y cohesionador de las relaciones sociales, es lo que provoca y organiza las distintas actividades que se describieron con anterioridad. En distintos contextos, tiempos y sociedades, la producción,
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la transformación del espacio, la elaboración de instrumentos específicos, la construcción de rasgos como fogones y silos, tienen como fin último la alimentación de las personas (D’Altroy y Hastorf 2002). El rol que ocupe ese alimento en la sociedad, será finalmente determinado en el momento último de su consumo. Distintos trabajos arqueológicos y etnográficos en el NOA han evidenciado cómo un mismo taxón puede ser consumido con fines utilitarios, en la nutrición diaria, o en forma ritual, en el caso de celebraciones y festividades. Incluso, la preparación puede ser la misma pese a la variabilidad del contexto de utilización (Babot 2009; Pazzarelli 2013). En nuestro caso de estudio, al igual que en muchos otros del área andina, el producto que se destaca por su presencia y por la variabilidad de los contextos en los que fue encontrado, es el maíz. Los análisis de sedimentos de la U14, han evidenciado que se encontraba en la mayoría de los espacios, y se lo ha identificado en casi todos los instrumentos de molienda analizados.
La Zaranda de Ideas 13 (1): 41-62 (2015)
Consumo en espacios domésticos Dentro de la U14, los espacios de consumo diario se ubican en los mismos sectores de preparación y cocción de alimentos, idea que surge principalmente de la presencia de restos cerámicos pertenecientes a utensilios propicios para servir comida. Tanto en R1 como en R4 y R6, se encontraron cantidades importantes de pucos no restringidos que podrían haber sido utilizados para el consumo tanto de alimentos como de bebidas. Asimismo, en R1 se registraron escudillas y pucos de grandes dimensiones, que pueden relacionarse con el servicio de alimentos para varias personas, y de jarras que podrían utilizarse para contener productos líquidos (Gazi y Salazar 2013). La presencia en este último recinto de fragmentos de cerámica asignables a ollas que evidencian haber sido expuestas al fuego podría entenderse como consecuencia del traslado de
Procedencia Instrumento
U14-R4
Puco no restringido (Cerámica roja)
U14-R4
Puco no restringido (Cerámica gris)
En R4 y R6, los restos materiales asociados al consumo de alimentos se encuentran alrededor de los distintos fogones, lo que permite pensar que las actividades diarias de comensalidad tuvieron lugar en torno a estos espacios congregantes de personas y materialidades. En otros recintos de la unidad, como el R5, también se registraron restos cerámicos pertenecientes a escudillas y pucos, pero su alto nivel de fragmentación y rodamiento sugiere que se encontraban allí acumulados a lo largo del tiempo como desechos. En el R7, estas materialidades estaban en las periferias del recinto, siendo probablemente su ubicación consecuencia de acciones de limpieza o barrido.
Morfotipos de fitolitos presentes
Identificación Almidones Identificación Rondel, Dumbbel bilobate. Spherical to Cucurbita sp. subspherical facetated. No se observan (FrutoElongate, Saddle. Exocarpo) Globulolita. Amorfos (espacios intercelulares). Tejido epidérmico Grano simple Rondel, Dumbbel bipoliédrico. Hillum polylobate. Elongate, en forma de punto. Gramíneas Medida de 22,8 Cross shaped, Point Zea mays silvestres µm. Cruz de shaped, Saddle. (Maíz) (Panicoideas) extinción con Globulolita. Amorfos. brazos en ángulos Tejido epidérmico de 90°.
U14-R1 (Cista)
Rondel geometrical flat, dumbbell bi- y polylobate, half-dumbbell, Jarra con figura ornito- prismatolitas, aculeolita, antropomorfo saddle. Hair cell. Amorfos (espacios intercelulares).
U14-R1 (Cista)
Rondel, dumbbell bi- y polylobate, half-dumbbell, prismatolitas, acuolita, saddle, spherical . Amorfos (espacios intercelulares).
Escudilla (Cerámica gris)
estas con alimentos en su interior, desde los recintos donde se realizaba la cocción hasta el área de consumo.
Gramíneas silvestres
2 granos simples redondeados, con hillum en forma de punto o ranura, y medidas de 19 μm y 15,2 μm. Cruz de extinción con brazos en angulo de 90°
Zea mays (Maíz)
Gramíneas silvestres. No identificados
2 granos simples poliédricos, con hillum en forma de punto, y medidas de 15,2 μm y 26,6 μm. Cruz de extinción con brazos en angulo de 90°
Zea mays (Maíz)
Tabla 3. Microrrestos observados en instrumentos cerámicos
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María Rocío Molar - Alimentación y reproducción social: biografía de alimentos..
El análisis de sustancias adheridas a restos cerámicos ha dado como resultado la presencia de fitolitos de Cucurbita sp. y de granos de almidón de Zea mays (Tabla 3), lo que indica el consumo de los mismos productos que estaban siendo cultivados en los campos próximos. Es probable que estos se hayan visto complementados con recursos cárnicos, cuyo consumo y procesamiento se encuentra evidenciado, como se ha mencionado, por la presencia de artefactos que habrían sido utilizados para cortar y trozar carne y por el hallazgo de un número pequeño de restos óseos.
y utensilios ligados al consumo de alimentos (Kergaravat 2010; Acuto et al. 2011), y que una vez depositadas en torno al muerto, involucran a este en las acciones diarias de los vivos.
La alimentación después de la vida
En el caso de la U14, en el centro del patio, se ubicaba una cista inhumatoria con restos de dos individuos, los cuales habrían sido depositados en distintos momentos (Figura 7). El primero de estos depósitos, datado en 1799 ±37 AP, calibrado con el 68% de probabilidades entre 130 y 260AD (Salazar y Franco Salvi 2009), presentaba los restos óseos de un individuo acompañados por dos jarras de cerámica, fragmentos de vasijas y concentraciones de carbón vegetal. Como en el resto de los espacios de la unidad, aquí tampoco
La recurrente presencia de los difuntos en espacios residenciales, como patios y habitaciones, permite pensar en que los antepasados, una vez muertos, continúan siendo parte activa en la construcción y reproducción de los vínculos establecidos dentro de los grupos sociales.Asimismo, las materialidades que suelen acompañar a los difuntos en muchos casos son objetos que remiten a actividades cotidianas, como cerámicas ordinarias, instrumentos líticos
En distintos sitios del NOA, el análisis de contextos funerarios ha traído aparejado el estudio de recursos vegetales por formar parte de los conjuntos materiales que acompañaban al difunto. En la mayoría de los casos, los vegetales se encuentran en forma de macrorrestos, ubicados en torno al difunto o contenidos en vasijas, cestos o sacos, siendo su depósito una acción intencional (Ratto et al. 2014).
Figura 7. Representación de los dos estratos depositacionales de la cista y vasijas asociadas. 56
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se hallaron macrorrestos vegetales, por lo que se procedió al análisis de sustancias adheridas de uno de los jarros. El jarro sometido a raspado y posterior análisis de microrrestos era de pasta ordinaria color rojo, con un acabado de superficie irregular, un asa labio adherida en posición vertical y una decoración aplicada al pastillaje que forma la representación de un pequeño rostro ornito-antropomorfo. Dicho estudio dio como resultado la presencia de sílicofitolitos atribuibles a gramíneas silvestres y de dos granos de almidón que fueron identificados como Zea mays. El estrato superior, que cubría al anterior, contenía restos óseos (fragmentos de cráneo y algunas piezas dentarias) en peor estado de conservación que los anteriores, y no pudieron ser fechados debido a la falta de colágeno. Estos restos estaban acompañados por un puco gris sin decoración y por otros restos de cerámica. En este espacio, nuevamente estuvieron ausentes los macrorrestos vegetales, por lo que se procedió al análisis de microvestigios. De los restos fragmentarios se obtuvieron únicamente fitolitos con morfotipos atribuibles a gramíneas silvestres. En el caso de la vasija, esta se caracterizaba por ser no restringida, de contorno simple, paredes finas y con un buen acceso al contenido, por lo cual es posible que haya sido destinada al consumo de alimentos. El análisis de sustancias adheridas dio como resultado la presencia de dos granos de almidón pertenecientes a Zea mays (Tabla 3). Además, en el estrato superior al segundo entierro, se encontró parte de una estatuilla de piedra, que representaba una figura antropomorfa con lágrimas en el rostro. Almacenaje En la U14, dos estructuras podrían haber sido destinadas al almacenamiento de productos vegetales: el recinto 2 (R2) y el rasgo constituido por un pequeño muro dentro del R1.
El R2 presenta una estructura informal y ausencia de rasgos internos que dificultan pensar en su habitación cotidiana (Salazar 2010). En su interior, se hallaron fragmentos de vasijas de gran tamaño, las cuáles podrían haber sido utilizadas para almacenar cereales. Asimismo, estudios recientes de microrrestos han permitido identificar una serie de almidones confrontables con Zea mays y Lupinis Mutabilis Sweet, pero es necesario profundizar los análisis para poder confirmar esta identificación y evaluar su representatividad. La presencia de morteros en torno a la puerta de acceso al R2, también podría ser un indicador de la poca circulación diaria hacia este recinto y su utilización específica para fines relacionados al almacenaje. Por otro lado, el rasgo ubicado en el sector Norte del R1 estaba constituido por un muro de 0,50 m. de alto, que se apoyaba contra la pared del recinto y conformaba una superficie de unos 2 m2. En su interior se encontraron fragmentos de cerámica roja ordinaria y algunos restos de cerámica gris incisa, conjunto al que se le agregaba una figura antropomórfica femenina realizada en cerámica. Algunos de los fragmentos pudieron ser remontados, haciendo visible la presencia de vasijas de gran tamaño. Además de estas materialidades que indicarían que el rasgo constituye un verdadero silo, los análisis de microrrestos han arrojado la presencia de sílicofitolitos afines a hojas y granos de maíz, lo cual contribuye a confirmar que estamos ante la presencia de una estructura destinada al almacenamiento. DISCUSIÓN Y CONSIDERACIONES FINALES En este trabajo, se intentó seguir la biografía que atraviesan los productos vegetales en su constitución como alimentos, con el fin último de pensar en las distintas relaciones que se entraman durante todo este proceso. Estas relaciones tienen lugar tanto entre seres 57
María Rocío Molar - Alimentación y reproducción social: biografía de alimentos..
humanos, como entre estos y otras entidades, especialmente las sustancias alimenticias y los instrumentos utilizados para su procesamiento, cocción e ingesta. Pensar en el rol que ocupan los alimentos en los grupos sociales cobra importancia en este particular contexto histórico debido a que uno de los aspectos fundamentales que lo definen es la dependencia de la producción de bienes de subsistencia, lo que genera todo un conjunto nuevo de estructuras y materialidades, pero también de relaciones sociales y de producción. Las prácticas y condiciones de alimentación permiten visualizar los principios estructurantes que atravesaron a estas sociedades y las estrategias aplicadas por los agentes, que mediante el doble juego de interiorización de estructuras y de exteriorización de subjetividades (Bourdieu 2007) posibilitaron la reproducción social. El análisis de las áreas de producción agrícola (dedicadas al cultivo de maíz, zapallo y poroto), su escala, distribución en el espacio y su imbricación con las unidades residenciales, permite pensar en colectivos fragmentarios con un alto grado de autonomía productiva. Posiblemente, estos grupos se hayan encontrado unidos de manera laxa y eventual en colectivos mayores para la prosecución de actividades específicas como la limpieza, acondicionamiento y aterrazamiento de campos de cultivo, o la construcción de viviendas. En el mismo sentido podemos interpretar a los distintos espacios de molienda registrados, que incluyen tanto áreas extramuros ubicadas en espacios abiertos compartidos como áreas específicas intramuros. Seguramente la existencia de estas dos modalidades se vincula a aspectos materiales de la práctica como son la disponibilidad de luz y agua y la proximidad a espacios de producción o preparación. Sin embargo también habilitan o impiden encuentros y posibilitan distintos tipos de relaciones entre ocupantes de distintos conjuntos habitacionales y al interior mismo de estos grupos. 58
El consumo de productos vegetales pudo haber sido una práctica que permitió construir las relaciones hacia dentro de la vivienda, donde el alimento diario era compartido y repartido en el mismo espacio donde se procesaba y cocinaba.A modo de hipótesis, estos alimentos y los utensilios en los que era servido se entremezclaría con quienes lo consumían, construyendo un colectivo híbrido entre cosas y personas, que permitiría a través de las comidas, la reproducción y mantenimiento del grupo doméstico. En una escala espacial más abarcativa de la región, este conjunto de prácticas y materialidades podrían haberse articulado de modos más amplios e inclusivos en el montículo de Casas Viejas, donde el consumo de alimentos y las ofrendas habrían articulado a numerosos colectivos que habitaban el valle de Tafí y quizás sectores aledaños (Gómez Cardozo et al. 2007; Tartusi y Núñez Regueiro 1993, 2001). Los análisis de sedimentos y conjuntos artefactuales provenientes de áreas intramuros han arrojado la presencia de productos americanos como maíz, zapallo y poroto que fueron complementados en la dieta diaria con recursos cárnicos y vegetales silvestres. Los distintos espacios y materialidades analizadas, al igual que en la mayoría de los sitios del NOA, evidencian una preponderancia en la presencia de Zea mays (Korstanje y Wurcshmidt 1999; Oliszewski 2004; Pazzarelli 2013). Creemos que el consumo de este producto se debe a sus amplias propiedades nutritivas y a las posibilidades de almacenamiento que ofrece, pero también a que puede ser preparado de múltiples maneras. Asimismo, las comidas que a partir de él se realizan forman parte de distintos contextos de consumo, tanto rituales como cotidianos, habilitando el desarrollo de relaciones que permiten fortalecer vínculos al interior y exterior de los grupos domésticos. En este sentido, los resultados del análisis de los recipientes que acompañaban a los muertos
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permiten plantear ciertas cuestiones en torno al consumo de maíz. En principio, el producto que se consume en la cotidianeidad es el mismo que se ofrece en ámbitos sagrados, pero tal vez luego de atravesar un proceso de preparación diferente. El hecho de que los restos de maíz hayan sido hallados en una jarra puede sugerir que fueran depositados allí formando parte de algún brebaje o líquido fermentado, como chicha, aunque esta posibilidad no es identificable ya que los almidones no evidenciaban rastros de procesamiento. Sin embargo, es importante problematizar si lo que se está ofreciendo a los antepasados es un producto distinto al consumido en la cotidianeidad, o si es la misma comida que consumen los vivos y que al ser compartida con los muertos permite unir dos mundos, el del aquí y ahora y el que trasciende a la vida, los cuales aunque distintos, forman parte de la misma esfera social.
un conjunto de elementos impregnados de normas, valores, sentidos y modos de hacer que se transmitían entre generaciones recuperando, en la acción y las materialidades, los significados y las prácticas del pasado y permitiendo a su vez la reproducción social de grupos que habitaban asentamientos aldeanos y mantenían la autonomía de la unidad doméstica.
Respecto al almacenaje, la existencia de estructuras destinadas a la conservación de alimentos da cuenta de actividades de aprovisionamiento y planificación que permitieron la disminución de riesgos a futuro y un mayor control sobre lo producido. Si bien en la literatura arqueológica el almacenaje se ve generalmente asociado a desigualdad social, entendiéndolo como un indicador automático de la existencia de la apropiación diferencial de lo producido (González 2004), en nuestro caso de estudio lo que vemos son espacios relativamente pequeños incluidos en las unidades residenciales, lo que contribuye a afirmar la idea de grupos relativamente autónomos con cierta capacidad de decisión para administrar su propio alimento.
AGRADECIMIENTOS
La biografía de alimentos analizada, que describe una multiplicidad de prácticas realizadas y repetidas a través de casi un milenio en los sitios aldeanos del valle de Tafí, constituye una herramienta para pensar el modo en que se crearon y transformaron las relaciones sociales. La alimentación habría sido una de las tramas unificadoras mediante el compartir diario de
NOTAS 1- La especie leguminosa Lupinus mutabilis Sweet, se cultiva tradicionalmente en los Andes del Sur, en alturas superiores a los 1500 msnm. Su resistencia a variables factores climáticos (precipitaciones, temperaturas, altitud), posibilitó su desarrollo en valles templados y áreas altoandinas. Posiblemente su área de domesticación haya sido el Altiplano peruanoboliviano y los valles interandinos, ya que es donde actualmente se encuentran sus parientes silvestres y la mayor variabilidad genética.
A mi director de tesis Dr. Julián Salazar. A la Dra. María Laura López por su ayuda totalmente desinteresada en la identificación de restos botánicos. A la Dra. Valeria Franco Salvi por su lectura y consejos. A todos los miembros del Laboratorio y Cátedra de Prehistoria y Arqueología, especialmente a los compañeros que trabajan en Tafí: Gonzalo Moyano, Stefania Chiavassa-Arias, Francisco Franco, Juan Montegú y Jordi López Lillo. A mi hermana que me lee y escucha.A los evaluadores y al comité editorial. BIBLIOGRAFÍA Acuto, F., M. Kergaravat y C.Amuedo 2011. Experiencia de la muerte y la representación de las personas en las prácticas funerarias del valle Calchaquí Norte. Comechingonia 11: 23-54. Albeck, M. E 2003/2005. Sitios agrícolas prehispánicos: La búsqueda de indicadores cronológicos y culturales. Cuadernos del instituto nacional de antropología y pensamiento latinoamericano 20:13- 26. Arreguez, G., C.M. Gramajo Büler y N. Oliszewski 2010. Utilización de recursos vegetales alimenticios en sitios arqueológicos de altura. El caso de cueva de
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*Rocío Molar es Profesora y Licenciada en Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC, República Argentina. Este trabajo es parte de su tesis de licenciatura, defendida en Febrero de 2015 y realizada con el aporte de la Beca de Iniciación otorgada por SECyT, FFyH, UNC. Actualmente es ayudante alumna por concurso en la Cátedra de Prehistoria y Arqueología dentro del mismo centro, estudiante asistente del C.E.H. Prof. Carlos S. A. Segreti y Adscripta en el proyecto dirigido por el Dr. Julián Salazar “Paisajes marginales y estrategias de reproducción campesina. Arqueología del extremo sur de las Cumbres Calchaquíes (Pcia. De Tucumán, Rep. Argentina), centrando sus estudios en la alimentación y en el manejo de recursos vegetales por parte de las sociedades aldeanas tempranas.
UTILIZACIÓN DE RECURSOS COMBUSTIBLES LEÑOSOS EN EL SITIO ALERO LOS GUANACOS 1. UNA APROXIMACIÓN ANTRACOLÓGICA Sebastián Pasqualini1 RESUMEN En este artículo se presentan los resultados obtenidos de los análisis antracológicos efectuados en el sitio Alero Los Guanacos 1, ubicado en el noroeste de la provincia de Santa Cruz y cuyo inicio de ocupación es a partir del Holoceno Medio. A partir de los análisis identificatorios de los carbones arqueológicos del sitio, y en estrecha relación con otras líneas de evidencia efectuadas tales como los análisis líticos y arqueofaunísticos, se propone como interés general aportar información al modelo de poblamiento tardío de Patagonia centro-oeste. Los resultados obtenidos han permitido evaluar aspectos relacionados con la movilidad y las áreas de captación de recursos vegetales utilizados como combustible. Palabras clave: Holoceno; Cazadores-Recolectores; Antracología.
USE OF WOODY FUEL RESOURCE IN THE ALERO GUANACOS 1 SITE. AN ANTHRACOLOGICAL APPROACH. ABSTRACT This article presents the results obtained from the anthracological analysis from the Alero Los Guanacos 1 archaeological site, located in the northwest of Santa Cruz province and the beginning of the occupation is from the middle Holocene. From the identifying coals analysis of this archaeological site, and in close connection with other lines of evidence made, such as lithic and archaeofaunal analysis, we suggests as a general interest contribute information to the late settlement model of Patagonia Midwest. The Obtained results have allowed evaluating aspects related to mobility and capture areas of plant resources used as fuel. Key words: Holocene, Hunter-Gatherers, Anthracology.
Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, 3 de Febrero 1378 (C1426BJN), Capital Federal, Argentina. E-mail:
[email protected] 1
Recibido en julio de 2014; aceptado en julio de 2015.
Pasqualini, Sebastián. 2015. Utilización de recursos combustibles leñosos en el sitio alero Los Guanacos 1. Una aproximación antracológica. La Zaranda de Ideas. Revista de Jovénes Investigadores en Arqueología 13 (1): 63-76. Buenos Aires.
Sebastian Pasqualini- Utilización de recursos combustibles leñosos en el sitio alero Los Guanacos I...
INTRODUCCIÓN E n e s t e t r a b a j o s e p re s e n t a n l o s primeros resultados obtenidos de los análisis antracológicos efectuados sobre el sitio arqueológico Alero Los Guanacos 1 (en adelante ALG1), ubicado en el sector noroeste de la provincia de Santa Cruz, cuya cronología asignada para el inicio de la ocupación es a partir del Holoceno Medio. De este modo, se propone como objetivo principal caracterizar de manera general el uso y las estrategias de subsistencia de este sitio a partir del análisis de los restos de material de combustión y en relación a otras líneas de evidencia tales como los análisis líticos y arqueofaunísticos efectuados sobre el mismo. Por otra parte, se busca a través de este análisis aportar información al modelo de poblamiento humano tardío de Patagonia meridional propuesto (Goñi 2000). La integración de la antracología junto con estas dos líneas de evidencia permitirá conocer las actividades llevadas a cabo en el sitio en relación directa a aspectos de consumo de presas y aprovisionamiento de recursos vegetales y líticos utilizados. De esta manera, la complementariedad de estas vías de análisis refuerza las inferencias realizadas a partir de cada una de ellas y minimiza los sesgos que las mismas puedan presentar. El análisis de las estructuras de combustión se centró en la determinación de los taxones vegetales utilizados como leña, siguiendo los planos anatómicos convencionales de visualización microscópica y la propuesta metodológica del International Association of Wood Anatomists -IAWA- (Wheeler et al.1989). ÁREA DE ESTUDIO El área que tiene en cuenta este trabajo se extiende desde la cuenca del lago Salitroso y el lago Posadas al norte, la cordillera de los Andes al oeste, la meseta del lago Cardiel al sur y la Pampa del Asador y actual ruta 40 al este (Figura
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1). Dentro de la misma de destacan espacios altitudinales altos (mayores a los 900 msnm) en contraposición a espacios bajos (menores a los 400 msnm). Entre los primeros se incluyen por ejemplo las mesetas del lago Strobel, la Pampa del Asador y del lago Guitarra. Estos sectores presentan bajas temperaturas anuales, con una marcada estacionalidad y una importante carga de nieve durante los periodos invernales. El clima es templado-frío con precipitaciones anuales en torno a los 400 mm. Estas mesetas son formaciones basálticas con un ambiente de estepa marcadamente herbácea, que solo puede ser aprovechable en los meses de primaveraverano. Por su parte, los sectores bajos (menores a 400 msnm) como por ejemplo las cuencas del lago Cardiel y Salitroso, se caracterizan por un clima árido/semiárido con precipitaciones que oscilan entre los 100 y los 270 mm anuales con una baja carga invernal. Estos sectores presentan posibilidades de reparo en formas de aleros sobre amplios cañadones bajos y zonas de médanos. El ambiente de los sectores bajos se corresponde a una estepa herbácea y arbustiva (Oliva et al. 2001) o bien del Distrito Central -arbustivo con Molle- (Paruelo et al. 1992). El mismo cuenta con una vegetación de pastos compuesta por cola piche (Nassauvia glomerulosa), coirones amargos (Stipa speciosa), pluma (Stipa neaei), uña de gato (Chuqiraga aurea), neneo (Mulinum microphyllum) y barba de chivo (Caesalpinea gillesie). Mientras que la comunidad arbustiva está compuesta por calafate (Berberis buxifolia), molle blanco (Schinus polygamus), molle colorado (Schinus marchandii), piqullín (Condalia microphylla), coliguay (Colliguaja integerrima), monte laguna (Discaria sp.), zampa (Atriplex sp.) y jarilla (Larrea sp.), entre otros. EL SITIO El sitio ALG1 se localiza al noroeste de lago Cardiel, dentro de la estancia Cerro Bayo
La Zaranda de Ideas 13 (1): 63-76 (2015)
Figura 1. Área de estudio y localización del Alero Los Guanacos 1.
a 385 msnm, en la provincia de Santa Cruz (Figura 1). El área de trabajo fue oportunamente estratificada para su estudio considerando sus características geomorfológicas (Goñi et al. 2004; Goñi et al. 2005), distinguiéndose hacia el este y sur del lago una zona de médanos, mesetas basálticas de altura variable hacia el norte y una zona de cañadones de arenisca al oeste que a diferencia de los otros sectores, presenta reparos rocosos en forma de aleros y cuevas. Sobre el afloramiento de uno de estos
cañadones se encuentra ALG1. Los diferentes sectores geomorfológicos mencionados presentan heterogeneidad ecológica. En este sentido, nuestra área de estudio tiene la particularidad de presentar dicha diversidad ecológica en un área geográfica más reducida, es decir es un espacio que ofrece en distancias cortas áreas de médanos asociados a cursos de agua y matorrales de arbustos en zonas bajas y aleros en áreas de 65
Sebastian Pasqualini- Utilización de recursos combustibles leñosos en el sitio alero Los Guanacos I...
alturas intermedias (Rindel et al. 2010). En relación a las excavaciones realizadas, en febrero de 2006 se efectuó una transecta de dos metros de ancho dirección norte - sur donde desde el talud, se recolectó todo el material de origen antrópico hallado en superficie, luego se iniciaron las excavaciones en 2 cuadrículas de 1 x 1m cada una, siguiendo niveles artificiales de 5 cm. de espesor y finalizando ese mismo año en el nivel 9. Consecutivamente, en la campaña de 2009 se retomaron las excavaciones, alcanzando la roca madre en el nivel 16, a aproximadamente 80 cm de profundidad. Finalmente, en campañas sucesivas se excavaron cuadrículas adyacentes hasta contabilizar una superficie de 5 m2. La mayor parte de los instrumentos líticos de toda la cuenca del Cardiel, fueron confeccionados sobre obsidiana, basalto, limolita y una gran cantidad de rocas silíceas (Belardi et al. 2005), siendo éstas de muy buena calidad para la talla. No obstante, se ha registrado también la presencia de arenisca y de diabasa para la confección de bolas e instrumentos de molienda. Recientes análisis muestran que si bien la limolita predomina en toda la muestra, se destaca la alta proporción que presenta el sílice en núcleos y artefactos formatizados (especialmente raspadores) y la obsidiana (puntas de proyectil y raspadores). En cuanto a los instrumentos, predominan los raspadores, seguidos por los artefactos de formatización sumaria y los fragmentos de artefactos formatizados. Finalmente se destacan las raederas y las puntas de proyectil asignables al Holoceno Medio y Tardío (Martínez et al. 2009). Dentro de la variabilidad morfológica del conjunto se ha observado que tanto la producción, como el uso, el mantenimiento y el descarte de los artefactos líticos están vinculados a tareas de procesamiento de recursos faunísticos. En cuanto a la fauna, las muestras recuperadas en ALG1 se caracterizan por una baja diversidad taxonómica. En términos de importancia 66
económica, los conjuntos analizados muestran una tendencia al uso del guanaco como base de subsistencia a lo largo de los diferentes momentos de ocupación. Sin embargo, análisis efectuados sobre la base de una muestra de 2477 restos faunísticos procedentes del sitio muestran que si bien la diversidad taxonómica es baja, se destaca la presencia de choique, roedores y ovejas en menor proporción con respecto al guanaco (Martínez et al. 2009). Con respecto al tipo de procesamiento, se hallaron marcas tanto de corte, como de percusión en todos los niveles, lo cual indica que la fauna ingresada al sitio en su mayor parte tiene un origen antrópico. En particular, la baja incidencia de improntas de raíces y la escasa actividad de carnívoros apoya la idea de que el alto grado de fragmentación estaría vinculado con actividades de procesamiento final e intensivo de las presas, acorde con lo propuesto para la zona de aleros de la región (Martínez et al. 2009, Rindel et al. 2010). Por su parte, los primeros análisis efectuados del material antracológico de este sitio provienen de distintos niveles y sus respectivas cuadrículas de 1m2 y han sido discriminados en la Tabla 1. El total de la muestra es 497 carbones arqueológicos, de los cuales 13 no han podido ser identificados.
Tabla 1. Muestras recuperadas de ALG1 discriminadas por nivel, cuadrícula, número de fragmentos y procedencia.
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MODELO DE POBLAMIENTO TARDÍO La investigación arqueológica que aquí se va a presentar, busca vincular el proceso de poblamiento humano del sector noroccidental del área de estudio con las fluctuaciones climáticas ocurridas durante el Holoceno. Para lograr esto, este trabajo se encuentra enmarcado dentro de un modelo de poblamiento humano tardío de Patagonia meridional. El argumento central del mismo es que durante el Holoceno se produjeron cambios climáticos significativos en Patagonia austral (Goñi 2000, 2010).A partir del Holoceno Medio (entre 6800 y 5300 años AP) se produjeron una serie de variaciones y reacomodamiento en los vientos provenientes del oeste (southern westerlies) y hacia el Holoceno Tardío estos vientos se intensificaron (1800 años AP) en los 49° sur (Gilli et al. 2001). Las nuevas condiciones ambientales produjeron el establecimiento de un descenso de humedad relativa, alcanzando su punto más alto en las grandes sequías registradas para los 900 años AP, en lo que se denomina Anomalía Climática Medieval (Stine 1994). Estas condiciones ampliaron los espacios habitables por las restricciones hídricas, tal como el caso del lago Cardiel o las cuencas de los lagos Posadas y Salitroso, favoreciendo la colonización de especies de estepa arbustiva, similares a las que allí se encuentran en la actualidad (Goñi 2010). Lo que se desprende entonces es que este modelo liga los efectos de fluctuaciones ambientales marcadas, en especial un descenso importante de la humedad con las modificaciones concomitantes en las estrategias de movilidad y asentamiento de los grupos humanos que poblaban la región durante el Holoceno Tardío (Rindel et al. 2010). En concordancia con esto, el modelo plantea entonces que hay diferencias importantes y especificas en el uso del espacio, y esto tiene estrecha relación con la ubicación altitudinal en que se encuentran los diferentes sectores. Así, las zonas bajas
habrían concentrado poblaciones humanas en momentos en donde las fuentes confiables de agua –el recurso más crítico- estarían distribuidas de manera heterogénea, durante periodos de sequedad ambiental o descenso de la humedad, proponiéndose un uso residencial allí. Paralelamente a una intensificación del uso de las cuencas bajas lacustres, los sectores altos y las mesetas circundantes tendrían un uso logístico y estacional y comenzarían a incorporarse de forma sistemática a los circuitos de movilidad (Goñi 2000, Belardi et al. 2005). En este sentido, se desarrollaría una utilización de rangos espaciales más extensos a partir de núcleos poblacionales permanentes o semipermanentes, dentro de un proceso de extensificación (sensu Binford 2001). Si bien el énfasis del análisis del modelo está puesto en el Holoceno Tardío, es necesario discutir los contextos de los momentos previos, con el objeto de clarificar las tendencias temporales en los patrones de subsistencia y movilidad de las poblaciones de cazadoresrecolectores del área. Para tal fin se compararán conjuntos de materiales correspondientes no sólo al Holoceno Tardío, sino también al Holoceno Medio, momento en el cuál se tienen las primeras evidencias de ocupación humana en el lago Cardiel. ANÁLISIS ANTRACOLÓGICO La antracología, en tanto técnica en la cual se realizan análisis microscópicos de carbones vegetales y que comprende también su posterior análisis interpretativo, se basa en el hecho de que la estructura interna del leño varía según la especie y se conserva a pesar de que la madera haya sido sometida a combustión (Badal García 1994, 2005; Pique i Huerta 1999, 2006). Para estudiar las características anatómicas de las maderas carbonizadas, es necesario preparar previamente las muestras. En todo caso, 67
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se busca obtener una superficie observable de cada uno de los planos anatómicos de la madera, a saber: el plano transversal, el plano longitudinal radial y el plano longitudinal tangencial En este sentido, partimos de los lineamientos metodológicos propuestos por Marconetto (2002), en los cuales es imprescindible contar con una colección de referencia de especies vegetales que estén presentes en el área de estudio. Adicionalmente, se siguió la propuesta del IAWA (Wheeler et al.1989) en la cual, para estudiar e identificar una madera carbonizada es necesaria la observación de los caracteres diagnósticos a distintos niveles de observación microscópica. En nuestro caso, la observación se realizó con un microscopio UNILUX-12 del laboratorio del Museo de Antropología de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba y una lupa binocular del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). Por otra parte, para la confección de fotografías digitales se ha adaptado una cámara MOTICAM de 1.3 megapíxeles al microscopio, con el fin de digitalizar las muestras arqueológicas. Para realizar la identificación de los carbones hallados en la estratigrafía de ALG1, pueden emplearse distintos atlas anatómicos.
Taxón
Anillos
Porosidad
Berberis
Demarcados
Subcircular, dendrítica
Schinus
Demarcados
Semicircular a difusa
Colliguaja
Demarcados
Difusa o subcircular, fibras terminales
Arreglo de vasos Solitarios, en series radiales cortas
En nuestro caso, empleamos la colección de referencia histológica de la región patagónica, depositada en el Museo de Antropología de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. RESULTADOS La tabla 2 muestra los rasgos diagnósticos observados en los tres planos anatómicos, siguiendo el protocolo convencional del IAWA (Wheeler et al.1989). Se consideraron: anillos de crecimiento, la porosidad, el arreglo de vasos, la presencia de parénquima, el sistema radial, el tipo de radio y otros rasgos anatómicos destacables, tales como el engrosamiento de fibras, la presencia de canales intercelulares, etc. A nivel general, los géneros identificados en ALG1, independientemente de su hallazgo en la estratigrafía, son carbones arqueológicos de tres taxones: Berberis, Schinus y Colliguaja (Figuras 2, 3 y 4). De un número total de 497 carbones arqueológicos hallados en la estratigrafía del sitio, solo 13 carbones no se han podido identificar y por lo tanto no se han tenido en cuenta para el gráfico de barra y de torta. De manera que la cantidad de muestras determinadas suman un total de 484 carbones (Tabla 3).
Parénquima
Sistema radial
Escaso, paratraqueal
Tipo de radio
Multiseriados
Series radiales cortas y en racimo, dendrítico
Paratraqueal, escaso
Uniseriados y biseriados
Heterocelulares, procumbentes, erguidas y cubicas
Canales intercelulares Engrosamiento helicoidal
Solitarios y en series radiales cortas y largas
Apotraqueal y paratraqueal
Homogéneo uniseriado y pacial biseriado
Heterocelular, finos
-
Heterocelular alto Fibras engrosadas
Tabla 2. Caracteres diagnósticos observados en las muestras de ALG1
68
Otros rasgos
La Zaranda de Ideas 13 (1): 63-76 (2015)
Figura 2. Muestra de referencia (izq.) de Berberis sp. y arqueológico (der.). Plano radial a 200x. Nótese los radios procumbentes.
Figura 3. Muestra de referencia (izq.) de Schinus sp. y arqueológico (der.). Plano tangencial a 400x donde se visualizan los canales resiníferos característicos.
Figura 4. Muestra de referencia (izq.) de Colliguaja sp. y arqueológico (der.) Plano radial a 100X. Nótese las series radiales largas.
69
Sebastian Pasqualini- Utilización de recursos combustibles leñosos en el sitio alero Los Guanacos I...
ALG1 Nivel
n: 497
Cuadricula
3
2
4
1
4
2
5
2
6
2
Muestras determinadas: 484 Nro. de fragmentos
Taxón
42
Schinus Indeterminable
22
Schinus
63
Berberis
3
Indeterminable
62
Schinus
84
Berberis
57
Schinus
46
Berberis
5
Schinus
1
Indeterminable
10
Taxón A Schinus
7
5
27
10
1
30
16
6
25
Indeterminable Berberis Schinus Schinus Indeterminado
Referencia: Taxón A: afín a Colliguaja
Tabla 3. Determinación taxonómica a nivel de género de las muestras de ALG1. Las mismas están discriminadas por nivel y cuadrícula.
En la Figura 5, se puede visualizar las distribuciones de carbones arqueológicos determinados por taxón y discriminados por los diferentes niveles en la estratigrafía. Dado que el fechado más temprano del
sitio es de 6498 ±74 años AP (AA96300) correspondiente al nivel 16 y el más tardío es de 808 ±42 años AP (AA87703) del nivel 4, se ha optado por separar las muestras determinadas del sitio en dos componentes temporales. A saber: del nivel 3 al 6 se asignó las muestras
Figura 5. Distribución de taxones por niveles arqueológicos de ALG1.
70
La Zaranda de Ideas 13 (1): 63-76 (2015)
recuperadas de carbones al Holoceno Tardío, mientras que del nivel 7 al 16 se las asignó al Holoceno Medio a raíz de un fechado de 4856 ±58 años AP proveniente del nivel 9 (Figuras 6 y 7). En las muestras contextualizadas dentro del Holoceno Tardío (Figura 6), están representados los géneros Schinus, Berberis y en menor proporción Colliguaja. Los porcentajes de Schinus sp y Berberis sp son prácticamente similares, aunque se observa un ligero predominio del último. No obstante, se entiende que una ampliación futura de la muestra podría arrojar un resultado más a favor para uno u otro de estos dos géneros. Lo importante entonces aquí es que los dos géneros se encuentran presentes en proporciones similares.
Figura 6. Diagrama de torta de los taxones asignados al Holoceno Tardío.
Figura 7. Diagrama de torta de los taxones asignados al Holoceno Medio.
Por su parte, las muestras determinadas que se contextualizaron en el Holoceno Medio (Figura 7), resaltan que hay predominancia del género Schinus por sobre el de Berberis en cuanto a la utilización como combustible. Sin embargo, no existe otro taxón representado dentro de las muestras. Estos resultados nos ayudaran a pensar en el apartado siguiente, la discusión en torno a los mismos. DISCUSIÓN Las determinaciones antracológicas realizadas sobre el sitio arqueológico reconocen que los géneros identificados en mayor proporción son Schinus y Berberis, encontrándose presentes en el registro arqueológico, tanto en el Holoceno Medio como en el tardío. Por consiguiente, es posible sugerir su uso en el pasado en los sectores bajos. Esta representación permite a su vez, sostener que se habría establecido una selección recurrente de estos taxones por parte de los grupos humanos a partir del Holoceno Medio, continuándose hasta el Holoceno Tardío. En relación a estos datos, a estos dos géneros se los ha registrado sistemáticamente en los últimos años en hábitats caracterizados por costas de río y cañadones bajos en torno a los 300 msnm. Si bien al Schinus sp. se lo ha registrado en estas altitudes, en el caso del Berberis sp. fue registrado no obstante, entre los 400 y los 1500 msnm en parches aislados. Esto último, sumado a la altitud donde se encuentra el sitio (385 msnm), hace posible la afirmación de que la captación de restos de madera para su uso como combustible en el Holoceno Medio fue a partir de la disponibilidad local de éstos en torno al sitio mismo. Los conjuntos analizados y asignados al Holoceno Tardío en ALG1 pone de manifiesto dos cuestiones importantes: por un lado, el ingreso al sitio de maderas de estos géneros implica la tendencia de los grupos humanos a 71
Sebastian Pasqualini- Utilización de recursos combustibles leñosos en el sitio alero Los Guanacos I...
seguir captando y seleccionando los recursos vegetales aptos para leña dentro del área del sitio. Por otro lado, esta tendencia sigue orientada hacia la selección recurrente y sistemática de Schinus sp. y Berberis sp. tal como en los conjuntos asignados al Holoceno Medio. En relación a este segundo punto, a pesar de una variedad de oferta de arbustos capaces de ser utilizados como combustible o leña, notamos una reiteración en el uso de los mismos taxones. Esto lo vinculamos estrechamente al conocimiento que los grupos cazadoresrecolectores tendrían de las propiedades o características de estos arbustos en cuanto a su alto poder calórico. En relación a lo anterior, la madera de Schinus sp. ha sido mencionada como un productor de leña excelente (Nakamatzu 2009) con una larga duración y alto poder calórico (Ancibor y Pérez de Micou 2002). Además, una particularidad de esta planta es que posee propiedades medicinales, tales como antipiréticos, antiinflamatorios y analgésicos que provienen de extractos activos de hojas y frutos (Erazo et al. 2006) En este sentido, la preferencia hacia la utilización de estos recursos vegetales aptos para leña la entendemos no como producto del azar o por la oferta ambiental que reflejaría el entorno forestal, sino que existe una selección fijada de estos taxones por pautas culturales (sensu Ford 1979). De manera que la selección intencional cobra, en este caso, mayor importancia. Por otra parte, la hipótesis que se baraja en este trabajo es que los recursos vegetales bajo análisis que fueron utilizados en el sector bajo estarán condicionados por el carácter residencial anual de las ocupaciones a partir del Holoceno Tardío. En relación a ésta, lo que se nota es que en el sector bajo la poca variabilidad de taxones vegetales representados en el registro arqueológico, permite suponer que hubo una selección reiterada de los mismos, 72
en estrecha relación a los usos culturales que se les ha dado a estos arbustos. El planteo general que se asume aquí, es que en este sector los grupos humanos seleccionaron arbustos para ser quemados en el sitio ALG1 a partir de la disponibilidad local. En relación al carácter residencial propuesto de las ocupaciones allí, a partir del modelo de poblamiento humano tardío para la región (Goñi 2000; Goñi et al. 2007), la selectividad de estos taxones vegetales para su uso como combustible se encuentra asociada e incorporada al circuito de consumo final de presas, lo cual apoya la hipótesis mencionada más arriba. Por su parte, los contextos arqueológicos generales del Holoceno Medio en ALG1 muestran que las poblaciones humanas utilizaron este sitio en estrecha relación con el procesamiento de materia prima lítica, actividades de procesamiento final e intensivo de las presas (guanaco principalmente), el procesamiento de cueros y la utilización de especies vegetales aptas para leña que estaban disponibles localmente. En términos del modelo de poblamiento de Borrero (1989-1990) esta utilización del espacio podría corresponderse con una etapa inicial de colonización, lo cual coincide con las cronologías radiocarbónicas de la cuenca del lago Cardiel y cuya cuenta larga comienza ca. 6500 años AP. Mientras que en el Holoceno Tardío, el sitio funcionó dentro de los circuitos de movilidad logística propuesto para los sectores altos, dado que los cañadones (donde se ubica ALG1) son un espacio intermedio entre las mesetas altas y los médanos (Belardi et al. 2003). El interés de los grupos cazadores que habitaron el sitio pudo radicar, según lo expuesto, en la disponibilidad local y obtención de limolita (materia prima local) para la confección de formas base y la formatización inicial de artefactos en relación directa al procesamiento de recursos tanto faunísticos como vegetales. El desarrollo de las tareas propuestas, están vinculadas en estos momentos a una ocupación efectiva del área
La Zaranda de Ideas 13 (1): 63-76 (2015)
(Borrero1989-1990), dentro de un marco de un incremento del uso residencial de estos sectores bajos. CONSIDERACIONES FINALES S e g ú n t o d o l o e x p u e s t o, a l g u n a s c o n s i d e r a c i o n e s f i n a l e s p e r m i t i e ro n comprender una larga secuencia de ocupación humana iniciada en el Holoceno Medio y a su vez arrojaron luz sobre el análisis acerca del uso del espacio de los cazadores-recolectores, en relación con la obtención de recursos vegetales leñosos. En relación a lo mencionado, el contexto de los registros asignados al Holoceno Medio del sector bajo (ALG1) indica que solo fueron aprovechados por los grupos humanos los géneros Schinus sp. y Berberis sp. Por su parte, en los conjuntos asignados al Holoceno Tardío se evidencia que los grupos humanos continúan utilizando los mismos recursos vegetales, pero en menor proporción se suma la representación de Colliguaja sp. Es así que, estos dos géneros son fundamentales en la región como madera para leña debido a su excelente calidad y alto poder calórico (Ancibor y Pérez de Micou 2002). Estas características, posiblemente les otorgarían una ventaja mayor a estos arbustos para su selección con respecto a otros. Las implicancias de lo desarrollado aquí tienen que ver con la movilidad y el uso del espacio por parte de los grupos cazadores que habitaron el área. Si bien las poblaciones humanas del Holoceno Medio debieron recorrer mayores distancias que en el Holoceno Tardío, debido a que los recursos se dispersan y se heterogeinizan en el paisaje (Goñi 2010), podemos imaginar sin embargo a los grupos humanos seleccionando estos arbustos a lo largo de todo el entorno local sin necesidad de recurrir a grandes distancias para la obtención de esta madera, como por ejemplo el Parque Nacional Perito Moreno o zonas cordilleranas
boscosas ubicadas más hacia el oeste. El estudio del material antracológico recuperado en ALG1 es una valiosa fuente de información para poder lograr comprender la relación que mantuvieron los grupos humanos de Patagonia meridional con su entorno natural. Además de complementarse con otras líneas de evidencias, este trabajo suma valor agregado a los datos obtenidos hasta el momento por el equipo de investigación. Conlleva entonces a abrir la posibilidad de involucrar a la antracología como herramienta capaz de aportar información para nuevos trabajos que enriquezcan discusiones acerca de la subsistencia y movilidad de los cazadoresrecolectores que ocuparon el área de estudio. AGRADECIMIENTOS A las instituciones, organismos y programas que financian y apoyan los proyectos de investigación de los cuales formo parte: Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (PICT 2008 n° 1247), Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (PIP 0122 n° 0481) y UBACYT W0441 (PICT 2008 nº 1389). A todo el equipo dirigido por el Dr. Goñi y especialmente a los doctores Diego Rindel, Gisela Cassiodoro y Bernarda Marconetto por la ayuda brindada cotidianamente. BIBLIOGRAFIA Ancibor, E. y C. Pérez de Micou 2002. Reconocimiento de especies vegetales combustibles en el registro arqueológico de la estepa patagónica. En Plantas y cazadores en Patagonia, editado por Cecilia Pérez de Micou, pp.15-32. FFYL, Universidad de Buenos Aires. Badal García, E. 1994. L’anthracologie préhistorique: á propos de certains problémes méthodologiques. Bulletin de la Societé Botanique de France 139:167-189. 2005. Nuevas aplicaciones de la antracología o de la identificación botánica del carbón y la madera.Trabajo presentado en el VI Congreso Ibérico de Arqueometría.
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La Zaranda de Ideas 13 (1): 63-76 (2015)
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Sebastian Pasqualini- Utilización de recursos combustibles leñosos en el sitio alero Los Guanacos I...
*Sebastián Pasqualini es egresado de la carrera de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Este trabajo forma parte de su tesis de licenciatura defendida en Junio de 2014. Actualmente trabaja en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano como parte de su futuro trabajo doctoral de la UBA, investigando el uso de recursos leñosos combustibles del sector noroccidental de Santa Cruz a partir del Holoceno medio. Dirección de contacto:
[email protected]
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ACERCA DE LA PROCEDENCIA Y ELABORACIÓN DE ARTEFACTOS DE COBRE HALLADOS EN UN ENTERRATORIO DE CAZADORES-RECOLECTORES EN LA COSTA NORTE DE SANTA CRUZ, PATAGONIA, ARGENTINA Leandro Zilio1, María M. Morita2 y Gabriel M. Bilmes2 RESUMEN Se presenta el estudio de cuatro placas de metal halladas en un enterratorio de cazadoresrecolectores en la costa norte de Santa Cruz. Se caracterizó la composición elemental a partir de una técnica espectroscópica novedosa denominada LIBS (Laser Induced Breakdown Spectroscopy). Los resultados mostraron que las placas son de cobre de alta pureza. Se desarrolló un procedimiento experimental para reproducir las posibles etapas y operaciones aplicadas en la elaboración. Se concluye que las piezas y su técnica de elaboración podrían ser de origen local. Además, se propone que estos objetos estarían ligados a los rituales mortuorios de individuos juveniles. Palabras Clave: Artefactos de cobre; Cazadores-recolectores; LIBS (Espectroscopia de Plasma Inducida por Láser); Costa norte de Santa Cruz; Patagonia.
ABOUTTHE PROVENANCE AND ELABORATION OF COPPER ARTIFACTS FOUND IN A BURIAL OF HUNTER-GATHERER ONTHE NORTHERN COAST OF SANTA CRUZ, PATAGONIA, ARGENTINA ABSTRACT The study of four metal artifacts found in a burial of hunter-gatherers on the northern coast of Santa Cruz is presented. The elemental composition of the objects was characterized from a novel spectroscopic technique called LIBS (Laser Induced Breakdown Spectroscopy). The results showed that the artifacts are of high purity copper. An experimental procedure was developed to reproduce the possible stages and operations applied in the elaboration of the artifacts. It is concluded that the artifacts and their manufacturing technique could be of local origin. In addition, it is proposed that these objects would be linked to rituals of death of young individuals. Key Words: Copper artifacts; Hunter-gatherers; LIBS (Laser Induced Breakdown Spectroscopy); Northern coast of Santa Cruz; Patagonia. División Arqueología, Museo de La Plata; Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP. Paseo del Bosque s/n, La Plata. E-mail:
[email protected] 2 Laboratorio de Ablación, Limpieza y Restauración con Láser, Centro de Investigaciones Ópticas; CONICET-La Plata-CIC. E-mail:
[email protected];
[email protected] 1
Recibido en mayo de 2015; aceptado en octubre de 2015.
Zilio, L., M. M. Morita, G. M. Bilmes. 2015. Acerca de la procedencia y elaboración de artefactos de cobre hallados en un enterratorio de cazadores-recolectores en la costa norte de Santa Cruz, Patagonia, Argentina. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 13 (2): 77-90.
Zilio et al. - Acerca de la procedencia y elaboración de artefactos de cobre hallados en un enterratorio...
INTRODUCCIÓN Debido a la escasa presencia de objetos de metal en contextos arqueológicos de sociedades cazadoras-recolectoras en la Patagonia centro-meridional argentina, es poca la información con la que se cuenta sobre este tipo de registro. Diversas fuentes etnohistóricas mencionan el uso de diferentes metales por parte de los aborígenes que habitaron Patagonia (Mori 1941; Moreno 1969; Viedma 1969; Martinic y Prieto 1988; Gómez Otero 2006; entre otros), aunque estos artefactos han sido interpretados como bienes importados desde otras zonas, desestimando la posibilidad de una producción local. En este trabajo se analizan cuatro placas metálicas halladas en un enterratorio múltiple de cazadores-recolectores denominado Heupel ubicado en la costa norte de la provincia de Santa Cruz (Figura 1).
Se discute si estos objetos metálicos pudieron haber sido producidos localmente por las sociedades cazadoras-recolectoras móviles que habitaron este sector de la Patagonia centro-meridional, o si fueron adquiridos a partir del contacto con otros grupos nopatagónicos. En este sentido, las implicancias sociales serán distintas si se implementó un proceso metalúrgico, si se trabajó sobre metal nativo o si se obtuvo el metal por el contacto con otras poblaciones (González 2004). Para lograr este objetivo se desarrollaron dos vías de análisis. Por un lado, se caracterizó la composición elemental de los artefactos metálicos hallados en el entierro Heupel, utilizando la técnica LIBS (Laser Induced Breakdown Spectroscopy), la cual se basa en la ablación de la muestra mediante un pulso láser que produce un plasma. Analizando espectroscópicamente la luz emitida en dicho plasma, se puede identificar la composición
Figura 1. Ubicación de los contextos arqueológicos en Patagonia centro-meridional con presencia de metales y una fuente de cobre nativo.
78
La Zaranda de Ideas 13(2): 77-90 (2015)
elemental de la muestra. Asimismo, se analizó con la misma técnica una muestra de cobre de un afloramiento hallado aproximadamente a 60 km del entierro Heupel, en dirección noroeste (Figura 1). Por otro lado, se desarrolló un procedimiento experimental utilizando cobre nativo para reproducir las posibles etapas y operaciones empleadas en la fabricación de las placas. Además, se llevó a cabo un registro de los objetos metálicos de probable elaboración local hallados en contextos arqueológicos en Patagonia centro-meridional. Presencia de metales en Patagonia centro-meridional Los metales hallados hasta el presente en contextos arqueológicos de la Patagonia centro-meridional provienen principalmente de la interacción, a partir del siglo XVI, de las poblaciones locales con viajeros y navegantes europeos (Martinic y Prieto 1988; Hammond y Zilio 2014). Sin embargo, existen algunos pocos registros arqueológicos de metales que podrían ser de probable manufactura local. Gómez Otero (2003) menciona que en la costa del Chubut el único objeto de metal que podría haber sido fabricado in situ es una delgada plaqueta hallada en el sitio INTA-Trelew. Esta plaqueta se diferencia de otros objetos, uno circular (probablemente un pie de candil) y un hacha de bronce hallados en el entierro Rawson, los cuales se interpretan como procedentes del noroeste argentino (Gómez Otero y Dahinten 1999; Gómez Otero 2003). El sitio INTA-Trelew es un entierro múltiple hallado accidentalmente y prácticamente destruido durante trabajos de extracción de áridos en una cantera (Figura 1). Las tareas arqueológicas en este lugar permitieron recuperar los restos de un individuo subadulto articulado y diversos huesos en estado de osario pertenecientes a un total de 19 individuos. Se obtuvieron tres fechados radiocarbónicos de individuos adultos que arrojaron las siguientes
edades: 720 ± 60 años AP (LP-974; 1228-1400 años cal. AC); 600 ± 60 años AP (LP-968; 13001446 años cal. AC); y 580 ± 40 años AP (LP1096; 1319-1446 años cal. AC) (Gómez Otero 2003, 2006). Asociado al individuo infantil articulado se halló una delgada plaqueta de metal dorado de 48,7 mm largo por 30,4 mm de ancho y un espesor de 9,7 mm. Su forma es rectangular y presenta borde festoneado. Según los estudios realizados, este habría sido un adorno colgante que pendía del cuello (Gómez Otero 2003). Otro de los contextos arqueológicos de cazadores-recolectores de la Patagonia meridional, en donde se hallaron objetos metálicos se sitúa en la cuenca del Lago Salitroso, en el centro-oeste de la provincia de Santa Cruz (Figura 1). En dicho lugar, fue hallada una amplia concentración de entierros correspondientes al Holoceno Tardío (Goñi et al. 2000-2002; Goñi y Barrientos 2004). En cinco de estos entierros múltiples se recuperaron nueve objetos metálicos. En el entierro SAC 1-5 se halló una placa de forma subtrapezoidal de 65 mm de largo por 44 mm de ancho y un espesor de 2 mm, asociada a tres individuos subadultos (Cassiodoro y García Guraieb 2009; García Guraieb 2010). En el entierro SAC 1-6 se identificaron 4 individuos subadultos, y asociado al individuo 1, una placa de cobre de forma rectangular de 54 mm de largo por 38 mm de ancho y 0,5 mm de espesor, con un orificio central en uno de sus bordes y decorada con una serie de puntos o mamelones (Cassiodoro y García Guraieb 2009; García Guraieb 2010). Es importante destacar que este artefacto llama la atención, no sólo por su similitud en las dimensiones y decoración (mamelones) con los encontrados en el entierro Heupel, sino también por la datación radiocarbónica asociada al mismo de 756 ± 32 años AP (AA38556; 1229-1384 años cal. AC; Goñi et al. 2000-2002), contemporánea al del entierro Heupel. 79
Zilio et al. - Acerca de la procedencia y elaboración de artefactos de cobre hallados en un enterratorio...
En el entierro SAC 2-4, se recuperó una placa de metal de forma circular de aproximadamente 70 mm de diámetro con un orificio central (Cassiodoro y García Guraieb 2009). En este entierro sólo se encontraron dos individuos subadultos. El individuo 1 se dató en 486 ± 43 años AP (AA81451; 1403-1616 años cal. AC; García Guraieb 2010). En el entierro SAC 10-1 se hallaron cuatro cilindros metálicos de aproximadamente 25 mm de largo por 10 mm de ancho y 8 mm de espesor, que contenían cuentas de valva en su interior, asociados a cinco individuos subadultos (Cassiodoro y García Guraieb 2009; García Guraieb 2010). Los individuos 1 y 4 fueron datados en 662 ± 43 años AP (AA38569; 1290-1405 años cal. AC; Goñi y Barrientos 2004) y 687 ± 43 años AP (AA38570; 1285-1396 años cal. AC; Goñi y Barrientos 2004), respectivamente. Por último, en el entierro SAC 30-1 se recuperaron dos placas metálicas, una de forma trapezoidal con dimensiones de 69 mm de largo por 37 mm de ancho y un espesor de 1,5 mm, y la otra de forma rectangular con 75 mm de largo por 28 mm de ancho y 1 mm de espesor (Cassiodoro y García Guraieb 2009). En este entierro se hallaron dos individuos subadultos y dos adultos, aunque se desconoce si existía una asociación directa entre los artefactos
metálicos y alguno de los cuatro individuos, debido a que el enterratorio presentaba signos de saqueo (García Guraieb 2010). Uno de los individuos adulto fue datado en 361 ± 45 años AP (AA77147; 1463-1645 años cal. AC; Cassiodoro y García Guraieb 2009). Los artefactos metálicos recuperados en la cuenca del Lago Salitroso, así como el hallado en el entierro INTA-Trelew, no han sido caracterizados para determinar sus elementos constitutivos, pero en el caso del Salitroso, Goñi y Barrientos (2000) plantean que los artefactos hallados serían de cobre. Por su parte, Gómez Otero considera que el objeto hallado en el entierro INTA-Trelew sería de bronce (Gómez Otero 2006). El contexto de hallazgo de las placas de Heupel Las cuatro placas metálicas (Figura 2) fueron recuperadas por la Dra. Alicia Castro en el mes de febrero del año 1990, en un entierro de tipo chenque ubicado en lo alto de una elevación a unos 70 msnm, y aproximadamente a 200 m de la línea de costa actual (Salceda et al. 1999-2001).
Figura 2. Cuatro artefactos metálicos recuperados en el entierro Heupel.
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El entierro presentaba una cubierta de rodados seleccionados por su tamaño y color rojizo (un total de 473 rodados de 20 cm de diámetro de promedio), y huesos de cetáceo, algunos quemados. La excavación permitió reconocer un foso, de aproximadamente 1,86 m de largo por un ancho variable de 50 a 66 cm, el cual contenía un entierro primario múltiple. Uno de los individuos es un adulto masculino dispuesto en posición decúbito dorsal extendido, con la cabeza orientada hacia el oeste. A la derecha del individuo adulto, en un ensanchamiento del foso, se hallaron restos de un segundo individuo subadulto de aproximadamente 1 a 2 años de edad, el cual se encontraba parcialmente calcinado, y por las características del sedimento incinerado, éste habría estado envuelto en cuero, lana o dispuesto sobre una cuna. A la altura de las extremidades inferiores del individuo adulto, en posición decúbito ventral extendido, se hallaron restos de otro individuo subadulto. Éste, a diferencia del individuo infantil anterior, se encontraba bien preservado y sin signos de alteración térmica. Se desconoce si el fuego que afectó al individuo subadulto fue intencional o no, pero se infiere que el mismo habría comenzado sobre éste y luego habría quemado el lateral izquierdo del individuo adulto. Uno de los aspectos interesantes de este entierro múltiple son los objetos acompañantes o ajuar. En asociación con el cráneo del subadulto quemado se hallaron las cuatro placas de cobre rectangulares que se analizan en este trabajo. Además, sobre el otro subadulto se recuperaron restos de ocre rojo y junto al cráneo del adulto, dos huesos largos y pulidos de aves marinas. El individuo adulto fue datado en 730 ± 60 AP (LP 2393; 1228-1396 cal1 AC; Zubimendi et al. 2011). Los cuatro artefactos metálicos del
entierro Heupel se encuentran depositados en el Museo del Hombre y su Entorno de la ciudad de Caleta Olivia, en la provincia de Santa Cruz. MATERIALES Y MÉTODOS La composición elemental de las muestras estudiadas se determinó mediante el uso de la técnica denominada Espectroscopia de Plasma Inducida por Láser o en inglés Laser Induced Breakdown Spectroscopy (LIBS). Los métodos de análisis basados en técnicas de espectroscopia láser se han convertido en herramientas importantes para el estudio de objetos arqueológicos debido a su sensibilidad, su carácter no destructivo, su practicidad y sus posibilidades de análisis in situ (mediante un equipo portátil) y a tiempo real. La técnica LIBS tiene importantes ventajas sobre las técnicas analíticas convencionales para aplicaciones en piezas únicas de valor patrimonial (Anglos 2001; Fotakis et al. 2007). La técnica LIBS se basa en el análisis espectroscópico de la luz emitida por el plasma generado por la ablación de la muestra con un pulso láser de alta potencia. Cuando se requiere conocer la composición cualitativa de una pieza única la técnica LIBS resulta extremadamente eficiente debido a la rapidez, reproducibilidad y la naturaleza mínimamente invasiva del análisis (Miziolek et al. 2006). Por otra parte, una ventaja importante de esta técnica es que las muestras no requieren ningún tipo de preparación previa, de modo que el análisis puede realizarse directamente en un objeto de cualquier forma y dimensión. La cantidad de muestra requerida es mínima (nanogramos), por lo que se puede enfocar el láser en regiones extremadamente pequeñas (micrométricas), lo que permite preservar la integridad de la pieza. Esta técnica tiene también la posibilidad de realizar análisis por capas y determinar la composición en función de la profundidad del material analizado,
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diferenciando así, por ejemplo superficie y sustrato (Alvira et al. 2009). En la Figura 3, se muestra la configuración utilizada para la aplicación de la técnica LIBS. Las muestras fueron irradiadas con un láser de Nd: YAG, que emite pulsos infrarrojos (1064 nm) de 7 ns de duración y aproximadamente 500 mJ de energía. El láser se enfocó sobre la superficie de la muestra con un lente de distancia focal F = 15 cm, lo que permitió lograr fluencias de irradiación de hasta 7 J/cm2. La irradiación de la superficie con estos pulsos láser produce la evaporación violenta del material (ablación), generando un plasma de baja densidad formado por electrones y átomos ionizados y neutros. Estos, al encontrarse en estados excitados, emiten luz en líneas características que, analizadas adecuadamente, proporcionan la composición elemental del objeto estudiado (Cremers y Radziemski 2006). Para recoger la luz emitida por el plasma se utilizó una fibra óptica de sílice fundido, y la detección y análisis se realizó mediante
el uso de un espectrómetro Ocean Optics HR2000+ (resolución 1 nm). Los espectros LIBS se registraron en el rango de longitudes de onda de 300-800 nm. Los resultados obtenidos con LIBS fueron contrastados con la técnica convencional de espectroscopia de dispersión de energía de rayos X (EDAX). Este análisis fue llevado a cabo por el Servicio de Microscopia Electrónica de Barrido y Microanálisis LIMF del Departamento de Mecánica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata. Además de la determinación de la composición elemental de las cuatro piezas arqueológicas, también se analizaron muestras de mineral de cobre procedentes de un afloramiento hallado a 60 km de Heupel, en las inmediaciones de la Laguna Grande, Bajo Oriental. Esta fuente de cobre, denominada Bajo Oriental, fue facilitada por el dueño de la propiedad quien la obtuvo a partir de la extracción manual en una veta accesible superficialmente (Figura 1).
Figura 3. Esquema experimental de LIBS.
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Tanto los resultados de las muestras arqueológicas, como la de los minerales procedentes del Bajo Oriental, fueron comparados con espectros de referencia, también obtenidos con la técnica LIBS, de una muestra certificada de cobre metálico puro (cobre nativo) proveniente de los yacimientos de la península de Keweenaw, Michigan, EEUU. El cobre nativo es una forma no combinada de cobre que se genera como mineral natural y fue utilizado por muchas sociedades a través de la historia humana. A fin de conocer las posibles etapas y operaciones técnicas con las que se elaboraron las piezas, se realizaron una secuencia de experimentos para replicarlas. Para su elaboración se utilizó cobre nativo y se emplearon diversas herramientas disponibles en el área de la costa norte de Santa Cruz (rocas rodadas, madera, hueso y cuero). RESULTADOS Descripción y composición de las piezas arqueológicas En la Tabla 1 se describen las dimensiones y el peso de cada una de las placas estudiadas. Como puede observarse todos los artefactos presentan dimensiones similares. Las placas presentan además orificios para engarce y dos de ellas (artefacto 971 y 972) se encuentran grabadas con líneas de “mamelones” en los márgenes (Figura 2). La Figura 4 muestra un espectro LIBS típico
del sustrato de cada una de las cuatro piezas del entierro Heupel, comparados en cada caso con el espectro de la muestra certificada de cobre nativo. En todos los casos se obtuvieron los espectros en diferentes partes de las piezas y fueron totalmente reproducibles. Se identificaron líneas espectroscópicas características que corresponden a cobre. No se observaron otros elementos. Debido a que cada pulso LIBS elimina una porción muy delgada de material, con un creciente número de pulsos en el mismo lugar es posible realizar un análisis capa por capa. En todos los casos, se realizaron análisis LIBS desde la superficie hasta el sustrato, y siempre que un pulso de láser incidió sobre la superficie se obtuvo el espectro de una capa. De esta manera se obtuvo el espectro de la superficie y el sustrato. No se observó evidencia de elementos característicos de pinturas o tratamientos de superficie. Como puede apreciarse en la Figura 4, los espectros obtenidos en las cuatro piezas muestran únicamente la presencia de líneas de cobre, no observándose líneas de emisión de otros elementos. Por otra parte, estos espectros resultan iguales a los espectros obtenidos en la muestra de referencia de cobre nativo. Esto significa que las placas están hechas de cobre de muy alta pureza. Con el objeto de certificar este resultado se procedió a realizar también un análisis EDAX de las muestras, el cual confirmó que la composición de las mismas es cobre en más del 99 %.
Tabla 1. Dimensiones y peso de las placas halladas en el entierro Heupel.
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Con el propósito de caracterizar la metalurgia empleada en la elaboración de las piezas, se exploró la hipótesis de que las mismas fueron producidas utilizando cobre nativo, obtenido de algún afloramiento cercano al sitio. Una posible fuente es un afloramiento superficial de cobre ubicado a 60 km del sitio, en Laguna Grande, Bajo Oriental. Muestras de cobre de este lugar fueron analizadas por LIBS y EDAX, y comparadas con la muestra de referencia de cobre nativo.
En la Figura 5-A se compara el espectro LIBS obtenido de la muestra de Bajo Oriental, con el de cobre nativo. En la Figura 5-B se realiza la misma comparación pero con los resultados de EDAX. Como se puede observar, en ambos casos, los espectros y el registro de composición es el mismo, dentro del error experimental, lo que permite afirmar que las muestras de Bajo Oriental son de cobre nativo.
Figura 4. Espectros LIBS del sustrato de las muestras de metal del entierro Heupel y la muestra de cobre nativo de referencia.
Figura 5. A. Espectros LIBS. B. Izq. Espectro EDAX de una muestra de cobre de Bajo Oriental; Der. Espectro EDAX de una muestra certificada de cobre nativo. 84
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Estudio experimental del proceso de elaboración Utilizando como materia prima cobre nativo se desarrollaron una serie de pruebas y experimentos para intentar reproducir las placas. Este objetivo se pudo lograr utilizando el protocolo experimental descripto en la Figura 6. Primeramente, se sometió una muestra de cobre de 12 gr a un proceso de recocido, que consistió en calentarla al fuego a temperaturas de entre 400°C y 500°C, y luego dejarla enfriar a temperatura ambiente. Con el recocido se logra que el cobre disminuya su dureza y mediante golpes con un percutor duro (roca) sobre un yunque, se lo puede deformar plásticamente. Esta etapa de recocido y martilleo debió repetirse varias veces hasta alcanzar un espesor de aproximadamente 1 mm (Figura 6-A). En experimentos previos se comprobó que si se realiza el martilleo sin el proceso de recocido, no se logra obtener una pieza de las dimensiones buscadas. En la siguiente etapa se logró alisar la superficie repitiendo el proceso de recocido y martilleo, pero en
este caso utilizando un percutor blando (de madera). De este modo, se logró obtener el espesor final de 0,5 mm (Figura 6-B). Como se puede observar en la Figura 2, los artefactos presentan un leve ondulado en sentido transversal a la pieza (principalmente el artefacto 969). Este efecto se replicó mediante golpes con el borde lateral con ángulo semi-abrupto del martillo de madera sobre la pieza. Los bordes de las piezas fueron desbastados mediante la fricción con una roca abrasiva (roca sedimentaria de grano fino). De esta manera, se logró obtener bordes planos y darle a la pieza las dimensiones deseadas (Figura 6-C). Por último, como se obser va en la Figura 2, las piezas arqueológicas presentan perforaciones y dos de ellas mamelones que decoran sus márgenes. Estos detalles pudieron ser reproducidos mediante el uso de un cincel realizado en hueso. Para ello la lámina de cobre se colocó sobre una superficie blanda de cuero y se la trabajó golpeando el cincel con una roca (Figura 6-D). En la Figura 7 se observa la placa de cobre realizada experimentalmente.
Figura 6. Etapas desarrolladas durante la experimentación del proceso de elaboración de la placa de cobre; A. Recocido y martilleo con percutor duro sobre yunque; B. Recocido y martilleo con percutor blando; C. Desbastado de los laterales mediante la fricción con una roca abrasiva; D. Decoración. 85
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Figura 7. Fotografía de la placa de cobre realizada experimentalmente.
DISCUSIÓN Los entierros aquí mencionados con presencia de metales en Patagonia centromeridional, a excepción de INTA-Trelew, presentan una cobertura de rocas en forma de montículo, lo que permite definirlos con el término local de “chenque” (Zilio 2013). Además, todos los casos mencionados corresponden a enterratorios múltiples, que al ser datados por radiocarbono arrojan edades similares, correspondientes a fines del Holoceno Tardío, previas al contacto europeo. También es importante destacar que todos los entierros con metales se encuentran asociados a individuos subadultos. En este contexto se propone que las piezas halladas en el entierro Heupel y sus técnicas de elaboración podrían haber sido elaboradas localmente debido a diversos motivos. Por un lado, hemos determinado a partir de las técnicas LIBS y EDAX, que las placas arqueológicas son de cobre de muy alta pureza y que su composición coincide totalmente con la del cobre nativo. Dado que la datación radiocarbónica del entierro 86
arrojó una edad de 730 ± 60 años AP (12281396 años cal. AC), este hecho descartaría la posibilidad de la introducción del metal a partir de la llegada de los europeos. Por otro lado, se identificó un afloramiento de cobre nativo ubicado aproximadamente a 60 km del enterratorio, en el Bajo Oriental. Esta distancia se encuentra dentro de los rangos de movilidad conocidos para los grupos cazadores-recolectores (Binford 1980), por lo que el material primario pudo ser de ese origen. Esto no significa que las placas del entierro Heupel hayan sido confeccionadas con cobre procedente de esta fuente, ya que puede haber otros afloramientos similares en la región. Lo que si pone de manifiesto es que no es necesario suponer que el material primario haya tenido que ser importado de lugares alejados al ámbito de movilidad de los grupos que habitaban esta región. Otro elemento a tener en cuenta es que la poca cantidad de material utilizado para confeccionar las piezas (38 g en total para las cuatro placas), no requiere una minería a gran escala, sino que implicaría un trabajo más bien artesanal. Esto refuerza
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la idea de que hubieran bastado pequeños afloramientos de cobre, no necesariamente yacimientos, para la provisión de material. En este aspecto es importante mencionar que la información disponible sobre posibles fuentes de cobre en Patagonia está circunscripta casi exclusivamente a lugares de interés por sus posibilidades de extracción en gran escala para la industria moderna. No existen registros de afloramientos de pequeña escala que podrían haber sido empleados por los grupos cazadores-recolectores. Finalmente, el estudio experimental del proceso de elaboración que hemos desarrollado en este trabajo nos permite inferir que las técnicas necesarias para la elaboración de las placas son sencillas y no requieren ni una compleja metalurgia, ni conocimientos altamente especializados para su fabricación. Las placas son fácilmente reproducibles con herramientas simples, accesibles en la Patagonia (roca rodada, hueso, cuero y madera). Las temperaturas empleadas para el recocido (ca. 500º) se pueden lograr sin mayor complejidad a partir de recursos vegetales locales tales como el algarrobillo (Prosopis sp.), calafate (Berberis sp.) o molle (Schinus sp.) (Frank 2011; Ciampagna y Capparelli 2013).
entierros del Lago Salitroso y Heupel, corresponden a estructuras mortuorias de tipo “chenque”. Las placas de Heupel presentan similitudes morfológicas con los artefactos metálicos encontrados en los otros dos sitios mencionados. En todos los casos se trata de láminas o placas, que podrían haberse elaborado con técnicas artesanales similares a la desarrollada en este trabajo, no requiriéndose una metalurgia por fundición. También cabe resaltar que existe una gran similitud morfológica y en la decoración entre la placa del entierro SAC 1-6, procedente de la cuenca del Lago Salitroso y las analizadas en este trabajo. Teniendo en cuenta que ambos entierros múltiples corresponden a chenques, con cronologías similares y metales asociados a individuos subadultos, todo esto nos permitiría trazar un vínculo entre estos dos espacios de la Patagonia durante el Holoceno Tardío Final.
La escasa presencia de metales de probable manufactura local en Patagonia centro-meridional puede atribuirse, por un lado, al estado de las investigaciones, y por otro lado, a las escasas evidencias que dejaría en el registro arqueológico una producción metalúrgica de pequeña escala (González 2004).
Como ya se mencionó, en todos los casos registrados, los objetos metálicos se encuentran asociados a individuos subadultos (Salceda et al. 1999-2001; Gómez Otero 2006; Cassiodoro y García Guraieb 2009). Por lo tanto, la presencia de objetos de cobre exclusivamente en entierros de individuos subadultos, y no registrados en otros tipos de contextos arqueológicos, permitiría inferir que estos artefactos poseían un significado ceremonial o simbólico posiblemente asociado a los rituales mortuorios de los individuos juveniles. Esta interpretación se encuentra apoyada en una crónica realizada por Antonio de Viedma, a fines del siglo XVIII, quien escribe, tras su paso por la costa patagónica, acerca de los pueblos que allí habitaban:
Los contextos de entierro de INTATrelew, Heupel y los hallados en el Lago Salitroso presentan similitudes en sus dataciones radiocarbónicas. Además, los
“Creen en la transmigración del alma, y que las de los que mueren pasan a los que nacen en la familia, en esta forma; el que muere viejo transmigra el alma sin detención, y por eso no
CONSIDERACIONES FINALES
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se le llora ni hacen sentimiento, porque dicen va aquella alma a mejorar de puesto; pero la del que muere joven o robusto, queda detenida debajo de tierra, sin destino hasta que se cumple el tiempo que le faltaba para ser viejo, que entonces pasa al primero que nace, y por esta detención, en que juzgan está comprimida, y violenta, le hacen todos los sacrificios al ídolo; para que le dé algún desahogo, ínterin llega el tiempo decretado” (Viedma 1969:11). Artefactos metálicos como los aquí descriptos no han sido hallados hasta el momento en contextos no mortuorios de Patagonia centro-meridional. Este hecho indicaría que su único propósito habría sido el de acompañar a los individuos inhumados, hasta el momento sólo jóvenes y niños, en los enterratorios. NOTAS 1- La calibración de éste fechado radiocarbónico, así como los demás citados en este trabajo se realizó con el programa OxCal 4.2.2 (Bronk Ramsey y Lee 2013). La calibración se realizó en años AC, con dos desvíos estándar, empleando la curva de calibración para el Hemisferio Sur (SHCal13) de Hogg y coautores (2013).
AGRADECIMIENTOS Al Lic . César Gribaudo del Museo Educativo Patagónico, por permitirnos el acceso a las placas de Heupel y al Dr. Luciano López del Instituto de Recursos Minerales (INREMI), Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y CONICET, por los comentarios y sugerencias realizadas durante las tareas de investigación. Este trabajo se enmarca dentro de los siguientes proyectos: “Estudios arqueológicos regionales para definir la amplitud de los rangos de acción de grupos cazadores-recolectores en la Costa Norte de Santa Cruz (N594)”, dirigido por la Dra. A. Castro, financiado por PIP CONICET 88
0721 y el Proyecto I199 de la Facultad de Ingeniería de la UNLP. Finalmente, a los dos evaluadores anónimos y a los editores por sus sugerencias y correcciones que ayudaron a mejorar el artículo. BIBLIOGRAFÍA Alvira, F. C., D. Orzi y G. Bilmes 2009. Surface Treatment Analyses of Car Bearings by Using Laser-Induced Breakdown Spectroscopy. Applied Spectroscopy 63: 192-198. Anglos, D. 2001. Laser-Induced Breakdown Spectroscopy in art and Archaeology. Applied Spectroscopy 55: 186-205. Binford, L. 1980.Willow Smoke and Dog’s tails: Hunter-Gatherer Settlement Systems and Archaeological Site Formation. American Antiquity 45 (1): 4-20. Bronk Ramsey, C. y S. Lee 2013. Recent and planned developments of the program OxCal. Radiocarbon 55: 3-4. Cassiodoro, G. y S. García Guraieb 2009. Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz): un aporte al estudio del comportamiento mortuorio de cazadoresrecolectores. En Arqueología de Patagonia: una mirada desde el último confín, editado por M. Salemme, F. Santiago, M. Álvarez, E. Piana, M.Vázquez y M. E. Mansur., pp. 613-628. Editorial Utopías, Ushuaia. Ciampagna, L. y A. Capparelli 2013. Historia del uso de las plantas por parte de las poblaciones que habitaron la Patagonia continental Argentina. Cazadores del Cono Sur 4: 41-69. Cremers, D. A. y L. J. Radziemski 2006. Handbook of Laser-Induced Breakdown Spectroscopy. John Wiley y Sons, Ltd., England. Fotakis, C., D.Anglos,V. Zafiropulos, S. Georgiou y V.Tornari 2007. Lasers in the Preservation of Cultural Heritage. Principles and Applications. Taylor & Francis Group, Nueva York. Frank, A. D. 2011. Tratamiento térmico y manejo del fuego en sociedades cazadoras-recolectoras de la Meseta Central de Santa Cruz. Tesis Doctoral inédita. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, La Plata.
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*Leandro Zilio es egresado de la carrera Antropología de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo, de la Universidad Nacional de La Plata. Es becario doctoral de la UNLP y estudiante de la carrera Doctorado en Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata. Forma parte del equipo de investigación de “Arqueología de la costa norte de Santa Cruz” dirigido por la Dra. Alicia Castro, investigando sobre las prácticas mortuorias en las sociedades cazadoras recolectoras.
**María M. Morita es egresada de la carrera de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad Nacional del Arte. Es becaria de CONICET y estudiante del Doctorado en Artes de la Universidad Nacional de La Plata. Forma parte del equipo de investigación del Laboratorio de Ablación, Limpieza y Restauración con Láser dirigido por el Dr. G. M. Bilmes en el Centro de Investigaciones Ópticas de La Plata
***Gabriel M. Bilmes es doctor en Física, Investigador Principal de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires y profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Dirige el Laboratorio de Ablación, Limpieza y Restauración con Láser del Centro de Investigaciones Ópticas (CONICET La Plata-CIC). Es el representante argentino ante la International Commission for Optics (ICO) y Coordinador Nacional del Año Internacional de la Luz (2015).
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MEMORIAS DE LA REPRESIÓN EN LOS MUROS. LA BASE MILITAR DE SANTA LUCÍA. DPTO. MONTEROS,TUCUMÁN (1975-1982) Constanza Cattaneo1 RESUMEN En el presente trabajo se expone el análisis de marcas, pintadas y graffitis realizados sobre los muros de “La Base” de Santa Lucía - departamento Monteros, Tucumán- entre 1975 y 1982. El registro y relevamiento se reforzó con el análisis de las entrevistas realizadas a los protagonistas de la historia. La interpretación de estas manifestaciones murarias nos permitió comprender cuál fue el uso de este espacio, la cronología y la acción comunicativa de cada marca. Éstas se adscriben al período de funcionamiento de “La Base” como Centro Clandestino de Detención. Pudimos constatar la existencia de marcas sobre los muros realizadas por conscriptos desde el inicio del Operativo Independencia- febrero de 1975- y durante la última dictadura cívico-militar. La lectura de estos graffitis habilita el proceso de reconstrucción histórica de “La Base” y nos acerca al pasado traumático; tanto las instalaciones como las marcas se configuran en relictos del pasado que son resignificados a través del tiempo, transformándose en vehículos hacia él. Palabras Clave: Centros Clandestinos de Detención; Graffitis; Pintadas; Re significación.
THE MEMORIES OF REPRESION INTHE WALLS.THE SANTA LUCÍA MILITARY BASE. DPTO. MONTEROS,TUCUMÁN (1975-1982) ABSTRACT In this paper we expose the analysis of marks, paintings, and graffitis done over the walls “La Base” from Santa Lucía –Monteros,Tucumán- between 1975 and 1982.The work of archaeological survey and register was reinforced by the interviews with the people that were frontline players in history. The interpretations of these murals manifestations will allow us to comprehend the intended use of this space, its chronology, and the communicational action of each marks.The marks that we are referring to belong to the moments in which “La Base” was functioning as a Clandestine Detention Center.We were able to identify the existence of marks in the walls that were made by conscripts since the beginning of the Operativo Independencia –February, 1975- and during last civic-military dictatorship.The reading of the graffiti enables the historic reconstruction process of “La Base” and helps us getting closer to this traumatic past; both the constructions and the marks are transformed in remnants of a past which in turn are re-signified through time, becoming vehicles into it. Keywords: Clandestine Detention Center; Graffits; Paintings; Resignified. Laboratorio de Investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán (LIGIAAT)Universidad Nacional de Tucumán, CONICET. E-mail:
[email protected] Recibido abril de 2015, aceptado diciembre de 2015. Cattaneo, Constanza. Memorias de la represión en los muros. La base militar de Santa Lucía. Departamento de Monteros, Tucumán (1975-1982). La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 13 (2): 91-106. 1
Constanza Cattaneo - Memorias de la represión en los muros. La base militar de Santa Lucía...
INTRODUCCIÓN El presente trabajo forma parte de la tesina de grado presentada a la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo- Universidad Nacional de Tucumán (Cattaneo 2014). Éste se enmarca dentro de los trabajos arqueológicos que tienen como objetivo principal contribuir al estudio de nuestro pasado contemporáneo (Leiton 2009; Harrison y Schofield 2010). Desde la arqueología histórica, concebida como un campo multidisciplinar (Orser y Fagan 1995; Orser 1996) es posible aportar a la profundización de esta problemática con todo el potencial que nos brindan sus herramientas teórico metodológicas. La integración de distintas fuentes de información, tanto arqueológicas como documentales, junto con la memoria oral nos permitirá ampliar la visión sobre las estrategias de ocupación espacial llevadas a cabo por las fuerzas represivas del Estado desde el inicio del Operativo Independencia hasta la finalización de la dictadura (1975-1983). En la provincia de Tucumán, las fuerzas represivas conformaron una serie de Centros Clandestinos de Detención de Tortura y Exterminio (CCDTyE) en diferentes edificios y predios vinculados a la industria azucarera. Las instalaciones de ingenios y ex ingenios fueron utilizados para el emplazamiento de éstos, como es el caso del ex ingenio Nueva Baviera, en las inmediaciones de Famaillá, el ex ingenio Lules y los conventillos del Ingenio La Fronterita, entre otros. En este trabajo vamos a abordar uno de ellos, denominado “La Base”, emplazado en antiguas instalaciones del Ingenio Santa Lucía. El sitio se ubica en la zona sur de la provincia de Tucumán, en el departamento de Monteros, comuna rural de Santa Lucía. A partir de febrero de 1975, con el inicio del Operativo Independencia, se implantó en la zona una base militar en las instalaciones donde anteriormente (hasta agosto de 1968) funcionó el ingenio Santa Lucía. 92
Los espacios relevados consistieron en seis edificios: tres de ellos funcionan actualmente como comedores populares; en los tres restantes se encuentran la biblioteca del pueblo, una escuela para adultos y una vivienda. Nos enfocaremos en tres estructuras que presentaron una serie de marcas, graffitis y pintadas: el comedor Juan Pablo II (TUC-SL2) -espacio en el cual existió un sótano utilizado como espacio de reclusión de los detenidos desaparecidos-, la Escuela Fray Luis Beltrán C.E.C. Nº85 (TUC-SL3), y la vivienda con galería (TUC-SL1) (Figura 1). Mediante el análisis de estas marcas en los muros, sumado al trabajo con las fuentes orales y documentales, se busca avanzar en el análisis de las características del espacio y su uso durante el funcionamiento como CCDTyE y después de la retirada de los militares. Queremos profundizar en la comprensión de cómo se marcó y resignificó dicho espacio tras su utilización como CCDTyE y la visión que de éste tienen actualmente los pobladores. ANTECEDENTES En las últimas décadas se han realizado numerosos trabajos que estudian la temática del conflicto dentro de la arqueología histórica (Quesada Sanz 2008; Perring y Van del Linde 2009; González Ruibal 2010). Es en este marco que en América Latina vienen desarrollándose una serie de trabajos que vinculan a la Arqueología del pasado contemporáneo, con lo que se denominó Arqueología de la represión (López Mazz 2006; Zarankin y Salerno 2008). En los últimos años se han ampliado los estudios sobre terrorismo de estado, compartiendo una base de compromiso político social con la búsqueda de la verdad pero abordando diferentes temáticas y objetivos específicos. Zarankin y Salerno (2008) dividen cinco áreas temáticas principales en las cuales se desarrollan estos
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trabajos:1) reflexiones teóricas sobre la arqueología, la memoria y los usos del pasado; 2) la recuperación e identificación de restos de personas asesinadas; 3) el análisis de los objetos asociados a la represión; 4) el estudio de casos representativos; 5) el estudio de los centros clandestinos de detención. A partir de la década del 80, con los trabajos iniciales del Equipo Argentino de Antropología Forense y profundizándose a partir del 2001, la disciplina se convertiría en una herramienta para la reflexión social sobre aquellos espacios que habían sido funcionales a la aplicación sistemática del terrorismo de estado (Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología Tucumán G.I.A.A.T. 2003, Diana et al. 2008). Así, surgieron diversos trabajos relacionados a lugares donde funcionaron Centros Clandestinos de Detención y otros espacios relacionados con la desaparición de
personas. Aquellos proyectos que surgieron en la provincia de Buenos Aires fueron en los CCDTyE “Club Atlético”, el ex. “R.I.B.A”, la E.S.M.A, el “Olimpo” y “Mansión Seré”; para el caso de la provincia de Rosario, los CCDTyE “El Pozo”; en Córdoba, el “D2” y en la provincia de Tucumán, el “Arsenal Miguel de Azcuénaga” y el “Pozo de Vargas”, entre otros (Gómez Sánchez y Neder 2013). En el marco de los trabajos en los CCDTyE, se empezó a analizar y reflexionar en torno a las inscripciones y graffitis encontrados en los muros de estos espacios. Dos ejemplos de este tipo de estudios lo constituyen, por un lado, el análisis realizado en Mansión Seré por Doval y Giorno (2010); y por otro lado, los trabajos llevados a cabo en el “Pozo” de Rosario por el Equipo de Investigación por la Memoria Político Cultural (Bianchi 2008).
Figura 1. Fotografía sacada desde el aire en 1955: 1) la vivienda con galería (TUC-SL1), 2) Depósito de azúcar (TUC-SL2); 3) y 5) ex casa del administrador (TUC-SL3, TUC-SL4 y TUC-SL5), 6) el “Escritorio” (TUC-SL6). Extraída de Mercado (2007).
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EL SITIO “LA BASE”: UN SIGLO DE HISTORIA El sitio La Base se ubica en la zona sur de la provincia de Tucumán, en el departamento de Monteros en la comuna rural de Santa Lucía. Éste se emplaza en una serie de instalaciones que anteriormente fueron parte del Ingenio Santa Lucía. La historia del sitio se remonta a la fundación del ingenio Santa Lucía, el 7 de noviembre de 1882 por José Federico Moreno, Gerardo Constanti y Felix Aguinaga. Tras la muerte de Constanti en 1884 y la crisis azucarera de fines del siglo XIX, F. Aguinaga vende su parte a F. Moreno, quien queda como único dueño hasta que en 1907 el ingenio es rematado. Éste fue comprado por un grupo de empresarios vinculados a la industria azucarera, quienes conformarían luego la “Compañía Azucarera Santa Lucía” (Mercado 2003). Es a partir de que la compañía toma posesión del ingenio que comienzan a realizarse una serie de modificaciones en el poblado y el ingenio. Entre ellas, se instala la línea férrea que une Acheral con Santa Lucía, el correo, la escuela Benjamín Zorrilla, el club social, el hospital y la iglesia de Santa Lucía (Mercado 2003). A mediados de la década de 1960, la situación se torna conflictiva en el ingenio y entre los años 1962 y 1964 se sucederán una serie de suspensiones y despidos de personal, además de conflictos en torno al atraso de los salarios. Los despidos fueron en aumento y la situación se volvió más crítica iniciándose huelgas con movilización frente a las oficinas del ingenio. Los reclamos no sólo eran por la reincorporación de los trabajadores despedidos, sino por el retaceo de las horas extras, por el retraso de los pagos y por la defensa de las conquistas laborales (Mercado 2007). Tras el decreto del gobierno dictatorial de Onganía Nº 16.926/66, por el cual se 94
anuncia el cierre de los ingenios, entre ellos el ingenio Santa Lucía, se suceden una serie de manifestaciones de resistencia. En una de ellas, el 12 de enero de 1967, que es asesinada Hilda Guerrero de Molina, esposa de un trabajador despedido. Dicha muerte constituyó un hecho de importancia para el pueblo, ya que ella era la representación de la lucha en contra del cierre, no sólo del ingenio Santa Lucía, sino del conjunto de los ingenios (Pucci 2009). Sin embargo, a pesar de la resistencia encabezada por los trabajadores y sus familias, el ingenio cierra sus puertas en agosto de 1968. Esto trajo aparejado el éxodo masivo de pobladores en busca de trabajo en los principales cordones industriales de Rosario, Córdoba y Buenos Aires; mientras que aquellos que se quedaron permanecieron bajo un régimen de vida impuesto por el cierre, en base a diferentes trabajos temporarios y algunos siendo incluidos dentro del “Operativo Tucumán” (Mercado 2007; Pucci 2009). Tras el cierre del ingenio a finales de los sesenta y comienzo de los setenta, se produce la incursión en el pueblo de Santa Lucía de militantes de organizaciones de izquierda, principalmente del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Tras muchos años de incursiones en el monte y discusiones al interior del PRT, en 1974 se conformará la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez, en honor al “Zurdo”, un trabajador temporario del campo oriundo de la zona, quien había sido asesinado a manos de la policía en 1972. La instalación de los campamentos se realizó en las cercanías de la zona de Acheral y Santa Lucía (Santucho 2010). Como preámbulo de lo que sucedería después del 24 de marzo de 1976, mediante el decreto nacional Nº 265 de febrero de 1975, se da inicio al llamado “Operativo Independencia”. Esto marcaría un punto de inflexión en la vida de los pobladores de Santa Lucía con la instauración del CCDTyE “La Base” en las instalaciones del antiguo ingenio. Los militares copan el pueblo y se da inicio
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a un período marcado por los atropellos, el terror, y la ignominia. Cientos de pobladores son secuestrados y torturados en este centro clandestino de detención (muchos nunca efectuaron las denuncias), y una treintena de ellos se encuentran aún hoy en condición de detenidos-desaparecidos (Mercado 2005). MATERIALES Y MÉTODOS Para el relevamiento y análisis de las marcas, graffitis y pintadas llevadas a cabo en “La Base” de Santa Lucía se utilizaron tres fuentes principales: la evidencia material, las fuentes documentales y los testimonios de pobladores y ex detenidos de Santa Lucía. Por un lado, el tipo de actividades que se llevaron a cabo en este espacio nos permite acceder a las lógicas de funcionamiento que buscaron implementar los militares. Por otro lado, la forma de vinculación que los individuos establecieron con este espacio nos permite aproximarnos a la forma en que lo resignificaron durante el uso como CCD. La realización de los graffitis como un modo de expresión que realiza inscripciones en superficies que no han sido pensadas con ese fin pero que posee una acción comunicativa, nos habilita a adentrarnos en la subjetividad de aquellos que transitaron por este espacio y los significados en torno a éste (Mendoza Lizcano 2013). Facilitan el conocimiento del modo en que se construyó la memoria individual y su sentido identitario de acuerdo a las vivencias que ligan a los diferentes individuos en torno a este espacio.Y se convierten en un elemento fundamental para adentrarnos en la historia de las representaciones vinculadas al CCD en particular. El análisis de las marcas, graffitis y pintadas comprendió una primera instancia en la que se realizó la identificación y registro fotográfico de las diferentes marcas observadas, para poder ir desentramando la urdimbre de grafías y símbolos que se encontraban trazadas en los muros (Navarrete y López 2006).
Dividimos las muestras en tres tipos de marcas halladas: saltaduras de revoque y pintura en forma circular asociadas a impactos de proyectil encontradas en los muros del comedor Juan Pablo II (TUC-SL 2) y la escuela de adultos (TUC-SL3), una pintada realizada en ésta última y una serie de graffitis realizados en la vivienda con galería (TUC-SL1). Luego, se procedió a la sistematización de las observaciones, a fin de aportar una primera instancia de ordenamiento e interpretación de los graffitis. Se realizó una selección de los mismos por el estado de conservación que presentaban y según la posibilidad de legibilidad; aquellas marcas muy borrosas o fragmentadas no fueron incluidas en el presente trabajo. Se continuó luego con el llenado de la ficha generada para el relevo de pintadas y graffitis que abarca el registro y análisis de las dimensiones, la descripción, formas de confección, relación texto-espacio y los temas de los mismos. Una vez relevados los datos se los clasificó por temas, utilizando una categorización similar a la usada por Navarrete y López (2006): ideológico-político; nombresapodos; números; amorosos y dibujos. El trabajo de fuentes documentales se centró en el análisis de los relatos testimoniales recabados en el Informe de Comisión Bicameral1 y en el Nunca Más (CONADEP 1985). La metodología para las entrevistas a pobladores y ex detenidos desaparecidos consistió en una guía de preguntas semi-estructurada, que permitió ordenar la entrevista sin interferir en el modo en el que el relato es evocado y en la espontaneidad del entrevistado (Guber 1991). RESULTADOS Marcas asociadas a impactos de proyectil Durante el relevamiento encontramos una serie de marcas de saltaduras de revoque y pinturas de formas circulares u ovaladas. Éstas son de dimensiones variables, no superando los 8 cm de diámetro y la profundidad de 95
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intrusión es de apenas 2 a 3 cm. Se encuentran diseminadas en los muros externos de la parte frontal del comedor Juan Pablo II (TUC-SL 2) (Figura 2) y en algunos de los muros de un patio interior de la escuela de adultos Fray Luis Beltrán (TUC- SL 3).Tanto en el comedor como en la escuela de adultos estas marcas se encuentran a una altura de 1,50 m en el muro, altura promedio del tórax de una persona.
En este sitio en particular es llamativa la ubicación de algunas de estas marcas, sumado al hecho que las fuentes testimoniales mencionan que se escuchaban ruidos de ametralladoras provenientes de “La Base”, por lo cual sugerimos a modo de hipótesis que éstas son producto del impacto de proyectiles. Sin embargo, consideramos que para poder realizar esta determinación es necesario abordar otras
Figura 2. En esta figura se señala la erosión particular localizada en el Frente exterior de la estructura TUC-SL2.
En el caso del comedor, las marcas se encuentran en una extensión regular a lo largo del muro, vinculada a un tipo de erosión particular asociada a la ráfaga de proyectiles (Figura 2), como consta en estudios realizados en Granada, España, en sitios de la Guerra Civil Española (Barrera Maturana 2010, 2011a, 2011b). Según Álvarez Martínez (2010), sus formas, pese a que son variables, poseen rasgos específicos en donde se pueden apreciar dos tipos principales: uno circular, que nos marca un impacto directo que sigue una trayectoria perpendicular al lienzo, y el otro, con una sección longitudinal, que es producto del rebote del proyectil.
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técnicas de análisis, como el análisis de residuos metálicos, que permitan determinar el origen certero de estas marcas. Pintadas Durante el relevamiento efectuado pudimos individualizar una pintada en el frente exterior de la escuela de adultos Fray Luis Beltrán (TUCSL3). Ésta se encontró bajo el descascaramiento de la pintura actual donde se puede leer “FT. Subte Berdina”2 y se encuentra realizada en letras de molde bien marcadas en pintura de color azul oscuro (Figura 3).
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Figura 3. Detalle pintura en TUC-SL3
Una mención sobre la existencia de dicha inscripción, así como de otras pintadas en el frente de las otras instalaciones utilizadas por los militares, la encontramos en el Informe de Comisión Bicameral, en una visita realizada al CCD con el testigo Enrique Godoy. En la época en que se efectuó esta visita, el año 1985, estas instalaciones aún no se encontraban en uso y no habían sufrido ninguna modificación, por lo cual las marcas en el frente se encontraban visibles y a la vista del testimoniante: “Saliendo nuevamente al exterior de la construcción se observan las siguientes leyendas e inscripciones: R.M.T. 28. Rodillas negras “murieron por la patria Rodolfo Hernan Berliba, Ismael Maldonado, Freddy Ordoñez”. “Misión cumplida” RIM 20 GAN 5 ZO “S” (sobre un mapa de Tucumán) FT Capitán CáceresMurieron por la patria y nombres de soldados y fechas que van desde el 14/7/75 al 14/4/76” “Tucumán Tartagal BRIV RI 19 RIMTE 28: FT Subte. Berdina – RIM 20 SAM r BRI IV FT Capitán Cáceres”. Sobre el frente de acceso al galpón la siguiente leyenda (…) “Tucumán cuna
de la independencia, sepulcro de la Subversión”. (Testimonio Enrique Godoy ex detenido que realiza una visita en el marco de la denuncias tomadas por la Comisión Bicameral 1991 pp: 116-117). En este testimonio también se hace mención a algunos de los graffitis encontrados en la vivienda con galería (TUC-SL1) que describiremos a continuación. Graffitis En la pared interna de la galería y en porciones de los arcos y aberturas de la estructura (TUC- SL1) se han detectado una serie de graffitis de los cuales algunos pueden llegar a analizarse e interpretar su contenido, mientras que otros se conservan como pequeños surcos trazados en los muros, por lo cual se realizó una selección de los mismos. Se individualizaron un total de 36 graffitis quedando excluidos aquellos que se conservaban como marcas ilegibles. 97
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Las técnicas utilizadas para confeccionar estos graffitis son diferentes a las usadas en otros contextos. La mayor parte de las inscripciones están realizadas por esgrafiado (raspando la pared), presentándose en un 84% de los graffitis relevados. Otros de los elementos utilizados fue el trazo de carbón en un 8% y el raspado de madera de las puertas en un 8%, y en ninguno de los casos observamos el uso de pintura en aerosol o algún tipo de pintura. La utilización de estas técnicas da cuenta de una estrategia oportunística/expeditiva (Doval y Giorno 2011) vinculada al aprovechamiento del material y las posibilidades de accesibilidad en este sitio y en el momento en que se efectuaron. Según los relatos testimoniales, este espacio es donde los conscriptos realizaban guardia vigilando el ingreso a “La Base”. El uso de este tipo de técnica refiere a que estas marcas se desarrollaron sin ninguna planificación previa, lo que llevó a que los conscriptos utilizaran los
elementos que estuvieran a su alcance. En el total de los graffitis relevados encontramos diferentes conjuntos temáticos, resaltando el conjunto temático de “nombre-apodos” con un 71%, los amorosos presentes en un 11%, un 8% ideológicos-políticos, y en un 5% los números y dibujos (Tabla 1). Dentro de los nombres y apodos se encontraron una serie de graffitis que contenían la fecha en que se realizaron (Figura 4); otros manifestaban la clase del conscripto que los efectuó, lo cual otorga una cronología relativa del tiempo en que fueron realizados debido a que los conscriptos ingresaban a la edad de 17 años. Es a partir de estas fechas que establecimos una cronología que nos provee un rango mínimo de tiempo en que los militares estuvieron instalados en este espacio: desde marzo de 1978 hasta marzo de 1981.
Figura 4. Detalle graffiti N°26 “vino sirvió y se fue Valdy Ledesma 2 3 81 Juj”
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Tabla 1. Totalidad de los graffitis relevados. 99
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Resulta llamativo que la mayoría de los graffitis se ubiquen en una fecha tardía como el año 1978, dado que la ocupación de este espacio por los militares, según la información provista por los testimoniales y archivos periodísticos, se efectuó a partir de febrero de 1975. ¿Qué prácticas diferenciales se efectuaron en estos años que hizo que recién a partir del año 1978 se llevaran a cabo con más frecuencia estas marcas? Otro de los temas plasmados fue el amor, en especifico la referencia al vínculo amoroso establecido por los conscriptos. Estos vínculos pueden referirse ya sea a nexos con mujeres en sus provincias de origen, o también, como refieren algunos relatos de pobladores, al vínculo que se estableció en numerosos casos con mujeres de Santa Lucía y sus alrededores: “Algunas mujeres que se habían puesto de novias con algunos militares y que se hacían ilusiones que se iban a casar, otras han tenido historias amorosas, les ponían los cuernos al marido. Los militares han dejado aquí muchas novias plantadas. Los trasladaban y listo” (testimonio de “Hugo”, en Mercado 2005: 386) Entre estos temas se encuentra también la mención, como sentido de pertenencia, al regimiento del cual formaban parte, a qué compañía dentro del regimiento y la provincia de origen. Dentro de éstos, dos graffitis resaltan, uno por estar acompañado con un dibujo esquemático de la provincia de Salta- lugar de donde provenía el regimiento -, y otro por presentar con detalle el nombre y domicilio del conscripto que realizó el graffiti. La mención al lugar de origen se asocia al recuerdo que establecieron los conscriptos con ese lugar; representa un vínculo con ese espacio, su red de sociabilidad más próxima y el dejar una marca que simbolice aquel lugar de donde partieron. Es de remarcar que en su “Diario de Campaña”, Acdel Vilas (1977) consigna cómo estaban compuestas las diferentes unidades 100
que conformaron el llamado “Operativo Independencia” (Compañía de Infantería del Regimiento Nº 19 de la Infantería de Tucumán y una Compañía del Regimiento Nº 28 de Infantería de Monte de Tartagal, Salta). La alocución a algunos de estos regimientos pudo identificarse en los graffitis. Llaman la atención tres graffitis en particular: uno donde puede leerse “Guevara Che”, un dibujo de torre similar a una torre de ajedrez (Figura 5) y un dibujo de un perro (Figura 6). El graffiti que contiene la leyenda de “Guevara Che” tiene una dimensión de 40 cm de largo por 20 cm de ancho y está realizado por raspado; es notorio debido a la vinculación política con el personaje rememorado. Ernesto “Che” Guevara constituye un ícono de la lucha revolucionaria, no sólo en Argentina, sino a nivel mundial. La presencia de éste está dotada de un poder simbólico, de un discurso que transgrede el contexto donde el conjunto de los graffitis remiten a su uso por parte de los conscriptos del Ejército, discusión que retomaremos más adelante. La figura de la torre de Ajedrez, de unos 35 cm de ancho por 38 cm de alto, se encuentra acompañada de la leyenda “B Ing Com”. Este tipo de símbolos es utilizado para identificar a la división de Ingeniería e Infraestructura del Ejército, tanto en Argentina como en otros países del mundo, y suele hallarse en escudos y logos de esta división. En España, se encontraron una serie de graffitis con este ícono característico de la división de Ingenieros del Ejército en trincheras efectuadas por el Ejército Franquista durante la Guerra Civil Española en La Nava (Moreno García 2012). La figura del perro de 35 cm de largo por 20 cm de ancho, realizada mediante esgrafiado, llama considerablemente la atención por las características del mismo. En ésta, el animal se encuentra en actitud desafiante con los dientes marcados, en clara posición de ataque y las características morfológicas denotan un perro de considerable tamaño.
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Figura 5. Detalle graffiti N° 11 “B ing com”
Figura 6. Detalle graffiti N° 5
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¿Por qué se realizó este dibujo en este espacio? ¿Qué representa el perro para quienes llevaron a cabo estos graffitis? Que esta figura se presente en este espacio donde funcionó un CCD es notable, ya que en todo el noroeste de Argentina, y en especial en zonas rurales vinculadas a la explotación azucarera, los perros de gran tamaño y cierta morfología se asocian al “Perro Familiar”. Dice el mito del “Perro Familiar” que tras un pacto con el patrón del ingenio, el diablo se “llevaba” o “desaparecía” a aquellos trabajadores más revoltosos (Colombres y Scafati 2008). Es notable también que algunos pobladores del sur de la provincia de Tucumán aún asocian la desaparición forzada de personas con el “Perro Familiar” (Giusta y Cattaneo 2009). DISCUSIÓN Pudimos determinar, a partir del análisis, la superposición de numerosas marcas, lo cual muestra la intensidad y redundancia en el uso de este espacio entre 1975 y 1982. Con respecto a los graffitis, ¿Por qué se llevaron a cabo en este espacio y no en otra de las zonas ocupadas por los militares? Esto puede vincularse con las tareas que en este espacio particular llevaban a cabo los conscriptos lejos de la mirada de sus superiores. Remarcamos anteriormente lo notorio de la temporalidad que expresan dichos graffitis, los cuales serían tardíos (confeccionados desde el año 1978). ¿Por qué esta cronología? Asociamos estas conductas a que las prácticas represivas fueron diferentes desde el inicio del “Operativo Indepedencia” hasta la finalización de la dictadura. A partir del trabajo con los listados de CONADEP (1985) observamos que hubo un mayor número de detenciones y secuestros desde iniciado el Operativo hasta el año 1978, y desde entonces su relativa disminución. Nos parece un dato remarcable que a partir del año 1978 sea el inicio de la práctica más recurrente de realizar graffitis, lo cual puede interpretarse 102
en función de un mayor tiempo de “recreación” para los conscriptos o menor exigencia por parte de los superiores, que les permitía efectuar la práctica de escribir en las paredes más cotidianamente, entre otras distracciones. Volviendo sobre uno de los graffitis, la figura del perro, nos remonta al mito del “Perro Familiar” muy difundido en las zonas de los ingenios azucareros. Este mito fue usado durante décadas previas a la dictadura en los ingenios argentinos para coaccionar a los trabajadores y se atribuye al dueño del ingenio Santa Ana, Clodomiro Hileret, el haber sido el primero en conseguir su propio “Perro Familiar” (Colombres y Scafati 2008). El mito relata también que los dueños de los ingenios mantenían a estos demonios escondidos en el sótano - del ingenio o la propia casa del dueñoo la chimenea y llama la atención, ya que se trata de lugares seleccionados dentro de los ingenios azucareros para la instalación de los Centros Clandestinos de Detención, relación que sostengo, no sería casual. La lectura de estos graffitis nos habilita al inicio de una reconstrucción histórica de lo acontecido en este lugar y nos acerca a este pasado traumático. Tanto las instalaciones como estas imágenes se configuran en huellas del pasado que son resignificadas a través del tiempo por cada persona. Cuando nos encontramos frente a estas manifestaciones, entendemos que las mismas tienen diversas connotaciones que dependen de los sujetos que están en frente de ellas. La mirada desencadena de esta forma una interpretación diferente porque, ante la imagen, cada sujeto reactiva una historia, una memoria. Analizar estas producciones escritas en el interior de un centro de reclusión es una tarea compleja, por la dificultad que supone reconstruir la situación inmediata que rodeó la acción comunicativa de dichas marcas. Estos muros tienen una contradicción: cuando fueron escritos formaban parte de un espacio de reclusión donde el resto de la población no ingresaba, por lo cual su
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sentido no era la exposición pública. Con su nuevo carácter público se reconfigura el sentido de los mismos. Estos graffitis no solo evocan a cuestiones amorosas o vínculos con el lugar, que fueron algunas de las significaciones que los conscriptos quisieron plasmar en las mismas, sino más allá de la función comunicativa presente en estos casos su realización implicó una modificación del paisaje, la reutilización de este espacio y la apropiación del mismo con diferentes intereses yuxtapuestos. Así, estas marcas se convierten en un testimonio más de la historia del pueblo de Santa Lucía. REFLEXIÓN FINAL Todo lo aquí expuesto es un intento de poner en evidencia algunas de las características de la represión en nuestra provincia. Sin embargo, son muchas aún las preguntas que quedan por resolver y más aún las dificultades con las que uno se topa a la hora de abordar esta temática. A pesar de esto, vemos la necesidad de profundizar aun más en el significado de estos espacios y ver cómo son reconfigurados día a día; cómo se inscriben en los escenarios de disputa por la memoria. Desde esta perspectiva, consideramos que es una tarea fundamental el análisis de las marcas de la barbarie y la derrota, que continúan operando y que se expresan en muchos de los relatos. NOTAS 1-Una vez reestablecida la democracia en el año 1983, el gobierno de la provincia de Tucumán, a diferencia del gobierno nacional que conformó la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (CONADEP), encargó al parlamento provincial la formación de una comisión investigadora con representantes de las dos cámaras. A partir de la Ley Provincial Nº 5.599, la comisión tuvo a cargo la recepción de las denuncias de las víctimas, la entrevista con los organismos de Derechos Humanos y el secuestro de archivos de las seccionales de la
policía provincial, entre otras tareas. Para profundizar ver Kotler (2007). 2- Nombre de un soldado participante del Operativo Independencia, a quienes los militares exaltaron su figura como una víctima de la “guerra sucia” contra los subversivos. Mediante la Ley N° 4.530, el 16 de septiembre de 1976, durante el gobierno dictatorial de A. D. Bussi, se crea un pueblo con su nombre conjuntamente con otros tres pueblos, en el Dpto. de Monteros en las cercanías de la localidad de Santa Lucía.
AGRADECIMIENTOS En primera instancia a los pobladores de Santa Lucía por abrirme sus puertas y por la predisposición a la hora de hablar de estas páginas oscuras de nuestra historia reciente. A la Dra. Lorena Cohen por su invaluable apoyo y dirección durante la realización de este trabajo. A mis compañeros del Laboratorio de investigaciones del Grupo interdisciplinario de Arqueología y Antropología Tucumán (LIGIAAT) por el apoyo brindado en estos años de trabajo. Por último a los evaluadores y el comité editorial de la revista, cuyas sugerencias y comentarios enriquecieron este trabajo. El contenido y las conclusiones a las que arribo en este trabajo son de mi entera responsabilidad. BIBLIOGRAFÍA Alvarez Martinez,V. 2010. ¿Chatarra o cultura Material? A propósito de los restos muebles de la guerra civil en el registro arqueológico de la ciudad de Oviedo (Asturias). Revista Ebre 38 (4): 179-201 Barrera Maturana, J. I. 2010. La tapia herida del cementerio de granada: terror, balas y grafitos. http://elgrafitohistorico.files.wordpress. com/2010/08/articulo.pdf (6 de noviembre 2015) Barrera Maturana, J.I. 2011a. Grafitos y memoria histórica: la tapia del cementerio de granada. En Actas del XVII Coloquio Internacional de Glyptografía de Cracovia. 4-10 de julio del 2010.
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Constanza Cattaneo - Memorias de la represión en los muros. La base militar de Santa Lucía...
*Constanza Cattaneo es egresada de la carrera de Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo de la Universidad Nacional de Tucumán. Este trabajo forma parte de su Tesis de Licenciatura defendida en Marzo de 2014. Actualmente es becaria doctoral de CONICET, investigando los espacios de confrontación durante las décadas del 1960 y 1970 en la provincia de Tucumán. Es miembro del Laboratorio de Investigación del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología Tucumán (LIGIAAT). Dirección de contacto:
[email protected]
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OCUPACIONES HUMANAS Y PALEOMBIENTE EN LA CUENCA INFERIOR DEL RIO EL BOLSON (DPTO. BELÉN, CATAMARCA). UNA APROXIMACION DESDE LA GEOARQUEOLOGÍA Ana Soledad Meléndez1 RESUMEN El Valle de El Bolsón en la provincia de Catamarca tiene una larga historia de ocupación. Puntas de proyectil lanceoladas e incluso el hallazgo aislado de una punta cola de pescado, son evidencia de actividades por parte de grupos de cazadores-recolectores durante el Holoceno temprano y medio. Sin embargo, es claramente a partir del periodo Formativo (Iº milenio a.C.-d.C) que la ocupación del espacio se intensifica, generando fuertes transformaciones en el paisaje, con espacios de vivienda asociados a una variedad de emplazamientos de producción agrícola de ocupación continua y distribuidos en todo el Valle. En el siguiente trabajo presentamos los resultados de estudios geoarqueológicos llevados a cabo en la cuenca inferior del río el Bolsón, a partir de los cuales podemos dar cuenta de cómo los procesos geomorfológicos y ambientales, junto a la ocupación humana del valle han dado forma al paisaje que observamos hoy. Palabras Clave: Geoarqueología; Geodinámica; Erosión; Acumulación; Ocupaciones prehispánicas.
HUMAN OCCUPATION AND PALEOENVIROMENT IN THE LOWER BASIN OF EL BOLSON RIVER (DPTO. BELÉN, CATAMARCA). AN APPROACH FROM GEOARCHAEOLOGY ABSTRACT The El Bolsón valley, in the province of Catamarca has a long history of human occupation. Almond-shape projectile points, and even the finding of a fish-tail projectile point, evidence the occurrence of hunter-gatherers activities during the early and middle Holocene. Nonetheless, it is clearly from the Formative period (1st millennium BC-AC) that the occupation of the space is intensified, and large transformations of the landscape are generated, living spaces being associated to a diversity of continuously occupied agricultural production facilities spread along the valley. In this paper, the results of geoarchaeological studies carried out in the lower basin of El Bolsón river are presented. From these studies, the way in which the landscape observed at the present time has been shaped by the geomorphologic and environmental processes, along with the human occupation of the valley, can be assessed. Key Words: Geoarchaeology; Geodynamics; Erosion; Accumulation; Prehispanic occupations. Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), Escuela de Arqueología. ANPCYT. E-mail: solemelendez@gmail. com 107 1
Recibido abril de 2015, aceptado diciembre de 2015. Meléndez, Ana Soledad. Ocupaciones humanas y paleoambiente en la cuenca inferior del río El Bolsón (dpto. de Belén, Catamarca). Una aproximación desde la georarqueología. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 13(2): 107-118.
Ana Soledad Meléndez - Ocupaciones humanas y paleoambiente en la cuenca inferior del río El Bolsón...
INTRODUCCION E n e s t e t r a b a j o p re s e n t a m o s l o s primeros resultados de las investigaciones geoarqueológicas llevadas a cabo cerca de la localidad de Villa Vil. El objetivo general es discutir la historia de formación del paisaje arqueológico en un sector particular del Valle de El Bolsón. Usamos para este fin un enfoque geoarqueológico buscando aportar al conocimiento de la historia ambiental del valle. La geoarqueología como disciplina que combina conocimientos de las ciencias de la tierra y arqueología (Butzer 1982), ha tenido en los últimos años un gran crecimiento, proporcionando en nuestro país numerosos trabajos orientados tanto a dilucidar los procesos de formación de sitios (Lanzelotti 2008; Favier Dubois 2009), como así también comprender la evolución de los paisajes antes, durante y después del abandono de los sitios arqueológicos (Cortes 2010). En este caso, tomamos a la geoarqueología bajo la premisa de que el paisaje que observamos hoy, no es estático sino que se encuentra en constante transformación, siendo por lo tanto, resultado de una historia de formación factible de ser contada (Cortes 2010). Pensar e indagar en esa historia nos ayudará a interpretar de manera más clara al registro arqueológico con el que nos encontramos en la actualidad y relacionarlo con las diferentes formas en que éste se presenta en un mismo espacio. En este caso, el enfoque geoarqueológico nos permitirá conocer de qué manera los cambios ambientales han influido en la evolución de paisaje permitiéndonos evaluar qué procesos morfodinámicos se sucedieron en el valle de El Bolsón a partir del Holoceno. El valle de El Bolsón, en el departamento Belén, provincia de Catamarca, se ubica en la transición entre dos grandes áreas geográficas y culturales, la puna y los valles y bolsones (Figura 1). La geología del área puede ser representada en una columna estratigráfica potente, pero 108
conformada por un reducido número de formaciones (Turner 1973). Sobre el basamento constituido por sedimentitas polimícticas metamorfizadas (Formación Loma Corral) e inyectadas (Formación Chango Real), apoyan discordantemente sedimentos continentales del neógeno (Grupo El Bolsón) con acarreos del Cuaternario y una cobertura eólica del Holoceno tardío (Kulemeyer et al. 2013). Los depósitos más recientes, que se encuentran mayormente en el fondo del valle, incluyen acarreos fluviales constituyendo las terrazas fluviales, que serán consideradas en este trabajo. Las investigaciones arqueológicas en el valle, se iniciaron en 1990, centradas especialmente en el paisaje agrario dando cuenta de la larga historia de ocupación del área. Algunos hallazgos en superficie de puntas de proyectil lanceoladas e incluso el hallazgo aislado de una punta cola de pescado, son evidencia de actividades por parte de grupos de cazadores-recolectores durante
Figura 1. Ubicación de las terrazas de Villa Vil en el valle de El Bolsón.
La Zaranda de Ideas 13(2): 107-118 (2015)
el Holoceno temprano y medio. Recientes prospecciones que realizamos en las partes altas del valle (transición con la puna), arrojan nuevos resultados sobre actividades de cacería durante estos momentos en las cabeceras de los cursos de agua principales, por encima de 4000 msnm. Sin embargo, es claramente a partir del periodo Formativo (Iº milenio a.C. - d.C) que la ocupación del espacio se intensifica, generando fuertes transformaciones en el paisaje, con espacios de vivienda asociados a una variedad de emplazamientos de producción agrícola de ocupación continua como así también sitios residenciales y ocupaciones en abrigos rocosos en el sector central del valle. En la mayoría de los casos, no parece haber un cambio en la configuración del espacio durante el periodo Tardío (ca.10001470 d.C.). En ellos, no se observa una abrupta reestructuración del espacio, como señalan algunos modelos geopolíticos para el NOA, pero sí una ampliación de las zonas de cultivo y redundancia en la ocupación de algunos espacios, acompañada de presencia de material arqueológico asignable a este periodo (Korstanje 2005, 2007; Quiroga 2007a, 2007b; Quiroga y Korstanje 2007; Quesada y Korstanje 2010; Puente 2012; Quesada y Maloberti 2015). Los estudios en el valle de El Bolsón hoy son encarados desde perspectivas de larga duración, pues la ocupación humana en definitiva abarca los distintos períodos históricos reconocidos hasta el momento en la arqueología del valle, desde los primeros agricultores formativos hasta la ocupación colonial y republicana (Quiroga 2002; Korstanje 2007). Más recientemente, el registro arqueológico está siendo relacionado a variables ambientales locales a partir de trabajos interdisciplinarios. En este contexto y a partir del análisis de diferentes proxies (sedimentos, suelos, microroedores y polen), se determinó la existencia de importantes cambios en el ambiente durante el Holoceno tardío, entre los cuales se destacan
evidencias de disturbio antrópico creciente por pastoreo y agricultura a partir del periodo Formativo (610 años cal DC) y agradación en el fondo de los valles, representados por un nivel de terraza del Holoceno tardío, con restos arqueológicos atribuidos a basureros fechados en 634 años cal DC (Lagunita Nacimientos, 26° 52’ S 66° 43’ O) y en 931 y 1214 años cal DC (Terraza Villa Vil, 27° 06’ S 66° 49’ O). Hay registro además de un período cálido y húmedo que habría durado hasta 1275 años DC cuando se inicia una etapa de aridez creciente, que continúa hasta llegar a las condiciones actuales. También se evidencian dos cambios relevantes en la morfodinámica del área; el sector norte del valle es invadido por dunas provenientes de la puna, que ahogan arroyos de los sectores de cabeceras y cubren parcialmente las laderas y algunos sitios arqueológicos; en tanto en el sector sur hacia 1300 – 1400 años DC, se inicia un ciclo de incisión que afecta a los sedimentos finos en los valles. Si bien existe hoy un conocimiento general y ciertas precisiones sobre la historia ambiental y sobre diferentes sitios arqueológicos a largo del valle, aún resta determinar de qué modo los procesos geoambientales mencionados afectaron la dinámica de ocupación del valle. Con la intención de trabajar a escalas espacio/temporales más acotadas, que brinden información a nivel local y precisiones cronológicas, para profundizar en el conocimiento sobre las relaciones sociedad-ambiente se realizaron trabajos geoarqueológicos en el sector sur del valle de El Bolsón, más específicamente en terrazas fluviales próximas al pueblo de Villa Vil. Estos depósitos del Holoceno tardío, que pasaron a formar las terraza bajo estudio, constituyen una secuencia cronoestratigráfica en la que se integra importante información ambiental y cultural. 109
Ana Soledad Meléndez - Ocupaciones humanas y paleoambiente en la cuenca inferior del río El Bolsón...
METODOLOGÍA Las terrazas fluviales bajo estudio se extienden aproximadamente por más de 2 km, siguiendo el curso actual del río El Bolsón y alcanzan alturas de hasta 12 m por encima del mismo. El trabajo se centró en los últimos 300 m que conforman la terraza, próximos al pueblo de Villa Vil. Las actividades estuvieron dirigidas principalmente al relevamiento de información que permita ordenar los procesos morfodinámicos del área, en especial, los sucedidos durante los dos últimos milenios, momento para los cuales se conoce con mayor precisión la ocupación humana para otros sectores valle, tal como se reseñó brevemente más arriba. En primera instancia se realizaron prospecciones geoarqueológicas y el relevamiento de depósitos sedimentarios. Para la prospección sistemática del área se definieron cuatro transectas sobre ambos márgenes del río El Bolsón, dos sobre el nivel de terraza actual en los márgenes este (A) y oeste del río El Bolsón (B) y dos sobre la superficie de las terrazas con perfiles expuestos (C y D). Como estrategia metodológica, las transectas que corrieron paralelas a los depósitos expuestos, no fueron lineales sino que siguieron la geoforma, cubriendo las partes altas y bajas de las terrazas para los diferentes casos, como así también se recorrieron las laderas de material neógeno (Terciario) sobre las que éstas apoyan, prestando especial atención a los eventos de depositación y erosión de los sedimentos holocenos en este sector del valle. El objetivo principal fue el de definir sectores donde apareciera integrada información geológica y arqueológica, para el posterior relevamiento de perfiles estratigráficos y toma de muestras sedimentarias. Para el análisis de los depósitos sedimentarios se seleccionaron y relevaron en el campo mediante gráficos a mano alzada, fotografías y descripciones litológicas, siete perfiles expuestos por la erosión, ubicados sobre ambas 110
márgenes del río El Bolsón, en cinco casos se registró la presencia de material arqueológico en estratigrafía. Estos depósitos arqueológicos fueron designados con los nombres de Villa Vil perfil 001 a 007 (VVP 001 a 007 en adelante). El principal objetivo de esta actividad fue establecer las relaciones estratigráficas entre estos y los depósitos sedimentarios relevados en otros sectores del valle. En todos los casos, independientemente de las observación estratigráfica in situ, se tomaron muestras sedimentarias desde la superficie de la terraza a la base expuesta de la misma, cada 10 cm de profundidad, con el fin de realizar sobre estos sedimentos análisis texturales, de materia orgánica, fechados radiocarbónicos y polen. Para la realización de los análisis texturales mencionados aquí, se tomaron 17 muestras del perfil VVP001 tomando como parámetro los cambios observados durante el relevamiento, sin sobrepasar intervalos de 45 cm. Los sedimentos fueron tamizados por vía húmeda (fracción arena) y por pipeteado (limo y arcilla). Las muestras fueron procesadas en el Laboratorio de Sedimentología del Centro Cultural y Museo Jorge Pasquini López de la provincia de Jujuy, siguiendo parámetros preestablecidos para este tipo de sedimentos. Como se mencionó antes, cuatro de los seis perfiles relevados sobre la margen oeste del río El Bolsón, presentaban material arqueológico en estratigrafía en un nivel sedimentario que puede seguirse con escasas interrupciones en toda el área trabajada, en todos los casos los niveles con evidencia de ocupación humana se encuentran entre 3 y 5 m por debajo de la superficie de la terraza, la presencia de material arqueológico no se observó sólo en los perfiles expuestos sino también en la superficie de las áreas circundantes a estos, motivo por el cual se evaluó que, dada la activa morfodinámica del área, no se puede subestimar la importancia que los procesos postdepositacionales pudieron tener en la conformación del registro arqueológico recuperado en las terrazas de Villa Vil. Particularmente, se planteó la necesidad
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de evaluar el grado en el cual los materiales arqueológicos recuperados en estas terrazas y su entorno han sido afectados por la acción de agentes naturales. En base a lo anterior se decidió realizar análisis sobre los conjuntos materiales recuperados (cerámicos: 402 fragmentos; líticos: 127 fragmentos y óseos: 23 fragmentos) para evaluar el grado de alteración y erosión presentes en ellos, buscando arrojar luz además, sobre los procesos que pudieron haber actuado en la formación de las terrazas de Villa Vil. Metodológicamente, se optó por un enfoque de tipo tafonómico. En primer lugar, se generó un protocolo de análisis tafonómico en base a la información existente acerca de la dinámica ambiental y los agentes tafonómicos potencialmente presentes en el área. Posteriormente, se partió de la observación de las terrazas, como geoforma dinámica, debido a que la erosión fluvial se mantiene activa, por la formación de cárcavas en los depósitos causadas por corrientes de agua que bajan de las laderas y erosionan los sedimentos en épocas de lluvia o de heladas. Se estableció un modelo de interpretación sobre la situación de los hallazgos en perfiles y en superficie. La dinámica climática y geomorfológica del área implican un alto potencial de acción de agentes tafonómicos como el viento y las lluvias, estos agentes habrían actuado sobre todos los materiales arqueológicos recuperados en las terrazas de Villa Vil (tanto en perfil como en superficie) desde el momento de su abandono y hasta el momento en que fueron cubiertos por la sedimentación posterior, es decir, durante un primer momento de exposición a los procesos tafonómicos (Episodio 1). Por otro lado, a una escala menor, algunos microsectores se deben haber visto afectados por el principal agente involucrado en el proceso de incisión y erosión de esas terrazas: el agua que fluye, acompañado también por la acción de la fuerza de gravedad. Este grupo de agentes habría actuado sobre una parte de los materiales (los de superficie), desgastando los perfiles, desprendiendo los materiales y desplazándolos una vez liberados
del depósito sedimentario original, es decir, durante el segundo momento de exposición (Episodio 2). Entonces, planteamos como supuesto que los dos momentos de exposición que hipotéticamente afectaron el registro analizado fueron bastante distintos con respecto a los agentes tafonómicos involucrados. Por tanto, esperamos que los efectos tafonómicos se registren en los materiales. RESULTADOS De las prospecciones realizadas se pudieron establecer áreas de interés para esta investigación. Las transectas que cubrieron la ladera este del río El Bolsón, siguiendo la geoforma (A) y, la superficie de la misma (C) no arrojaron resultados favorables para el hallazgo de materiales arqueológicos en estratigrafía o superficie, sin embargo las secuencias estratigráficas observadas ofrecieron información confiable sobre la depositación de sedimentos finos del Holoceno. Para ser comparados con otros, se delimitó a partir de esta transecta, un sector en el que se relevó el perfil VVP 003 para la realización de correlaciones estratigráficas entre este sector y con evidencia de ocupación humana. De las transectas en la margen este, pudo recogerse información sobre las actuales formas de ocupación del valle, debido a que se registró la presencia de viviendas y corrales actualmente en uso sobre la superficie de las terrazas y en diferentes puntos del tramo prospectado en ambas márgenes del río El Bolsón. Las transectas realizadas sobre la margen oeste (B y D) por el contrario, revelaron potenciales sectores para el relevamiento y toma de muestras sedimentarias de perfiles expuestos debido a la fuerte presencia de materiales arqueológicos en estratigrafía y en superficie. Se relevaron en este sector seis perfiles en total, en cuatro de estos se tomaron muestras sedimentarias VVP 001 (5,62 m de potencia expuesta), VVP 002 (6,65 m de potencia expuesta), VVP004 (1,59 m de potencia expuesta) y VVP005 (2,85 m de potencia expuesta). Se relevaron 111
Ana Soledad Meléndez - Ocupaciones humanas y paleoambiente en la cuenca inferior del río El Bolsón...
también específicamente los niveles con restos culturales en dos perfiles estratigráficos de idénticas características litológicas a los antes mencionados, los perfiles VVP 006 y VVP007. Los contextos arqueológicos de estos perfiles constaban de restos óseos, líticos, cerámicos y carbón vegetal, sobre los cuales se están realizando fechados radiocarbónicos. En el área circundante a los perfiles estratigráficos relevados se realizaron recolecciones superficiales de los materiales arqueológicos presentes. Los análisis texturales y palinológicos se realizaron sobre los sedimentos recogidos de uno de los perfiles relevados (VVP001) de los cuales también se fecharon niveles cercanos a la base y a la superficie de la terraza. El criterio de selección de este perfil para la realización de los diferentes análisis estuvo basado en que es el que muestra mayor potencia de sedimentos expuestos (5,62 m de superficie a base de la terraza) y además, una secuencia estratigráfica representativa sin registro de eventos de alteraciones aparentes en la depositación de los sedimentos. Se tomaron un total de cuatro muestras: una cercana a la superficie de la terraza, otra en la base de los sedimentos expuestos y dos en la mitad de la secuencia para conocer el contenido polínico en los depósitos que conforman las terrazas de Villa Vil. Éstas fueron tratadas por una técnica estándar para sedimentos cuaternarios (Gray 1965; Faegri e Iversen 1989) que permite eliminar los sedimentos y la materia orgánica no esporopolínica y, al mismo tiempo, concentrar los granos de polen y esporas, evitando dañarlos. Lamentablemente, las muestras tomadas no resultaron fértiles para la observación, identificación y conteo del contenido polínico, aunque no se descarta continuar estos análisis en otros perfiles del área. Por otro lado, se tomaron 16 muestras con intervalos de entre 15 y 40 cm para la realización de análisis texturales. Como se observa en la figura dos, el perfil estratigráfico VVP001 de 5,63 m de potencia expuesta, está conformado de base a techo 112
del depósito, por una sucesión de arenas gruesas, medias, finas, limos y arcillas, cuyos porcentajes varían a lo largo de la secuencia. Los niveles con arena gruesa son bajos en casi toda la secuencia, excepto por los niveles comprendidos entre los 3,36 m y 4,35 m por debajo de la superficie de la terraza, en donde se presenta el mayor porcentaje de este componente. Este incremento de arenas gruesas, medias y finas en detrimento de los limos, puede estar indicándonos una variación en el poder de transporte o energía de transporte del río El Bolsón cuando el depósito aún se encontraba en formación. Sin embargo, la escasa presencia de rodados y bloques de importantes tamaños, como los observados en el actual lecho del río El Bolsón indican que la depositación de estos sedimentos, si bien indican una mayor potencia de transporte que en el resto de la secuencia, no deben haber ocurrido a través de eventos como aluviones o fuertes corrientes de agua con arrastre de materiales pesados sino más bien en un ambiente de relativa calma. La presencia de algunos bloques de material neógeno de mayor tamaño en ciertos niveles de la terraza será explicada más abajo. Los niveles comprendidos entre los 2,65 m y 3,25 m muestran un abrupto crecimiento en los valores de limo grueso dentro de la secuencia, que coinciden con la presencia de material arqueológico en este perfil. Futuros análisis en detalle de estos niveles en los perfiles y en otros sitios arqueológicos del área podrían arrojar luz sobre la relación de estas variables en la secuencia. Los niveles que se encuentran entre 1,65 m y 1,95 m por debajo de la superficie de la terraza, muestran otro incremento en las arenas medias y finas. Si bien los valores de arena gruesa en este nivel también se incrementan, no llegan a ser significativos, siendo esta disminución en las arenas inversamente proporcional a los valores de limo entre los 0,45 m y 0,85 m, tal como se observó en el caso antes mencionado, hasta llegar a la superficie del depósito con valores más equilibrados entre todos los componentes del mismo.
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Estos resultados indican que los depósitos de sedimentos finos del Holoceno tardío, en este sector del valle, se encuentran formados casi exclusivamente por sedimentos compuestos de arena, limo y arcillas aportados por el río El Bolsón (Figura 2). No se observaron a lo largo de la secuencia inclusiones de grandes bloques o rodados, como los presentes en las laderas de material neógeno. En base a las observaciones de campo y siguiendo los resultados de los análisis texturales podemos decir que el proceso de sedimentación fue continuo y con relativa estabilidad durante el Holoceno Tardío, debido a que no se encontraron en los depósitos bajo estudio grandes discordancias erosivas o eventos que indiquen movimientos de alta energía. El perfil VVP002 mostró una pequeña discordancia erosiva entre los niveles de 1,60 m y 1,65 m por debajo de la superficie de la terraza, aunque representa, por su magnitud, un evento muy localizado. Entre estos depósitos finos se intercalan, mayormente en la parte basal de las secuencias, escasos bloques redondeados, desprendidos de las laderas conformadas por sedimentitas neógenas, sobre las cuales se apoya la terraza. Los bloques neógenos también se encuentran en menor medida en niveles con presencia de material arqueológico. Creemos que la acción antrópica durante la formación de estos niveles favoreció la inclusión de estos bloques como resultado de la integración de los diferentes espacios mientras se producía la ocupación humana. Cabe destacar aquí, que además del material arqueológico recuperado en los perfiles relevados, hemos localizado la frecuente aparición de restos arqueológicos (cerámicas, óseos, líticos) y tres estructuras de piedra prehispánicas, en perfiles estratigráficos no abordados en este trabajo. Si bien la presencia de estas estructuras no es recurrente a lo largo de todo el sector sur de terrazas, sí lo son los restos arqueológicos dispersos en un mismo nivel que puede seguirse en todo el sector trabajado. Estudios morfoestilísticos realizados sobre el material cerámico, muestran en los conjuntos recuperados una variedad de
estilos que se asignan al periodo Formativo, por presencia de diseños Ciénaga y Aguada, como así también diseños que se asignan al periodo Tardío con cerámica del tipo Belén y Santa María, invitándonos a pensar en la ocupación de este sector del valle por parte de las poblaciones prehispánicas en diferentes momentos del primer y segundo mileno de la era. A esto debemos sumar la presencia de morteros de molienda en contextos secundarios y una tercera estructura ubicada en laderas de material neógeno próximas al sector de terrazas. Sobre la superficie de la terraza, cercana a los perfiles VVP001 Y VVP002, se observan también dos viviendas actuales, una de las cuales se encuentra muy próxima a barrancos generados por la erosión. Quizá sea el riesgo de derrumbe el motivo por el cual se encuentra hoy deshabitada.
Figura 2. Resultado de análisis texturales de muestras seleccionadas (VVP001) 113
Ana Soledad Meléndez - Ocupaciones humanas y paleoambiente en la cuenca inferior del río El Bolsón...
Como se mencionó más arriba, los materiales arqueológicos recuperados tanto en perfiles como en superficie (líticos, cerámicos y óseos), fueron analizados con un enfoque del tipo tafonómico. Si bien los resultados se exponen en detalle en otro trabajo (Meléndez y Sentinelli 2014), podemos decir brevemente aquí que no existe una diferencia en el grado de erosión y alteración entre los conjuntos recuperados en los perfiles estratigráficos y los recolectados en superficie. Las marcas dejadas por los procesos posdepositacionales sobre los materiales, o su ausencia, nos invitan a pensar que la dinámica de alteración y erosión de los conjuntos insertos en los depósitos de las terrazas de Villa Vil debió ser compleja, interviniendo además de procesos mecánicos, otros factores. Tal parece ser el caso de la oscilación en los niveles freáticos, que alcanzó a erosionar las superficies de ciertas cerámicas recuperadas en estratigrafía, contribuyendo en la formación de las historias tafonómicas de los materiales que presentan escasas huellas de alteración, durante el tiempo que estuvieron
integrados a los depósitos. En los conjuntos de superficie, al no presentar variaciones con los anteriores, estarían indicando que los procesos de erosión y acumulación de los sedimentos es continua, debemos recordar las terrazas de Villa Vil siguen siendo erosionadas año a año por las corrientes que descienden de las laderas y, los sedimentos desprendidos son depositados en la base de la misma, motivo por el cual, los materiales que se desprenden del depósito por la erosión permanecen en superficie durante períodos muy breves, hasta que nuevamente la erosión en los perfiles expuestos libera sedimentos que van sepultándose en las bases y con ellas también a estos materiales, evitando así, una alteración mayor en sus superficies (Meléndez y Sentinelli 2014) (Figura 3). En base al resultado de las prospecciones y relevamientos podemos decir que los depósitos sedimentarios de Villa Vil asentados sobre laderas de rocas neógenas, se encontraban en proceso de formación cuando las poblaciones prehispánicas ocuparon este espacio, proceso
Figura 3. Perfiles expuestos de Villa Vil, nótese la erosión en los perfiles expuestos y la acumulación de sedimentos en su base. 114
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Figura 4. Tipos cerámicos formativos recuperados en estratigrafía del perfil VVP001.
que se continuó luego del abandono de las estructuras arqueológicas, cuando estas últimas quedaron integradas a los depósitos hasta ser descubiertas por la incisión posterior que dio forma a las terrazas hoy bajo estudio. Podemos inferir los momentos en que los restos arqueológicos pasaron a formar parte de los depósitos en base a la asignación cronológica y cultural de los estilos cerámicos hallados en estratigrafía, siendo la cerámica del tipo Ciénaga ubicada generalmente entre los 200 A.C. - 600 D.C. la más representada (Figura 4). Cuatro fechados previos realizados sobre carbón vegetal en los niveles con material arqueológico, arrojaron fechas próximas 931 y 1214 años cal D.C. y 1432 ±132 AP (Fauque y Tchilinguirian 2002; Kulemeyer et al. 2013). Cómo se reseñó en el apartado introducción, un trabajo previo realizado por Cruz (2012) sobre la secuencia polínica de un testigo sedimentario extraído de Laguna Cotagua, a 7 kilómetros al norte de Villa Vil, informa sobre el incremento de hasta diez veces en la tasa de sedimentación en ese sector del valle a partir del período Formativo (610 años cal A.D.). Si tomamos en cuenta este dato podemos pensar
que eventos similares pudieron suceder a 7 km al sur, donde se formaron los depósitos de Villa Vil, que dejaron a los niveles con ocupación humana a profundidades de entre 3 y 5 m por debajo de la superficie de la terraza. Sin embargo, esperamos reforzar esta idea en base a fechados radiocarbónicos en curso sobre muestras extraídas de los perfiles antes mencionados. Fauqué y Tchilinguirian (2002) habrían llegado a conclusiones similares en un trabajo de escalas temporales mayores, dedicado al estudio de grandes avalanchas de rocas en Villa Vil. Estos autores sostienen que flujos distales habrían dado origen a las terrazas hace al menos 3000 años. Con nuestros trabajos en curso esperamos profundizar sobre esta hipótesis CONCLUSIONES Podemos concluir de manera preliminar que el paisaje de Villa Vil, parece haber cambiado a lo largo del tiempo debido a las condiciones geológicas y ambientales reinantes en los diferentes momentos en los que este depósito se fue formando, mostrando en los momentos 115
Ana Soledad Meléndez - Ocupaciones humanas y paleoambiente en la cuenca inferior del río El Bolsón...
previos, contemporáneos y posteriores a la ocupación prehispánica y actual, formas en continuo cambio. Resta evaluar cómo estas ocupaciones y la geodinámica actuante influyeron en las dinámicas de ocupación del valle durante los dos últimos milenios. A partir de la geomorfología del área y su dinámica, observadas tanto en las ocupaciones prehispánicas relevadas en estratigrafía como en las viviendas y corrales actuales en la superficie de la terraza, coincidimos con los trabajos previos en que la incisión activa en este sector del valle que dejó al descubierto las estructuras arqueológicas y que pone en riesgo la ocupación de las viviendas actuales es reciente, los fechados sobre sedimentos cercanos a la superficie de la terraza en proceso, podrán ubicar en el tiempo con mayor precisión los momentos previos al inicio de la incisión que se continúa hasta hoy. Por otro lado, el conjunto de materiales y estructuras arqueológicas, su ubicación, abundancia y distribución, incluso la estructura prehispánica que se emplaza en las laderas de sedimentitas neógenas y, las viviendas actuales sobre la superficie de la terraza, muestran a este espacio como un lugar de ocupación humana quizá no intensa pero sí recurrente. Las dataciones disponibles, el volumen de material arqueológico presente en el área y las diferencias estilísticas de los conjuntos cerámicos parecen indicar tal historia de ocupación. La integración de la información arqueológica obtenida hasta aquí a los resultados de los análisis texturales en este sector, nos permite pensar que mientras este espacio era ocupado por las poblaciones prehispánicas del Valle, la evolución del paisaje Holoceno se llevaba en relativa calma y estabilidad, los depósitos fluviales del río El Bolsón se encontraban aún en formación, bajo un proceso de sedimentación continuo evidenciado en la abundancia de material fino (arcillas y limos) sin grandes interrupciones. No se detectó en la estratigrafía de los siete perfiles relevados a 116
lo largo del sector de terrazas, sedimentos de grano grueso o bloques rocosos que hablen de un proceso enérgico de depositación. La situación anterior se muestra un tanto distante a la observada en el paisaje actual. El proceso de incisión de las terrazas, reciente y activo, ha reducido el espacio habitable, limitando a la construcción y, creemos, el sostenimiento de las viviendas actuales, las que se ven con el paso del tiempo, más cercanas a los sectores de barrancas. Futuros estudios actualísticos podrían arrojar luz sobre el proceso erosivo que afectan a la evolución de las terrazas hoy. AGRADECIMIENTOS A g r a d e z c o e s p e c i a l m e n t e a Ju l i o Kulemeyer y Marcos Quesada por sus pacientes lecturas y aportes al manuscrito. Gabriel Cortes generosamente compartió sus conocimientos sobre geoarqueología y participó desinteresadamente al igual que Carlos Barot, Elmer Flores, Natalia Sentinelli y Marianela Gamboa en los diferentes trabajos de campo. Esta investigación fue financiada por el proyectos PICT 1048-2015 de ANPCyT bajo la direccione de la Dr. Alejandra Korstanje BIBLIOGRAFÍA Butzer, K. 1989. Arqueología. Una ecología del hombre. Madrid. Editorial Bellaterra. Cortes, G 2010. Estudio Geoarqueológico Preliminar en el yacimiento agroalfarero de Antumpa. Tesis de Licenciatura inédita. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy. Favier Dubois, C. 2009. Geoarqueología: explorando propiedades espaciales y temporales del registro arqueológico. En Perspectivas actuales en arqueología argentina, editado por R. Barberena, K. Borrazzo y L.A. Borrero, pp. 33-54. IMHICIHU. Buenos Aires.
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Ana Soledad Meléndez - Ocupaciones humanas y paleoambiente en la cuenca inferior del río El Bolsón...
* Ana Soledad Meléndez es egresada de la carrera de Arqueología de la Universidad Nacional de Catamarca. Este trabajo forma parte del avance de su tesis doctoral que se encuentra en curso. Su tema de investigación actual es historia ambiental y ocupaciones humanas en el Valle de El Bolsón. Catamarca. Dirección de contacto:
[email protected].
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EL FENÓMENO DEL MARMOR EN EL MUNDO ROMANO Y SU REPERCUSIÓN EN LA PROVINCIA DE LA BAETICA Daniel Becerra Fernández1 RESUMEN En la presente nota breve mostramos una serie de reflexiones sobre los marmora romanos y su uso por parte del Imperio, principalmente en la provincia hispana de la Baetica. Se da una nueva perspectiva más global del fenómeno del marmor en el mundo romano, pero centrándonos en lo que supuso para dicha provincia. También analizamos los diferentes materiales que hemos hallado en diversas intervenciones arqueológicas de la región surpeninsular, para de este modo documentar las tipologías marmóreas empleadas, así como constatar cuáles son las principales regiones mediterráneas que surten de estos materiales al área. Ponemos el enfoque principalmente en los marmora de importación y en los materiales pétreos más significativos que se explotaban en la Baetica. Palabras Clave: Baetica; Piedra; Rocas Ornamentales; Canteras Imperiales; Calizas.
THE PHENOMENON OF MARMOR IN THE ROMAN WORLD AND ITS IMPACT ON THE PROVINCE OF BAETICA ABSTRACT In this short note, we share a series of reflections on Roman marmora and its use in the Roman Empire, particularly in Baetica. We give a new, more comprehensive perspective on the phenomenon of marble in the Roman world, focusing on its importance for the Roman province. We also analyze the different materials that we have found in various archaeological interventions surpeninsular province with the aim of documenting the marble types used and determined which are the main Mediterranean areas that supply these materials to the region. We mainly focus on the import and marmora the most significant stone materials that were exploited in the Baetica. Keywords: Baetica; Stone; Ornamental Rocks; Imperial Quarries; Limestones. Personal Investigador en Formación de la Universidad de Sevilla y miembro del Grupo de Investigación HUM402. C/ Doña María de Padilla, S/N, 41004 - Sevilla. España. E-mail:
[email protected] 1
Recibido en julio de 2015; aceptado en noviembre de 2015.
Becerra Fernández, Daniel. 2015. El fenómeno del marmor en el mundo romano y su repercusión en la provincia de la Baetica. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes Investigadores en Arqueología 13 (2): 119-128.
Daniel Becerra Fernández - El fenómeno del marmor en el mundo romano y su repercusión en la provincia...
INTRODUCCIÓN El fenómeno de la marmorización del imperio romano es un tema lo suficientemente tratado en la investigación actual, con multitud de publicaciones sobre este hecho, tanto a nivel imperial, como a nivel provincial en el ámbito del mediodía peninsular (Nogales y Beltrán 2008; Álvarez et al. 2007). Con el advenimiento de la dinastía de los Flavios a Roma, vemos un proceso de ascensión social de las elites locales debido al proceso de municipalización. Gracias a esto, muchas familias béticas fueron ostentando cargos de relevancia en la administración del Imperio, llegando a su culmen con Trajano, el primer emperador de ascendencia hispana, y con Adriano. Estas familias que obtenían los cargos relevantes del Imperio, favorecieron notablemente a sus
lugares de origen como vemos en el caso de Baetica (Figura 1), y concretamente la ciudad de Itálica. Con todo ello vemos la importancia que fue adquiriendo esta destacada provincia romana en los siglos I d.C. y II d.C., sobre todo las ciudades de Córdoba, Écija y de forma destacable Itálica, como queda reflejado en la expansión adrianea de la ciudad, la nova urbs adriani. Constatamos ciudades con unos espacios públicos de primer nivel y en los que aparecen los principales marmora de importación que se difunden por el Mar Mediterráneo (Amores et al. 2008:222), aunque no como un fenómeno homogéneo. El objetivo fundamental de este estudio es realizar una aproximación a los aspectos más significativos del fenómeno del marmor en el mundo romano y constatar posteriormente
Figura 1. Provincia romana de la Baetica. Fuente: Caballos et al. (1999: 148).
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su repercusión en el sur de la Península Ibérica (Figura 1). Para ello llevaremos a cabo una síntesis de la bibliografía principal referente al conocimiento de dicho fenómeno. En la presente nota breve nos marcamos una serie de objetivos: 1) constatar que tipología de materiales pétreos de importación eran empleados en la provincia de la Baetica; 2) comprobar qué materiales eran los más utilizados y cuáles eran los más deseados por las elites locales; 3) analizar como comienzan los materiales marmóreos a insertarse en los circuitos comerciales romanos; y por último, 4) realizar un análisis del papel de la provincia romana de la Baetica en los circuitos comerciales del marmor. METODOLOGÍA La metodología empleada en este trabajo de investigación ha consistido en la realización de una síntesis de las publicaciones más relevantes llevadas a cabo sobre el marmor y su empleo en la provincia romana de la Baetica. Lo primero que se ha realizado es una aproximación al fenómeno global, siguiendo las líneas de investigación de Raniero Gnoli (Gnoli 1971) y de Patrizio Pensabene (Pensabene 1985), para a continuación analizar la marmorización del sur de la Hispania romana, partiendo de las líneas de trabajo iniciadas por Canto (1977-1978). Hemos proseguido la investigación analizando los resultados que estamos obteniendo en los Proyectos de Investigación sobre urbes béticas, en los cuales analizamos la variedad de los distintos marmora empleados en Itálica y los contrastamos con el registro material de otros puntos de la Baetica. El resultado ha sido una síntesis de lo que supuso el fenómeno del marmor en el mundo romano y su repercusión en la provincia, así como una lista con los distintos tipos de marmora de importación identificados y utilizados en esta región surpeninsular.
EL FENÓMENO DEL MARMOR EN EL MUNDO ROMANO El término marmor o en plural marmora, hace referencia a cualquier tipo de piedra susceptible de ser pulimentada y utilizada para la elaboración escultórica, arquitectónica o epigráfica. Los romanos denominaban generalmente a sus piedras ornamentales según su lugar de procedencia, pero los italianos del Renacimiento rebautizaron a éstas, atendiendo más a criterios como el color. Por poner un ejemplo, el Marmor Numidicum, procedente de Numidia en el norte de África, pasó en el Renacimiento a denominarse Giallo Antico. Los griegos utilizaron principalmente mármoles blancos para después pintarlos, y el uso de rocas ornamentales de colores fue muy escaso. Esta fue la tendencia que se observó incluso en la época de la Alta República en Roma, ya que se importaban marmora blancos de la Hélade y de las Cícladas (del Monte Pentélico, el de Tasos, el de Paros, etc.) para realizar sarcófagos y esculturas. Se puede afirmar que en el siglo II a.C. hubo un revulsivo en la mentalidad de los romanos, ya que los esquemas mentales del helenismo empaparon a la elite romana; por ello hubo un gran interés por imitar los modelos de los palacios orientales, hechos en muchos casos con marmora de colores, de ahí que los materiales más valiosos fueran mayoritariamente los extraídos de la parte oriental. Fue entonces cuando Roma empezó a realizar obras arquitectónicas en travertino local, que luego se estucaban para aparentar ser obras realizadas en estos preciados materiales. La realización de estas piezas estucadas era mucho más común que la utilización de los marmora de colores por el elevado coste de éstos, que hacía inviable la importación masiva de estos productos, ya que ni el erario ni la aristocracia romana podían permitírselo en estos momentos de la República (Pensabene 2003: 3-4). En el 189 a.C. se produjo la batalla 121
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de Magnesia, por la cual Roma abre las puertas de Oriente y las canteras pasan a estar en la esfera de influencia romana, según nos cuenta Plinio (2005). Por lo tanto, ya se ve un cierto control del preciado material, aunque fue un control aún indirecto, mientras que en el norte de África, la caída de Cartago, hizo que Roma se hiciese rápidamente con la cantera de Chemtou (cantera del Giallo Antico) (Figura 2). Esta influencia romana sobre las canteras orientales empezó a cambiar en la segunda mitad del siglo II a.C., en primer lugar porque Roma se hizo con Grecia y con ello con el control del codiciado Pentélico, el Mármol de Paros y el Mármol de Tasos. El segundo paso se produjo en el 133 a.C. debido a que el reino helenístico de Pérgamo fue anexionado por Roma a causa de la herencia de Átalo III (último rey de Pérgamo), que dejó el reino al pueblo romano, por lo que Roma se hizo con los marmora de Asia Menor como
el Pavonazzetto. En último lugar, vemos la conquista de Egipto por Augusto, que supuso que los granitos, alabastros y las valiosísimas rocas ornamentales egipcias pasasen a ser dirigidas por el emperador. Así, concluiría un proceso de control de las canteras de las regiones del este del Mediterráneo que, como hemos mencionado, comenzó con la batalla de Magnesia, la cual dio lugar a una especie de gestión indirecta de las zonas de extracción, y concluyó con la conquista del Egipto ptolemaico, que supuso un control directo y total de todas las canteras de Oriente. La utilización de muchas de las rocas ornamentales ya se conocía desde antes de que Roma se hiciera con el control del Mediterráneo, y por ende de las principales canteras de exportación. Un ejemplo de esto sería que ya en época faraónica se extraían algunos de estos preciados materiales como el Marmor Claudianum y el Lapis Porphyrites.
Figura 2. Fuste de columna en Giallo Antico. Fuente: Daniel Becerra Fernández.
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La cercanía a la costa o a un río determinaba mucho la apertura de una cantera, ya que esto suponía que el transporte fuera más fácil y por ello, más barato. A pesar de todo ello había marmora raros y preciados como el Marmor Sinnadico de Frigia, que se encontraba a unos 322 km aproximadamente de la costa; pero esto es una excepción y no algo habitual. El transporte se solía realizar en barco, ya que por tierra suponía un alto coste humano y animal, y por consiguiente un aumento de los gastos de transporte. Existían canteras a cielo abierto como la de Aliki, en la isla de Tasos, y zonas de extracción a través de galerías subterráneas, como Belevi en Éfeso. La extracción subterránea necesitaba de una gran tecnología y la creación de unas largas galerías para llegar hasta el deseado material (Bruno 2003:179-186). El gasto que suponía la extracción era compensado por el consumo de las elites, tanto itálicas, como de las provincias. Todo esto explica que existiese una difusión mediterránea y regional del marmor. Existían barcos destinados exclusivamente al trasporte de rocas ornamentales (Bruno 2003:191), lo que nos muestra lo importante que fue para el mundo romano el comercio de estos materiales. Tras la extracción del material pétreo se procedía a un primer devastado y posteriormente se llevaban al litoral para, desde ahí, ser enviado a su destino o a un tercer punto desde el cual se redistribuía. La propiedad de una cantera podía ser imperial, de privados o municipal; aunque la explotación pudiese estar en manos de particulares. En el caso del Mármol de Mijas (Málaga) se pensaba que estaba bajo la propiedad imperial, pero al ver que la monumentalización de los espacios públicos no dependía del gobierno imperial sino del municipio, se pensó en esta segunda administración para la gestión (Beltrán y Loza 2008: 313-338). En época de Augusto y de Tiberio (siglo I d.C.) las principales canteras pasaron a ser de propiedad imperial,
en un proceso de «nacionalización» (Pensabene 1985:16), algo que aparece reflejado en la obra de Suetonio (2004). Todos los materiales importantes que se difundieron por el Imperio tenían su procedencia en canteras de titularidad imperial, como el Cipollino, el Pavonazzetto o el Verde Antico (Marchei y Pettinau 2003:123). LA REPERCUSIÓN DEL MARMOR EN LA BAETICA Con Augusto este fenómeno de la marmorización urbana llega a Hispania, pero no es hasta el principado de Adriano cuando se produjo el auge de la difusión del mármol blanco y de las piedras ornamentales de colores por Roma y por el territorio del estado, siendo un lugar destacado en el empleo de estos materiales la provincia romana de la Baetica, con ciudades en las que se emplearon los más variados y valiosos materiales pétreos procedentes del todo el Imperio (Pérez Olmedo 1996; Mañas 2011), muchos de ellos difíciles de ver fuera de Roma o de sus lugares de extracción, como puede ser el caso Porfido Nero procedente de Egipto (Álvarez et al. 2007: 11-15). El empleo de estos materiales pétreos ha dejado un importante registro material. Los usos que nos encontramos van desde las inscripciones, a los revestimientos en opus sectile, algunos de ellos con diseños de gran complejidad y con una importante vinculación con la ciudad de Ostia, como los hallados en Córdoba (Gutiérrez Deza 2006), Itálica (Figura 3) y Sevilla. También vemos el empleo de estos materiales en esculturas de gran calidad como el busto de Adriano realizado en Mármol Pentélico o la Venus de Itálica realizada en el marmor escultórico por excelencia, el Mármol de Paros, ambas piezas conservadas en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla (MASE). No podemos pasar por alto el uso lítico de 123
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Figura 3. Revestimiento en opus sectile de Itálica con los principales mamora de importación. Fuente: Daniel Becerra Fernández
prestigio como elemento arquitectónico, con ejemplos como el Traianeum de Itálica en el que destacan los fustes de columnas realizadas en Marmor Chium (Portasanta) y en Marmor Caristium (Cipollino eubeo), o en el Templo de la Calle Mármoles de Sevilla con grandes fustes monolíticos realizados en Granito della Troade (Márquez 2003:139). Cabe destacar que las últimas investigaciones que se están llevan a cabo sobre el estudio de los marmora andaluces en época romana, nos muestran que eran materiales con una difusión mayor de la que se consideraba hasta hace pocos años, como por ejemplo el Mármol de Almadén de la Plata, empleado tanto en el Valle del Guadalquivir, como en el norte de África. También es interesante el caso del Mármol de Mijas, usado en la actual provincia de Málaga 124
y en el Valle del Guadalquivir (Álvarez et al. 2007: 107-113). En estos momentos se están llevando a cabo diversas investigaciones sobre las diferentes rocas andaluzas y su uso, o posible uso, en época romana, como es el caso de la Tesis Doctoral de Ruth Taylor sobre el Mármol de Almadén de la Plata. Lo que está al día de hoy meridianamente claro es que la provincia de la Baetica es una región rica en marmora y que a ella llegaron los principales materiales lapídeos de prestigio procedentes de las canteras imperiales del Oriente (Pensabene 2003: 65) y del Occidente. MARMORA PRESENTES EN LA BAETICA En los últimos dos años hemos llevado a cabo una revisión de las piezas procedentes de
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las ciudades béticas de Corduba, Astigi e Italica. En esta revisión hemos constatado gracias a los análisis macroscópicos, la presencia de una serie de materiales marmóreos importados presentes en la provincia. Consideramos que la revisión de estas importantes ciudades béticas es significativa de la importancia que tuvo el fenómeno en la región. Los materiales identificados nos muestran que a la Baetica llegaron materiales pétreos procedentes de todas las grandes regiones exportadoras de marmor del Imperio (Figura 4). De Asia Menor hemos hallado el Africano (Marmor Luculleum) de Teos, el Alabastro Fiorito frigio, el Occhio di Pavone Pavonazzo (Marmor Sagarium) de Sakara, el Pavonazzetto (Marmor Phrygium, Synnadicum o Docimium), el Palombino (Marmor Coraliticum) de Frigia, la Breccia Nuvolata Gialla de la actual Argelia, el Granito dellaTroade deYediTaslar
y Kestanbol, y el Proconesio (Marmor Proconnesium) de la isla de Proconnessos en el Mar de Marmara. Los materiales marmóreos identificados procedentes de Grecia en la Baetica son el Cipollino (Marmor Caristium) de Eubea, el Portasanta (Marmor Chium) de la isla de Chios, el Rosso Antico (Marmor Taenarium) del sur del Peloponeso, el Serpentino o PorfidoVede de Grecia (Marmor Ladedaemonicum o Lapis Lacedaemonius) de Laconia, el Verde Antico (Marmor Thessalicum) de Tesalia, la Breccia Policroma di S. Benone procedente de una cantera no localizada de Grecia y la Breccia di Sciro o de Settebasi (Marmor Scyrium) de la isla de Scyro. De las regiones africanas tenemos constatado el Alabastro Cotognino (Lapis Onix) del Valle del Nilo, el Giallo Antico (Marmor Numidicum) de las canteras de Chentou, el Greco Scritto de Annaba
Figura 4. Módulo de opus sectile italicense en el que se emplea el Porfido Serpenitno Nero, el Giallo Antico, el Serpentino, el Pavonazzetto, y el Porfido Rosso. Fuente: Daniel Becerra Fernández
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(Hippo Regius), el Nero Antico de Djebel Aziz en Túnez, el Porfido Nero y el Porfido Rosso (Lapis Porphyretes) de Gebel Dokhan (Mons Porphiretes) en el desierto oriental de Egipto, el Porfido Serpentino Nero de Uadi Umm Towat en Egipto, el Castracane o Astracane Dorato de Thuburbo Maius en el actual Túnez, el Granito del Foro (Marmor Claudianum) de Mons Claudianus (Gebel Fatireh) y la Serpentina Moschinata de Uadi Atallah en el desierto oriental egipcio (Gnoli 1971:133). En menor medida tenemos constatados materiales procedentes de Italia y de la Galia. En cuanto a los materiales marmóreos de Italia nos encontramos con la Breccia Quintilina o de Tivoli y el Cipollino Marino, cuya cantera aún no se ha localizado en la actualidad. Mientras que de la Galia tenemos el Bianco e Nero (Marmor Celticum) de los Pireneos y la Breccia Dorata de los Alpes. También tenemos identificados materiales procedentes de la propia Hispania, pero no de la Baetica, como son el Broccatello o Jaspe de la Cinta de Dertosa (actual Tortosa), el Buixcarró (Marmor Saetabitanum) de la Sierra de Buixcarró en Valencia y la Lumachella Carnina posiblemente de Sintra. En cuanto a los materiales empleados y extraídos de la Baetica constatamos los diferentes litotipos del Mármol de Almadén de la Plata, el Mármol de Alconera y el Mármol de Mijas. Además de todos estos marmora que hemos mencionado tenemos constatado, gracias al análisis arqueométrico, los marmora blancos del Monte Pentélico procedente del Ática, el Luni de Carrara, el Mármol Pario, el Mármol Tasio y el Mármol de Afrodisias. CONCLUSIONES Las conclusiones del estudio llevado a cabo sobre el fenómeno del marmor y su repercusión en la provincia romana de la Baetica nos muestra que el empleo de estos materiales es considerado un signo de distinción social 126
y de poder político, empleados tanto por la administración, como por particulares de alto nivel socio-económico. Constatamos con la revisión bibliográfica que los principales materiales pétreos ya eran explotados antes de la llegada de Roma y que principalmente procedían de las canteras orientales del Imperio, concretamente de Egipto, de Asia Menor y de Grecia. También se hace patente que la llegada de los principales marmora de importación a Roma se hace progresivamente y a medida que el estado romano iba incorporando territorios o ampliando sus zonas de influencia. Con el advenimiento del Principado se ve un proceso de centralización de la gestión y control de las principales canteras del Imperio, fenómeno que se cristaliza en época del emperador Tiberio, cuando se lleva a cabo la mayoría de las adquisiciones de las principales canteras por parte del estado romano y del emperador. Se hace también patente que es en el principado de Adriano cuando se produce el auge de las importaciones y exportaciones, principalmente de los materiales de colores. La provincia romana de la Baetica se convierte en un foco importante de importación de las principales tipologías pétreas del Imperio, sobre todo a partir de época adrianea. Esto se debe en gran medida a la viabilidad del transporte marítimo y fluvial de la provincia, así como al auge de sus elites locales en la administración del Imperio. En dicha provincia constatamos una variedad marmórea muy importante, con materiales muy difíciles de encontrar fuera del ámbito itálico o de las regiones cercanas a las zonas extracción de los mismos, como son el Porfido Nero y el Porfido Serpentino Nero. También debemos tener presente que esta provincia meridional de la Hispania romana poseía materiales pétreos de gran calidad como el Mármol de Almadén, de Mijas y de Alconera. AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer a la dirección del Museo
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Arqueológico Provincial de Sevilla (MASE) el permitirme analizar los materiales depositados en los almacenes del Museo, principalmente a su directora Ana Navarro. Quiero también agradecer los consejos y las puntualizaciones de mis directores de la Tesis Doctoral, Pilar León-Castro y José Beltrán, así como a Lucía Sigüenza y a Rafael Sigüenza, por la ayuda con la elaboración del material gráfico, y por último a los evaluadores externos por sus recomendaciones. BIBLIOGRAFÍA Álvarez, A., P. Doménech, P. Lapuente, À. Pitarchy y H. Royo 2007. Marbles and stones of Hispania. ICAC, Tarragona. Amores Carredano, F., J. Beltrán Fortes y D. González Acuña 2008. Marmora de Hispalis. Estudio de los materiales pétreos recuperados en las excavaciones arqueológicas de “La Encarnación” (Sevilla). En Marmora Hispana, editado por T. Nogales y J Beltrán, pp. 213-230. L’Erma di Bretschneider, Roma. Beltran Fortes, J. y M. I. Loza Azuaya 2008. La explotación romana del mármol de la “sierra de Mijas” (Málaga). En Marmora Hispana, editado por T. Nogales y J Beltrán, pp. 313-338. L’Erma di Bretschneider, Roma. Borghini, G. 2004. Marmi antichi. Edizioni de Luca, Roma. Bruno, M. 2003. Considerazioni sulle cave, sui metodi di estrazione, di lavorazione e sui trasporti. En I marmi colorati Della Roma imperiale, editado por M. De Nuccio e L. Húngaro, pp. 179-201. Marsilio.Venecia.
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Daniel Becerra Fernández - El fenómeno del marmor en el mundo romano y su repercusión en la provincia...
* Daniel Becerra Fernández, es Licenciado en Historia de la Universidad de Sevilla desde el 2012 y Máster Universitario en Arqueología por la Universidad de Granada y la Universidad de Sevilla desde 2013. Actualmente se desempaña como Personal Investigador en Formación de la Universidad de Sevilla y miembro del Grupo de Investigación HUM-402. Este trabajo forma parte de su Proyecto de Doctorado, el cual versa sobre materiales marmóreos en el Imperio Romano. Dirección de contacto: danbecfer@hotmail. com
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