VIRGEN DE GUADALUPE

El pueblo azteca adoraba al Sol, a la Luna y a las estrellas. La Virgen de Guadalupe oculta al sol (sus rayos aparecen por detrás), pisa la Luna, y las estrellas adornan su manto. Todos al servicio de María. El angelito con su mano derecha toma la punta del manto azul– verdoso lleno de estrellas que significa el universo y ...
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VIRGEN DE GUADALUPE ESTUDIOS SOBRE SU IMAGEN

la virgen de guadalupe y juan diego La aparición de la Virgen María al indio Juan Diego es de las mas bella apariciones que ha conocido la Iglesia, esta ocurrió entre los días 9 al 12 de diciembre de 1531 en el cerro Tepeyac. La alegre y florida luminosidad de la escena y la majestad de la Virgen contrastan con la humildad y pobreza de Juan Diego. El diálogo entre la Virgen de unos 16 años con un hombre mayor, es también otro contraste. El mismo echo de que la imagen de la Virgen haya quedado impresa en el ayate tosco y pobre nos habla de una patente manifestación de Dios. Recordamos como fue la cruenta toma de Tenochtitlán de parte de los españoles y como la llegada de los misioneros fue para lo indígenas un descanso, ya que se sentía acogidos por ellos. Entonces vemos como Dios se valió de un pobre indígena para dar a conocer su mensaje, mensaje de amor a través de su Madre. La aparición de Guadalupe fue como un arco iris de paz después de una terrible tormenta.

Los dos primeros arzobispos de México favorecieron desde el primer momento el culto a la Virgen de Guadalupe, el franciscano Juan Zumárraga y su sucesor Alonso de Montúfar. A pesar del apoyo de los obispos los franciscanos atacaban el culto de Guadalupe, diciendo que la imagen era falsa y que había sido pintada por un indio llamado Marcos, y que era una devoción peligrosa ya que echaba por tierra el incesante trabajo de los misioneros de erradicar el excesivo culto que tenían los indígenas hacia las imágenes. Esto con el agravante que cerca del cerro Tepeyac había existido un antiguo e importante adoratorio de una diosa pagana femenina. Guadalupe no fue una conquista espiritual española ya que la Virgen habló a Juan Diego en náhualt. el ayate de juan diego Juan Diego pertenecía a la clase media o mezehuales, ellos usaban generalmente una tilma de ayate que se hacía con fibras de Maguey, de color desteñido y que lo anudaban sobre el hombro izquierdo. La tilma de Juan Diego estaba echa de dos piezas cosidas por el centro. La existencia del ayate es un milagro continuo ya que es sabido que ese tipo de fibra no dura mas de 30 años y sin considerar los años que la usó Juan Diego antes. Santa María nos dejó su retrato en una burda y tosca tela, ningún artista podría haber elegido semejante material. Su medida es de 1,70 x 1,04 cm o sea Juan Diego tenía una estatura de aprox de 1,70cm. En la parte inferior izquierdo del cuadro se aprecia con pintura negra una marca que se asemeja a un número 8 acostado, esto está en relación con el artesano que elaboró la manta. El ayate por el revés es áspero, de frente suave y blando lo que es inexplicable por causa natural. Los médicos Luis Cárdenas Soto, Jerónimo Ortiz y Juan de Melgarejo dieron su juicio con respecto a la imagen. “ El nitro que lleva el aire debería haber corrompido la imagen como lo hace con las piedras o la plata de la capilla que se pone negra.” También el lago Texcoco hacía el lugar húmedo, pantanoso y lleno de salitre, todos estos elementos deberían haber destruido la imagen en vez de conservarla. La imagen estuvo sin vidrio 116 años al alcance de la mano de todos quienes quisieran tocarla, hasta el año 1647. En 1791 Carlos María Bustamante certifica que un día los plateros limpiando el marco de oro se les derramó ácido nítrico en una esquina de la tilma, como se sabe este ácido reacciona con las fibras vegetales deshaciéndolas poco a poco, pero en este caso no ocurrió. Aún hoy si se mira la imagen desde el frente en el ángulo superior derecho se ven dos manchas, especie de goteras que dejó el ácido.

simbología de la imagen de la virgen de Guadalupe

La Virgen está en movimiento, viene bajando hacia nosotros. Toda la imagen tiene por respaldo el sol que hermosamente la rodea, despidiendo 129 rayos, unos serpenteados y otros rectos, dispuestos 62 por el lado derecho y 77 por el lado izquierdo. El sol sirve de fondo y el espacio entre los rayos es tan blanco que se asemeja a una nube que hace resaltar la sublimidad de la figura. Después se introduce como un color algo amarillo y se concluye con un contorno de nubes de un color medio rojizo que forma como un nicho, en cuyo centro está la imagen de María.

Los aztecas adoraban al sol como un dios, pero al ver la imagen de María delante del sol, que su cuerpo humano lo tapaba dejando solo visible sus rayos, se dieron cuenta de que los seres humanos valen más que el sol y que este no era un dios. La Virgen está pisando una luna negra en cuarto creciente que simboliza al maligno, además se ve su pie derecho. La imagen de la luna para los aztecas representaba a Quetzalcoalt, la serpiente emplumada, ídolo que adoraban con una religión de temor y al que aplacaban su ira ofreciéndolo sacrificios humanos. Todo esto revelaba que María era mas poderosa que su dios-serpiente. El rostro no tiene rasgos de una indígena o una española, sino de una mestiza de tez morena, este hecho está anunciando la aparición de una nueva raza formada por la mezcla de mexicanos y españoles. Sus ojos son muy vivos, parecen de verdad, en ellos quedaron retratados Juan Diego y los otras personas que estaban ante Ella en ese momento. Esto se puede ver en las diferentes ampliaciones fotográficas que los estudios científicos han realizado. La parte mas iluminada de su cuerpo es el vientre, pues se presenta como una jovencita embarazada justo en el tiempo de adviento. La Virgen luce solo una joya, sobre su cuello un broche dorado que tiene una cruz negra en el centro, la misma cruz que vieron los aztecas en los barcos de Cortés y en los misioneros. Sus manos son hermosas y están juntas en actitud de oración, mientras que su cabeza inclinada hace reverencia a alguien superior, al Señor creador del mundo. Al ver sus vestidos de color rosa , azul y jade, colores preferidos de los dioses y reyes aztecas y estos adornados con flores, veían en ella a la Reina del Cielo y a la Madre del Hijo de Dios. Las nueve flores grandes representan montañas, las flores pequeñas de ocho pétalos, cuatro gruesos y cuatro delgados simbolizan el planeta Venus, la estrella matutina, el único Dios

verdadero, el creador de todas las cosas. Junto al vientre resalta la única flor de cuatro pétalos, que simboliza el centro del universo, la flor de la vida, el mismo Cristo que va nacer. El cuello y los puños están afelpados con armiño blanco, señal de que va ser madre. La cinta negra alrededor de la cintura es una prenda que usaban las mujeres aztecas cuando estaban embarazadas. El manto verde claro le cae hasta los pies y tiene una franja dorada, las estrellas doradas son 46, repartidas 22 en el lado derecho y 24 en el izquierdo, formando una cruz cada 4 de ellas. Para los aztecas los colores verdes y dorados los utilizaban en sus vestidos quienes provenían de un linaje real. El ángel, hombre alado, simboliza a Juan Diego, cuyo nombre era Cuautlatohuac, que significa «el que habla como el águila». Llevaba la camisa que usaban los indios convertidos; pues antes, debajo de la tilma, sólo llevaban el taparrabos. Juan Diego es el ángel mensajero que nos trae a la Virgen de Guadalupe: la sostiene con sus brazos. El pueblo azteca adoraba al Sol, a la Luna y a las estrellas. La Virgen de Guadalupe oculta al sol (sus rayos aparecen por detrás), pisa la Luna, y las estrellas adornan su manto. Todos al servicio de María. El angelito con su mano derecha toma la punta del manto azul– verdoso lleno de estrellas que significa el universo y con la mano izquierda mantiene sujeta la punta de la túnica rosa, que significa la tierra; él une en armonía el cielo y la tierra; exactamente como eran representadas las águilas en los códices aztecas. La alas del angelito tienen tres colores: azul, blanco y rojo, que se unen en su significado al color negro de la luna; ya que estos son los colores de los cuatro rumbos del universo: el negro simboliza al Norte; el azul, al Sur; el blanco, al Oeste; y el rojo, al Este. El rostro del ángel es muy hermoso, especialmente según las categorías estéticas indígenas, pues tiene una cierta calva, que para los indígenas significaba ancianidad, es decir, sabiduría, autoridad, raíz de la verdad cultural. Él también lleva un medallón de color oro que se relaciona con el medallón que porta la Santísima Virgen de Guadalupe.

La Virgen de Guadalupe está de pie apoyando su cuerpo en “paso de danza” u “oración”, a la usanza indígena, en el centro de la luna. Si tomamos en cuenta los códices y la mentalidad indígena estamos ante uno de los puntos importantes de su mensaje; ya que la expresión “Me-xi-co” significa: “en el centro de la luna” o “en el ombligo de la luna” lo que a su vez significa “en el hogar de la divinidad omnipotente”, “en el centro creador del universo”, “en el lugar donde surgen los cuatro rumbos del universo”. El zapato apoyado en el centro de la luna negra forma parte de lo que se llama “paso de danza”. Sin embargo, un punto por demás interesante es que este zapato no tiene color, sino lo que se observa es el color de la tilma, por lo que se ven claramente las tramas del hilo de la tilma lo que nos ayuda, comparativamente, a confirmar que la tela de la tilma no tiene una preparación. Una tela semejante, porosa, llena de agujeros, con una costura visible en medio, rasgaduras, nudos por el amarre de los hilos, no es útil para recibir color sino que se necesitaría una preparación con una pasta que cubriera todas las imperfecciones y, así mismo, hacer que el color se conservara hacia enfrente de la obra. Este es un punto por demás sorprendente pues en este zapato se ve claramente que la tela no tiene ningún tipo de preparación y que tiene varias imperfecciones, pero la Virgen de Guadalupe las ha “aprovechado” para su belleza. En la sociedad indígena cuando una mujer estaba casada tenía que hacerse un trenzado especial con sus cabellos y subirlo hacia los lados a manera de “cuernitos.” La imagen de la Virgen de Guadalupe tiene el pelo partido a la mitad y bien peinado hacia abajo, lo que significa, para los indígenas, virginidad. El milagro de la pintura Como lo han señalado varios grupos de expertos que han examinado la pintura, la tela no tiene la preparación necesaria para recibir los pigmentos En la imagen de la Virgen se aprecia la pintura al temple (túnica, ángel y nubes), aguazo (manto), óleo(cabeza y manos) y dorado en los rayos y estrellas, todas estas técnicas necesitaban una preparación diferente, una base diferente. La aspereza del tejido, los nudos de la trama y la presencia de la costura vertical necesitaban una base para retener cualquier pintura, pero esta no la tenía. Otra cosa que llama la atención de los artistas e investigadores es el oro que rodea el manto y las estrellas, este es transparente ya que se trasluce el ayate, cosa extraordinaria, ya que ningún metal es transparente. El doctor Ricardo Kuhn en 1936 premio nobel en química e investigador, hizo el análisis químico de dos fibras del ayate, una roja y otra amarilla. Su dictamen fue el siguiente: “ en las dos fibras analizadas no existen colorantes vegetales, ni colorantes animales, ni colorantes minerales, ¡ Es una pintura sin pintura!

Otras investigaciones llegaron a la conclusión que la belleza de la Imagen, en especial el rostro, debe considerarse como una pintura científicamente inexplicable y por lo tanto no hecha por mano humana. La figura de la Virgen es de 1metro 43 de alto, a veces se ve más alta por la luz que se refleja en ella. También descubren que la tilma conserva sin ninguna explicación la temperatura del cuerpo humano, de alrededor de 36,6 a 37º. Al acercarse a ver la tela a menos de 10 centímetros, no se ve nada más que las fibras del manto, los colores ya no son visibles, desaparecen. Es imprescindible alejarse para ver la imagen de María. Los científicos de la NASA descubren también que al pasar un rayo láser por la tela, colocándola de costado, el mismo pasa sin tocar la pintura ni la tela. De este modo comprueban que la pintura está suspendida en el aire, por tres décimas de milímetros, o sea que la misma no está pegada en el manto, sino tan solo suspendida en el aire. ¡Suspendida en el aire, sobre la tela de fibra de maguey, pero sin tocarla!. También un ginecólogo, al colocar el estetoscopio debajo de la cinta de armiño donde se ve que la Virgen se encuentra encinta, se da cuenta que siente ruidos de latidos rítmicos. Los cuenta y se lleva la sorpresa de que son de 115 a 120 pulsos en un minuto, que vienen a ser los latidos del corazón del Niño Jesús, y corresponden en dicha cantidad a los de un niño real.

Los ojos de la Virgen de Guadalupe

En mayo de 1951 el dibujante Carlos Salinas empieza a estudiar una imagen humana descubierta en los ojos de la Virgen. El arzobispo de aquel tiempo nombró una comisión especial para investigar el caso, llegando a la conclusión que verdaderamente en los ojos de la Virgen se veía reflejada la figura de Juan Diego. Reconocidos oftalmólogos profundizaron en este estudio, descubriendo en el cristalino de

los ojos dos reflejos mas. Resulta imposible ver estos reflejos en una pintura, en una superficie plana, en cambio si se pueden ver en ojos humanos vivos. Una de la hipótesis dice que en el momento en que Juan Diego fue recibido por el obispo Zumárraga la Virgen se encontraba presente, invisible para los que estaban ahí, pero viendo toda la escena, dejando plasmado en sus ojos las imágenes de todos los asistentes. Además de Juan Diego y el obispo se ve a otro indígena a su lado que sería un traductor ya que el obispo no hablaba náhualt, también dos mujeres, una llevando a un niño en sus espaldas, dos hombres y algunos niños. Monasterio de la Asunción de Santa María Rengo, Diciembre 2017

BIBLIOGRAFÍA - Centro de Estudios Guadalupanos, México, recuperado de internet, diciembre 2017, http://www.analesiie.unam.mx/index.php/analesiie/article/view/2558, - Pimentel, Guadalupe, F.d.C., Mi niña, dueña de mi corazón,1990.